La gestión de Suárez puede resumirse en una Constitución defectuosa, cuyos errores, lejos de corregirse, se han agravado con el tiempo: https://www.youtube.com/watch?v=I4aftLSZ6S8
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Unas elecciones mediocres
Las elecciones municipales y autonómincas han dado un resultado mediocre para VOX, que quiere decir para España y la democracia. Las victorias o derrotas del PP y el PSOE carecen de cualquier relevancia a ese respecto. Como en el caso de Andalucía, creo que VOX ha fallado en unir las reivindicaciones del momento y lugar con las urgencias nacionales, la política menuda con la gran política.
Un fallo menor ha sido la caída de su lenguaje en un tono un tanto quejoso o jactancioso, cosas que quitan fuerza a un discurso que debería distinguirse de los demás por la sobriedad, la claridad y la contundencia. Otro fallo menor, pero significativo, ha sido insistir demasiado en los acuerdos con el PP para echar al Dotor haciendo promesas para el futuro.
Debe señalarse que VOX ha tenido que contender con la mezcla de vacío y manipulación de todos los grandes medios, incluidos algunos aparentemente afines; y con la escasa combatividad de muchos seguidores, y la confusión de ideas y sensacionalismos baratos de muchos que le apoyaban en las redes, aunque lo hicieran con buena voluntad. Teniendo esto en cuenta, su resultado no ha sido malo ni mucho menos, aun quedando muy por debajo de las expectativas. Y las municipales y autonómicas no son las generales.
Tampoco debe olvidarse la realidad de una masa de población moralmente degradada y políticamente inane tras cuarenta años de falsificación de su propia historia y cultura por las oligarquías PP y PSOE. Este es un hecho que no se remedia de un día para otro.
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Marx (IV) El Gulag en “El Capital
Analizando el marxismo, el economista liberal J.A. Schumpeter señalaba la sorprendente capacidad de resistencia del marxismo a sus críticas y fracasos: Las grandes creaciones “Sufren eclipses, pero reaparecen; y no como elementos anónimos de un legado cultural, sino con su ropaje propio y sus cicatrices (…) que enlazan la grandeza con la vitalidad (…) independizándose de nuestro amor o nuestro odio. En ese sentido tal es sin duda la calificación aplicable al mensaje de Marx. (…) No es necesario creer. No debemos creer que una gran contribución, en sus líneas fundamentales o en sus detalles, deba ser por fuerza una fuente de luz y perfección. Podemos pensar también que se trata de un poder de las tinieblas (…) En cuanto al sistema marxista, tal juicio adverso, por su mismo fracaso para herirlo mortalmente, solo sirve para manifestar la fortaleza de la estructura”.
Analizando el legado de Marx, Schumpeter distingue el Marx profeta, el Marx sociólogo y el Marx economista. De entrada nos interesa el primero, que es en realidad el Marx filósofo y que intenta, como decimos, dar una respuesta a la condición humana, al sentido de su existencia, dilucidable según él mediante la razón y la ciencia. La pregunta a partir de los efectos tiránicos tan repetidos de la aplicación del marxismo, era, en esquema, esta: “¿estaba el GULAG implícito en El capital?” Creo que la respuesta puede hallarse precisamente en la aspiración científica de la doctrina. La pretensión de las ideologías de apoyarse en la razón, viene en este caso reforzada por la invocación a la ciencia. En pocas palabras: el descubrimiento de una explicación plenamente racional, más aún científica, de la conducta y destino humanos destruye de raíz la libertad. Esta no sería otra cosa que “la necesidad hecha consciente”, y la necesidad no admite excepciones, ni ruegos ni lamentaciones. En consecuencia, quienes se nieguen a ser consciente de la necesidad racional-científica, a menos que terminen convenciéndose, deben ser declarado enemigos de la humanidad y tratados del modo correspondiente, bien sea como locos a encerrar en los psiquiátricos o como malvados irreprimibles, a encerrar en campos de concentración.
El concepto del mal, en la perspectiva científica, no tiene un carácter metafísico, sino más concreto e identificable como interés de clase explotadora. La necesidad científica empuja ineluctablemente a la humanidad hacia el socialismo y el comunismo, caracterizados, paradójicamente, como la suma libertad de los hombres para desarrollar plenamente sus capacidades, en principio infinitas. Solo pueden oponerse a ese destino, por lo demás inevitable, los interesados en mantener la explotación del hombre por el hombre, y esos deben ser expulsados de la sociedad o masacrados. Ellos mismos se marcan su destino al oponerse a la marcha de la historia. La lógica es perfecta e inapelable.
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Antiespaña (III) De la cultura a la libertad
Decimos “Antiespaña” en el sentido preciso del odio o aversión a la España histórica, que presuntamente querrían sustituir por otra mejor, con más cultura, libertad y prosperidad. Su modelo, si bien truncado por la vieja España, estaría representado por la II República, régimen muy avanzado, “europeo”, modélico incluso para el resto de Europa, al decir de los anti. Ya hemos visto que en cuanto al enorme patrimonio histórico cultural acumulado por la España negra y oscurantista, la república no fue precisamente una bendición. Quizá se trataba de destruirlo para hacer hueco a la nueva cultura, pero de esta no se ha visto gran cosa que valiera la pena una vez agotado, que no derrotado, el franquismo. Entre otras cosas, los “antis” prosiguieron con la destrucción indiscriminada de libros, rebajaron las exigencias educativas e intelectuales y fomentaron un cine y literatura quizá muy progresistas pero de calidad por lo menos muy discutible. Su empeño en destruir huellas arquitectónicas o emblemáticas del pasado, cuya manifestación máxima es el Valle de los Caídos, prueban también que la destrucción o voladura de edificios de carácter histórico (incluidos románicos y otros) durante la república, no fueron un hecho aislado. Parecen responder a una auténtica vocación. Tampoco en su labor historiográfica puede decirse que alcancen elevadas cotas, como no sea en un falseamiento propagandístico del pasado, que solo puede intentar sostenerse mediante leyes de tipo totalitario.
Lo cual nos lleva al punto de la libertad, que también dicen enfáticamente representar los “anti”.