Ardor cipayo / Conflicto institucional / Hispanidad / Novelas / La gloria de Zapatero

Las macabras aventuras del corazón de Macià, el héroe separatista: 311 – El corazón de Maciá, héroe separatista | Crítica a Ayuso (youtube.com)

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Democracia y ardor cipayo

**Me mandan un vídeo: “El teniente coronel fulano fulánez interpretará una pieza musical para terminar el acto”. No sé qué acto sería, pero la pieza es una canción en inglés. No hace mucho vi a otro, un coronel cantando, en inglés, claro , un Aleluya o Hallelujah. Supongo que no serán hechos aislados, y que estarán yendo a más. Un  ejército cipayo, que aprende inglés para entender las órdenes. Las órdenes de Gibraltar, digamos.

**Transformar el ejército español en un ejército cipayo al servicio, en definitiva, de todo lo que significa Gibraltar, ha sido la proeza de los gobiernos tanto del PP como del PSOE. No sé qué proporción de militares españoles, pero desde luego una proporción alta, puede ser calificada de cipayos entusiastas. “Ardor cipayo vibra en nuestras voces”… Nadie denuncia la evidencia, y por eso mismo debe ser denunciada con más fuerza.

**Dicen los cipayos que con Usa e Inglaterra compartimos los valores democráticos. Dejando aparte que la democracia española es más bien un chiste malo, no debemos olvidar que, en nombre de la democracia, la OTAN, con la colaboración cipaya española, ha arrasado naciones enteras, provocado guerras civiles, cientos de miles de muertos y millones de desplazados. Y que está preparando una nueva gran guerra europea. Pero por lo visto todo está justificado. Lo hacen “por la democracia”.

**Navalni era un racista ultrarrusista que llamaba cucarachas a los musulmanes y pedía expulsar a la población de Asia central diciendo que solo aportaban droga.  Pero como se oponía a Putin, la propaganda de la UE lo ha convertido en un héroe de la democracia. Zelenski, un cómico que salía en espectáculos agitando los genitales y haciendo de trans, muy ligado a los corruptos oligarcas ucranianos, resulta también  un defensor de la democracia porque traicionó los acuerdos de Minsk y luego el cese de la guerra con los acuerdos de Estambul, según le exigieron democráticamente Usa e Inglaterra.

**El cese  o dimisión de la Nuland puede augurar el fin de la OTAN, si realmente significa el abandono de Usa, soltando a Ucrania sobre las espaldas de la UE. Usa está perdiendo  en Ucrania,  y muchos useños están hartos de sostener la defensa europea. El abandono es dudoso, por sus probables consecuencias, pero no impensable.

**Si Rusia gana en Ucrania, como parece cada vez más probable, se crearía una situación  psicopolítica nueva. La sensación de triunfo, siempre peligrosa, podría incitar a actos revanchistas sobre Europa por una Rusia que se ha sentido acosada y humillada. Claro que también podría dar lugar a una nueva política de mano tendida. Después de todo, aunque Rusia se proclama un país euroasiático, su cultura es fundamentalmente europea, y su relación de conveniencia con China presenta escollos a la larga: China, ávida de recursos naturales, los tiene muy abundantes en una Siberia inmensa y  casi despoblada.

**Suponiendo que Rusia pretendiese, como dice Macron, expandirse por la UE, ¿podría la UE protegerse a sí misma sin la tutela de Usa? Económica y técnicamente podría, desde luego, haciendo un esfuerzo. Pero una cosa es prepararse para la posibilidad de una guerra y otra preparar activamente la guerra, como proponen Macron y mafiosos similares, afirmando sin pruebas que Rusia va a atacar.

** ¿Puede imaginarse un ejército dela UE (que no europeo: la UE usurpa un concepto mucho más amplio que ella)? Funcionaría en inglés, sin duda, lengua que se va imponiendo subrepticiamente como oficial de la UE. Sería mejor una alianza militar entre países, cada uno con su propio ejército. Aunque funcionalmente sería algo menos eficiente, sería también más acorde con la realidad histórica y cultural europea. 

La Segunda Guerra Mundial: Y el fin de la Era Europea (HISTORIA)

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Me envía Paco Linares su último “segundo café” en el programa de Luis del Pino en Es-radio, puesto que le fue censurado. La razón: que entrevistaba a Ortega Smith, de VOX, y VOX está proscrito en esa empresa, que solo es liberal con el PP, fingiendo algunas críticas. 

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Conflicto institucional

**El evidente golpismo en que ha desembocado la política española solo puede afrontarse provocando un abierto conflicto institucional con todas las consecuencias. O el rey y los jueces, en primer lugar, cumplen su deber y mandan al doctor y su cuadrilla adonde deben estar, o se convierten en cómplices y al mismo tiempo en figuras políticamente irrelevantes.

**Un gran problema de la democracia española es que los más corruptos, embusteros y delincuentes se han erigido en jueces  y fiscales de los demás.

**PP y PSOE se acusan de corruptos. Es casi la única cosa en que no miente ninguno.

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¿Qué hacer con la Hispanidad?

**Como he expuesto en Hegemonía española y comienzo de la Era Europea, el cruce del Atlántico y el Pacífico por barcos españoles marca el nacimiento de una nueva era en la historia humana, que se desarrolló durante cuatro siglos y medio teniendo  a Europa como núcleo generador. Con la SGM, ese núcleo se agotó, desplazándose la capacidad generadora  a la periferia. Y con la Guerra de Ucrania más allá todavía, hacia Asia.

**Queda un ámbito cultural hispánico, vasto pero de escasa significación en el mundo actual. La cuestión es: ¿pueden salir de él influencias y soluciones para los problemas de nuestra época? En principio pueden, pero conseguir que salgan exigiría toda una renovación cultural-política.

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Éric Zemmour

**Éric Zemmour: “Hay que dejar de presentar al catolicismo únicamente como una “historia”. Las decenas de millones de creyentes en Francia no son objetos de museo. Su fe está viva, actual y tiene porvenir. No permitamos a nadie presentar el cristianismo como una religión del pasado, dejando al islam como única religión actual”

**El escritor japonés Yutaka Suzuki publicó el año pasado el libro La verdadera España y su falsa imagen en Japón. Anteriormente había publicado otro estudio de gran interés: Personajes del siglo XV. Los orígenes del imperio español. Son dos obras de gran interés no solo para los japoneses, también para los españoles, sometidos demasiado tiempo a una historiografía charlatanesca basada en la leyenda negra.

**Las memorias de Pío Baroja retratan a una persona un tanto solitaria pero muy curiosa e interesada en el pensamiento y filosofías de su época, así como en las ciencias, sobre todo lo cual expresa opiniones a veces agudas, a veces no tanto. En todo caso es una rara avis en  los medios  literarios españoles, cuyas memorias y escritos casi nunca manifiestan tales intereses. 

**”Su novela Cuatro perros verdes: ¿De verdad en aquella época los estudiantes tenían esas preocupaciones existenciales y filosóficas? Me ha chocado una novela tan intelectual en el panorama español. La literatura de hoy día en España es muy poco  intelectual, y ese es uno de sus fallos. Termina quedando un poco aldeana, una literatura de porteras (…) (G. T. I)”    ¿Es una novela intelectual? Creo que solo en parte, o lo espero, porque las novelas puramente intelectuales, que abundan en Francia, por ejemplo, suelen volverse pesadas, y ningún lector me ha hecho saber que esta le haya aburrido. Pero, claro, en esto pesan mucho los gustos particulares.

Cuatro perros verdes (NOVELA HISTORICA)

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La gloria de Zapatero

Apenas ganadas a su modo las elecciones, Zapatero expuso a la revista useña Time su ocurrencia mayor, en la que centraba la gloria de su gestión:“Lo que despierta mi vena rebelde son 20 siglos de un sexo dominando a otro. Hablamos de esclavitud, feudalismo, explotación, pero la dominación más injusta es la de una mitad de la raza humana sobre la otra mitad”. La idea tiene bastante miga: “la mujer” sustituía al “proletariado”, al que tantos servicios había rendido el PSOE en su etapa marxista. Con dos diferencias: en el marxismo el concepto clave que regularía la vida e historia humanas es la explotación, menos aplicable a las mujeres, que habían contribuido en menor medida a la economía, y en muchos casos recibían sus medios de vida de los varones, explotados o no; el concepto a aplicar aquí sería, como tiene a bien indicar el jefe del PSOE, el de dominación, opresión o marginación, padecida tantos siglos por las mujeres. En segundo lugar, en el marxismo los explotadores eran pequeñas minorías apoyadas en el opio religioso y la fuerza estatal, mientras que aquí los opresores eran nada menos que la mitad del género humano, lo que complicaba un poco la perspectiva liberadora.

Esta idea no era original del pensador socialista, sino de teorías neofeministas, sobre todo useñas, aunque ello no quita mérito al primero. El cual no reparaba en un problema: aunque la lucha de clases entre explotadores y explotados no fuera tan determinante en la historia como se pretendía, sin duda habían abundado las revueltas y rebeliones de unos contra otros, mientras que hay poca o ninguna constancia de airadas sublevaciones femeninas contra sus dominadores. Este dato podría sugerir que, en general, las mujeres no se habían sentido tan marginadas de la vida como como sugerían los y las aspirantes a liberarlas. Por lo demás, la observación más elemental muestra que las maltratadas mujeres viven más que los hombres, se suicidan mucho menos, delinquen muchísimo menos y en general su talante es más risueño, cosas incomprensibles desde lo de los veinte siglos. Y cabe suponer que un campesino pobre habría estado más oprimido que una mujer de clase alta. El problema recordaba al de los separatistas: según ellos, los vascos, catalanes, gallegos u otros no solo no se habían rebelado durante siglos contra una España que los esclavizaba, sino que ellos mismos se habían sentido españoles, en el colmo de la ignominia. Pero sea como fuere, los pensadores y jefes separatistas estaban resueltos a liberarlos de tan monstruoso error, les gustase o no; y los y las feministas harían lo mismo con las mujeres, ampliando la lucha de clases a la de sexos.

Consecuentemente, las y los feministas explicaron insistentemente que la relación real, histórica, entre hombres y mujeres, se concretaba en el maltrato y discriminación de los primeros a las segundas. Un maltrato ancestral y enconado, físico y psicológico, que debía corregirse mediante métodos educativos y punitivos contra el varón, para el que sobraba toda presunción de inocencia pues todos, salvo Zapatero y cuatro más, se habían pasado veinte siglos de patriarcado y machismo maltratando al otro sexo, y por lo mismo las “hermanas” mujeres, siempre tenían razón y decían la verdad en sus acusaciones. Lo que no dejaba de ser un notable hallazgo del pensamiento feminista o neofeminista.

Comprensible asimismo que hallazgos tales justificasen un odio muy razonable, bien resumido en el aserto de Kate Millett, ua de sus más destacadas filósofas: “El amor es el opio de las mujeres, como la religión el de las masas”. Los sentimientos amorosos, sin duda insuflados por el patriarcado a las fáminas, para mantenerlas dóciles, debían ser la causa de la falta de rebelión contra los opresores. Pues, ¿cómo, si no, habría gozado el varón de todos los privilegios y entajas, y las mujeres lo habrían soportado cuando, según la ciencia, ambos sexos son por naturaleza iguales? Difícil explicar algo tan antinatural. Urgía, pues, sustituir el amor por un liberador odio al varón, o más en abstracto, al “patriarcado”. Los conocidos lemas de las feministas lo expresan, aun si algo confusamente: “El machismo es terrorismo”. “No es un caso aislado, se llama patriarcado”. “Si tocan a una, responderemos todas”. “Voy a ser la mujer que me dé la gana ser”. “Somos las nietas de todas las brujas que no pudistes quemar”. “Libre y borracha quiero volver a casa”. “Ha llegado el fin del patriarcado”. “Soltera, siempre soltera. Bollera, siempre bollera”. “Que nos detengan, que somos abortistas, malvadas feministas, y no nos pueden controlar”, “Mi cuerpo, mi vida, mi forma de follar no se arrodilla ante el sistema patriarcal”, “Si no os gusta, os jodéis”. “La maternidad impide ganar dinero”, etc. Y muy presenta la exaltación del lesbianismo.

Lógicamente, el odio no se dirige solo al varón, sino también a la mujer “amorosa”. Y al hijo, que tanto “limita” la vida femenina desde la concepción. De ahí la promoción del aborto y la exaltación del lesbianismo ambas cosas al parecer liberadoras para las féminas. Y el escarnecimiento de la maternidad, tan idealizada tradicionalmente por el patriarcado, y del papel del varón en ella: destruir una vida humana en el seno materno demostraría un poder o “empoderamiento” del que en otro caso carecerían las mujeres por contraste con el que atribuyen al varón. Y permitiría, por tanto, algo así como una igualdad entre los sexos más “real” que la ya vieja igualdad ante la ley.

 

Originariamente, el feminismo reclamaba el derecho al voto, manifestación de la igualdad ante la ley, un derecho históricamente próximo, primero universalizado a los varones y luego, por la misma dinámica, a las mujeres. Pero las neofeministas entendían aquella igualdad como falsa, o al menos muy insuficiente. ¿Y qué hacer ante las diferencias biológicas entre los sexos? Pues, para empezar, negar que hubiera propiamente hombres y mujeres sino grupos sociales opresores y oprimidos por una cultura “machista”. Habría tantos sexos como se quisiera teorizar. Pero, mejor todavía, transformar el concepto de sexo en el de “género”, es decir, transformar la biología en gramática. El logro intelectual es importante como avance hacia el pensamiento mágico: al cambiar las palabras cambian las cosas. Y, ciertamente, una Real Academia feminista podría decidir que el género femenino se aplicara al varón, y viceversa; lo que, decepcionantemente, no cambiaría la realidad. Pero es muy indicativo que tal lenguaje se haya impuesto socialmente.

En todo ello asoma una especie de autoodio profundo, pues todas esas personas son producto de la relación sexual, diferente y complementaria, entre hombres y mujeres. Pero parece que llas y los neofeministas detestan tal evidencia, como si deseasen no haber existido o tratasen al menos de que no llegaran a existir otros, como veremos. Doris Lessing, escritora feminista más razonable, vino a poner el dedo en la llaga en una entrevista en la desaparecida Blanco y Negro:Es una de las cosas que recriminé al movimiento feminista. Ellas trataban a las mujeres que decidían tener hijos como si fueran ciudadanas de segunda”. Ante la objeción del “progre” periodista, replica: “Puede que se le haya escapado un detalle: que las mujeres no parecen tener gran prisa por meterse en política o en la gran empresa. Me pregunto por qué (…) El banco Natwest tenía un proyecto para promocionar a las mujeres dentro del propio banco y descubrió que solo les interesaba a una parte muy pequeña de empleadas. Les brindaron cursillos especiales y cosas por el estilo, pero en general las mujeres no querían competir. En cambio sí deseaban casarse y tener familia (…) a excepción de una minoría. Y aquello me resultó muy interesante porque, a pesar de tanto movimiento feminista, esto es lo que parece que quiere la mayoría de las mujeres. Y no veo por qué no. Me parece que no es justo que reciban críticas por pensar así”. Se explaya luego sobre el malestar feminista con la condición femenina: “Que yo sepa, a Simone de Beauvoir nunca le gustó ser mujer. No le gustaba serlo y siempre se estaba quejando de ello. A mí no me parece nada terrible. Tiene sus ventajas. Y de todas maneras, ¿qué puedes hacer? Lo que me asombra es que noto cierto tono de queja en lo que dice. ¿A quién dirigía sus quejas? ¿A la naturaleza?

La naturaleza parece haber dividido por sexos, hasta cierto punto, las dos funciones vitales de la nutrición y la reproducción, con un dimorfismo sexual quizá más acentuado en el ser humano que en los demás mamíferos. El varón se encarga (no exclusivamente) de la alimentación y la mujer de la continuidad de la especie (tampoco exclusivamente). La vida se alimenta de la vida, lo que implica lucha y una crueldad elemental que exigen autocotrol; mientras que la continuidad de la especie exige ante todo una psique amorosa (detestada por las feministas). Entre tantas otras cosas, la diferencia de actitud resalta en las preferencias literarias, en el cine, etc., en los que los relatos de acción o de guerra interesan mucho más a los hombres, y los temas de amor a las mujeres. Difícilmente se podrían cambiar esas actitudes cambiando la gramática. 

Otro punto interesante del aserto zapateriano es la referencia a los “veinte siglos” de opresión, con lo que señala claramente al cristianismo, la Iglesia católica en particular. Culpable esta de tanta dominación, aparte de su complicidad con los explotadores, ¿cómo iba Zapatero y su PSOE a sentirse culpables por haber tratado, con otros, de exterminarla en España? Podía hasta sentirse orgulloso de su gesta, o lamentar no haberla completado. La implicación se vuelve aún más elocuente en relación con su “alianza de civilizaciones”, es decir, con el islam de sus afectos, en que la mujer tiene menos prominencia social que en la cultura cristiana. Pese a lo cual, Zapatero no hacía remilgos al “buen rollito” como decía, con Marruecos o el mundo musulmán en general: lo que le encendía su “vena rebelde” se concentraba en la España de tan profunda raíz cristiana, es decir, opresora y explotadora según él. Por lo demás, el feminismo europeo ha ostentado una interesante comprensión hacia esas diferencias culturales.

 

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El golpe y la debilidad de VOX

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El golpe por fases

La amnistía a los golpistas por parte del PSOE, partido a su vez tradicionalmente golpista, exige un análisis más en profundidad. En 1923, Hitler intentó un clásico “putsch” violento, que fracasó. Aprendió la lección y decidió utilizar las facilidades y libertades de la democracia para llegar legalmente al mismo objetivo. Y diez años después estaba democráticamente en el poder, que usó de inmediato para demoler la democracia o lo que tenía de democracia la república de Weimar. En España ocurrió por aquellas fechas algo parecido con el PSOE, que en 1917 intentó derribar el régimen liberal de la Restauración mediante una huelga revolucionaria, luego en 1930 como parte de un golpe militar republicano, y después, en 1934 con una insurrección armada junto con los separatistas catalanes. En este último fracaso aprendió la lección, y en febrero de 1936, mediante  fraude electoral, consiguió que sus satélites republicanos de izquierda  llegaran al poder y desde él, entre todos, arrasar la legalidad republicana.  Hitler, que se sepa, no llegó a falsificar las elecciones.

   La causa inmediata de la guerra civil fue la demolición de la legalidad republicana en y tras aquellas elecciones. Y la causa  más de fondo fue la combinación de sovietismo y separatismo encarnada en el frente popular, que habría destruido la continuidad histórica de España, salvada por el franquismo. Después de Franco, el PSOE trató de desbaratar la transición democrática enlazándola con la  legitimidad  golpista del frente popular. Demasiado débil para lograrlo, procedió a un golpismo progresivo y por etapas explotando las libertades de una democracia que no le debían nada. Por resumir mucho, el proceso comenzó en serio con la corrosión de la independencia judicial, compartida por el PP y los separatistas, y se desplegó con fuerza creciente en el apoyo, también compartido por el PP, al ataque a la propia idea de la nación española, idea cada vez más debilitada por el PP y el PSOE y muy activamente socavada por los separatistas. Estas y otras muchas fechorías menores, reproducían la “legitimidad” del frente popular: destrucción progresiva de la democracia y de la unidad nacional.

   Estos procesos iban encubiertos en una falsificación sistemática y energuménica de la historia reciente, de la guerra civil  y de la significación histórica del franquismo , que, una vez más,  gozó del apoyo del PP. Sus leyes de memoria, lo mismo que sus leyes de género, constituyeron otros tantos golpes a la democracia, blandos en apariencia y, como siempre, encubiertos con patrañas y retóricas seudohumanitarias.

   El proceso golpista, por tanto, no es solo del PSOE, sino de un nuevo frente popular en el que participa el PP con falsas retóricas propias. Su objetivo es destruir una democracia y una unidad nacional  que provienen y solo podían provenir del franquismo. La única oposición real a estos procesos procede de VOX, por lo que no puede extrañar que todos se vuelquen contra él con todos y por todos sus medios.

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Adiós a un tiempo

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La debilidad de VOX

 A mi juicio, el mayor peligro que corre VOX es dejarse identificar como un PP más radical y vocinglero, con el cual podrían coincidir muchas personas pero que al final  se inclinarían por el “voto útil”, invención de los fariseos episcopales. El PP es mucho más peligroso para VOX que el PSOE, y  los discursos de Abascal, con toda la fuerza de sus denuncias, no llegan a dejar en claro la diferencia. Si se presenta como un medio de obligar al PP a rectificar,  se convierte en una especie de satélite del PP, cosa que desinteresará a muchos electores. El PP es auxiliar del PSOE y los separatistas por convicción, no por error. En su concepción básica, la democracia consiste en repartirse el poder y los fondos públicos con los otros, aunque haya que pelear también por ellos. En su concepción básica la unidad de España importa, pero no mucho;  lo que realmente cuenta es lo que llaman Europa, idea democristiana. Y dentro de ello  está perfectamente dispuesto a aceptar la idea plurinacional de España, a lo que tiende la expansión de las autonomías, muy promovida por el mismo PP.

   También se debilita el discurso de VOX al interpretar la política del doctor como un mero apego al poder. Ese apego lo tienen todos los políticos, y Abascal da la impresión a veces de no tenerlo bastante. No, aparte de ese apego, el doctor tiene un proyecto, que nace  precisamente de su concepción de España como un mero estado plurinacional con supuestos derechos de autodeterminación, concepción que en el PSOE viene de lejos, concretamente de su congreso de 1918,  como he explicado varias veces. Por consiguiente, cuando se acusa de traidor al PSOE debe entenderse que para este partido traicionar a la nación española no es nada, puesto que dicha nación, en rigor, no existiría. Lo mismo ocurre cuando se le acusa de traicionar la democracia sin entender que para él la democracia consiste en su propio poder lo más ampliado posible. Estas cosas ya llevaron a una guerra civil, y están enrareciendo peligrosamente el clima social en el presente.

Otra debilidad de VOX ha consistido en sumarse a los demás partidos en la cuestión de Ucrania, con lo que mantiene, aunque sea implícitamente, la satelización política de España en la OTAN y la UE, y la cipayización de nuestro ejército. Está muy bien la política de VOX en la llamada Iberosfera, pero no debe olvidarse que España está en Europa, y que aquí se está preparando una guerra general, al respecto de la cual VOX tendría que plantear una alternativa, es decir, la neutralidad. Todo el problema al respecto, como en lo demás,  consiste en explicarla con argumentos convincentes, más allá de los sucesos y conflictos  que surgen cada día

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**En “El gato al agua” he expuesto argumentos en pro de la neutralidad. El vídeo ha tenido bastantes más visitas de lo habitual, y  gran número de comentarios, casi todas a favor.  De lo cual deduzco que el miedo de VOX a quedarse aislado si defiende esa postura es imaginario. La neutralidad es la única postura conveniente y necesaria para España, máxime cuando se prepara una nueva gran guerra. Todo el problema se reduce a explicarlo con claridad y argumentos convincentes a la opinión pública: Pío Moa: “No tenemos conflicto con Rusia pero sí con la OTAN” – El Toro TV

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 Nada más revelador sobre la verdad histórica de la república y del frente popular que los dicterios de sus padres espirituales después de conocer la experiencia:       310 – Los padres de la República maldicen a la República | Neutralidad (youtube.com)

 

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“Gato al Agua” / Arpía pendenciera / Mujeres y hombres/ Aznar derrota aFranco

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“Gato al agua” / Arpía pendenciera/ Mujeres y hombres

**En “El gato al agua” he expuesto argumentos en pro de la neutralidad. El vídeo ha tenido bastantes más visitas de lo habitual, y  gran número de comentarios, casi todas a favor.  De lo cual deduzco que el miedo de VOX a quedarse aislado si defiende esa postura es imaginario. La neutralidad es la única postura conveniente y necesaria para España, máxime cuando se prepara una nueva gran guerra. Todo el problema se reduce a explicarlo con claridad y argumentos convincentes a la opinión pública: Pío Moa: “No tenemos conflicto con Rusia pero sí con la OTAN” – El Toro TV

**Lo único importante que ha ocurrido en las elecciones portuguesas es que Chega duplique muy ampliamente sus votantes, saltando del 7,2% al 18%. La manipulación desinformativa lo presenta siempre como “extrema derecha”. Las palabras condensan significados amplios. Hay que buscar una que en España defina al consorcio PP-PSOE-sepas.

**¿Qué sabemos del 11-m? Una cosa, y la más importante históricamente: que el PSOE aprovechó la matanza con sospechosa agilidad para relacionarla con la decisión de Aznar de meter a España en Irak so pretexto de las “armas de destrucción masiva”, a las órdenes, incondicionalmente, de Usa y de Inglaterra. De Gibraltar, vamos.Y que los grandes beneficiarios del crimen fueron los socialistas, la ETA y los separatistas, claves de la política de Zapatero.

**¿Quiénes fueron los autores del 11-m? Esto no se sabe. Una hipótesis: Marruecos. Mohamed VI dice haberse sentido “abofeteado y humillado” por el incidente de Perejil.  Mohamed odiaba a Aznar, pero era muy amigo de Zapatero, a quien otorgó las máximas condecoraciones de su reino. No  hay en ello una certeza, pero sí una lógica que no sé si alguien ha investigado.

**Día de “la mujer”. Se ve que los demás días son “del varón”. Creo que en la diferenciación sexual existe una básica economía de esfuerzos. El varón se encarga (no exclusivamente) de la alimentación y la mujer de la continuidad de la especie (tampoco exclusivamente). La vida se alimenta de la vida, lo que implica lucha y una crueldad elemental; la continuidad de la especie implica ante todo una actitud amorosa. Obsérvese que el cine y la literatura de acción o de guerra interesan mucho más a los hombres, y los temas de amor a las mujeres. Esto no es casual. El tema podría desarrollarse. 

La Segunda Guerra Mundial: Y el fin de la Era Europea (HISTORIA)

** Leo a un analista: “Que ganara Trump sería una gran alegría para Putin”. No: sería una gran alegría para la paz en Europa. Esto es, si Trump cumple luego sus sugerencias. En su mandato anterior, Usa no se dedicó a promover guerras  exteriores.

**El cese o dimisión de la  pendenciera arpía Victoria Nuland, la que más ha contribuido a encender la guerra de Ucrania,  podría significar que Usa  abandona a Zelenski dejándole el embrollo a la UE.  Pero  lo dudo mucho. Por supuesto que la la UE está por la labor y prepara la guerra con el pretexto de que es Rusia quien la prepara. Pero Usa y la UE afirman que no pueden permitir que Rusia gane en Ucrania. ¿Porque temen que a continuación invada a Polonia, por ejemplo? No, porque la necesidad de la propia OTAN quedaría en entredicho, mucho más que cuando su derrota en Afganistán.

**Me preguntan sobre la enfurecida fobia de Jiménez Losantos a VOX. Respondo: ¿se han fijado ustedes en que Losantos se parece físicamente  cada vez más a Ansón?

 **Cuando decimos Occidente no nos referimos a un todo homogéneo. De hecho hay tres occidentes con diferencias considerables: el anglosajón, el más poderoso con diferencia aunque ahora afronte crisis derivadas de sus últimas guerras; el centroeuropeo en torno al eje francoalemán, que parece estar preparando una guerra en Europa sugestionado por el anglosajón; y el hispánico, casi insignificante pero con una potencialidad evidente.

**¿Cuál es el problema de la democracia en España? La ausencia de oposición hasta la llegada de VOX. En democracia, la oposición se precisa para contener la tendencia del gobierno a expandir su poder y asfixiar las libertades. Sin embargo, no es garantía: un partido de oposición puede conchabarse con el de gobierno para repartirse cargos y dineros amistosa, “dialogantemente” como ha pasado en España. Y también puede lanzarse a una carrera de demagogias que socaven por otro lado el sistema. La democracia tiene sus peligros, como cualquier otro régimen. No es una palabra mágica.

**El blog de  Ramón Ferrandis ha comenzado una explicación a fondo de la agenda 2030. Será ilustrativa, seguramente: José Ramón Ferrandis | Un blog reaccionario (joseramonferrandis.es)

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 Nada más revelador sobre la verdad histórica de la república y del frente popular que los dicterios de sus padres espirituales después de conocer la experiencia:       310 – Los padres de la República maldicen a la República | Neutralidad (youtube.com)

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Aznar derrota a Franco

En toda la actitud de Aznar hay un elemento al que la historiografía ha dado escasa importancia, y que sin embargo la tiene de fundamental transcendencia histórica: su condena al franquismo.

El jefe del PP había utilizado el concepto de “pasar página” para evitar al PSOE las peores consecuencias judiciales de sus siempre honradas hazañas, y como pórtico a una nueva era histórica en que se acabarían las peores rencillas dentro de un acuerdo en lo esencial con los socialistas y los separatistas. El concepto de democracia en el PP era precisamente ese, una coincidencia de los partidos en cuestiones básicas, que evitara volver a la situación de preguerra cuando “nada nos era común a los españoles”. Ciertamente la idea tenía algo de ingenua y algo de corrupta, ya que podría dar lugar a “diálogos” para repartirse los poderes y fondos públicos entre aquellos partidos a costa de los intereses profundos del país.

Sin embargo, aquel “pasar página” tenía una limitación: el franquismo. A poco de llegar al poder, Aznar decidió que con el franquismo nada de pasar página: había sido una dictadura intolerable para un demócrata como él, y “La tarea del general Franco ha sido profundamente negativa para la vida española (…) El franquismo sociológico ya encontró cobijo en 13 años de socialismo. Conmigo vivirá mucho más a la intemperie”. Juzgaba al PSOE algo blando hacia el régimen anterior, por lo que persistía un difuso franquismo social con el que acabaría el PP: quería superar al PSOE en antifranquismo, como Suárez había pretendido superarlo en izquierdismo. Por lo mismo, en un gran mitin rindió tributo nada menos que a Azaña, a quien de aquella ponían por las nubes nubes tirios y troyanos sin mayor respeto a la realidad histórica. Un Azaña embellecido sin tasa ennegrecía a Franco y disimulaba el carácter del Frente Popular: ¡la derecha había evolucionado o se había modernizado, como se prefiera! Para no perder la costumbre, Aznar procedía de la Falange y, como Cebrián, de familia con altos cargos en el franquismo.

Y para demostrar la sinceridad de su repulsa al finado caudillo, el PP condenó en las Cortes, en 2002, el alzamiento del 18 de julio contra el Frente Popular, aprovechando la fecha simbólica del 20 de noviembre: Franco quedaba así derrotado definitivamente por los demócratas. Ya no se trataba simplemente de disimular o falsear el pasado de los líderes de la derecha (y de tantos de la izquierda), sino de borrar la propia historia del país, asunto harto más peliagudo. El PP, gran benefactor político de los semiseparatistas o separatistas y del PSOE, con quienes se repartía “democráticamente” el poder judicial y otras cosas, se unía a ellos también en su honrada versión de la historia. Salto mortal cuyas implicaciones, por lo demás evidentes, escapaban a las entendederas de Aznar y su partido. Pues la pirueta entregaba la legitimidad política e histórica al Frente Popular y a sus herederos, y la hurtaba a la transición, la monarquía y la propia democracia brotadas, por así decir, del franquismo. Una vuelta al rupturismo, que iba a tener consecuencias.

Naturalmente, Aznar no obraba así por antojo, sin duda esperaba obtener algunos beneficios políticos. Su condena venía a ofrecer a la oposición un “pase de página” que superase “los sectarismos, rencillas y políticas negativas del pasado”. Ahora, el PP, el PSOE, los separatistas y los comunistas iban a compartir un hondo entendimiento de la libertad, hermanados por el antifranquismo como base de la legitimidad del nuevo régimen. Haciendo, lógicamente, tabla rasa del significado del Frente Popular y de la guerra, de los avances sociales del franquismo sin parangón en dos siglos, del referéndum de 1976, de la corrupción y de la corrosión de la unidad nacional y la democracia. Con la entrega de la legitimidad política y cultural debía empezar una nueva era de concordia que estabilizaría los repartos de poder y dinero entre aquellos partidos.

O eso pretendía Aznar. Mas, por desgracia, los autodeclarados herederos del Frente Popular, bien conscientes del carácter histriónico de la oferta, recrudecieron las burlas y dicterios contra un PP que en vano quería disimular su siniestro franquismo. Lejos de olvidar las “rencillas”, intensificaron su oposición hasta hacerla casi desestabilizadora. Así sus manejos clandestinos con el terrorismo etarra, la huelga general del 20 de junio de 2002 con manifestaciones multitudinarias en varias ciudades contra el “decretazo” del gobierno, que en la línea liberalizadora de la economía, disminuía las prestaciones por desempleo o las subvenciones agrarias, entre otras normas para flexibilizar el mercado laboral en perjuicio de los trabajadores, en opinión de los sindicatos. La huelga obligó a retirar el decreto, que el TC declaró inconstitucionel al haberse tramitado de modo innecesario como “de urgencia”. No menos profusas fueron las protestas estudiantiles contra la LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Educación) que con mayor o menor acierto pretendía enmendar la degradación educativa promovida por el PSOE (una de sus manifestaciones era la expansión de las drogas en los centros de enseñanza o la nueva costumbre de embriagarse en en masa los fines de semana (“practicar botellón”).

Aún más estridente fue la movilización por la marea negra causada por el petrolero Prestige, en noviembre de 2002. No era el primer accidente similar que sufrían las costas gallegas u otras, pero el PSOE, el BNG y las oenegés afines aprovecharon para organizar una agitación convulsa culpando al gobierno y profetizando daños apocalípticos para el medio ambiente, la pesca y el turismo durante muchos decenios, y otras calamidades. La consigna, realmente infantil, “Nunca mais”, recogía, trivializándola, la de la persecución nazi a los judíos, como si el accidente respondiera a un deliberado plan de exterminio del PP. Los daños en la costa remitieron mucho antes de lo que aseguraban los ecosocialistasd, y el gobierno actuó con típico oportunismo, regando de subvenciones a los pescadores de la zona, que inventaron en burla el lema “¡Outra mais!”.

Todavía mayor importancia real tuvo la actitud de Zapatero hacia Marruecos. Aznar cambió acertadamente la política de concesiones y abrazos al monarca alauí cada vez que este mostraba hostilidad o perjudicaba intereses españoles. Lo cual, naturalmente, hizo crecer las tensiones, culminadas con la invasión del islote de Perejil, a mediados de 2002. En aquel ambiente, Zapatero fue a entrevistarse con Mohamed VI a espaldas del gobierno español y fotografiándose bajo un mapa de Marruecos que incluía Ceuta y Melilla y las Canarias, acto de traición más que se simple deslealtad, similar a sus tratos clandestinos con la ETA mientras suscribía el Pacto Antiterrorista.

Al igual que González, Zapatero, mostraría predilección por la democracia marroquí, régimen “respetuoso y con ideas abiertas” a su juicio, de “cultura árabe muy importante para nosotros”, aunque no parece que ello le haya inducido a aprender el idioma. Se ha declarado reiteradamente “amigo” del país que ocupó el Sahara español y amenaza, de momento, a Ceuta y Melilla; y en justa correspondencia, Mohamed VI le concedió en 2016 la más alta condecoración de su régimen. Debe recordarse que una política de Marruecos en España consiste en regar generosamente un “lobby” o círculo de presión política, en el que entran sobre todo, pero no solo, socialistas como González, Zapatero, Fernández de la Vega, Bono, María Antonia Trujillo (ministra con Zapatero, que declaró que Ceuta y Melilla consitituían “una afrenta a Marruecos”), etc. También en el PP se observan actitudes semejantes, y es fácil percibir en tellas algo más que corrupción. Con típica inversión del sentido, Zapatero llamó a sus políticas “oposición tranquila” y “constructiva”.

 

El trasfondo de la cuestión marroquí completa las tiradas regeneracionistas y similares contra la España imperial y posterior, pues atañe a la Reconquista, es decir, al proceso de reconstitución de España, al grado de que muchos profesores prohíben en sus centros usar dicho término Reconquista. Según ellos no es un término “científico”, por más que ellos no hablen árabe, ni practiquen la poligamia, al menos oficialmente, ni hagan ascos al vino o al jamón y tantas otras cosas; aunque parece no disgustarles la eventualidad de que borrar la Reconquista revierta con el tiempo en un régimen de tipo magrebí, “respetuoso y de ideas abiertas”. Cebrián el de El País, que ofició de orientador ideológico del PSOE, declaró en 2007: “Sin las Cruzadas y la Inquisición, sin la insidiosa Reconquista ibérica, podríamos –¿quién sabe?– haber asistido al florecimiento de una civilización mediterránea, ecuménica y no sincretista, en la que convivieran diversos legados de la cultura grecolatina, lo mismo que conviven hoy las dos Europas, la de la cerveza y el vino, la de la mantequilla y el aceite de oliva, en una sola idea de democracia”. Esto es la sustitución del pensamiento por el antojo gastronómico recurriendo a la democracia como palabra mágica. ¿Y quién sabe, en efecto? Podría haber ocurrido cualquier cosa, aunque sin la “insidiosa”, lo más probable es que la península ibérica fuera hoy una prolongación cultural y política de Marruecos. Cosa que, hay que suponerlo, no displacería a los Cebrián y los del lobby.

Aquella desatada islamofilia hispanofóbica procede, aparte romanticismos del siglo XIX, del filólogo Américo Castro, exiliado en Usa en 1938, aunque volviera a España aún en el franquismo). En 1948, Castro publicó España en su historia, enriqueciendo las agudezas orteguianas sobre España: hasta los Reyes Católicos habrían convivido en España tres culturas, cristiana, judía y musulmana, siendo la primera la más fanática y oscurantista. La cual, al reconquistar la península, habría destruido toda concordia y cultura progresista, excepto la salvada por judíos conversos. De aquella catástrofe imaginaria provendría, entre otros males, la índole guerracivilista o cainita que multitud de charlatanes intelectuales adjudican a los hispanos, por doble ignorancia de la historia de los países vecinos y de los tres siglos de la paz interna más estable de Europa alumbrados por la reunificación de los Reyes Católicos. Pero los tópicos muy repetidos parecen verdades a muchos.

No por casualidad Castro encontró su discípulo más aguerrido en el escritor Juan Goytisolo, enemigo acérrimo de la Reconquista y admirador del islam (eligió ser enterrado en Marraquech), cuyas ideas clave al respeto quedaron sintetizadas en su novela-ensayo Reivindicación del conde Don Julián, el personaje semimítico a cuya traición se atribuye la invasión musulmana que transformó a Hispania en Al Ándalus. En la novela, el autor se imagina un andalusí exiliado que quiere vengarse de España por haber expulsado la cultura islámica, planea propagar la sífilis por todo el país, se complace en la violación de vírgenes españolas por los moros, en escenas de masturbación, sodomía, defecaciones, se burla de manera brutal de las consideradas glorias hispanas, desde Séneca, imagina, en un parque de atracciones, meterse en una gigantesca imitación de la vagina de Isabel la Católica (algo parecido sin referencia personal ni histórica, existía en algún parque de atracciones sueco), y excita a “un ejército de alfanges, (…) beduinos de pura sangre, guerreros que afrontáis diariamente la muerte con una con una desdeñosa sonrisa, jinetes de labios ásperos, rostro bárbaramente esculpido, contemplad el tentador Estrecho con vuestros perspicaces ojos cetreros, la sucesión de olas blancas que impetuosamente galopan hacia la costa enemiga: crestadas de espuma, como sementales que relinchan con furia al zambullirse: playas ansiosas de Tarifa, roca impaciente de Gibraltar!”… Y una buena serie de atrocidades quizá más grotescas que terribles.

Goytisolo también admiraba a Blanco White, anglómano emigrado a Londres después de la guerra de independencia, donde se hizo anglicano y odiador de España al punto de negar que en español pudiera escribirse nada de verdadero valor.

El periodista y escritor de izquierda César Alonso de los Ríos resumiría tal ideario:“La negación del suelo patrio, de las tradiciones, de la moral convencional, incluida la heterosexualidad… Quizá esta última nota fue la menos celebrada: se tomó como un dato puramente personal aun cuando la consigna de Goytisolo era bien clara: la revolución total, la traición total, el entreguismo total pasaba por la reconversión sexual”.

Si la difamación sistemática de la historia hispana especialmente la imperial, a partir del Desastre del 98, había condicionado de forma impalpable pero indiscutible, la evolución política del país, no cabe duda de que la nueva aportación de Américo Castro le daba un nuevo carácter. Antes la España-enfermedad debía curarse recurriendo a unaEuropa tan mirífica como imaginaria. Ahora una corriente de opinión y conducta política, secundaria pero nada insignificante, soñaba con el islam, sea como redentor de la supuestamente desdichada España o como elemento que debía volver al país. Uno de los fenómenos ya en marcha con Aznar ha sido el fomento de una inmigración islámica cada vez más nutrida, que a la larga cambiaría “por abajo” la sociedad y la cultura españolas, socavada o desplazada “por arriba” mediante la colonización por el inglés.

 

Ganador por mayoría relativa, Zapatero fue investido presidente con apoyo de los comunistas de IU (Izquierda Unida, sucesora del PCE) y de los separatistas impacientes BNG y Esquerra, con abstención de los más gradualesCiU y PNV. La vieja alianza, a veces formal, a veces de facto u ocasión. fundamentada ahora en la común adhesión al Frente Popular. A partir de ahí se abrían muchas tareas y posibilidades.

Una de ellas, y del mayor alcance, derivaba de la derrota de Franco por Aznar, que entregaba al régimen una nueva legitimidad claramente contraria a la decidida en el referéndum de 1976. Dato clave en que el que los análisis historiográficos han preferido no entrar pese a su evidente transcendencia histórica. Con la condena aznarista a Franco, la versión socialista-separatista del pasado quedaba asegurada en principio, pero se pensó que convenía formalizar y solemnizar la victoria de los neodemócratas imponiéndola a la sociedad por una ley que impidiera cualquier “revisionismo” del pasado. Y Zapatero y los suyos se aplicaron enseguida e la tarea, tanto más urgente cuanto que en 2003, cuando el triunfo de la versióm parecía garantizado socialmente, se publicó Los mitos de la Guerra Civil, resumen de investigaciones previas demostrativas de que quienes habían arrasado la legalidad republicana habían sido los socialistas y separatistas catalanes en el doble golpe de octubre del 34 y del fraude electoral del 36, verdadera causa inmediata de la guerra civil; y que el Frente Popular, tras destruir la República, amenazaba gravemente la superivencia de España como nación y como cultura. Los mitos había tenido una vasta e inesperada acogida popular, muy alarmante para los herederos del FP y para el propio PP, pues ponía en peligro su versión legitimadora. Se desató entonces un vendaval de repulsas al “revisionismo” y exigencias de imponer la censura a investigaciones tan inoportunas.

Después de dos años de discusiones entre el gobierno y los partidos que le apoyaban, el Congreso y el Senado aprobaron entre octubre y diciembre de 2007 una llamada Ley de memoria histórica. Pese a su envoltura en verborrea seudojurídica y seudohumanitaria, hasta el historiador prosocialista Santos Juliá denunció el engendro como propio de regímenes totalitarios, y Preston, historiador inglés antifranquista y apologista del PSOE confesó sentirse “muy incómodo” con leyes semejantes. Un manifiesto de numerosos historiadores encabezados por Stanley Payne denunció el intento de imponer a la sociedad una visión partidista y propagandística del pasado, propia de países como la Cuba castrista o Corea del Norte, con amenaza para la libertad de expresión, investigación y cátedra. El PP se opuso feblemente arguyendo que la norma le parecía “incomprensible” y que “abría viejas heridas”, obviando el problema de fondo, es decir la legitimidad histórica en juego, que él mismo compartía con los de la ley, y el carácter totalitario de esta. Rajoy, nuevo jefe del partido, prometió derogar la tiránica ley si llegaba al poder, probablemente sin creer en ello: después de todo se trataba de una consecuencia lógica de la condena del franquismo por su partido. Las protestas resultaon inútiles ante la despótica voluntad totalitaria, disfrazada de simulado afán de justicia retroactiva.

A partir de la ley y de la agitación pública que la precedió y continuó, se abrieron negocios subvencionados para explotar “las fosas y las cunetas del franquismo” en gran parte imaginarias. Los negociantes se identificaban con los peores torturadores y asesinos de la guerra civil, y olvidaban de paso las muchas víctimas causadas por las luchas intestinas del Frente Popular.

Aquella ley constituía el mejor testimonio del carácter radicalmente antidemocrático de sus autores, como no podía ser menos al identificarse con el bando sovietizante y disgregador de la guerra civil. Testimoniaba asimismo el miedo profundo al debate racional y democrático, que nunca fue intentado por ellos. Obviamente, no podían condenar a prisión a los disidentes, sino que aplicaron, en general, la llamada “cultura de la cancelación”, por la que se intentaba condenar a muerte civil a quienes no compartieran aquella sarta de infundios.

 

 

 

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El delito de Ayuso

El delito de Ayuso

Me ha mandado mi amigo Paco Linares un  amigo un vídeo de Fernando Paz alertando contra la progresiva destrucción del Valle de los Caídos, la deliberada y delictiva negligencia de Patrimonio Nacional, a cuyos responsables habrá que pedir cuentas algún día, y la fraudulenta negativa de la comunidad de Madrid, del PP,  presidida por Ayuso, a salvar el monumento declarándolo bien de interés cultural.(AYUSO DEJA MORIR EL VALLE DE LOS CAIDOS (youtube.com). El problema no es ni mucho menos de preferencias políticas, pues afecta al patrimonio artístico de España y a su propia historia, que quieren borrar al modo staliniano los herederos del Frente Popular. El ataque al Valle es un crimen de dimensión histórica.

El Valle de los Caídos es sin duda el monumento más grandioso y armónico erigido en Europa o quizá en el mundo en el siglo XX. Verlo por primera vez corta la respiración, y el mismo Preston, con todo su sectarismo, admite que “es una maravilla”, aunque luego mienta sobre su supuesta construcción por “presos republicanos”.

Aparte de su inestimable valor artístico, el Valle  tiene un doble valor histórico, primero como símbolo de la victoria sobre un Frente Popular que había destruido lo que tenía la república de democracia y aspiraba a destruir la nación española, sovietizándola o disgregándola; y luego como símbolo de reconciliación nacional, evidente ya en los años 40, cuando la lealtad de la gran mayoría de los españoles al régimen impidió que el maquis arraigara en la población, causa esencial de su fracaso, y permitió al franquismo afrontar los graves peligros de la guerra mundial y después desafiar y vencer el aislamiento impuesto por soviéticos, anglosajones y otros.

    Desde principios de este siglo asistimos a una campaña persistente y mafiosa por parte de los talibanescos herederos del Frente Popular para destruir o “resignificar” el monumento, atentando delictivamente contra el patrimonio histórico artístico de España. Nada nuevo, pues ya aprovechando la guerra civil que ellos provocaron destruyeron o saquearon inmensos tesoros pertenecientes al pueblo español. Y siguen en las mismas

El problema es que no han tenido la menor oposición de la derecha, salvo la de algunos francotiradores como yo mismo, habiéndose permitido profanar la tumba de quien libró al país de la pesadilla talibanesca,  con la complicidad de la Iglesia salvada por él del exterminio, de la monarquía que él reinstauró y sobre todo de un PP simplemente vil e indecente.

Una medida puramente administrativa para salvar el Valle consistiría en que la comunidad de Madrid lo declarase bien de interés cultural. Pero Ayuso, demostrando lo que realmente es y vale bajo sus peleas particulares con el doctor,  se niega sistemáticamente a hacerlo. ¡Está en el PP, en definitiva, el partido auxiliar del PSOE y los separatistas! Actúa así, una vez más, como cómplice de los talibanes. Ha hecho esta señor una frase que la define: “El único valle que me interesa es Silicon Valley”. ¿Se puede ser más necia? Y es que en el fondo de toda esta indecible miseria moral y  política funciona una abismal necedad.

Es precisa una resistencia que debe ser al mismo tiempo explicativa contra los embustes y sofismas con que envuelven el crimen los talibanes. Sugiero a VOX que sea valiente y lo haga sin complejos. Es su responsabilidad.

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Galería de charlatanes.
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En febrero de 2010 redacté esta propuesta de manifiesto para los historiadores. Obviamente apenas tuvo resultados, cosa explicable porque hoy predomina en la universidad la charlatanería pura y simple sobre nuestra historia (Ver mi libro reciente Galería de charlatanes). Pero es de esperar que eso vaya cambiando.

“Propongo a los historiadores este manifiesto (la redacción puede tener cambios) frente al continuo hostigamiento que sufre el Valle de los Caídos por parte del gobierno y los partidos que colaboran en esa campaña u otorgan con su silencio:

Queremos señalar ante la opinión pública:

1.Es completa y documentadamente falsa la leyenda promovida por diversas asociaciones ligadas al gobierno y a la llamada “memoria histórica”, de que el monumento fue construido por 20.000 presos políticos en condiciones de esclavitud o trabajos forzados y pésimas condiciones de trabajo. A lo largo de seis años y en tandas, nunca más de 500 a un tiempo, trabajaron en el Valle de los Caídos de 2.000 a 2.500 reclusos, entre comunes y procedentes del Frente Popular, con predominio de los primeros desde 1946. La gran mayoría de los obreros que allí trabajaron eran libres, y está documentado que los presos eran pagados y voluntarios, ya que los frentepopulistas redimían hasta seis días de condena por cada uno trabajado.

La evidente falsedad de los datos ofrecidos muy ampliamente a la opinión pública solo puede considerarse un pretexto para desvirtuar el carácter del monumento o incluso destruirlo o procurar su ruina. Diversos personajes han expresado incluso su deseo de dinamitarlo, y algunos han colocado bombas en él.

2. El monumento recuerda una guerra civil y es un símbolo de reconciliación nacional y advertencia contra quienes Zugazagotia llamó “jugadores de la política”, que suelen impulsar odios en la sociedad por medio de lo que Julián Besteiro llamó “Himalayas de mentiras”, distorsiones de la verdad como la citada más arriba, destinadas a crear falsas indignaciones y justificar cualquier tropelía.

3.El Valle de los Caídos, justamente famoso en el mundo y uno de los lugares españoles más visitados, constituye uno de los monumentos más grandiosos, armónicos e integrados en el medio ambiente que se hayan construido en el siglo XX en cualquier país del mundo.

4.El monumento, como tantos otros testimonios de nuestra historia, como el cercano monasterio de El Escorial, es patrimonio de todos los españoles. Con motivo de la guerra civil, el patrimonio artístico-histórico nacional, así como los bienes de numerosos ciudadanos particulares, sufrieron tremendos daños y saqueos. El hostigamiento que hoy sufre el Valle de los Caídos, unido a campañas de desvirtuaciones de su realidad, solo puede entenderse en una desdichada tradición de ataques del estilo de los perpetrados durante la Guerra Civil.

5.Por todo ello, los historiadores abajo firmantes elevamos nuestra protesta y condena radical a la actitud del gobierno y organismos o partidos afines hacia el Valle de los Caídos, y alertamos a la sociedad ante lo que podría ser un nuevo y gravísimo atentado a la historia y al patrimonio común.

Propongo que este manifiesto circule en los medios académicos y extraacadémicos de historiadores, y, reunidas suficientes firmas, se publique en los principales medios de prensa.”

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Otros artículos sobre el Valle de los Caídos (no son los únicos que he escrito):

Valle de los Caídos – Pío Moa – Libertad Digital

El Valle de los Caídos, síntesis y símbolo de nuestra historia reciente | Más España y más democracia (piomoa.es)

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 Los regeneracionistas abordaron el “problema” de España, aunque probablemente el problema eran ellos:     309 – Ortega y el ser de España | Ucrania cambia el mundo (youtube.com)


 

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Chulería, mangoneo y chovinismo /”Horror y tristeza” / Pesadilla del fin de la historia

 Los regeneracionistas abordaron el “problema” de España, aunque probaablemente el problema eran ellos:     309 – Ortega y el ser de España | Ucrania cambia el mundo (youtube.com)

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Chulería, mangoneo y chovinismo

**Prácticamente todos los políticos y analistas de la situación en  Europa a partir de Ucrania “olvidan” la posición y los  intereses de España. Dan por hecho que somos un país satélite que solo puede actuar a las órdenes de Washington y  Londres. Vamos, de Gibraltar. Es imprescindible desengañarlos.

 **Los  gerifaltes de la UE están preparando una tercera gran matanza en Europa. ¡No permitamos que nos lleven al matadero! ¡¡¡NEUTRALIDAD!!!

**No puede decirse que en España no haya patriotas: hay millones patriotas de Inglaterra, también de Usa, bastantes de Francia, muchísimos de Ucrania, algunos de Rusia, una burrada de Marruecos que prohíben hablar de la Reconquista. También hay unos pocos patriotas de España.

**¿Cómo es que tenemos una  oligarquía política tan infame? Mi hipótesis es que tenemos también una universidad infame. De ella salen esos políticos

**Dice Félix de Azúa, después de haberlo pensado a conciencia, que lo que distingue a los españoles es  la chulería, el mangoneo y el chovinismo local. Sospecho que se refiere al Doctor y los suyos, pero dado que Azúa es español,  habrá que considerarlo  chulo, mangante y chovinista. Pues está bien, hombre, pero tampoco hay por qué exhibirlo tanto. Tiene, no obstante, algo a su favor: dijo que (Inmacul)Ada Colau, la de  la alcaldía, “debería estar sirviendo pescado”, y se recogieron las firmas de más de cien mil gilipollas exigiendo que lo echasen de la RAE. Vaya lo uno por lo otro.

**¡Qué poca memoria política tiene la gente! Así como en la república la seña de identidad más distintiva del PSOE fue la violencia guerracivilista, desde el franquismo ha sido la corrupción. Y muchos ven como novedad lo que está saliendo estos días.

**Aznar condenó el franquismo. Al hacerlo, condenaba la transición, la democracia y la monarquía. Pero el necio no se percataba. Luego Zapatero siguió.

**Me pregunta una amiga cuál es mi charlatán “favorito” en la galería de ellos que he publicado. Posiblemente Viñas, ya diré por qué. El más desagradable, por hipócrita, Corral.

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Si a usted le interesan los comentarios de este blog, piense que pueden interesar a otras personas a quienes no les llegan. Usted puede hacer que les lleguen

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“Horror y tristeza”.

Repasando Adiós a un tiempo, cosa que casi nunca hago con mis escritos,  constato la cantidad de personas que, por así decir, han pasado por mi vida o yo he pasado por la de ellas, dejando a veces huella, a veces solo el soplo de un sentimiento vago. Y que, al quedar sus nombres escritos, adquieren una especie de inmortalidad de la que difícilmente tendrán noticia.  Así el hombre que quizá vio al diablo, la mujer que de comunista pasó a teóloga, el cocinero de la prisión de Caranza, del que solo conocí sus platos,  el compañero de mi primer viaje a dedo por el norte de Portugal, aventura algo complicada, los dos buscadores de tesoros templarios,  el revolucionario romántico muerto por la policía, el revolucionario burócrata,  el peruano increíblemente desenvuelto, el compañero con quien estudiaba trozos de La Ilíada en un viejo café de Vigo, el golfo en Benidorm que se dedicaba a ligar con las y los turistas, un antiguo comunista salido de la URSS, quizá El Campesino…  Todos ellos serán ya viejos como yo o más,  o habrán muerto.  No he vuelto a saber nada de ellos, y de su vida solo es posible conocer, salvo otros posibles documentos,  ese contacto pasajero y posiblemente falseado por mi memoria.

  Baroja escribe en sus recuerdos: “Al pensar en muchos de aquellos tipos que pasaron al lado de uno con sus sueños, con sus preocupaciones, con sus extravagancias, la mayoría tontos y alocados, pero algunos, pocos, inteligentes y nobles, siente uno en el fondo del alma un sentimiento confuso de horror y de tristeza“.  Horror y tristeza, supongo, por la vulgaridad del destino de unos y el posible mérito de otros, todos terminados igualmente, como dice el Eclesiastés. Comprendo muy bien el sentimiento de Baroja,  que no es, sin embargo, el  que he tratado de expresar  en el libro. Más bien es un sentimiento de desconcierto ante la existencia, ante la imposibilidad de abarcarla con la débil razón humana.  Uno puede desesperarse o declararse entusiasta y amante de la vida, actitudes ambas igualmente gratuitas. He procurado describir los sucesos con la mayor objetividad que he podido y sin nostalgia, aun si no he podido evitar cierta melancolía.

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Adiós a un tiempo

Pesadilla del fin de la historia

Por aquellos años, entre 1989 y 1991, se produjo un hecho de la mayor transcendencia histórica: el rápido derrumbe de la Unión Soviética, de su “socialismo real” y su doctrina marxista-leninista. Su caída no se debió, más que indirectamente, a la agresión de las potencias burguesas, sino que provino de una creciente evidencia del estancamiento del sistema soviético y de sus contradicciones entre los ideales propuestos y la realidad. Sin duda es indicativo que una doctrina que interpretaba por la economía la historia, en definitiva el destino humano, se viniera abajo precisamente por su fracaso económico. Y desde luego nunca había construido una sociedad igualitaria, por lo demás incompatible con la propia naturaleza humana, sino una polarización extrema entre una población más o menos igualada en una vida difícil, y una nomenklatura poseedora de todo, hasta, en su intención, de la mente de las personas mediante una propaganda abrumadora y sin contraste. No se había disuelto al poder, se había concentrado al máximo. En la guerra civil, España no había estado muy lejos de llegar a una situación pareja, que habría repercutido sobre el resto del continente.

El inesperado y casi increíble fenómeno abría una nueva época en la historia, que había de repercutir lógicamente sobre España. Durante 72 años, la evolución del mundo había sido condicionada de un lado por la URSS y las revoluciones comunistas, y del contrario por las potencias burguesas o capitalistas o liberales. Después de la II Guerra Mundial, a la pasajera alianza de ambos bandos contra el nazismo le sucedió una “guerra fría” de alcance planetario, entre la URSS y Usa, capitaneando cada una a un bloque aunque otros países prefirieran desalinearse de ambas y el bloque comunista sufriera graves grietas. Ahora quedaba solo una superpotencia con un gigantesco poderío económico, técnico y militar, sin posible comparación con cualquier otro, mientras Rusia iba a hundirse durante una década en una situación interna desastrosa mientras grandes parte de su imperio se independizaban de Moscú, alentadas por la OTAN.

Un politólogo useño Francis Fukuyama, analizó el nuevo panorama mundial en El fin de la historia y el último hombre. Disuelta la URSS, la democracia liberal representada por Usa quedaría como la única opción viable para el resto de la humanidad. La historia, vista como una tumultuosa lucha entre potencias e ideologías, tocaría a su fin en breve. La economía y la ciencia tomarían el lugar de las ideologías, un poco al modo como lo había previsto Fernández de la Mora, dejando un paisaje humano poco alentador: “Los hombres satisfarán sus necesidades a través de la actividad económica sin tener que arriesgar sus vidas en ese tipo de batallas. El fin de la historia será un tiempo muy triste. La lucha por el reconocimiento, la voluntad de arriesgar la vida de uno por un fin puramente abstracto, la lucha ideológica mundial que pone de manifiesto bravura, coraje, imaginación e idealismo serán reemplazados por cálculos económicos, la eterna solución de problemas técnicos, las preocupaciones acerca del medio ambiente y la satisfacción de demandas refinadas de los consumidores. En el período post-histórico no habrá arte ni filosofía, simplemente la perpetua vigilancia del museo de la historia humana”.

En realidad, este era el gran objetivo de todas las ideologías: un mundo pacífico y sin clases, al menos clases rígidas, conseguido infantilizando y limitando las aspiraciones o preocupaciones humanas al campo del consumo y el entretenimiento; un mundo sin moral, ya que habría desaparecido el mal, al menos en sus manifestaciones más crudas o dañinas. Las propias libertades perderían en gran parte su sentido, pues nadie en su sano juicio optaría por peder las ventajas ofrecidas por el sistema u optaría por desafiarlo. Las libertades, expresiones de la moral, se irían diluyendo conforme la ciencia biológica fuera desvelando la verdadera naturaleza humana, permitiendo por ello cambiarla técnicamente. Todo lo cual sugiere las previsiones de Tocqueville sobre el despotismo democrático.

Usa quedaba única superpotencia, cuya prosperidad ejercería potente atracción imitativa sobre el resto del mundo, y con capacidad militar sobrada para meter en cintura a quienes pretendiese desafiarla. Y así pareció ocurrir: en diversos países se suscitaron movimientos como las “primaveras árabes”, contra dictaduras, pero no dieron los frutos esperados, sino incluso los contrarios, como en Egipto. El poder militar de Usa y sus aliados se reveló aplastante en Irak y Afganistán, pero su rápida victoria solo originó guerras prolongadas y costosas, debiendo los vencedores retirarse después de ingentes gastos y de ocasionar guerras civiles con decenas de miles de muertos y millones de desplazados. La estrategia indirecta de fomentar y financiar guerras civiles en Libia o Siria, dio resultados aún peores. Esa estrategias cobraría un peligro mucho mayor a aplicarse en Ucrania. Y en la propia Usa, las nuevas políticas generarían tensiones internas que algunos analistas valoran como próximas a la guerra civil.

Por lo que respecta a España, la primera consecuencia podría haber sido el abandono de la OTAN, pues esta se habría vuelto innecesaria al haber desaparecido el contrario Pacto de Varsovia, cuyo expansionismo justificaba la alianza occidental. Sin embargo, la OTAN no solo continuó, sino que prosiguió una orientación expansiva a otros escenarios del mundo, y rodeando de bases militares a una Rusia casi inerme y caótica, que había dejado de ser comunista y encontraba duros obstáculos para reconvertirse a una economía de tipo occidental. Por consiguiente, el PSOE mantuvo a España en una alianza que había cambiado inadvertidamente de objetivos. Actitud coherente con la renuncia de España a una política exterior independiente, ya con la UCD. No obstante, las consecuencias mayores se verían posteriormente, con los gobiernos de Aznar.

 

 

 

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