El itinerante corazón de Macià / Un desbarre de César Vidal

Por qué la CIA no mató a Carrero y por qué Carrero no representaba “al franquismo”. https://www.youtube.com/watch?v=2i2MkxBvw5I

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Cuando murió Macià, primer presidente de la Generalidad en la república, le fue extraído el corazón, que según los separatistas, representaba el corazón de Cataluña. Macià tenía mucho de orate, como reconoce implícitamente su amigo Alcalá Zamora. En 1926 organizó una invasión de Cataluña desde Prats de Molló con sus “bravos almogávares”, al objeto de imponer por las armas la secesión de Cataluña. Como es habitual en las grandes empresas separatistas, la invasión quedó en nada cuando un grupo de gendarmes franceses detuvo sin la menor resistencia a los “almogávares”. Después, diversas complicidades masónicas permitieron a Macià convertir el juicio por su astracanada en Francia, en una plataforma de propaganda contra España.

  Los “hechos” de Prats de Molló convirtieron a Macià en motivo de irrisión en Cataluña. Sin embargo, por una reacción sentimental no inhabitual en circunstancias históricas cambiantes, Macià se convirtió en “héroe nacionalista” al llegar la república, como recuerda un asombrado Cambó. Y procedió a nuevas maniobras golpistas sin consecuencias. Macià murió en diciembre de 1933 y en una ceremonia (masónica, según algunos) el corazón le fue arrancado y guardado en una urna. Hacia el final de la guerra civil, Tarradellas se llevó el corazón a Francia, tras advertir a la familia que el cadáver había sido trasladado a un panteón diferente (Collaso Gil) para evitar profanaciones.

  Llegada la transición, el ayuntamiento de Barcelona preparó una gran ceremonia para devolver el corazón a su lugar de origen. Pero he aquí que el cadáver no se hallaba en el panteón, sino en su tumba original, que los nacionales no habían profanado. La sorpresa mayor se produce cuando se encuentra que el corazón no había sido extraído del cuerpo del pobre Macià. El escándalo fue eficazmente tapado y olvidado, pero no puede negarse que representa bastante bien lo que algunos llaman “la cultura del nacionalismo”, propiamente del separatismo.. Como “la misa negra en la cama de Macià”, de la que ya he hablado.

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   Tres antídotos  contra la ley de memoria histórica, demoledora de la democracia y de la historia:

Los Mitos Del Franquismo (Historia)La guerra civil y los problemas de la democracia en España (Nuevo Ensayo)el derrumbe de la segunda republica pio moa 9788499201849

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Afirma  César Vidal: En no escasa medida, el siglo XIX español fue un desangramiento nacional provocado por el intento –no siempre feliz– de los liberales por crear un estado moderno y la insistencia de la iglesia católica por abortar esa posibilidad

¿De verdad? El poco estimulante siglo XIX español fue un regalo de la invasión napoleónica, de carácter estrictamente contrario a la Iglesia. Hubo una resistencia no solo de gran parte de la Iglesia, sino popular, a unas reformas liberales bienintencionadas aunque sin mucho talento, que el pueblo identificaba con la Revolución y la invasión francesa y sus destrozos. Por desgracia, en la mentalidad popular el liberalismo llegó a España como un acompañamiento de dicha destructiva invasión y en parte también del brutal comportamiento (saqueos, asesinatos, violaciones, destrucción de manufacturas) de los “aliados” protestantes ingleses. Por ello fue una tendencia muy minoritaria que tomó auge apoyándose fundamentalmente en el ejército y en capas minoritarias.  

  Una muy dura guerra civil resolvió el asunto a favor de los liberales (las otras dos guerras carlistas tuvieron mucha menor importancia y las ganaron también los liberales). Por consiguiente, la inestabilidad de la época procedió en parte fundamental de las discordias entre la facción liberal moderada, más fructífera,  y la extremista, ansiosa de imitar a la Revolución francesa y autora de persecuciones y matanzas de religiosos. De ahí provino la plaga de los pronunciamientos, los espadones, las conspiraciones masónicas hasta derivar a una I República desastrosa que estuvo a un paso de destruir la nación española en una triple guerra civil. 

  El antagonismo creado entre amplios sectores de la Iglesia (y del pueblo) y los liberales, entró en vías de arreglo con la Restauración, un liberalismo moderado en relación bastante buena con la Iglesia y con el Vaticano. El “desangramiento” fue así contenido. Había sectores católicos muy reaccionarios, pero minoritarios y sin influencia política, a los que don César trata de dar un protagonismo definitorio, con poco respeto a la verdad.  Y la Restauración se vino abajo precisamente por el surgimiento de mesianismos ateos o ateoides, enemigos frontales de la Iglesia. Mesianismos inspirados, en gran medida, en la propaganda protestante de la Leyenda negra.  

    Creo que don César debiera matizar algo más tanto sus esquemas históricos como su admiración un tanto beata y acrítica por el protestantismo, que, aunque a don César le cueste creerlo, tiene en su haber crímenes y desastres de cierta consideración.  Sin olvidar que hay cierto abuso en  hablar de protestantismo, cuando las doctrinas de Lutero han dado lugar a decenas o cientos de iglesias enfrentadas entre sí, a menudo violentamente y cuyo único común denominador es la aversión a la Iglesia católica, única institución, si no estoy equivocado, que ha permanecido dos mil años superando a menudo crisis extremas frente a mil enemigos. Solo por este hecho debiera ser enfocada esa Iglesia con más precaución y menos “alegría” de la que suelen haber tenido sus muchos enterradores; que han terminado al final enterrados.

(Los dos textos en este blog hace cuatro años)

 

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8 Respuestas a El itinerante corazón de Macià / Un desbarre de César Vidal

  1. Pío Moa dice:

     

    De las tres, Federica fue la única que se explayó ampliamente sobre cuestiones sociales y matrimoniales. Escribió decenas de novelas romántico-ácratas con títulos melodramáticos como La indomable,  El ocaso de los dioses,  Sol en las cimas, La ruta iluminada,  etc.,  las cuales, aun provocando la irrisión de otros correligionarios,  gozaron de vasta difusión en tiempos de la Restauración y de la dictadura de Primo de Rivera –esta no persiguió su propaganda, ni la comunista, pese a proscribir sus organizaciones políticas–, y en la república. A  su juicio, la familia excluía el amor y se basaba en la esclavitud femenina. Admitía la maternidad y cita el desprecio de otro líder anarquista, Max Netlau,  hacia su correligionaria Emma Goldmann, que se había operado para  evitarse tener hijos. Pero en Montseny, la liberación de la mujer se haría siguiendo el modelo de la conducta animal, pues “Entre los animales, los hijos, indistintamente, están bajo la custodia de la colectividad”;  “Las bestias, mucho más sabias que los hombres, saben salvar al instinto de la saciedad, saben conservar la libertad mutua”. “El hogar irá desapareciendo poco a poco”. Le disgustaban formas de amor libre muy extendidas en sus ambientes, como “catar mujeres, abandonándolas al cabo de dos meses con la insolencia triunfante del seductor”, o “ese otro amor libre practicado por no pocas mujeres, que en nada se diferencia de la prostitución”. Algo contradictoriamente, en el amor libre apelaba “a la pasión y sus locuras sobrehumanas”, “al margen de toda moral”. No sabemos si  su relación con Germinal Esgleas, de quien tuvo tres hijos, respondería a esas pasiones amorales.

     

  2. Alvo dice:

    Pues otra trastornada… con muchos seguidores…

  3. Alvo dice:

    Por ello fue una tendencia muy minoritaria que tomó auge apoyándose fundamentalmente en el ejército y en capas minoritarias. 

    ¿Por qué en el ejército? 

  4. Alvo dice:

    Entre los animales, los hijos, indistintamente, están bajo la custodia de la colectividad.

    Algo así le dijo la trastornada Praxágora a Blépiro hace cientos de años… 

  5. Alvo dice:

    Me imagino que esas novelas deben ser la monda… 

  6. Alvo dice:

    Leo en varios sitios anarquistas grandes alabanzas… “una vida excepcional”… “una voluntad firme, de metal”… “una educadora del pueblo”.. 

  7. Alvo dice:

    Cuando Napoleón secuestró al Papa publicaron en algún periódico “Pío VIII y último”.. sí, sí.. 

  8. Pío Moa dice:

    El ejército se contagió de los ingleses y de los franceses, a través de logias, sobre todo.