Investigación, divulgación y reenfoque
Hay diversos tipos de trabajos de historia: los de investigación sobre temas más o menos amplios, que intentan aproximarse a la realidad de los hechos indagando en los archivos, declaraciones, memorias, etc.; los de divulgación, que tratan de poner al alcance del gran público y de forma amena los resultados de otras investigaciones; y los de enfoque, generalmente en forma de ensayo, que intentan relacionar los hechos y encuadrarlos de forma original.
Por lo que respecta a mis libros, empecé con estudios de investigación, como la trilogía sobre la guerra y la república o sobre los separatismos vasco y catalán; escribí algunos de divulgación como Los mitos de la guerra civil o Franco, un balance histórico; y otros de enfoque, como Nueva historia de España, o sobre la Reconquista, Europa, o los más recientes sobre la república y el Frente Popular.
Y, por supuesto, La hegemonía española y la Era Europea. Reenfocar aquella época, tan maltratada por la mayoría de los historiadores, me ha parecido esencial, y no menos el encuadrarla en un período histórico más vasto, que llega hasta ayer como quien dice. Me ha parecido extraordinariamente interesante ver cómo un país que, sin ser pobre ni despoblado, distaba de ser el más rico y poblado de Europa, alcanzó en ella el predominio político y militar, y en buena medida cultural, enfrentándose además a una tremenda coalición de enemigos, los más peligrosos de los cuales, los otomanos, eran también los mayores peligros para Europa y la cristiandad. Creo que nunca se ha enfocado aquella historia en este doble plano, aunque ya Julián Marías llamó la atención sobre uno de ellos, el ilogismo de la mayoría de las historias sobre el período. No he escrito hasta ahora ningún libro que se limite a insistir en tesis conocidas, aunque sea aportándoles detalles aquí y allá.
Es muy frecuente que estudios de investigación, no digamos de divulgación, aporten multitud de detalles, incluso de gran valor, pero sean incapaces de ofrecer una visión medianamente clara o lógica de conjunto o, peor todavía, sostengan las versiones más irreales, generalmente ideológicas. Yo diría que el 90% de la historiografía sobre la guerra civil y el franquismo está lastrada por enfoques simplemente absurdos, que invalidan sus investigaciones de detalle. Y no debe olvidarse que la historia no es simplemente pasado. Sus enfoques encauzan a su vez las políticas actuales.
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Una guerra innecesaria
** La guerra de Ucrania no habría estallado si Zelenski hubiera cumplido los acuerdos de Minsk y aceptado la neutralidad de Ucrania.
**Rusia tenía buenas razones para sentir amenazada su seguridad por la entrada de la OTAN en Ucrania. Lo ha estado advirtiendo durante siete años.
**La OTAN ha diseñado una guerra que llaman “híbrida”, esto es, disimulada o solapada, sin agresión directa pero apoyando todo tipo de acciones y provocaciones indirectas, como las que realiza utilizando a Zelenski.
**España no tiene conflicto ni nada que temer de Rusia, salvo que la guerra se extienda, como pretende Zelenski. Sí tiene que temer de Zelenski y nunca debe olvidarse que la OTAN invade nuestro territorio y protege a un tirano aspirante a invadirlo a su vez.
**La guerra de Ucrania pone de relieve también la evolución totalitaria de las potencias LGTBI de la UE y su utilización de propaganda de guerra para crear una rusofobia histérica, y el robo sistemático de propiedades rusas con el objetivo de sembrar el hambre en Rusia.
**España no tiene por qué, ni debe, ser aliada de Rusia. Pero con respecto a la OTAN, debe salir de ella y adoptar una política de neutralidad.
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No es asunto menor ni retórico
¿”Padre de la patria andaluza” el proislámico y antiespañol Blas Infante? ¿No es hora de acabar con esta infame farsa e insulto a todos los andaluces?
La cuestión del supuesto “padre” y de la bandera o aljofifa no es mera retórica, pues define unas políticas antiespañolas que propugnan, abierta o solapadamente, la disgregación de España en pequeños estaditos corruptos y manejables para potencias exteriores.
¿Hay mayor insulto a los andaluces que imponerles como “padre de la patria” a un perturbado enfermo de retórica barata y grandilocuente y de odio a España, como Blas Infante? El insulto lo mantienen permanentemente el PP y el PSOE. No es una cuestión sin importancia, muy al contrario.
La bandera “andaluza” o aljofifa diseñada por Blas Infante no es andaluza, sino islámica. La impusieron los mismos políticos corruptos que declararon “padre de la patria” a Blas Infante.
“¡Nuestra bandera de inocentes colores, blanca y verde! Le hemos quitado el negro como el duelo después de las batallas y el rojo como el carmín de nuestros sables, y todavía se inquietan” Así de chiflado estaba este “padre de… el PP y del PSOE”.
“Sentimos llegar la hora suprema en que habrá que consumarse definitivamente el acabamiento de la vieja España. Declarémonos separatistas” (Blas Infante, ídolo de PP y PSOE)
Blas Infante quería “reconstruir el alfabeto andaluz” para separarlo del español. Soportaba mal “valernos de los signos alfabéticos de Castilla”. Moreno Nocilla le ha expresado su admiración
“Avergoncémonos de haberla sufrido (a España) y condenémosla al desprecio”. Blas Infante, “padre de la patria andaluza” según PP y PSOE
Blas Infante odiaba a España y adoraba a Al Ándalus. Gracias a la Reconquista Andalucía es parte de España y no parte del Magreb, adonde parecen querer llevarnos los discípulos del orate.
Parece que el gran mérito de Blas Infante fue el haber sido fusilado al comenzar la guerra civil. Una guerra preparada y provocada por las agitaciones separatistas y comunistoides.