Entender a Franco / Besteiro en la historia criminal del PSOE (VI) / ¿Quién es más canalla?

En solo tres años, Adolfo Suárez  llevó al país al borde del desastre, que otros intentaron superar mediante el golpe chapucero del 23-f: https://www.youtube.com/watch?v=S00s8621NeE

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Para entender la significación histórica de Franco solo hay que hacerse esta pequeña reflexión: ¿quiénes le odian?

Le odian los etarras, por supuesto

Le odian los socialistas, de historia criminal y campeones de la corrupción.

Le odian los separatistas vascos, catalanes, gallegos y de cualquier región.

Le odiaba el “héroe de Paracuellos”, el mayor asesino de la guerra civil, transformado en apóstol de la “democracia” por otros odiadores.

Le odian los señoritos cutres y abyectos del PP, perfectamente capaces de escupir sobre las tumbas de sus padres y abuelos para parecer “demócratas” y congraciarse con los anteriores.

Este muy breve repaso permite entender quién fue Franco: para empezar, el hombre que derrotó a los cdelincuentes que querían someter a España a un régimen de tipo soviético y /o disgregarla en unos cuantos estaditos impotentes y resentidos, juguetes de potencias exteriores. Solo por eso, Franco merece un puesto de honor en la historia de España.

Pero además Franco libró a España de la guerra mundial en circunstancias dificilísimas, dejando el único país de Europa libre de deudas políticas y morales con Usa o con la URSS. Y permitió una reconstrucción ejemplar con las propias fuerzas de España, sin deudas con las finanzas useñas.

Asimismo venció al maquis y al más que delictivo aislamiento que le impusieron las potencias vencedoras en la guerra mundial. Venció diplomáticamente a Inglaterra en la ONU  sobre la cuestión de Gibraltar. Y presidió el período de mayor auge económico que haya vivido España en su historia.

Y todo esto solo pudo hacerlo porque tuvo el apoyo y el agradecimiento de la vasta mayoría de un pueblo que había olvidado los odios mortales de la república. En este sentido ha sido el estadista más democrático que haya tenido España en siglos. Y en otro sentido más: en que aquella sociedad creada bajo su dirección quedó apta para una democracia no epiléptica como fue la república, le dio una victoria póstuma  en el referéndum de 1976, rechazando una democratización antifranquista y apoyándola “de la ley a la ley”, desde la indudabilísima legitimidad del franquismo.

   Pues bien, todos esos inmenso logros se propusieron anularlos desde la transición todos aquellos criminales enemigos, envolviéndose fraudulentamente en el manto de la democracia. Es más que hora de arrebatarles ese manto y que todo el pueblo  vea las repugnantes desnudeces de los corruptos, delincuentes y criminales que están llevando a la destrucción a España y a la libertad.

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**Dediqué un ejemplar de Por qué el Frente Popular perdió la guerra  al “Doctor Sánchez”, evidentemente no con la intención de que aprendiese algo de la historia de su país y su partido. A ese canalla lo que le gustaría, y lo que proyecta, es multar y encarcelar a quienes defendemos la verdad frente a la mentira que necesita una ley totalitaria para imponerse.

Por Que El Frente Popular Perdio La Guerra Civil

**¿Quiénes son más canallas: el Doctor y su banda, o los obispos y monárquicos que han permitido al macarra profanar el Valle de los Caídos y la tumba de Franco? “Hay alguien más despreciable que el verdugo, el ayudante del verdugo”.

**El Doctor es cómplice de los separatistas porque esa ha sido la política del PSOE desde siempre. Desde la huelga revolucionaria de 1917. Tienen gracia los “analistas” que creen que el PSOE “desearía” tener los apoyos del PP y C´s. Le son indiferentes. 

**El PP puede perfectamente apoyar al PSOE, porque sus políticas con respecto a los separatismos y en todo lo demás, son casi idénticas.  Lo único que los separa es la necesidad de engañar a sus votantes. Así, el PP puede muy bien apoyar la investidura del Doctor, incluso plantear un gobierno de coalición que, por supuesto no cambiaría nada.

**VOX está haciendo la política correcta: no confundirse con el PP y C´s. ¿Quieren estos dos partidos impedir que el PSOE se apoye en los separatistas? Pues apoyen su investidura. ¿Por qué no iban a hacerlo, insistamos, si las políticas de todos ellos son tan afines? Algunos ingenuos creen que con eso se iba a salvar España de algo.

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La defenestración de Besteiro

Para lanzarse a la guerra civil, el PSOE tenía que eliminar la oposición interna del sector de Julián Besteiro, que dirigía el sindicato UGT, principal fuerza de masas del PSOE. Besteiro era uno de los tres grandes dirigentes del partido, junto con Largo Caballero y Prieto, y  ya en 1930 se había opuesto a los manejos de Prieto primero y Largo después, para imponer la república mediante un golpe militar. Desde entonces las diferencias entre ellos se habían mantenido. En julio del 33 había dicho en Mieres: “Nuestros adversarios están débiles, pero no podemos creer que estén deshechos, como cuando en la guerra estaba deshecha Rusia”, y poco después,  en la escuela de verano del partido,  había denunciado la falsedad de una amenaza fascista en España y despreciado la dictadura del proletariado como “vana ilusión infantil que se paga demasiado cara porque al final son las masas las que cosechan los desengaños y sufrimientos “.  Calificó de “locura colectiva” la corriente revolucionaria.  ”¿Es que no habrá posibilidad de salir de esta locura  dictatorial (…)? ¿Es que nos vamos a contagiar de la peste del momento?”.

Pero, locura o no, la tendencia se imponía en el PSOE con gran fuerza. El AntiCaballero, pequeño libro escrito por la facción besteirista, describe el auge de “la avalancha roja” o “bolchevique” en el partido. Siguió una pugna interna ensañada. Amaro del Rosal, un líder partidario de Largo Caballero, describirá: “En la historia del Partido Socialista no existe un antecedente de una lucha ideológica tan agria, tan violenta en su fondo y en su forma”, “una lucha sin cuartel” . Los jóvenes socialistas llegaron a asaltar el domicilio de Besteiro, defendido por otros socialistas. “Trifón Gómez, besteirista, salvó la vida al final de un  mitin en Zaragoza abriéndose camino pistola en mano”.

Portada

   El 13 de diciembre, casi un mes después de las elecciones, desastrosas para el PSOE, se dirimieron las posturas en el Comité Nacional de la UGT. El besteirista Saborit declaró: “Nos ha asombrado un poco el empuje de las derechas (…) pero de ahí a suponer que hay una preparación en España de fascismo para (…) hundir la UGT y el Partido (…) Lo que niego es un fascismo preparado para asaltar el poder”.  Temía que un golpe revolucionario trajese  un contragolpe derechista, y se remitió a la gran popularidad de la dictadura de Primo de Rivera. “Para hacer frente a una acción violenta de la burguesía para implantar en España el fascismo, la Unión y el Partido se lanzan a la violencia. Solo para eso.  Para organizar en frío un movimiento (…) por la dictadura del proletariado (…) niego la fuerza, niego la capacidad (…) y la posibilidad de hacerlo (…) Ahora El socialista publica artículos francamente comunistas (…) y es ahí, a mi juicio, donde está la raíz y la desviación”.

   Le replicó Amaro del Rosal: “Pregunto si por encima de nuestra voluntad hay una situación objetivamente revolucionaria (…) Existe un espíritu revolucionario; existe un Ejército completamente desquiciado, hay una pequeña burguesía con incapacidad de gobernar (…) en descomposición. Tenemos un Gobierno que (…) es el de menor capacidad, el de menor fuerza moral, el de menor resistencia (…) Ahora todo está propicio”. Y contradiciéndose en parte remachó:  “Automáticamente tendremos aquí, dentro de cuatro meses, el hecho alemán, porque si se dice que cuando nos veamos en el último recurso podremos ir a la revolución, tendremos que decir que hay que darles esa misma fórmula a la burguesía, en el sentido de que se esté quieta, que no se prepare”.

   La línea guerracivilista no logró aún imponerse. El 16 de diciembre la ejecutiva del PSOE propuso a la UGT un movimiento “antifascista”  contra Lerroux, acusándole en falso de proyectos dictatoriales. Dirá Saborit: “No se trataba de defender la República ni de velar por la integridad de su Constitución, sino de conquistar el Poder político (…) al mes siguiente de haberse verificado las elecciones”.

 El 31 de diciembre, ante un pleno del comité Nacional de la UGT  un desesperado Besteiro denunció como “absurdo, imposible”, “camino de locuras” la idea de un “Estado totalitario socialista”. Aún no se aceptó la propuesta revolucionaria, que volvió a ser rechazada los días 4 y 5 de enero. Hubo un intento de arreglo en una entrevista entre Prieto y Besteiro. El primero dijo: “Vais a llegar al Poder, si llegáis, empapados y tintos en sangre. Y para qué?” Vaticinó una segunda guerra entre socialistas, comunistas y anarquistas. Prieto objetó que bastaría neutralizar a unos cientos de cabecillas anarquistas  y, ante el escepticismo de Besteiro,  describió “el espléndido panorama de los recursos guerreros que poseían, y recitó una relación de generales, jefes y oficiales comprometidos a lanzarse al movimiento”.

   La pugna persistió durante unas semanas. Los bolcheviques maniobraron para expulsar a los besteiristas del control de la UGT, primero de la Federación de Trabajadores de la Tierra y a continuación del Sindicato Ferroviario. A finales de enero, los bolcheviques cantaban victoria. El 21, Largo Caballero prometía en un mitin: “Vamos a conquistar el Poder (…) Pero yo añado que (…) hay que preparar a las masas para la revolución espiritualmente pero, sobre todo, materialmente (gran ovación. Una voz: “¡Vivan las ametralladoras!”)”. E insistió en un inminente peligro fascista en el que, desde luego, no creía.

   Los bolcheviques venían forzando la dimisión de los besteiristras mediante una fuerte y violenta agitación. El 27 de enero  tuvo lugar la última reunión de la ejecutiva sindical con presencia de besteiristas, y el 3 de febrero se reunía una nueva dominada por los bolcheviques. En el proceso también fueron sustituidas las directivas de la Agrupación Socialista madrileña, de la Federación de Juventudes Socialistas y del resto de los sindicatos. Largo y Prieto habían ganado en toda la línea. “Fueron los momentos de más intensa amargura que Besteiro pasó en toda su vida política”.

Y el camino a la guerra civil quedaba expedito.

 

 

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Ingleses y españoles / Damas de la revolución / Cómo me hice marxista

En solo tres años, Adolfo Suárez  llevó al país al borde del desastre, que otros intentaron superar mediante el golpe chapucero del 23-f: https://www.youtube.com/watch?v=S00s8621NeE

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Pocas cosas más ilustrativas que el llamado brexit para ver la diferencia entre los ingleses y los españoles actuales. Los ingleses no se consideran en absoluto inferiores a los demás europeos y no les gusta que desde el exterior les impongan normas y leyes. Valoran su independencia,  su dignidad y sus derechos por encima del plato de lentejas, que de todos modos esperan conseguir por su cuenta. Nada más contrario de los españoles actuales, que se echan las manos a la cabeza clamando: “¡los ingleses renuncian al plato de lentejas de Europa! ¡Están locos!”. En realidad no renuncian a nada, pero al españolete, que confunde la UE con Europa, las lentejas le parecen “lo más de lo más”, y la pérdida de una mínima ración les llena de pánico. Obsérvese que su crítica a los separatistas es la misma: “se van a queda fuera de la UE,. Van a perder dinero”.

  Los españoles de hoy se sienten inferiores a “los europeos”, carecen de dignidad hasta extremos increíbles, desean perder cualquier soberanía y que desde la burocracia lgtbi, abortista, inmigracionista y antinacional les dicte lo que deben hacer, pensar y hasta sentir. Desean ser colonizados culturalmente por el inglés (idioma superior de la UE) y desprecian con entusiasmo su propia lengua y su propia cultura, que solo conocen vagamente. Su esnobismo les hace presentarse (si es posible en inglés) como “ciudadanos del mundo”. Todos estos rasgos describen de manera precisa al paleto que quiere hacerse el cosmpopolita. Al cosmopaleto. Y vienen de una élites políticas y culturales que tienen poquísimo de élite en el sentido de minoría selecta. Son minorías indignas  que han contagiado de su vulgaridad a casi todo el pueblo

   ¿Cómo se ha llegado a esta miseria? Pues piénsenlo un poco, no es difícil entenderlo.

Un viejo artículo (de hace ocho años): https://www.libertaddigital.com/opinion/pio-moa/hurra-por-inglaterra-62379/

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Por Que El Frente Popular Perdio La Guerra Civil

Tu semblanza de las “tres damas de la revolución” en Por qué la república perdió la guerra, yo diría que tienen bastante de misoginia.

–¿Por qué? Estamos acostumbrados a pensar en las mujeres como mejores personas que los hombres, y en general yo creo que lo son, tienen una bondad natural mayor, una mayor dificultad para el odio y facilidad para perdonar, probablemente se debe a la maternidad.  Pero las ideologías pueden tener efectos brutales. Hay una caricatura muy lograda: “before feminism”, y sale una encantadora Peppa Pig. Y debajo “after feminism”, y sale una especie de jabalí hembra furiosa y agresiva.  El arte define las situaciones muchas veces mejor que un largo discurso.  La verdad es que las “tres damas” eran una terribles arpías. Por eso gustan tanto a los feministas, a los Preston y compañía. No olvidéis que esa chusma presenta a los peores asesinos de las chekas como héroes de la libertad víctimas del franquismo.

¡Pero no les ves una sola virtud!

–Políticamente defendían el terror (la Montseny algo menos) para implantar un revolución totalitaria. Así que vosotros diréis.

Has dicho que se trataba de semblanzas algo más que políticas. Lo del proyecto de vida y demás. Algo más tendrán que cosas negativas.

–¿Cuál era su proyecto de vida? Iba ligado al totalitarismo y al terror. Y al feminismo como rivalidad con el varón. Todo junto. De todas formas la Montseny era la más humana. Escribió interminablemente sobre el amor en novelas y ensayos. Sus teorías, que resumo en el libro son de una gran comicidad involuntaria, y su amor libre casi termina aproximándose a cosas que predica la Iglesia. Aproximándose solo. Lo he tratado más en un ensayo sobre ella,  Federica Montseny o las dificultades del anarquismo ¡Y con qué autoridad escribía! Es la única de las tres que se presta a un ejercicio de humor.  Y lo de las “cosas negativas” es según se mire. Para la Nelken, el ejercicio del terror era una virtud revolucionaria, era algo muy positivo. El historiador debe verlo desde el doble punto de vista, no hacer moralismos demasiado fáciles.

La rivalidad entre Montseny y García Oliver, lástima que no lo trates más.

–Montseny tiene cosas muy graciosas, como cuando cuenta cómo, de joven,  rechazaba a patadas a los que querían aprovecharse de ella. O cómo cuando García Oliver la invitó a su casa, sospechó intenciones libidinosas y allí fue acompañada de alguien más. Desde luego, es la más simpática de las tres, al menos para mi gusto. La Nelken era demasiado fanática y la Pasionaria demasiado adaptable a las circunstancias. Las dos con una facilidad asombrosa para mentir por la causa..

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Cómo me hice marxista. Recogido en Adiós a un tiempo:

https://www.libertaddigital.com/opinion/pio-moa/como-me-hice-marxista-14624/

Adiós a un tiempo: Recuerdos sueltos, relatos de viajes y poemas de [Moa, Pío]https://www.amazon.es/Adi%C3%B3s-tiempo-Recuerdos-sueltos-relatos-ebook/dp/B075L82G5B

 

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PSOE, historia criminal (V) El PSOE y los “fascistas” / Negrín y Largo Caballero

Como siempre, se trata de que esos comentarios del blog no se queden en él, sino que sus lectores los enlacen y difundan lo más ampliamente posible. Conocer la historia criminal del PSOE es indispensable para acabar con la ley de memoria histórica y frenar la marcha hacia un régimen tipo Maduro, con disgregación nacional, que es el rumbo impuesto a España por unas castas dirigentes infames.

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Como vamos viendo, el PSOE justificaba su plan de imponer su propia dictadura, de tipo soviético, en razones históricas presuntamente científicas: el mundo, y por supuesto España, entraba en una nueva etapa histórica en la que el llamado socialismo se impondría, acabando con la democracia, con el liberalismo y, desde luego, con la cultura cristiana. Sin embargo, por razones tácticas y como había señalado Wenceslao Carrillo, necesitaba aliados, por lo que no le convenía insistir demasiado en el sovietismo, y al mismo tiempo no debía hablar de democracia para no desorientar a su propia gente, por lo que el asunto debía vestirse como simple “antifascismo”. Ese lema serviría para disimular sus intenciones y atraerse a posibles aliados.

   Por lo tanto, el grueso de su artillería propagandística se dirigió contra el fascismo, que, como hemos visto, podía abarcar hasta a sus recientes socios republicanos de izquierda. La CEDA era fascista, la Falange era fascista, los monárquicos eran fascistas, lo mismo los católicos en general, desde luego el centro derecha moderado de Lerroux y , en fin todo aquel que disintiera de los designios del PSOE. Lo cual se explicaba de modo presuntamente científico  porque, al agravarse la lucha de clases, los enemigos del marxismo se fascistizaban inevitablemente.  El peligro fascista, pintado con los más negros colores, servía entonces como eje para agrupar a otros partidos, sindicatos y sectores sociales, incluidos anarquistas, comunistas y “liberales progresistas”.

Portada

   Los historiadores tipo Preston, Juliá, Viñas, Tuñón y muchos más, recuerdan constantemente alguna frase suelta como la de “los puños y las pistolas”, ocultando que fueron los socialistas quienes empezaron con los puños y las pistolas y los emplearon a fondo, mientras  que los falangistas solo replicaron al verse desasistidos por el poder público. O insisten en algunas amenazas y gestos crispados de  Gil-Robles y sus juventudes para sostener la tesis de un fascismo violento en la derecha. Preston incluso  mutila las frases, método que emplea muy a menudo para crear impresiones falsas.  Pero esas frases no marcaban una línea coherente, como las de los  jefes del PSOE, y en ningún momento fueron acompañadas de asesinatos y violencias, como sí lo fueron los socialistas.

   Pero a pesar de todas estas distorsiones, son muy pocos los historiadores que hoy sostienen un imaginario fascismo en la CEDA. Por lo cual, los falsarios recurren a otros trucos. Por ejemplo, Marta Bizcarrondo descubre de pronto que “El problema no es si Gil Robles era fascista o no , sino si, en la coyuntura de 1933, la desconfianza de la izquierda era o no justificada”.  Naturalmente, Bizcarrondo cree que sí lo era, sin pensar ni un momento en lo que podía pensarse de un PSOE metido abiertamente en la senda de la guerra civil. Santos Juliá abunda en lo mismo: “No importa ahora que la CEDA fuera o no fascista. Todo el mundo (sic), incluso Martínez Barrio, así lo creyeron, y la CEDA hizo todo lo posible por alentar esa creencia”.  ¿En qué consistiría ese “todo lo posible”?  ¿En series de asesinatos, huelgas salvajes y manifestaciones violentas, como el PSOE? ¿Y cómo que no era importante saber si la CEDA era o no fascista, cuando el PSOE hacía de ello  el eje de su agitación? Al parecer, los crímenes socialistas se debían a una ilusión, a una ensoñación o cosa así. Este es el nivel habitual de la mayoría de los “historiadores” de la memoria histórica.

   Pero la verdad es que no solo la CEDA no era fascista, epíteto con el que se pretende justificar cualquier cosa, sino que los jefes socialistas lo sabían perfectamente. En junio de 1933, Largo Caballero señalaba a los representantes hispanoamericanos ante la Organización Internacional del Trabajo, que era prácticamente imposible el fascismo en España  porque “No hay peligro de que se produzca un nacionalismo exasperado. No hay un ejército desmovilizado. No hay millones de parados  que oscilen entre la revolución socialista y el ultranacionalismo. No hay nacionalismo expansivo ni militarismo. No hay líderes”.    Y el principal inspirador intelectual de la cúpula socialista, el periodista Luis Araquistáin  escribía en la revista useña Foreign Affairs en abril de 1934: “En España, al revés que en Alemania o Italia no existe un ejército desmovilizado, no existen cientos de miles de universitarios sin futuro, no existen millones de parados. No existe un Mussolini, ni siquiera un Hitler, no existen las ambiciones imperialistas ni los sentimientos revanchistas. ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta”.

   Como vemos, eran los jefes socialistas los primeros convencidos de la inexistencia de aquel supuesto peligro. Pero lo utilizaban machaconamente para soliviantar a las masas y crear el ambiente necesario para implantar su propio totalitarismo, en imitación, insistamos, del régimen de Stalin.

   Hasta tal punto conocían la ausencia de ese peligro y  la debilidad anímica de la CEDA y del gobierno, que cuando decidieron lanzarse finalmente a la guerra civil, en octubre, acordaron  negar su responsabilidad en caso de fracasar, a fin  de proteger de la represión a sus dirigentes y organismos.  Y habría sido muy lógico que, aun sin ser fascista, un gobierno democrático ilegalizase a su partido, así como a los separatistas de la Esquerra. Pero estaban convencidos de que en ese aspecto no correrían peligro. Y tuvieron razón: ni ambos partidos ni sus órganos de expresión serían eficazmente reprimidos, lo que contribuiría a los desencadenamientos posteriores.

   El diciembre de 1933, Largo Caballero, peroraba en el restaurante Biarritz de Madrid  ante un nutrido grupo de dirigentes:  “El mito de la República” había retrasado la revolución , pero “sabíamos que la república era exactamente  lo mismo o peor que la monarquía”. Hizo un llamamiento al “armamento general del pueblo” aunque esto “llenase de horror a algunos, incluso a algunos socialistas”.  E hizo un llamamiento asimismo a comunistas y anarquistas a participar en la tarea común. Este discurso fue difundido entre los socialistas como material de formación política.

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Por Que El Frente Popular Perdio La Guerra Civil

En tres años, Adolfo Suárez  llevó al país al borde del desastre, que intentó salvarse mediante el golpe chapucero del 23-f: https://www.youtube.com/watch?v=S00s8621NeE

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  –Sí, Negrín era personalmente muy diferente de Azaña,  al menos en el sentido de que no parece haber tenido excesivas ambiciones políticas. No había tenido ese “proyecto de vida”.  En su disputa con Prieto por el tesoro del Vita, se jactaba de que él no había buscado sus cargos en la guerra, sino que había sido llamado por otros.

Cosas de esas suelen decirlas los políticos: que ellos no tienen ambiciones, pero que por servir al país se sacrifican.

–Sí, quizá él aspiraba a ser un médico importante, aunque quedó en un nivel mediocre, y en cambio resultó el político más decisivo del Frente Popular, ya antes de ser nombrado jefe del gobierno. Me figuro que, como muchas personas muy burguesas, se sintió atraído por el marxismo, o más propiamente por la versión garbancera del marxismo que predominaba en el PSOE, pero como elemento secundario. Y  las circunstancias le llevaron a puestos en los que quizá no había pensado, pero que desempeñó mejor que los demás. Eso aparte, su espíritu no tenía mucho que ver con el del propio PSOE, Largo Caballero sí lo representaba.

En Por qué el Frente Popular perdió la guerra señalas ese contraste entre los dos personajes, pero yo creo que la corrupción ha sido siempre una constante en el PSOE.

–Sí, ha sido una constante, entonces y ahora. Pero eso no quiere decir que todos fueran igual. Largo Caballero era casi ascético, y eso le hacía popular en el partido. No creo que nadie le acusara de robar nada ni de dedicarse a grandes placeres. Prieto era mucho más corrupto, pero Negrín fue sin duda el mayor ladrón del siglo XX en España. No es de extrañar que disfrute de  tanto predicamento por autores como Viñas, Preston y tantos más, ellos mismos unos perfectos falsarios. Y lo chocante es que él mismo admite sus inmensos latrocinios en su correspondencia con Prieto. Y los admite como una virtud que permitiría a los huidos de España, al menos a algunos, vivir a cuerpo de rey. Como sabéis, Prieto le birló el tesoro a Negrín en sus propias narices. Eran tal para cual. De todas formas, Prieto era culturalmente mucho más burdo que Negrín, menos culto, más politiquero. Negrín era un hedonista enfermizo, pero también un político realista, pragmático y resuelto.

Eso de que desempeñó sus cargos mejor que los demás, lo dirás con ironía.

–No. Desde el punto de vista de los intereses del Frente Popular y de la necesidad de ganar la guerra, Negrín fue mucho más coherente e inteligente que los demás. Como he recordado en el libro, y contra discusiones secundarias, el envío del oro a Moscú fue la medida estratégica decisiva tomada por el Frente Popular. La tomaron debido a la simpatía que sentían por el stalinismo, y no porque “no tuvieran otro remedio”, como intentan justificarse a posteriori. Tuvieran otro remedio o no, lo esencial fue entonces la gran cercanía ideológica del PSOE a la URSS. El envío del oro fue  acordado por Negrín, Largo y Prieto, pero Largo pronto se cansó de la tutela soviética, empezó a mostrarse rebelde, y fue descabalgado del gobierno. A su vez, Prieto fue cambiando de postura y llegó a buscar desesperadamente la intervención de Inglaterra, prometiéndole unos cuantos gibraltares más. Y también terminó descabalgado.  Ni Prieto ni Largo entendieron todas las consecuencias del envío del oro, y sus rebeldías resultaban harto pueriles, pues llevarían a la derrota en un corto plazo. Negrín sí entendió perfectamente que el oro era una cadena que había que aceptar hasta el final, porque de ella dependía su supervivencia.

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PSOE(IV) PSOE y ERC preparan la guerra civil / Afinidades PSOE-ETA y PP-Separatistas

 Es preciso que la historia criminal del PSOE sea más y más conocida por la población. De este modo se entenderán sus políticas actuales y la dirección que siguen, y se impedirá su corrupta demagogia. Y eso depende de todos.  Si pensamos más en lo que podemos hacer y menos en “lo que va a pasar”, podremos derrotar a la “Triple M“. La ignorancia del pasado infantiliza, decía Cicerón. Y facilita la tiranía.

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PSOE y ERC preparan la guerra civil

En el XIII Congreso del PSOE, en octubre de 1932, la ponencia de táctica exponía:  “El ciclo revolucionario que ha significado plenamente la colaboración socialista (…) va rápidamente a su terminación (…)  El Partido Socialista (…) encaminará sus esfuerzos  a la conquista plena del Poder para realizar el socialismo”.  Es decir, buscaba ya entonces desestabilizar a la república e imponer su poder exclusivo. 

En la Escuela de Verano del PSOE, en 1933, Largo  Caballero se declaró más rojo  que nunca , reivindicó la llamada dictadura del proletariado y atacó la “democracia burguesa” Llamó a emplear tanto la vía legal como la ilegal en la lucha por el poder y afirmó: “Las circunstancias nos van conduciendo a una situación muy parecida a la que se encontraron los bolcheviques”. El PSOE todavía estaba en el gobierno, colaborando con Azaña.

   Antes de las elecciones de 1933, el presidente Alcalá-Zamora disolvió las Cortes para convocar nuevas elecciones, gobernando interinamente Lerroux y luego su lugarteniente Martínez Barrio La prensa socialista  trataba de fascista al gobierno moderado de centro derecha y a los mismos republicanos de izquierda: “Es raro encontrar a estas alturas  un periódico republicano que no haga su poquito de fascismo”. Fascismo era la palabra mágica que encubría sus propósitos de destruir lo que había de democracia en la república.  El fascismo, decía su prensa “llevaría a los españoles al estado de naturaleza y a España a la muerte (…) El socialismo ha de acudir a la violencia máxima”.

Portada

   El 1 de octubre de 1933, Largo explicaba en un mitin:  “Asombra a algunas personas, incluso a correligionarios nuestros, que se hable de la conquista del poder (…) Nuestro partrido es ideológicamente, tácticamente, un partido revolucionario (…) y cree que debe desaparecer este régimen”.  Y reivindicó la dictadura: “Aunque haya unos hombres que por motivos sentimentales, digan No, eso no, es algo horroroso, es inútil (…) ¿Vamos a decir que los rusos no hicieron lo que tenían que hacer? (…) En España se va creando una situación (…) que no tendrá más remedio que estallar algún día”. El PSOE estaba convencido de que la república que llamaban burguesa estaba casi en las últimas, y muchos años después Prieto diría:  “se padecía el espejismo de que cuanto significaba reacción en España estaba derruido y sepultado”.

   Ante las elecciones de 1933, Largo señaló:  “La lucha ha quedado planteada entre marxistas y antimarxistas (…) y eso nos llevará inexorablemente a una situación violenta (…) Esto, dirán los enemigos, es excitar a la guerra civil. Pongámonos en la realidad (…) estamos en plena guerra civil. Lo que pasa es que esta guerra no ha tomado aún los caracteres cruentos que, por fortuna o por desgracia, tendrá inexorablemente que tomar”  “El solo hecho de que haya mayoría burguesa en el parlamento es una dictadura”.  “El día en que tengamos el poder, no tendremos titubeos ni dudas (…) Y que no nos pidan transigencias ni benevolencias” (…) La generosidad no es un arma buena. La consolidación de un régimen exige hechos que repugnan, pero que luego justifica la Historia”. “Cuando se habla con ellos  (con los sindicatos rivales) de la implantación de un régimen como el que hay en Rusia, yo pregunto: pero eso lo vamos a hacer unidos, ¿no?”  Llegaría “el momento en que  no servirán para contener nuestro avance ni los ejércitos permanentes, ni la fuerza pública, ni la magistratura ni la policía”.

   En ese designio, las elecciones previstas para el 19 de noviembre del 33 eran solo un paso: “Se ha dicho por otros camaradas que el acto del día 19  es el preludio de actos más importantes. ¡Naturalmente! ¿Pero es que se ha creído el enemigo que nos vamos a limitar a echar papeletas en la urna electoral?”

   Gil-Robles amenazaba por una parte al parlamento y por otra hacía declaraciones conciliadoras pidiendo “Paz y cordialidad a quienes nos voten y a quienes no nos voten”. Y con temor: “No aspiramos a un triunfo imprudente que nos lleve al Poder” (Iban a ser el partido “imprudentemente” más votado, pero renunciarían a gobernar, apoyando al Partido Radical, segundo en votos).

   Largo pensaba de otro modo: “”Cuantas más dificultades encuentren nuestros enemigos (…) mejor. Que se destrocen, que se deshagan”.  “Estamos dispuestos a no retroceder y a llegar a donde sea necesario. Necesitaremos someter a nuestros enemigos”.

   Las elecciones salieron, como ya dijimos, contrarias a los socialistas, debido al voto femenino, según Prieto y otros. Pero no cambiaron de táctica. Una semana después,  El Socialista dictaminaba  “la agudización de la lucha de clases”. “La sociedad se escinde en dos bandos, uno dictatorial, burgués, el otro dictatorial, proletario Es preciso preconizar como solución única la dictadura del proletariado”

  Para crear ambiente, el PSOE hacía circular bulos  sobre un supuesto “golpe militar en Zaragoza”, “maquinaciones fascistas para apoderarse del Estado”, una “marcha monárquica sobre Madrid”; “detención de las comisiones ejecutivas del PSOE y la UGT” y así otros.

   El PSOE no fue el único que reaccionó a las urnas planteando la guerra civil. También lo hicieron los separatistas catalanes, que seguían gobernando en Cataluña por no haber habido elecciones regionales.  El partido de Companys había planteado las eslecciones  “Contra el alud reaccionario, contra el fascismo, contra la dictadura” bajo el lema No pasarán, adelantándose en más de dos años a la frase de la Pasionaria. Y conocidos los resultados, se declaró “En pie de guerra”, título del editorial de su periódico La humanitat.  “Ha sido toda la tropa negra y lívida de la Inquisición y el fanatismo religioso para apuñalar la democracia. No ha sido la Lliga ni Acción Popular la triunfadora. Ha sido, aquí y fuera, el obispo. Ha sido la Iglesia, ha sido Ignacio de Loyola, la llamada al fanatismo,  a la locura, a la traición, a la miseria moral y mental de una conciencia de esclavo e iluminado”. Tras este  brillante análisis pasaba a  la respuesta: “Estar alerta, el arma al brazo y en pie de guerra (…) Tomen nota la Lliga, el obispo y su tropa siniestra (…) y mediten bien el significado de nuestras palabras (…) No amenazamos, advertimos.  No hacemos literatura nosotros”. Y aseguraba con la misma desenvoltura: “Hemos sido  generosos, cordiales comprensivos, amables”, pero el resultado de las urnas aconsejaba menos fraternidad: “Es la hora de ser implacables, rígidos,. Sin perder la serenidad, solo hay que escuchar una voz, que resonará, si hace falta, en el momento preciso.

   Nada mejor que las propias declaraciones de unos y otros, “olvidadas” por los Preston, Viñas, Juliá y compañía, para entender sin lugar a dudas que PSOE y los separatistas catalanes creaban las condiciones para la guerra civil, convencidos de que iban a ganarlas.

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**¿Por qué perdió la guerra el Frente Popular? No fue un simple asunto técnico. En el libro lo trato desde cuatro perspectivas distintas. La principal es la última, la de las ideologías. Porque fue una guerra de ideologías.

**El caso de la Greta no es tan nuevo como parece. Ya Isaías clamaba, ocho siglos antes de Cristo: “¡Niños dominan al pueblo y mujeres lo gobiernan!”.

**Imaginen un mundo gobernado por la histeria feminista. Pues está en marcha: leyes antidemocráticas, aborto masivo, “pensamiento” que sale de los genitales y se queda en él… La nueva cultura.

**Vi a Ortega Smith  replicando a una arpía de la SER. Se defendió bien, pero deja cierto malestar. Defenderse es reconocer a esa gentuza autoridad moral para acusar. Es preciso contraatacar sin contemplaciones sus sucios discursos. 

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Afinidades ideológicas

  ¿Por qué el PSOE rescató a la ETA de la miseria a que la habían llevado Aznar y Mayor Oreja? Por afinidad ideológica. La ETA y el PSOE comparten hasta un 90% de ideología. Los dos son socialistas, antifranquistas y antidemócratas a fuer de socialistas y antifranquistas; y son  homosexistas, abortistas y  feministas. Y son antiespañoles, la ETA de modo abierto y declarado, el PSOE de modo más dsolapado: detesta la España histórica y culturalmente real, y aspira a cambiarla de acuerdo con sus ideas (tan simples y similares a las de la ETA) de modo que “no la reconozca ni la madre que la parió”, como dijo su mayor intelectual.

   Lo he explicado a menudo, pero algunos creen que lo decisivo en la acción del PSOE son cosas como el GAL o algunos asesinatos de socialistas por la ETA. El GAL no fue montado para acabar con la ETA, sino para obligarla a negociar transformándola en un poder político, que es lo que ha hecho Zapatero. Porque el PSOE comprende muy bien el terrorismo, ya que lo ha practicado abundantemente a lo largo de su historia. Y entre afines mafiosos hay a menudo peleas y asesinatos, como ya ocurrió durante la guerra civil. Los dos partidos identifican  la democracia con el antifranquismo. Por lo tanto no pueden aceptar una democracia que viene directamente del franquismo. La ETA la rechazó siempre, el PSOE se vio obligado a resignarse a ella, pasajeramente, a causa de su debilidad. La ETA ha sido así, en buena medida, la conciencia del PSOE. Si no se entiende esto, no se entiende nada y,  como de costumbre, el análisis político no pasa del chismorreo de ocasión, ajeno a toda perspectiva histórica.

   No menos sorprendente  es para muchos el apoyo y financiación sistemáticos de los gobiernos de UCD y PP a los separatismos. Un caso que no se da en ningún otro país, me parece. ¿Cómo es posible, piensan los ingenuos, si el PP es abiertamente proespañol, aparte de descender directamente del franquismo? Es posible por la misma afinidad ideológica democristiana de todos ellos. En la UCD, aunque materialmente basada en el Movimiento franquista, se impuso la ideología democristiana, debido a que el Movimiento estaba intelectual e ideológicamente vacío, incapaz de afrontar la nueva situación histórica. Y tanto el PNV de Arzallus como CiU de Pujol eran asimismo democristianos. Por así decir, todos estaban en familia y más o menos se entendían.

   Había, no obstante, dos diferencias: también entonces se aceptó que democracia y antifranquismo eran equivalentes, con lo que la UCD y luego el PP quedaban en desventaja, al proceder del régimen anterior, mientras que el PNV y CiU tenían un plus de legitimidad por considerarse radicalmente contrarios a Franco…, aunque este apenas hubiera notado su oposición.  Y con arreglo a ese plus podían presionar y exigir, y acusar y  avergonzar a UCD y PP por no ser lo bastante “demócratas”. La otra diferencia era el propio secesionismo. UCD y PP defendían de palabra la unidad nacional, pero sin el menor brío y actuando en los hechos como auxiliares de los disgregadores de España, concediéndoles más de lo que estos mismos osaban exigir. A su vez, los disgregadores aceptaban de palabra la Constitución y la unidad del país, para ir minándolos en los hechos y progresando hacia la secesión. El  PNV y la CiU, como el PSOE, se habían resignado provisionalmente a la democracia, debido a su debilidad inicial, pero desde el primer momento se afanaron en socavarla mediante la estrategia indirecta de  falsear la historia para atacar al franquismo, origen precisamente de las libertades.

    La situación actual de España no es casual, tiene una lógica clara y profunda. Es el resultado de un proceso de cuatro décadas de ciertas afinidades ideológicas. Y para evitar que todo desemboque en una gran tiranía y descomposición nacional es indispensable dejar en claro lo que fue y significaron Franco y su régimen, cómo solo de él y de ninguna oposición a él pudo ser posible la democracia, y cómo el antifranquismo posterior ha sido precisamente el cáncer de la libertad y de la nación. Mientras esto no se entienda, la dinámica fatal de estos años seguirá empujándonos al desastre o incluso a la guerra.

 

 

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PSOE (III) La técnica del terror (b) / El proyecto de vida de Azaña

Los milicianos socialistas madrileños, llamados “chíbiris” por el estribillo de canciones obscenas que solían entonar,  se adiestraban en el parque de la Dehesa de la Villa y en el bosque de El Pardo. Allí, el 10 de junio, durante una reyerta, un falangista de 18 años, Juan Cuéllar, fue apaleado hasta morir, quedándole el rostro irreconocible por los golpes. Esta vez los de Ansaldo no postergaron la represalia. Cuando un autocar traía de vuelta de El Pardo a jóvenes socialistas, dispararon contra ellos desde un automóvil, matando a una chica, llamada Juana Rico, de la que se decía que había orinado sobre el cadáver de Cuéllar e hiriendo a otro. Aquel día, José Antonio se salvaba de un nuevo atentado al confundir los atacantes la matrícula de su coche.

  Los falangistas habían soportado sus bajas con estoicismo, pero el PSOE reaccionó a esta primera suya  con una agitación descomunal. Juana Rico fue convertida en símbolo, su entierro en una gran manifestación. El Socialista, órgano del partido que describía a los que venían de entrenarse  en la Dehesa de la Villa como  “niños y mujeres obreras”, ponderaba el aspecto marcial del impresionante acto, con asistencia de 10.000 personas, y advertía: “Un día formularemos la factura”. El poeta Rafael Alberti  la glorificó en un poema. Wenceslao Carrillo, padre de Santiago , dijo:  “Los que asesinaron a Juanita Rico iban contra las ideas (…). La vida de Juanita no hay más remedio que vengarla”. Contra las ideas… A los pocos días  la sede de Falange era ametrallada, dejando dos heridos.

   El atentado de Falange sería seguido de algunos más, en número menor que los sufridos,  hasta octubre, cuando el PSOE y los separatistas catalanes lanzaron su revolución.  El gobierno centrista del Partido Radical, apoyado por la CEDA,  reaccionó contra la Falange con mucha más energía que contra los socialistas . El ministro de Gobernación, Salazar Alonso, persiguió sus organizaciones, cerró sus locales e hizo detener a decenas de sus miembros, incluyendo en una ocasión al propio José Antonio, liberado enseguida por su inmunidad parlamentaria. El entierro del falangista Cuéllar hubo de realizarse muy de mañana y sin concentraciones, mientras que fue autorizada una concentración por Juana Rico. En Asturias  se prohibían conferencias del líder falangista, mientras que el PSOE y la UGT tenían permiso para organizar toda clase de actos y exaltaciones abiertamente revolucionarias, y sus organismos recibían cuantiosos fondos oficiales, como tres millones y medio de pesetas  al Sindicato Minero, que preparaba activamente la revuelta.

   Los falangistas creían que Gil-Robles atizaba la represión contra ellos por temor a verse debordado: “La CEDA, así, tras la cortina, promueve nuestras persecuciones. Las gentes de la CEDA son maestras en la insidia: no hay órgano mejor que su periódico para recoger y divulgar  cuantas falsas especies pueden perjudicarnos”, escribía José Antonio.  El  cual fue imputado en las Cortes, el 3 de julio, por tenencia ilícita de armas. Inesperadamente el líder socialista Prieto salió en su defensa recordando que muchos congresistas tenían armas (y las llevaban a las Cortes). José Antonio se expresó con frases muy agradecidas a  Prieto, frases que Ansaldo consideró inaceptables y tramó un complot para destituirle, aunque el destituido sería él.

   Los socialistas no atacaron solo a la Falange. El 7 de febrero el diputado Álvarez de Lara había presentado al Congreso un informe sobre la situación en Jaén: “Con el régimen de alcaldes socialistas no hay paz ni sosiego (…) Se están cometiendo asesinatos como el de Torredonjimeno, como el de Marmolejo, donde la víctima, después de caer del caballo, fue rematada; como el del labrador de Mengíbar llamado Valdivia (…) Acaso se diga que la conducta de los patronos ha originado todo esto (…) pero los patronos no pueden dar más ni menos jornal, porque la agricultura está arruinada”. Denunció también cómo los alcaldes socialistas gastaban grandes cantidades en gastos de representación y otros inútiles, y que no había modo de controlar sus cuentas.

Portada

 La CEDA quiso demostrar que era una fuerza de masas  convocando en El Escorial,  para el 20 de abril,  una concentración de sus juventudes. El PSOE conminó: “Somos millares y millares los que iremos de toda España a impedir ese crimen contra la clase obrera. Y si el gobierno lo autoriza,  habrá un día de luto en El Escorial”. Los socialistas boicotearon el acto con sabotajes, apedreamientos de trenes y autobuses, y paros en empresas, a veces impuestos pistola en mano. S. Carrillo rememora: “Por primera vez habían actuado de diversas formas las milicias que estábamos organizando”. La víspera de la concentración unos pistoleros del PSOE ametrallaron desde un coche  a un grupo de cedistas cuando bajaban del autobús que los había traído a Madrid, haciéndoles un muerto y un herido grave.  Exasperado, Gil-Robles exclamó:  “No podemos con este estado de cosas. Tenemos que defendernos; llegaremos incluso a convertirnos en fieras como ellos”. Y en El Escorial afirmó: “Actuamos siempre dentro de la legalidad (…) (pero) ¡que la revolución se eche a la calle! Nosotros nos echaremos también”.

 En septiembre, poco antes de la insurrección armada, la CEDA llamó a otra concentración en Covadonga, y los socialistas volvieron a sabotearla con huelgas, cortes de carretera y ferrocarril, tiroteo de automóviles, etc. Hay que señalar que la CEDA, aunque mucho menos hostigada que la Falange, nunca replicó en el mismo plano, y las reuniones y mítines monstruo de los socialistas pudieron celebrarse con tranquilidad y hasta apoyo de las autoridades centristas.

   Varios años más tarde, Prieto lamentaría aquellas políticas, achacando a sus juventudes actos como si fueran espontáneos, aunque realmente estaban impulsados desde la dirección del partido.  Las juventudes tenían adjudicado precisamente el papel de punta de lanza de la revolución, y su terrorismo era parte de su entrenamiento. Porque Prieto y Largo Caballero,  con sus huestes y una vez marginado Besteiro, preparaban activamente en toda España una acción mucho más grave: el asalto armado no solo al gobierno salido de las urnas, sino a la república, para destruir lo que esta tenía de democrática –tampoco mucho, la verdad– e implantar su propia dictadura, que llamaban  “del proletariado”.

   Interesa constatar la técnica del terrorismo empleada por el PSOE (como por la ETA y otros) consistente en envolver sus asesinatos en una ola de victimismo puramente artificial, como había denunciado José Antonio. En nuestra época, el victimismo es el mejor disfraz de la tiranía y los golpismos. El problema radica en que los líderes y doctrinarios del PSOE, cuyo bajo nivel intelectual señalaría Besteiro, creían tener la receta para alumbrar una sociedad feliz y emancipada de todos los males, achacados estos a “la burguesía” y en general a la derecha. Esa receta ideológica les daba derecho a mentir, provocar y golpear, mientras que las réplicas sufridas se consideraban crímenes inexpiables.  Y por ello deseaban la guerrea civil, con sus propias palabras, y la organizaban activamente.

   Debe señalarse que esa técnica continúa hasta hoy. Jamás el PSOE, en su criminal historia, ha expresado el menor remordimiento por acciones como las mencionadas o por la inaudita crueldad de la persecución religiosa y política durante la guerra. Por el contrario, siempre las ha disimulado con victimismo o las  ha recordado con jactancia.

Y tras este breve resumen pasamos a examinar cómo el PSOE –en compañía de los separatistas vascos y catalanes, y de las izquierdas republicanas de Azaña– realizaban a lo largo de 1934 amplias maniobras desestabilizadoras al tiempo que practicaban el terrorismo mencionado. Tales maniobras culminarían en la  insurrección armada de octubre de aquel año.

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(Tertulia)

En Por qué el Frente Popular perdió la guerra, la parte dedicada a biografías de sus líderes me ha parecido demasiado escueta. La de Azaña me ha parecido la mejor….

–Se trata de semblanzas para mostrar brevemente el papel y el destino de los personajes. Claro está que podrían haberse desarrollado mucho,  como pasa con las otras tres partes. Espero  que den lugar a debates y ampliaciones.  De hecho existen cientos de libros biográficos o sobre mil cuestiones particulares de la guerra. Pero esta es una obra de síntesis. Sobre Azaña, Largo, Prieto y otros yo mismo he escrito mucho más, pero lo que me importaba  en este libro era mostrar su coherencia política y personal a partir de sus ideas básicas y proyecto de vida. O piensa en Federica Montseny, a la que he dedicado un ensayo crítico, por lo demás muy poco conocido. 

 Pero de Azaña, tú sostienes que solo figuró como disfraz supuestamente democrático de la revolución. En cambio le das más extensión que a otros.

–Eso es por dos razones: porque cubrió toda la época de la república y la del Frente Popular, dando una apariencia de continuidad a ambos regímenes; y porque mantuvo hasta el final su proyecto de vida política (y no solo política). Azaña es una figura trágica en mayor medida que los demás. Se hizo un proyecto de vida en la juventud, aunque eso no lo toco en este libro, pero sí en otro, sobre Los personajes de la república. La cosa queda muy clara en su libro El jardín de los frailes,  magníficamente escrita, donde se expresa su odio a la España tradicional y cierta megalomanía que le hace creerse predestinado a destruir todo aquello. También era consciente desde muy joven de su superioridad intelectual sobre su medio, y esa consciencia resalta con gran fuerza en sus diarios de la república. Luego, los diarios de la guerra son más bien un interminable quejido. Pero estos aspectos no los trato en la semblanza de Por qué el Frente Popular perdió, sino que parto de su discurso en el Ateneo, en vísperas del golpe militar con que pensaban traer la república, porque en él se encuentran todas las claves de su acción posterior.

¿Trágico Azaña? ¿No sería más justo decir que ocasionó una tragedia? ¿Mil tragedias?

–Bueno, ahí está la misteriosa imbricación del destino de los dirigentes y de los pueblos.  Pero digo trágica en el sentido preciso de las tragedias griegas: los personajes argumentan muy bien sus razones y motivos, y sin embargo una fuerza impalpable les lleva al desastre.  Esa fuerza viene a ser lo que llamaban la hibris, la desmesura o soberbia. Azaña concibió un magno proyecto de destrucción de la España tradicional dirigiendo a  “los gruesos batallones populares” o algo así. La expresión en sí misma es despectiva, él sería la inteligencia y los “gruesos” la fuerza bruta. Él pensaba que la obra de demolición que se proponía alumbraría por sí misma una sociedad mucho más ilustrada y libre. La realidad fue que su inteligencia no era tanta como él suponía, que no había apreciado la de los gruesos batallones, y que sería arrastrado por ellos. Es cierto que en toda tragedia hay algo cómico, y las lamentaciones de Azaña en sus diarios de guerra tienen también algo de cómico por su empeño en descargar las culpas sobre los demás, sobre los “gruesos”, cuya estupidez y falta de talento no se cansa de señalar. Creo que esa dinámica y esa lógica, muy en síntesis, queda expresada en este libro, pero quien tenga curiosidad puede ampliarla en Los personajes de la guerra vistos por ellos mismos.

 Yo no creo en eso de los proyectos de vida. Estuvo muy de modo hablar de eso en los años 20 o 30, pero la inmensa mayoría de la gente no se hace proyectos de vida, simplemente se adapta a lo que la vida va imponiéndole.

–Sí, hay las dos cosas. Pero creo que en la adolescencia o la juventud todo el mundo se hace un proyecto, aunque sea poco impreciso. Hay quienes aspiran a la gloria como grandes poetas o pintores o políticos o científicos, pero esos son pocos. La mayoría piensa más bien en conseguir un empleo que les permita vivir con desahogo, casarse y tener familia. Esto también es un proyecto. Luego están los avatares imprevisibles que les presenta la vida: el trabajo puede ser bueno o malo, pueden hacerlo mejor o peor, pueden elegir un cónyuge que les vaya bien o no, los hijos pueden salir mejor o peor, qué sé yo… Sus  comicidades o tragedias o bienandanzas e fortunas no pasan de un círculo estrecho. Pero quienes se plantean grandes aspiraciones influyen sobre muchísima gente más, sobre países y sociedades enteras. Incluso durante siglos.

Pero me parece que el caso de Negrín no se ciñe a ese modelo. Quiero decir que tiene poco que ver con Azaña…

–Tienes razón,  es un caso muy diferente del de Azaña. Quizá aspiró solo a ser un médico destacado, y ya veis…

 

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