“¿Por qué Franco y el franquismo siguen permanentemente en primer plano de la política y la sociedad españolas? Porque no ha cesado de mentirse sobre ellos en estos años. Esa mentira pervierte la democracia y amenaza la propia continuidad de la nación.”
Gibraltar en perspectiva
La cuestión de Gibraltar abarca a toda la política exterior e indirectamente interior de España. La apertura de la verja fue decidida en relación con la “entrada en Europa”, es decir, si España quería “entrar en Europa”, como decían los politicastros, debía aceptar la invasión de su territorio por una potencia extranjera y declararla aliada y amiga. Este era un interés general en la CEE, de donde saldría la UE: aquellos países habían apoyado a Inglaterra en la contienda diplomática en la ONU, que acabó con victoria española.
Desde entonces España carece de política exterior propiamente hablando. O, si se prefiere, toda su política exterior se dirigió a ir cediendo progresivamente su soberanía a las burocracias de Bruselas y a la OTAN, combinada con una política interior de apoyo y financiación de los separatismos. Las intenciones explícitas con que se hayan hecho tales cosas pueden ser las contrarias, pero los hechos son indudabilísimamente esos: conversión de Gibraltar en un emporio parasitario y corruptor dentro de un proceso de satelización y disolución de España por un lado y de disgregación por otro, y en medio de una verdadera colonización cultural por el inglés. Proceso lento porque acabar con una nación de tan larga historia y cultura no se consigue de la noche a la mañana, máxime cuando el franquismo había dejado una óptima herencia política y social, de la que todavía vive el país.
Y esto último atañe a otra clave: todo se ha hecho en nombre del antifranquismo, convertido en verdadero cáncer de la democracia y de la nación. Es obvio que ni el problema de Gibraltar, ni el de la satelización política y militar, ni el de los separatismos, puede solucionarse dentro del régimen de “democracia de amigotes” creado en 1978, y que el ataque debe centrarse en los principales partidos causantes de la situación: PP y PSOE, partidos por lo demás antidemocráticos y que jamás han respetado su propia Constitución. Actualmente, con el auge de VOX, parecen abrirse buenas perspectivas.
En relación con Gibraltar, aquí nos hemos propuesto una estrategia en que inevitablemente pasa por una primera fase de dar a conocer a cientos de miles, incluso millones de personas, el problema y su alcance, su enorme y definitorio alcance, del que es inconsciente la inmensa mayoría. ¿Cómo hacerlo? Hemos propuesto una asociación informal de personas que entiendan el problema y que utilicen las redes sociales y otros medios para insistir y explicar todo lo machaconamente que sea preciso. Y hacerlo con cierto orden, evitando demagogias, a partir de un discurso preciso en el que este blog tendría el papel de orientador. Hay que centrar el ataque en los partidos responsables del problema, defensores siempre de intereses ajenos, exigir en las redes respuestas a sus dirigentes, divulgar consignas, etc. Una asociación informal de ese tipo puede movilizar a miles de personas, que con el número serán capaces de contrarrestar la manipulación de los medios.
Se trata de una experiencia nueva, que permitiría pasar a una segunda fase, como grupo de presión organizado, con acciones del tipo de las que han permitido a Greenpeace o Amnistía darse a conocer en todo el mundo. No obstante, la inconsciencia muy mayoritaria del alcance de Gibraltar obliga a esta tarea primaria de difusión informal, que dentro de su informalidad puede ser muy efectiva.
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Un fenómeno social extraño, pero revelador de la profunda decadencia intelectual y cultural de la sociedad española, es un ultraeuropeísmo combinado con una gran ignorancia sobre Europa y, lo que es peor, un desinterés por conocerla. La bibliografía española sobre Europa es escasísima y casi toda de escaso valor. Este libro aspira a romper esa inercia.
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Asociación pro Franco
Hemos dicho que la clave ideológica y política de todos los desmanes que se vienen cometiendo contra la nación y la democracia tienen su raíz en un antifranquismo realmente miserable. Por eso mismo debería emprenderse una asociación informal de “Yo defiendo a Franco”. Es evidente la facilidad de caer en demagogias o absurdos que hagan el caldo gordo a los contrarios, pero esta defensa debe servir para reformular la democracia, fallida desde Zapatero. La defensa del franquismo debe hacerse en el terreno político, no en el religioso, y como fundamento de una regeneración democrática. Lo propuse en tuíter y recibí apoyo muy insuficiente, pero por algo se empieza. Ya he explicado por qué el franquismo no es lo contrario de la democracia, sino el régimen que la hizo posible, y habría que insistir en esa dirección.
Hay una política de ocasión, superficial, cuyo comentario en las tertulias pocas veces pasa del chismorreo, y una política de fondo, que determina la de cada momento. La cuestión de Franco es política de fondo. Eso lo han entendido muy bien la izquierda y los separatismos, frente a una derecha degradada que les ha servido de auxiliar tratando de “olvidar” el asunto, como ha hecho con Gibraltar.
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En Una hora con la Historia, cómo España, después de un período caótico que auguraba el fracaso final de la Reconquista con la división de la península en cuatro reinos cristianos mal avenidos y uno musulmán, se rehízo y en muy poco tiempo se convirtió en una potencia mundial. https://www.youtube.com/watch?v=aP_Ki7wUcGk




