El descrédito de la historiografía universitaria

Rasgos del catolicismo español en la Reconquista: https://www.youtube.com/watch?v=L18MFp4ktqE&t=12s

La Reconquista Y España

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No me refiero, claro está, a toda la historiografía universitaria, sino sólo a la referida a la república y la guerra civil, cuya muy mediocre calidad intelectual y deontológica he podido comprobar fehacientemente, y ahora, por enésima vez, en un artículo de Javier Tusell, en El País, sobre el revisionismo histórico.

 El problema para Tusell es éste: En España ha aparecido un revisionismo histórico en los últimos tiempos que siempre ha movido a la duda acerca de si merecía la pena dedicarle alguna atención. ¿Duda? Ninguna. Tusell y otros de su cuerda le vienen concediendo la máxima atención. No la atención que uno esperaría de personas intelectualmente agudas y de espíritu liberal, sino más bien la de grupillos de poder con aspiraciones a monopolizar el cotarro, asustados por la competencia.

En cuanto a mis libros los otros aludidos hablarán de lo suyos, si lo estiman oportuno, las réplicas de Tusell y compañía nunca han pasado de exhortaciones a la censura, a sepultarlos en el silencio. El prestigioso historiador Stanley G. Payne, libre de las conocidas servidumbres de la universidad española, lo ha expuesto con precisión: Quienes discrepen de Moa necesitan enfrentarse a su obra seriamente y, si discrepan, demostrar su desacuerdo en términos de una investigación histórica y un análisis serio que retome los temas cruciales que afronta en vez de dedicarse a eliminar su obra por medio de una suerte de censuras de silencio o de diatribas denunciatorias más propias de la Italia fascista o la Unión Soviética que de la España democrática.

A juicio de Tusell, el nefando revisionista “no parte de preguntas, sino de seguridades o de presunciones. No acude a fuentes primarias, sino a las secundarias que pretende elaborar con originalidad. Lo hace, sin embargo, con extravagancia, acudiendo a interrogantes inapropiados (…) suele magnificar el dato irrelevante para sus propios fines o tomar la parte por el todo. Huye de matices porque lo suyo es el dualismo maniqueo, la simplificación o la parcialidad“. Espléndida descripción inicial, cuyo único defecto es que no la demuestra en ningún momento. Son acusaciones por las buenas, simplemente.

Por descender de la retórica a los hechos, yo he basado lo fundamental de mi investigación en los archivos del PSOE guardados en la Fundación Pablo Iglesias, en especial el archivo de Largo Caballero, en el Archivo de Salamanca y otros, en el diario de sesiones de las Cortes, en las declaraciones de los políticos en la prensa de la época, en los testimonios de los procesos Es decir, lo he basado en fuentes indiscutiblemente primarias, como sabe muy bien todo aquel que me haya leído, en especial el libro Los orígenes de la guerra civil, el cual considero la clave del resto de mi obra. Si Tusell lo ha leído miente al decir lo que dice; y si no lo ha leído parlotea, y en ello se retrata, no precisamente como el intelectual serio por que pretende pasar.

los mitos de la guerra civil-pio moa-9788497340939los mitos del franquismo-pio moa-9788490603499la guerra civil y los problemas de la democracia en españa-pio moa-9788490551394

La duda sobre si ha leído aquello que critica se acrecienta cuando describe así mis trabajos: Moa empieza, por ejemplo, por considerar que la CEDA no era nazi, para llegar a la conclusión de que la Guerra Civil empezó por culpa de la izquierda en octubre de 1934. Pero, además, presume una conspiración desde comienzos de siglo de izquierdistas y nacionalistas y dice descubrir su capacidad destructiva ¡en una sociedad secreta! Evidentemente, Tusell puede aplicarse a sí mismo lo del dualismo maniqueo, la simplificación y la parcialidad que achaca a otros; por no decir sin más que miente. Si algo queda perfectamente nítido a partir de las fuentes primarias del PSOE, que Tusell ignoraba y quiere seguir ignorando, es que en 1934 (70 aniversario este año) dicho partido se propuso, textualmente, organizar la guerra civil para implantar una dictadura proletaria. Sobre ello no puede caber la menor duda a nadie que, simplemente, quiera abrir los ojos. Y no sólo se propuso el PSOE la guerra civil, sino que la llevó a cabo, aunque fracasara, dejando la broma de 1.400 muertos en dos semanas. Y fracasó porque los obreros no le siguieron, salvo en la cuenca minera asturiana, y porque la CEDA, que desde luego era un partido moderado, contra lo pretendido años y años por la propaganda contraria, defendió entonces la legalidad republicana y las libertades. Algo muy parecido a lo del PSOE puede decirse de los nacionalistas catalanes de la Esquerra. ¿Llamaría Tusell a esto datos irrelevantes y magnificados interesadamente?

Por otra parte yo no hablo de culpas, pues, sean cuales fueren, debemos darlas ya por zanjadas. Lo que he procurado ante todo es hacer inteligibles los procesos, ideologías y falsos razonamientos que llevaron a la guerra, pues comprenderlos puede ayudarnos a evitar derivas parecidas. En cambio las condenas arbitrarias tan abundantes en los últimos tiempos sólo reabren las viejas heridas y odios, labor en que está empeñada ahora tanta gente, con una desvergüenza e irresponsabilidad que no suscita crítica alguna en intelectuales tan supuestamente escrupulosos como Tusell.

Sobre la conspiración y la sociedad secreta, o bien Tusell, una vez más, no ha leído mis libros, o bien no ha entendido nada de ellos, pese a concordar todo el mundo en que escribo con claridad. Nunca he creído en las teorías conspiratorias de la historia, pero es evidente que las conspiraciones han existido siempre y han tenido un papel. La sociedad secreta, la masonería, supongo, tuvo influencia de sobra comprobada en algunos sucesos y momentos históricos (en las primeras Cortes republicanas, por ejemplo, había más masones que representantes de cualquier partido). Pero una cosa es señalar tales hechos indudables y no disimularlos, como hacen algunos historiadores, y otra explicar el desarrollo histórico a través de conspiraciones masónicas, cosa que yo no he hecho en ningún momento.

Tusell, por tanto, necesita falsificar mis tesis (como otros muchos) para atacarlas, probando así la inconsistencia y carácter fraudulento de su crítica. Y aún más fraudulento y contradictorio resulta el hombre cuando justifica su retirada ante un debate intelectual con el patético argumento de que los libros revisionistas en nada facilitan la convivencia. Si esto fuera así, y precisamente por su peligro para la convivencia, Tusell y compañía deberían esforzarse en polemizar hasta hacer añicos las tesis de esos libros, máxime cuando gozan de tal difusión. ¡Pero hacen justamente lo contrario! Rehúyen el debate amparándose en exigencias académicas que, como acabamos de comprobar, no cumplen ellos mismos en lo más mínimo. Para colmo, no se les ocurre otra cosa que despreciar a los lectores, a quienes tildan de público poco propicio a sofisticaciones. Payne, Seco, Cuenca Toribio y otros más han hecho grandes elogios de mis libros. ¿Serán poco propicios a sofisticaciones? En fin, con tales argumentos entramos en el terreno de la puerilidad, también muy reveladora del nivel científico de tales críticos. La convivencia entre los españoles, señor Tusell, debe basarse, entre otras cosas, en la búsqueda y el respeto a la verdad histórica, y no en el mantenimiento de mitos convenientes para algunos grupos de presión.

¿Por qué extiendo al conjunto de la historiografía universitaria el descrédito que, en rigor, sólo corresponde a gente como Tusell? Por dos razones: porque son estas gentes quienes han marcado la pauta, han pontificado y dominado en ese mundillo durante muchos años; y porque otra gente mucho más valiosa ha mantenido una postura acoquinada, asustadiza y hasta reverencial ante los más gritones y descalificadores. El desprestigio de una institución no lo labran sólo los charlatanes prepotentes, sino también, y no menos, las personas de mérito pero escasas de valor moral para enfrentarse a aquellos resueltamente, con la razón pero sin falsos respetos. Si estos últimos tienen en cuenta lo que está en juego, es de esperar que encuentren los bríos necesarios para no inhibirse y disimular ante la superchería.

(En La ilustración liberal, diciembre de 2004)

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*Si la Delgado dimite no debe ser en absoluto por sus frases, que exponen un saludable desprecio por la corrección política, sino por tratarse con delincuentes como Villarejo o Garzón. Pero en España se está perdiendo toda perspectiva moral.

*A ver si nos dejamos de hipocresías. Si por mentir debera dimitirse, no quedaría un político en su cargo.

*¿Y por qué la Delgado no ha de preferir un tribunal de hombres a uno de tías? ¿Es que ya no se pueden tener preferencias?

*La palabra “maricón” tiene dos sentidos: condición de homosexual masculino y mala persona (como “cabrón”) No queda claro en qué sentido la usó la ministra.

*Me asombran esas acusaciones de mentir a la Delgado. ¿Acaso hacen otra cosa casi todos los políticos y a todas horas?

*Marlasca está orgulloso de ser maricón. ¿Dónde está el insulto?

*La Delgado  no ha dicho ninguna mentira. En España el miedo a la verdad se ha vuelto enfermizo.

*Observen este fenómeno de tan profundo significado: blasfemar o insultar o calumniar de mil formas a la Iglesia se ha convertido en una virtud. Molestar lo más mínimo a los homosexistas se ha convertido en un sacrilegio punible.

*Se ve que no se trata ud mucho con el pueblo llano. Los cursis dicen “gay”, pero la gente común dice “maricón”. Claro que en “gay” hay cierta carga de orgullo y en “maricón” cierta carga de menosprecio por el “amor estéril”.

*Pedro Duque debería dimitir a tiempo. Ha de comprender que estar en el gobierno del tío de la tesis contamina, y mucho.

*El instituto Elcano debería llamarse Francis Drake. Es un instrumento de colonización política y cultural sobre España.

 

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11 Respuestas a El descrédito de la historiografía universitaria

  1. Alberto GT dice:

    Si Dolores Delgado fuese del PP, el lobby LGTBI junto con Podemos ya estarian haciendo manifestaciones para su dimisión.

  2. Yo no os entiendo. ¿Maslaska no está casado con Gorka Gómez? ¡Sí, padre! Pues entonces es maricón por muy temprano que se levante, y digan lo que digan, los demás. ¿Cuál es el problema? ¿Qué no podemos decir maricón? ¿Y eso? Pues maricón es una palabra que toda la vida de Dios ha significado lo que efectivamente significa, igual que moro, por poner otro ejemplo. A mí nadie me va a decir como tengo que nombrar las cosas, sólo faltaría…
    https://www.elespanol.com/corazon/famosos/20180607/parejas-nuevos-ministros-gobierno-pedro-sanchez/313219026_0.html

  3. Además, me parece muy normal que cualquier mujer se refiera a un maricón con cierto tono de reproche, o incluso de sorna. Tiene todo el derecho del mundo a hacerlo, especialmente si estamos ante una conversación informal… Luego, no veo que haya nada que decir al respecto. Otra cosa es, que sigamos alimentando la hipocresía en la sociedad, pero eso ya es problema de cada uno. Y otra cosa es también que Dolores Delgado forme parte de la mafia político-policial que tanto daño a España, encabezada por el ínclito Garzón que me parece un ser abyecto y siniestro. Tiene que dimitir la ministra, pero lo de menos es haberle llamado maricón a Marlaska por razones obvias…

    Yo aquí, sólo tengo que añadir una cosa. Fui el primero (que yo sepa) que vio la posible relación ante la profanación anunciada a la tumba del Caudillo, y las probables desgracias que podrían recaer sobre quienes osaran importunar el merecido descanso de nuestro héroe. Ahora Federico alimenta esta hipótesis que parece tomar tintes de veracidad. No en vano, ya han caído dos ministros, y está el Gobierno del miserable Falconetti, en proceso de descomposición. Y es que este tipo de cosas, siempre le habían resultado positivas al PSOE, pero en el mundo todo ha cambiado desde que existen las redes sociales.

  4. manuelp dice:

    No me refiero, claro está, a toda la historiografía universitaria, sino sólo a la referida a la república y la guerra civil …
     
    Pues se equivoca usted don Pio. Mire lo que se dice en un artículo de 2008 sobre “Tendencias recientes del medievalismo español” tema ajeno completamente a la republica y la guerra civil.

    Ver punto 7 de la pagina 39 del pdf numerada como 101.

    http://dadun.unav.edu/bitstream/10171/17767/1/47327870.pdf (página 39)
     
    Esa generación perdida de que habla el articulo que quedo fuera en los años ochenta es la que no comulgó con lo que mencionaba hace días el catedrático Enrique Gimbernat en un articulo citado aquí sobre la Ley de Reforma Universitaria del PSOE de 1983 que supuso el copo de las universidades. Así hoy hay universidades que no tienen catedrático de Historia medieval pero si tienen dos catedráticos de Historia contemporánea que solo por casualidad son afines al PSOE y a su “vision” de la Historia de España.
    No le vendría mal bajarse del guindo con este tema igual que con su muy insostenible defensa de la democracia de partidos, solo por enterarse porque atacarle le van a atacar igual los representantes de esa historiografía por muy equidistante que quiera parecer.

  5. Alberto GT dice:

    Miguel Ángel, el problema es que el PSOE se dedica a perseguir a todo el que toque esos temas. Y luego su Ministra se permite lo que prohíbe

  6. manuelp dice:

    MA
    Sobre la “maldición” ya Gustavo Adolfo Bécquer escribió una preciosa leyenda, “El beso”
     

    En el momento en que su camarada intentó acercar sus labios ardientes a los de doña Elvira, habían visto al inmóvil guerrero levantar la mano y derribarle con una espantosa bofetada de su guantelete de piedra

    http://www.bibliotecaspublicas.es/donbenito/imagenes/Gustavo_Adolfo_Becquer_-_Leyendas_-_v1.0.pdf

    paginas 21 a 49

  7. Hegemon dice:

    Manuelp:

    A pesar de ello, no ha impedido que España disfrute de grandes medievalistas. 

  8. manuelp dice:

    Hegemon
     
    Desde la “Transición”  hacia aquí digame usted alguno.

  9. manuelp dice:

    Me refiero reconocidos académicamente con puestos relevantes en las universidades.

  10. Elemental querido Alberto, porque todo en el PSOE es falso…

  11. Pío Moa dice:

    Nuevo hilo