De una huelga en la Escuela Oficial de Periodismo

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Adiós a un tiempo: Recuerdos sueltos, relatos de viajes y poemas de [Moa, Pío]

(Recuerdos sueltos)

Como  es sabido, tras el fracaso del maquis en su intento de encender de nuevo la guerra civil, el PCE se orientó con la mayor desenvoltura a una táctica de  “reconciliación nacional” –el pueblo estaba casi todo él reconciliado, como prueba el propio fracaso del maquis— y de infiltración en los sindicatos, en la universidad y en el mundillo intelectual. Esa táctica ya estaba diseñada grosso modo en el informe de Dimítrof al VII Congreso de la Comintern sobre los Frentes Populares. Se trataba de disimular el verdadero carácter propio invocando consignas antifascistas y democráticas, y ganar puestos de representantes, desde los cuales sabotear más eficazmente el sistema capitalista.

De modo que me presenté a delegado. Mi curso era el tercero y por entonces el más alto, porque a nuestra promoción le correspondería estrenar el cuarto;  y según el reglamento, el delegado del último curso lo era también de toda la escuela, una norma intencionada porque se suponía que, estando ya a punto de terminar la carrera y buscar trabajo –que entonces era muy fácil–, la gente se volvía menos amiga de jaranas reivindicativas. En las elecciones solían competir unos cuantos alumnos por razones diversas: esperanza de obtener mejor trato de los profesores en los exámenes o alguna otra ventaja, vanidad, o por hacer algunas tareas poco claras con buenas intenciones de “representar a todos”, de “mejorar la escuela” y similares. Por mi parte elaboré una serie de puntos concretos a reivindicar, entre ellos que la EOP dejara el Ministerio de Información y Turismo y pasara a depender del  de Educación,  y otros que no recuerdo. También protesté del sistema de elección, pidiendo que el delegado general lo fuera tras unas votaciones de toda la escuela, algo que no ocurrió, pero no dejaba de ser un motivo para fomentar el descontento.

Diría que entonces estaba como director Bartolomé Mostaza, periodista que, por lo que leo en Internet, había pasado de la Falange  y del Arriba al Ya, y era muy europeísta, más o menos democristiano  y moderado, evolución frecuente en el régimen. Pero tal vez me equivoque y Mostaza solo estuviera como director en mis primeros años. En cualquier caso, todo el conflicto que luego resumiré tuvo lugar con Emilio Romero de director y Luis María Ansón de subdirector. El primero procedía de la Falange y dirigía el diario de los sindicatos Pueblo, y el segundo era y es un monárquico juanista muy temido por el régimen, según él mismo ha reconocido: tan temido que el régimen le encargó la formación de los futuros periodistas. Bastantes años después, Ansón me permitiría escribir en ABC, algo muy de agradecer por mi parte, aunque su orientación política nunca me infundió mucho respeto.

El funcionamiento de la escuela estaba muy reglado y no había ningún ambiente de rebeldía, como mucho cierto cinismo sobre el oficio de periodista que, “ya se sabe, es la voz del amo que le paga”; uno de los muchos tópicos tontos, pues unas veces ocurre y otras no. Me di cuenta de que, dijera la dirección  lo que dijera o quisiera lo que quisiera, yo tenía el arma del trato más inmediato con la gente, y que bastaba muchas veces comunicar a los alumnos una información de arriba, dándole  un ligero tonillo sarcástico, para desacreditarla. Por lo demás, yo preparaba  lo que debía decir en las asambleas, con moderación aparente –también es verdad que yo creía en lo que decía–, de modo que generalmente triunfaba sobre los contrincantes. Al mismo tiempo procuré movilizar a los elementos más “progres” y atraer al partido al que viera mejor dispuesto;  aunque fallé en el caso de  uno que ya estaba con los “pro chinos” y consideraba contraproducentes aquellas tácticas, porque ponían en manos de la represión a quienes las empleaban. En el PCE(r) yo también llegué a pensar así, y de hecho las CCOO y el Sindicato Democrático de Estudiantes habían sido descabezados en buena medida un año o dos antes. Pero el PCE tenía más razón: si se lograba mantener un equilibrio entre el activismo y la amenaza policial, se podía avanzar bastante en la “concienciación” de la gente y en el fomento de huelgas y otros movimientos subversivos. Además,  el régimen había aprendido que detener a representantes, sindicales o estudiantiles,  solía traer como consecuencia más agitación, noticias de prensa y mala imagen exterior. No se rendía a esas presiones, pero es obvio que le molestaban y procuraba evitarlas.

Resumiré, como digo, en parte porque apenas recuerdo los detalles. Junto con alguno que entró por entonces en el PCE y otros del sector progre, organizamos una huelga que creo fue la primera en la historia de la escuela. Resultó muy instructiva la demagogia de Emilio Romero y más todavía la de Ansón, que procuraba dividirnos elogiando mucho, contra mí, a algunos de mis seguidores, procurando aislarme. No lo logró, la huelga salió a la calle y llegó a la prensa, hubo cierto barullo y finalmente la dirección cedió. La policía anduvo en torno pero no hizo nada. En una asamblea, entre las risas de todo el mundo, incluida la mía, Romero me ofreció hacer las prácticas de verano  en el diario Pueblo, cosa que acepté. Conseguimos total libertad para exponer carteles, lo que utilizamos a fondo,  criticando desde la guerra de Vietnam hasta las numerosas casas desocupadas existentes;  un fondo para conseguir y vender libros a bajo coste, que eran siempre de tinte marxista, incluyendo algunos prohibidos como La función del orgasmo, de Reich; traer a conferenciantes de nuestra cuerda y  unas prácticas de radio en la propia escuela que se convirtieron en un continuo ataque “antifascista”;  etc. La mayoría de los alumnos aceptaba aquello con bastante pasividad, aunque el ambiente iba cambiando considerablemente en sentido izquierdista. Algunos rezongaban, pero eran totalmente incapaces de dar la batalla con carteles o actividades contrarias.

Los Mitos Del Franquismo (Historia)

Otra aparente ganancia de la huelga fue que Romero nos permitió formar una comisión para trazar unos planes de estudio con vistas al paso al Ministerio de Educación. Incluso la escuela nos  pagó algunas “comidas de trabajo”. Enseguida entendí la trampa: una comisión de profesores hacía lo mismo en paralelo, y, desde luego, no iban a hacer el menor caso de nuestras propuestas. Además, hubo un desacuerdo fundamental: yo quería que Periodismo funcionase como una escuela especial con tres cursos muy prácticos, y mis compañeros de comisión estaban embelesados con la perspectiva de una facultad de cinco años (que diseñaban los profesores) y la convalidación del título. Para entonces yo estaba algo cansado, también de la falta de seriedad, manía de titulitis y caradura de otros compañeros que, después de haberse mostrado reticentes a la huelga –sin entender, claro, quiénes estábamos detrás—ahora eran los primeros en querer aprovecharse de los resultados conseguidos.  Además, para entonces yo dudaba mucho de la línea carrillista después de leer  La revolución proletaria y el renegado Kautski, de Lenin, así que fui desentendiéndome,  burlándome un poco de todo el asunto, mientras me aproximaba a la OMLE, como relato en De un tiempo y de un país.

Es sorprendente la cantidad de progres e izquierdistas salida de los estudios de periodismo. En parte al menos, el proceso tuvo su inicio entonces.  Yo diría que donde recogió más fruto la táctica de infiltración y agitación del PCE no fue en las fábricas, desde luego, sino en la universidad. El clima creado en la Transición por la agitación de izquierdas, la actitud de la mayor parte de la prensa, el respeto casi general al marxismo y la parálisis de ideas de la derecha fueron sus mayores logros. Pero, ironías del destino, sería el PSOE, un grupo entonces insignificante que no hacía casi nada práctico contra Franco, quien recogiera los frutos de la empeñada labor comunista. Y aún más irónico que el PSOE fuera promocionado por todos los medios, por la derecha misma, a fin de oponerlo al temido PCE.

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22 Respuestas a De una huelga en la Escuela Oficial de Periodismo

  1. Lasperio dice:

    Me disculpo por sobrevalorar mis comentarios y repetirlos. 

    Del hilo anterior.

    ¿A cuál movimiento se refiere Historiador?
    Si se trata del movimiento de una átomo de Australia a Belice, no parece que haya mucho azar en el asunto.
    Es más, si decimos que el átomo ha llegado por azar, es como decir que el azar es una fuerza (tal vez hasta sea la fuerza del destino).
    ¿O qué se entiende por azar?
    Más bien, si el átomo ha llegado a Belice es por una causa eficiente, que de eso se trata el pensamiento científico, de considerar las cosas desde el punto de vista de las causas eficientes, conectando todo, algo así como Cloto, si nos ponemos metafóricos, quizás.
    Pero entonces tenemos como mínimo dos asuntos en donde interviene el azar: la obtención de números al azar (lo cual puede debatirse conforme a cuatro argumentos tan toscos como contundentes) y los rollos cuánticos (asunto sobre el cual no tenemos personal capacitado en el blog, que yo sepa, para que nos explique al menos un poquito).
    No parece que haya otros asuntos realmente azarosos y tampoco se me ocurren, pues parece que todo lo demás está necesariamente interconectado, y una excepción, muy a medias, es el libre albedrío, que los filósofos pusieron sobre la mesa en consideración de que si nos dejamos llevar por el discurso de las causas eficientes conectadas como en un trozo de tela, siendo cada una de nuestras acciones parte del tejido, estamos viviendo en una película de bajo presupuesto y resultaría que exista o no exista Dios no somos responsables de nada.
    Algo así.
     

  2. Muy interesante lo que cuenta don Pío…

  3. Pío Moa dice:

     

    >p style=”margin: 0cm 0.05pt 0.25pt 0cm; text-align: left; line-height: 150%; text-indent: 0cm;” align=”left”>   El general Rojo es probablemente el personaje más desconcertante de cuantos participaron en la contienda: proclamándose católico  fue  el máximo planificador bélico de un Frente Popular empeñado en exterminar a la Iglesia; de trayectoria y tendencias más bien conservadoras, podía haber participado en la rebelión del 36, en cambio sirvió concienzudamente a una revolución de cuyos rasgos no parece haberse enterado mucho; no habiendo mostrado en el pasado apenas intereses políticos, fue amigo de Negrín y de los comunistas; en una contienda tan fuertemente ideológica, permaneció ajeno a ideologías, aunque acercándose ligeramente a la propaganda comunista. El 9 de septiembre del 36  había entrado en el Alcázar de Toledo para proponer la rendición,   prometiendo la libertad inmediata de mujeres, soldados y niños, y un juicio justo a los oficiales y jefes: por mucha ingenuidad que tuviera, debía saber necesariamente que se trataba de promesas falsas. Confidencialmente animó a los sitiados a sostenerse, según algunos testimonios, y les facilitó  un sacerdote para que celebrase la misa: uno de los poquísimos curas que apoyaban a las izquierdas, el cual “informó” que en Madrid la vida era normal y las iglesias eran respetadas, aunque cerradas.

         Se ha especulado con el hecho de que su familia hubiera quedado en la zona izquierdista, pero nada en su actitud  indica que se hubiera  sentido forzado por tal circunstancia (en la Revolución rusa, muchos oficiales zaristas habían sido obligados a servir en el ejército rojo manteniendo como rehenes a sus familiares y vigilándolos estrechamente por los comisarios políticos). La impresión que suscita Rojo es la de un militar apolítico, completa y exclusivamente dedicado a su carrera y dispuesto a dar lo más de sí en cualquier bando que le tocase.

    >

       Entre 1915 y 1919 había pasado cuatro años y medio en Marruecos, con buena conducta no especialmente distinguida y luego pidió el traslado a la península. Participó, al parecer, en las Juntas de Defensa militares, su acción política más notoria. Las Juntas ayudaron a crear un ambiente prerrevolucionario, tanto que los movimientos socialistas, anarquistas, catalanistas y republicanos, que preparaban la huelga general de 1917 creyeron contar con su apoyo, y se llevaron una gran decepción al ocurrir lo contrario. Durante la dictadura de Primo de Rivera enseñaba en la Academia de Infantería de Toledo, sin expresar ideas políticas. No participó en los movimientos militares o civiles que trajeron la república, a la que se adaptó enseguida y en la que siguió una discreta carrera como profesor de la Escuela de Guerra. Tampoco tuvo parte en el golpe de Sanjurjo en 1932. No parece haberle impresionado la insurrección socialista-separatista del 34 ni la situación creada por las elecciones del 36. Ante el alzamiento de julio de este año se puso a disposición del Frente Popular, donde continuó su actividad eminentemente profesional.  

        Rojo ha sido muy elogiado como típico general republicano.  En realidad no hizo nada a favor ni en contra de la república, como no lo había hecho en la monarquía de la Restauración ni en la dictadura de Primo de Rivera. También se le ha presentado como un gran estratega rival de Franco, a la altura o por encima de este. Hasta alguien le ha dedicado un libro con el título El general que humilló a Franco, revelador del grado cómico en que ha llegado a desvirtuarse  en los últimos años casi todo lo referente a la guerra. En la historia real, Franco nunca perdió una batalla, ganó la guerra y, salvo algunos fracasos no decisivos que no le impidieron retener la iniciativa, venció en todas sus ofensivas. Rojo perdió casi todas sus batallas y ofensivas. Su mayor éxito fue la defensa de Madrid, en la que participó destacadamente a las órdenes de Miaja, y que tuvo poco que ver con el mito.  

       Las derrotas de Rojo no significan que fuera un mal estratega o que dispusiera de pocos medios. Por el contrario, sus ofensivas estaban bien planteadas y con gran superioridad de medios. Fue en su ejecución donde se manifestaron los peores defectos. Pero  la mayor dificultad de fondo  para él fue la combinación   de una nunca del todo vencida desmoralización de sus tropas con las trifulcas y manejos políticos. Por estas razones, probablemente, prefirió acercarse al PCE, sin entrar nunca en el partido, y amistarse con Negrín, ya que ellos patrocinaban un ejército disciplinado y con moral de victoria.  Esa asociación le hizo absorber parte de la propaganda comunista, reflejada posteriormente, con cierta ingenuidad en libros como “¡Alerta a los pueblos!, aunque escribió sobre todo de temas profesionales.

         Por toda clase de razones, los nacionales lo consideraban un traidor, y de haber caído en sus manos en los primeros momentos, es probable que lo hubieran fusilado, como hicieron con Escobar. Rojo pasó a Francia y después a Argentina y Bolivia. Por fin, en 1957 se trasladó a España, donde fue sometido protocolariamente a juicio y condenado a 30 años de prisión,  e inmediatamente indultado, con algunas restricciones. Falleció en Madrid en 1966, con 72 años. En la prensa suscitó algunos elogios por su capacidad militar, en especial en la falangista.

     

  4. Manolo dice:

    En la física clásica el azar solo es la manifestación de procesos que no se tienen en cuenta, normalmente por razones de complejidad, en el análisis del problema y éste entonces se trata de una forma estadística. Si lanzó un dado en una mesa no hay nada en la física clásica que me impida calcular en que posición va a acabar el dado, lo que ocurre es que el problema es tan complicado que no se resuelve y se sustituye por una solución estadística. Si se conoce la velocidad inicial y posición del dado y todas las fuerzas que intervienen la posición final del dado está dada pero el problema es tan difícil de resolver que de hecho ni si quiera se ataca y se sustituye por una solución estadística. Esta no solución del problema y el paso a la descripción estadística es a lo que llama azar en física clásica. Hay un detalle sutil pero importante de índole práctico y es que aunque no existe límite en principio en la precisión con la que se pueden medir las condiciones iniciales del dado, en la práctica el físico llega hasta cierto límite por la calidad de sus aparatos de medida y este hecho, que parte siempre de una aproximación, es otra forma de azar. Lo que pasa es que en principio no hay límite a la precisión de los aparatos. Esto último es importante para ciertos sistemas que dependen fuertemente de esta imprecisión inicial. Pero vuelvo a repetir que no hay nada en la física clásica que me impida en principio tener un error inicial tan pequeño como se quiera. En la física cuántica todo esto se niega. Solamente se puede describir un sistema cuántico en términos de probabilidades, razonando siempre como si tuviera una colección infinita de sistemas iguales a los que se está estudiando. Hay que tener en cuenta que aunque siempre se hable de probabilidades está puede ser en ciertos casos 1 (seguridad) o 0 (imposibilidad). Según el observable de que se trate (energía, posición, momento angular) existen ciertos estados donde la probabilidad de obtener un valor dado es 1 y cualquier sistema se describe entonces como una superposición lineal de estos estados base. Cuando se mide el observable de este sistema, la superposición desaparece y el sistema se sitúa en uno de los estados base, con una probabilidad relacionada con el coeficiente que multiplicaba al estado base al hacer la combinación lineal. Esto es lo que se llama colapso de la función de onda. El azar, que lleva a la interpretación estadística es algo intrínseco a la teoría.

  5. Odiseus dice:

    Testimonio de un pastor convertido al catolicismo. También como convertir un sermón religioso en un evento religioso, o como convertir un programa de historia en un evento de historia:

     https://youtu.be/KFxayeYEwkg

  6. Alvo dice:

    Yo creo que azar significa: algo que ocurre sin intención de nadie, accidente…

  7. Alvo dice:

    Si tiro unos dados, tengo la intención de que salga un número, pero el que sale está fuera de mi intención, no tengo control sobre el movimiento exacto que tienen los dados mientras caen… aunque tenga la intención de que salga un 5, no lo puedo controlar… 

  8. Alvo dice:

    Desde luego, el número que sale, la cara del dado que queda hacia arriba, tiene unas causas concretas, una serie se sucesos encadenados, pero nadie tiene control sobre ellos.. 

    (Los darwiniacos suelen decir que un técnico de laboratorio, que sabe lo que hace, siguiendo unos pasos A, B, C, D que tienen unos resultados queridos y previstos, es lo mismo que “aleatorio”… peor para ellos… con sus conjeturas absurdas sobre las mutaciones y su tautología cualquier trampa o chapuza les sirve para demostrarlo todo).. 

  9. Alvo dice:

    “en el laboratorio hemos sintetizado proteínas”, y está… y además es mentira… 

  10. Alvo dice:

    Encuentran por ahí un pez que tiene como 2 protuberancias, ya está, el origen de las patas…. yo también veo cierto parecido entre un mosquito y un perro labrador… 

  11. Alvo dice:

    Recuerdo a un señor que venía por aquí, que no recuerdo su nombre, que puso una noticia, algo así como unos habían sintetizado ¿piel? en un laboratorio… enseguida pensé “trola” y me puse a investigar la noticia: lo que habían hecho era usar unas células que ellos no han creado para que ellas sintetizaran piel, lo siempre hacen ellas si se las da de comer… que es muy distinto… 

  12. Alvo dice:

    Para ellos la vida sería un accidente, azar… no hay ninguna voluntad detrás de que ocurriera … nadie la quiso, nadie la buscó, nadie la dirigió, nadie la provocó…

    Digo nadie en vez de nada, porque todos esos verbos implican al menos algo así como una voluntad, algo como una mente como poco… 

  13. Odiseus dice:

    El testimonio del pastor convertido al catolicismo es fácilmente adaptable a un testimonio de un marxista convertido al conservadurismo…De hecho conferencias similares se podrían dar, y si los argumentos están presentados de manera hábil y con buen humor, se llenarian, y se vendería todo tipo de material. Un marxista que deja la iglesia de la marxistologia queda igualmente desamparado económicamente, lo mismo que un pastor que deja el luteranismo donde le iba muy bien económicamente…En el tradicionalismo no le dan ni agua a nadie, pero no hay agua que se compare con buscar respuestas y encontrarlas.

  14. Odiseus dice:

    Conferencias que se podrían dar en todo el mundo desarrollado con interprete.

  15. Alvo dice:

    Generar un número aleatorio significa usar un método que haga imprevisible el número resultado… Se podría asociar a una veleta, nadie puede prever esos ligeros cambios de dirección del viento… y sería muy improbable que se repitieran… etc

  16. Alvo dice:

    Seguro que el titular de la noticia lo escribió un periodista de mierda… o un Punset… o directamente el jefe del laboratorio… 

  17. Pío Moa dice:

    También se da el caso de cristianos que se vuelven ateos.

  18. Odiseus dice:

    De todo hay en la viña del Señor, perezosos que se vuelven diligentes y diligentes que se vuelven perezosos. Pero el que es diligente buscando respuestas, las encuentra.

  19. Lasperio dice:

    No creo que sea tan fácil. 

    -Adivina en cuál número estoy pensando, del uno al diez mil. Si le atinas te regalo un abrazo. 

    Supongamos que nunca miento.

    Rara vez la otra persona le atinaría.

    Y así nos pasaríamos años. 

    Sin embargo, si yo hago una lista de los números en los que pensé, nadie daría una peseta por esa lista, como válida para rollos de azar. 

    Ya sea por psicología, o por lo que sea, los números estarían mal distribuidos, indicando un cierto patrón, o como quieran decirle. 

    Tal vez resulta que me centro en los números en torno al 815, por ejemplo. Y no por mala fe.

    O bien, si hablamos de lo inesperado, tal vez siempre pensé en el 5645, y en cada pregunta sumaba 1. Esta lista sería incluso más tonta que la anterior.

    Quizás tampoco valdría que cada habitante de España dijera un número y lo enviara como mensaje de texto. Creo que se repetirían mucho números famosos: 1, 7, 11, 13, 33, 666, 1945. Y así.

    De ahí que los científicos no pudieran agarrar al jardinero para que les dijera “números al azar”. 

    Se requiere de algo realmente azaroso. 

    También lo mío es una perspectiva muy simple. 

    No he pensado en los juegos de azar. 

    Y también tenemos:

    Que todos los caracteres que se han metido en el blog se metan en un archivo del bloc de notas. Eliminas números, mayúsculas, signos de puntuación, letras acentuadas. 

    Tomas la décima letra, y te vas de 10 en 10 hasta terminar. 

    Habría un resultado. ¿Sería azaroso?

    ¿Y si sale el Quijote?
     

  20. Pío Moa dice:

     

        Si Rojo, como jefe máximo de la estrategia del FP cosechó en resumen una serie de derrotas  sucesivas, su subordinado José Miaja sería en cambio el único general que permaneció imbatido por Franco. Las hazañas que forjarían su leyenda fueron la defensa de Madrid en 1936-37, y la defensa de Valencia en 1938, a raíz de la llegada de los nacionales al Mediterráneo. En ambos casos consiguió frustrar grandes ofensivas enemigas, aun si no derrotarlas.

     

       El caso de mayor realce internacional fue la resistencia de Madrid en noviembre de 1936. Como se recordará, y contra las leyendas, la capital estaba ya bien defendida por obras, por un nuevo ejército con superioridad en aviones y tanques, en número de tropas y en posición táctica. Por consiguiente, su defensa debió haberse transformado en un contraataque demoledor y así se intentó por tres veces, en vano. El problema real consistía en superar la desmoralización de las tropas, y esa fue la labor de la Junta de Defensa, con Miaja a la cabeza, dejada por el gobierno cuando huyó a Valencia.  El problema fue resuelto, al menos en grado bastante  para contener a los nacionales, y Miaja, como principal responsable, ganó los laureles de aquel triunfo. Laureles compartidos con la agitación comunista, los suministros soviéticos, el asesor Górief , las brigadas mixtas propias e internacionales y el talento organizador de Rojo. El general, convertido en el máximo héroe del momento, se acercó mucho al PCE, que lo exaltaba en su propaganda, y debió de entrar en el partido aunque personalmente no tuviera nada de comunista, ni por doctrina, que desconocía, ni por su carácter campechano y locuaz, tan lejano del “acero bolchevique”. Si bien el PCE no hacía ascos a esos detalles si conseguía en cambio ganar nuevos adeptos o simpatizantes entre los más altos cargos.

     

       La aureola de Miaja aumentó al año siguiente al recibir el mando de todo el ejército del centro y dirigir las batallas del Jarama y Guadalajara, nuevos éxitos defensivos. Se debilitó en cambio con la fallida ofensiva de Brunete y otras, pero en todos los casos consiguió mantener en lo esencial las líneas de la zona centro-sur. Por otra parte, desconfiando de otros frentes, mostró el mayor celo por retener y reforzar las propias fuerzas, evitando colaborar en operaciones ajenas.   

     

        Una nueva oportunidad se le presentó cuando Franco, después de cortar en dos la zona izquierdista, avanzó hacia Valencia. Entonces Miaja, como jefe supremo de los grupos de ejércitos de la zona centro y levante, hizo un gran esfuerzo de organización para enviar al nuevo frente gran número de divisiones que, apoyadas en el terreno propicio a la defensiva y en el mal tiempo, lograron  nuevamente reducir los avances nacionales al mínimo.

     

        Se trata, pues, de hazañas que ningún otro jefe militar de izquierda logró. No obstante lo cual, han llovido sobre él valoraciones desfavorables por historiadores poco atentos a los hechos o influidos por su “traición” final: “incompetente”, “indolente”, “conservador , “vanidoso”, etc. El general Ramón Salas, más objetivo y experto, ha resaltado precisamente su competencia y capacidad de decisión bajo sus modales despreocupados y poco enérgicos.

     

       Caída Cataluña y prácticamente aislada la zona centro-.sur del exterior, crecía el descontento contra una guerra inútil,  tanto por las pérdidas de todo tipo como por  resentimiento con Negrín y  el PCE. Miaja nadaba al principio entre dos aguas y Negrín, desconfiaba de él. Finalmente se unió a Casado y aceptó la presidencia del Consejo Nacional de Defensa, que destituyó al hombre de Stalin, ya desahuciado por el propio Stalin.  El Consejo no tenía ni mucho menos mayoría en el ejército, dominado mayoritariamente por los comunistas, pero contaba con políticos tan relevantes como Besteiro, y con las tropas del anarquista Cipriano Mera. Franco entendía que estos eran demasiado débiles para exigir nada y les impuso la rendición incondicional. Sorprendentemente, las fuerzas comunistas apenas actuaron y fueron fácilmente derrotadas por Mera y Casado, con lo que Franco pudo coronar sus campañas con la máxima economía de fuerza y de sangre.

     

       Negrín detestaba a Miaja, pero no podía eliminarlo debido a su prestigio, que lo haría políticamente irrentable. La carrera del militar, fundamentalmente conservador y monárquico,  había transcurrido sobre todo en Marruecos,  y se sospechaba que íntimamente mantenía sus viejas convicciones o sentimientos. En la república había ascendido a general de brigada, y había entrado en la clandestina UME (Unión Militar Española) de carácter antirrevolucionario. Cuando el golpe de Mola, Miaja titubeó sobre el camino a tomar, pero la pronta derrota de los sublevados le inclinó por el gobierno. En los primeros meses fue acusado de indecisiones sospechosas en el frente de Córdoba.

     

       Al terminar la guerra marchó a Méjico, donde murió en 1958, con 79 años.

     

  21. Pío Moa dice:

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