Helena / Rebelión cívica y 18 de julio/ “Crimen de Estado” / Primo y los historiadores

¿Fueron los años 40 como los han pintado historiadores charlatanes? Una hora con la historia: https://www.youtube.com/watch?v=DKdf61bw_TU  

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Dos frases de Helena

Respondiendo a Príamo sobre los héroes aqueos, Helena se trata a sí misma de perra y desvergonzada por haberse dejado seducir por Paris (Alejandro) –a quien ha llegado a despreciar–,  ocasionando con ello la guerra. Y añade, “si es que  todo no ha sido un sueño”. El tema del sueño y la realidad lo recoge Shakespeare: “Somos de la sustancia de los sueños, y nuestra pequeña vida concluirá con un sueño”. No se entiende bien traducido así en español, que no diferencian palabras entre sueño físico (sleep), que aquí equivale a muerte, y sueño mental (dream), aunque el término “ensueño” pueda servir para este. Y Calderón escribe  “la vida es sueño”. Seguramente habrá en la literatura otros ejemplos.

En apariencia distinguimos muy bien entre ensueño y  realidad,  pero la diferencia puede no estar tan clara. El ensueño transcurre en la inconsciencia del sueño, pero la vida real es también en gran parte inconsciente, y  está movida además por ensueños en el sentido de ilusiones o de deseos ilusorios, tan a menudo irreales. Una frase estúpida de moda invita a “que no te roben tus sueños”. Shakespeare lo explica de otro modo. Al igual que, al despertar, descartamos los ensueños como irrealidades,  todo lo que somos y hacemos se disolverá en la nada, como si no hubiera existido. Helena piensa en lo que ha hecho como una pesadilla de la que quisiera poder despertar.

En otro momento Helena, hablando con Héctor, a quien admira por su hombría en contraste con Paris, vuelve a acusarse para concluir  “Zeus nos dio mala suerte (a Paris y a ella), para que sirvamos a los venideros de tema para sus cantos”. Esta frase suena a  ironía: al parecer, Zeus tenía interés en entretener a las generaciones siguientes con las desgracias de los dos personajes;  pero puede interpretarse como la justicia de Zeus, que ha elegido a ambos como advertencia general, de las consecuencias funestas de las malas elecciones.  Siempre está la dualidad del destino (la voluntad de los dioses, aunque los mismos dioses estuvieran sujetos al destino: Ananké, la necesidad y Crono o Chrono,  el tiempo), que escapa a las decisiones humanas, siendo  estas, por otra parte,  inevitables. Helena se siente responsable de sus actos y se acusa de ellos,  y por otra parte se siente  sujeta a una voluntad exterior que la sobrepasa. Algo así como el problema eterno de la libertad y la predestinación.

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La Segunda Guerra Mundial: Y el fin de la Era Europea (HISTORIA)

Rebelión cívica y 18 de julio.

En 2002 Aznar, el gran conseguidor de los separatismos, condenó el alzamiento de 1936  contra la disgregación y sovietización de España. Con ello dio impulso a PSOE y separatistas para rehacer las causas  de la  guerra civil. Impulso llegado hoy a una situación crítica. Ahora Aznar llama a la rebelión cívica contra esa situación. Pretende, además, que sea su nefasto partido el que encabece la  rebelión. Pero el PP comparte con el PSOE y los separatistas el 80 o 90% de su ideología, desde la 2030 a la antifranquista que intenta revertir el referéndum de 1976. Si el PP logra gobernar, solo se podrá ganar tiempo, porque su orientación general será inevitablemente la misma que la del PSOE. Recuérdese cómo la rebelión cívica ante el rescate de la ETA por Zapatero fue reducida a la nada cuando Rajoy logró  ponerse al frente de ella

Al condenar el 18 de julio, Aznar –el PP en general– exhibió su completa inanidad intelectual y ausencia de cultura o de preocupación por el pasado. Creyó que sacrificar la realidad histórica a conveniencias oportunistas del momento carecía de importancia, había que “mirar al futuro”.  Al fondo de todo ello yace la sustitución de la idea  de España por la de “Europa”, una Europa antifranquista porque tuvo que soportar el desafío de un régimen español mucho más independiente que ella. Una Europa sobre la que el PP, como el resto de los partidos, solo tiene cuatro ideas  vagas, unas tópicas y otras falsas. Pero España es una densa realidad  histórica, mientras que esa Europa es solo un proyecto incierto que, además, marcha en  sentido contrario a su herencia cultural. Proyecto en el que España se disolvería en la falsificación generalizada de su historia. Proyecto en el que las necias oligarquías españolas no tienen ni tendrían nada que decir. Paralelo con el Vaticano II: en él tampoco la Iglesia española contó para nada relevante.  

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Crimen de estado

**Digo que la historiografía española, en general, es extremadamente provinciana: muy europeísta casi toda ella, e incapaz de un estudio o ensayo independiente sobre Europa (hay alguno que otro, a mi juicio bastante mediocre, como el de Ortega o el de Díez del Corral). He aportado el concepto de Edad Europea, obviamente discutible y desarrollable, si surge una generación de historiadores más seria que la actual.

**Me cuentan la anécdota de un camionero alemán afincado en Argentina, que se sorprendía: “Paso a Paraguay y hablan español, a Perú, y siguen hablando español, llego a Méjico y lo mismo… Esto no pasa en Europa”. Obviamente, no sabía nada de historia.

**”Gritos contra el doctor en la Fashion Week de Madrid”. La Fashion Week. De Madrid. 

**Hay dos cosas en las que el PSOE ha demostrado siempre ser maestro: en mentir y en robar. El PP es maestro solo en una: en imitar al PSOE.

**Como explica muy documentadamente  José Ramón Ferrandis en su libro Crimen de Estado, el “cambio climático” es una estafa masiva, realmente criminal. El problema es: ¿quiénes son,  cómo han llegado a tener tanta influencia, y qué persiguen esos ideólogos y políticos con su cultivo premeditado de la histeria? Sobre esto hace también bastante luz Ferrandis, que mantiene “Un blog reaccionario”. Pues hay que reaccionar.

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Primo de Rivera y los historiadores

Leo algunas consideraciones de historiadores sobre Primo de Rivera. Ninguno señala lo esencial: que tomó el poder en unos momentos (1923) de disolución del régimen de la Restauración y  que curó los cuatro cánceres que lo estaban matando: el terrorismo anarquista, los separatismos que emprendían una acción unida contra la nación, un PSOE recientemente golpista (1917) lanzado a una demagogia desbocada, y las consecuencias de la derrota de Annual. Estas realidades clave las he expuesto en mi libro Una historia chocante. En lugar de centrarse en el balance de aquellos seis años y pico, los historiadores, en general, prefieren dar vueltas a los tejemanejes legales, a si el rey estaba de acuerdo o no,  si Primo era más o menos ingenuo políticamente, si era populista o fascista, etc.  Sorprendente, ¿verdad? En realidad, el dictador comprendió lo que no entendían los políticos y siguen sin entender la mayoría de los historiadores: que el régimen de la Restauración estaba acabado, y que era preciso pasar a otro más democrático con  dos partidos fundamentales: uno de derecha, Unión Patriótica, y otro de izquierda,  el PSOE, que sorprendentemente se había civilizado bajo su dictadura. El proyecto fracasó porque la “clase política” era de una inutilidad suicida: expulsó a Primo de Rivera y creyó que podía volver a los  viejos líos de los “politicastros”. El resultado sabido fue una II República perfectamente demencial desde el comienzo, y finalmente la guerra civil. 

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