1979: Al año siguiente de la Constitución, el terrorismo experimentaba un auge nunca visto desde el maquis. Una causa fundamental de ello era la complicidad mal disimulada que encontraba en toda la izquierda, los separatistas y “El País”, que querían una “salida política”, que convertía el crimen en un modo de hacer política. 265 – La ETA y sus cómplices | ¡Atención, Ceuta y Melilla! – YouTube
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Franco y la economía
Le cuenta Luis Ángel Rojo a Juan T. Delgado, periodista perfecto en su ignorancia: “Franco no tenía ni idea de economía. No creía que fuera importante para el país.” Franco no era economista, claro, como no lo eran ni lo son la mayoría de los políticos, empezando por Zapatero. Y tampoco conviene sacralizar la profesión, pues, como recuerda a veces el economista José García Domínguez, “uno de los rasgos más admirables de Churchill fue que jamás se tomara en serio a los expertos económicos”. Los fracasos de tales expertos y las discrepancias entre ellos siempre han dado mucho tema.
No me atrevo a decir que Rojo mienta sobre Franco, ni tampoco cabe achacar sus palabras a ignorancia como la de su entrevistador, a quien supongo un joven algo echado a perder por la historiografía a la lisenka. Las palabras de Rojo bien pudieran obedecer a una memoria deficiente, que quizá debiera hacerse revisar. Quien lea los discursos de Franco desde 1939, comprobará que la economía, la entendiera mejor o peor, le preocupaba mucho. Y no solo en la retórica. Fruto de esa preocupación fue la fundación, ya en los años 40, de la primera facultad de Ciencias Económicas en la historia de España. Piénsese que la república de Azaña cerró el único centro superior de esos estudios, en Deusto, universidad que solo volvió a funcionar con el franquismo. Pueden consultar también, si quieren, mi libro sobre la posguerra Años de hierro, o el más reciente Los mitos del franquismo.
Precisamente en la facultad de Económicas y en otros centros de preparación y peritaje comercial desarrollados desde el temprano franquismo pudieron formarse tantos economistas expertos –aun si poco destacados como teóricos–. El propio Rojo, sin ir más lejos. Muchos de los cuales se convirtieron en funcionarios del régimen franquista, dentro del cual hicieron carreras a menudo brillantes y provechosas, y al que sirvieron con eficacia y fidelidad. Por fidelidad no entiendo identificación personal con los principios del régimen (cada uno sabrá en qué grado los compartía), sino identificación práctica; no excluyo que contaran chistes de Franco y comprasen libros prohibidos (se trataba de libros pornográficos y marxistas, aunque no todos, pues circulaban libremente la mayoría de los de Marx y Engels, más tarde los de Marcuse y la Escuela de Francfort en general, etc.). La evolución de Rojo indica más bien una fidelidad muy fundamental a su propio interés particular: si hay dictadura, pues con la dictadura, y si hay democracia, pues con la democracia. Actitud frecuente, tampoco hay para rasgarse las vestiduras.
La preocupación de Franco por la economía se manifiesta en muchas otras iniciativas, mejor o peor encaminadas: el INI, la repoblación forestal, los regadíos, la energía hidroeléctrica, el desarrollo de la enseñanza media y superior, con más alumnos (y bastante más alumnas) que en la república, el rápido descenso de la mortalidad infantil, la erradicación definitiva, ya en los años 50, del hambre (que no había cesado de crecer en la república), los índices de salubridad y tantos otros datos directa o indirectamente económicos. Todo ello afrontando al mismo tiempo el maquis en los años 40, y el criminal aislamiento o la hostilidad internacional, pese a haber sido su neutralidad en la guerra mundial y su estabilidad interna después, una de las bases de la victoria aliada y del asentamiento de democracias en Europa occidental. De hecho, sin la reconstrucción del país y las bases echadas con duro trabajo en los años 40 y 50, el éxito espectacular de los últimos quince años del franquismo habría resultado sin duda mucho menos espectacular. No es un balance tan malo, aun si a finales de los 50 el país afrontaba una seria crisis: todas las recetas económicas llegan a agotarse, como ahora mismo la que dio lugar al auge burbujeante de la precrisis.
Franco compartía las ideas económicas llamadas “castizas” por Juan Velarde Fuertes: ultraproteccionismo materializado en el arancel Cambó, que pretendía extender la industrias desde Barcelona y Vizcaya y solo conseguía restringirla a esas provincias; más ideas católicas quizá no muy bien enfocadas, junto con otras de estirpe más o menos socialista defendidas por la Falange. Pero nunca cayó en el totalitarismo: su apego a la idea de un Estado reducido y poco gravoso lo impidió en todo momento; y su autarquía resultó en gran medida de las circunstancias internacionales.
La crisis de 1959 obligaba tomar drásticas medidas de liberalización económica. Los promotores de las mismas insisten en que Franco no las entendía. Quizá. Pero aún así demostró una flexibilidad muy notable al prestar atención a sus expertos, formados después de todo en centros de enseñanza creados por su régimen, y de cuya lealtad no parece haber tenido la menor duda. Porque era Franco, y no Rojo, ni Fuentes Quintana, ni Sardá, ni Mariano Rubio o cualquier otro, ni siquiera Ullastres, quien podía adoptar las decisiones, y el responsable máximo de su acierto o desacierto. La nueva política económica se debe, en definitiva, a Franco, que demostró entonces su espíritu flexible y pragmático, mal que le pese a Rojo: los demás dieron cumplimiento a una decisión que no estaban en condiciones de tomar. Algo así como un general es el máximo responsable de una campaña militar, aun si no podría realizarla sin el concurso de numerosos subordinados y expertos en diversos campos.
Se entiende bien que Rojo y otros realcen su propio protagonismo en aquellas importantes decisiones, es muy humano, pero da la impresión de que exagera un tanto. Por efecto de una mala memoria, posiblemente.
(En LD., 23-6-2008, con algunos retoques)
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La esencia de la guerra civil
Con el título Les mythes de la guerre d´Espagne se ha traducido al francés mi libro más divulgado. Me preguntan de la revista francesa Lecture et Tradition sobre diversos aspectos. Traslado aquí dos de la respuestas:
1. En la mitología del Frente Popular, España tenía una historia nefasta, reaccionaria, “enferma” de oscurantismo y fanatismo; y la mayor responsable de esos males era la Iglesia. Todos estaban de acuerdo en erradicar la Iglesia y la cultura católica, y la guerra les daba la oportunidad de hacerlo de modo radical. Sin embargo, ese era casi el único punto en que coincidían. En todo lo demás, cada partido tenía ideas y objetivos distintos, incluso opuestos o disparatados. Eran, además, partidos con jefes de bajo nivel personal y político, y habrían perdido la guerra en pocos meses, a pesar de que Franco empezó en circunstancias casi desesperadas. Pero el Partido comunista era otra cosa. Inspirado directamente por Moscú, tenía una verdadera estrategia política y militar, y la ayuda directa de Stalin. Por consiguiente, tuvo que imponer orden con gran dureza a sus caprichosos aliados anarquistas, burgueses o socialistas. No lo consiguió del todo, pero fue ese partido el que permitió mantener la guerra durante casi tres años. El PCE era un partido pequeño al comenzar la guerra, y durante ella se convirtió en el más fuerte.
2.Mis libros han “gozado” de censura previa en Francia y siguen lo mismo en Inglaterra, Usa, Alemania o Italia. La causa es que la guerra civil española creó un tremendo clima emocional en Europa y América, y finalmente se le ha querido identificar como precedente de la II Guerra Mundial, aunque fue muy distinta. Aquí no hubo la guerra de tres ideologías (liberal, marxista y fascista) que fue, en esquema, la guerra mundial. En España hubo comunismo, pero no fascismo, y la ideología liberal tuvo muy poca relevancia. Se trató de una lucha entre quienes querían destruir la Iglesia, la cultura tradicional y la propia nación española, y quienes trataron de impedirlo y lo lograron. Y como el nazismo fue derrotado fundamentalmente en Rusia, ha quedado en Europa un poso de simpatía hacia el comunismo y de odio a quienes lo derrotaron en España. En cuanto a mis libros, aquí no pudo aplicarse una censura previa, pues salieron cuando las versiones de izquierda habían ocupado casi todo el campo historiográfico, debido a la pobreza intelectual de la derecha. Nadie lo esperaba, y por eso fueron una sorpresa, a la que solo pudieron replicar algo más tarde con las leyes de memoria histórica. Que tampoco consiguen aplicar a fondo porque de todas formas siguen existiendo ciertas libertades, pero son una amenaza y coacción permanentes. El otro método es la “muerte civil” que han querido aplicarme: el ostracismo y el silenciamiento en los medios y en la universidad. Todo esto es repugnante, pero demuestra también su debilidad.
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Crónica. Una Armada que ya no es española
**El gobierno del Doctor ha quitado el calificativo de “española” a la Armada. Ha hecho bien. En realidad lleva tiempo siendo una armada de la OTAN y al servicio de las potencias de Gibraltar, no de España, así que para qué disimular.
**Dice Alfredo Perdiguero que “no puede ser que se quiera blanquear a los asesinos de ETA”. Se lleva muchos años, no ya blanqueándolos, sino homenajeándolos y premiándolos políticamente. Desde Zapatero, los gobiernos PSOE y PP se han convertido en cómplices de la ETA. Se entiende en el PSOE, porque su ideología y la etarra son esencialmente la misma. En el PP se entiende de otra forma: por falta de cualquier principio que no sea estar en el poder.
**Acusan al Doctor de querer el poder por encima de todo. No es cierto. El Doctor tiene un proyecto político de gran alcance, esencialmente el mismo que el del Frente Popular. Es el PP el que no tiene proyecto ni principios aparte del de disfrutar del poder con sus miles de paniaguados.
**Un taxista: “Bueno, Putin invadió Ucrania, así que él es el culpable, tendrían que matar a ese asesino”. No hay tiempo para discutir porque es el momento de pagar. “Fulano mata a mengano, por consiguiente Fulano merece la muerte o la perpetua, ¿no? Pero se hacen juicios para aclarar las cosas. Puede haber eximentes, atenuantes y agravantes. Puede que Fulano haya matado al otro en defensa propia, por ejemplo. Y no haga caso de la televisión, solo dice mentiras”
¡Atención, Ceuta y Melilla!
La cuestión de la neutralidad es la clave para una España independiente ¡y democrática!, aunque muchos que se declaran patriotas (patriotas de oropel) la declaran inconveniente o inviable. Ahora el asunto adquiere una proyección más inmediata con las maniobras ya directas contra la integridad nacional. Con frecuencia vienen surgiendo desde hace algún tiempo voces de políticos y opinadores que piden regalar Ceuta y Melilla a Marruecos, y estas cosas no son casuales: se trata de ir creando opinión pública entreguista y “convenciendo” a los partidos al respecto y provocando una actitud social resignada.
El método queda inmejorablemente ejemplificado en el “Real Instituto Elcano de estudios internacionales y estratégicos”. Se trata, como vengo denunciando desde hace años, de una agencia del Foreign Office inglés, una tapadera desde su mismo título, para orientar la política exterior y en parte la interna de España en beneficio de Londres. Y su jefe, Charles Powell, es también profesor de historia contemporánea de España (¡tomen nota!) en la Universidad católica CEU San Pablo (más nota), donde se intentan formar políticos con una orientación definida. Powell está promoviendo en el CEU y otros organismos encuentros a alto nivel en esa dirección. Uno de ellos enfoca las razones por las que España debería regalar Ceuta y Melilla, fundamentalmente seis: (1) No tiene sentido que sean españolas. (2) Generan una fricción insoportable con Marruecos. (3) No tienen valor (económico o de otro tipo). (4) Dificultan la reclamación de Gibraltar. ( 5) Su existencia no es comprendida por los aliados de España y afectan a su imagen exterior. (6) Su población es crecientemente musulmana.
La razón más interesante es sin duda la 5. Ocurre que Marruecos es la aliada principal de Usa, de Inglaterra y más ampliamente de la OTAN en el norte de África. Cosa lógica porque, como se sabe, la OTAN defiende la democracia (Libia, Irak, Siria, Afganistán, ahora Ucrania), y Marruecos es una democracia ejemplar, a la que es preciso favorecer. ¿Qué son dos pequeñas ciudades, qué es Gibraltar para un país como España con medio millón de kilómetros cuadrados, en los que puede entretenerse como le parezca? ¿Y por qué habría que respetar las fronteras en este caso? La OTAN, es decir, Washington-Londres, tiene sus intereses, que son los de la libertad y la democracia (de nuevo Irak, Afganistán, Siria, Líbano, ahora Ucrania con peligro de conversión en guerra mundial) y España debe supeditarse a ellos y dejarse de patriotismos o nacionalismos estrechos. Y está la amenaza implícita de que si se niega, España podría sufrir en su “imagen exterior”.
Y no son casuales dos hechos en los que casi nadie quiere reparar, pero en los que hay que reparar: a) Ceuta y Melilla no están bajo la cobertura de la OTAN porque, evidentemente, la OTAN las considera ciudades a entregar a Marruecos a no tan largo plazo. b) Que los gobiernos que han integrado a España en la OTAN han aceptado tal situación, al tiempo que han convertido a Gibraltar en un emporio económico para Inglaterra. Lo que revela hasta qué punto las corruptas oligarquías PP y PSOE son auténticos enemigos internos de la independencia y los intereses españoles más elementales.
Es preciso, es indispensable, tomar conciencia de la realidad, poner sobre la mesa, de una vez, la neutralidad de España, y es preciso extender el estado de ánimo contrario al de estos delincuentes: que no se aceptará bajo ningún pretexto tales maniobras, y que quienes las promueven deben ser conscientes a su vez de que están jugando con fuego.
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Miseria oligárquica
Un dato que revela la miseria política de las oligarquías españolas, yo diría que desde el Vaticano II. En 1969 Castiella dejó su ministerio de Asuntos Exteriores a López Bravo, un ministro “tecnócrata”, opusdeísta, y protegido de Carrero Blanco. Dos años después se plantearon dos asuntos exteriores cruciales: la renovación de los acuerdos sobre las bases useñas , que se consideraba en general que debían renegociarse para obtener mayores contraprestaciones; y también, indirectamente la cuestión de Gibraltar, en la que España había obtenido una brillante victoria diplomática en la ONU sobre las pretensiones inglesas. Lo que hizo López Bravo fue evitar toda renegociación de las bases y renovarlas tal cual.
Se ve que era ya un decidido anglómano, como se comprobará por otro hecho ese mismo año. Una comisión parlamentaria española fue de visita oficial a la Cámara de los Comunes inglesa, y López Bravo les prohibió hablar de Gibraltar. El primer ministro inglés entonces, Edward Heath, sí les invitó a comer para tratar el tema. Arguyó –mintiendo– que en aquellos tiempos la armada soviética en el Mediterráneo y su aviación y submarinos sobrepasaban a los occidentales, por lo que sus movimientos eran observados desde Gibraltar, “pieza maestra de la defensa de occidente”. En consecuencia, les advirtió, ¿no sería mejor meter el tema de Gibraltar en un cajón, que España renunciara a exponerlo en la televisión y la prensa y que todo siguiera los cauces diplomáticos más discretos? Y así pasó a hacerse obedientemente en España, anulando ya en gran medida la victoria internacional en la ONU, conseguida por Castiella.
(En Vivencias y semplanzas, Martín González del Valle y Herrero)
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Gran época
La gran época del franquismo no fue, como siempre se dice, la de los años 60-75 –que también–, sino la de los años 40-55. Cuando salvó a España de la guerra mundial, derrotó al maquis, desafió y derrotó el aislamiento internacional promovido por los soviéticos, las potencias anglosajonas y la “democracia” mejicana, y reconstruyó un país libre de la inmensa deuda moral, política e histórica del resto de Europa occidental con Usa y la URSS, propiamente con los ejércitos de ambos.
La España que queremos
Veo a un distinguido caco del PSOE atacando en las Cortes a la “España de VOX”, que equipara al franquismo, es decir, a la versión del franquismo que han venido dando los cacos año tras año, apoyados por los señoritos cutres del PP. Cabría señalarles que era una España con pleno empleo, con muy poca deuda pública, con muy poca delincuencia, poca corrupción, con muy poca gente en la cárcel (cosa de cinco veces menos que ahora), sin leyes totalitarias, con pocos abortos, poca difusión de las drogas y poco alcoholismo juvenil, con las tasas de crecimiento económico más altas de Europa, que no han vuelto a igualarse, y sin “estar en Europa”, como dicen los mangantes, sin tensiones separatistas y con mucha mayor soberanía que ahora. Etc. Estas cosas hay que recordarlas. Del franquismo se pasó a la democracia de la ley a la ley, pero la democracia vino muy pronto atacada por unos partidos de cacos –socialistas y separatistas–, ayudados por una derecha envilecida, decididos a imponer leyes tiránicas, a repartirse el poder judicial y a corromperlo todo.
Pero no se trata solo de poner al descubierto la “España de corrupción, puterío, satelización e histeria” que representa el nuevo frente popular. Ante todo de lo que se trata es de definir “la España que queremos”. Sobre todo hay que definir la España deseable, es decir unitaria, democrática y soberana. Y explicar en qué debe consistir todo ello y por qué la atacan los partidos mafiosos. Es fundamental la denuncia de los mafiosos, pero lo es más la exposición de una alternativa clara y comprensible.
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La Triple M puede ser vencida
**Como ha dicho Abascal, la Triple M (Triple Mierda, medios de manipulación de masas) actúa como un verdadero partido totalitario, y uno de sus métodos es el silenciamiento y ninguneo de VOX. Por eso es tan importante que los partidarios de VOX se muevan en las redes, correos, etc., para contrarrestar el silencio y la manipulación. La Triple M puede ser vencida.
**El PP es lo peor. El PSOE puede civilizarse si encuentra enfrente una oposición firme y seria. De hecho colaboró con Primo de Rivera, y con Franco decidió no hacer nada, para beneficio de todos los españoles. Pero con la UCD y el PP ha tomado alas.
**Es sorprendente la cantidad de mujeres dedicadas a la política que no piensan con la cabeza, sino con un órgano mucho más abajo.
**El grotesco asunto de Ferrovial permite aparecer como patriotas a los golpistas contra la unidad de España. Y descubre un peligro de la derecha ferrovialeña: por la pasta pueden traicionar al país que les ha privilegiado. La Botín estuvo a punto de trasladar la sede del Santander a Londres.
**No es “tito Berni”, sino “Tito Sánchez”. Parece que el asunto proviene de Bruselas. No es de extrañar.
**El “día de la mujer” es un insulto a las mujeres y una usurpación de su representación por bandas de mangantes de uno y otro “género”.
**La mejor prueba de la basura desinformativa de la Triple M es la guerra de Ucrania. Lo alarmante es la mucha gente que se deja influir por ella. Me refiero a gente a la que se supone cierto nivel intelectual. Y que se tragan las más groseras incoherencias.
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Último capítulo del interesante ensayo literario-generacional de Fernando Bellón. La Generación del 98 (Pío Baroja, la novela y yo, 7) – Agroicultura
¿Por qué están todos, partidos y Triple M, contra la moción de censura? ¿Porque no son conscientes de que el país está en pleno golpismo? No: precisamente porque se dan cuenta, y quieren continuar el proceso. El PP se ha declarado afín al PSOE y al PNV, y el PSOE es aliado y afín a Bildu y los golpistas catalanes. Él mismo es un partido golpista. Y la Triple M es probablemente la parte más corrupta de la sociedad.
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Neutralidad (VI) Una república hacia una nueva guerra europea
Como decía, la nuevas Cortes republicanas se inauguraron un 14 de julio, es decir, el día nacional de Francia, una demostración de servilismo, por un lado, y un programa implícito por otro. Un rasgo peculiar de aquellas Cortes era el gran número de diputados masones, distribuidos en varios partidos, en especial de izquierda. La masonería española, en sus dos vertientes francesa e inglesa, siempre se habían identificado con los intereses, que veían modélicos para España, de aquellas dos potencias, y había pesado en pro de la entrada de España en la PGM. Ello no quiere decir que los firmantes del manifiesto aquí comentado fueran masones todos, o incluso en parte significativa, pero compartían su ideología, para la cual la historia y tradiciones de España eran cosas a erradicar. Lo decía textualmente Azaña, quien se hizo masón tardío haciendo comentarios despectivos sobre los ritos de la orden, pero compartía de lleno sus ideas. La masonería había desempeñado un papel muy importante en la destrucción del Imperio español y en la difusión de la leyenda negra en la propia España desde la invasión napoleónica.
Pero si, como decíamos los casticismos o tradicionalismos como los que por un tiempo representó Menéndez Pelayo, eran inadecuados para responder a la crisis moral y política abierta por “el desastre del 98″, tampoco lo eran las ideologías masónicas o asimiladas, algo que se había manifestado también en Rusia. Aunque en el anarquismo y el socialismo había masones influyentes, sus ideologías diferían de la masónica, esencialmente “burguesa”; aunque esta, por considerar a la España tradicional el mayor enemigo, especulase con utilizarlas contra él. Como sabemos, los movimientos obreristas (que no necesariamente obreros) desbordaron enseguida la idea de una república tranquila, capaz de encauzar las naturales tensiones sociales al modo de Francia… que por otra parte sufría un aumento de ellas cada vez más difícil de controlar.
En los primeros años 30 no parecía haber mucho peligro de guerra en Europa, aunque sí de subversión comunistoide. Ante la depresión económica mundial, la URSS, con sus planes quinquenales que debían racionalizar la economía, se presentaba como una solución mucho más allá de lo propiamente económico, y ejercía una atracción muy poderosa sobre millones de personas, mayormente sobre los socialistas en España, e incluso sobre los anarquistas, pese a que los soviéticos los habían barrido de la URSS. El panorama europeo cambió notablemente desde 1933, con el acceso de Hitler al poder en Alemania, y la posibilidad de una nueva guerra general se abrió paso. Con una España cada vez más convulsionada por las izquierdas y los separatismos, la perspectiva de que aquella vez el país se viera arrastrado a una conflagración general era ya lo más probable. Aunque la derecha era renuente a tal cosa, y había ganado las elecciones del 33 y luego vencido a la insurrección del 34, su capacidad de resistencia a la subversión era escasa, como se demostraría. El triunfo fraudulento del Frente Popular en las elecciones de 1936, situado en una Europa en camino a una nueva guerra, auguraba la intervención en ella, arrastrada tanto por el influjo masónico como por los partidos obreristas fascinados por el ejemplo soviético.
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El abandono del leninismo por el PCE y del marxismo por el PSOE parecían anunciar que ambos partidos renunciaban a sus raíces y se democratizaban realmente. La realidad, sin embargo, demostraría ser muy otra. 264 – El PSOE finge civilizarse | Involución permanente – YouTube
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Baroja, Grapo y otras cosas
Vale la pena leer el ensayo de Fernando Bellón en “Perinquiets” Pío Baroja, la novela y yo, cuyo capítulo I enlacé aquí el 3 de marzo. Son siete capítulos y enlazo ahora el quinto, por corregir dos puntos menores que me atañen (la memoria hace muchas trampas). Se refieren al año 1981:
”Luego se ha sabido, entre otras cosas porque lo han contado quienes lo vivieron, que los servicios de inteligencia soviéticos y de la República Democrática Alemana tenían contactos y puede que hasta entregaran fondos al GRAPO-PCR. Nunca fueron prochinos, pero pasaron a ser prosoviéticos de un modo súbito y sospechoso”.
El PCE(r) Grapo no solo era uno de los muchos grupos prochinos de la época, sino el más consecuente, con diferencia. Es casi imposible que en el ambiente periodístico e intelectual español se entiendan estas cosas más allá del puro folclorismo (no lo digo por mi amigo Bellón), por lo que recomendaría para entenderlo La grande controverse sino-soviétique de Jean Baby, o, a la contra, Los trajes nuevos del presidente Mao, de Simon Leys. Para los años 80 se planteaba el problema de cómo era posible que la URSS hubiera degenerado en una dictadura burguesa mal disimulada (revisionismo), problema que desde la muerte de Mao se agravaba con la ascensión al poder en China del grupo también revisionista de Teng Hsiao-ping y más tarde con la invasión por China del glorioso Vietnam que había derrotado a la superpotencia useña. ¡Solo quedaba un país realmente marxista-leninista, Albania! En el PCR habían tenido la buena idea de expulsarme, en verano de 1977, y con otros dos camaradas estudiamos durante varios años estas cuestiones llegando a la conclusión de que el marxismo fallaba por su misma base teórica, en apariencia tan sólida. En cambio los jefes del partido siguieron el camino inverso: era inconcebible que hubiera tanto revisionismo y degeneración burguesa, de modo que en el fondo tanto los chinos como los soviéticos seguían siendo auténticos comunistas, solo se habían equivocado al convertir en contradicciones antagónicas lo que solo eran contradicciones menores (“en el seno del pueblo”, como decía Mao). Supongo que trataban de congraciarse con los soviéticos como su última tabla de salvación, que no les salvó mucho, creo. Es decir, desde su fundación como OMLE en 1968, fue un partido radicalmente “prochino” o marxista-leninista, el más radical y teorizante en España, que evolucionó en sentido prosoviético a principios de los años 80, creo recordar. Es decir, no deben confundirse los tiempos.
También hay una confusión temporal y otra de concepto en las siguientes frases: “Me suena en la memoria que (Moa) tenía una buena relación con Gonzalo Fernández de la Mora y con Ricardo de la Cierva. Ignoro por qué caminos había llegado a ellos. El caso es que me telefoneó a la redacción con una propuesta muy periodística. Si podía publicar en “Diario de Valencia” una entrevista con él. Venía a ser eso un scoop, una primicia. Pío quería asegurarse determinadas declaraciones en la entrevista, y me preguntó si me importaba que él la trajera hecha. Siendo algo vital para su “reintegración” me pareció que no podía negarme. Quedó en venir a Valencia a entregármela personalmente. No le importaba que yo la firmara, pero a mí sí, y me inventé un seudónimo cualquiera”
Por esas fechas creo que seguía en la clandestinidad, no tenía la menor relación con Ricardo de la Cierva ni llegué a tenerla más allá de coincidir con él en alguna tertulia televisiva o algo así, muchos años después. Con Fernández de la Mora hablé dos o tres veces porque me invitó a una tertulia suya, pero esto fue ya en 2000 0 2001, después de haber publicado Los orígenes de la guerra civil. Por lo demás, no tenía yo la menor intención de “reinsertarme” o “rehabilitarme” (¿ante quiénes?), sino que trataba de establecer la verdad de lo que había pasado y lo que era o había sido el Grapo, ya que los medios no contaban más que embustes y especulaciones entre idiotas y malintencionadas. Por eso me puse a escribir De un tiempo y de un país. Por lo menos ha quedado un testimonio veraz de todo aquel asunto, para quienes tengan interés en él.
No digo estas cosas como crítica a Bellón, sé de sobra lo difícil que es eludir algunas influencias de ambiente y las confusiones de la memoria, y además no quitan nada al interés del ensayo.
https://agroicultura.com/general/retratos-paralelos-de-ayer-y-de-hoy-baroja-la-novela-y-yo-5/
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