Conforme los Tres Grandes decidían la liquidación de Franco, PSOE, monárquicos y PCE preparaban el futuro para España: 215 – PSOE, monárquicos y PCE preparan el futuro de España – YouTube
*Ha salido una nueva televisión “7nn”, con contenidos muy distintos de los habituales. Creo que hay que verla.
*Creo que también hay que apoyar a Hazte Oír, que defiende lo que los obispos no hacen ni harán.
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Historia de la mentalidad lacaya
A lo largo del siglo XX y lo que va del XXI, se ha extendido una mentalidad de lacayo que busca supeditar España a los intereses de otras potencias, sean Inglaterra, Francia, la URSS o a Usa. El fondo de ese servilismo es un autodesprecio hispano que viene de lejos y que ganó fuerza especial, denunciada por Menéndez Pelayo, después del “desastre del 98″. Esa mentalidad, extendida entre intelectuales y políticos, se manifestó con plena fuerza durante la I Guerra Mundial. España “tenía que participar”, clamaban desde Ortega a Azaña, algunos también al lado de Alemania, aunque estos, más bien, querían evitar la participación española. ¿Por qué habría que participar? Porque ¡cómo iba a quedar aislado un país en un conflicto que afectaba al mundo entero! Y había que entrar al lado de Francia e Inglaterra, precisamente, nuestros “aliados” históricos, al parecer, y en nombre del progreso y la libertad, o lo que se les ocurriera. Claro está que quienes pagarían con su sangre serían “los de abajo”, y España no tendría nada que ganar, como no lo tuvieron Italia, Portugal o Grecia, y sí mucho que perder. En esa ocasión Alcalá-Zamora se portó como estadista evitando que el nefasto Romanones nos metiera en la contienda por un acto consumado aprovechando las vacaciones parlamentarias. También sospechó Alcalá-Zamora que en el fondo de la huelga revolucionaria de 1917 hubiera un designio, desde el exterior, para conseguir lo mismo; que bien pudiera ser. Pero, en fin, a pesar de todo España permaneció neutral, de lo que extrajo grandes beneficios, en lugar de la pobreza y desastres sociales de Portugal o Italia, no digamos de Grecia. Cambó explicó esa conveniencia para España, aunque con argumentos algo pedestres.
En la II Guerra Mundial hubo también cierto movimiento a favor de la entrada junto a Alemania, que no prosperó gracias a Franco, cuya visión de los intereses del país fue en verdad providencial. Por supuesto, había muchos partidarios de hacer del país carne de cañón de soviéticos o anglosajones, pero afortunadamente de hallaban en el exilio.
Durante la guerra fría, y ante el expansionismo soviético en una Europa dividida e impotente, Usa era la única barrera real, y en ella España cumplía una función estratégica, por lo que fue conveniente abandonar la neutralidad mediante acuerdos directos con Usa, sin necesidad de entrar en la OTAN. Esta cumplía la doble función de defender los intereses anglouseños y los antisoviéticos. Por lo tanto, la entrada en la OTAN, aunque innecesaria para España, tenía cierta defensa mientras existía la URSS y el comunismo continuaba su expansión por el mundo. Pero está bien claro que tras la implosión soviética desaparecía el peligro y la OTAN ya no suponía para España ningún beneficio, y sí la supeditación a unos poderes que invaden nuestro territorio, imponen sus intereses a España a través de los corruptos gobiernos PP-PSOE, y protegen al único país realmente amenazador para España, que pretende imitar a Inglaterra con Ceuta y Melilla.
Ahora, con motivo del conflicto OTAN-Rusia por Ucrania, es frecuente leer comentarios como estos: España, como miembro de la OTAN, tiene obligaciones que debe cumplir como “aliado fiable y leal”. Como si las potencias dominantes de la OTAN tuvieran alguna obligación con España o fueran “fiables y leales” hacia ella. Y como si tuviéramos que hacer nuestro el conflicto entre la OTAN y Rusia. Por todas las evidencias, la OTAN está rodeando a Rusia de bases militares y pretende extenderse por Ucrania, lo cual considera Moscú una amenaza a su seguridad. No es Rusia quien rodea de bases a la OTAN, y el gobierno ucraniano tiene la posibilidad de declararse neutral, como Finlandia, beneficiándose de las relaciones al este y al oeste, pero prefiere mantener una política antirrusa en contra de parte de la población ucraniana y amenazando la paz en Europa.
Esto parece el análisis más ajustado a la realidad, pero en todo caso, ¿qué tiene España que ver en eso? España no tiene ningún conflicto con Rusia y sí, gravísimo, con sus supuestos “aliados y amigos”, por cuyos intereses se dedica a provocar militarmente a Moscú. Esta es la realidad de unos gobiernos de espíritu lacayo y antiespañol que ya han cometido bastantes fechorías promoviendo los separatismos hasta llegar al golpe de estado permanente, satelizando el país a potencias ajenas que lo colonizan culturalmente, y formando un ejército cipayo embarcado en operaciones de interés ajeno, bajo mando ajeno y en lengua ajena. Es, por tanto, la hora de plantear claramente una política real de independencia, que significa la neutralidad de España. Y la superación de una desgraciada etapa dominada por partidos corruptos e hispanófobos.
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Tolstói (VI) El bien, la gloria y la verdad
“Soy feo, torpe, desaseado y desprovisto de educación mundana. Soy irritable, aburrido para los otros, inmodesto, impaciente y tímido como un niño (…) Soy intemperante, indeciso, inconstante, estúpidamente vanidoso y arrebatado, como toda la gente sin carácter. No soy valiente (…)” Estos defectillos, que todos tenemos en mayor o menor grado, atormentaban sin embargo a Tolstói porque “Soy inteligente (aunque sin inteligencia práctica ni social ni para los negocios) Soy honrado, es decir, amo el bien y he cultivado en mí la costumbre de amarlo (…); pero hay algo que amo más que el bien: la gloria. Soy tan ambicioso y este sentimiento ha sido tan poco satisfecho, que con frecuencia temo que si tuviera que elegir entre la gloria y la virtud elegiría la primera”. Está escrito cuando tendría 28 años.
Desde luego, consiguió la gloria, y no solo en Rusia, sino en todo el mundo. Pero terminó viéndola como algo insignificante y hasta opuesto al bien. Su obras, incluida Guerra y paz, le parecieron vergonzosas (lo cual permite entender también por qué consideraba a Shakespeare “villano e impostor”), y al borde de la muerte escribió en su diario “No ceso de avergonzarme de mí mismo”. El bien, personal y social, fue una obsesión aún mayor que la gloria, que le llevó a hacer un pequeño infierno de su vida familiar y a proponer soluciones utópicas y religiosas en un intento constante de entender la vida. Tuvo trece hijos, varios de ellos muertos pronto. En la muerte de uno de ellos escribió en sus diarios: “Sé que nos amas, Padre, sé que nos amas”. La frase expresa quizá más desesperación que fe.
Muchos años antes había asistido al fallecimiento de su hermano Nikolái: “¿Qué sentido tiene todo si mañana se presentarán los suplicios de la muerte con toda la bajeza de la cobardía, de la mentira, del autoengaño y terminarán en la inexistencia, en la nada para uno mismo? Sé útil, sé honrado, sé feliz mientras vivas, se ha venido diciendo la gente desde hace siglos , y también nosotros; y la felicidad y la honradez , y la utilidad, están en la verdad. Y la verdad a la que he llegado después de treinta y dos años de existencia es que la situación en que alguien nos ha puesto es el más horrendo engaño, la peor maldad para la que no encontraríamos palabras si una persona pusiera a otra en esa misma situación. Que se alabe a Alá, a Dios, a Brahma. Así es el benefactor. “Hay que tomar la vida como es” “No fue Dios, ustedes mismos se pusieron en esa situación” ¡Pero cómo! Si yo tomo la vida como es, como la condición más ordinaria, la más repugnante y la más embustera. Y que no fui yo quien se puso en esta situación lo demuestra que hace siglos que tratamos de creer que eso está muy bien, pero en cuanto el hombre alcanza un grado superior de desarrollo, deja de ser estúpido, le queda claro que todo es un absurdo, un engaño y que esa verdad que, pese a todo, él ama por encima de todo, es horrible. Que en cuanto la ves mínimamente bien, con cierta claridad, despiertas y exclamas con horror, como mi hermano: “Qué es esto?” Claro que mientras hay ganas de comer, uno come; de cagar, uno caga; mientras existe el deseo inconsciente y absurdo de saber y decir la verdad, uno intenta saberla y decirla. esto es lo único que me ha quedado del mundo de la moral, más allá no pude ir” (Según trad. de Selma Ancira)
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Crónica. Reveses de Franco a Londres
**Mucha gente desea que España juegue como peón “leal y fiable” en la situación internacional. Naturalmente, cuentan con que serían otros los que harían de carne de cañón. En gran medida esa actitud proviene de una comprensión deliberadamente falseada de lo que significó históricamente el franquismo.
**Es normal que Inglaterra no perdone a Franco algunos reveses. Franco impidió que al terminar la guerra mundial se instalase una monarquía tutelada por Londres (como la de ahora, parece ser). Luego desafió y derrotó el criminal aislamiento, que Londres apoyaba. Después derrotó en la ONU la posición inglesa sobre Gibraltar, cerró la verja y convirtió el peñón en una ruina para Londres. Hechos como estos, para un país que continúa con una visión imperial, al lado de Usa, han sido humillaciones tanto más fastidiosas cuanto que Inglaterra llevaba más de un siglo acostumbrada a despreciar a España y a sus gobierno. Tanto los despreciaba que calculaba que después de Franco volverían los gobiernos corruptos y manejables. Por desgracia, en esto acertó. Pero la historiografía inglesa sigue sin perdonar a Franco, lo que no debe extrañar.
**Los suizos consideran su neutralidad una posición histórica y de principio, no mera conveniencia económica. Lo mismo debería hacer España.
**La servil intervención de Aznar en Irak –también lo fue su condena al 18 de julio para “homogeneizarse” con el antifranquismo de la UE y la OTAN–, es más injustificable cuando ya no existía el motivo por el que se fundó la OTAN. Como expuse en un artículo sobre la evolución general tras la implosión de la URSS, Usa creyó que efectivamente, era “el fin de la historia”, y con su gigantesco poderío militar iban a imponer en todo el mundo su forma de ver la vida y organizar la sociedad, Que ha resultado en la ideología LGTBI, por cierto. Para España, la intervención en Irak supuso el triunfo de Zapatero.






