¿Es España una nación? ¿Puede hundirse?

Los Mitos Del Franquismo (Historia)La guerra civil y los problemas de la democracia en España (Nuevo Ensayo)

El franquismo fue, como todos, un régimen de partidos, aunque se llamaran “familias”. Y, como en todos los regímenes, las rivalidades entre ellos podían resultar muy peligrosas. Aquí se explican algunos aspectos clave de la cuestión, a menudo tan  mal entendida https://www.youtube.com/watch?v=9CU7pgIaARE

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Así, con todas sus variedades internas, no mayores que las de otros muchos países,  España ha sido, insistamos en ello, una entidad política y cultural más estable y sostenida que casi cualquier otra europea. Pero, ¿constituye por ello una nación? Las discusiones en torno al concepto de nación han hecho correr ríos de tinta, nacidos a menudo en Bizancio.  Para evitar discusiones vanas, expondré mi concepto de nación con el que creo estará de acuerdo la mayoría: una nación es una comunidad cultural aceptablemente homogénea (lengua, tradiciones, costumbres, formas de derecho, religión, etc., que generan sentimientos de unidad e identificación entre sus individuos), discernible de las vecinas, y dotada de un estado. Si no hay estado, no hay nación, y si un estado se impone sobre diversas comunidades culturales, no es nacional, sino, por lo común, imperial. A veces se habla de “naciones culturales” (yo mismo lo he hecho) lo que solo embrolla la cuestión, ya que el estado es elemento imprescindible de la nación. Según este concepto, España es sin duda una nación, y una de las de más prolongada historia en Europa.

La cuestión tiene enjundia más allá de las connotaciones emocionales o de orgullo, porque desde el siglo XIX las doctrinas nacionalistas atribuyen a la nación una dignidad especial, por residir en ella (en el “pueblo”) la soberanía; de ahí, por ejemplo, la llamada autodeterminación, según la cual toda comunidad cultural tendría derecho a dotarse de un estado propio. Pero conviene distinguir entre nación y nacionalismo, cosa que a menudo no se hace. La nación es muy anterior al nacionalismo. Este nace con la Revolución francesa y extiende como un concepto político y un derecho lo que en la historia se ha desarrollado espontáneamente como particularidad mucho más antigua en algunas comunidades. De la confusión entre nación y nacionalismo surge,  por ejemplo, el equívoco de que la nación española es fundada en 1812 por la Constitución de Cádiz (España sería así una especie de creación francesa): lo que se funda entonces en España es el nacionalismo (doctrina de la soberanía nacional) sobre la base de una nación preexistente de muy atrás.

Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))

Ahora bien, establecida la doctrina, el nacionalismo ha funcionado después como un instrumento para crear nuevas naciones, es decir, para dotar de estado a comunidades antes inmersas en un estado imperial o divididas entre varios de ellos. De este modo, el nacionalismo ha disgregado en los siglos XIX y XX a los antiguos imperios europeos, creando numerosas naciones nuevas. A su vez, los nuevos estados han reaccionado sobre su base democultural, “nacionalizándola” al máximo es decir, reforzando aquellos rasgos que considera distintivos e inventando o  añadiendo nuevas tradiciones a las más antiguas. Por otra parte, las comunidades culturales nunca se diferencian radicalmente de las vecinas, así las europeas tienen en común un vínculo tan poderoso como el cristianismo, que corrientes contrarias, en especial el marxismo, no han logrado erradicar; o basta considerar las considerables interinfluencias de todo tipo entre España y Francia o entre Francia y Alemania, etc.

El doble fenómeno de las interinfluencias y de la capacidad “nacionalizadora” de los estados, ha llevado a menudo a concluir que las naciones son realmente creaciones del estado. Ciertamente esto puede aceptarse para las nuevas naciones procedentes de  la descolonización sobre territorios sin estado previo ni comunidades culturales muy definidas; pero es obvio que el proceso histórico ha sido el inverso. Los estados no nacen de la nada para crear naciones, idea poco razonable.  La historia indica que los estados surgen y se apoyan en comunidades culturales y a menudo genéticas. Si se limitan a dichas comunidades hablaremos de estados nacionales. Si desde esa base se imponen sobre otras comunidades o naciones previas, hablamos de estados imperiales (más raramente hay confederaciones, pero en ellas alguna de las comunidades lleva la voz cantante). Así, a lo largo de la llamada Edad Media (Edades de Supervivencia y Asentamiento) se formaron dos Europas, la de las naciones en el extremo oeste y la de los imperios en el centro y este del continente, hasta la descomposición total o parcial de estos últimos en los siglos XIX y XX.

No creo que estas concepciones merezcan mucha discusión pues, como digo, saltan demasiado a la vista, aunque puedan ser oscurecidas y de hecho lo sean a menudo con consideraciones a menudo arbitrarias y ahistóricas.

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Cuando hablamos de España, por tanto, no nos referimos solo a un ámbito geográfico sino, ante todo, a una entidad cultural y política conjunta, con diferencias regionales secundarias. Su carácter de nación no ha surgido de un nacionalismo previo ni de un “derecho de autodeterminación”, sino que se ha ido configurando de forma espontánea en un proceso de siglos y venciendo a veces obstáculos enormes que pudieron causar su desaparición. Por tanto, tiene un origen claramente delimitado en el tiempo (no la “España eterna” a veces mentada): como comunidad cultural se formó a partir de la invasión romana en la II Guerra Púnica, hacia el siglo III antes de Cristo y en un largo proceso de seis siglos, que extendió el latín, el derecho, numerosas actitudes, costumbres y técnicas, así como a partir de una época, la religión cristiana. Antes, Hispania, existía  solo como una denominación geográfica en la que vivían poblaciones muy diversas, agrupadas convencionalmente como íberos y celtas.  No había un país como entidad cultural y menos aún política, ya que sus numerosos pueblos, con frecuencia enfrentados entre sí, tenían lenguas, costumbres y religiones muy diversas y de orígenes distintos, y se habrían sentido tan sorprendidos de ser llamados españoles como los germanos o los celtas de llamarse “europeos”.  Cuando se habla, como Sánchez Albornoz, de la gran dificultad que tuvieron los romanos para dominar España, debe entenderse el aserto desde el punto de vista geográfico. Desde el punto de vista cultural-político no existía tal España.

La colonización latina tuvo efectos decisivos en todos los aspectos: cuando cayó el Imperio romano, no solo la cultura sino la genética de la población  había cambiado profundamente por las mezclas derivadas de las  migraciones internas, la milicia o el comercio. Los distintos pueblos agrupados en íberos y celtas eran cosa del pasado, y seguramente solo en las agrestes montañas del norte pervivían núcleos de población más o menos aislados y poco latinizados. Esta transformación ha sido la más crucial para la historia posterior del país, pues sus efectos perviven plenamente  en la actualidad. La impronta latina en España demostró su profundidad al ser capaz de revertir las consecuencias de la invasión árabe-bereber en el siglo VIII, al contrario de lo ocurrido en el norte de África, donde una floreciente cultura latino-cristiana quedó definitivamente arruinada hasta nuestros días. Creo que este punto no admite discusión en sus líneas generales, aunque sí matizaciones, como es natural.

España no era entonces una nación, por carecer de estado, pero  sí ya  una comunidad cultural conjunta, bastante homogénea, integrada en el Imperio romano aunque con rasgos particulares. Por ello debemos diferenciar la historia de España propiamente dicha, que empezaría con la II Guerra Púnica (y lo mismo la historia de Europa, como he sostenido en Nueva historia de España)  de la de los pueblos asentados en Iberia, sean los anteriores a Roma o los posteriores ajenos a dicha base cultural, como los árabes y magrebíes. Historias interesantes pero, en rigor, no historia de España.

No solo ha pervivido la transformación cultural, sino también la genética (o racial, en un sentido no ideológico) legada por Roma sobre la base de las poblaciones anteriores: ninguna de las inmigraciones posteriores (germanos, árabes y  bereberes, sobre todo, también de otros orígenes, en especial franceses) debió de superar el 5%, como mucho el 10% de la población configurada bajo el Imperio romano. Dejo de lado lo que Sánchez Albornoz llama herencia temperamental que se habría mantenido desde la época prerromana, porque, si bien debe de tener algo de cierto, resulta un tanto evanescente y especulativa frente  a los datos culturales y políticos, más precisables, implicados normalmente cuando hablamos de historia.

Y fue sobre esta base cultural sobre la que se configuró, en el último tercio del siglo VI después de Cristo, el primer estado propiamente español, es decir, la nación española. Fue una creación de los visigodos en combinación con las autoridades hispanorromanas, pero no un estado germánico, sino esencialmente latino y con ambición definida de incluir en él a toda Hispania. De época algo anterior suele datarse la creación de la nación francesa, pero tiene interés señalar la dinámica contraria de esta y de la nación española: en Francia las tendencias dispersivas fueron muy intensas, con constantes divisiones y guerras entre reinos, mientras que la dinámica española fue la contraria, de una tenaz y en general exitosa unificación.

La cuestión de si puede ser llamado “español” el reino visigodo ha originado controversias no muy fundadas. Podría considerársele una superestructura foránea si no fuera porque solo tuvo tal carácter en su primera etapa, cuando los godos eran uno de tantos pueblos errantes que se imponían sobre un territorio durante un tiempo para abandonarlo, por presiones exteriores u otras causas, y establecerse en otro lugar, sin ligarse con las poblaciones autóctonas. A partir de Leovigildo ello no fue así: su estado se concibió como hispanogodo, y el afincamiento y progresiva disolución de los godos en España fueron definitivos. España era ya una nación –no una mera comunidad cultural–, con sentimientos nacionales explícitos y voluntad de asentamiento definitivo en la península.  Es más, sin esa nación habría sido imposible la posterior dinámica de reconstrucción de España después de la conquista árabe.

Es interesante comprobar cómo la invasión islámica pudo causar una definitiva división o balcanización de España en varias naciones, debido a que, por imperativo de las circunstancias, los núcleos de resistencia al Islam nacieron y se desarrollaron en considerable aislamiento unos de otros, creando toda suerte de particularidades e intereses que podrían haber concluido en un mosaico parecido al de los Balcanes. Esa tendencia tenía todas las de ganar en principio, porque materialmente eran las más fuertes. Sin embargo, al lado de las tendencias particularistas se mantuvo todo el tiempo una tensión unitaria en pro de la “recuperación de España”, que poco a poco fue imponiéndose y hasta lograr rehacer la unidad de la nación, salvo Portugal. De entonces acá, las fuerzas unificadoras han prevalecido siempre sobre las disgregadoras, de modo que España ha continuado básicamente igual a la de los Reyes Católicos.

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Naturalmente, la antigüedad de una institución histórica, aunque prueba de solidez, no garantiza su pervivencia, y hoy vemos a la nación española sometida a muy fuertes tiranteces que por un lado intentan disgregarla y por otro disolverla  como nación en una entidad “europea”: secesionismo y europeísmo. Por una parte tenemos ejemplos de comunidades culturales divididas en varias naciones, como ocurre con Austria y Alemania o con Francia y la Bélgica valona; Rusia y Ucrania o Bielorrusia serían un caso semejante, incluso –solo hasta cierto punto– España y Portugal. En un pasado muy reciente hemos visto la descomposición de Yugoslavia pese a que las semejanzas culturales entre sus actuales estados son en principio mayores que sus diferencias, y observamos en Italia algunas tendencias semejantes, aunque de menor impulso. Por otra parte, la llamada Unión Europea está socavando lenta pero sistemáticamente, la soberanía de numerosas naciones de Europa. ¿Podrá resistir España la doble tensión?

Creo que la disgregación, combinada con la disolución de España no son posibilidades descartables, porque un tercer e imprescindible factor de nacionalidad, además de la comunidad cultural y el estado, es la voluntad de una parte suficiente de una población de permanecer como nación unida. Como hemos visto, la voluntad reunificadora fue imponiéndose en la Reconquista –con la excepción de Portugal—a poderosas tendencias contrarias y desde entonces ha mantenido a España como nación. Pero desde hace tres decenios se percibe un aumento de la voluntad disgregadora y una especie de desfallecimiento de la voluntad integradora, que a menudo opta, en una especie de huida hacia delante, por la disolución en una amalgama sin la menor base histórica como es la Unión Europea, que quizá nunca debió pasar de Mercado común. Sin duda  España sufre hoy una prolongada crisis nacional –unida a otras crisis—, a la que me he referido en el capítulo anterior, y la puesta en cuestión del carácter nacional de España, incluso por las más altas jerarquías del estado, es una manifestación más, y muy aguda, de tal crisis. Su origen inmediato está en la forma como se hizo la necesaria transición democrática a partir de Suárez, y que he procurado explicar en La Transición de cristal. El país emergió del franquismo con una considerable salud social, la mayor y más sostenida prosperidad de su historia y sobre todo libre de los odios que habían hundido la república y conducido a la Guerra Civil. Sin embargo, a partir de la reforma de Suárez, las tendencias disgregadoras por una parte y disolutorias por otra, no han cesado de reforzarse, a menudo en alianza de hecho o de derecho con el terrorismo. En algunas regiones, especialmente en Vascongadas y Cataluña, han ido cobrando fuerza tendencias separatistas que exaltan las diferencias regionales por encima de los rasgos comunes y de la unidad histórica de siglos, y proclaman su deseo de disgregar España convirtiendo a las regiones en nuevas naciones, mientras el país ha ido perdiendo soberanía en un proceso sistemático. Es decir, nuestra época presenta a España desafíos muy graves, que afectan a su propia supervivencia.

Pero el problema tiene un origen muy anterior a la Transición y perfectamente datable: el llamado “Desastre del98”a finales del siglo XIX, por lo que debemos examinarlo en capítulo aparte.  De la convulsión moral e ideológica de aquella fecha parten los movimientos secesionistas y totalitarios marxistas y anarquistas, muy violentos, que a su vez convulsionaron a España dando lugar a la ruina del régimen liberal de la Restauración, resuelta provisionalmente con la dictadura de Primo de Rivera, para hundirse después en una república epiléptica y cargada de odios, hundida a su vez por el proceso revolucionario del  Frente Popular  y por la Guerra Civil. La era de Franco permitió olvidar los viejos odios y trajo el mayor progreso material vivido por España en siglos, lo que facilitó una transición democrática en la que los viejos problemas parecían superados. Sin embargo han ido resurgiendo poco a poco, unidos a la desvaloración del pasado y la cultura hispanas, o más bien basados en esa desvaloración, y  sin encontrar la oposición debida hasta la difícil crisis actual. Porque si no se conforma una fuerte voluntad integradora y nacional,  las perspectivas son de disgregación o de disolución de una nación que durante siglos ha resistido las más difíciles pruebas.

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43 Respuestas a ¿Es España una nación? ¿Puede hundirse?

  1. Alberto GT dice:

    Hoy es la Virgen del Carmen. Felicidades a los marineros o amantes del mar.

  2. Pío Moa dice:

     

      Es obvio que en el curso de los hechos históricos pesan de manera especial las decisiones de quienes tienen las mayores responsabilidades, los dirigentes, grosso modo, y ello de manera especial en las guerras, por lo que conviene prestar alguna atención a la personalidad de los mismos. Contra esa evidencia se ha levantado la doctrina que minusvalora su papel y señala el aparente absurdo  de que se preste más atención a unos pocos individuos que a los millones de personas que en definitiva “hacen la historia”, o a la economía o las instituciones y leyes  que dan continuidad a la sociedad. La atención a estas últimas no se opone a la atención a los personajes, que a menudo se encuentran en el origen de ellas, pero precisamente por dar continuidad son menos históricas, por así decir, ya que permanecen con escasa variación durante largos períodos. Otra tendencia historiográfica supone la existencia de leyes científicas ineluctables, cuyo conocimiento permitiría entender la marcha de la historia considerando a los dirigentes como meros reflejos personales y secundarios de unas tramas objetivas: la cuestión del individuo y la historia, que se arrastra desde Aristóteles y entendiendo por “individuo” a algunos muy particulares.

     

        En cuanto a la cuestión de esos “individuos” y “las masas”, derivada a menudo de la tendencia anterior, la exponía así Bertolt Brecht en su muy citado poema “Preguntas de un obrero que lee: “¿Quién construyó Tebas, las de las siete puertas?/ Los libros citan los nombres de los reyes / ¿Arrastraron los reyes los bloque de piedra?/ (…) El joven Alejandro conquistó la India / ¿Él solo?/ César venció a los galos / ¿No tenía siquiera un cocinero con él? Etc. Desde luego, ningún obrero se hizo nunca preguntas tan pueriles, que Brecht pone en su boca con alegre desenvoltura. Los obreros no habrían construido Tebas sin la idea y la orden de los reyes, cien mil cocineros no habrían vencido a los galos, y los soldados de Alejandro no habrían conquistado la India sin la dirección e iniciativa de  Alejandro, pues un ejército mal mandado habría perecido en la empresa.

     

       Brecht,  al modo doctrinario, trata de oponer los líderes a sus seguidores, pero estos,  de un modo u otro, aceptaban la dirección de aquellos,  cuyos nombres marcan la historia y que en ese sentido representaban a “los de abajo”. Aun si se hubiesen conservado los nombres de cada uno de los obreros, cocineros o soldados, no ayudarían nada a entender los sucesos. Sin la masa anónima, los dirigentes no habrían hecho nada, como tampoco dicha masa sin dirigentes.  Cuando se quiere trazar la historia partiendo de la vida de las masas, tan estimadas en la literatura marxista, se hace inevitable atribuir al conjunto un carácter simple, por lo común económico, en el que las caras y las personalidades desaparecen o son dibujadas según la estimación subjetiva del historiador. Y resulta muy significativo que en la política e historiografía marxista, el líder máximo sea prácticamente divinizado, como concentración de las potencias creadoras atribuidas a las masas, las cuales permanecen como tales.

     

  3. Pío Moa dice:

    No debía explicárselo, pero se lo explicaré sin que sirva de precedente. Usted ha dicho: “Moa se  empeña en creer sin fisuras las memorias de los generales que han mantenido versiones distorsionadas y parciales sobre la guerra en el este” Todo eso se lo inventa usted. Continuamente está atribuyendo sus conclusiones imaginarias  al prójimo. Cíñase al tema, que parece imposible en las discusiones del blog.

  4. Hegemon dice:

    A ver si de esta manera:

    Las memorias de los generales alemanes a pesar de su interés indudable, no son del todo fiables y en muchas ocasiones se contradicen entre unos y otros o con los hechos reales. Han sido los protagonistas de los acontecimientos en muchas ocasiones, para bien o para mal, pero en la narración personal de la “historia” siempre han tendido a la autojustificarse o en tal caso a echar la culpa a otro. 

    En el caso de Manstein, sus memorias, publicadas con el titulo “Victorias Frustradas” es un gran aporte para entender las cosas pero no es irrefutable ni mucho menos definitivo. En él cuenta cosas muy interesantes y certeras. Otras no tanto, o simplemente las omite o se las olvida de forma deliberada o no. De todas maneras, la comparación con otros documentos, actas de reuniones, declaraciones de otros protagonistas o los mismos hechos corroboran o no lo que cuentan. 

    En el caso de los rusos, por ejemplo, Rokossovsky en la batalla de Kurks, comandante en jefe del Ejército Centro o de Frente centro, creo que era, en sus memorias ensalza lo que para él es una gran victoria a pesar de sus enormes perdidas. Omite o no significa su mejorable táctica a la hora de enfrentar de frente a los blindados alemanes en vez de atacar por el flanco lo que le habría permitido mitigar las desventajas de sus blindados con respecto a los alemanes. Pero eso no lo dice o lo cuenta a su manera. O por ejemplo las memorias totalmente exageradas a favor de la supuesta victoria en Pojovorovka en donde las tres brigadas de tanques rusos fueron aniquiladas como moscas intentando crear una melé mezclándose con los tanques de las divisiones SS Panzer pero los primeros encontronazos fueron frustrados porque los tanques rusos cayeron en una zanja anticarro que ellos mismos habían construido y que facilitó el “fuego al blanco” de los blindados alemanes. Pero esta circunstancia no lo cuenta la versión, aún hoy en día impuesta, de la propaganda comunista. 

  5. Hegemon dice:

    Cíñase al tema, que parece imposible en las discusiones del blog.

    Vamos a ver. ¿Ante el único argumento de “porque lo dice Manstein” que emplea usted,  qué debo responder?

  6. Pío Moa dice:

     

       Por tanto, las biografías de los personajes destacados son imprescindibles. En España no ha cundido mucho esta  modalidad historiográfica, y en la mayoría de los casos se presenta con caracteres próximos a la hagiografía o a la demonización, según la orientación política o ideológica del historiador, como ha señalado Stanley Payne. Aun sin ello, la biografía tiene serios problemas. Hay un aspecto misterioso sin remedio en la vida de las personas, pues nadie sabe por qué ni para qué ha venido al mundo, en una época y un medio social determinado, ni con unos dones o dotes que puede desarrollar o no, pero que le vienen dados y  debe aplicar en unas circunstancias que no ha creado y que solo de modo muy limitado puede modificar. Por otra parte, una personalidad tiene demasiadas facetas, con aspectos íntimos inasequibles al observador externo, algunas inconscientes para el mismo personaje. Desde fuera podemos percibir sus actos y atribuirles un significado, pero solo captamos indirectamente los cálculos, vacilaciones, angustias,  temores o esperanzas asociados a sus decisiones. Porque incluso las decisiones en apariencia mejor fundadas resultan a veces fallidas, pues tampoco es posible al ser humano prever sus consecuencias más allá de un limitado espacio. Por otra parte, “una cosa es lo que uno piensa, otra lo que dice y otra  más lo que hace”. Nunca existe coherencia precisa entre las tres funciones.

     

        Las memorias de los personajes son indispensables, aun asumiendo que muy a menudo encierran desvirtuaciones o mentiras justificativas, ya que, sobre todo en política, la necesidad autojustificativa es muy fuerte. Pero quien habla de sí mismo dice casi siempre más de lo que pretende, y por  otra parte es posible al historiador contrastar una memorias con otras y con los hechos conocidos. He seguido este método en  Los personajes de la República vistos por ellos mismos con resultado creo que muy fructíferos.

     

  7. Pío Moa dice:

    A ver si entiende: yo no empleo el argumento de “porque lo dice Manstein” Simplemente expongo lo que creo recordar que dice porque me parece un testigo  y un experto de primer orden. Ahora bien, nunca creo que lo que diga nadie, incluso un testigo como Manstein, sea un dogma, como usted me atribuye. Simplemente debe tenerse en cuenta, y  sirve para contrastar otros testimonios o argumentos. Y eso es todo. Los estudiosos de Kursk seguirán investigando y sacando conclusiones parciales, aunque no puede negarse que fue la batalla de la cual ya no se repusieron los alemanes. A partir de ese hecho se pueden discutir mil detalles.

  8. Hegemon dice:

     Ahora bien, nunca creo que lo que diga nadie, incluso un testigo como Manstein, sea un dogma, como usted me atribuye. Simplemente debe tenerse en cuenta, y  sirve para contrastar otros testimonios o argumentos. 

    Lo que vengo diciendo yo todo el tiempo. 

    Tampoco Töppel dice otra cosa diferente al resultado en Kurks aunque sólo se ciñe a la batalla lo que deja sin resolver su significación en el resto de la guerra. Si me parece que su explicación de la batalla ofrece una visión bastante diferente a las versiones que hasta ahora se daban, sin cambiar el resultado, por supuesto. Hubo momentos en que los alemanes tuvieron la oportunidad de triunfar o de llegar más allá. Hubo un momento que las tropa de Model alcanzan la cota que dominaba uno de los accesos a Kurks pero la indecisión del comandante de tanques, encima oficial condecorado con la Cruz de Hierro, de no apoyar el ataque de la infantería a esa cota, impide que los alemanes se hagan con ese enclave crucial para el avance. O el avance de Manstein después de Pojovorovka tenía lógica y era posible, como él mismo admite, de tener éxito operacional lo que habría puesto en una posición complicada a los rusos, pero esto lo impide la ofensiva al sur, no Sicilia. Estos detalles son importantes.

    Las especulaciones sobre Kurks pueden ser varias pero las dos cruciales para mi son, si se empleó lo mejor de las tropas blindadas en una campaña que no iba a tener éxito, aunque parece que no era del todo descabellada, o como abogaba el mismo Hitler, era mejor no emprender ninguna campaña en el 43 para poder mejorar y potenciar las tropas blindadas con las nuevas unidades y con la base de la que luego se empleara en Kurks, no sólo de tanques sino de artillería motorizada, dedicándose a mantener el frente apoyado por esas potentes divisiones como una reserva móvil y blindada y una vez contenidos los rusos, emprender las campañas el año siguiente con nuevas unidades, mejor dotadas y frescas? Esto resulta harto complicado pero era una opción factible. Esta idea no sólo era la de Hitler sino la de varios generales, entre ellos Guderian. Como se demostró, el problema de Alemania era reemplazar las pérdidas en el frente que aunque eran mucho menores que las rusas, significaban un problema mayor que la de sus enemigos. Pero Kurks demostró que los alemanes no necesitaban de la gran cantidad material para vencer a los rusos. Eran superiores técnica y tácticamente. 

  9. NIKITO dice:

    Don Pio su concepto de nación y nacionalismos….no es que me parezca acertados…..es que es imposible otros…..por ello mi sorpresa de que Gustavo Bueno y su escuela, fundamentalmente Insúa, atribuyan a la nación el concepto de nacionalismos….y no sólo eso sino que Insua viene a afirmar que el concepto de nación lo inventó la izquierda….
    El término nación es obviamente indisociable del de soberanía…..pero el de soberanía….es totalmente indisociable de quien se pretenda (normalmente por aspecto puramente idelógicos) que la ejerce….Si yo digo “España es soberana”…..se puede cantar la misa que se quiera…..y por el cura que sea….pero con ese concepto  me estoy refiriendo estricta y exclusivamente a la Nación Española….
    La izquierda habla mucho de Soberanía popular….o de ciudadanos libres…..pero eso solo se puede calificar de ironía porque ellos saben muy bien y es cierto que la soberanía la ejerce el Estado….
    Por eso la reconstrucción de la Nación Española en La Reconquista se hace desde la reconstrución política….con el aval ideológico del Catolicismo…. 

  10. NIKITO dice:

    por eso mismo llamar “nación española” a al Andalus es un disparate….

  11. NIKITO dice:

    Odiseus en realidad se creen tan listos que les gusta asociarse a los robot….así si les pone impuestos altos estan contentos, si se los ponen bajos estan contentos, si se es obliga a utilizar sólo tarjetas estan contentos…si se les quieren identificar como a los robots estan contentos….,,,,….

  12. NIKITO dice:

    muchas veces leo con regocijo las discusiones de Manuelp y Hegemon…..con Don Pio….normalmente Don Pio tiene razón es lógico y es el más se dedica y ha dedicado a ello….y probablemente porque es el más listo de la escuela…..tiene fallos como todo el mundo (esto lo digo para que no me llamen baboso) pero lo decisivo tanto de Hegemon como de Manuelp es que sus “contrastes” son absolutamte complementarios…..pero por un cierto narcisismo mal llevado los tratan de imponer como contradictorios….y entonces el debata se convierto en una querra de guerrilllas absurda…. 

  13. NIKITO dice:

    es bonita Don Pio pero para usted es “algo más” por eso le gustan tanto….a mi me gusta más (de momento) un pasodoble torero a las cinco de la tarde…..y esto de la hora lo digo por lo de Lorca….que sino se me daba lo mismo…..

  14. NIKITO dice:

    A Manuel sobre todo y a Hegemon…..saben mucho y es una gloria que esten en esta casa…..y más sabran…obviamente….pero por favor sean modestos….entre otras cosas porque siendolo se camina mejor por la vida se cometen menos errores y sobre todo se corrigen mucho más facilmente…..¡¡¡háganme caso coño!!! 

  15. Hegemon dice:

    Las memorias de los generales alemanes adolecen, como es lógico y natural, de una autocrítica a lo que en la historiografía moderna se ha venido en llamar “la forma de hacer la guerra de Alemania”. Es un nuevo concepto, dentro de una idea muy anitgua, desde Federico el Grande que se ha introducido en el estudio militar de la IIGM. No es ninguna minucia puesto que la OTAN y los ejércitos modernos se han basado en los estudios y concepciones militares de la IIGM para concebir la defensa posterior y los ejércitos en el resto del siglo XX. Y esta “forma de hacer la guerra alemán” no se va a encontrar, o por lo menos no una visión critica, en las memorias de los generales alemanes. ¿Por qué? Porque se ha demostrado que la concepción prusiana de la lucha militar no era tan perfecta, estaba condicionada y tenía sus taras y errores, los cuales no fueron capaces de detectar los generales que la llevaron a cabo.

    Después de la IIGM el modo de hacer la guerra occidental transcendió de ese mismo concepto alemán que partía de premisas erróneas o no tan perfectas o infalibles, comos e creía, y se juntó con la concepción militar estadounidense, la de “potencia de fuego” Aún con todo, la OTAN diseñó sus estrategia militar en Europa durante la guerra Fría gracias a Manstein al que solicitaron que realizara un estudios estratégico defensivo para Europa en caso de una invasión soviética. 

    Precisamente Kurks es el “canto del cisne”, por así decirlo, de esta concepción alemana de la guerra de movimiento consistente en envolver al enemigo, atraparlo en “calderos” y destruirlo una vez aislado. ¿Se pudo hacer otra cosa en Kurks? ¿Por qué los militares alemanes no supieron o no quisieron adaptar su doctrina a un concepción más realista, algo distinta y no aprendieron de las derrotas con los rusos? Kurks tiene su importancia, entre otras cosas, en esta “forma de hacer la guerra”. Y esta idea no sólo existe en Töppel, aunque no la cita directamente, deja ver sus consecuencias, pero si otros autores sobre todo estadounidenses, tratan el tema con una mayor perspectiva. 

  16. manuelp dice:

    La “forma de hacer la guerra de Alemania” era la aplicación de los presupuestos ideológicos de la llamada segunda Ilustración que en lo politico dio lugar a los nacionalismos de la época del romanticismo.
    En suma era la continuación de la forma napoleónica de hacer la guerra y se basaba en la nación toda en armas. No otra era la forma soviética de hacer la guerra. Ni la americana.
    Las diferencias entre los soviéticos, alemanes y americanos no fue mas que de orden cuantitativo en los medios pero en el orden cualitativo merece la pena leer lo que decía el escritor francés Jean Larteguy en su obra “Los mercenarios” sobre la guerra de Corea cuando un coronel americano critica a su general ante un medico del batallón frances:
     

    Es exacto. Estuvimos juntos en West-Point. Pero no es la envidia lo que me hace juzgarle peligroso como un jefe de banda. Compréndame bien, doc, y usted es perfectamente capaz de comprenderme: el general odia a los hombres o, más exactamente, todo cuanto el hombre tiene de humano; lo mismo la debilidad que el valor, la amistad que el odio. Ya lo verá usted; es una magnífica máquina de mando, pero está desplazado en el Ejército americano, o demasiado avanzado en su evolución. Hubiera sido un magnífico mariscal alemán o soviético. . .

     

    Ya hemos visto de lo que son capaces los americanos de hacer en sus guerras y lo que veremos …..
     

  17. NIKITO dice:

    Respecto a la última parte de su comentario Don Pio “tensiones unificadosras y disgregadoras”  es cierto lo que dice pero lo que no dice a mi me parece decisivo…..El 11M, ¿pero no le parece una situación más decisiva la invación francesa o el producto de la primera república “el cantonalismo”…..?….El 78 se hizo para “contentar a todos” y es probable que si no se hace así a lo mejor no hubiese sido posible…. y la izquierda y la derecha se lo han tomado a conciencia…..y ahora estamos al borde del abismo….pero como Sanchez vea que con un 155 todo vuelve a su cauce lo hará, no nos gustará, por insuficiente, pero lo hará….y gobernará otros doce años …..

  18. NIKITO dice:

    Otra cosa el hecho de que se esté resucitando el Bable, ¿no le parece un insulto a los separatistas…..?….resucitando estas cosas le viene a quitar “prestigio” a los serios….    

  19. NIKITO dice:

    la degradación por la que pasa Cataluña…..hará que ella misma se recoponga….pero…es que su “gobierno” pide dinero al nuestro para hace sus cosas….

  20. NIKITO dice:

    si se lo tomaran en serio ya estarían los Mossos militarizados….y de lo que nos hemos enterado es los usos de una polícía politica cochambrosa….

  21. Pío Moa dice:

    Los gobiernos del PSOE, pero más aún los del PP, han vaciado de estado a Cataluña y Vascongadas. Esto debe relacionarse con las ideas democristianas ya en la transición, que, según pensaban algunos, hacían innecesarios partidos unitarios españoles en las dos regiones, por ser los separatistas también de derecha y democristianos. La idea no se impuso del todo, pero si ustedes se fijan, comprobarán un largo proceso  por el cual el PP se ha vuelto irrelevante en ambas regiones. No creo que haya habido un proyecto en ese sentido, pero ls efectos son como si lo hubiera habido.

  22. Pío Moa dice:

     

    Los separatismos eran un fenómeno muy reciente en España, de no más de 36 años. Sus raíces combinaban los movimientos románticos medievalistas, el racismo y la reacción integrista católica ante el triunfo liberal del último tercio del siglo XIX. Pero no cobraron alguna importancia, en Cataluña y Vascongadas hasta comienzos del siglo XX. Hasta entonces los catalanes y los vascos se habían considerado normalmente españoles, pero siendo ambas regiones quizá las más integristas de España, muchos clérigos reaccionaron ante el triunfo liberal en la Tercera guerra carlista,  en 1876, destacando la particularidad religiosa de ambas. Otros buscaron raíces distintivas en la Edad Media. Pero sería el racismo el factor decisivo. La derrota de España frente a Usa en la guerra de 1898, que determinó la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas,  fue a menudo interpretada como producto de la superioridad racial de los anglosajones, y en la propia España algunos intelectuales inventaron otra superioridad racial de vascos y catalanes.

     

       Hasta entonces, los separatismos apenas pasaban de grupos pintorescos, pero la derrota generó en España una profunda crisis moral, en cuyo caldo los separatismos empezaron a ganar bazas políticas. En ambos el odio y el desprecio a España eran cultivados en el mayor empeño. En Vascongadas el PNV combinaba el catolicismo con un racismo obsesivo y en los años 30 llegó a recoger un tercio de los votos en la región. La historia del separatismo catalán fue distinta: pronto surgió una división entre el separatismo de derecha y el de izquierda. El primero fue evolucionando a un espíritu más regionalista que secesionista, hasta apoyar a Franco en la guerra. El segundo, mucho más radical, anticlerical y racista, se concentraría en el partido Esquerra Republicana de Catalunya. Al llegar la guerra, el PNV estaba presidido por José Antonio Aguirre, y la Esquerra por Lluis Companys.

     

     

     

  23. NIKITO dice:

    La actitud de Rivera con Cs es ciertamente rarisima…..de ser un puntal en Cataluña se olvida de la misma más que el PP, con el toma y daca este de Madrid y Murcia…no acaba uno de entender si sube la escalera o la baja….

  24. Pío Moa dice:

     

    Dado su catolicismo, cabría esperar que al iniciarse el alzamiento de Mola el PNV se pusiera a su lado, y así ocurrió con sectores importantes del partido, pero el grupo dominante optó por  el Frente Popular a cambio de un estatuto de autonomía que este le ofreció. El estatuto no era propiamente vasco sino solo vizcaíno, aprobado sin referéndum en octubre de 1936, con Álava y Guipúzcoa ya en zona de los nacionales. No obstante se adjudicó formulísticamente a “Euzkadi”, un término inventado por el fundador del PNV, Sabino Arana para definir a los territorios de “raza” vasca y que incluía a las tres provincias, Navarra y la zona vascofrancesa.

     

       La opción de Aguirre, dejando el catolicismo en segundo plano,  tenía una lógica pragmática: el Frente Popular había desatado una persecución religiosa sin precedentes, pro era también el bando que lógicamente debería triunfar, dada su gran superioridad de inicio. Y por otra parte la autonomía le daba ocasión para avanzar a la secesión. Ya en las elecciones “del frente popular”, en febrero del mismo año,  Aguirre había rehusado unirse a las derechas, y el clima social posterior lo había descrito el ideólogo del PNV Engracio Aranzadi en el órgano del partido Euzkadi: “Nos alcanza en todas partes la descomposición del Estado español (…) Estrago inmenso de su organización social, batida por la inmoralidad y la anarquía (…) Momentos históricos de gravedad no igualada hasta lo presente”, que comprometían al “la nación envidia de todas las naciones”, es decir, a la región vasca. Y urgía a “reaccionar contra las convulsiones epilépticas de un pueblo moribundo que nos quiere aniquilar en su desesperación”. Tales convulsiones no dejaban de ser bienvenidas porque, en palabras del fundador del partido, Sabino Arana,  “Si a esa nación latina (España) la viésemos despedazada por una conflagración intestina o una guerra internacional, nosotros lo celebraríamos con fruición y verdadero júbilo, así como pesaría sobre nosotros como la mayor de las desdichas (…)  el que España prosperara o se engrandeciera”.  

     

       La conducta de Aguirre en la contienda iba a seguir ese parámetro esencial.

     

  25. NIKITO dice:

    el tema de Rajoy….es curioso, en vida sus enemigos fueron los del PP…..y ya fuera recomienda un gobierno Cs y psoe…..para tener amigos así……

  26. Pío Moa dice:

     

    El gobierno vasco, es decir, vizcaíno, quedó compuesto por representantes separatistas, socialistas, comunistas y republicanos de izquierda, excluyendo a la CNT. El PNV se quedó con las principales consejerías: Defensa, Hacienda, Gobernación y Justicia, lo que convertía en comparsas a los demás partidos. E inmediatamente se dedicó Aguirre a multiplicar  los programas de contenido secesionista y a buscar por cualquier medio un reconocimiento internacional. No obstante, como conductor militar, Aguirre resultó bastante desastroso: tras intentar una ofensiva en Álava, que le valió un título sarcástico, prefirió concentrarse en el fortalecimiento del ejército “de Euzkadi”, ignoró cuanto pudo las instrucciones del gobierno de Valencia y se aplicó a construir el Cinturón de Hierro de Bilbao, magno conjunto de fortificaciones con derroche de cemento y hierro, que finalmente no sirvió de nada.

     

        Cuando Aguirre comprendió que la fortuna no sonreía a sus socios, planeó traicionarlos mediante tratos de rendición con los fascistas italianos cayendo en la ilusión de que estos obraban con independencia de Franco. Explotó a fondo el bombardeo de Guernica, pero bajo cuerda incrementó los tratos con los fascistas, que conducirían a la entrega de la industria de Bilbao intacta, como hemos dicho, y a la primera victoria de masas de los nacionales. Hechos que luego hicieron la represión de los vencedores sobre el PNV fuera relativamente leve.  Al ocupar los nacionales Vizcaya y Santander, se negó a seguir la lucha arguyendo que a los vascos ya no les interesaba, es decir, renunciando a la reconquista y a pesar de que Vizcaya había sido defendida por gran número de santanderinos y asturianos, al lado de los vizcaínos. Luego siguió, junto con la Esquerra, sus tratos en  Londres y París para conseguir la separación de la España al norte del Ebro.

     

        Ante las desconfianzas de sus socios, que no habían percibido sus maniobras en toda su extensión, Aguirre exigía, para asombro del gobierno,  imposibles como el traslado de las tropas del PNV a Cataluña,  la gestión de los mercantes de matrícula bilbaína y aseguraba que los suyos “nunca han hecho actos de carácter político ni se han dirigido a ningún Estado extranjero. Sus  gestiones han sido de carácter comercial y social”.  Y reivindicaba los servicios hechos al Frente Popular al disimular en el extranjero la persecución religiosa, como efectivamente había ocurrido.

     

  27. Pío Moa dice:

     

           Con vistas el exilio, el PNV había requisado medios económicos manejando la Hacienda  de modo que habían suscitado protestas de los socialista. Pero había resultado insuficiente. Por ello intentó apoderarse del tesoro del Vita, aprovechando que el capitán del barco que transportaba los tesoros parecía simpatizante del PNV: luego lo devolverían a Negrín tras quedarse con la parte que consideraban “suya”.

     

    Pero fue Prieto quien se hizo con la carga, con la cual creó un organismo, la JARE,  (Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles), rival del SERE de Negrín.  A Aguirre le causaba “repugnancia todo esto español (…) Pero cuando me pongo a pensar en la cuestión del dinero, no sé qué hacer”. Hubo divisiones entre los  partidarios de no “contaminarse” con lo español, y quienes querían “comer a dos carrillos”, es decir de la JARE y del SERE. Esto resultó imposible, porque cada grupo excluía a quienes cobraban del otro. Aguirre solucionó el problema de conciencia  acordándose de que aquellos bienes pertenecían a la República, y siendo todos “republicanos”,  debían ser “repartidos en la proporción correspondiente, o administrados  en forma que todos tengamos satisfacción”. Prieto ofreció al peneuvista Irujo la secretaría general de la JARE, que no fue aceptada porque el SERE les parecía más solvente Ante las desconfianzas de Negrín y su exigencia de las cuentas del PNV, este amenazó con romper “la cordialidad que ha existido hasta ahora”  y Aguirre le advirtió que según se portara el SERE con ellos sería “·la actitud y conducta del Gobierno Vasco para con España”. Ante la firmeza de Negrín, Aguirre tuvo que abandonar su altivez.  Pero el SERE se disolvió en mayo de 1940 y entonces Aguirre pidió ayuda a la JARE.

     

       En el exilio, Aguirre se había refugiado en Francia y luego en Bélgica. Cuando la invasión alemana, huyó a Berlín y de Berlín a Suecia, evitando a la Gestapo, según el relato oficial. De Suecia fue a Suramérica en agosto de 1941,  y pronto recaló en Usa.  Pero el PNV no fue perseguido por los nazis, y entre estos y sectores del PNV no dejó de haber simpatías basadas en el común racismo. Existen anotaciones personales de Aguirre  en Berlín elogiando al nazismo: nunca había hecho ascos a nadie que pudiera ayudar a su separatismo, también a los fascistas italianos.

     

       La economía de los jefes del PNV acabó de resolverse gracias al FBI, para el cual espiaban a los izquierdistas españoles invocando la común “lucha contra el fascismo”. También montaron una pequeña red de espionaje en el sur de Francia durante la guerra mundial, y los servicios secretos useños pagaron giras de propaganda de Aguirre por Hispanoamérica.. Hubo quejas de que la generosidad de las agencias useñas contrastaban con la pobreza de la información recibida.. Después de la guerra mundial el FBI rescindió su ayuda, aunque parece que la CIA continuó con ella.

     

        Aguirre murió en 1960, con 54 años. Dejaba un hijo.  No cabe duda de que la política ambigua de Aguirre contribuyó indirectamente a la victoria de Franco,

     

  28. Pío Moa dice:

    Bueno, dos hijos con su esposa María, que los separatas llaman “Mari”.

  29. Pío Moa dice:

    Hoy, Aguirre recibe los máximos elogios de los separatistas vascos, incluso de los socialistas, a quienes perjudicón constantemente.

  30. Alvo dice:

    “Así funciona el molino sin aspas creado en España: Vortex Bladeless“.. 

  31. Alvo dice:

    Otra trastornada, la nueva jefa de la UE… “clima neutral”, dice… 

  32. Alvo dice:

    La jefa de la UE me recuerda a una actriz, no sé cómo se llama… 

  33. Proby dice:

    Hegemon, 5.11:

    “Carecen”, no “adolecen”. No es lo mismo.  

  34. Proby dice:

    Hegemon, 15.11:

    “Carecen”, no “adolecen”. No es lo mismo.  

  35. Alvo dice:

    Sobre la guerra… ¿Cómo será una guerra entre espíritus puros?… La guerra entre hombres sería también entre espíritus, pero que tienen un cuerpo, y usan el medio, la materia del medio, para causarse la muerte del cuerpo y forzar a otros a aceptar sus condiciones …

    Se dice que el arcángel San Miguel derrotó al demonio… ¿Pueden los espíritus infligirse dolor? Supongo que sí, como nosotros… pero ¿forzar a otro espíritu, que no tiene cuerpo, a hacer algo contra su voluntad?.. ¿y matar a un espíritu == esto es, que deje de ser (o de existir, al menos en ese modo especial de existir)? ¿igual que nosotros tenemos un medio externo a nosotros que nos permite diferenciar nuestro yo de los demás, y que tiene materia para usarla contra otros… los ángeles tendrán otro medio externo (distinto de Dios y de ellos) equivalente, no igual, a la materia?… 

  36. Lasperio dice:

    Sus peleas son dialécticas, de acuerdo con Fortea. (Leer la demonología; que es gratis). 

    Se supone que los ángeles sólo emplearían la verdad. Los demonios serían falaces.

    Como ángeles y demonios seguramente son más inteligentes que los hombres, al grado de que los demonios nos han de ver peor que a monos, tal vez tirando a lagartijas, ya se podrán imaginar el nivel que se gastan en sus discusiones.

     

  37. Hegemon dice:

    Proby dice:
    16 julio, 2019 a las 23:04

    No viene al caso su corrección. Uso la tercera acepción de “adolecer” que es totalmente correcta y ajustada a lo que quiero decir:

    3. intr. Tener o padecer algún defecto.

    Efectivamente, las memorias de los generales alemanes “adolecen” o tienen el defecto de nos ser autocríticas. 

  38. Hegemon dice:

    La forma de hacer la guerra de los estadounidenses en la actualidad viene condicionada por la tecnología y las telecomunicaciones combinada con una concepción de “poder de fuego”. Esta ultima fracasó en Vietnam y no da buenos resultados en otros conflictos de menor enjundia. Es lo que se ha llamado “matar moscas a cañonazos”. Esta concepción yankee de “hacer la guerra” tiene sus contramedidas y las ha visto China que en caso de conflicto, que su primera fase de defensa  consiste en “dejar ciegos y sordos a los yankees” derribando o destruyendo su entramando de telecomunicaciones incluidos los satélites militares. 

  39. Pío Moa dice:

    Nuevo hilo

  40. Proby dice:

    Perdona, Hegemon, pero lo que tú has escrito es esto: 

    “Las memorias de los generales alemanes adolecen, como es lógico y natural, de una autocrítica (…)”.

    No dices que adolecen “de no ser autocríticas”, sino que adolecen “de UNA AUTOCRÍTICA”, esto es, de una cosa positiva. Y no se puede “adolecer” de una cosa positiva. Sé perfectamente lo que digo. Repasa lo que escribiste y verás.