Este sábado, en Radio Ya, hablaremos de las fosas del franquismo.
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Para difundir en las redes
*Es preciso que todos los demócratas y amantes de la verdad histórica emprendamos una gran campaña en los medios y en las redes sociales, explicando lo que fue el Frente Popular y el origen de la democracia,. Democracia que están demoliendo los antifranquistas, es decir, los separatistas y sus cómplice PP y PSOE. Llamo a todos a una movilización contra los planes del Doctor Makarra.
*El Doctor Kanalla está emperrado en ultrajar los restos de Franco. Es decir, en ultrajar la democracia, porque la democracia fue decidida por absoluta mayoría en el referéndum de 1976 “de la ley a la ley”, es decir DESDE el franquismo y no CONTRA él. Y sí CONTRA la ruptura que proponían los herederos del Frente Popular, hoy doctorados. Que hoy quieren vengarse de Franco y del pueblo atacando la historia y la convivencia en paz de los españoles.
*Sobre la profanación de la tumba de Franco (y de la democracia), pueden pasar tres cosas a) que el Supremo lo consienta, vulnerando la ley (cosa no imposible, por desgracia). Que no lo consienta, con lo que toda la operación del Doctor Kanalla se vendría abajo. O que la banda del Doctor desafíe al Supremo y realice la profanación por la fuerza. en este caso sería posible que el Doctor y su pandilla terminaran en la cárcel, que es donde deberían estar ya.
*El Frente Popular fue una amalgama de totalitarios, separatistas y golpistas, tan aficionados a la guerra civil que organizaron una entre ellos mismos, en mayo de 1937, y se hundieron en otra, en marzo de 1939. Y tan aficionados al asesinato que se asesinaron entre ellos mismos con entusiasmo. Conviene que todo el mundo lo sepa.
*El Makarra es esencialmente un matón cobarde. ¿Recuerdan la chulería con que amenazó con acciones penales a quienes acusaran de falso su doctorado? Eduardo Inda le desafió sin el menor respeto a un personaje tan vil, y el matón tuvo que envainársela. El video de Inda aquel era buenísimo

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Usted ha dicho varias veces que la Unión Europea es precisamente antieuropea, y en su libro sobre Europa viene a sostener algo parecido.
Lo primero que es preciso aclarar es qué entendemos por europeo. Europa es una civilización, es decir, una cultura muy elaborada a lo largo de más de dos milenios. Si usted quiere convertirla en una amalgama multicultural ya está atacando precisamente aquel punto fundamental que distingue a Europa y que la hace algo más que geografía. Podemos empezar por ahí.
P. Pero también podría verse el multiculturalismo como una evolución lógica a partir del pensamiento europeo, de lo que ha caracterizado a Europa, en contra de una esclerosis de ese pensamiento en formas ya superadas. Quiero decir, un punto esencial de la tradición europea es la defensa de los derechos de la persona, la lucha contra la tiranía, y el multiculturalismo iría en esa dirección.
Sí es un principio básico, creo que inexistente en otras culturas, aunque de un modo u otro está implícito en todas, como una idea de justicia. Pero hacerlo explícito ha sido fundamental, porque permite su desarrollo. En España tenemos hitos clave como los conceptos de San Isidoro, el Fuero de León, las Cortes de León o la Escuela de Salamanca. Es ya una larga tradición. Pero esa tradición se ha forjado en lucha con otras contrarias, como la consustancialidad de política y religión, o la presunción de que el status social de los individuos venía determinado por voluntad divina, y cosas parecidas. Y eso no se da en otras culturas, o al menos no con la intensidad y claridad que en la nuestra. Si admitimos a esas culturas en igualdad de condiciones en nuestro propio territorio, estamos diluyendo la nuestra, anulándola. Eso es un completo absurdo.
P. Pero usted debe admitir que Europa es una de las partes más ricas del mundo y con más libertades políticas y estabilidad interna desde la II Guerra Mundial. Por tanto el multiculturalismo no tiene por qué ser una amenaza grave. Al revés, esas culturas que inmigran a Europa terminarán asimilándose a la europea, integrándose en ella, precisamente porque ella les otorga los mismos derechos.
Creo que en esa concepción hay dos errores de raíz, una sobreestimación y otra subestimación, como he querido exponer en el libro: se sobreestima la fuerza cultural europea y se la subestima reduciéndola a capacidades técnica y económicas. Con lo cual se anula precisamente el poder, mayor o menor, de la cultura europea. Se apoya en la idea de que la economía, la técnica, es el fundamento de todo, y que, conforme evoluciona, evoluciona la sociedad, explica su historia, en fin. Tiene un fondo marxista, asimilable por el liberalismo o ciertas formas de él: la economía es la base y lo demás son ideologías, instituciones o ilusiones dependientes de ella.
P. Usted no puede negar la importancia de la economía.

Esa objeción es ridícula. Nadie niega esa importancia. Lo que niego y he intentado demostrarlo en mi libro, es que esa concepción marxista o marxistoide tenga valor. La economía no es todo, como dijo un pensador español conocido, es que tampoco es la base explicativa de la sociedad. En todas las sociedades es la religión, y en el caso europeo, sus evoluciones y movimientos proceden de sus contradicciones internas, no voy a repetirlo ahora, de la fe y la razón, esa tensión tan típica del cristianismo y que puede convertirse y se ha convertido en antagonismo. Esta es una clave que habría que desarrollar. Pero observe usted los análisis generales que se hacen: todo son índices económicos, de renta per cápita, de innovación técnica, de productividad, etc. etc. Todo es reducible y se reduce en definitiva a comercio, a dinero. En el libro he expuesto la crítica que sobre esa base hace el marxismo al liberalismo: sus libertades son ficticias desde el momento en que la riqueza entre los individuos es desigual. Y es una crítica sólida. Con la caída de la URSS se ha dado por triunfante definitivamente el sistema liberal, pero es un espejismo. Tiene sus propias contradicciones. Se ha sustituido una religión por otra, la del dinero. Que tiene sus ventajas, porque es mensurable y en ese sentido parece más científica. Pero es un espejismo, repito.
P ¿Es un espejismo la comparación de unas sociedades y otras por el PIB?
Vamos a exponerlo de otro modo. Al hablar de cultura y de historia hablamos de personas, lo cual ya tiene elementos no solo no mensurables, sino también misteriosos. Imagine la biografía de cualquier persona, un zapatero, un político, un artista, un comerciante, un científico… ¿Podríamos narrarla así: a tal edad ganaba tanto dinero, luego pasó una crisis en que ganaba menos y tuvo que cambiar de profesión, pero nuevamente le llegaron tiempos nuevos y se forró. Al morir dejó muchos millones de pesetas o de euros o de dólares, lo que demuestra que tuvo una vida lograda; o bien: murió en un chamizo y dejando muchas deudas, lo que revela una vida frustrada y desdichada. Porque sí hizo unos zapatos muy buenos, o unas pinturas que algunos dicen que estaban muy bien, pero no las compraban, o unas transacciones comerciales que parecían bien enfocadas pero que resultaron ruinosas… Así que, en resumidas cuentas, y si vamos a lo que importa, el pobre no consiguió nada en la vida. Menos mal que le quedó algo para ir a putas y desahogarse, pero aun así…, una frustración. Naturalmente, nadie creerá en serio que se pueda tratar de ese modo la biografía de una persona reduciéndola “a lo esencial”, a lo “científico” y mensurable. Pero cuando se trata de sociedades enteras, como Europa, ese es el criterio que se aplica: la cultura sería, en definitiva, una manera de ganar dinero: las culturas que más lo facilitan son las mejores. Es una religión, porque se basa en una fe, la fe en el becerro de oro, por retomar el interesante mito de la Biblia.
P ¿Quiere decir que la cultura europea no solo no es la de la Unión Europea, sino que esta representa su decadencia? Porque no todo se reduce al PIB. Están las libertades, los derechos del individuo, la creatividad cultural… Eso se reconoce también en la UE.
Se reconoce, como también lo hacía el marxismo, pero como derivado y en definitiva como elemento secundario… Y reducible también a comercio y dinero. La UE significa la degradación de la civilización europea. Si fomenta el multiculturalismo es precisamente porque refleja una decadencia. Debiera estar claro que con la II Guerra Mundial, la Guerra de las Tres Ideologías, Europa, como civilización, ha entrado en una profunda decadencia, aunque le reste cierta voluntad de poder. Otras culturas pueden admirar a la europea por sus logros económicos pero la desprecian desde un punto de vista más amplio. Tengo la convicción de que la civilización europea es superior a las demás, pero eso no significa que no tenga muchos puntos débiles a lo largo de su historia. No sería humana si fuera perfecta. Dista mucho de la perfección.
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