4ch La frustración, compañera de la vida / Europeísmo estéril / Un premio

La ley de memoria histórica debe ser resistida y derogada. La triple M debe ser derrotada. Esta tarea compromete a cuantos respeten la verdad y la libertad.  El programa “Una hora con la Historia” quiere ser una palanca para derribar esa ley, y necesita que sus oyentes lo difundan y apoyen económicamente. Necesitamos 300 personas que ordenen a su banco ingresar diez euros al mes en esta cuenta.  Únase usted a la resistencia:

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Píldoras contra el mareo

**VOX es el único elemento nuevo y serio en la política española. Todos van a estar contra él y él debe estar contra todos, con claridad y serenidad y sin arredrarse. Debe tener en cuenta las asechanzas típicas del grupo Bruselas suma.

**Para entender al PP solo hay que atender a las declaraciones de Feijoo, Alonso o a las del alcalde de Madrid. Han sido, son y serán lo mismo en esencia: Podemos, PSOE, PP,  C´s y separatistas: Bruselas suma.

**Las peleíllas entre C´s y PP por hacerse con la capotura de la derecha carecen por completo de relevancia.

**VOX, si sabe mantenerse e ir desarrollando una política exterior, tiene el futuro por delante. Los demás solo tienen el pasado. Un pasado infame.

**Cualquier resbalón que dé VOX será aprovechado exhaustivamente por la maquinaria de la triple M (Medios de Manipulación de Masas) al servicio de la corrupción.

**La denuncia permanente del Doctor y su cuadrilla no debe servir de pretexto para poner en segundo plano los problemas reales de España y de la democracia.

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La frustración, compañera de la vida

Diversos filósofos y psicólogos han incidido en el fenómeno de la frustración que impone la realidad a nuestros deseos e intenciones. Sería interesante un estudio más a fondo, considerando la frustración como una compañía permanente de la vida humana. Y de la vida en general. Leí en algún sitio que solo un 20% de los ataques de los leopardos tiene éxito,  y me pregunto si eso será en algún sentido una norma general, parecida a la sociológica según la cual el 80% de las cosas las hace solo un 20% de la gente. Pero,  como sea, el problema no es solo sociológico o técnico, sino más propiamente filosófico: por qué existe ese desajuste entre nuestros deseos y la realidad, y cómo son concebidos los deseos en nuestra psique.  En el plano animal, una frustración continuada lleva a la muerte. En el plano humano, la sociedad evita a menudo la muerte, pero no puede evitar daños o heridas psíquicas muy dolorosas, hasta la demolición anímica o la locura. ¿Qué grado de frustración puede soportar el ser humano manteniendo al mismo tiempo la serenidad y el ánimo? Obviamente, depende mucho de cada persona, pero hay límites generales evidentes.

   Hay otro problema en ello: ¿qué es la realidad? Es fácil decir la palabra, pero muy difícil definir algo que está en perpetuo cambio. La realidad de hoy no es la de ayer ni la de mañana. Y no solo cambia como conjunto, sino que en el interior de la realidad el cambio y choque de minirrealidades es asimismo permanente.

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Un europeísmo estéril

En consecuencia, partiendo de su Nueva historia,  ¿la europeización es perjudicial para España?

Para bien y para mal, España es europea con la misma naturalidad que Francia, Alemania o Inglaterra. Se “europeíza” desarrollando su propia cultura sobre bases en gran parte comunes con los demás.  Pero desde hace mucho se ha entendido “europeizarse” como prescindir de la propia cultura e historia, consideradas como un “error” o una “enfermedad” en palabras de Ortega, Azaña y otros, que solo exponían abiertamente lo que muchos otros pensaban, si pensar es el término adecuado. Se trataba de promover al máximo nivel influencias exteriores con las que acabar de tapar la cultura propia y curar la “enfermedad”. Así  lo entendían los regeneracionistas, así se entiende hoy  con más ímpetu que nunca. Ya le dije que el franquismo fue un intento de crear una cultura autóctona, sobre nuestras mejores raíces. Por eso hoy todos los partidos son antifranquistas, porque son “europeístas” y entienden eso como un intento de mimetizarnos con lo que llaman “Europa” y que casualmente hoy busca a su vez cercenar las raíces de lo europeo. Por eso  he escrito, precisamente Nueva historia de España o  la introducción a la historia de Europa. Para examinar estas cuestiones, que nadie quiere examinar y tratar de aclararlas. Todo esto es muy nuevo en la historiografía y el ensayismo español.

Pero la preocupación por España y Europa  es cualquier cosa menos nueva desde Ganivet por lo menos. Usted no puede negar esa corriente  densísima.

Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))

–No la niego,  ni que decir tiene. Pero encuentro en ella una desviación esencial: todos consideran la mejor y más creativa edad de España, aun admitiéndole muchos méritos,  como una desviación o algo peor, en función de algo que podría haber sido mejor y que no existe más que en su imaginación, una imaginación, esa sí,  desviada o enferma . Fíjese en Ganivet “El Siglo de Oro de las artes españolas, con ser tan admirable, es solo un asomo de lo que  hubiera podido ser (…) Si la fatalidad histórica no nos hubiera puesto en la pendiente en que nos puso, lo mismo que la fuerza nacional se transformó en acción, hubiera podido mantenerse en nuestro territorio  encerrada en nuestro territorio (…) y hacer de nuestra nación una Grecia cristiana”. Es decir, si España no se hubiera convertido en primera potencia europea y descubierto y conquistado medio mundo, habríamos sido… lo que a cualquiera de ellos se le hubiera ocurrido. Esto es poco más que simple estupidez. Y va ligado a un entusiasmo pueril por las comunidades de Castilla y similares. De ahí han salido todas estas enormes botaratadas de denigración de nuestra historia en virtud de arbitrarios juicios sobre lo que habría “debido ser”, según esas ilusiones pueriles.

¿Usted condena, entonces toda esa tradición intelectual que tiene más de un siglo?

– No la condeno, simplemente me  parece irrisoria, en cierto modo muy paleta,  en lo que se refiere a la historia de España y de Europa y a la relación entre ambas. Es preciso un enfoque no ya más equilibrado, sino más racional, sin arbitrariedades nebulosas como las que han predominado.

 Pero también existe una corriente contraria, la que se inspira en Menéndez Pelayo, la que intentó el primer franquismo, y a usted no parece hacerle mucha gracia.

–Ninguna gracia, no me  parece una alternativa. Se basa en la identificación de España con el catolicismo, una especie de integrismo a la manera musulmana o judía, que identifica la política y la religión como una misma cosa. En contra, por cierto, de lo que dijo Jesucristo y de otro modo San Pablo. Como he explicado en Nueva historia, España se conforma como comunidad cultural antes del cristianismo, aunque este le dé una nueva y más fuerte cohesión, pero dentro del Imperio romano. Y se conforma como entidad política por el designio justamente político de un arriano, al que sabotea un hijo católico, aunque el otro hijo, también católico, complete la tarea. Pero saltemos al pasado reciente, a la experiencia  del franquismo.  Franco creía en esa identificación de España y el catolicismo, aunque realmente su régimen fue muy poco integrista en la práctica, bastante liberal más bien. Y ya hemos visto el resultado.

Pero según usted, el balance del franquismo fue excelente

Fue mucho mejor de lo que dicen sus propios partidarios. Y por eso Franco tuvo que sentirse absolutamente desconcertado cuando desde el centro mismo de la Iglesia empezaron a sabotear su régimen y a promover los separatismos, incluso el separatismo terrorista, incluso el marxismo. Entre las divagaciones “regeneracionistas” y “europeístas” por una parte, y las pretensiones integristas por otra, es obvio que no vamos por buen camino. Y por todo ello el franquismo debe reestudiarse en profundidad. Fue, como dije, un intento en gran parte fructífero de reconcentrar las fuerzas espirituales y culturales de España, consiguió logros extraordinarios y derrotó a todos sus enemigos internos y externos… excepto al Vaticano cuando este se le puso en contra. Y aun así consiguió evitar un derrumbe que habría sido catastrófico, y orientar el país hacia una transición  razonable, aunque  casi inmediatamente saboteada a su vez. Hoy estamos de nuevo en el “europeísmo” regeneracionista, que desde luego no se puede combatir a base de integrismos y malas interpretaciones del franquismo. Es preciso algo nuevo, y en estos tres libros, Nueva historia, Europa y Los mitos del franquismo he tratado de reinterpretar todo esto, de modo que sirva de base para una nueva visión de lo que España puede ser y hacer en las condiciones del mundo de hoy, tan diferente en tantos aspectos de las del pasado, pero cuyos retos no pueden abordarse desde bases falsas o de la mentira hoy dominante acerca del pasado.

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Un premio.

Acabo de leer sus memorias y reflexiones “sueltas”. Magnífico.  Le sugiero un concurso entre sus lectores sobre cuál de esos recuerdos le ha parecido más interesante o más logrado…”. Lector

 ¿Más logrado en qué sentido? Según leo en las únicas dos opiniones que ha suscitado en los lectores en Amazon, uno valora el libro por su nostalgia y melancolía, y otro también lo valora muy alto, pese a atribuirme “incapacidad de persistencia pero reconociendo errores”, y de paso rechaza mis poemas como flojos y sobrantes.  ¿Cuál sería el criterio? Y de paso, ¿cuál sería el premio del concurso? ¿Podía sugerirlo usted?

Adiós a un tiempo: Recuerdos sueltos, relatos de viajes y poemas de [Moa, Pío]https://www.amazon.es/Adi%C3%B3s-tiempo-Recuerdos-sueltos-relatos-ebook/dp/B075L82G5B

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¿Por qué la muerte de Franco supuso el final de un régimen que había afrontado y vencido tantos retos históricos? ¿Y por qué no consiguió renovarse en las nuevas situaciones históricas creadas precisamente por él?  En  “Una hora con la Historia”: https://www.youtube.com/watch?v=qyAbrra2F3k

 

 

Creado en presente y pasado | 34 Comentarios

Una nueva gran oportunidad / ¿España contra Europa? / El misterio de lo anodino.

Nuevas elecciones

Las próximas elecciones son una nueva oportunidad para España. No se trata de echar al Doctor,  objetivo interesante pero no fundamental cuando ni PP ni C´s representan algo muy diferente de él. Es una oportunidad para que vaya configurándose una alternativa sobre la putrefacción de los actuales partidos, que amenaza al país y a la libertad.

   Así pues, no se trata de elegir entre el cólera y la viruela,  sino de comenzar un saneamiento de la política, poniendo sobre la mesa los problemas reales y fundamentales. Los problemas de la progresiva destrucción de la democracia mediante leyes como las de memoria histórica o de género;   y los problemas de la identidad y supervivencia de España frente a los separatismos, la satelización militar y política, Gibraltar, la entrega de soberanía a las burocracias de la UE, la colonización cultural, el multiculturalismo y promoción del islam o la  inmigración descontrolada.

   Estos son los grandes problemas que afronta hoy España y que deben constituir el eje de una campaña que quiera ser algo más que disputas bizantinas sobre asuntos secundarios, mientras nos empujan prácticamente a una democracia fallida  dentro de una crisis de subsistencia de España como nación. Es lo que hemos querido resumir con el título del blog. Es necesaria más España y más democracia.

      El PP ya no es realmente un partido, sino un conglomerado de ellos, cada uno con su orientación, y que básicamente oscilan entre fingir una posición patriótica por temor a VOX, o proseguir con lo que llaman “centrismo”, que consiste en lo que consistió siempre: en seguir las políticas marcadas por el PSOE, colaborar con los separatistas y regalar soberanía a lo que llaman “Europa”. Y eso es lo que debe terminar de una vez. Ahora ensalzan algunos al Doctor por haber prescindido de Pablo Mansiones, como si supusiera una gran maniobra de estadista. El PSOE del Doctor es como el Podemas de  Mansiones. La única diferencia es que Podemas le venía quitando votos al PSOE, y este ha reaccionado podemizándose para retenerlos, tal como el PP aspira a hacer con VOX. Algunos creen que Mansiones hundiría la economía: solo tienen que ver las genialidades de su amigo Tsipras en Grecia para entender de qué se trata. En cuanto a Rivera, podía haber arrebatado el mando de la derecha a Casado haciéndose el patriota, pero ninguno de los dos convence.   

    VOX está marchando en la buena dirección, y ya he dicho que su surgimiento es el único elemento de importancia verdadera en la situación política actual.

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La ley de memoria histórica debe ser resistida y derogada. La triple M debe ser derrotada. Esta tarea compromete a cuantos respeten la verdad y la libertad.  El programa “Una hora con la Historia” quiere ser una palanca para derribar esa ley, y necesita que sus oyentes lo difundan y apoyen económicamente. Necesitamos 300 personas que ordenen a su banco ingresar diez euros al mes en esta cuenta.  Únase usted a la resistencia:

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¿España contra Europa?

Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))la reconquista y españa-pio moa-9788491643050

   Usted, en su Nueva historia de España , señala un punto que no he visto en otros libros: los costes de la europeización en relación con las influencias francesas o borgoñonas. En cambio no encuentra esos costes en las ingfluencias italianas del Renacimiento.

 –Es verdad. España iba desarrollando una cultura propia, europea por entrar en las grandes tradiciones europeas, pero muy autóctona, muestra de lo cual era el arte asturiano,  la “invención”, como dice Sánchez Albornoz, del sepulcro de Santiago, los apocalipsis de Beato, la liturgia hispanogótica (llamada equivocadamente mozárabe), o un estilo vital, podríamos llamarle, así nacido de los enormes peligros de la lucha contra Al Ándalus, sus aceifas y demás. Estas cosas no se daban en la Europa transpirenaica. Pero  a partir de Alfonso VI entra en tromba una cultura papal-borgoñona, en principio perfectamente asimilable para España, pero acompañada de una verdadera imposición política y cultural. Una de tantas paradojas de la historia, pues con aquel Alfonso se logra el transcendental éxito histórico de recuperar Toledo, la vieja capital hispanogoda, que debiera haber reforzado el carácter autóctono. El balance fue positivo, en mi opinión, pero también muy costoso, como expongo en Nueva historia y en La Reconquista.  Ahí se inicia un proceso que con altibajos marcará con su sello la historia española: una alternativa entre lo que llaman europeización y un desarrollo cultural y político autóctono.

 ¿Así que se mantiene hasta hoy esa tensión, según usted?

 –Es una clave de nuestra historia. Se presenta en forma de alternativas entre creatividad propia e imitación llamada europeización, que realmente procede sobre todo de Francia, y desde el siglo XIX en gran parte también de Inglaterra; y ahora, de forma avasalladora de las potencias anglosajonas.  El franquismo puede interpretarse como una reacción digamos “antieuropeísta” en el sentido de que se levantó contra el marxismo, tan potente en Europa, y se mantuvo al margen de la guerra mundial y trató de desarrollar una política y cultura independiente, en medio de una hostilidad exterior cerrada.

 Por lo tanto usted está en contra del europeísmo.

 –No, no es así la cuestión. España no necesita ser europeísta ni antieuropeísta. Es simplemente europea, tanto si nos gusta como si no, y hay que partir de ahí. Dentro de eso, sus particularidades deberían ser lo bastante potentes, lo fueron en distintas etapas, para no tener que supeditarnos política ni culturalmente. La UE está usurpando realmente el concepto de Europa y volviéndolo contra la Europa histórica, real. En su desarrollo actual, acabaría aniquilando la independencia política de España y apisonando su cultura.  

 ¿Sería deseable entonces una vuelta del franquismo?

–No. Pero deberíamos inspirarnos en él, confiar en nuestras fuerzas y desarrollarnos por nuestra cuenta. Eso ha sucedido en las mejores épocas de nuestra historia. El siglo de oro, por ejemplo, podemos interpretarlo como una reconcentración en lo propiamente hispano, partiendo de la herencia de la Reconquista y la lejana inspiración hispanogoda. Así, decía Spengler,  Desde el saco de Roma a la Paz de Westfalia –que es en religión, espíritu, arte, política, costumbres, el siglo español (…) El estilo eclesiástico, fijado ya definitivamente por Ignacio de Loyola y el concilio de trento, imbuido de espíritu loyolista; el estilo político, definido por la estrategia española, por la diplomacia de los cardenales españoles, por el espíritu cortesano de El Escorial hasta el Congreso de Viena y en sus rasgos esenciales hasta más allá de Bismarck; la arquitectura barroca, la gran pintura, la etiqueta, la sociedad distinguida de las grandes urbes  (..) el azar eligió el gesto español para la segunda edad de la cultura occidental”. Menciona incluso el estilo jesuítico de la matemática y la física barrocas. Uno puede pensar lo que quiera de estas frases, pero lo evidente es que España se reconcentró en sí misma, digámoslo de ese modo, y que pasó de ser influida a influir poderosamente en el resto de Europa. Posteriormente volvió a ser un país influido y no influyente, y crecientemente satelizado por Francia e Inglaterra. El franquismo fue precisamente la excepción. Al revés que el resto de Europa, permaneció al margen de la guerra mundial, se reconstruyó con sus propias fuerzas e intentó “algo nuevo”. Falló, en mi opinión, por no desarrollar una teoría política propia delimitando la parte de Dios y la del César, y supeditarse a una Iglesia que finalmente no fue por el mismo camino.

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¿Por qué la muerte de Franco supuso el final de un régimen que había afrontado y vencido tanto retos históricos? ¿Y por qué no consiguió renovarse en las nuevas situaciones históricas creadas precisamente por él?  En  “Una hora con la Historia”: https://www.youtube.com/watch?v=qyAbrra2F3k

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Melancolía de una vida anodina

Adiós a un tiempo: Recuerdos sueltos, relatos de viajes y poemas de [Moa, Pío]https://www.amazon.es/Adi%C3%B3s-tiempo-Recuerdos-sueltos-relatos-ebook/dp/B075L82G5B

Don Julio, yo no tengo la culpa de que usted se haya tragado las trolas habituales sobre las cárceles o la represión franquista, y no voy a discutir con ud sobre eso.  Cuando escribo estos recuerdos procuro atenerme a los hechos lo más que me permita la memoria, no me preocupan en absoluto los “enterados” que creen descubrir incoherencias o “imposibles” en ellos. Cuando las acciones más espectaculares del GRAPO, salían montones de “expertos”, auténticos bobos la mayoría de ellos,  que decían que aquello no podía ser, que tenían que estar manejados por la policía o la extrema derecha, que técnicamente no se podían hacer tales o cuales cosas, etc. No tenían ni idea de nada, pero pontificaban como “expertos”. No les imite usted.

   Más interesantes son los asuntos psicológicos que ud presenta sobre los motivos de los relatos autobiográficos. ¿Hay en ellos siempre un factor de narcisismo y de falsedad? Depende. De falsedad puede ser por error de la memoria –siempre posible—o por deliberado embuste, que en Adiós a un tiempo puedo afirmarle que no se da, aunque ud es libre de creerlo o no. En cuanto al narcisismo, puede haber mucho o poco, eso se nota enseguida; rara vez ninguno. Pero el fondo de la motivación creo que es algo así como una lucha contra la muerte. Pervivir en la mente de muchos (la fama) se siente como una especie de inmortalidad, cosa ilusoria. Pues incluso quien lograra el imposible de conseguir una fama universal, de poco le serviría ante la muerte que nos parece segura de la humanidad.  Este es un problema interesante, ¿no cree?

    Dice usted que la gente procura embellecer o dramatizar su experiencia porque “la vida corriente es casi siempre muy anodina”. Quizá sea anodina, de hecho la literatura suele centrarse en hechos y vidas más o menos dramáticas  o interesantes por una razón u otra, pero en mi opinión incluso la vida más anodina encierra un profundo misterio, que el talento literario puede poner de manifiesto o no.

    Fíjese, por ejemplo, en esta pequeña memoria de Adiós a un tiempo: un paseo por el Primer Cementerio de Atenas. Es un episodio anodino: mi mujer, mi hija y yo damos vueltas por allí, nos detenemos en la tumba de Shliemann, en la de Melina Mercuri, la de un héroe de la independencia griega, la de Andreas Papandreu… No encontramos la de Manos Jallidakis (o Hadjidakis) ni la de Seferis… Nos paramos en la de Sofía Afentaki, una joven fallecida en 1877, a los 18 años, y a quien, por alguna razón que ignoro, dedicó el escultor Yanulis Jalepás un hermosa escultura que corona su tumba  e inmortaliza el nombre de la joven. A mí me recordó la melancolía de estelas funerarias clásicas en las que una mujer sentada se despide de la vida dando la mano a otra mujer de pie. ¿Es todo esto anodino? Sin duda aquella Sofía no tuvo tiempo de hacer nada especialmente interesante en su vida, pero es precisamente por eso por lo que nos impresiona su tumba, incluso más que las de los grandes hombres.

Creado en presente y pasado | 77 Comentarios

La edad heroica del franquismo / El recuerdo sospechoso / Reconquista y cainismo

La ley de memoria histórica debe ser resistida y derogada. La triple M debe ser derrotada. Esta tarea compromete a cuantos respeten la verdad y la libertad.  El programa “Una hora con la Historia” quiere ser una palanca para derribar esa ley, y necesita que sus oyentes lo difundan y apoyen económicamente. Necesitamos 300 personas que ordenen a su banco ingresar diez euros al mes en esta cuenta.  Únase usted a la resistencia:

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La edad heroica del franquismo

La etapa más denigrada del franquismo es la de la guerra civil y los años 40. En ello coinciden incluso los más o menos profranquistas y liberales que ensalzan el “milagro español” de los años 60-75, milagro aceptado a regañadientes o distorsionado por  los demás antifranquistas. Y sin embargo, la etapa más interesante del régimen es aquella, habitualmente pintada como una época de hambre, opresión, estancamiento económico y represión sanguinaria.

   Cualquier época debe ser entendida en relación con los retos y dificultades que afrontaba, y la verdad es que aquellos fueron excepcionales. Fue preciso derrotar, en primer lugar, a las fuerzas totalitarias y separatistas del Frente Popular, partiendo de una inferioridad material casi desesperada. Y es significativo que los abundantes episodios que cabe calificar de heroicos  en aquella guerra correspondieron casi exclusivamente a los nacionales. 

Los Mitos Del Franquismo (Historia)

   Vencido al Frente Popular, hubo por un momento la ilusión de que la buena marcha económica del bando nacional se extendería con naturalidad a la mitad del país que había estado bajo poder enemigo. Pero era solo una ilusión. Media España se encontraba con la economía desarticulada, hambre extrema, campos y fábricas arrasados por los experimentos revolucionarios, y una herencia de terror. La reconstrucción, entonces, se volvía sumamente ardua. La he comparado con la difícil  asimilación de Alemania Oriental tras la reunificación. Con la enorme diferencia de que la Alemania occidental era un país riquísimo, mientras que la España nacional no pasaba de estar bien abastecida y con una economía simplemente sana.

   Además, Alemania estaba incluida en un conjunto de países que de muchas formas le prestaban su apoyo. En cambio España se vio aislada por su neutralidad en la guerra mundial.  Fue un “espléndido aislamiento”, desde luego, pero en la práctica supuso verse sometida a la posibilidad de invasión por los alemanes  y a las limitaciones y chantajes de los Aliados. Así, debido al control del mar por los anglosajones, el país recibía la mitad del petróleo, fertilizantes y plásticos  que necesitaba, y la continua amenaza por sus exportaciones de volframio, perfectamente legítimas, a Alemania. En estas condiciones hubo de reconstruirse el país, y de hecho se consiguió. Al terminar la contienda mundial se habían alcanzado o superado muchos de los niveles del mejor años de la República (los del Frente Popular se superaron casi desde el primer momento). De paso se había solventado judicialmente la herencia de crímenes y terror izquierdista (por cierto que con mucha más legalidad y garantías que en la Europa occidental al terminar la contienda europea)

    El fin de la guerra mundial podía haber mejorado drásticamente la situación, pero entonces España se vio inmediatamente acosada por amenazas de invasión de los vencedores de Alemania y por una guerra de guerrillas comunista. Y enseguida por un aislamiento delictivo decretado por los países comunistas, las democracias y regímenes despóticos varios, conjuntado en la ONU. Era una situación parecida a la del inicio de la guerra civil, en la que muchos, dentro y fuera de España, no daban un duro por la supervivencia del régimen, bajo la amenaza de que los tanques useños e ingleses impusieran la vuelta a un régimen como el republicano, bajo una monarquía sin apoyo social. Y nuevamente, contra todas las amenazas y presiones aplastantes, el franquismo se mantuvo en lo esencial, con ligeras concesiones y maniobrando con destreza para evitar los peores daños económicos.

Años De Hierro, Los (Historia Del Siglo Xx)

    En su primer discurso de fin de año al terminar la guerra civil, Franco prometió prestar especial atención a tres necesidades: la construcción de viviendas, la lucha contra la mortalidad infantil, y la erradicación de la tuberculosis. Y desde luego en estos tres esfuerzos consiguió el régimen éxitos muy importantes. La esperanza de la vida al nacer había aumentado en 12 años al terminar los años 40. Pese a las restricciones económicas, la estatura media de los reclutas había aumentado, prueba de una mejor alimentación que en la república, pese a las enormes dificultades. La tuberculosis había dejado de ser un problema grave. Y cientos de miles de familias de escasos ingresos disponían por primera vez de viviendas aceptables. Los índices de enseñanza, sobre todo media y universitaria y técnica, también  superaban notablemente los de la república.

    Podría pensarse que, con todo, no eran grandes logros que pusieran a España a la cabeza de Europa ni mucho menos. Pero sí eran grandes comparados con la situación de la que se partía. Y el balance no fue solo económico, sino más aún moral y  político: España fue una excepción en Europa occidental, convertida en protectorado de Usa, a cuyo ejército debía su liberación, su democracia y en gran medida su reconstrucción económica. España había logrado rconstruirse con sus propias fuerzas y en contra de la hostilidad de medio mundo, incluidas las mayores potencias. Se había librado de las atrocidades masivas de la guerra europea, de sus bombardeos y deportaciones, había derrotado una guerra de guerrillas que en Grecia había obligado a intervenir a Inglaterra y Usa, se había librado, manteniéndose firme, de una invasión anglouseña que  habría vuelto al país a las viejas experiencias que habían abonado la guerra civil. Y se había logrado una reconciliación nacional muy mayoritaria, sin la cual habría sido imposible resistir a las presiones y amenazas extranjeras y  al maquis comunista, alcanzando además importantes logros económicos.

    El precio, dirán muchos, fue la pérdida de la libertad y la democracia. Eso no es cierto tampoco.  El Frente Popular había sido todo lo contrario de la democracia, y la república un auténtico caos. En el franquismo de aquellos años  había gran libertad personal, economía de mercado, iniciativa privada y cuatro partidos, llamados “familias”, con libertad política. No había esa libertad, en cambio, para comunistas, separatistas, socialistas o anarquistas, que habían llevado al país al borde de la catástrofe. Era natural que no las hubiera, y que el régimen tomase medidas de excepción ante la permanente hostilidad exterior.

  Fueron años duros, Años de hierro como he titulado mi libro sobre ellos. Y, en fin, años heroicos, y así deben ser enfocados por cualquier historiografía que respete la verdad.

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Recuerdos sospechosos

Varios de sus recuerdos resultan conmovedores, pero ¿ciertos? Sigue sin responder a mi pregunta: ¿qué pretende usted, o los que escriben memorias y sucesos autobiográficos? En los políticos es comprensible: siempre van a ser atacados por esto o por lo otro, y quieren defenderse y dejar su defensa para después de muertos, porque la política es una cosa que continúa. Pero ¿y en su caso? Usted no es un político profesional, sino historiador, y como tal debe saber de sobra que  de cualquier cosa puede haber mil versiones. Pongamos un ejemplo: usted cuenta cómo quisieron meterle cinco años de cárcel y cómo lo habrían hecho si no llega a ser por el despiste de quienes le detuvieron, que estuvieron a punto de  cogerle unos papeles que estaba usted escribiendo sobre la agitación en el ejército. ¿Por qué no se los pillaron al registrarle? ¿No es raro? Y menciona su breve estancia en la prisión de Caranza, y da una impresión muy buena de ella ¡afirma que nunca comió mejores paellas y caldos gallegos! ¡En una cárcel franquista! Eso bastaría para dudar de la veracidad de sus relatos como si usted los maquillara desde sus opiniones profranquistas, posteriores de muchos años después. Obviamente, otros relatos no tienen ese componente de interés propio, como el que ha mencionado de su amigo Arturo. Pero también pueden distorsionarse por un prurito de embellecerlos para hacerlos más interesantes: la vida corriente es casi siempre muy anodina, y casi todo el mundo exagera esto o lo otro, cuando la cuenta, para que los demás le presten más atenciónJulio González.

Adiós a un tiempo: Recuerdos sueltos, relatos de viajes y poemas de [Moa, Pío]https://www.amazon.es/Adi%C3%B3s-tiempo-Recuerdos-sueltos-relatos-ebook/dp/B075L82G5B

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Reconquista y cainismo  

Su libro sobre la Reconquista, ¿añade algo sobre lo que usted expone en Nueva historia de España?

 –Añade bastantes cosas y deja de lado otras secundarias. En lo esencial es lo mismo. ¿Por qué hay un movimiento tan fuerte para negar la Reconquista o para denigrarla? ¿Y para ensalzar a Al Ándalus? Si hubiéramos de creer a la numerosa escuela de Américo Castro, lo más propiamente español, lo más culto y elaborado, sería la herencia musulmana y judía. El elemento cristiano sería retrógrado e impuesto por la fuerza bruta, con un gran componente de “cainismo”. Esta versión, con unos u otros matices,  predomina hoy en la universidad y entre los periodistas y políticos. En la “democracia” de la “memoria histórica”. La hispanofobia se extiende a toda la historia. Miles de cretinos que hablan español, están en un país de raíz católica y ellos lo son también al menos culturalmente, que en todos los aspectos solo pueden llamarse españoles, están en contra de España y niegan hasta su realidad histórica. Se niegan a sí mismos, en suma. Es un fenómeno de pura estupidez masiva, cuyo origen, lo he  dicho a menudo, se encuentra en “el desastre del 98”. Un desastre sobre todo moral, que dio alas a la asunción de la Leyenda Negra.

 ¿Nueva historia de España y La Reconquista y España están concebidos, entonces, como obras de combate contra esas tendencias.

 – No de combate, sino de debate. Vamos a ver: lo que intento es restablecer la realidad histórica, al menos en sus aspectos más fundamentales, frente a su grotesca distorsión y falseamiento. Fíjese en que las corrientes castristas, marxistas y parte de las liberales, coinciden en la misma negación de España. Ellos, por tanto, no serían españoles.  Esos liberales serían simplemente consumidores y supuestos amantes de la libertad, que, claro, no había existido antes de ellos y la Constitución de Cádiz. Para los marxistas, la historia de España se resume en explotación, opresión y persecución del progreso aun mayor que en otros países europeos, por tanto ¿qué sentido tendría llamarse españoles? Para la corriente difusa del castrismo, básicamente liberal, pues ya está dicho. La historia de España habría sido una gran equivocación, como decían Ortega o Azaña, por haber rechazado a los mejores, dando lugar a un “cainismo” crónico y otros males. Esas estupideces, porque lo son con toda evidencia, se manifiestan en relación con la Reconquista, con los visigodos y con cualquier época. Y están los separatistas, que añoran la división de España durante gran parte de la llamada Edad media, y quieren disgregar el país en unos cuantos estaditos impotentes y hostiles entre sí. Restablecer la verdad es una obligación, por eso he escrito esos libros, porque hoy la verdad, como la libertad intelectual, sufre un auténtico acoso.

La versión que usted va dando de la historia de España en su libro choca con otras más habituales, y debería suscitar por tanto un debate académico.

Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))

 –Debería, pero mire, una universidad que admite la ley de memoria histórica no puede dar nada de eso. La mayoría de los historiadores universitarios son simplemente funcionarios que viven de unas interpretaciones impuestas por motivos políticos, y su preocupación no es ahondar en las realidades históricas, sino defender su pan, por así decir, tratando de silenciar otras versiones. No creo que les dure mucho, pero es así. Volviendo a la Reconquista, una aportación de mi libro es la demostración de que Al Ándalus era esencialmente un estado despótico que se consideraba foráneo, apoyado en una fuerza militar compuesta de extranjeros. Esto se ha dicho pocas veces, pero quedó plenamente de relieve al descomponerse el califato de Córdoba. Y hay ahí un hecho sumamente intrigante, que solo he descrito sin desarrollarlo, y es cómo el califato se hunde en la cima misma de su gloria y poderío: cuando derrotaba sistemáticamente a los estados españoles, los saqueaba, los reducía a vasallaje y tributación, los hacía luchar a su lado unos contra otros. Y de pronto su estado se derrumba y disgrega, pasan a pedir tropas españolas que saquean la misma Córdoba en apoyo de una u otra facción, y las taifas resultantes pasan a ser tributarias de los reinos hispanos. Es fácil describir cómo fueron esos procesos, pero  su razón de fondo resulta un tanto enigmática, digna de meditación. Con Abderramán III había ocurrido al revés: de una situación crítica había salido la salvación de Córdoba. Aquí, de una situación de máximo triunfo, el desastre. 

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¿Por qué la muerte de Franco supuso el final de un régimen que había afrontado y vencido tanto retos históricos? ¿Y por qué no consiguió renovarse en las nuevas situaciones históricas creadas precisamente por él?  En  “Una hora con la Historia”: https://www.youtube.com/watch?v=qyAbrra2F3k

 

 

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Pancho I al ataque / Sin los godos no habría España / Memorias y mentiras

La ley de memoria histórica es un ataque a las libertades de todos y debe ser resistida por cuantos estimen la democracia y la verdad. Una hora con la Historia es una manifestación de la resistencia necesaria, y depende exclusivamente de sus oyentes. Estamos en campaña para conseguir que el mayor número de ellos difunda y comente el programa en las redes sociales, y  que unas 300 personas contribuyan con 10 euros al mes. Sea usted uno de los resistentes. La cuenta es: BBVA “tiempo de ideas”, ES09 0182 1364 3302 0154 3346

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Pancho y un Madrid que ya no es español 

Paso al lado de la catedral de la Almudena. Ante la explanada, un enorme cartel cubre parte de la fachada: “Peace with no frontiers” (o “borders”, no recuerdo bien). No hay que esforzarse mucho para entender todo su significado, político y cultural. La cosa viene de Pancho el papa hispanófobo, y tiene el doble sentido de imponer públicamente el inglés, como la lengua importante de comunicación y cultura, y de atacar las culturas nacionales. Según Pancho de la Pampa, las naciones y soberanías son la causa de las guerras. Los católicos españoles deberían recordarle  que el papa no tiene el menor derecho a inmiscuirse en las políticas migratorias y la soberanía de las naciones. En cambio, en cuestiones morales como el aborto, Pancho prefiere dejar el asunto en sordina, mientras elogia desmesuradamente a la ultraabortista Emma Bonino, critica a las que “paren como conejas” y da otras lecciones semejantes. Y no dice nada de las políticas de género que atacan a la familia, ni sobre una ley de “memoria histórica” hecha por quienes se identifican con los exterminadores de la Iglesia en la guerra civil. Los católicos, desde un punto de vista moral y no político, deberían mandar un alud de protestas al Vaticano y a los obispos señalando estas cosas. Y que España tiene su propio idioma y no es todavía la colonia cultural en que quieren convertirla los políticos, los obispos y Pancho, tan partidario de la Leyenda Negra y contrario a la herencia hispana en América.

   Por la calle, miles de anuncios oficiales, del Ayuntamiento, de un “GayDay”. Está bien que esas aberraciones se pongan en inglés y no en español, pero no ocupando el espacio público y obligándonos a pagarlo a todos los ciudadanos. Es necesario protestar contra esa degradación sexual y antidemocrática. El homosexismo no puede dictar a la sociedad su moral y su política.

  Por lo demás, basta pasear por Madrid para constatar la invasión del inglés en publicidad, nombres de establecimientos, indicaciones, etc. Ya no es realmente una ciudad española, sino una parodia de capital inglesa, cuyo idioma va desplazando como “lengua superior”  al español. Y montones de despistados protestando por los abusos lingüísticos en Cataluña, Galicia, Vascongadas, etc., y olvidando el mayor peligro. Parece haber una conjura de los partidos (PP, PSOE, C´s y separatistas) para atacar el español desde todos los ángulos y convertir su cultura en un remedo de la anglosajona. ¿Despertaremos alguna vez?

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En Nueva historia de España usted da una importancia que casi nadie ha dado a la herencia visigoda en España, aparte de las viejas historias en que obligaban a aprender la lista de los reyes godos.

Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))

–Es salir de un disparate para caer en otro. Si ud ve resúmenes como los de Pierre Vilar o Vicens Vives, que pasan por ser grandes historiadores, comprueba que la etapa visigoda es para ellos una insignificancia, y hasta negativa. Américo  Castro y tantos otros afirman que los godos ni eran españoles ni tuvieron nada importante que ver con España. Ortega suelta unas “ocurrencias” que he analizado en el libro. La historia tradicional de la lista de reyes godos es igualmente absurda. Hasta Leovigildo, los godos eran efectivamente una casta ajena al país, aunque posiblemente ya hablaban latín. Un pueblo que había peregrinado por media Europa y podía seguir haciéndolo hacia África. Con Leovigildo y su hijo Recaredo el panorama cambia radicalmente. La Hispania romanizada se dota de un verdadero estado, se convierte en nación, y la población romana comparte el poder a través de los concilios, una institución sin ejemplo en el resto de Europa y que puede considerarse un preceedente lejano de las Cortes o Parlamentos. Y este hecho decisivo, la conversión de una comunidad cultural latina en nación,  es el que permite la Reconquista, una empresa que no se dio en ningún otro país conquistado por el islam. Y al permitir la Reconquista, que siempre invoca precisamente el reino hispanogodo, permite la existencia de España. Nada menos. Esto rara vez se ha dicho con claridad, incluso por los que dan cierta relevancia a la España goda. Y es un punto clave para entender la historia. Sin el reino de Toledo no habría habido España, simplemente.

 Sin embargo siempre hay un argumento muy fuerte en contra de su tesis: la facilidad con que cayó el reino a la llegada de los musulmanes. Esto suele interpretarse como prueba de un divorcio íntimo, moral, político y hasta racial,  entre la minoría goda y la población hispanorromana. El estado gótico sería una superestructura impuesta por la fuerza, minada  por sus contradicciones e inepcias y sin base popular real; la población deseaba ser liberada por los islámicos.

–Que un estado caiga con gran facilidad no es un hecho raro en la historia, y no demuestra que ese estado estuviera predestinado a caer por falta de consistencia interna. Hay de todo. Los árabes fueron capaces de aniquilar imperios mucho más vastos y fuertes que España.  Siempre pongo el ejemplo de la Francia conquistada por los alemanes en tres semanas, tan recientemente. No creo que los franceses desearan ser “liberados” por los alemanes, pese a lo cual,  una vez consumado el hecho,  los ocupantes recibieron una colaboración muy extendida, y la resistencia solo cobró algo de forma cuando los alemanes iban llevando las de perder. No;  como he expuesto con numerosos datos, el estado hispanogótico no iba a peor, sino a mejor, a una estabilidad e integración creciente,  el mejor organizado de la Europa occidental de su tiempo y el más culto después si acaso de Italia, que carecía de estado propio. Según la tradición, el reino cayó por divisiones del poder y la traición consiguiente, y así fue, con toda probabilidad. Caído el reino,  parte de los sometidos prefirieron adaptarse al nuevo poder y cooperar con él, pero en otra parte  dejó una memoria intensa e inspiradora, que permitió una resistencia casi inmediata y su expansión hasta la derrota total de Al Ándalus.

 Usted ha mencionado la escasez de documentos  como un hecho que permite jugar con teorías sobre la época visigótica y su caída. ¿Pero acaso su versión no se apoya también en esa escasez para sentar las tesis contrarias?

    Obviamente, aquí entramos en el terreno de las probabilidades. Muchos han querido ver en la invocación del reino perdido por los monarcas asturianos, un siglo después de Covadonga, una invención arbitraria y artificiosa. Eso es aprovechar la falta de documentos para especular, como siempre contra la idea de España. Pero si hubiera sido así, la invocación apenas habría tenido efecto. Si los asturianos habían tenido ya éxitos notables en la lucha contra los invasores al margen –y según algunos contra—el reino de Toledo, ¿por qué tendrían que querer legitimarse inventando a deshora una relación con él, que probablemente habría desaparecido ya de memoria de todo el mundo? ¿Qué poder movilizador tendría? En relación con aquel tiempo y el último del reino hispanogodo, hay pocos documentos, seguramente muchos fueron destruidos por la invasión y eso anima las especulaciones gratuitas. El propio Julián Marías comentaba la pobreza de la imagen que tenemos de entonces, pues todo parece reducirse a leyes y actas de los concilios, lo que deja en sombras la vida real. Pero hay más cosas –aparte de las consecuencias conocidas–, y me agradó particularmente el comentario de un profesor: “Usted ha hecho revivir aquellos tiempos”. Revivirlos solo un poco más de lo habitual, claro,  un poco más que las historias acartonadas más habituales.

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En  “Una hora con la Historia”: Cuando Franco murió, su régimen ya se iba descomponiendo en sus cuatro “familias” e incluso dentro de cada una de ellas. Ya examinamos la causa.  Podríamos decir que el Vaticano II lo vació ideológicamente, y también que el régimen ya no estaba en condiciones de renovarse. https://www.youtube.com/watch?v=qyAbrra2F3k

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Recuerdos y mentiras

Adiós a un tiempo: Recuerdos sueltos, relatos de viajes y poemas de [Moa, Pío]https://www.amazon.es/Adi%C3%B3s-tiempo-Recuerdos-sueltos-relatos-ebook/dp/B075L82G5B

Observe, D. Julio, que todo el mundo suele contar su vida o anécdotas de ella, al menos al círculo restringido de sus conocidos, y que casi siempre se hace para “quedar bien”, solo hay que pensar en cómo se las cuentan los novios. ¿Eso es narcisimo? Casi siempre hay algo o mucho de vanidad. Pero entre algo y mucho puede haber grandes diferencias. ¿Y se miente? Admito que muchos de mis recuerdos podrían ser contados de otra manera por otros testigos, pero por eso mismo he procurado exponer más hechos que valoraciones o justificaciones. En España es poco frecuente, pues,  como decía Stanley Payne, aquí las biografías tienden a la hagiografía o a la denigración, a menudo hasta extremos esperpénticos (esto lo digo yo). Y no solo aquí. La biografía de Franco por Preston es realmente esperpéntica, y nos dice mucho más del autor, y poco bueno,  que del biografiado.

Por poner un caso: uno de los recuerdos en Adiós a un tiempo, se refiere al desaparecido café Derby de Vigo, donde  solíamos ir a traducir trozos de La Ilíada otro compañero que también había suspendido la asignatura y yo. Tendríamos dieciséis años. Los padres de aquel amigo, Arturo, tenían una taberna en la calle Real, frecuentada por marineros de diversos países, y el ambiente no era precisamente refinado intelectualmente o en cualquier otro sentido; él mismo estaba ya un tanto alcoholizado, y era por lo demás bastante dado a las chocarrerías,  pero tenía mucha sensibilidad para los versos que íbamos traduciendo. No tengo ni idea de lo que habrá sido de él después de aquellos dos cursos que compartimos en el Instituto, pero me pregunto: ¿cómo relataría él los mismos sucesos, cuando llegábamos al café y lo primero que decía era I feel like drinking a rousal? (me apetece tomar un rosal –tipo de vino gallego–. Practicábamos ocasionalmente el inglés) Seguramente no lo recordaría como yo, o incluso podría haberlo olvidado por completo a los pocos años. Que los mismos hechos puedan ser narrados de distintas maneras por distintos testigos o protagonistas no quiere decir que todas ellas sean equivalentes, pues ahí entra la sensibilidad, las valoraciones y la penetración de cada cual, que nunca son iguales. Y tampoco entrañan necesariamente mentiras, aunque ya sabemos que la memoria distorsiona a  menudo la realidad

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Machirulos y chekistas / ¿Una historia nueva de España? / Muerte y narcisismo

La ley de memoria histórica es un ataque a las libertades de todos y debe ser resistida por cuantos estimen la democracia y la verdad. Una hora con la Historia es una manifestación de la resistencia necesaria, y depende exclusivamente de sus oyentes. Estamos en campaña para conseguir que el mayor número de ellos difunda y comente el programa en las redes sociales, y  que unas 300 personas contribuyan con 10 euros al mes. Sea usted uno de los resistentes. La cuenta es: BBVA “tiempo de ideas”, ES09 0182 1364 3302 0154 3346

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Píldoras contra el mareo

**En la universidad no saben si la ley de memoria histórica es norcoreana o soviética. Llevan años de intenso debate intelectual, sin ponerse de acuerdo.

**Preston, Viñas, Moradiellos, Juliá, Casanova y mil más enseñan que el Frente Popular era la república y la democracia. Con eso no aprendemos nada de historia, pero sí de lo que ellos entienden por democracia.

**La ley de memoria histórica puede llamarde de la cheka. Su contenido básico consiste en ensalzar como demócratas a los asesinos y torturadores chekistas. Tan demócratas como los autores de la ley.

**Nada más revelador que el plan de profanar la tumba de Franco haya de apoyarse en una ley totalitaria y prochekista.

**¿Por qué no recuerdan al actual jefe de gobierno su carácter fraudulento llamándole siempre Doctor? Porque el fraude es casi generalizado en la política y en la Triple M.  

 **Unidas Podemas y el PSOE están llenos de machirulos, es decir, de marimachos.

**No por necio deja de ser peligroso Pablo Mansiones, aunque ya va a menos. ¿Cómo ha podido tener tal carrera? Porque, salvo alguno que otro, los demás políticos no son mejores.

**Algunos felicitan al Doctor por estar toreando a Pablo Mansiones. Es un cabestro toreando a otro cabestro.

**Las machirulos de Unidas Podemas PSOE y PP están meditando sobre si exigir igualdad en la construcción, las minas y el asfaltado. Aún no lo tienen claro.

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Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))

Cuestiones de historia de España.

 Todas las historias de España empiezan por el paleolítico o al menos el neolítico, refiriéndose a lo que se sabe de aquellos pueblos y migraciones. Eso parece lógico, porque usted mismo ha mencionado estudios genéticos que demuestran que fue entonces cuando se formó la amplia masa del pueblo español, en la cual han influido poco las invasiones.

 –Eso sería así si consideramos a España como un término meramente geográfico. Cosa que por lo demás hacen muchos, algunos para negar la realidad histórica de España, otros por pura inconsciencia. Entonces la historia sería la de los pueblos que han habitado la península ibérica, de los que por otra parte se sabe muy poco, y tampoco se diferenciaría gran cosa de la de otros pueblos del occidente europeo, con los que la población española está genéricamente muy emparentada. Pero eso ni siquiera sería historia, sino un estudio biológico-geográfico. España es un concepto fundamentalmente cultural nacido de Roma. En ese sentido tampoco sería muy diferente del Imperio de occidente, habría que historiarlo como simple parte de él. Pero además España es un concepto político desde Leovigildo. Si hubiéramos de hablar de los “padres de España”, uno sería Escipión del Africano y otro Leovigildo. Sin las victoria de Escipión sobre Cartago y la formación del Imperio romano, la historia, no solo de España sino de Europa, habría sido muy diferente. Esta tesis, que me parece evidente una vez expuesta (y a menudo la evidencia tarda mucho en verse) es una de las razones por las que Nueva historia de España es realmente nueva, lo cual no quiere decir, obviamente, que no se apoye en muchísima parte de la historia anterior o la desmienta. Pero la reenfoca de modo fundamental. En cuanto a Leovigildo, fue quien diseñó un estado propiamente español, con lo que inició una historia diferenciada del resto del antiguo Imperio romano y de otros reinos creados sobre la ruina del imperio.

 En ese caso nos encontramos con que ninguno de los padres de España era español…  

 Esto es muy  común. La conquista de Julio César configuró culturalmente la Galia, Clodoveo no era galo, sino un invasor germánico, y Francia tardó mucho aún en unificarse políticamente. En Francia y España la cultura latina se mantuvo y absorbió a la germánica. En Inglaterra, en cambio, la cultura latina fue anegada, pero los conquistadores no consiguieron crear un estado, es decir, una nación propiamente dicha, hasta Alfredo el Grande, y de modo muy precario. En realidad es la invasión normanda en el siglo XI la que irá dando verdadera forma a Inglaterra, pese a que los normandos no se molestaran en hablar inglés. Si queremos ir al otro extremo, la primera Rusia, la de Kíef, fue fundada por invasores vikingos. En cambio ni Italia y Alemania lograron configurarse como naciones hasta muy recientemente. En fin, la historia fue como fue, y si España, aun bañada culturalmente por diversas influencias, forma con todo un conjunto político-cultural con fuertes rasgos propios, se debe a unos procesos iniciados por Escipión de manera inconsciente y por Leovigildo de manera deliberada. Esos fuertes rasgos son los que explican la Reconquista, un hecho muy particular en la historia de Europa, y hasta del mundo.

 De su enfoque se desprende que  las resistencias encontradas por la invasión romana carecerían de sentido y de importancia. Viriato, Numancia, cántabros y astures…

 –Esa es una conclusión completamente falsa. Fueron luchas épicas de unos pueblos que se negaban a someterse. Y que dejaron una impronta ejemplar o moral en la mentalidad de los españoles, una vez asumidas así. Piense en el historiador hispano Orosio, de finales del siglo IV a principios del V, cristiano y gran defensor de la Roma cristiana. Pese a ello ensalza a los lusitanos y a los numantinos con orgullo patriótico hispano, contraponiendo su valor y su justicia a los abusos y cobardías de los romanos. Sin embargo, los pueblos que resistían a Roma eran paganos y desde luego solo podía llamárseles hispani en el sentido de que habitaban en la península. Naturalmente que podemos estimar mucho aquellas resistencias épicas y hacerlas nuestras, como Orosio, pero solo hasta cierto punto. La Reconquista se hizo reivindicando el reino hispanogodo, pero también surgieron invocaciones a los prisci hispani, españoles primigenios, como la inspiración que debía ser más auténtica para la recuperación de España. Era un absurdo, claro está. Ni cultural ni políticamente tenían nada que ver los prisci con los españoles que luchaban contra los moros o los que conocemos hoy: eran pueblos con culturas y lenguas muy diversas y a menudo en lucha entre ellos. Con esa inspiración, la Reconquista habría culminado en una completa balcanización.    

 ¿Cómo es que nadie se ha planteado ese enfoque de nuestra historia? Porque historiadores, y muy buenos, no han faltado en España.

 Es verdad que ha habido historiadores excelentes, con trabajos a menudo muy minuciosos y detallados, completamente necesarios al estudioso. Y sin embargo me parece que a casi todos se les han escapado estas evidencias generales. Ya he dicho que a menudo la evidencia es lo último que se ve. Pero observe usted, no ya la historia en general, sino la actual sobre la guerra civil, la mayoría de ella parte  de un enfoque simplemente ridículo: el Frente Popular como continuación de la república y defensora de la democracia. Esto, en cuanto a la república, lo acepta casi toda la historiografía, incluida la contraria al Frente Popular, que presenta a este como “el bando republicano”. A menudo los árboles impiden ver el bosque, se hila muy fino en los detalles y se pierde la visión de conjunto, que resulta tosca o falsa. Otro pequeño ejemplo: las discusiones secundarias sobre el si oro enviado a Rusia fue debidamente consumido, o si fue una operación legal y demás. En cambio no leerá usted casi nunca que el oro convirtió a Stalin en el amo, literalmente, del Frente Popular. Y que fue una operación de los socialistas, no de los comunistas españoles. Y esta doble cuestión es absolutamente esencial para entender la guerra, que vista de otro modo se convierte en un galimatías de detalles  generalmente bañados en una moralina ideológica bastante turbia. Le pongo estos ejemplos más actuales para que se percate de cómo la historia puede ser expuesta con mucho detalle pero con unos enfoques falsos, que adulteran en gran medida el resto, que a menudo solo es aprovechable como material de desguace. 

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Sobre narcisismo y lucha contra la muerte

Adiós a un tiempo: Recuerdos sueltos, relatos de viajes y poemas de [Moa, Pío]https://www.amazon.es/Adi%C3%B3s-tiempo-Recuerdos-sueltos-relatos-ebook/dp/B075L82G5B

  **”Lo que noto en sus escritos de Adiós a un tiempo es una casi constante preocupación por la muerte. Y de ahí deduzco que usted quiere superarla dejando huellas de su vida para las generaciones posteriores. Más claro, que quiere usted pervivir en la memoria de algunas personas por lo menos. Que otros vean en usted un modelo un ejemplo. Porque si no es así, ¿para qué contarles sus anécdotas y sus experiencias? A eso lo llamo narcisismo. Y también mentira. La vida real de la gente, del 99% de ella, pasa sin dejar rastro. Bueno, sí un rastro en la memoria de quienes les conocieron, un rastro débil y que va a desapareciendo de una generación a otra. Luego hay otros que dejan un rastro larguísimo, por sus acciones o por sus obras, pero no han escrito nada sobre sí mismos. Por lo tanto, se ven sometidos a lo que digan de ellos los demás. Ahí tiene usted a Stalin o a Picasso o a Cervantes, que ahora les da a muchos por discutir que si era homosexual y todo eso. Pero algunos quieren ser ellos los que juzguen sobre su propia vida, y es un empeño irrisorio, porque digan lo que digan, se presenten como se presenten, otros los conceptuarán de forma distinta. Pasar a la posteridad de una forma determinada por el autor es una gran tontería, ¿no le parece?”  Julio González   

 

 

 

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