387 – Masonería y revolución. La Hispanidad en encrucijada – YouTube
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Entre dos parricidios
“Sonaron gritos y golpes a la puerta viene a narrar una larga peripecia entre dos parricidios. El primero, en la confusión del comienzo de la guerra civil en Barcelona, casi le cuesta la vida al protagonista, Alberto, a manos de su padre biológico, Antonio, ignorando ambos su relación. En cambio Antonio extermina al resto de la familia. Alberto y su amigo Paco fracasan en el intento de dar con Antonio y ajustarle cuentas, y los avatares sucesivos de ambos transcurren en el ambiente violento de la época, la guerra civil, la mundial y el maquis. El segundo parricidio ocurre diez años después, cuando Alberto, al preparar en Galicia una emboscada en la que debe morir Antonio, descubre inesperadamente que este es su padre, lo que le ocasiona un trauma existencial.
“El monstruoso ego de Antonio le ha impulsado a venganzas absolutas por ofensas recibidas o incluso imaginadas. Esta puede ser una descripción del mal. El yo viene a ser lo más absoluto para cada cual, el sujeto de su peripecia en el mundo entre el nacimiento y la muerte, y la medida conforme a la que juzga al mundo. Ese yo sufre inevitablemente ultrajes que nunca acaba de aceptar en algunos casos. La vida está llena de aceptaciones falsas, resignaciones dolorosas, y una experiencia real es cómo, cuando cae la ley y el temor a ella (en una revolución o una guerra, por ejemplo) personas antes mansas y sumisas o razonables, se desatan en revanchas salvajes. Antonio es un tipo lleno de energía, valeroso, con afición al riesgo y la aventura, y lo mismo le ocurre al hijo. ¿Por qué uno es malo y el otro bueno? ¿Hay algún medio objetivo de decidirlo? Eso es lo que atormenta a Alberto, no solo en relación a este suceso (cuando ocasiona la muerte de su padre, aunque ¿quizá hipócritamente?, se niega a participar directamente en ella), sino en general. ¿Son ellos los buenos o lo son los soviéticos? ¿Qué es lo que impulsa realmente a Alberto y a Paco a obrar como lo hacen? Antonio no sabe de la existencia de su hijo y no es reflexivo como este, no tiene dudas, y su ego, identificado con la revolución –una revolución que refleja las ansias de desquite por su dura vida– no le plantea ningún problema sobre lo que debe hacer, siempre que le sea posible. No es un personaje vulgar, como tampoco Alberto, Paco, Carmen o Luisa. Están enfrentados a muerte y sin embargo Alberto nunca está del todo seguro de sí mismo, al contrario que Antonio”. (J. C. L. )
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Trágico y revelador
**Del monarca, obispos, jefes del PP, jueces, mandos militares, grandes empresarios que asistieron sin mover un dedo al ultraje s la tumba de aquel a quien lo deben todo, puede decirse lo del Festín de Baltasar: “habéis sido pesados y hallados faltos de peso”
**Tiene algo de realmente trágico que Juan Carlos, celebrado durante décadas como el autor o promotor de la democracia, haya terminado objeto de irrisión casi generalizada y echado casi a patadas de España por un gobierno podrido y por su propio hijo. Trágico y revelador
**Suena extraño sostener que no había libertad en España porque el franquismo proscribió a los que habían traído la guerra civil, asesinado sádicamente y a mansalva, intentado proseguir con la guerra mundial, y huido con un enorme botín robado a instituciones y particulares. Extraño, realmente. Pero una derecha descerebrada lo acepta
**Hay que reconocer que PSOE y separatistas contribuyeron bastante a los espléndidos 40 años del franquismo. ¿Cómo lo hicieron? Precisamente no haciendo nada y dejando en paz al país.
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Nueva historia de España (y III):
15. Como resumen del llamado siglo de Oro, España descubrió América y el mundo, estableciendo una relación entre culturas y civilizaciones por primeravez en la historia humana; y configuró a Europa frente al expansionismo otomano exterior y protestante interior, al paso que desarrolló una cultura brillante y original. A continuación se produjo una decadencia en dos etapas.
16. La primera decadencia puede describirse así: al comenzar el siglo XVIII, España pasar de ser potencia protagonista en Europa a convertirse en objeto de las maniobras de otras potencia, hasta que Francia le impuso su propia dinastía.
17. Aun con tan pésimos inicios, a lo largo del XVIII España se rehízo como gran potencia política y militar, aunque ya no hegemónica. En cambio perdió su poderosa originalidad cultural, con una Ilustración inferior a las francesa, inglesa o alemana. Esta apreciación se diferencia de las más comunes que sitúan a Carlos III como un apogeo en la historia hispana.
18. La segunda y más profunda etapa de decadencia comienza con la invasión napoleónica y la aparente alianza de Inglaterra, que aprovechó para destruir el Imperio español. En los tres siglos anteriores, España había sido probablemente el país internamente más pacífico y estable de Europa, y a partir de ahí comenzó una cadena de enfrentamientos y guerras civiles, pronunciamientos, etc., que con el paréntesis del franquismo perdura hasta hoy.
19. El siglo XX presenció una relativa recuperación cultural, en menor medida política y económica, pero que fracasó por las convulsiones republicanas y la guerra civil, recobró impulso en el franquismo y se mantuvo mal que bien en la democracia con una progresiva pérdida de independencia y corrupción, hasta la destrucción del régimen del 78, que ha alumbrado un nuevo período incierto.
20. Este conjunto de apreciaciones supone en Nueva historia de España un enfoque distinto, a veces profundamente distinto, de todas o casi todas las obras de conjunto sobre la historia de España.
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