Tradición cultural española / La evolución mundial / Blog mediocre, novela buena

UNA HORA CON LA HISTORIA
 Historia criminal del PSOE (20): Prieto y Azaña destruyen la moderaciónhttps://www.youtube.com/watch?v=P7AsIa7Nyg4 

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Tradición cultural

**En los siglos XVI y XVII España creó una grande y original cultura. Desde  comienzos del XVIII solo ha destacado propiamente en pintura. En lo demás ha seguido mejor o peor las corrientes venidas del exterior, a veces con obras notables pero sin aportar grandes novedades.  

**Debe subrayarse que la gran cultura española se creó mientras España defendía a Europa de los otomanos, al catolicismo del protestantismo, a sí misma de Francia e Inglaterra, al tiempo descubría el mundo por primera vez en la historia humana.

**El franquismo trató de inspirarse culturalmente en la España del “siglo de oro”. Está por hacer un estudio serio sobre en qué lo logró y en qué fracasó. Pero el intento se abandonó pronto. En gran parte porque se apoyaba en un menendezpelayismo estrecho, en un catolicismo que pronto dio la espalda al intento.

**Desde la transición, la cultura española ha huido de aquella antigua tradición y ha tratado de satelizarse, deliberadamente, a lo que llamaban “Europa”. Es difícil decir en qué medida, aspectos y manera podría continuarse hoy el intento cultural franquista. ¿Se trata de una vía muerta, o tiene todavía futuro? No es lo mismo “inspirarse en ” que copiar.

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 La evolución mundial

Ninguna política puede ser estrictamente nacional, ya que las corrientes e intereses exteriores siempre influyen en ella. Y no porque estemos en un mundo “global”, pues siempre ha sido así. Muy a menudo la evolución de un país ha sido rota o cambiada radicalmente por sucesos acontecidos muy lejos de él. Por lo que se refiere a España, su formación como comunidad cultural provino de decisiones tomadas muy lejos de sus costas, en Roma y Cartago. Más lejano aún, en la desértica Arabia, ocurrió el chispazo del incendio que casi invirtió por completo el resultado de la II Guerra Púnica, y que durante varios siglos lo invirtió realmente en gran parte de Iberia. El protestantismo surgido en Alemania condicionó fuertemente la política española durante más de un siglo, y la Revolución francesa tuvo el efecto de quebrar, a través de la invasión napoleónica, la evolución interna del país. En el siglo XX, las convulsiones europeas estuvieron muy cerca de causar una catástrofe interna en España. Etc.

En 1989- 1991 terminó la Guerra Fría por implosión de uno de los contendientes, un suceso histórico notabilísimo y completamente inesperado para prácticamente todo el mundo.  Historiadores, analistas y políticos juzgaban el régimen soviético como indefinidamente duradero, y casi de pronto, en un proceso rapidísimo, se vino abajo toda una enorme construcción juzgada casi inamovible. El prodigioso hecho pareció preludiar el triunfo absoluto de la democracia liberal en todo el mundo, a la que no parecía haber alternativa,  y con ella el fin de la Historia,  en expresión de Fukuyama: se generalizaría “un tiempo triste. La lucha por el honor, la disposición a arriesgar la vida por un fin abstracto, la lucha ideológica mundial con sus virtudes de audacia, valor, imaginación e idealismo, será reemplazada por el cálculo económico, la inacabable resolución de problemas técnicos, la preocupación por el medio ambiente  y la satisfacción de las complicadas exigencias consumistas. No habrá arte ni filosofía, solo  la perpetua vigilancia  del museo de la historia humana”. Y, sin decirlo, regímenes de modelo anglosajón, con el inglés como idioma político y cultural.

El análisis de Fukuyama parecía bien fundado en el derrumbe de la URSS. Por cierto que algo así preveía ya mucho antes Fernández de la Mora ante la supuesta caída de las ideologías, de la que el derrumbe de la URSS podría considerarse el último episodio:  el estado se ocuparía de cuestiones técnicas fundamentalmente, y en eso consistiría la política. Sin embargo la profecía no se ha cumplido, como sabemos, y hasta podría establecerse esta ley de las profecías históricas: “Siempre fallan”.  Unas ideologías han sido sustituidas por otras, si bien con un alcance intelectual o filosófico mucho más limitado que el marxismo. La tendencia economicista-tecnocrática se ha desarrollado sobre todo en la Unión Europea, en mucha menor medida en Usa; pero en ambas surgen corrientes políticas e ideológicas muy variopintas, y el mundo se ha vuelto en varios sentidos más complicado. Otro analista, Huntington, respondiendo en cierto modo a Fukuyama, predicó un choque de civilizaciones, las cuales distinguió en gran medida por su componente religioso, y ese conflicto sustituiría al ideológico y al nacional. Algo de ello  parece ocurrir entre la civilización islámica y la occidental cada vez menos cristiana, mientras que China y la India van conformándose como dos colosos con sus propios intereses y necesidades que darán lugar a “rozamientos” de alcance muy difícil de predecir. No obstante, en el interior de cada una de esas civilizaciones proliferan los conflictos, también ideológicos y nacionales.

La complejidad y variedad de los movimientos que conforman el mundo actual, y el seguro surgimiento de otros hoy inexistentes o poco importantes aún, vuelve imposible la predicción y un cálculo seguro.  Con todo, no queda más remedio que especular, en el buen sentido de la palabra, con las corrientes más evidentes, cosa que puede hacerse sin demasiado error, en principio,  en el corto e incluso el medio plazo. Dentro de este conjunto de evoluciones, a España le afectan fundamentalmente las  de Europa, América (de modo distinto Usa e Hispanoamérica) y el Islam. Sin olvidar que los acuerdos y desacuerdos entre Rusia, China y Occidente pueden repercutir a su vez sobre nosotros. Ahora mismo, como ocurrió en la Guerra Fría, la pugna se libra sordamente por países interpuestos como Siria, y según transcurran las cosas, la situación en Oriente Medio-Próximo, con Irán e Israel,  puede ponerse al rojo vivo, lo que afectaría inevitablemente a nuestro país, tal como le afectó la Guerra del Yom Kipur, que desencadenó la crisis del petróleo en 1973, y probablemente en mayor medida.

Es preciso decir que en todos los conflictos entran factores económicos, tecnológicos, militares (aunque sea como presión o amenaza), ideológicos y otros, todos los cuales se integran en proporciones y modos diversos, en las políticas de las potencias. Por ello el análisis es siempre complicado y la predicción incierta. La inclinación a considerar la política un mero reflejo de conveniencias o necesidades económicas, tan extendida en la izquierda y la derecha, solo vuelve el análisis más primario e incierto.

Así pues, por lo que respecta a España, intentaré trazar algunas líneas elementales en relación con Europa, Usa, Hispanoamérica y el Islam, particularmente el magrebí.

(Anteriores entregas de la declaración: https://www.piomoa.es/?p=506 y https://www.piomoa.es/?p=515)

 (En septiembre de 2012)

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Blog y novela

No comparto la crítica pedantesca  de Guillermo C. R.  pero considero que el blog es disperso, trata infinidad de cuestiones sin abocar a un fin. Por ejemplo, he seguido los comentarios sobre Omar Jayam y quedan en ideas sueltas, igual que sus recuerdos sueltos. ¿Acaso dan estos una visión biográfica real? Lo mismo los de Omar Jayam. En cambio los comentarios políticos en pequeñas píldoras para las redes son agudos y sintéticos, a veces recuerdan los epigramas de Marcial, son lo mejor del blog y yo suelo difundirlos. En cambio la crítica a la novela no la comprendo. El tema son diez años de la juventud del protagonista y no se pueden resumir en una novela corta. Quedaría muy poco convincente. Hasta podría ser el doble de larga y, tal como está escrita, no sería aburrida ni sin sentido. Y el trasfondo histórico está muy logrado, los personajes son vivos y complejos, tanto los masculinos como los femeninos.  Y eso de que no entran en la tradición española, veamos: ¿Cuál es la tradición española? Cuando llegó el Romanticismo, aquí se escribía con arreglo a unas formas traídas de fuera. ¿Eran tradición española? ¿Eran tradición en Europa cuando se impusieron? Al contrario, reaccionaban contra lo anterior, contra la tradición del siglo XVIII. ¿Y el realismo? ¿Y el naturalismo? Los autores españoles innovaban de acuerdo con tendencias o modas innovadoras surgidas  fuera. Su novela es innovadora. Lo que me digo es si vendrá de alguna corriente extranjera. No conozco tanto lo que se escribe por ahí, pero me da la impresión de que se parece a lo que hay por aquí. “Sonaron…” no encaja en lo que se escribe hoy en España, lo reconozco, pero eso no tiene por qué ser malo, y , repito, no veo eso de que no es una novela española.” E. H. D.

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Mala novela y buen blog / Paz, democracia y razón.

Mala novela, buen blog

El comentario de Guillermo C. R.  sobre su novela Gritos y golpes, me ha parecido acertado. Cuando la leí, me quedó una sensación de insatisfacción, no sé por qué,  a pesar de resultarme muy entretenida. La crítica de Guillermo me ha ayudado a entenderlo. Los personajes no son españoles, desde luego, podrían ser rusos, hasta me parece haber leído algo así en la reseña de Aquilino Duque. Yo diría que demasiado aventureros y además  demasiado “pensadores”, esos personajes no se dan en la literatura española. Y menos la mezcla de las dos cosas.  Y por todo eso, inverosímiles. Además, el relato no es católico, claro que no. Yo no soy  católico y no creo que la literatura española tenga que ser forzosamente católica, yo diría que la mayor parte de ella no lo es, pero lo que me ha chocado es su amoralidad, un concepto algo más amplio que el mero catolicismo. No voy a seguir la frase de Eugenio d´Ors de que lo que no es tradición es plagio, pero desde luego no entra en la tradición española. ¿Está inspirada en otra literatura? ¿Tal vez la existencialista? Sería interesante que usted lo aclarase.

En lo que discrepo de Guillermo es en el blog. Lo considero uno de los más interesantes y originales del panorama español, si es que no el más. No estoy de acuerdo en que el blog divague cuando no habla de historia. Al contrario, sus temas filosóficos son vivos. Los blogs y foros filosóficos son en la mayor parte un pestiño. Yo diría que a la filosofía le pasa como a la poesía: que ha terminado convirtiéndose en una logomaquia para enteradillos, que al final tampoco se enteran gran cosa. Supongo que así no se aburren. Le animo a seguir… Antonio Pérez González.

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UNA HORA CON LA HISTORIA
 Historia criminal del PSOE (20): Prieto y Azaña destruyen la moderaciónhttps://www.youtube.com/watch?v=P7AsIa7Nyg4 

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Paz, democracia y razón

 

Es lástima que lo poco original y bueno que produce actualmente España en el ámbito de la cultura apenas reciba atención y pase casi inadvertido para los medios y para el público en general, sin dar lugar a debates de algún interés.

Nos hemos acostumbrado tanto a creer que solo fuera de España se publican materiales interesantes, por lo común en inglés, incluso sobre nuestra propia historia y literatura, que automáticamente se tiende a desdeñar ese poco bueno en español, a sumergirlo en la masa de trabajos irrelevantes o pintorescos, o meras vulgarizaciones de aportaciones foráneas, que constituyen el grueso de la cultura española actual.

Entre ese poco original y bueno se encuentra el libro de José Manuel Otero Novas Mitos del pensamiento dominante. Paz, Democracia y Razón. La primera parte del título quizá no es muy acertada, pues el pensamiento se ha reducido mayormente a tópicos, de modo particular en España. Afortunadamente no ha caído en la falacia encerrada en el término pensamiento único, que solo puede existir en regímenes totalitarios. En los democráticos siempre han surgido y combatido diversas escuelas de pensamiento, predominando unas u otras en tales o cuales épocas, pero sin imponerse nunca una por completo. Y esta es una de las causas de la superioridad cultural de Occidente durante varios siglos, y también de sus peligros. Por cierto, que Otero supone la existencia de ciclos o ritmos en el desarrollo social, que caracteriza como alternancia entre etapas dionisíacas y apolíneas, según la terminología usada por Nietzsche en relación con la tragedia griega. Idea discutible y por ello probablemente fructífera.

Pero desde hace bastantes décadas viene imponiéndose un pensamiento de tipo socialdemócrata, condensado en tópicos o mitos, hasta el punto de que ha sido adoptado en gran medida también por la Iglesia. Ya Tocqueville advertía contra lo que llamó “despotismo democrático”, que coincide casi punto por punto con los ideales y aspiraciones de una socialdemocracia desprovista solo a medias del dogmatismo marxista. Un despotismo que, advertía, puede volver aparentemente inútil o innecesaria la libertad e imponerse manteniendo los aspectos externos de la democracia: un estado providente ejercería sobre los individuos una tutela que se parecería a la paterna si no fuera porque esta tiene por objeto “preparar a los hombres para la edad viril”, mientras que la del estado persigue “fijarlos irrevocablemente en la infancia”. El análisis de Tocqueville creo que sería útil para explicar muchos fenómenos de las sociedades actuales.

Pues bien, esa infantilización se produce en gran medida a través de la manipulación de conceptos discutibles (en España tiende a considerarse negativamente el término discutible, cuando debe ser todo lo contrario para una sociedad viva) y muy difíciles de definir, como paz, democracia y razón. El juego consiste en apropiarse de esos conceptos como banderas e imponer como únicas posibles, mediante la educación, los medios de masas, etc., determinadas interpretaciones de ellos, generalmente simplificadas y utópicas. Ese juego, si se impone, entraña la muerte del pensamiento.

Otero Novas no solo se opone a esa infantilización utopista (él no emplea este término, pero creo que viene al caso), sino que lo hace mediante la aportación crítica de una masa de datos, testimonios, información histórica, citas y razonamientos que sorprenderán a la mayoría de las personas habituadas a pensar en una sola dirección. De ahí que su libro constituya una riquísima fuente de reflexiones –no necesariamente favorables a sus tesis, desde luego–; como otro anterior que reseñé en su momento con mucha menos extensión de la que merece.

En gran medida, las utopías infantilizantes parten de un concepto del ser humano que ahora suele llamarse buenista y que niega, por decirlo con expresión mítica, el pecado original constituyente de la condición humana. Así, el hombre tendería por naturaleza a la paz, la democracia y la razón, conceptos presentados a su vez como coherentes y no conflictivos entre sí. Una consecuencia del pensamiento utópico o buenista sería la negación de la historia. La humanidad histórica –la real– ha vivido entre paces y guerras, entre la libertad y la servidumbre, entre la razón e impulsos irracionales (a su vez, como recuerda Otero, pocas cosas más difíciles de definir que la razón, la libertad o incluso la paz). Esa historia no se correspondería con la verdadera naturaleza humana figurada por el arbitrario ensueño del utópico-buenista y por tanto no tendría razón de existir. El ser humano aparecería propiamente solo en tiempos muy recientes, cuando surgen tales conceptos –convertidos en palabras mágicas–, que deben conducir al triunfo de la soñada naturaleza humana buenista; un triunfo, apenas hace falta decirlo, aplazado una y otra vez, pero siempre cercano a base de añadirse más de lo mismo después de cada fracaso.

Valgan estas mínimas consideraciones como aproximación, pues no me sería posible explicar un libro tan sugestivo en una reseña tan necesariamente breve. De todas formas, tengo intención de tratarlo con más detalle en mi blog.

(Hace ocho años)

Por Que El Frente Popular Perdio La Guerra Civilhttps://www.amazon.es/Frente-Popular-perdi%C3%B3-Guerra-Civil/dp/849739190X 

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Los monárquicos y la democracia / Humor… / El Buen Basko

UNA HORA CON LA HISTORIA
140 – Historia criminal del PSOE (20): Prieto y Azaña destruyen la moderaciónhttps://www.youtube.com/watch?v=P7AsIa7Nyg4

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Usted ha dicho que quienes destruyeron la monarquía en 1931 no fueron los republicanos, sino los monárquicos.

–Así fue. Se trataba de una pandilla de botarates, con alguna excepción. Fueron los monárquicos, y también el propio Alfonso XIII, quienes llevaron la restauración a una crisis que pudo ser definitiva, de no haber salvado la situación Primo de Rivera. A quien pronto empezaron a sabotear los monárquicos aquellos, hasta expulsarle. Luego el rey y algunos de ellos creyeron que podrían volver a la situación anterior, mientras otros se daban cuenta de que era imposible. Franco se dio cuenta de que era preciso democratizar más a fondo la monarquía, pero desde una posición de orden. La república llegó por un golpe, que no dieron los republicanos sino los monárquicos. Hicieron cuanto pudieron por acabar con el régimen.

Eso parece imposible, al menos como un designio claro.

–Por supuesto, no tenían ese designio consciente. La cosa venía de un sentimiento íntimo de ilegitimidad, como he expuesto en Por qué el Frente popular perdió la guerra. Y de una perfecta incultura histórica, entre otras cosas. Los monárquicos siempre fueron incapaces de analizar la evolución histórica de su propio país. Eran además unos anglómanos casi fanáticos ya desde Fernando VII, diría yo. Unos aspiraban a mantener el antiguo régimen, otros a modernizarse calcando unos modelos inaplicables en España. Azaña pinta a los republicanos como perfectos botarates, pero los monárquicos se les parecían mucho. No eran unos iluminados como los republicanos, al contrario eran muy realistas, pedestremente realistas. Y bastante golfos, en general. Con las excepciones que usted quiera.

Le he oído decir que un político importante afirmaba que el franquismo había sido ilegítimo porque la guerra se había librado por la monarquía…

–El argumento era impresionante: si un bando era republicano –llamaba republicano al Frente Popular–, el otro tenía que ser monárquico. Así que Franco, al no restablecer enseguida la monarquía, era un usurpador. Y lo decía alguien con mucha influencia. Del tipo de botarates que al final de la guerra mundial conspiraban contra Franco y querían traer a Prieto como primer ministro y  “restaurar” a un pobre cretino como Don Juan, educado, por cierto, en la marina inglesa. Esa gente no aprende. Si usted lee en el ABC sus estupideces de historia, por supuesto antifranquistas,  con un estilo además de periodismo medio sensacionalista y argumentación infantil, se da cuenta de que no aprenden. Su “realismo” consiste en ver “qué sacan” en cada ocasión.

Franco, de todas formas restauró la monarquía. ¿Fue un error, en su opinión?

–No la restauró, la reinstauró. Fue un acierto porque bastaba ver la tradición republicana en España para entender que, con todos sus enormes fallos, la monarquía suponía cierto elemento de moderación y continuidad histórica, así que se aplicó a hacer realidad lo que deseaba en 1930: una monarquía democrática ordenada y  muy distinta de la anterior. Rompió la supuesta legitimidad de Don Juan y trató de educar a Juan Carlos. Que este resultara al final  un cantamañanas y un golfo, no fue culpa suya. Ahí ya tuvo mucho que ver no solo Juan Carlos sino también el personal político que le rodeaba.

Pero está usted diciendo que Franco no solo fracasó en la elección de Juan Carlos, sino también en la formación del personal político.

Evidentemente fracasó, pero no fue culpa suya. En todo caso su error fue identificar demasiado a su régimen con la Iglesia. Esto venía de una tradición integrista que no distinguía bien lo que es de Dios y lo que es del César. Y que continúan algunos chiflados. De ese error ha venido todo lo demás, pero tampoco hay que cargárselo demasiado a Franco. Tenía muy pocas opciones. Su régimen era de cuatro partidos muy distintos entre sí, todos ellos con un sector antifranquista. Lo único que los unía era precisamente el declararse católicos, aunque cada uno entendiera por eso lo que quisiera entender. El catolicismo en política venía a ser lo que democracia actualmente: una palabra mágica. Que, gracias a Franco, el régimen sorteara con éxito los mayores remolinos, desafiara con éxito a casi al mundo entero y crease una sociedad nueva, que mantuviese el país en orden a pesar de Vaticano II, que pudo provocar un derrumbe… son méritos del mayor alcance histórico, realmente asombrosos si los comparamos con los dos, incluso con los tres siglos anteriores. Es ridículo entrar en pequeñas críticas en plan tiquismiquis, como hacen algunos.

Aun así, usted afirma que esta monarquía no ha aprendido nada.

–Mire, la monarquía viene de Franco, casi de modo personal. Y podría ser democrática, pero no lo es. Empezó por intentar congraciarse con partidos que se sentían herederos del Frente Popular, cuyo carácter democrático siempre fue nulo.  Permitió sin el menor problema que políticamente se fuera identificando democracia con antifranquismo. No le importó que el PSOE anunciase su designio de matar a Montesquieu, es decir, la propia democracia. No le importó que Aznar, por decirlo de un modo popular, se cagara en sus propios muertos al condenar el alzamiento de 1936. No le importó que el régimen cambiara subrepticiamente con leyes totalitarias, ni firmar una ley de memoria histórica  radicalmente liberticida y que además deslegitimaba a la misma monarquía. No tuvo el menor gesto en relación con los separatismos rampantes (Felipe VI sí tuvo finalmente uno, espero que no esté arrepentido de él). No le importó el rescate de la ETA, ni la profanación de la tumba de Franco… Estas cosas se pagan a la larga, y la experiencia de su abuelo Alfonso XIII debería decir algo al rey y a los monárquicos. Por desgracia no les dice nada.

Pero todas esas cosas que usted dice no se pueden achacar a la monarquía, que carece de poder legal suficiente para oponerse. Además, esas transformaciones y análisis o falta de análisis,  son comunes a todas las fuerzas políticas y a todos los intelectuales, analistas y medios de difusión…

–Es cierto, las excepciones son o somos mínimos. Pero aunque el monarca no puede oponerse a estas porquerías de forma abierta, tiene medios de presión, que no usa. Admito, claro, que esos medios podrían ejercerse a través de un partido como el PP, pero el PP es el primero en  seguir la vía del PSOE y los separatismos. VOX es una esperanza, pero no soy optimista. La inconsciencia del pasado, la incapacidad para analizarlo y para proyectarlo sobre el presente y el porvenir, es asombrosa. ¿Cambiará? Cualquiera sabe… De momento tenemos una justicia que no es justicia, unos partidos que son verdaderas mafias rumbo a una forma de totalitarismo, una democracia vaciada, un ejército dedicado a operaciones de interés ajeno, bajo mando ajeno y en lengua ajena, un verdadero golpe de estado permanente, un ataque constante a la propia cultura española… No son cuestiones de detalle, son precisamente las cuestiones de fondo, que a menudo se intentan encubrir o justificar con algunos detalles menores. Hay además una enorme cobardía moral en la derecha, que se siente ilegítima, bien por proceder del franquismo, bien por inseguridad intelectual, ya que su falta de cultura la lleva a aceptar las versiones socialistas y separatistas, bien porque invoca un pasado ficticio, sea una falsa concepción del franquismo o incluso el antiguo régimen. Cosas en las que en el fondo no pueden creer.

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Humor

El humor se basa en el contraste entre la vanidad y la realidad, entre las pretensiones y los hechos. Al exponerlo con el prójimo buscamos la comicidad. Con nosotros mismos, es el humor propiamente dicho. Si miramos el Quijote como las aventuras y desventuras de un loco, nos reímos sin más. Pero al percatarnos de un trasfondo que nos alude a todos, la risa se modera y toma otro carácter. La aspiración a la justicia, al amor, está presente en el ser humano como una motivación muy poderosa. ¿Deberíamos resignarnos a una realidad que desmiente esas aspiraciones, o esforzarnos y luchar contra ella? 

Bueno, ahí entra lo que entendamos por realidad: esa cosa extraña, inaprehensible  que va disolviéndose en el tiempo. Y que, además, es apreciada de maneras distintas según la subjetividad y perspectiva de cada cual. Y que casi siempre se nos presenta insatisfactoria. ¿No dices que las ideologías prescinden del pecado original? Lo hacen porque consideran la realidad injusta e insatisfactoria, y creen que se puede cambiar de modo radical, porque en el fondo el hombre es bueno y solo le apartan de su bondad natural elementos ajenos a él, que pueden ser identificados y eliminados. En eso se parecen a Don Quijote.

Hasta se podría considerar así, solo que Don Quijote no es un ideólogo. Es un buen cristiano, que quizá tomó de Jesús aquello de “no he venido a traer la paz, sino la espada”. Quizá por eso él mismo no tiene mucho humor. El cristianismo gira en torno a la idea de la salvación, de un más allá feliz e inmortal. Y da normas para que en esta vida merezcamos esa salvación: creer en Jesucristo y obrar según sus exhortaciones. La cuestión de la salvación toma un carácter tan serio que excluye cualquier broma. Se pueden hacer chistes sobre el cielo y el infierno, pero no son chistes cristianos, desde luego.

¿Pero no crees que Don Quijote tiene mucho de pagano? Los caballeros andantes no responden a una tradición cristiana, yo creo que nacen de las brumas célticas o germánicas, y él quiere imitarlos. Cuando se lanza a una lucha no se encomienda a Dios, sino a su amada ideal. Eso el cristianismo puede aceptarlo precisamente como una burla del paganismo. En ese caso el cristianismo se parecería mucho al “principio de realidad” de Freud: hay que resignarse porque, si no, caemos en alucinaciones y es peor.

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El Buen Basko

“Hace tiempo que dejé de contestar a estos maketos porque, está claro, un maketo es un maketo, ya lo aclaró nuestro gran Maestro Sabin, y ¿qué se puede esperar de un maketo? Lo digo sobre todo por los catalufos esos tan engreídos, como el tal Jaume Nosekehostias i Nosékerrollos, que ya ha hecho ke se me inflen los cojones y me obligue a darle la respuesta que se merece.

Pues en su carta al tal Bofarull carolingio ese de la Pompeu Fabra (¡qué risa!) dice el tal Jaume que en Grecia les dijo a unos baskos que pedirían al guía explicaciones en euskera, y que los baskos se le rieron en la jeta, y termina el tío: “Me di cuenta de que hay todavía mucho vasco absurdo y atrasado, desde luego están más atrasados que nosotros, lamentablemente: mucho tiro y mucha bomba, pero luego, nada”. Mire usted, tontolaba, claro que, si nosotros querríamos, el euskera se convertía en la lengua internacional, porque es la lengua más perfecta, lo cual es bien sabido y aceptado por todos los especialistas hoy día. Pero resulta, entérese usted bien, ke el euskera no es un idioma para que lo hable cualquiera así como así, es el idioma más antiguo del mundo, probablemente ya lo hablaba Noé, eso lo han demostrado varios científicos del PNV, y, como comprenderéis, no vamos a andar divulgándolo de cualquier manera como un idioma más. Hablar euskera no lo habla el que kiere, sino el ke puede, y sin haber nacido en Euskadi… pues difícil va a ser. Incluso mutxos de nosotros mismos lo hablamos poco y en okasiones especiales, precisamente para no desgastarlo, porque es como una joya, que no hay por ké andar exhibiéndola por ahí a trotxe y motxe. “Si los maketos aprendieran el Euzkera, tendríamos que abandonar éste” ya lo dijo el Gran Sabino. Se entiende, ¿verdad? No es como el catalán, que aparte de que no lo habla casi nadie, es que se ve enseguida que es como un dialecto del español, de tanto como se parecen, con un toque de franchute. Y le voy a decir una cosa a esos karolingios: traten de aprender euskera y ya verán como no lo consiguen ¿Y por qué? ¡Ah…! Contéstense ustedes mismos.

Y lo de los tiros y las bombas, se lo van a meter ustedes por donde les kepa, que los baskos como debe ser, los baskos nazionalistas, a esos me refiero, ya sé que hay algunos malos baskos que no merecen el título y que, lo decía muy bien nuestro Maestro ”merecen ser arrastrados desde la cumbre del Gorbea hasta las peñas del Matxitxako”, pues los baskos de verdad somos de natural pacífico, y si se quiere, humanista y científico, por lo menos como ustedes y más, excepto que nos toquen mutxo los kojones, porque entonces nos defendemos, claro está. Ustedes los katalufos saben bastante de eso, porque ¿no se dicen ustedes carolingios? Pues los karolingios, tengo entendido, eran francos, y bien para el pelo les dimos en Roncesvalles, así que espero que no les queden ganas a ustedes de volver a las andadas, ya saben lo que les espera si se pasan y se ponen demasiado tontos.

Pero ké hostias, ahora que lo pienso, ¡qué coño van a tener ustedes nada ke ver con los francos, los carolingios y toda esa gente! Los francos se parecían más a los baskos, kiero decir, eran altos, rubios y guapos, y ustedes, bueno, yo es que me partía de risa cada vez que veía al Jordi Pujol ese, o al Carod, el Maragall y toda esa banda, con pinta de cacereños, tíos setas alimentados con tocino y bellotas. ¿Pues anda que no viven ustedes de ilusiones, como los tontos de los kojones! Si ya lo decía nuestro Maestro, ya retrataba a los maketos, y recuerden que ustedes es lo que son, les guste o no les guste: “más que hombres parecen simios poco menos bestias que el gorila; no busquéis en sus rostros la expresión de la inteligencia humana ni de virtud alguna: su mirada sólo revela idiotismo y brutalidad”. Me doy kuenta de que es lamentable, pero es la realidad, y la realidad hay que conocerla y afrontarla, qué se le va a hacer. Fíjense en cambio en nuestro Sabino, calificado con justicia en la prensa baska de “Bello Apolo euzkeldún con la hermosura corporal del crinado numen lírico, prototipo de la belleza viril”. Pues hay estas diferencias, señores carolingios de pega, ¿Que les fastidian? Pues les repito, ¡qué le vamos a hacer! Y no traten de impresionarnos con sus sapiencias de Julio César y su bastón de mando, y el Sócrates y el Homero, porque no lo konsegirán. ¡A nosotros con esas murgas!

Y vuelvo a citarles al Maestro: “No es razonable la alianza de los catalanes y los bizkaínos; pues no son semejantes los sujetos Bizkaya y Cataluña, ni se parecen en su desgracia; ni tienen un enemigo común; ni son las mismas sus aspiraciones. Equiparar nuestro derecho a constituir nación aparte con el derecho que le sirviera de base al nacionalismo catalán, sería rebajar el nuestro. Nunca discutiremos si las regiones españolas como Cataluña tienen o no derecho al regionalismo que defienden, porque nos preocupan muy poco, nada por mejor decir, los asuntos internos de España”. No quiero parecer descortés, pero más vale que se vayan enterando de unas cuantas verdades y dejen de vivir de ilusiones, señores “karolingios”.

Keda de ustedes afectísimo y seguro servidor, 

Iñaki Eguaraz Hernandorena, sin otro título que el de Buen Basko. 

(Polémica interseparatista, en El erótico crimen del Ateneo)

El erótico crimen del Ateneo: La novela negra como la vida misma que arrasa en el mundo de [Pío Moa, Ul-Sih Moh]

 

 

 

 

 

 

 

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Humor y catolicismo / Crónica: actualidad de Franco / Mal blog y mala novela…

Por Que El Frente Popular Perdio La Guerra Civilhttps://www.amazon.es/Frente-Popular-perdi%C3%B3-Guerra-Civil/dp/849739190X 

UNA HORA CON LA HISTORIA
139 – Historia criminal del PSOE (19): la resurrección política de Azaña

https://www.youtube.com/watch?v=VX2KEv7E5T0

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Humor y catolicismo

Unamuno plantea el quijotismo como una especie de religión que debería ser la religión española. Yo veo que hay ahí una paradoja, porque suele tenerse al Quijote como la cumbre del humor, y en cambio Unamuno no  tenía mucho sentido del humor, y al reducir su quijotismo a una especie de esencia nacional le quita fuerza universal.

Pero ¿qué entendemos por humor? El humor es lo que nos hace reír o sonreír. Se puede resumir en esto: Un señor muy empingorotado y de aire altivo, lleno de arreos y ornamentos de rango, baja las escaleras, resbala y se da un batacazo. Eso nos hace reír. ¿Por qué? Por el contraste entre la pretensión y la realidad. Es la burla de la vanidad.

Sí, eso es. Pero hay una diferencia, que ya han señalado muchos, entre comicidad y humor. En la comicidad nos reímos de los demás, pero el humor supone reírnos de nosotros mismos. Ahí hay un desdoblamiento: Don Quijote nunca se ríe de sí mismo. O quizá lo hace cuando suelta unos discursos perfectamente cuerdos. Una especie de esquizofrenia.

Yo sospecho que en el fondo Cervantes se burlaba de sí mismo. Su vida es notablemente quijotesca, y seguro que le influyeron los libros de caballerías, como influyeron a los conquistadores, por ejemplo. Solo que al acercarse la vejez, Cervantes encuentra que su vida aventurera, sus sacrificios y riesgos, no le han llevado a la fortuna, sino a una situación un tanto sórdida, de la que solo tenía el escape de las chanzas de taberna con los amigos.  Imaginemos a Omar Jayam, también fue un Quijote buscando la ciencia y la comprensión del mundo y declarándose finalmente derrotado: los cánticos y bromas de taberna y el trato sin compromiso con mujeres  serían su único consuelo. Ya sabes que lo de Jayam me intriga mucho, como a ti.

No, Jayam no era creyente, pero Cervantes y su Quijote sí lo eran. Hay muchas clases de humor, desde la gracieta o la exageración hasta el humor negro.

¿Dirías que el Quijote es humor negro? Tu novela del erótico crimen del Ateneo sí tiene algo de humor negro.

El principio es el mismo: mi novela contrasta las pretensiones emancipadoras progresistas con otra realidad: la de sus consecuencias no prácticas, sino lógicas. Y lo mismo la polémica entre separatistas. Pero no es un humor tan negro… Lo negro es que ni el humor parece servir para nada. Fíjate si no son ridiculizables los separatismos, pero casi nadie utiliza esa arma…   Yo diría que el del Quijote es un humor trágico. La interpretación de Unamuno tiene aciertos importantes, pero su problema es  que Unamuno no tenía sentido del humor, ya digo. Su obsesión con la inmortalidad personal creo que se lo impedía. Por cierto, es una obsesión muy católica. O muy cristiana, en general.

Sí, estoy de acuerdo, es humor trágico. Se burla, o parece burlarse, de los sentimientos más nobles, del amor, la justicia, el bien… Así que podemos decir: Don Quijote, que tampoco tiene sentido del humor, se cree el representante de todo lo bueno, lo que es una gran vanidad, y la realidad le propina una costalada tras otra.

 No, no lo veo así. No es como el señor altivo y empingorotado que se cae por una escalera. Has dicho que es trágico, y es verdad. Es trágico porque no es un tipo empingorotado ni arrogante. Es el choque del idealismo con una realidad trivial y burda, como suele ser la realidad. A Don Quijote no acabamos de agotarlo.

Se me ocurre que sería el choque entre el principio de realidad y el principio de placer, que decía Freud. Creo que Freud estudió español para leer el Quijote, algo así recuerdo haber leído… Pero, pensándolo bien, en el Quijote no existe el principio del placer, Don Quijote está dispuesto a sacrificar el placer por su ideal.  La novela tampoco es muy católica. Don Quijote, el personaje,  lo es, pero la novela no. El catolicismo admite poco sentido del humor. Y es verdad, a Don Quijote no acabamos de agotarlo.

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Los Mitos Del Franquismo (Historia)https://www.amazon.es/Los-Mitos-Del-Franquismo-Bolsillo/dp/849060729X

Crónica (para redes sociales)

**Mientras la sociedad española no reconozca a Franco como el mayor estadista que ha tenido el país en varios, siglos, seguirá siendo una sociedad enferma.

**Mientras no se reconozca que la herencia del franquismo es lo único que permite aún que el país no se disgregue o acabe en tiranía liberticida, seguirán adelante el  proceso de disgregación, el golpe de estado permanente y el  impulso totalitario.

**El franquismo no fue un régimen de partido único, no tuvo oposición democrática, solo restringió las libertades a comunistas, separatistas y terroristas. Su misión fue salvar a España de la disgregación y el totalitarismo, reconstruir el país crear una nueva sociedad más próspera, más culta, más unida y sin los viejos odios republicanos.

**Un gobierno mafioso ha desenterrado a Franco para enterrar la democracia. Con la ayuda de jueces, obispos, peperos y monárquicos. Este inmenso delito no puede olvidarse.

**En relación con la crisis del virus, a España se le presenta un dilema: o la banda de estafadores y canallas que gobierna el país es expulsada, o ellos convierten al país en una cárcel.

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Mal blog y mala novela…

“De vez en cuando echo una ojeada a su blog. Me parece que usted trata demasiados temas, políticos, históricos, filosóficos, de crítica literaria… ¡hasta teológicos! Yo le aconsejaría que se centrase  en lo que realmente usted sabe, la historia, en lo demás cae en divagaciones. Nadie puede abarcar todo eso en profundidad. Por lo que respecta a su novela Sonaron gritos y golpe a la puerta, la he comprado en Amazon: 810 páginas. La verdad es que me ha decepcionado. De ella sobran dos tercios, diría yo, para ser una novela realmente buena. Hay mucho relleno. En realidad son tres novelas, y lo único que hace usted es atribuir todos los sucesos a unos mismos personajes como único hilo conductor.  Y los personajes no son españoles. Podrían ser rusos o ingleses, cualquier cosa, pero españoles no. Tampoco son católicos.  Piense en Baroja o en Galdós: son personajes muy distintos los del uno y los del otro,  y sin embargo no hay duda de su españolidad y hasta diría que tienen un fondo de catolicidad. La novela de usted no entra en una tradición  española, es lo que quiero decir, y ya sabe el dicho: “lo que no es tradición es plagio…”. Guillermo C. R.

Sonaron Gritos Y Golpes A La Puerta (Ficción Bolsillo)https://www.amazon.es/Sonaron-gritos-golpes-puerta-Historica-ebook/dp/B007UQCJNI

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Hspanofobia como clave histórica

Una entrada de hace ocho años

Blog  Gaceta: Cómo dejé a Marx (y II) : http://www.intereconomia.com/blog/deje-marx-y-ii-20120821

Si   observamos la evolución de España desde finales de los años 60 encontraremos   una progresiva erosión del concepto de lo español, primero en el plano   intelectual-emocional y después en el directamente político; tendencia   disgregadora pertinaz, con el terrorismo separatista de la ETA como uno de   sus principales motores.

Viene a ser el tercer asalto en ese sentido. El primero, como he explicado en Una historia chocante, ocurrió en torno al “desastre” del 98, con el impulso de los internacionalismos proletarios, los separatismos y los anarquismos. Se interiorizó de varios modos la Leyenda Negra y, en frase de Menéndez Pelayo, una multitud de “gárrulos sofistas” denigró por sistema el pasado español –sobre todo lo más importante de él–, pintándolo con tintes negros o pesimistas y proponiendo recetas pintorescas, bien fuera para superar los males reales o supuestos de aquel pasado, bien para liquidar de una vez la idea y la realidad de la nación española. Uno de sus efectos fue la emergencia de un nacionalismo español del mismo tipo que el vasco o el catalán: un regeneracionismo arbitrario frente a una historia de España calificada de “anormal”, “enferma” y más o menos catastrófica. Para lo cual proponían remedios igualmente arbitrarios y una europeización vacua.

Consecuencia de aquellos movimientos fue la destrucción del régimen liberal de la Restauración, que, aun con su mediocridad, favorecía una auténtica regeneración económica, cultural y social del país. Con la II República, los “gárrulos sofistas” tuvieron su oportunidad histórica y la aprovecharon para realizar su segundo asalto.

Fue Azaña un líder muy principal de una confusa retórica que pretendía arrasar la tradición española a la cabeza de los “gruesos batallones populares en la bárbara robustez de su instinto”, es decir, dirigiendo a los mesiánicos sindicatos y partidos obreristas. La república pudo en principio haberse asentado como régimen democrático… de no haberse impuesto aquella mezcla de antidemocracia, antiliberalismo y antiespañolismo izquierdista. Pues quienes organizaron la caída de la monarquía fueron sectores moderados que cayeron en la ilusión de apoyarse en izquierdistas tipo Azaña, tal como este cayó en la de dirigir a los “batallones populares”.

Vista en perspectiva, aquella explosión de garrulería y violencia llevaba inevitablemente a la desintegración de la nación y la cultura españolas, sin ofrecer a cambio nada parecido a la democracia, sino una revolución totalitaria, que terminó como sabemos. La guerra civil no se hizo en nombre de la democracia, pues ningún bando la defendía, pero al menos se salvó lo esencial, la unidad de la nación y la raíz cristiana de su cultura. Y sobre esa base, en un período que puede llamarse apropiadamente “de convalecencia”, surgió una sociedad libre de los viejos odios, mesianismos y rencores, y mucho más próspera, que pudo evolucionar a la democracia sobre una base infinitamente más sana que la de la república.

El resultado ha sido la prolongación de la paz del franquismo, la más larga que ha vivido España en siglos. Sin embargo, como he expuesto en La transición de cristal, volvió a crearse otro equívoco peligroso: nuevamente la oposición antifranquista, compuesta de marxistas, terroristas y grupúsculos y personajes demasiado proclives a aliarse con ellos, alzó con desenvoltura la bandera de la democracia, tildando de lo contrario, como Azaña, tanto los valores propiamente españoles como la reconstitución nacional bajo el franquismo. Ha sido el tercer asalto hispanófobo, hoy en pleno auge.

Otro equívoco, no menos dañino, fue el supuesto de que la transición reconcilió a los españoles, cuando ocurrió exactamente al revés: la reconciliación previa permitió la transición. Los únicos que se reconciliaron entonces, al menos en apariencia, fueron los políticos autoconsiderados herederos de las izquierdas y los separatismos republicanos. Parecían haber aprendido de la experiencia, pero, como ha demostrado la práctica, la única lección aprendida consistió en que debían proceder con más lentitud y menos violencia que en la república. Identificaban nación española y franquismo, tildado este de dictadura abominable, y, lo más curioso, no solo seguían igual de antifranquistas cuando ese régimen había desaparecido, sino que incrementaron progresivamente la virulencia de un antifranquismo convertido en disfraz de una hispanofobia pareja a su aversión a la democracia liberal.

En cuanto a la violencia, no es un dato baladí su apoyo al terrorismo de la ETA. Este grupo, como casi siempre olvidan los analistas políticos, concentra el mesianismo socialista y el antiespañolismo tradicional en la izquierda, y gracias a dicho apoyo ha llegado a condicionar en grado sorprendente la Constitución y la evolución posterior. Los artículos constitucionales que admiten un progresivo vaciamiento del estado nacional parten de la ilusión de hacer concesiones –a costa de la nación y del estado de derecho– al separatismo presuntamente moderado, a fin de oponerlo al más radical de la ETA, y quitar a esta un respaldo social nacido, precisamente, del respaldo que los terroristas han recibido del movimiento antifranquista antes y después de Franco. Ese respaldo se llamó luego “salida política”, que convertía el asesinato en modo de hacer política y socavaba, nuevamente, tanto la unidad nacional como el estado de derecho.

Quienes tildaban de enferma la historia de España, en el 98 y hasta ahora, han enfermado efectivamente a la sociedad, llevándola una y otra vez a la convulsión y a la frustración de las mejores oportunidades de libertad y progreso para el país. Va siendo hora de cerrar definitivamente la herida abierta entonces. Contribuir a ello es lo que me propuse al escribir Nueva historia de España.

** Una reseñ: http://lacuevadeloslibros.blogspot.com.es/2012/07/nueva-historia-de-espana-de-pio-moa.html

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