La peor consecuencia de Trafalgar / El espíritu del PP / La generación del 41

La peor consecuencia de Trafalgar

La derrota de Trafalgar no supuso la destrucción de la flota de guerra española, que seguía siendo poderosa. Lo que ocurrió fue que se la dejó pudrir en puertos, y durante unos cuarenta años no se construyeron en España más buques de guerra. Esto solo podía beneficiar a los ingleses, dado que la flota era esencial para mantener el imperio americano,  cuyo dominio económico y protectorado político interesaba mucho a Londres.  Trafalgar fue producto de una alianza con Francia, que casi siempre resultó perjudicial para España. Y la destrucción posterior de la flota, por abandono, fue un gran regalo para Inglaterra, la indeseable aliada del momento,  cuya diplomacia pudo haber tenido algún papel en dicho abandono, por su pesada influencia sobre unos políticos españoles extremadamente serviles, empezando por los de Cádiz. En este sentido, Trafalgar fue mucho más que una derrota naval para España, que pasó a potencia de tercera clase, intervenida en gran medida por Londres. Un tema a investigar. 

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La llamada represión de posguerra se presenta habitualmente como una venganza de los nacionales sobre personas que no tenían otra culpa que “pensar diferente”, es decir, pensar “democráticamente”. En realidad fue algo completamente distinto, en una situación de gran miseria heredada del Frente Popular. https://www.youtube.com/watch?v=7_rDxKU-zc8 

Por Que El Frente Popular Perdio La Guerra Civil

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El espíritu del PP

Tal como se expresa usted a menudo, parecería que el peor enemigo de la democracia y de España sería el PP, más aún que el PSOE o los separatistas. Eso parece extremar mucho las cosas, sacándolas de quicio. Suena hasta pintoresco

Pocas veces se han descrito mejor las carencias de la derecha que en las palabras del   ignorado catedrático citado por Florentino Portero:  no tiene formación histórica ni  ideológica y está condenada a alimentarse de los desechos intelectuales de la izquierda. En cuanto a la historia, su política es olvidarla como si no hubiera existido antes de la transición. Y no me refiero solo al franquismo, al que han terminado condenando, sino a la historia en general, con esos tópicos bobotes  sobre  el cainismo, guerracivilismo y demás. Como venía a decir Cayetana, hasta la transición o la Constitución del 78, la historia de España habría sido penosa, idea que viene de los regeneracionistas, de Ortega, Azaña y demás. Comparten en definitiva la visión  negativa del PSOE sobre la historia de España,  como decía Julián Marías. Con esa perspectiva, la política se transforma en un continuo chanchulleo por los puestos, las cuotas de poder y el dinero, sin nada sólido debajo. Mejor dicho, con la mentira y la falsedad histórica debajo.

Pero el PP defiende la unidad de España y la democracia, al menos de palabra.

Las defiende de palabra, porque su yacimiento de votos es más o menos patriota y debe explotarlo. Pero no tiene un concepto más claro del asunto que el reparto de poder y dinero. Su concepto de la propia España es inglés, elaborado en Inglaterra. Ya señalaba Ramón Salas Larrazábal la anglofilia, más bien anglomanía, de la clase alta española. Eso se percibe también en VOX, en una parte de VOX. Y es una opinión muy extendida. Fíjese en que la ley de memoria histórica no solo falsea el pasado, es que su carácter es soviético. ¿Acaso se opuso el PP a ella? Al contrario, se esforzó en aplicarla, a veces con más celo que la izquierda. Ese es su concepto de la democracia: el chanchulleo entre amigachos, pese a que los amigachos lo desprecian.

Ha dicho usted que una parte de VOX viene a ser un PP radicalizado, como Podemos con respecto al PSOE.

Algo de eso es fácil de observar. Pero ante todo la cuestión es doble: si usted niega la historia niega la continuidad del país, niega el presente y niega el futuro. ¿Por qué siempre hablan de “mirar al futuro”?  Porque tratan de olvidar el pasado. ¿Lo quieren olvidar porque es malo? No, porque ellos son los malos, los mediocres y corruptos. ¿Qué futuro puede esperarse de ellos?

¿Entonces?

Entonces para recuperar la democracia y asegurar la unidad nacional es preciso recuperar la historia. Esto es esencial,  condición necesaria, aunque no suficiente. Hacen falta otras cosas también. Pero sin esta seguiremos a merced de los vientos que soplen.

Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))

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La generación del 41.

El método de las generaciones literarias para distinguir renovaciones de temas e intereses, que se darían cada 15 años más o menos, ha sido criticada, no obstante lo cual siguen aceptándose tres de ellas, la del 98, la del 14 y la del 27. Después parece no haberse distinguido ninguna más.  No existe una generación de la república, que se benefició de las dos de la Restauración y la de la dictadura. Pero sí es perfectamente posible distinguir otra unos quince años posterior a la del 27 y posterior también a la guerra civil, una marca decisiva: la de los escritores y artistas que comenzaron a escribir o a revelarse hacia los años 41 0 42. 

Por esas fechas o algunos años después empezaron a destacar  novelistas como Cela, Delibes, Torrente Ballester, Ignacio Agustí, Gironella,   Zunzunegui, Carmen Laforet, García Serrano y otros, un conjunto que probablemente no ha sido superado después. Son también los años de poetas como Celaya, Ridruejo, Blas de Otero, Rosales,  Leopoldo Panero, Eugenio de Nora, etc. De ensayistas, historiadores y pensadores como Laín, Tovar, Rof Carballo, Díez del Corral, J. A. Maravall… En fin, es nutrida la nómina de escritores en todos los estilos, más pintores o arquitectos, a los que hay que añadir filósofos como Zubiri o Javier Marías, músicos como Rodrigo (su “concierto de Aranjuez, una de las piezas musicales españolas más conocidas internacionalmente, se estrenó en 1940). Cabria incluir a Escrivá de Balaguer, cuya obra Camino   ha sido el escrito religioso español más influyente en el mundo, en el siglo XX… Vale la pena señalar que un número elevado de estos autores perteneció a la Falange, aunque la mayoría tuvieran una trayectoria posterior contraria. 

En fin, la lista de autores y obras, que se haría interminable para un artículo, basta para hacerse una idea de la inferioridad intelectual y artística de quienes decidieron calificar aquella época como un “páramo cultural”.  Añadamos que los representantes más valiosos de las generaciones anteriores –no hará falta nombrarlos aquí– siguieron trabajando y produciendo abundantemente en los años 40 de aquella España que la trivial historiografía, literatura y periodismo posteriores se han complacido en denigrar, seguramente por ocultar su propia malévola medianía.

Definitivamente, existió una valiosa Generación del 41. Que requiere estudios adecuados. En “Años de hierro” he tratado la cuestión en líneas generales. Es una lástima que el artículo de Julián Marías “La vegetación del páramo” no haya dado lugar a estudios a fondo sobre tema tan interesante, pero nunca es tarde.

Años de Hierro: España en la Posguerra 1939-1945 de [Pío Moa Rodríguez]

 

 

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El catolicismo y España / Ombliguismo paleto / La discusión de Los Galayos

El catolicismo y España

Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))

Si las divinidades de la antigüedad hoy nos parecen absurdas, ¿por qué no es lo mismo con el Dios cristiano? Hoy, las sociedades europeas, por ejemplo, ya no creen en él o al menos gran parte de ellas han abandonado esas creencias, y no se ve que la gente se desespere. Al contrario, creo que en Europa se vive con más riqueza, comodidad y libertad que en casi todo el resto del mundo. Pero hagamos una pequeña digresión: cuando se dice que España es católica o que no se explica sin el catolicismo, usted parece irritarse, pese a que sostiene que la religión explica la historia.

No me irrito, solo quiero expresar dos cosas: que el catolicismo no es una doctrina española, sino universalista, con centro en Roma, no en Madrid. España ha sido formada o inspirada por el catolicismo, pero igual ha ocurrido con toda Europa occidental, eso lo explica muy bien  el historiador inglés Christopher Dawson. Siendo Francia la nación preferida de Roma, no España. Y en segundo lugar que si el catolicismo está ligado a la época gloriosa de España, me refiero a los siglos XVI y mitad del XVII,  lo sigue estando a la decadencia posterior.

¿Habría dos catolicismos, por lo tanto? ¿El de auge y el de decadencia?

Las religiones, como todo, pasan por épocas mejores y peores. El catolicismo español  del siglo XVI era extraordinariamente vivo y dinámico, con gran fuerza intelectual. Por supuesto que en dos mil años la iglesia no ha logrado universalizarse, pero si se ha expandido tan extraordinariamente se debe sobre todo a  la acción española  misionera y contra el  protestantismo.  De no ser por España, puede que la Iglesia hubiera quedado reducida  en Europa a una situación como la de los cristianos en Oriente Próximo. Pero ese impulso hispano  se ha perdido desde hace siglos.  Y hoy, como usted dice y reconoce todo el mundo, España y Europa están descristianizadas. No es que el cristianismo o el catolicismo hayan desaparecido, pero están a la defensiva en sociedades que en su mayoría no se reconocen católicas o cristianas.  Que habría que ver, también, qué se entiende hoy por eso.

Azaña decía que España había dejado de ser católica. Se le achaca esa frase como una enorme equivocación, pero lo que quería decir es que todo el pensamiento occidental, y también el español, se desarrollaba al margen del catolicismo. Si eso era verdad ya entonces, cómo será ahora.

Azaña confundía sus deseos con la realidad. Socialmente estaba muy equivocado, pero desde el punto de vista intelectual no andaba descaminado del todo: la Iglesia ya no inspiraba grandes movimientos culturales, a pesar del esfuerzo intelectual defensivo que le reconoce en sus memorias el mismo Martínez Barrio, un masón de alto grado. Su influencia en la universidad y en las masas obreras era escasa y decayendo. Era mayor en el campesinado y las clases medias, pero se trataba de un catolicismo ritualista, a menudo milagrero y un tanto acartonado. 

Aquello de “cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y alma quieta”, que condenaba Antonio Machado… Esa sería la inspiración de la Iglesia sobre la sociedad, ¿no? Así lo sentía mucha gente. Sin embargo usted ha dado como uno de los grandes méritos del franquismo el salvamento de la Iglesia, de la cultura cristiana.

Y lo fue, sin duda. Un pueblo viejo no puede renegar de su pasado, como decía Menéndez Pelayo, sin entrar en una especie de imbecilidad senil. No tiene sentido volver al gótico, pero el gótico es parte de nosotros, y destruir sus templos es de locos. En la república y la guerra hubo esa especie de locura. Aquí entra otro aspecto, y es el odio feroz que  han profesado algunas ideologías a la Iglesia. Pero sin necesidad de persecución, la impresión que ofrece la Iglesia de entonces es la de un progresivo agostamiento.

Entonces el franquismo habría salvado algo que, en cualquier caso, ya estaba seco, sin savia. ¿Cómo se explica entonces la actitud martirial de  tantos clérigos? Si la Iglesia española estuviera moribunda  no podría haber ofrecido al mundo el ejemplo de sus mártires “y ni una apostasía”, como decía Claudel.

Es cierto, pero no cambia lo esencial. Y la mejor prueba es que, a pesar de las grandes ventajas que le ofreció después el franquismo, la Iglesia entró en declive nuevamente, ya en los años 50. Eso se ve en la creciente indiferencia hacia ella en la universidad, en el ambiente obrero y también campesino, incluso en las clases medias, la caída de los miembros de Acción Católica, por ejemplo. Los propios informes internos de la Iglesia lo  reconocen muy preocupadamente. Quiere decir que su capacidad inspiradora hacia la sociedad, hacía agua. No era solo en España, la crisis era europea, y  también del protestantismo. El Concilio Vaticano II se convocó para frenar aquel declive. Está claro que no lo consiguió, pero, y aquí viene el asunto, la Iglesia española fue totalmente incapaz de inspirar un nuevo Trento. El Concilio fue en gran medida un antiTrento. Y lo que es peor: el comportamiento de la Iglesia española fue a continuación el peor de todos, capaz hasta de renegar de quienes la habían salvado del exterminio. Esto es tremendo, realmente.

¿De acuerdo con Azaña, entonces?

No. Azaña percibía un fenómeno bastante real, pero él mismo, sus ideas y recetas sociales, no suponían ninguna solución. Al contrario. Sus remedios eran bastante peores que la enfermedad. Estamos en una época de crisis no solo de la Iglesia, de la sociedad occidental en general, después del auge de las ideologías. He tratado de analizar algo de eso en mi ensayo sobre Europa. 

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Ombliguismo paleto

Lo que encuentro en su blog es cierto paletismo u ombliguismo. El mundo está cambiando a marchas forzadas, Estados Unidos está en decadencia como foco de la cultura mundial que ha sido desde 1945, es una sociedad enferma con una división social tremenda, sin precedentes desde la guerra de Secesión, China está en plena expansión con sus proyectos gigantes de la Ruta de la Seda, o ciudades “del futuro”  como las megalópolis que salen con frecuencia en  documentales, o la  increíble de Xiongan en construcción. Con las amenazas crecientes de guerra por Taiwan y las perspectivas de la mayor revolución tecnológica de la historia. ¿Qué son al lado de tales hechos los pequeños problemas de España, la hispanidad, que no representa casi nada a pesar de sus cientos de millones de personas,  una  Iglesia en decadencia acelerada y otros temas de los que ustedes no salen? La misma Europa, con su UE, es hoy un asunto menor (…) Alexis R. 

Todo eso es verdad, y se está diseñando un mundo que personalmente me parece una pesadilla, no solo por lo que ocurre en Asia y el Pacífico, también por las sociedades “enfermas” occidentales. Pero el problema real no es lo que pase en el mundo, sino qué podemos hacer o representar como nación en ese mundo. ¿Quizá ya nada, aparte de vernos arrastrados por unas corrientes demasiado potentes? ¿Quizá podamos desarrollar un  espíritu propio ante tales retos? No lo sé. Prestarnos atención a nosotros mismos, buscar posibilidades, es más importante que contemplar como papanatas algo tan difícil de entender como lo que ocurre en el mundo. 

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La llamada represión de posguerra se presenta habitualmente como una venganza de los nacionales sobre personas que no tenían otra culpa que “pensar diferente”, es decir, pensar “democráticamente”. En realidad fue algo completamente distinto, en una situación de gran miseria heredada del Frente Popular. https://www.youtube.com/watch?v=7_rDxKU-zc8 

Por Que El Frente Popular Perdio La Guerra Civil

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La discusión de “Los Galayos”

De tu primera novela, o segunda, me llamó la atención la discusión entre Carmen y Alberto en la cafetería “Los Galayos”, de la Plaza Mayor, que he visitado para saber si existía entonces, y, bueno, resulta que sí.  Esos detalles me interesan. Carmen está desesperada porque Alberto decide irse a Rusia, cuando ella considera que la guerra ha terminado y que lo que tendrían que hacer es reconstruir su vida en las nuevas circunstancias, casarse y tener familia, etc., etc., lo que da miedo a Alberto. Y la discusión termina de un modo sucio, realmente obsceno, aceptando ella perder su virginidad que como católica reservaba hasta el matrimonio, que no llega, algo para ella sin duda importantísimo.

Como ves, no es la mera sucesión de aventuras que decías. Le di importancia a esa discusión, efectivamente. Una lectora me reprochó que su final se trataba de una violación, aunque fuera consentida. Tiene algo de eso, por la presión de las circunstancias, pero si es consentida no es del todo violación.  ¿Por qué acepta Carmen? Por la misma razón que él se lo propone, sabiendo el mal que le hace: porque ninguno está seguro de que volverá. Pero lo importante es la discusión misma. Carmen le acosa: ¿Qué se te ha perdido en Rusia, cuando aquí tienes la vida por delante? ¿Qué le importa al mundo si vas o no vas? ¿Crees que vas a cambiar la historia? Nadie, ni los más sabios, ni los más poderosos, puede hacerlo, las fuerzas del mundo son demasiado grandes para nosotros,  es preferible ser sensatos, etc. La defensa de  Alberto es poco convincente, pero de todas formas no hay marcha atrás, y de ahí el desenlace “obsceno”.

Sí, la posición de Alberto es la pura irracionalidad, es el sentimiento que se impone no solo a los razonamientos de Carmen sino al propio sentimiento de atracción que Carmen le produce, y no voy a decir que es inverosímil, yo creo que nos movemos más por sentimientos que por razonamientos y que a menudo los razonamientos son simples artilugios para reforzar los sentimientos. Eso lo vemos a cada paso, y siempre me ha parecido muy inquietante, aunque dijera Pascal lo de las razones del corazón incomprensibles para la razón, o algo parecido.

La discusión de “Los Galayos” ha de verse en relación con el ensueño de Alberto cuando se acercan en tren a Rusia por Polonia,  y el clima triste le da la sensación deprimente de avanzar hacia un monstruo que los devoraría. Y su ensueño en que “ve” a millones de hombres que marchan en trenes hacia el frente, desde el oeste y desde el este, sin saber bien por qué. Les impulsa la  voluntad de unos pocos hombres refugiados en castillos remotos, como empujados por fuerzas cósmicas pero que tampoco saben por qué hacen todo aquello. Ese ensueño es importante en el relato. No disminuye la decisión de Alberto, pero la integra en una actitud mental de relativa aceptación de un destino que le inquieta profundamente. Como cuando entra en posición en el Vóljof y presiente en el otro lado del río a un dragón agazapado que en cualquier momento volará echando fuego sobre la corriente para devorarlo a él y a sus compañeros…

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Personajes y situaciones

La llamada represión de posguerra se presenta habitualmente como una venganza de los nacionales sobre personas que no tenían otra culpa que “pensar diferente”, es decir, pensar “democráticamente”. En realidad fue algo completamente distinto, en una situación de gran miseria heredada del Frente Popular. https://www.youtube.com/watch?v=7_rDxKU-zc8 

(antes bastaba con pulsar un espacio detrás de un enlace para que este apareciese en azul y directamente “pinchable”. Últimamente no es así, no sé por qué

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Cuatro perros verdesSonaron Gritos Y Golpes A La Puerta (Ficción Bolsillo)https://www.amazon.es/Sonaron-gritos-golpes-puerta-Historica-ebook/dp/B007UQCJNI

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Personajes y situaciones

Por curiosidad he estado viendo  en Amazon las opiniones sobre Gritos y golpes, bueno, casi todas muy favorables, no pasa como con las de El erótico crimen, que la han puesto a cald0. Pero en realidad veo tres novelas en Gritos y golpes, y a propósito, las opiniones en Amazon son muy sucintas todas, me habría gustado verlas expuestas con más detenimiento, y me he preguntado: ¿por qué no lo explicas tú?

Mejor que lo expliques tú, ¿no? Tú las has leído, yo solo la he escrito.

Está bien, pero tú consideras la novela, en general, como heredera del mito, y siempre girando en torno al destino humano… ¿aunque se trate de un relato insustancial o puramente convencional, de pasar un rato, sin más, de usar y tirar como si dijéramos?

Así es.  Un relato insustancial es un intento fallido. Así y todo hay miles de novelas de ese tipo, y algunas tienen grandes éxitos de ventas. ¿Por qué? Por la misma razón que atraen a muchos lectores las partes de los periódicos dedicados al cotilleo, sobre todo el cotilleo sexual o porno atrae a los tíos. Como ves, la prensa actual tiene mucho de burdel. ¿Por qué tiene éxito? Porque las vidas ajenas, se cuenten como se cuenten, tienen siempre un atractivo para nosotros, según los gustos, claro, porque nos vemos reflejados en ellas. Nos dicen algo de nosotros mismos o creemos que nos ayudan a entender la vida. Pero explica tú el asunto.

Digo que son tres novelas mal hilvanadas entre sí, aunque cada una de ellas me ha parecido muy interesante. La primera, ¿qué refleja?, pues refleja unas circunstancias de total anormalidad social causada por la guerra y que se manifiesta en las personas, y he aquí que ello no causa ningún trauma a los dos amigos, Alberto y Paco…, ¡resulta que disfrutan en esa situación de incertidumbre y peligro! No digo que resulte  inverosímil, pero sí extraño que personas corrientes puedan sentirse identificadas con ellos. Participan en un atentado frustrado de unos separatistas contra Companys, donde están a unto de matar a Alberto, que no desiste…

El suceso tiene una base histórica, como sabes.

Y se dedican a sabotear a los rojos, contrabandeando gente perseguida a Francia, un trabajo peligroso pero que al mismo tiempo les da ganancias: consiguen un  capitalito, aunque no lo hagan por dinero; y terminan, junto con otro miembro de la Quinta Columna, matando a unos soldados republicanos que escapan a Francia llevándose a unos prisioneros a los que piensan asesinar.

Me he inspirado en hechos similares. Los que llamas equivocadamente republicanos eran del Frente Popular, y efectivamente, mientras escapaban a Francia perseguidos por los nacionales se cargaron a numerosos prisioneros.

Bien, nada que objetar. Luego, la relación de Alberto con las dos hermanas de Paco, también crea esa sensación de anormalidad y caos. Una de las hermanas, Luisa, es comunista fanática, y muy promiscua, y seduce a Alberto, puede resultar verosímil, también en tiempos normales, digamos que para los dos es una simple aventura sexual, en la que Alberto consigue por un tiempo engañar a Luisa sobre sus verdaderas actividades de, digamos, saboteador. Mientras,  la otra hermana, Carmen,   es católica y trabaja para la quinta columna.

¿Te parece raro? Miles de familias se rompieron por la mitad, unos en un bando y otros en el contrario.

Sí, bueno, es bien sabido Pero, en fin, Carmen y Alberto se enamoran, solo que de distinta manera, pues ella ansía ante todo que llegue la paz para casarse cristianamente y tener una familia cristiana, y a Alberto le da pánico tal perspectiva, quiere y no quiere comprometerse con la chica. La vida anormal que lleva le encanta en el fondo y la vida normal como futuro padre de familia le horroriza, diría que en otras circunstancias podría ser un delincuente peligroso, igual que Paco.

Yo no he intentado dar esa impresión. No es que los dos amigos sean grandes idealistas, pero no es solo  su afición a los peligros,  más en Paco que en Alberto. Ellos han visto lo que ocurría en Barcelona, Paco también en el frente, y se sienten comprometidos a luchar contra aquella situación.  No es que tengan convicciones ideológicas muy firmes, y menos aún religiosas, pero han escogido bando por razones de fondo humanitario. Ahora, también hay otros componentes psíquicos, como has dicho, como su  búsqueda de emociones fuertes, pero no conviene simplificar reduciéndolos a uno.

Bien, será como dices. Pero el fin de la guerra que a Carmen le parece el comienzo de la felicidad, a Alberto y a Paco les parece el comienzo del tedio y el vacío, sobre todo a Alberto, por eso aprovecharán una nueva ocasión, que es una nueva novela. 

Me parece que lo has explicado bien, aunque no entiendo por qué dices que el tránsito de una novela a otra está mal hilvanado. Alberto ha sufrido un gran trauma familiar, no soporta los lugares en que ha tenido ocasión todo, quiere huir del recuerdo de su familia, de  Barcelona, de Carmen y sobre todo de sí mismo, y escapa a Madrid. Allí vive un tiempo  angustiado, solitario, sin saber qué hacer. Encuentra un alivio en la tertulia de su pensión, un tanto hambrienta pero también alegre, y luego en la llegada de Carmen y Paco a Madrid.  Por un momento parece que va a estabilizar su vida, pero el mal le sigue atenazando. Por consiguiente encuentra una salida en la División Azul, junto con su amigo Paco. ¿Por qué está mal hilvanado?

Ya lo comentaremos, pero mi pregunta es: ¿qué tiene todo eso que ver con el mito?,  ¿qué tiene que ver con el destino humano o con la condición humana, tratándose de personajes y sucesos tan fuera de la normalidad y de una situación histórica caótica como las que raras veces ocurren? En eso me parecen mejor las novelas que ahondan en la psicología de personajes corrientes en situaciones corrientes, porque ahí ves muy bien cómo bajo los sucesos corrientes y molientes en situación de paz, se mueven muchas corrientes psicológicas, muchas contradicciones y dificultades. ¿O solo en situaciones de peligro de muerte se manifiesta la condición humana? Admitamos que tales situaciones resultan más espectaculares,  impresionan más, pero una buena novela psicológica me parece más interesante, de mayor altura, que una de acción.

Tal como tú mismo lo has resumido, precisamente las corrientes y contradicciones de que hablas están presentes en la novela. Y ahí está la dificultad de escribir una novela de guerra o de aventuras que no sea un relato trivial de gente trivial a la que le ocurren cosas sorprendentes o arriesgadas. Paco, Carmen, Luisa, los padres de Paco, el propio Alberto, no son personajes triviales u opacos. También podía haber sido un relato de buenos y malos con  final feliz, como esas películas épicas useñas sobre la guerra mundial. Eso sería  muy fácil, dada la situación creada. Pero no he oído a ningún lector decir que los personajes son simples, o lo son acciones y situaciones. Tal vez yo no he conseguido dar esa impresión, pero al menos muchos lectores vienen a entenderlo así. También en situación de paz y tranquilidad se producen esas corrientes. como dices. Puestos a eso, Cuatro perros verdes tiene bastante de novela psicológica como las que prefieres. Los cuatro son personajes complicados, en una situación que, como dice Chano, todos los días parecen iguales y no ocurre casi nada que llame la atención.

De Perros verdes ya hemos hablado mucho, y sí, me parece mejor trabada que la anterior, porque Gritos y golpes es una sucesión de aventuras, todo lo entretenidas que quieras, pero no hay una trama precisa, quiero decir que si el relato se limitase a la primera novela, quedaría perfectamente completo, pues las otras vienen a repetir a la primera.

¡Qué fracaso, si fuera así! No es la primera vez que oigo una crítica parecida, aunque hay otras que me parecen más comprensivas del sentido de la novela. Lo que está claro es que son novelas que permiten mucha interpretación, por lo tanto me supongo que serán buenas. Los relatos simples no dan mucho qué interpretar…

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**Dice el hipócrita intrigante Aguado, agente político del Doctor: “Quizá sea preciso hacer un “stop and go” en Madrid”. También anglómano el tonto del culo. Qué bueno sería poder despedirlo de una patada en el trasero. Y a tantos como él.

**La vida está llena de penas y alegrías, de éxitos y frustraciones. Nos apegamos a la vida con la idea implícita de que en balance sean más las alegrías que las penas, o bien con la esperanza de que lleguen a serlo. Imaginemos ahora una inmortalidad en la que las frustraciones y desdichas predominasen ampliamente sobre sus contrarios… ¿Y sería soportable una inmortalidad de éxitos y alegrías?

 

 

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Una declaración de guerra / Historia y religión (II) divinidad y angustia

Una declaración de guerra

Me pasan un vídeo con el Doctor en estafas proclamando sin rebozo la intención del Moños, a la que se ha adherido, de controlar a jueces y fiscales, al CNI, a la televisión y la radio, a la policía,  y disgregar España mediante lo que llama “autodeterminación” de Cataluña, Vascongadas y Galicia.  Pensé al principio que se trataba de un montaje para poner en sus labios el programa que efectivamente está aplicando en los hechos. Pero resulta que sí, lo ha dicho. Y se trata de una auténtica declaración de guerra a la democracia, a la libertad y a España. El fulano se ha puesto directamente fuera de la ley. Es un equivalente de los discursos de Largo Caballero en 1933.  Con una diferencia: no habla de tomar el poder por la insurrección, sino que cree poder hacerlo tranquilamente, siguiendo una dinámica liberticida que viene de muy atrás.  ¿Y por qué cree poder hacerlo así? Pues porque hasta ahora el PSOE no ha encontrado oposición a su progresivo socavamiento de la unidad nacional y la democracia, ya desde la declaración de la muerte de Montesquieu. Al contrario, ha encontrado la complicidad de la derecha.

   El caso es que ese vídeo programático expuesto por el Doctor  es de 2016, sin que en su momento supusiera, que yo recuerde,  la inhabilitación política del Coletas, a la que debiera haber seguido la del Doctor.  No recuerdo ninguna protesta siquiera al nivel de la agresión; agresión  en aquel momento verbal pero cumplida progresivamente hasta hoy.

La derecha, es decir, el PP, combina las cualidades de la zorra y la gallina. La gallina para enfrentarse a los programas totalitarios del PSOE y la zorra para estafar a sus propios votantes. La  política se ha convertido desde tiempo atrás en un concurso de estafas entre el PP, el  PSOE y los separatistas. 

E importa mucho entender de una vez cuál es el fondo de la cuestión: la democracia viene del franquismo y solo podía venir de él, que nunca tuvo oposición democrática. La  transición fue hecha desde el franquismo y  por franquistas y, lo que es más decisivo,  refrendada masivamente, en 1976, por el pueblo en contra de los rupturistas que se consideraban y consideran herederos del Frente Popular. El Frente Popular no fue otra cosa que la tiranía, el crimen y el terror desde unas elecciones fraudulentas.  La decisión popular de 1976 empezó a ser traicionada por la UCD y luego más a fondo por el PP, que se adhirió a la demagogia  del PSOE y los separatistas criminalizando a sus propios padres y abuelos. Como la palabra cultura provoca alergia en ese partido de señoritos mangantes que es el PP, han sido incapaces de reivindicar la verdadera historia, han entregado al nuevo frente popular la legitimidad histórica y política y la autoridad moral. De ahí solo podía salir la dinámica política que estamos viendo desde Zapatero.

   En otras palabras,  el PSOE y sus aliados quieren destruir de una vez  la democracia que evidentemente viene del franquismo, y que, insisto,  solo podía venir de él. Y gracias al PP, hoy los herederos del Frente Popular se sienten lo bastante fuertes para volver a lo de siempre. La derecha, claro, se va asustando, se muestra gallinácea y espera que sea la UE la que nos salve de su compañero de estafas. La reacción tiene que venir de otro lado. Es preciso que el montaje estafador de reparto de poder y dinero entre PP y PSOE se acabe de una vez. Tiene que surgir la alternativa, y con urgencia y máxima energía.

Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))

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Historia y religión (II) Divinidad y angustia

Pero eso también podríamos considerarlo un autoengaño, como dice Moncho en su novela. Además, no justifica tu tesis de que la historia se explica por la religión… La religión parece más bien una cosa estática, que no cambia en siglos, mientras que la historia cambia constantemente.

Lo segundo es la cuestión importante, es decir, ¿de qué manera influye la religión en la historia? Porque, como decías al principio, parece una cosa harto más etérea que la economía, la técnica, la urbanización y demás. Pero ante de intentar una respuesta, volvamos al principio: la posición del hombre es por sí misma angustiosa, y esa angustia es un factor dinámico: es la necesidad de calmarla lo  que  genera la religión y la moral derivada. Este mero hecho nos indica que la religión no es ese factor  negligible o de poco peso, o una invención de los listillos para mantener quietos a los explotados. Para la historia no se puede decir, como Laplace, “no tengo necesidad de esa hipótesis”. 

Pero, a decir verdad, poca gente muestra esa angustia esencial o existencial de la que hablas. La gran mayoría se dedica tranquilamente a sus afanes cotidianos, como observaba el Santi de su novela en relación con la salida y la puesta del sol. Si vas por la calle o entras en una taberna verás a la gente tranquila, charlando, a menudo riendo,  o bien preocupada, pero no por su existencia y el sentido de ella, sino por sus pequeños o grandes problemas corrientes, la putada que le ha hecho alguien, por ejemplo, o un asunto cualquiera que le ha salido mal.

Mi tesis es: la religión intenta calmar la angustia existencial dando un sentido a la existencia del hombre y del mundo, sentido que se concreta en normas morales. La gente puede preocuparse de sus asuntos cotidianos y reírse porque de algún modo cree tener solucionados esos problemas. La religión libera las energías necesarias para enfrentarse a la vida corriente. Sin esa calma de fondo no podría reírse mucho ni centrarse en sus tareas. Por el contrario,  incluso sin pensar en problemas existenciales, o negando su realidad,  se sentiría abrumado por las incertidumbres y conflictos de la vida corriente.

Insisto en que a la mayoría de la gente eso no le afecta. La mayoría se limita a vivir, y si cree en tal o cual religión lo hace como una cosa más y sin apenas consecuencias prácticas. Porque otro dato a tener en cuenta es que los creyentes no cumplen gran cosa sus propias normas ni los supuestos mandatos de la divinidad, o no los cumplen más que los no creyentes. ¿Por qué, si no, son necesarias las leyes y la represión contra quienes no las cumplen? ¿Por qué los aparatos judiciales y policiales están tan desarrollados, tanto más cuanto más civilizado es un país? 

He dicho que la religión calma la angustia de fondo, pero no que la elimine. La angustia disminuye pero persiste, medio disuelta en las actividades prácticas. La prueba es que no existe una religión que convenza a todo el mundo. En apariencia podemos dedicarnos a afrontar nuestros problemas y conflictos cotidianos sin pensar en otra cosa. Pero la vida corriente está llena de incertidumbres, frustraciones, vemos injusticias por todas partes o nos sentimos víctimas de ellas… Si pensáramos que todo ello carece de sentido, sería un infierno. Nos esforzamos por conseguir éxitos aquí y allá, y muchas veces los alcanzamos, pero incluso entonces la satisfacción se desvanece un tanto, nos deja a menudo una sensación de vacío, y no nos permite descansar, porque el propio éxito crea nuevos problemas, con frecuencia suscita envidias, calumnias o intrigas para anularlo… Si de algún modo no incluyéramos todo eso en una visión de conjunto que le diera algún sentido, nos desesperaríamos o caeríamos en una guerra de todos contra todos.

Aun suponiendo que eso sea así, volvemos al principio: las explicaciones o el sentido que proponen la religiones, ¿acaso son algo más que un autoengaños para calmar la angustia, como dice usted? Porque, como decíamos, está claro que creer hoy en Apolo y Atenea sería ridículo, pero ¿por qué habríamos de creer en Yavé o en el Dios cristiano derivado del judío? El Dios cristiano responde a un concepto  si acaso más intelectualizado o refinado que los dioses griegos, e históricamente más reciente, pero esencialmente son lo mismo: construcciones de la psique para calmar la angustia. Si antiguamente lo hacían con esas divinidades que hoy nos parecen absurdas, ¿por qué no es lo mismo con el Dios cristiano? Hoy, las sociedades europeas, por ejemplo, ya no creen en él o al menos gran parte de ellas han abandonado esas creencias, y no se ve que la gente se desespere. Al contrario, creo que en Europa se vive con las riqueza, comodidad y libertad que en casi todo el resto del mundo.

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Vuelvo a insistir a mis lectores y oyentes a que difundan mi comentario sobre la Cheka cultural: https://www.piomoa.es/?p=14612                                                  Se habla mucho de la importancia de la batalla cultural. Pues la batalla cultural es esto, precisamente, y debería comprometerse todo aquel que sienta a España y la libertad.

Por Que El Frente Popular Perdio La Guerra Civil

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Comprometerse en la batalla cultural/ Religión e historia (I) / Vuelta al sol y la consciencia

Vuelvo a insistir a mis lectores y oyentes a que difundan mi comentario sobre la Cheka cultural: https://www.piomoa.es/?p=14612                                                  Se habla mucho de la importancia de la batalla cultural. Pues la batalla cultural es esto, precisamente, y debería comprometerse todo aquel que sienta a España y la libertad.

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Religión e historia (I).

Usted sostiene que el núcleo generador, digámoslo así, de las culturas, y por tanto de la historia, es la religión, idea que casi ningún historiador  sigue hoy. Debido,  según usted, a una mentalidad positivista o cientifista bastante lógica, pues la influencia de la religión parece demasiado etérea para cuantificarla de alguna manera, mientras que la economía se puede medir más o menos, la técnica o las instituciones  se pueden percibir y situar. La ciencia exige cuantificación, medida y posición espaciotemporal.

Empecemos por señalar que todas las sociedades valoran máximamente sus creencias religiosas (vamos a dejar de momento las ideologías históricamente recientes que se proclaman ateas o indiferentes o agnósticas). Resulta osado afirmar que todas están equivocadas, que sufren una especie de delirio colectivo y por eso creen en lo inexistente.

Pero es que creen realmente en lo inexistente, en los espíritus, dioses, etc. No pretenderá usted que eso existe de verdad, que Zeus y Hera existen o existieron… Claro, un cristiano dirá que eran dioses falsos pero a los cristianos les dirán otros que también el suyo lo es, que se trata de puras imaginaciones sin base real…

Vamos todavía más atrás: ¿Cómo definir al ser humano? Partiendo de su básica animalidad, podemos adjetivarlo con cualquier rasgo que lo diferencie de los  animales: racional, político, inventor o innovador, consciente de la muerte, previsor, comerciante, sentimental, moral… Pero creo que la religión es el elemento más decisivo. ¿Por qué? Podríamos acercarnos definiéndolo como animal moral,  porque indudablemente su vida, tanto su esfuerzo económico como político, como razonador, etc., está inmerso en la esfera del bien y el mal. Este es el sentido del mito judío del Génesis, que probablemente viene de mucho más atrás, y también de otros mitos. 

Usted lo ha definido en alguna ocasión como “mamífero sentimental”. Pero los animales también tienen sentimientos. Además, no puede ser lo mismo sentimental que religioso.

Cierto. En realidad todos los rasgos distintivos del hombre, excepto la religión, incluso la moral,  están presentes en los animales, al menos los superiores. Pero lo están de un modo por así decir en esbozo, estático, sin desarrollo. Los animales aplican estrategias en cierto modo racionales para alimentarse, las relaciones dentro de una especie siguen ciertas normas que tienen algún parecido con nuestra moral, etc. Y tienen también sentimientos, cierto. Pero los sentimientos humanos están incomparablemente más desarrollados y variados. Como en los demás rasgos, la diferencia no es meramente cuantitativa, sino cualitativa.

Las hembras de los mamíferos, por ejemplo, suelen demostrar sentimientos maternales tan fuertes como las humanas,  más raramente o con menos intensidad se dan los paternales. También percibimos en los animales superiores sentimientos de adhesión, de solidaridad, de pena y estrés, de miedo,  de satisfacción,  etc.  Creo que es muy raro que dentro de una misma especie tratan de exterminarse mediante guerras…

No es solo a eso a lo que me refiero, sino a sentimientos más decisivos, adheridos a una consciencia más amplia. El hombre es consciente de la muerte propia, lo cual le causa un sentimiento de angustia profundo. Es consciente del conjunto del mundo, del día y la noche, del paso del tiempo, de la realidad diurna y el cielo estrellado, algo tan inmenso y por encima de él, que nuevamente le provoca sentimientos de inquietud y asombro; es capaz de percibir su propia vida como una historia y de preguntarse qué tendría que hacer, como debería vivirla, siente culpa por muchas de sus acciones, siente profundamente a su yo… Por otra parte, su cuerpo no está diseñado para cumplir sus funciones instintivas como ocurre con los animales, le permiten hacer muchas cosas que los animales no pueden, primariamente para alimentarse, reproducirse, etc. Esas actividades le suponen un gran esfuerzo, sometido además a mil incertidumbres que pueden hacerlo vano, lo cual  también le angustia y le inclina a buscar una protección por encima de él… Son estos sentimientos propios de la condición humana, y son ellos el origen de la moral y de la religión.

En otras palabras, usted se refiere a la  angustia como el sentimiento más profundo y definitorio del hombre. Pero tendría que explicar, primero cómo la moral procede de ella y ella de la religión

Eso es: la angustia connatural a la situación humana es  sentimiento dinamizador de su historia. Eso se manifiesta de mil formas.  Podríamos reducir la moral a un conjunto de normas derivadas de la necesidad de adaptar la propia vida a una serie de conductas que le den sentido, por lo menos que no conduzcan al choque permanente de unos contra otros. Esas normas no  puede uno inventarlas para sí mismo,  porque chocaría inmediatamente con las que otras personas se hubieran autoimpuesto, lógicamente en beneficio de sus deseos particulares.  Se trata de un fenómeno social, normas a menudo desagradables, coercitivas o perjudiciales para el yo, por lo que suelen ser vulneradas, suscitando  de paso el sentimiento de culpa. Pero nadie aceptaría esas normas si considerase que las imponen otras personas como él mismo. No es como la ley, que sabemos viene impuesta por otros, aunque solo se la respeta bajo el supuesto de que responde a una orientación o sentimiento moral y no a una arbitrariedad particular y por eso tiránica.  Por consiguiente, la moral ha de venir de una fuerza superior, y creo que esa es una de las raíces de la religión.  Por supuesto, la mera contemplación del cielo estrellado, de los grandes paisajes, del mar, el sentimiento de la muerte y la incertidumbre de la vida, tienen a provocar ideas religiosas, de la divinidad… La religión, en definitiva, calma la angustia existencial, genera la moral y libera la energía para afrontar la vida cotidiana, y esa es la razón por la que todos los pueblos la colocan en el centro de su vida social e íntima, y por  qué el ataque a ella o su puesta en duda provocan reacciones que llegan a ser de máxima violencia.

Pero eso también podríamos considerarlo un autoengaño, como dice Moncho en tu novela. Además, no justifica tu tesis de que la historia se explica por la religión… La religión parece más bien una cosa estática, que no cambia en siglos, mientras que la historia cambia constantemente.

Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))

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Vuelta al sol y la consciencia

Volviendo a lo del sol y el tiempo: entre la salida y la puesta del sol transcurren las peripecias de los personajes principales, los cuatro “perros verdes” y  los secundarios, lo cual me parece obviamente un símbolo de la vida misma bajo el sol, en particular la reflexión de Santi cuando se refiere no solo al millón de auroras de rosáceos dedos transcurridas desde que así se dijo en La Ilíada, hasta la reflexión de las generaciones transcurridas desde la construcción del templo de Debod. ¿Es así?

Así puede interpretarse. No fue una construcción literaria consciente, pero sostengo que si uno está atento a la vida, la siente  y consigue describirla, la mera descripción da lugar a muchas interpretaciones válidas.

Lo mismo cuando sale  de casa por la mañana, todavía es noche y  casi todo el mundo está durmiendo, es decir, está inconsciente, como si la vida consciente, la vida propiamente humana, hubiera huido de la gente, porque el sol “se ha ido” al menos de su percepción. Es como si todo el mundo estuviera muerto, como una premonición de la muerte definitiva, que sin embargo se repite jornada tras jornada, hasta que alguna vez se apaga definitivamente la lucidez, la consciencia. Tu novela, cuando me pongo a reexaminarla, me sugiere demasiadas cosas tal vez, ¿arbitrarias?

Te repito lo mismo. Nuestra consciencia de la realidad es muy limitada, generalmente no pensamos en lo que le debemos al sol, bajo el que transcurren nuestras peripecias sobre la tierra. Ni  el significado de que su ausencia repetida cada día nos haga entrar en la inconsciencia, como una muerte adelantada.

Esa es un reflexión deprimente, desde luego, y sin embargo encuentro un fondo de optimismo en el relato de todos los personajes, y así no dices, por ejemplo: todas vuestras ilusiones juveniles, vuestras preocupaciones, vuestro afanes, son naderías, se disolverán en la nada, yo más bien diría que el mensaje es el contrario: a pesar de que todo se disolverá en la nada, vuestra vida tiene un significado, algo que puede sentirse pero no describirse racionalmente.

Bueno, sí, perfectamente. ¿Para qué escribiría la novela si la conclusión fuera que la misma novela carece de cualquier sentido? Pero es verdad, la razón nos lleva a concluir que nada vale, nada tiene importancia o sentido, mientras que el sentimiento nos sostiene de algún modo… Y nuestra consciencia es tan limitada, verdad… ¿De qué somos conscientes? De la realidad, de lo que llamamos realidad. Pero la realidad se está esfumando a cada segundo ante nuestros ojos y razonamientos, se pierde como agua entre los dedos, solo nos quedan unas gotas.

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