Esta contraofensiva la hemos tratado en Una hora con la Historia. De haber sido mejor organizada, pudo haber liquidado a las tropas de Varela en el frente de Madrid.
Durruti, recién llegado: “Os traigo el saludo del frente de Aragón. El saludo de unos milicianos que están viendo el Pilar, ese Pilar donde hoy, como siempre, se cobija el crimen, el fanatismo y la hipocresía criminal de los eternos tiranos(…) Nadie sabe cuánto durará esta guerra, igual uno que cinco meses más (…) Los milicianos tienen la mirada fija en Barcelona, y Barcelona no está a la altura. No cumple con su deber. Porque no puede tasarse en 10 pesetas la vida de un miliciano (10 pesetas diarias era mucho más de lo que cobraba un profesional de la Legión). Y mientras esto ocurre, los consejeros no tienen tasa ni medida para el vestido y la comida. Si creéis que podemos consentir que todas las noches de Barcelona ofrezcan el mismo lamentable espectáculo, os equivocáis”
Carrillo: “La quinta columna está en camino de ser aplastada (…) con arreglo a la ley, con arreglo a todas las disposiciones de justicia posibles, pero sobre todo con la energía necesaria” (Paracuellos).
Diario Claridad: “Completemos la potente organización de comités de vecinos antifascistas” (para denunciar y vigilar manzana por manzana de casas a los habitantes) “¡No fusilaréis a los trabajadores madrileños! ¡No degollaréis a sus hijos!” “Madrid en esta hora de epopeya es la patria del mundo y la madre gloriosa de los siglos liberadores. ¡Adelante las armas del pueblo! “La fe agiganta las fuerzas de las milicias. Todo está maduro para lanzarse al esfuerzo definitivo”
CNT: “Nuestra posición, la posición de la revolución, no puede ser la simple defensa. Tiene que ser siempre el ataque” “Lo que hoy es acción defensiva se trocará en ofensiva torrencial e incontenible. Asistimos a los últimos coletazos del fascismo”.
Miaja: “Cincuenta mil hombres vais a aplastar hoy a la reacción en una lucha decisiva. Vais a terminar la semana de heroísmo con un triunfo decisivo, que admirará al mundo”
Koltsof (enviado de Stalin, desaparecido a la vuelta a la URSS) ”En otra parte esto habría sido sabotaje. Aquí solo es imbecilidad”
Tárjof, piloto soviético linchado por los madrileños: “Esto es una casa de locos. ¿Por qué disparan sobre los propios?”
Claridad: “Nuestras tropas han dado hoy la embestida que todos anhelábamos ¿Por qué nuestro optimismo? Por el análisis de los hechos verificados hora a hora”.
Margarita Nelken: “La historia de las ratas, o lo que ya no interesa”, contra “los que querían la vuelta a la normalidad, pregonada al socaire de una serenidad que quiso refrenar lo irrefrenable” (se refería al terror, del que ella era una organizadora)
Mario Nicoletti, comisario político de una brigada internacional: “Hemos venido voluntariamente para ayudaros a defender vuestra república, vuestra libertad y vuestras conquistas sociales. El hecho de que en nuestra brigada estén en gran mayoría los comunistas no cambia absolutamente nada de su carácter de Frente popular”
Koltsof , sobre el balance de la jornada: “Desilusiones y grandes amarguras”
Miaja: “Nuestras tropas lograron, en parte, los objetivos señalados por el mando”
(el texto original en Ayeres, revista de historia del Ateneo de Madrid, 1990)
–Volvamos a concretar: en Adiós a un tiempo usted no menciona hechos tan relevantes en su vida como el asesinato de cuatro policías el 1 de octubre de 1975, en el que usted participó.
–Lo explico en el prólogo. Son cosas que ya he relatado con detalle en varias ocasiones, y ya me hartan esas monsergas.
–¿Monsergas?
– Sí, monsergas. Me refiero a ese falso interés de perfecta mala fe, que a veces me irrita especialmente. Aquí vamos al perspectivismo, que diría Ortega: ¿es ud antifranquista? A un antifranquista le digo: entonces para usted soy un héroe, cosa que evidentemente no me satisface. Soy un héroe porque ustedes pretenden que aquel régimen era fascista, lo pintan con las peores tintas, y por tanto luchar contra él por todos los medios estaba justificado, era necesario, y yo lo hacía, incluso arriesgando la vida. Y más en aquellos instantes en que el régimen acababa de ejecutar a cinco “antifascistas”, cosa que todos ustedes llaman asesinatos. En realidad, ustedes, entonces y después, han considerado héroes a la ETA, han negociado o apoyado las negociaciones con ella y finalmente han premiado sus crímenes. Y si es usted socialista le recuerdo que su partido tiene un buen historial de terrorismo detrás, incluyendo el del GAL. Así que ¿qué problema moral tienen ustedes en que matásemos a cuatro policías en aquel momento? ¿Máxime cuando fue la única acción de ese tipo en todo el franquismo? La ETA solo había matado a personas aisladas y la mayoría desarmadas, y por la espalda. Así que no sea ud hipócrita, lo que le fastidia a ud es que yo haya cambiado de opinión y condene el antifranquismo.
–Pero precisamente mucha gente se pregunta cómo ha ocurrido un cambio tan radical en usted
–Pues ha ocurrido por dos ejercicios que aquí pocos quieren hacer: investigación y reflexión. Han sido años de esas dos cosas, no me caí de pronto del caballo. O del burro.
–De todas formas, se puede ser antifranquista o demócrata y condenar la violencia.
–Otra hipocresía más. A aquellos antifranquistas y los de ahora, que no conocieron el franquismo, les parecía muy bien la ETA porque hacía lo que ellos implicaban, pero no se atrevían a hacer. ¿No era tan horrible el franquismo? Pero la ETA actuaba en consecuencia, y la mayoría de los antifranquistas vivían tranquilamente, aprovechaban la prosperidad que traía el régimen, o trepaban dentro del propio aparato franquista. Me gusta la frase de Marx: “hay alguien más despreciable que el verdugo, el ayudante del verdugo”. Esa clase de antifranquistas eran los ayudantes del verdugo, doblemente despreciables. Y triplemente despreciables cuando, después de todas sus miserias, se pretenden moralmente limpios porque no se han manchado de sangre, dicen, y se atreven a condenar lo del 1 de octubre.
–Porque dicen que ud golpeó al policía moribundo con un martillo.
–Es que además de despreciables por lo dicho, lo son por sus infundios. Tiene que haber un informe forense del pobre policía, que aclare lo del martillazo, que por supuesto no existió. Yo he pedido perdón a las víctimas, pero me repugna hacer de estas cosas un espectáculo, y más a la vista de esta gentecilla. En fin. Aparte de eso, esos pendejos dicen también que fui confidente de la policía. Lo dicen cuando los socialistas han tenido en su poder los archivos de la policía política franquista, donde tendría que estar clara la cosa. Pero no han utilizado esos archivos, los han destruido. Porque la verdad es que el GRAPO no estaba infiltrado por aquellas fechas, tardaría mucho en estarlo, mientras que esos partidos sí lo estaban. Perdone que me cabree un poco, toda esa mierda está ahí, en periodistas y políticos, y no hay más remedio que tratar con ella.
–Entonces, ¿no se puede ser antifranquista y condenar la violencia?
–Por poder, se puede, claro, ¿qué no podrá la hipocresía? Y no mezcle antifranquismo y democracia, son cosas opuestas. El antifranquismo es el cáncer de la democracia actual. En cuanto a la democracia, es un régimen que, como todos los demás, se apoya en la violencia. Y sus orígenes son muy violentos. Usa nació de una guerra contra los ingleses, y luego tuvo una guerra civil más sangrienta que la nuestra. Y en Europa la democracia nace de la Revolución francesa, uno de cuyos ingredientes fue el terror masivo, y continuó con las guerras napoleónicas, que fueron un precedente de la de Hitler. Y las democracias actuales de Europa occidental vienen de la intervención militar de Usa, que empleó una violencia a menudo bestial, cometió tremendas atrocidades. Como aquí casi todos los políticos y periodistas se proclaman demócratas, pero solo tienen ideas muy vagas de eso, pues, eso, pueden dedicarse a condenar la violencia en abstracto, y de paso hundir la democracia con sus demagogias. Hoy casi todos los políticos y periodistas se dicen antifranquistas, pero por eso mismo no son demócratas, son corruptos moral y políticamente, que es más grave que la corrupción económica. La violencia puede ser necesaria y de hecho acompaña a toda la historia humana, analizarla es muy difícil y no puede hacerse a base de moralina fácil y gratuita.
–Bueno, no sé si se da cuenta de que se está usted poniendo como un gran ejemplo moral, impoluto…
–No soy ejemplo de nada, cada cual tiene su vida y se apaña como puede. Usted pregunta y yo contesto. Estoy diciendo lo que hay, simplemente, y si quiere, trate de desmentirme. Ahora, en un plano más general, por encima de las miserias corrientes de la política y el periodismo, la vida es desconcertante y nunca podremos saber hasta qué punto… Hasta qué punto acertamos o nos equivocamos. Yo investigo y reflexiono, ya le dije, y procuro no engañarme, aunque de eso jamás tendremos la certeza. En lo concreto podemos acertar y en un contexto más general equivocarnos. Pero, eso… cada uno hace lo que puede. No estoy arrepentido de mi activismo por entonces, y aun comprendiendo que fue un tremendo error, no recuerdo con amargura aquella vida clandestina y peligrosa… Fue el error de condenar a un régimen que, literalmente, había salvado a la sociedad española de una catástrofe, de varias catástrofes. Entonces la gente vivía cada vez con más comodidad, millones de personas se hacían propietarios de sus casas, de electrodomésticos, los estudios superiores se iban masificando… El clima moral, la salud social, era mucho mejor que lo que vino después…
–¡Y ustedes luchaban contra todo eso!
–Sí. Y aunque en la propaganda siempre hablábamos de la miseria de las masas, la explotación, etc., veíamos bien lo que ocurría ante nuestros ojos. Pero es que estaban por un lado los tópicos obsesionantes de la propaganda antifascista, y por otro creíamos tener la clave para una sociedad en todo caso muy superior. O veíamos cómo la gran superpotencia useña fracasaba ante un pueblo pobre y atrasado en Vietnam, lo que nos parecía que marcaba el rumbo de la historia… El espíritu de los materialistas triunfaba sobre la materia de los espiritualistas, je, je… Vamos, que nosotros íbamos en el buen camino.
–Pero usted habla solo de sus críticos antifranquistas. Sin embargo he leído a franquistas hacerle las mismas críticas, por lo del GRAPO y demás.
– A esos les he dicho a menudo: es una lástima que ustedes no defiendan a la izquierda o a los separatistas, porque ustedes desgracian lo que defienden. Yo no he escrito para congraciarme con ustedes, sino para aproximarme a la verdad en lo que he podido. En política ocurre a menudo que una buena causa es mal defendida y una mala causa bien defendida. En fin, el franquismo es mucho más importante e interesante que los franquistas. Los franquistas han sido en su mayoría bastante torpes y muy mediocres y pesados; y esa es una de las causas por las que bastante jóvenes de entonces, los más inquietos, buscábamos otras cosas y detestábamos al régimen.
–¿Cómo una gente torpe, pesada y mediocre pudo construir un régimen tan espléndido a su juicio?
–Una paradoja, pero puede explicarse algo. La mediocridad no es necesariamente mala, es eso, una cosa mediana, algo anodina, pero cuando no va acompañada de exaltaciones arbitrarias y odios excesivos, permite una estabilidad y a la larga es productiva. Los líderes de la república eran también torpes y mediocres, pero al mismo tiempo estaban cargados de “estupidez y canallería”, como dijo Marañón. El franquismo produjo una clase gobernante poco brillante, pero eficaz, relativamente disciplinada, bien preparada y bien dirigida. Y la figura de Franco fue fundamental. Fue un auténtico estadista, el mejor que ha producido España en siglos. Siempre digo que sin él los nacionales no habrían ganado la guerra. Y tampoco habrían ganado la paz: al terminar la guerra mundial el país habría vuelto al caos republicano. O monárquico, da igual. Él comprendió bien que el país necesitaba una larga etapa de trabajo en paz, sin dejarse intimidar por la hostilidad y la presión internacional. Una presión que llegó a ser criminal, delictiva. Pero, si me permite, deberíamos volver al libro tal cual, ya que ud habla tanto de concretar.