Sobre la decadencia española

  1. Decadencia, pese a ciertas mejoras. Bajo Carlos II y luego durante el siglo XVIII, el país se recuperó demográfica y materialmente, pero su productividad cultural bajó. España pasó entonces de unos 7,5 millones de habitantes a 10,5, gracias a medidas racionalizadoras de origen francés, menor incidencia, por causas desconocidas, de las epidemias y a un mayor conocimiento de la economía, pues la riqueza del país también aumentó. Durante milenios, los saberes económicos no entendían la escasez y las alternancias entre prosperidad y miseria; pero a lo largo del siglo XVIII la economía llegaría a ser una nueva ciencia, poco exacta.  El XVIII español recuerda al XVI en el aumento demográfico y económico, y se diferencia en la ausencia de una eclosión  cultural ni de lejos semejante. Por lo demás, los monoteísmos, los movimientos espirituales más potentes de ls historia, nacieron en los eriales del Oriente Próximo, y el esplendor griego lo hizo de preferencia en los secarrales del Ática. En la propia España el Siglo de Oro había sido un producto ante todo de la áspera meseta.
  2.    Decaimiento tan sorprendente ha suscitado mucha discusión. S. Payne ha escrito: “Quienes se adhieren a las tesis de Weber sobre la relación entre el protestantismo y el capitalismo afirman que un país tan católico como España era inevitablemente incapaz de llevar a cabo, en el siglo XVII, las drásticas transformaciones de su estructura económica y de su marco sociocultural. Esto es sin duda cierto, pero no solo a causa del catolicismo español. La católica Francia desarrolló en el siglo XVII una de las economías más avanzadas del mundo (…) La católica Bélgica fue, más tarde, el único país que se industrializó con tanta rapidez como Inglaterra. El obstáculo a un nuevo desarrollo en España no radicaba en la religión como tal, sino en la cultura española, en la cual estaba encajada la religión”.
  3. Como indica Payne, el decaimiento de la católica España no puede oponerse a un esplendor protestante general, pues ni todos los países protestantes ni los católicos experimentaron auge y declive respectivamente. Inglaterra (el menos protestante de los países protestantes) y partes de la Alemania “reformada” se hicieron ricas y productivas en casi cualquier terreno, pero otras zonas alemanas protestantes siguieron pobres, así como Escandinavia o Escocia, y Holanda decayó. El desfase entre países católicos y protestantes no fue muy grande… (Nueva historia de España)
  4.    Se han dado muchas descripciones del atraso español: rutinarismo, retracción de la enseñanza superior y media –acentuada en 1767 por la expulsión de los jesuitas–, aumento de la vida marginal, de la prostitución, la baja claridad del clero, obsesión enfermiza por el honor reducido al afán incluso delictivo de aparentar, corrupción del poder, ostentación parasitaria de los poderosos en contraste con la (relativa) vieja sobriedad, un tipo de caridad que fomentaba la vagancia (…)
  5.    Al principio de este libro expuse la tesis de que el factor religioso es el foco de las culturas, contra la atribución de ese carácter a la economía o versiones eclécticas que valoran por igual diversos factores (…) Podría objetarse que el siglo XVIII se alejará de la fe hacia la razón y la ciencia, relegará un tanto al clero y secularizará la cultura y la vida común. Sin embargo cabría contraargüir que la relevancia otorgada a la razón y la fe nace del cristianismo, y que una y otra chocan con la religión solo cuando se convierten, a su vez, en fes sustitutorias. Sin entrar en más disquisiciones, me inclino a pensar que la eclosión de personajes brillantes durante la edad dorada española tiene mucho que ver con aquel espíritu religioso que produjo las disputas y especulaciones de la Escuela de Salamanca, la poesía mística, la reforma de Trento o una vida universitaria inquieta; mientras que la decadencia  reflejaría una religión ritualista y formal, esclerótica y a la defensiva, cada vez más milagrera, “popular” hasta extremos grotescos, con acentuado contraste entre el estilo más rigurosamente cristiano y la superstición, la popularidad de la blasfemia y las conductas inmorales. Los mismos fenómenos de religiosidad degradada se daban en el siglo XVI, solo que en menor proporción  y contrarrestados por el impulso reformista eclesiástico, lo que fue dejando de ocurrir en el siglo XVII (Nueva historia de España)
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8 Respuestas a Sobre la decadencia española

  1. Pío Moa dice:

    A finales del siglo XVII los problemas de España se agravaron al morir sin heredero el rey Carlos II. Entonces España pasó de protagonista a objeto de apetencias foráneas. París y Viena negociaron a espaldas de Madrid el reparto de las posesiones españolas, acuerdo que fracasaría. Francia se haría demasiado poderosa si lograba satelizar a España, por lo que Inglaterra, el Sacro Imperio y Holanda le declararon la guerra,  que en Españase desdobló en guerra civil  (de Sucesión) entre partidarios del borbón propuesto por París y del habsburgo  Archiduque Carlos.Ganó Felipe V de Borbón.

       La contienda finalizó en 1713, con la paz de Utrecht, con Inglaterra y Francia como grandes vencedores, y España y Holanda como perdedores. Francia ganó el éxito estratégico de hace de Madrid una monarquía afecta y subordinada; Inglaterra arrebató  a Francia varias de sus posesiones en América y utilizó su apoyo al Archiduque Carlos para quedarse con Gibraltar y Menorca, erigiéndosepolítica similar a la que mantenía con Portugal en protectora de Cataluña; privilegio que abandonó oportunamente sin renunciar nunca del todo a él. El Sacro Imperio recogía las posesiones españolas en Italia y Flandes (Bélgica), a cambio de su renuncia a la corona española. Otro acuerdo muy relevante fue el reconocimiento de Prusia y Saboya como reinos: de ellos partiría la unificación alemana e italiana como nuevas naciones, que se cumpliría siglo y medio después. Prusia, y también Rusia, se iban conformando como nuevas grandes potencias.        

        La decadencia de España, aunque palpable, no significó quiebra, y a lo largo del siglo XVIII el país retuvoy amplió su imperio ultramarino, exploró en América  hasta Alaska y realizó expediciones científicas;  también adoptó métodos franceses de explotación colonial que provocaron algunas revueltas; y recobró el control indirecto de Nápoles y Sicilia.  En conjunto permaneció como gran potencia, la tercera de Europa, capaz de infligir a Inglaterra dolorosas derrotas por mar, entre ellas la de Cartagena de Indias en 1741, la más desastrosa de su historia junto con la de Lisboa siglo y medio antes. También recuperó Menorca, si bien Gibraltar  continuó en manos inglesas como símbolo y recuerdo de una decadencia que no acababa de superarse.

     

       De todos modos, el país se vio parcialmente subordinado a Francia por los Pactos de Familia, que lo llevaron a guerras con Inglaterra en las que perdió varios territorios americanos; aunque en compensación recibiera de Francia la enorme Luisiana, un cuarto de la actual Usa. También la cultura francesa se impondría por lo que el siglo XVIII cabe considerarlo, sin demasiada exageración, como el siglo francés en España.

       Durante esa época, Inglaterra fue desplazando a Francia en las guerras coloniales, dentro de una pugna constante por la hegemonía mundial. A partir del último tercio del siglo, Inglaterra adquirió además la ventaja cualitativa de la revolución industrial, que le daría por largo tiempo, sobre todo en el siglo siguiente, una imbatible capacidad comercial y bélica. Pero, en el continente, Francia se mantuvo como la mayor potencia política y militar, además de ejercer una influencia cultural preponderante, desde España a Rusia. Era el país más rico, centralizado y  racionalmente organizado del continente y la placa giratoria del movimiento cultural conocido como la Ilustración, que acentuaba al máximo tendencias del Renacimiento, cultivando la razón y la ciencia y oponiéndolas a la fe cristiana.

       Aquella revolución iba a tener consecuencias transcendentales en España, y lo mismo, más a largo plazo, otra en el norte de América. Allí, en 1775,  trece colonias inglesas se rebelaron contra la metrópoli, a la que derrotaron con ayuda muy importante de Francia y España. Se ha destacado siempre la intervención francesa, pero la española fue posiblemente más decisiva, al expulsar a los ingleses de puntos estratégicos e impedirles una ofensiva desde el oeste, por el Misisipi. La independencia de aquellos estados tuvo un carácter revolucionario por cuanto instituyó un gobierno de nuevo tipo, llamado democrático, aplicando prácticamente corrientes del pensamiento europeo, entre ellos el español, contra los gobiernos tiránicos. El nuevo país iba a adquirir pronto un empuje extraordinario e influir negativamente en los intereses hispanos en América.

       Otro efecto indirecto de la independencia de Usa fue el agravamiento de los problemas de Francia. La ayuda a los rebeldes americanos dejó al país fuertemente endeudado, pero además el contagio del nuevo pensamiento democrático radicalizó  a los  promotores de la Ilustración y profundizó el descrédito de la monarquía, interpretada por muchos como un sistema arcaico y despótico.

     

  2. Alvo dice:

    El País dice que

    “Tener un segundo hijo deteriora la salud mental de los padres”

    Pues Cebrián que tiene 6, debe estar como una puta cabra ….. Es lo de siempre, animar a no tener hijos y llenar España de moros o lo que sea ….

  3. Es que “El País” está en pura decadencia, si es que alguna vez tuvo alguna luz de algo. Yo desde luego, sólo por eso, lo cerraba una semana. Habría que preguntarle a Ana Botín porque su banco apoya a este grupo Prisa, que está en la quiebra desde hace diez años, y que vinculación tiene eso con su presencia continua en todas las reuniones Bilderberg, y con los planes para reducir la población mundial de de determinada élite en el planeta. Y que encaje tiene esto con esa afirmación del periódico. Es que luego no quieren que seamos conspiranoicos, pero nos lo ponen en bandeja…

  4. ramosov dice:

    Esta es la última encuesta que ha salido. En ella se comprueba que unas elecciones, hoy día, se ganan con poco más del 20% de voto, con lo que habiendo ya cinco partidos en liza a nivel nacional, las subidas y bajadas de unos pocos puntos porcentuales, pueden dar verdaderos vuelcos a los resultados. Nada que ver con la etapa bipartidista. Los 12,1% que da a VOX están a solo 7 del resultado vaticinado para el PP, con lo que este último partido se vería superado con solo que le dieran otro bocado de un 4%.  
    El psoe ganaría las elecciones porque Podemos no le quita ya votos, sino que se estanca en ligero descenso, lo que sugiere que es el psoe el que le quitaría algo a Podemos. Y entre psoe y ciudadanos debe darse un ligero trasvase mutuo. Ciudadanos sube porque con el psoe debe ir a la par en cuanto a trasvase de votos, pero le sigue quitando a PP. Y este último partido pierde aceite por todas partes: algo se le sigue yendo a ciudadanos y mucho -y creciendo- a VOX.
    Los medios de comunicación -izquierdistas en su mayoría- consideran  invariablemente “partido de derechas” a ciudadanos, lo que hace muchos se lo crean, e incluso los medios derechistas en la publicación de estas encuestas incluyan siempre un apartado en el que recuerdan cuanto sacarían pp,ciudadanos y vox juntos -las “tres derechas” se piensan ellos-. Pero la verdad es que ciudadanos podría irse a negociar con el psoe sin el menor problema si al hacer cuentas, éstas son ventajosas para ellos. 

  5. Yo todas estas encuestas las encuentro absolutamente inútiles, porque la política ha llegado a un punto donde la imparcialidad es una quimera, incluso la imparcialidad de las encuestadoras. En mi opinión VOX sacará más porcentaje del que piensan algunos, y el PSOE menos de lo que presumen esos mismos. Además, todo lo que ahora estamos pensando saltará por lo aires en unas pocas semanas cuando empiece el baile del juicio a los golpistas…

  6. Alberto GT dice:

    Moa, ¿Qué opina sobre Defensa de España de Stanley Payne?

  7. Pío Moa dice:

    Nuevo hilo. El libro de Payne me parece muy bueno comparado con la basura que circula.