El racismo en el separatismo catalán

 

**Blog I: En el 75 aniversario del final de la Guerra Civil: reedición de Los mitos… : http://www.gaceta.es/pio-moa/reedicion-los-mitos-guerra-civil-28042014-1758

**Próximo domingo en “Cita con la Historia”, de Radio Inter: “El bombardeo de Guernica:  hechos y ficciones”

************************

 Común a los separatismos vasco y catalán ha sido un empeñado racismo. Aunque en tiempos recientes se haya negado tal característica en el caso catalán, los estudios de Francisco Caja, Joan-Lluis Marfany y otros han puesto de relieve lo contrario. Uno de sus  primeros teorizadores, Valentí Almirall, afirmaba que en la península vivían dos razas muy distintas, la pirenaica y  la del centro-sur. A la pirenaica le distinguiría un espíritu “analítico”, “directo al fondo de las cosas”, “basado en la libertad”, “confederal”,  mientras la otra raza era  “generalizadora, soñadora, aficionada al lujo y la ampulosidad, arbitraria, centralizadora, absorbente”. La unión con Castilla  habría tenido un efecto “fatal” sobre el espíritu catalán, al que habría “desnaturalizado”. Cabe observar el estilo generalizador y un tanto soñador o fantasioso, muy poco pirenaico, del propio Almirall.

Claro que la distinción entre tales razas, invisible en lo físico, resultaba  harto  vaga e insatisfactoria en lo psicológico, por lo cual otro teórico separatista, Pompeu Gener, la precisará más: “Nosotros (los catalanes), que somos indogermánicos de origen y de corazón, no podemos sufrir la preponderancia de tales elementos de razas inferiores”. “No podemos ser mandados por los que nos son inferiores“. En su condición de arios, los catalanes emparentaban “con los demás pueblos arios de Europa”,  esencialmente distintos de la raza al sur del Ebro, donde predominaba “el elemento semítico y más aún el presemítico o berber, con todas sus cualidades: la morosidad, la mala administración, el desprecio del tiempo y de la vida, el caciquismo…”:  una raza “bárbara, monótona y atrasada como una tribu de África. Estas ideas iban mezcladas de un fuerte antisemitismo y antijudaísmo, máxime cuando – señalaban con sentimiento– en las clases adineradas de la  propia Cataluña se había infiltrado un ingrediente semítico, dificultando que “el elemento indogermánico verdaderamente humano se levante y triunfe de esos neo-moros adoradores del Verbo, raza de gramáticos y sofistas, de esos neo-judíos. El carácter indogermánico de los catalanes era, ni qué decir tiene, tan fantasía como las “cualidades” achacadas a las razas “semíticas y presemíticas” del resto de España. Estas teorías denigraban a las demás regiones, en especial a Castilla, pero la reivindicación “aria” chocaba demasiado. Fueron precisas otras elaboraciones.

Y así, la teorización racista siguió rumbos algo distintos en Prat de la Riba, en el arqueólogo Bosch Gimpera y otros. La diferencia esencial pasaría por los íberos, asentados en el Levante peninsular, incluida Cataluña,  y los celtas del resto –con la dudable excepción de vascos y navarros–. Con ello mataban dos pájaros de un tiro,  porque de paso establecían la ibero-catalanidad de todo el Levante español, convertido en los Països catalans. La  decisiva impronta cultural de cinco siglos de romanización quedaba relegada a un dato superficial, una mera “superestructura” opresora de las esencias raciales ibero-catalanas. La propia España solo sería un estado superpuesto y opuesto a los pueblos: lo cual explicaría la “historia trágica” achacada a España. Íberos y celtas, pues,  constituirían la raíz y clave explicativa de  la historia hasta hoy.  La idea invertía un tanto  las tesis de Gener, ya que el grupo celta o celtizado tenía rasgos indoeuropeos, mientras que el ibérico del Levante tenía origen incierto, tal vez en el norte de África.  El doctor Robert se dedicó a fundamentar las diferencias estudiando a su manera los cráneos de unos y de otros. Pero en fin, fueran pirenaicos, indogermanos o íberos, importaba definir a los catalanes como esencial, racialmente, diferentes.  Y, por supuesto, superiores. Las provocaciones racistas a los demás españoles  eran constantes en la prensa separatista: “Moros, mal que les pese”.  Sí, hay razas”.Contra los semitas”. Otros invocaban razones de “higiene social” para cortar el paso a las “razas inferiores y decadentes”, intelectual, moral y políticamente degeneradas. Para Prat de la Riba, la “castellanización de Cataluña” formaba una “costra” que era preciso cuartear y romper para hacer surgir “intacta, inmaculada, la piedra indestructible de la raza”. En 1930, el que sería diputado por la Esquerra, Pere Mártir Rosell, afirmaba que “la raza constituye la única fuente de cultura y debe mantenerse pura, evitando el mestizaje”. Se refería, lógicamente, a la supuesta raza catalana. Rovira i Virgili, otro líder y pensador separatista de izquierda, equipara –como solía hacerse– a España con Castilla y explica su relación con Cataluña como un irreductible antagonismo espiritual.  En 1934 Un  “Manifiesto para la preservación de la raza catalana” alertaba de los peligros de degeneración genética por la mezcla con otras “razas” peninsulares, y propugnaba crear una Societat Catalana d´Eugenesia  para estudiar los efectos de la “mezcla” y proponer medios para defender “la nostra rassa”. Firmaban el documento notables prohombres e intelectuales del separatismo, como Pompeu Fabra, Vandellós, Pi i Sunyer o Batista i Roca, este último un antropólogo  mezclado en asesinatos terroristas en el inmediato posfranquismo. Otro nacionalista distinguía entre “los auténticos obreros, que pasan hambre en silencio, y los vagos foráneos, que hablan siempre en castellano.  Desde el primer momento los separatistas se preocuparon de cultivar las relaciones internacionales, y así un tal Karl Cerff, dirigente e instructor de las Juventudes Hitlerianas declaraba a la revista La Nació Catalana, el 17 de octubre de 1933: “Sabemos que los catalanes son una raza muy diferente de la española”. Los ejemplos son muy abundantes.  

 La cuestión de la raza.

  Los mapas genéticos hoy elaborados indican que la población de la Península ibérica es notablemente homogénea y emparentada con la de Europa occidental, y harto disímil de la norteafricana, de la que guarda solo leves incrustaciones. Ello muestra que las ideas raciales de unos y otros carecen de valor, cosa bastante clara para cualquier observador sin necesidad de mayores investigaciones. Sea como fuere, un racismo peculiarmente arbitrario desempeñó sin duda un papel crucial en la constitución de los nacionalismos vasco y catalán.

 Naturalmente, después de la experiencia hitleriana resultaba embarazoso para estos nacionalismos hablar de razas o recordar  siquiera su discurso anterior. Las expansiones antes tan libres y espontáneas, debieron reprimirse y  dar paso a otras formulaciones, tales como “los hechos diferenciales”, la exaltación del idioma regional, la diferenciación por la riqueza, los  apellidos, etc. Pero , con unas u otras formulaciones, la pretensión de una superioridad  imaginariamente racial sigue siendo la base de las pretensiones diferenciadoras. Sabino Arana y Prat de la Riba y otros han sido los formuladores de un separatismo cuyas bases permanecen en el fondo inamovibles.

  Desde la  Transición,  y ante la evidencia de que la mayor parte de la población en Cataluña y Vascongadas nunca apoyó la secesión, y lo inútil de esgrimir argumentos raciales, la política separatista, aun conservando el substrato de la pretensión racista, ha evolucionado al intento de atraerse a la población originaria de otras regiones. Su  argumento pretende que la oligarquía catalana o la vasca había acogido fraternalmente a sus padres, dándoles el pan y el trabajo que  se les negaba “en España”. La realidad había sido más bien la contraria pues el separatismo mantuvo una permanente actitud denigratoria contra los trabajadores inmigrantes “de raza inferior”. Esta demagogia se ha acompañado de una frenética y provocadora desvalorización de España y de todo lo español, administrada ya desde la escuela.  

El sustrato racista se vuelve obvio en la cuestión de los apellidos.  En todas las provincias vascongadas y catalanas, los apellidos más corrientes, con diferencia, son los mismos que en el resto del país: García en primer lugar (posiblemente de origen vasco), seguido, en un orden u otro, por  López, Pérez, Fernández, González, Martínez, Rodríguez… Solo mucho después aparecen los considerados originariamente vascos o catalanes. Sin embargo, en las direcciones de los partidos separatistas los apellidos más comunes apenas tienen representación. El PNV dio siempre la máxima importancia a la posesión de numerosos apellidos vascos, considerados “el sello de la raza”:  ¡Aún hay necios que se ríen de la distinción que hacemos de los apellidos! El apellido es el sello de la raza: si un apellido es euskérico, euskeriano es el que lo lleva: si es maketo, maketo es su poseedor. Hoy, mezcladas numerosas familias bizkainas con maketas, habría que establecer (en caso de libertad) distinción entre originarios y mestizos, tanto respecto de los derechos como de los lugares en que pudieran avecindarse. De forma deliberada o no, el mismo ejemplo siguen los nacionalistas catalanes. Esa conducta ha variado solo ligeramente después de la II Guerra Mundial, admitiéndose a personas de apellidos españoles corrientes, aunque considerándolos, abierta o disimuladamente, una especie de mancha o defecto, y tratando, en general, a los demás como masa de maniobra política. Debe reconocerse que, dada la complacencia o pasividad de que durante más de treinta años han disfrutado los separatistas  por parte de los representantes de España, el éxito de estas demagogias ha sido considerable. A menudo encontramos exaltados separatistas en personas procedentes de otras regiones, y entre muchos se ha puesto de moda cambiarse los nombres y apellidos para “vasquizarlos” o “catalanizarlos”. Para parecerse a “la raza superior” o hacerse “digno” de ella, en definitiva.

Importa conocer estas cuestiones, que he abordado en Los nacionalismos vasco y catalán en la Guerra Civil, el franquismo y la democracia, y  trataré en un próximo seminario sobre los separatismos vasco y catalán. Pues, pese a tratarse del reto más trascendental que afronta hoy España, el fondo del asunto es solo muy vagamente conocido por la mayoría. Incluidos políticos y periodistas.

 

   

 

Esta entrada se ha creado en presente y pasado. Guarda el enlace permanente.

29 Respuestas a El racismo en el separatismo catalán

  1. manuelp dice:

    Jeje, si, los delirios sobre el carácter “pirenaico” también los tenía Pio Baroja- aunque él lo llamaba “alpino”- pero con más distancia e ironía que el tal Almirall aunque también caía en ser él mismo un “soñador” de tomo y lomo.

    Todas estas gilipolleces, a mí me resbalan  porque he vivido en primera persona lo que es tener un abuelo de puro tipo “pirenaico” y sin embargo de carácter totalmente “soñador”, como el del más tópico sureño.

  2. Pío Moa dice:

     

     

    No olviden el toque carolingio:

    Sorprendentemente, continúa la polémica entre nacionalistas. Mi corresponsal de Reus me envía la siguiente nota del señor Bofarull i Bofarull, de la Universidad Pompeu Fabra. Estoy de acuerdo con él en que apenas merece la pena hablar con los no carolingios:

    «He hecho polvo, materialmente, los argumentos del pretencioso pedante señor Carballeira O´Flanaghan, de la Universidad de Princeton –eso dice él, habría que ver qué hace en esa universidad–, el cual ni ha osado a replicarme. Aclarada la cuestión, me dedicaba yo, tan tranquilo, a mis tareas investigadoras, docentes y creativas, cuando unos alumnos me han mostrado las memeces vertidas por algunos individuos contra mí y, lo que es más grave, contra Cataluña. ¿Qué hacer? Pensé no gastar un minuto con gentes tan ineducadas e intolerantes, pero no podría callar sin hacerme cómplice de los desvaríos de unos personajillos grotescos, anticatalanes y anticientíficos, que siembran la confusión, dividen nuestras fuerzas y obran de hecho como agentes provocadores del nacionalismo español. Y me da igual si lo hacen pagados o gratis, y hasta con buena intención. Todo tiene un límite, y las buenas intenciones no pueden justificar la estupidez, la falsedad y la ignorancia.

    Ha destacado por su falta absoluta de seny el señor Eguaraz Hernandorena, quien con inenarrable desvergüenza me exige reconozca, con el corazón en la mano, que los vascos bla-bla-blá, y los catalanes están muy por debajo de ellos en diferencias nacionales. Muy bien, pues con el corazón en la mano dígame usted, lenguaraz Eguaraz: ¿Son los vascos tan europeos y civilizados como los catalanes, ein? ¿Tienen algo de carolingios, ein? Lea y medite, buen hombre, si se lo permiten sus cortas entendederas, estas frases simplemente iluminadoras del Molt Honorable Jordi Pujol, pronunciadas en una visita internacional a Aquisgrán, sede del gran Carlomagno: “Cataluña nació como pueblo y como nación hace mil doscientos años, como una marca fronteriza del Imperio de Carlomagno. Cataluña es el único pueblo del Estado español que nace ligado a Europa y no, como los demás, como una reacción autóctona del legitimismo visigótico contra los musulmanes”. ¿Se entera usted, buen hombre?

    ADVERTISEMENT
     

    Si el orate Sabino Arana –sí, orate, aunque duela—, nos insultaba a los catalanes tratándonos de españoles, lo cual precisa una falta de pudor, de espíritu académico y de actitud dialogante difícilmente superable; si aquel orate, insisto, y si le pica se rasca, suelta tales dislates, nosotros, catalanes auténticos, esto es, nacionalistas, podemos afirmar sin faltar en lo más mínimo a la verdad histórica que ustedes, como los demás pueblos de la península, gústeles o no, a duras penas pueden llamarse europeos, y de carolingios, desde luego… ¡venga, hombre! A nosotros nos enorgullece nuestro carácter tolerante, nuestro seny, nuestro ese no sé qué tan difícil de definir, pero evidente para cualquier observador imparcial, que nos sitúa a otro nivel, ¿comprende usted? Y le dejo, pobre señor Eguaraz, por compasión no quiero pulverizarlo a usted, que tanta envidia demuestra ante la formación universitaria de otros. ¡Firma usted “Sin otro título que el de Buen Vasco”! Mire, muchacho, no quiero hacer sangre, pero créame que le vendría bien algún curso en la Pompeu Fabra, para quitarse algo del pelo de la dehesa.

    En cuanto a las chillonas, indoctas e ignaras tiradas del señor Brétemas sobre nuestro héroe y mártir nacional, el inolvidable Rafael Casanova, a quien homenajeamos fervorosamente los auténticos catalanes cada 11 de septiembre, y su torpe intento de sustituirle por Villarroel, las pasaré por alto: él mismo se califica con tales sandeces.

    Más lamentable me ha parecido que la oficiosa doña Aixa Modrejón Cogolludo dé a entender que Casanova pudiera ser un botifler, pero que lo que cuenta es que el pueblo crea otra cosa: mire usted, doña Aixa, eso podría valer para Andalucía, pero no para aquí. Aquí la gente no se deja engañar, porque el espíritu científico y racional está tan arraigado en la mente catalana, que no acepta cualquier bobada simplemente porque halague su fantasía. Si Casanova es nuestro héroe nacional se debe a que su heroísmo está perfectamente contrastado por las más rigurosas investigaciones históricas. No hay ahí mito, no hay capricho, créame. En la Pompeu Fabra lo tenemos muy claro.

    Usted, doña Aixa, es andaluza o andalusí, y como tal árabe-africana, como muy bien indicaba su buen líder Blas Infante. Pueden ustedes creerse, si quieren, el cuento ese de los “baños estupendos” andalusíes mientras los catalanes no nos lavábamos, y no voy a poner en cuestión las excelsas cualidades de la civilización andalusí ni su derecho a mandar a paseo a la maldita España. Pero es indudable que ustedes, como africanos, cultivan más la fantasía que la razón, y no me llame racista por señalar esta evidencia. Cada pueblo tiene sus peculiaridades; para qué, si no, querríamos separarnos de la infame España. Sin que ello entrañe ninguna superioridad o racismo. Bien al contrario, nosotros partimos de la tolerancia y la aceptación del “otro”, ¿entendido? Por eso no vemos inconveniente en aceptar que a ustedes les distingue la fantasía como a nosotros el espíritu científico, a ustedes la cultura africana como a nosotros la europea; a ustedes el toque arábigo como a nosotros el carolingio. A cada cual lo suyo, y todos tan contentos y bien avenidos, ¿no le parece?

    ¡Ah! Y eso de que Modrejón Cogolludo significa en árabe “la doncella dorada bajo la fuente”, mejor cuénteselo a sus compatriotas andaluces, porque si lo dice en Cataluña puede que nos dé un ataque de risa, y no es por ofender, ¿eh? Y, señor Brétemas, no se haga ilusiones: jamás su Villarroel sustituirá a Casanova en el corazón de los auténticos catalanes, ya puede usted subirse por las paredes o cantarlo en flamenco. Siga usted con sus fantochadas sobre el rey Miro y déjenos en paz a los catalanes, ¿vale? Y, volviendo al lenguaraz Eguaraz, es verdad que conmemoramos una derrota, pero una derrota digna y heroica, no una derrota vergonzosa y traicionera como alguna no tan antigua y de la que ustedes saben mucho, ¿eh? En pro del buen entendimiento entre los nacionalismos catalán y vasco me abstendré de entrar en detalles, pero quizá la palabra Santoña le indique a usted algo.

    Con la esperanza de que hayan entrado ustedes en razón y no tenga yo que perder más tiempo en clarificar algunas cosas elementales, les saluda con el más tolerante espíritu carolingio,

    Francesc Bofarull i Bofarull, de la Universidad Pompeu Fabra.»

  3. LeonAnto dice:

    Dice Moa: “Esa conducta ha variado solo ligeramente después de la II Guerra Mundial, admitiéndose a personas de apellidos españoles corrientes, aunque considerándolos, abierta o disimuladamente, una especie de mancha o defecto, y tratando, en general, a los demás como masa de maniobra política. Debe reconocerse que, dada la complacencia o pasividad de que durante más de treinta años han disfrutado los separatistas  por parte de los representantes de España, el éxito de estas demagogias ha sido considerable. A menudo encontramos exaltados separatistas en personas procedentes de otras regiones, y entre muchos se ha puesto de moda cambiarse los nombres y apellidos para “vasquizarlos” o “catalanizarlos”. Para parecerse a “la raza superior” o hacerse “digno” de ella, en definitiva.”.

    De momento, ya han hecho daño vasquizando o catalanizando los nombres de pila, “Idoia” López Riaño (“La Tigresa”), “Imanol” Arias Domínguez, “Boi” Ruiz García, “Josep Manuel” Basañez Villaluenga. En fin, y, qué decir de los pobres Carlos que se catalanizan como “Carles”, pronúnciese “Carlas”, sonando a nombre de mujer.

    Y cuando un nombre es parecido en castellano y catalán, siempre hay un acento salvador, tal Silvia por Sílvia, Eulalia por Eulàlia, etc. 

  4. Anselmo dice:

    LeonAnto:
    -
    Esos pigmentócratas.
    -
    No sé cuál sea el origen de tanta injusticia, pero sería interesante averiguar el origen racial de todos los obispos y militares de alto rango que hubo a lo largo de la historia de los virreinatos. Gracias a este dato se podría saber si de veras había una relativa igualdad de oportunidades durante los virreinatos, un estado de cosas que después los criollos echarían abajo, justificados décadas después, en parte, por la ideología biologicista, o si, por el contrario, los propios españoles desarrollaron el sistema pigmentocrático, el cual, por comodidad, sigue vigente en lo esencial a pesar de las numerosas excepciones a la regla.
    -
    La entrada pigmentocracia aparece en la wikipedia. Cito lo siguiente:
    -
    En el siglo XVIII con la consolidación de las sociedades de castas, el color de la piel y el porcentaje de sangre indígena que se adquiriera en función del nacimiento y, en función de las mezclas y cruzamientos, hizo que se establecieran una serie de castas y “cuadros de castas” en los que, en función del porcentaje de sangre indígena o blanca, se construía un estereotipo basado en los rasgos físicos o denominaciones raciales, sociales y culturales dando origen a una diferenciación racial o de castas de más de 40 tipificaciones, en función de las hibridaciones y cruces sanguíneos.
    -
    Ejemplo: El castizo poseía 15 partes de sangre blanca y 1 parte de sangre india, el criollo 7 partes de sangre blanca y 1 parte de sangre india, el mestizo 50% de sangre española y 50% de sangre indígena. Y así sucesivamente, hasta crear cuarenta distintas tipologías basadas en hibridaciones biológicas con nombres tan sorprendentes como “desabrido, lobatón, tente en el aire, torna atrás”.
    -
    (…)
    -
    En casi toda América Latina, la jerarquización racial aún se mantiene vigente aunque de manera encubierta, oculta y vergonzante y son escasos los países en donde este racismo biológico vinculado al color de la piel se manifiesta de forma burda y racial como en el caso de Guatemala, en donde la pigmentocracia, continúa siendo uno de los factores determinantes para definirse identitariamente y a su vez, para definir al Otro en función de los rasgos físicos y del color de la piel.12
    -
    No obstante, en otros países como Bolivia, Ecuador y México, a pesar del mestizaje o de la mestizofilia, como ideología de la identidad nacional y de cohesión socio-racial, la discriminación basada en la pigmentocracia o en el color de la piel, aún sigue estando vigente, no solo en el ámbito de la estructura social, sino vinculada a los espacios de convivencia, educación, laboral y de acceso a los servicios del estado, en otras palabras, es uno de los elementos claves para justificar la exclusión social, la opresión y la dominación.
    -
    Sin duda, América Latina es una de las regiones del mundo en la que el fenómeno de la pigmentocracia alcanza uno de sus más claros ejemplos, puesto que casi la totalidad de países que la integran comparten un pasado común de colonización hispano-portuguesa, en el que se estableció la posición más alta en la jerarquía de la pirámide social para los colonizadores, mediante el argumento de la necesidad civilizatoria de los pueblos conquistados y la consideración de éstos y de su cultura como inferiores. Estas consideraciones históricas afianzaron en buena medida la consolidación y puesta en marcha de la estructura pigmentocrática que hoy en día, de una forma u otra, prevalece en la mayoría de los países que integran la región.
    -
    http://es.wikipedia.org/wiki/Pigmentocracia

  5. LeonAnto dice:

    Anselmo 21.24, “nihil novum sub sole” (nada nuevo bajo el Sol).

    Ya los criollos, en Caracas, se oponían a los pardos:

     http://www.efemeridesvenezolanas.com/sec/his/id/452/?show=1

    Pequeño detalle en el México actual:

    http://www.proceso.com.mx/?p=323924

    Nada me extraña, pero me hace gracia, si es que puede hacerla, que en esos países “latinoamericanos”, a pesar de que el mestizaje o la mestizofilia, es la ideología de la identidad nacional y de cohesión socio-racial, la discriminación basada en la pigmentocracia o en el color de la piel, aún sigue estando vigente, no solo en el ámbito de la estructura social, sino vinculada a los espacios de convivencia, educación, laboral y de acceso a los servicios del estado, en otras palabras, es uno de los elementos claves para justificar la exclusión social, la opresión y la dominación, como dice la Wikipedia.

     

  6. Anselmo dice:

    -
    En cualquier caso habría que observar que los españoles llevarían adelante un proyecto similar al de 
     
    sus ancestros indoeuropeos en el caso de la India. Los miembros de la casta brahmán han de tener un 
     
    fuerte componente indoeuropeo.
    -
    Estas gentes, según entiendo, también impusieron su religión sobre los locales y le dieron forma a la 
     
    India con el paso de los siglos.
    -
    Pero bueno, eso es un tema de los que domina 4c.
    -
    —————————-
    -
    En el caso del video [el de la vez pasada] que comparte LeonAnto anoto lo siguiente:
    -
    La situación está generalizada en el mundo de la publicidad. Si no salen muchos negros y mulatos en el 
     
    video del mundial, conforme a proporción según la población brasileña, es porque los brasileños, 
     
    quizás sin darse cuenta, no quieren exhibir una imagen de pobreza. Ellos mismos, en la publicidad 
     
    local, han de preferir no sacar mulatos.
    -
    En México se nota. La publicidad enfocada a gente adinerada muestra gente blanca. La publicidad dirigida  a las clases populares muestra mestizos.
    -
    En las telenovelas (culebrones), según tengo entendido, aparecen personajes que supuestamente son de las clases populares, pero los actores suelen ser blancos. Un productor decía que cuando usaban actores mestizos como protagonistas el rating caía.
    -
    ———————
    -
    Recuerdo que un periodista decía que en un estudio realizado en los Estados Unidos se observaba que 
     
    las niñas negras preferían las muñecas que representaban rubias. Después de soltar la noticia el 
     
    periodista se lamentaba. En lo personal, me parece que el experimento indica de que la mente humana 
     
    tiende a querer transmutarse en lo que considera superior, aunque esa superioridad de tipo biológico 
     
    no sea esencial sino temporal.
    -
    En fin. 
    -
    Si los chinos llegan a dominar el mundo ya se verá que la belleza de las asiáticas (particularmente en 
     
    el caso de las coreanas) se tomara como el estándar universal en el mundo de la publicidad.
    -

  7. Anselmo dice:

    Es lo mismo, pero se ve mejor:
    -
    En cualquier caso habría que observar que los españoles llevarían adelante un proyecto similar al de sus ancestros indoeuropeos en el caso de la India. Los miembros de la casta brahmán han de tener un fuerte componente indoeuropeo.
    -
    Estas gentes, según entiendo, también impusieron su religión sobre los locales y le dieron forma a la India con el paso de los siglos.
    -
    Pero bueno, eso es un tema de los que domina 4c.
    -
    —————————-
    -
    En el caso del video [el de la vez pasada] que comparte LeonAnto anoto lo siguiente:
    -
    La situación está generalizada en el mundo de la publicidad. Si no salen muchos negros y mulatos en el video del mundial, conforme a proporción según la población brasileña, es porque los brasileños, quizás sin darse cuenta, no quieren exhibir una imagen de pobreza. Ellos mismos, en la publicidad local, han de preferir no sacar mulatos.
    -
    En México se nota. La publicidad enfocada a gente adinerada muestra gente blanca. La publicidad dirigida  a las clases populares muestra mestizos.
    -
    En las telenovelas (culebrones), según tengo entendido, aparecen personajes que supuestamente son de las clases populares, pero los actores suelen ser blancos. Un productor decía que cuando usaban actores mestizos como protagonistas el rating caía.
    -
    ———————
    -
    Recuerdo que un periodista decía que en un estudio realizado en los Estados Unidos se observaba que las niñas negras preferían las muñecas que representaban rubias. Después de soltar la noticia el periodista se lamentaba. En lo personal, me parece que el experimento indica de que la mente humana tiende a querer transmutarse en lo que considera superior, aunque esa superioridad de tipo biológico no sea esencial sino temporal.
    -
    En fin. 
    -
    Si los chinos llegan a dominar el mundo ya se verá que la belleza de las asiáticas (particularmente en el caso de las coreanas) se tomara como el estándar universal en el mundo de la publicidad.
    -

  8. Hegemon dice:

    El componente racial siguió después de la IIGM por el lado de la lengua y por lo que meciona Moa sobre los “hechos diferenciales” y todas esas tonterias. Es un racismo de baja intensidad, encubierto y victimista en vez de agresivo. Pues parece ser que después de tanto esfuerzo, proselitismo y dinero según una encuesta de los propios gobiernos vasco y catalán, el uso del español ha aumentado en los ultimos años dentro de sectores como la familia y los amigos disminuyendo el uso del vasco y catalán en aquellos ámbitos en los que los nacionalistas habían puesto mayor empeño. A todo esto se añade que después de un estudio sobre la natalidad en Cataluña, sin la emigración de los años 60 y 70 de todas las partes de España a Cataluña la población catalana en la actualidad no superaría los dos millones. Con todo esto se perciben dos cosas: La primera es que las bases racistoides de los nacionalismos no se apoyan en nada racional, ni antes ni ahora tanto en la raza como en la lengua sino que es un argumento totalmente artificial y oportunista, y que los nacionalismos se han acentuado por aquellos emigrantes agradecidos o que persiguen una aceptación de los nacionalistas para hacerse perdonar su procedencia con lo que estos nacionalismos se han desnaturalizado aún más que el propio original. No es ya la defensa de una nación o raza que no existe sino que es más evidente la negación, es decir, la característica no es la exaltación de la raza sino la negación de lo que son, de ir contra todo lo que sea español.

  9. Hegemon dice:

    No es lo mismo la descriminación de castas con el racismo real. En los hispano jamás se ha llegado a los niveles de racismo sufridos en y por otras naciones.

  10. Anselmo dice:

    -
    Bueno, LeonAnto, si ves a esa niña pidiendo limosna en México te entran sospechas, y más si no conoces ciertos medios rurales. En Jalisco y en otros estados, como en Veracruz, hay pueblos de gente blanca que, en efecto, es muy pobre y vive aislada. Luego acaba en las ciudades padeciendo de todo, un poco como en el caso de esta niña, que aunque mestiza sigue pareciendo blanca, por aquello de lo güero y los ojos verdes. Parece que esos pueblos eran originalmente asentamientos de campesinos castellanos que la corona trajo durante los virreinatos. Creo recordar que Moa decía que entre las discusiones sobre qué hacer con los nuevos territorios algunos hablaban de colonización directa con campesinos o algo así. Parece que la idea funcionó un tiempo y la cosa acabó así. A mí me parece que es un tema de estudio interesante, y quizás original pues por no ser indios no se les hace caso en la antropología oficial.
    -
    Por otra parte, si de la niña la gente sospechaba no es cosa del todo gratuita. En estas tierras hay una especie de intercambio. Cuando los gringos matan, o bien, cuando secuestran a sus propios hijos, a veces se esconden en México. Al revés lo mismo. Hay gente que está en Estados Unidos sólo porque debe muertes.
    -
    En donde antes vivía, en el lugar en que solía comer, seguido veías a una preadolescente gringa que llegaba a comprar comida como a eso de las diez de la mañana. Después de un tiempo empezó a llegar con su padre.  Se quedaban sentados, mudos, viendo la basura que salía en la televisión, una revista matutina. Después de platicar con ellos un tiempo se supo, por la dueña del negocio, que el tipo andaba huyendo con su hija para que no se la quitara su esposa.
    -
    Un tiempo vivieron así. Pero se fueron alejando del negocio que digo conforme este se fue transformando en una especie de bar clandestino para los tipos de la facultad.
    -
    Seguro era una vida difícil.
    -

  11. Hegemon dice:

    Perdón, se escribe “la discriminación

  12. Anselmo dice:

    -
    Ojalá que estén bien el gringo y su hija. Yo me desesperaría y me tiraría a la bebida si tuviera que andar huyendo en otro país.
    -

  13. Pío Moa dice:

    El sistema de castas en India no tenía mucho que ver con las llamadas castas en Hispanoamérica, creo.

  14. menorqui dice:

    No es una cuestión de pigmento. En Chile me parecía evidente. Hay una sociedad, o había, los “cuicos” todos blancos. Sin mácula racial, que es el país. Fundamentalmente congregado en el barrio alto de Santiago. Pero no es porque fuesen blancos, sino porque son los descendientes de los conquistadores de Chile. A través de las generaciones, unidos con gentes de todo tipo, europeos. Y abajo están los mestizos, pero también los descolgados, los blancos que no son cuicos, los perdedores de los europeos llegados allí, y todos ellos formaban la gran masa de “los rotos”, grupo en realidad bastante clasificable. En el formato de castas hindúes: Los sabios, los guerreros y los jefes-comerciantes, son las castas altas, blancos. Los sirvientes, son todos los demás: blancos sin suerte incluidos. Y por debajo de todos ellos, los intocables, los que apenas forman parte de la sociedad: los que allí llaman “indios”: básicamente los mapuches (araucanos). La pulcritud racial de la minoría blanca se ha ido sosteniendo continuamente por los llegados de países europeos, de España principalmente, mucho vasco ha ido allí, concretamente. Una inmigración extraña, porque aunque puedan tener recursos y aportarle al país, pasa lo mismo que con el inmigrante pobre: que no sabe nada del país. Entre la “aristocracia” chilena hay una alienación del terreno bastante evidente. Viven ahí, creen que son el país y que los demás son sus súbditos, pero están y al mismo tiempo no están. Yo he conocido a cuicos de Santiago que no podrían ubicar el centro de la ciudad, que aquí en Madrid sería algo así como que uno que vive en La Moraleja no hubiera pasado nunca por la Puerta del Sol. Los habrá.

  15. Anselmo dice:

    Nada me extraña, pero me hace gracia, si es que puede hacerla, que en esos países “latinoamericanos”, a pesar de que el mestizaje o la mestizofilia, es la ideología de la identidad nacional y de cohesión socio-racial, la discriminación basada en la pigmentocracia o en el color de la piel, aún sigue estando vigente, no solo en el ámbito de la estructura social, sino vinculada a los espacios de convivencia, educación, laboral y de acceso a los servicios del estado, en otras palabras, es uno de los elementos claves para justificar la exclusión social, la opresión y la dominación, como dice la Wikipedia.
    -
    Pues es como en todo. La Iglesia, por ejemplo, lleva siglos insistiendo en la caridad, y ya ves. Va uno y se compra un coche en vez de alimentar a unos ancianos que lo han perdido todo en la crisis reciente. Los propios obispos, ahora que los miento, viven como gente de clase media alta, ajenos, según parece, al problema del hambre entre los más miserables. Así es el hombre, contradictorio. Las palabras que echa son, a lo mucho, medios para tratar de corregir conductas despreciables.
    -
    En el caso de los pigmentócratas, lo mismo. Dicen una cosa, hacen otra.
    -
    Pero de todos modos la institución pigmentocrática tiene fisuras y hay ascenso social.
    -
    Lo malo de la pigmentocracia es que vuelve más difícil cualquier meritocracia más o menos efectiva.
    -
    La pigmentocracia determina un mayor desperdicio de recursos humanos que en el caso de una sociedad étnicamente muy homogénea.
    -
    ————————–
    -
    Los grandes perdedores en estos casos son los indios, y más cuando sólo hablan su lengua. Sobre ellos recaen los prejuicios más burdos. Pienso un poco en mis amigos. Si cualquiera de ellos llegara con una india de rancho a modo de novia, de esas que se visten como en otros tiempos, este hombre sería visto como un pobre diablo, o como un loco. A nadie le parecería natural que una relación semejante pudiera surgir.
    -
    A un hombre semejante le caerían las peores burlas y los reclamos más violentos. Su elección sería vista como la culminación de una desgracia.
    -
    Y, en el fondo, no habría nada de malo en la india. No beben. No fuman. Van a misa. Tienen mejor salud que tú. Se duermen temprano y saben hacer de comer.
    -
    Pero juraría que muchos preferirían tener un hijo maricón antes que tener a una nuera de esta condición.
    -
    Y así nos va. 
    -
    ———————–
    -
    O bien, también es cierto lo que dice Menorqui. Hay una élite de blancos. Y abajo están los demás. Mestizos con perdedores blancos peleándose por los lugares disponibles en las clases media y media baja, y luego, al final, los indios. Los negros son como nuestros intocables. Oficialmente no existen, y como les decía una vez, incluso en una ocasión, cuando hubo una exposición sobre la vida de los pueblos de negros que hay en México, hasta hubo amenaza de bomba y el evento fue cancelado.
    -
    La élite de la élite está formada por los hijos de mexicanos con extranjeros. O por hijos de extranjeros. Slim es hijo de libaneses, por poner un caso.
    -
    También es normal que estas gentes nazcan en EUA. En caso de que todo reviente nomás huyen a Estados Unidos.
    -

  16. menorqui dice:

    La situación en India es más extrema, y mucho más complicada. Ellos se clasifican, lo primero, por religiones. Entre los hinduistas, que forman la gran masa de indios, la sociedad normal, rigen las castas. La mayoría no se mezcla con alguien de otra casta. Son como tribus de gitanos que sólo se mezclan entre los de su misma tribu. Ellos tienen una gran familia y eso es su casta. Más importante que el país. Los que viven fuera de India, mantienen esas mismas costumbres. No tienen que ver con el territorio sino con la sangre. Esa es su verdadera religión. Dada la endogamia, las castas son razas. Las más altas son efectivamente de piel más clara, como los iraníes, como los europeos, y las más bajas son de piel oscura, prácticamente negra. Y no se verá uno de casta/raza alta entre los miserables, a no ser que le haya pasado o haya hecho algo muy grave. No se dejan tirados entre familiares, allí. Es algo muy mal visto. Aunque los tribales llamados allí rabari o banyara, que son de castas guerreras pero nómadas, y de piel clara, sí pueden estar entre esos miserables. 
    Así muy por encima. El caso es que son fronteras claras y difícilmente violables. 
    Y luego están todos los que no son del todo hinduistas, y los musulmanes, y los cristianos, y muchos otros.
    Cada uno de estos grupos que están fuera del hinduismo viene a ser una casta más que más que nada se mezcla endogámicamente.
    Un europeo blanco es fácilmente integrado en la casta de los suyos, de los europeos, y de él se espera que haga lo que hacen los de su casta, y que tenga sus costumbres. La gente de una tribu se parece.
    Pero ser blancos no da una superioridad sobre los negros. Un negro inglés sería, una vez aclarada la situación, uno de la casta de los extranjeros, igual que lo sería uno rubio. Un negro les parece feo. Porque para ellos los buenos, es decir los mejores, que también son los guapos, los deseables, son de piel clara. Ese es el pensamiento común. Pero bueno, pues como en todas partes, como Obama parece más blanco que negro, o a Michael Jordan, pues no le veía nadie que su esencia fuese su morenez de piel.

  17. menorqui dice:

    Pues hay indias, de ahí, digo, de su tierra, Anselmo, realmente guapas. La gente somos prácticos hasta para amar.  

  18. Wallaq 1 dice:

    Mi abuela era “cuarterona guaraní” y su madre era mestiza de la misma etnia, eran uruguayas. Ellas no sufrieron discriminación racial, las dos se casaron con españoles adinerados y las dos terminaron enterradas en tierras de Castilla. Un tío mío uruguayo me explicó que allá  consideran a las mujeres guaraníes muy hermosas.

    Saludos 

  19. Hegemon dice:

    Yo pasé una gran parte de mi infancia en Perú y en Ecuador. Visité Colombia y Panamá, Miami y México. Conviví con chilenos, argentinos, ecuatorianos, peruanos, y de muchas nacionalidades hispanas. Yo no encontré nunca el tema de la pigmentación. Yo iba a clase con gente chola, indígena, blancos o morenos, como les llaman allí. Más prejuicios había, si los había entre los propios del país. Entre españoles y locales mucho menos. Recuerdo que una chica española, joven y guapa, que estaba con los apdres trasladada en el Ecuador, se casó con un médico ecuatoriano, pero de raza morena, un poco cholo, como dicen allí. Era muy común encontrarse a ingenieros o gente de posibles, bien posicionada como militares con claros rasgos indigenas o africanos o morenos. Un vecino mío, General del ejército ecuatorinao, era de tez muy morena y rasgos indígenas, su mujer blanca y muy guapa. Se puede encontrar algo más de recelo en países que han sufrido una mayor emigración europea en el siglo XX, como la Argentina o el Brasil. En los países de centroamerica en los que viví, y a los que tengo un especial y gran cariño, no puedo decir nada en su contra. Tengo fotos de mis primeros años escolares en los que el grupo de clase bien podría ser uno de la ONU, multirracial, como la propia hispanoamérica. Mi profesora de 2º de EGB tenía rasgos indigenas y su marido, también profesor, muy moreno y el típico ecuatoriano con muy buena planta. Muy inteligente y buen profesor. Su hija, compañera mía, tenía rasgos indios más pronunciados que los padres. Otras familias tenían rasgos blancos, ojos azules, rubias de lo que queda de español pro allá.
     
    En Panamá me sorpredió la cantidad de negros que viven allí.
     
    En fín…….no sé que más decir salvo que no me fijo entre los espñaoles de allá y de acá por la “pigmentación”.

  20. Hegemon dice:

    Siempre que planifico un viaje mi preferencia se innclina por Hisopanomérica. Ni los paises del Africa, ni de Asia ni de otra parte me atraen tanto como Hispanoamérica.
     
    Cuando vayan por allá guardense de las mujeres hermosas hispanas, producto de cruce de muchas razas con lo que ha surgido todo lo mejor de cada una. Si van por el Caribe, Venezuela, Colombia o Puerto Rico se van a enamorar. En Puerto Rico encontré mujeres increíbles de tez morena, bien proporcionadas y rasgos únicos muy bellos. Los españoles no hemos tenido tantos miramientos para apreciar la belleza. Hemos sido libres en eso.

  21. Hegemon dice:

    Hace unos años en un enlace que puso Manuelp, que nunca recuerdo el nombre, con videos y películas de propaganda comunista, se podía ver el documental titulado: “Guerrillera”
    Dejen a un lado el burdo proselitismo ideológico que contiene el video. El tema que tratamos es la raza y la belleza de la mujer hispana. Pues aquí una hermosa mujer revolucionaria. Con mujeres así yo también me apunto a la “regolución” Yo no entiendo como puede haber gente que tenga recelos raciales y que desprecie bellezas así por sus hermosos rasgos y su preciosa piel morena. Los que las desprecian seguro que jamás podrán optar a un nivel de mujer así.
     
    http://www.youtube.com/watch?v=uv38sAkPNsQ
     
    Y aquí una cumbia de la que tanto escuché en mi infancia. Y la guerrillera, claro:
     
    https://www.youtube.com/watch?v=D80yzcpxsGc
     
    Y perdonen si he pecado de frívolo.

  22. Catlo dice:

    El estado de la cuestión rusa según Benegas:
    Más tarde, cuando Rusia actuó a hechos consumados, anexionándose Osetia del Sur y Abjasia, la UE se limitó a hacer tímidas advertencias. Meses después, las relaciones habían vuelto a ser completamente normales, como si nada hubiera sucedido. Obama, por su parte, decidió que la ocupación no debía enturbiar las relaciones ruso-estadounidenses. Y miró para otro lado. Claras señales para los dirigentes rusos de que sus acciones (esto es, invadir países vecinos) no implicaban costes.
    No es cuestión de demonizar a Putin, sino poner de relieve los peligros a los que se enfrentan las democracias occidentales que, en general, evidencian una profunda fractura entre gobernantes y gobernados. Pese a todo, estas democracias maltrechas en manos de liliputienses es lo único que se interpone entre nosotros y un orden nuevo, donde la causa de la libertad no existe siquiera como enunciado.
    Cierto es que aún quedan cabos sueltos para que la alianza Chino-Rusa sea sólida (posiblemente antes de finales de año salgamos de dudas). Sin embargo, mejor será que los líderes occidentales, si es que se les puede calificar como tales, empiecen a buscar en el armario los viejos pantalones a cuadros. Porque, dentro de unos años, o quizá mañana mismo, la niebla de la guerra podría envolvernos a todos.


    http://vozpopuli.com/blogs/4340-javier-benegas-la-niebla-de-la-guerra

  23. Catlo dice:

    Eso del “nuevo orden mundial” empieza ser un sarcasmo tremendo. Lo que hay es un creciente caos mundial en buena medida provocado por los que quieren ponernos en orden, en algún orden, a todos. Cuantas más energías se destinan a poner algún orden interesado y artificioso tipo UE, por ejemplo, más crece la entropía.

  24. Arcangel dice:

    Hegemon Buenos días.

    Nada de frívolo, parece que hoy sabe bien de lo que habla.

    Aunque mucho menos viajado por las Américas y habiendo visitado por ejemplo Puerto Rico. Estoy de acuerdo con lo que dice.

    Como sea creo que es cierto que hay ciertas reminiscencias lógicas en Hispanoamérica desde los grupos sociales que se imponían en el pasado. Pero la cosa ya no parece tan pronunciada en el presente, como para catalogarlos a la altura de las castas en La india.

    Aparte de esto se puede remarcar el vigor e influencia que mantienen hoy en día muchas comunidades y poblaciones aborígenes en zonas colonizadas por los Españoles, a diferencia de otros imperios.

    Un saludo cordial

  25. Hegemon dice:

    Yo siempre sé bien de lo que hablo. Otra cosa es que esté equivocado o no.

  26. Arcangel dice:

    Hegemon,

    Perdone Ud. pues y le ofrezco mi rectificación. Debí decir:

    ,parece que hoy anda bien acertado en lo que escribe.

  27. manuelp dice:

    Hegemon

    El enlace es este.

    http://www.pcoe.net/CINE/videos.html

    En cuanto al tema de la colonización española de América, ya por sabido cansa, pero no está mal poner alguna cosa nueva por si algún gaditano ve algo de luz por casualidad.

    Eso, «ficciones»: pero ficciones criminales, han sido los relatos de la conquista de América por España, escritos por sus enemigos, y aun por sus hijos…, malos o petulantes. Gracias a Dios, yo no pasé ese sarampión de la aversión, o, por lo menos, de la piedad un poco despectiva hacia la madre. Yo no dudé nunca de España en su obra de Ultramar. ¿Por qué había de dudar, si en su historia peninsular el genio español se me presentaba como el supremo de Europa? ¿Por qué el pueblo que llegó antes que ningún otro a la fórmula maravillosa de nuestras Cortes, que engendró al Justicia de Aragón, que desde su legislación más antigua subordinaba el poder regio al Derecho, que se unificó por amor y no por la fuerza, había de olvidarse de sí mismo, al salir en su acción fuera de su territorio?
    Y que no se olvidó, es notorio y evidente. España, que no exterminó –como otras naciones– las razas indígenas en los territorios que conquistó, las elevó hasta sí. España fue la gran «blanqueadora de razas». Pasados dos siglos desde la conquista de América, los indígenas se habían tornado blancos, y habían asimilado toda la civilización de los blancos. En América ya no hubo dos razas, la conquistadora y la conquistada. No hubo más que una: la que resultó de la unión de aquellas dos. Los americanos eran los hijos de los conquistadores, llegados de España. Los malos españoles no se han fijado en esa colosal transmutación, cuando hoy mismo en donde las razas indígenas no han desaparecido exterminadas, se conservan separadas por infranqueables barreras, las dominadoras y las dominadas. Si alguna vez se han visto obligados a poner su atención en ese hecho, no ha sido para encomiarlo, sino para preferir con gesto avinagrado la reducción a una, de las dos razas, por las matanzas diabólicamente organizadas, o para ensalzar como la obra maestra de la habilidad colonizadora el mantenimiento de los abismos que separan a las razas.
    Claro está que España no consiguió todo ello por taumaturgia. Comenzó por inundar de iglesias y escuelas todo el territorio americano; introdujo luego en él la imprenta, un siglo antes que en sus posesiones la introdujera Inglaterra; merced a ella, editó gramáticas y catecismos en todos los dialectos indígenas; substituyó después el violento esfuerzo muscular de los pobladores con las bestias de carga, ruedas hidráulicas y artefactos industriales; enseñó a los indígenas los oficios propios de su condición, el beneficio de los metales, la fabricación de tejidos, el curtido de las pieles, la producción de loza y vidrio; importó animales, semillas y útiles para la agricultura; adaptó a las circunstancias la gran institución española del Municipio; promulgó el maravilloso monumento que se llamo las leyes de Indias; y encendió, por último, esos dos faros del saber: las Universidades de Lima y de Méjico. ¿Que hubo violencias? ¿Que hubo injusticias? Pero ¿qué país colonizador puede mostrar sus manos limpias de sangre? En cambio ninguno puede presentar, fuera de España, al lado del abuso, su condenación en las vehementes palabras de Las Casas, en la defensa de los derechos naturales de los indios, hecha por el gran Vitoria, y en la reprobación y prohibición de la esclavitud por Isabel la Católica.

    http://filosofia.org/hem/dep/abc/9250221.htm

  28. Hegemon dice:

    Bueno, pues nada Arcángel. Muchas gracias, hombre. Celebro que esta vez “acierte” para usted. Pero creo que no se trata de “acertar” sino de ofrecer un parecer que, repito, puede ser equivocado o no o no ser compartido por los demás participantes. Lo que he dicho hoy son experiencias y vivencias personales. Muy subjetivas. Si se acierta o no es otro cantar. Cuando se habla de datos o de algo menos subjetivo, aunque sean pareceres, se debe saber de lo que se habla y estar seguro de por qué se dice sin caer en la obcecación aunque el contrario no aporte nada que te haga cambiar de opinión o incluso lo que aporte acentúe lo que has dicho antes. Y si es con algún enlace y fuente, mejor.