Koestler y Baroja (I) / Dos generaciones y la kakistocracia

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Koestler y Baroja (I)

Últimamente he repasado algunas páginas de las memorias de Pío Baroja y de Arthur Koestler, que me sugieren  intentar algún comentario. Koestler tuvo una vida muy variada y agitada, con muy fuertes intereses intelectuales que le llevaron a desengañarse sucesivamente del sionismo y del comunismo, siempre con un espíritu inquieto, tratando de entender la vida. Podía haber escrito simplemente un relato de sus episodios, sus épocas malas, hasta pasar mucha hambre, y épocas boyantes  (escribió una de las novelas más influyentes del siglo XX), lo que daría una vida llena de emoción y triunfante tras muchos avatares. Sin embargo se prometió escribir unas “confesiones” capaces de competir o dejar atrás en sinceridad a  las de Rousseau, San Agustín  u otras célebres. Así, junto al relato exterior de aventuras y desventuras, ofrece el interior de su gran inseguridad personal, sus neurosis, como se decía,  su intento de entenderse a sí mismo, su sensación de estar al margen de los demás y de hacer el ridículo en sus intentos de integrarse,  su intensa sensación de culpa, su “arte para envenenar mis placeres recordándome constantemente su carácter efímero”, etc. Con todo lo cual ofrece además un panorama muy agudo  de la turbulenta época que le tocó vivir. Acaso sean las memorias de mayor  interés del siglo XX.

Hubo para él, no obstante, un buen tiempo que añoraría, el de la fraternidad estudiantil o  Burschenschaft sionista en la universidad de Viena. Las Burschenschaften  eran asociaciones estudiantiles de tres tipos:  pangermanistas,  liberales y  sionistas, que  se dedicaban a las juergas y a los duelos a sable. También alguna católica que no practicaba los duelos y por eso no era tomada en serio, y “clubs” socialistas que despertaban mayor desprecio aún. Las pangermanistas eran racistas mucho antes de Hitler y solo admitían a “arios de pura cepa”. Las liberales, al contrario, admitían a checos, húngaros o judíos “y demás miembros de razas inferiores”. La primera fraternidad judía la había fundado Theodor Herzl “para demostrar que los judíos podían equipararse al resto del mundo en lo que se refería a duelos, borracheras, vociferaciones y cantos”.

La primera de estas sociedades sionistas  se entrenó tan a fondo en esgrima  que logró vencer a los “arios”. Estos decidieron entonces que los judíos no tenían honor, y por tanto  “debía negárseles la satisfacción por las armas”. Por tanto, ante una provocación seguía la pregunta: “Herr Kollege, ¿es usted ario?”,  a la que los sionistas debían responder con un palo o un puñetazo.  Aquellas fraternidades, incluida la sionista, tenían sus ritos peculiares. “Después del duelo, el Kneipe era la institución más notable”, que describe así “La mesa estaba dividida en la Zona Principal para los alumnos de años superiores, y la Secundaria para los novicios. A la cabeza de la Principal se sentaba el Praeses,  y al extremo opuesto el Mayor de los novicios o Contrarium (…) A la voz de mando, nos sentamos en el orden prescrito (…) El programa se dividía en tres partes, la oficial, la no oficial y la “pocilga” (…)  El Praeses se puso en pie, golpeó tres veces la mesa con la espada  y  declaró abierto el Kneipe.

  ” Todo era estrictamente ceremonioso. Las órdenes para iniciar los cantos y ofrecer los brindis eran pronunciadas en latín. El orden de los cantos era inmutablemente como sigue: Gaudeamus igitur, en latín; Hatikvah, el himno sionista, en hebreo; O Alte Burschen Herrlichkeit, en alemán; Ergo bibamus, en latín; Vivat Academia, en latín; el himno de la fraternidad, en alemán, sobre una melodía hebrea. Todos los cantos eran entonado de pie, en posición de firmes. Todos los brindis (al Praesidium, al Contrarium y a varios ex alumnos, muertos o vivos)  eran ofrecido en posición de firme, haciendo sonar los talones. El movimiento de alzar la copa llena y depositarla vacía exigía la precisión de un  regimiento de Guardias (…) Cuando ya terminaba la parte oficial, dos de los novicios pidieron permiso en latín  Per Contrarium ad Praesidium  para ir al baño a vomitar (…) Durante la parte no oficial  uno podía hablar libremente  con los vecinos o pedir premiso per Contrarium ad Praesidim  para pronunciar un discurso o ir a vomitar. Había cantos solistas y corales, sin levantarse de la silla; a estas alturas hasta los más avezados veteranos habrían mantenido difícilmente la posición de firmes (…)

“El número principal de esta parte consistía en el “cuento del vino”, un discurso humorístico sobre cualquier cosa, tachonado de alusiones a acontecimientos públicos y privados, pronunciado por uno de los mayores. De acuerdo con las reglas, el cuento debía avanzar “en ciclos”, pasando de un tema a otro mediante la aliteración, la asonancia y la libre asociación de ideas. Templado mi juicio por el vino, este discurso me pareció el más ingenioso que había oído nunca. (…)  Me encontraba a la vez estimulado y agitado por el ambiente desconocido y extraño, los exóticos ritos, y sobre todo por la novedosa experiencia de verme aceptado en el seno de una comunidad fraternal y amistosa. Siempre había vivido muy solo (…)  Ante esa larga mesa del salón de fiestas, rodeado de simpatía, risas y canciones, con el agradable calor de un litro o dos de vino, me parecía emerger de un túnel oscuro hacia una luz nueva y deslumbrante. Por primera vez experimenté esa emoción que es la más fuerte de todas las emociones sociales: la sensación de camaradería, de pertenecer al ambiente”. Cálida sensación que perdería al abandonar los estudios para ira Palestina a experimentar en carne propia el sionismo, del que empezó a oír  hablar en aquella fraternidad.

Pío Baroja también parece haberse sentido muy poco “en el ambiente”, según  se describe, sospecho que no muy sinceramente: “Yo soy un hombre que ha salido de su casa por el camino, sin objeto, con la chaqueta al hombro, al amanecer, cuando los gallos lanzan al aire su cacareo estridente (…) He seguido mi ruta al azar, unas veces asustado ante peligros quiméricos,, otras sereno ante realidades peligrosas (…) Para entretener mi soledad, he ido cantando, silbando, tarareando canciones alegres o tristes, según el humor y el reflejo del ambiente en mi espíritu (…) Queriendo ser escuchado (…) Alguna ventana se abrirá  –pensaba–y aparecerá un rostro simpático y jovial.  No se abría ninguna ventana (…) y al insistir  iban brotando aquí y allá  caras torvas, miradas hostiles, gente en guardia que apretaba el garrote entre las manos huesudas. Quizá les he ofendido –discurría yo-- Esa gente no quiere nada conmigo. Y seguía mi marcha al azar (…). Durante  mucho tiempo  esta soledad, el graznido de las lechuzas, el aullido de los lobos, me llenaban de angustia e inquietud”.

Pero aparte de esa sensación de ajenidad y el común oficio literario, difícilmente pueden encontrarse dos biografías más distintas que las de Baroja y Koestler,

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Sonaron Gritos Y Golpes A La Puerta (Ficción Bolsillo)

Dos generaciones y la kakistocracia

(en este blog, 26 de junio de 2012)

Algunos agudos lectores de Sonaron gritos y golpes a la puerta  han incidido en el contraste que ofrece con otras muchas obras que tratan de aquella época, de las que la novela más paradigmática y en muchos sentido fundadora sería La Colmena. Y, efectivamente, viendo las cosas en perspectiva así ocurre, aunque no fuera un designio consciente por mi parte.  Las dos parecen novelas históricas en el sentido de que retratan ambientes y situaciones de época, y cabría preguntarse cuál de ellas resulta más veraz, sin entrar en méritos literarios.  Creo que La Colmena, a pesar de su éxito como descripción presuntamente histórica, tiene muy poco que ver con la realidad, o, para ser más exacto,  su realidad podría extrapolarse, con las correcciones correspondientes, a cualquier época: sus personajes sin mucho espíritu ni inteligencia, son perfectamente universales, y ya tiene mérito haber escrito una obra literaria notable con tales mimbres, aun cultivando el cutrismo.

En varias entrevistas me han preguntado por qué elegí aquella época, de la que, gracias a Cela y a muchos otros, ha quedado una imagen triste, pobretona y aburrida.  Pero la realidad fue muy distinta. La etapa desde el comienzo de la Guerra Civil hasta el año 49, que marca la derrota completa del maquis, es sin duda la más dramática y la más épica del siglo XX español. Baste recordar los desafíos a los que hubo de enfrentarse, en condiciones muy precarias, aquella generación: los movimientos revolucionarios y separatistas, el peligro de ser arrastrados a la vorágine de la guerra mundial, el boicot inglés, la posibilidad de invasión por los vencedores de Alemania, el maquis, intento de reanudar la guerra civil, y un delictivo aislamiento internacional que buscaba agravar al máximo el hambre y la miseria. En todo el siglo XX, incluso desde la Guerra de Independencia,  ninguna generación de españoles había debido afrontar desafíos tan extremos y peligrosos.

Pues bien: aquella generación, lo mejor de ella, no solo hizo frente a tan difíciles amenazas, sino que salió vencedora de  todas ellas.  Este es un hecho histórico de la mayor magnitud, porque los desarrollos posteriores, básicamente la paz más larga y productiva que haya tenido España en dos siglos, se debió al esfuerzo y al valor de aquellas personas, que he intentado reflejar en los personajes de mi novela, para lo que he debido alejarme del costumbrismo y del cutrismo tan en boga, sobre todo al tratar aquel tiempo.

Mucho debemos, pues, a aquella generación, a la que hemos pagado desde hace muchos años con una mezcla de odio y desprecio: el odio y desprecio de los inferiores a los superiores. Echemos un vistazo a la generación actual, que en su inversión de valores y servilismo cultural  ha pretendido hacer del embuste, la cobardía, la frivolidad sin ingenio  y la corrupción una especie de virtudes, y que pretende mofarse  de quienes en tan gran medida la superaron. Es la kakistocracia, el poder de los peores.

Pero ya entonces aparecían esos personajes: Cela mismo es un buen modelo: de ofrecerse como chivato de la policía pasó a intentar congraciarse con los que creía que iban a vencer en España al terminar la guerra mundial. En Sonaron gritos… he querido retratar también aquellos ambientes oscuros en que todos los gatos eran pardos, y que después de tantos años parecen haberse vuelto dominantes. Aunque quizá no tanto como creen.

GALERIA DE CHARLATANES

 

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Píldoras: los obispos / “¡Bombardeemos Madrid!” / El mayor misterio

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Píldoras: los obispos

**Los obispos,  contentos y agradecidos por la profanación de la tumba de Franco,  que les ha quitado el peso de la deuda moral a quien salvó a la Iglesia del exterminio, han felicitado al doctor en estafas por la investidura, ofreciéndose a colaborar “por el bien común”. El bien  común del doctor, los separatistas y los obispos, se entiende.

**Dice el doctor que el terrorismo no puede combatirse solo con la fuerza. El PSOE lo combate colaborando con él. Y el PP sigue.

**Cada vez menos mujeres tienen hijos en España. La política dominante es fomentar el aborto, desalentar la maternidad (los hijos quitan “calidad de vida”), y fomentar la inmigración, en especial musulmana.

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“¡Bombardeemos Madrid!”

En el primer punto de Más España señalaba la importancia decisiva de una política que desarrolle la cultura hispana, algo que ningún partido actual  toma en consideración. La cultura,  superior y popular, es sin embargo la savia de un país. Uno de los muchos cambios negativos que está sufriendo España desde hace decenios es precisamente la satelización cultural, uno de cuyos aspectos más hirientes (no para nuestros políticos) consiste en una auténtica  colonización por el inglés. Así, el país entero se está gibraltarizando.

   Nuestros politicastros lo mismo financian los separatismos o entregan la soberanía española a Bruselas y a la OTAN,  que tratan de disolver la cultura española en la anglosajona. Y lo hacen con la mayor naturalidad porque hasta ahora no han encontrado prácticamente oposición: ¡tanto pesa el tópico de un europeísmo ignorante de Europa y despreciativo de la propia España, cuando si algo resulta despreciable es la actitud y la biografía de esos políticos!

    El segundo punto programático propuesto para MÁS ESPAÑA dice: “Detener la colonización cultural por el  inglés y programarlo en la enseñanza como lengua extranjera y no como bilingüe, como lengua de hecho superior”.

 La cuestión del inglés, en la enseñanza y en general, tiene carácter fundamental. No es lo mismo asimilar elementos culturales ajenos, cosa que suele enriquecer a una sociedad, que ser asimilado por ellos, lo que produce esterilidad, como realmente  está ocurriendo. En ese espíritu servil e inculto, que convierte a los partidos en agentes del desplazamiento del español en la propia España, destaca de manera especial  la derecha. Para muestra, un botón, aunque hay infinidad de ellos:  El PP ha dedicado una plaza a Margaret Thatcher en pleno centro de Madrid, al lado mismo de la que conmemora los descubrimientos y el Imperio español (destruido este en gran medida por los ingleses). La Thatcher, un tanto alcohólica, compartía algunas ideas con el PP, pero era radicalmente una patriota inglesa (nada que reprocharle por eso) que en Gibraltar (¡Gibraltar!) hizo aquella declaración gloriosa: “¡Bombardeemos Madrid!”. Aquí, una gran admiradora de Inglaterra, Esperanza o Hope Aguirre, es también una patriota… inglesa, que ha cometido la felonía (por lo demás anticonstitucional) de cooficializar el inglés en la enseñanza, por lo que ha recibido u título en la Orden del Imperio Británico (el de Gibraltar). Y los argumentos para el desmán  no pueden ser más clarificadores: el inglés es la lengua de la economía, la ciencia, el pensamiento, la música y el arte, la milicia… Se trata de arrinconar el español más y más a lengua doméstica y de infraculturas.

    Por otra parte, el español es desplazado cada vez más por las propias  empresas españolas, comenzando por la más exitosa de ellas, Inditex, y siguiendo por multitud de pequeños negocios con nombres ingleses, que se exhiben en inglés, con la publicidad en inglés llenando un espacio público que sigue siendo español, etc. No es algo espontáneo sino en gran medida programado, para acostumbrarnos a ver en ese idioma la lengua del empleo y la cultura en nuestro propio país. Y esto es incomparablemente más grave que los ataques separatistas al español, seguramente llamados al fracaso. Porque el  relegamiento del español a lengua secundaria en la propia España sigue una marcha triunfal y está llamado a un pleno éxito… si no se genera una reacción, que debe encabezar un partido que bajo el lema MÁS ESPAÑA quiera actuar como revulsivo y alternativa a la podredumbre actual.

   No habría que decir, aunque hay que hacerlo, debido a la mala comprensión lectora tan extendida, que al denunciar tal situación no condenamos el aprendizaje del inglés para quien lo desee o necesite. Lo que condenamos es la invasión y colonización en curso. En cuanto a la enseñanza pública, el inglés debe presentarse como lengua extranjera, como una asignatura aparte y no como aquella en la que se estudien las ciencias y otras asignaturas cruciales en aparente igualdad, de hecho superioridad, con el español, cosa que ocurre cada vez más.

   La denuncia y contraataque a la colonización cultural debe ser un punto clave, de principio, en un programa político. Aparentemente la gente está tan anestesiada por la verborrea política al uso, que no tiene conciencia ni interés en el asunto, el cual solo despierta un descontento vago y difuso. Pero también parecía que el patriotismo había desaparecido del ambiente español, y vamos comprobando lo contrario. Un partido que ponga en primer plano este gravísimo problema no solo se destacará de los demás sino que encauzará de manera productiva una insatisfacción hoy por hoy impotente y poco concreta.

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El mayor misterio

Los viejos, dice Pío Baroja, tienen una vida tan pobre y estrecha que lo que pueden hacer es recordar. ¿Hacer balance de la vida pasada? Eso me parece imposible, porque la vida no es como una compañía con sus pérdidas y ganancias. Tampoco sus episodios son como las teselas de un mosaico,  independientes en apariencia, pero que forman un dibujo. En realidad nos es imposible entender la vida, incluso la de apariencia menos movida. ¿Qué significan los  recuerdos, entonces?

Adiós a un tiempo

De Un Tiempo Y De Un Pais - 1

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Batalla de la amnistía/ Personal y social / La masonería.

La batalla de la amnistía

1. El rey no ha defendido a la nación ni a la democracia al proponer la investidura de un enemigo cerrado de ambas para gobernar España. Ha sido una batalla perdida, aunque no sabemos si Felipe VI tendrá todavía un as en la manga para impedir el desastre. Ahora viene la batalla de la amnistía.

2.  Derrotar la amnistía arruinaría en parte los actuales manejos contra España y la democracia. Parece que la amnistía puede ser bloqueada desde el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta. Pero es muy dudoso que la bloquee. Contra lo que mucha gente piensa, el PP tiene interés también en la amnistía, aunque haga el paripé de oponerse, por temor a VOX. Como se “opuso” al rescate de la ETA por Zapatero. O a la toma del Constitucional por el PSOE. Siempre ha colaborado con los separatistas, y ese es un punto básico de su política general, no un “error”.

3. El PP no es un partido españolista, sino “europeísta”, aspirante a disolver la nación bajo las directrices de la burocracia de Bruselas. El intento de sustituir la bandera de España por la de la UE o por regionales (la aljofifa en Andalucía) no es una simple anécdota.No se olvide que en sus mítines prohibía hasta hace poco la bandera nacional, sin que sus necios votantes se dieran por enterados.

4. Por lo tanto, todo va a depender de VOX y de la movilización ciudadana, en la calle y en las instituciones. Hay algo nuevo desde la misma transición: la presencia de banderas nacionales, que estaban casi proscritas en los actos de los partidos hasta 2017, se ha vuelto masiva, demostrando que no han conseguido destruir el patriotismo popular. Y asimismo la presencia de multitud de jóvenes. Ahí está la  clave para derrotar la amnistía y, en cualquier caso, al Frente Popular  de facto que nos amenaza.

5. Es un error pensar que el doctor en estafas obre por “narcisismo” o “afición al poder”, aunque eso ocurra. Él parte de un proyecto estratégico de larga data, la transformación de España en una “confederación republicana de naciones”, combinada con la liquidación de la herencia del franquismo, precisamente la unidad nacional, la democracia y la monarquía. Ese objetivo, con muchos quiebros y vueltas, a veces semiabandonado, permanece siempre en la política del PSOE, como en la de los separatistas. Y  hoy está pasando a primer plano. Si no se tiene presente, el análisis político pasa a simple chismorreo de ocasión.

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Lo personal y lo social

Adiós a un tiempo

De Un Tiempo Y De Un Pais - 1

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El hombre y las variaciones del clima: Guía para navegantes 5 | José Ramón Ferrandis (joseramonferrandis.es)

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Masonería

“Quienes también se tomaban con el mayor interés aquellas maniobras a la caída del régimen de Primo de Rivera eran los masones, por lo que viene al caso una breve digresión al respecto. A pesar de tener diversas ramas, a veces enfrentadas, la masonería puede definirse como una sociedad u orden iniciática, gnóstica a su manera, secreta (aunque se decía solo “discreta”) con un secretismo que aumentaba según se accedía de grado en ella, con gran avidez por penetrar en los círculos de poder (políticos, jueces, militares, periodistas, profesores…). Otros rasgos eran su anticatolicismo (la Iglesia condenaba el gnosticismo y las sociedades secretas) y su antiespañolismo en cuando que propagaba la leyenda negra, tildando la historia de España de oscurantista e inquisitorial. De hecho había tenido parte muy importante en la destrucción del Imperio hispanoamericano. Se presentaba como una orden filantrópica y promotora de la democracia y los Derechos del Hombre, imagen paradójica por cuanto su misma concepción orgánica contradecía tanto los principios de la democracia como los derechos, manipulables así ocultamente. Su infiltración en medios de poder, especialmente en partidos republicanos y separatistas, en menor medida en el PSOE,  es evidente, pero su secretismo dificulta calibrar su verdadera influencia. En España existe la excepción, al menos parcial, de Juan Simeón Vidarte, masón y socialista importante, que en sus memorias ofrece datos concretos de conspiraciones y acciones de la orden. Por contraste, Martínez Barrio, que llegó al grado más alto de la orden, el 33, mantiene el secreto. En sus memorias  la masonería simplemente no existe”.

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Niveles golpistas, batalla de la amnistía / Satelizado, cipayizado y colonizado

La reconquista y España

Dos niveles del proyecto golpista. Batalla de la amnistía 

En todas las ofensivas contra la unidad nacional y la libertad aparecen siempre juntos el PSOE y los separatistas. Así ocurrió en el régimen liberal de la Restauración, en el régimen en principio democrático de la II República, y nuevamente  en la democracia actual. Que lo hayan hecho invocando además la democracia, revela el diferente significado que esta palabra puede adquirir y ha adquirido empleada por marxistas, liberales, anarquistas o nazis. Es esencial, entonces, entender cómo se ha llegado aquí.

He expuesto que el objetivo del PSOE y los separatistas es la destrucción de la herencia del franquismo, condensada en las leyes de memoria, que lo deslegitiman y por tanto deslegitiman dicha herencia: la unidad nacional, la transición democrática y la monarquía sobre todo. Esto es algo evidentísimo, pese a lo cual el análisis político ratonero, poco más que anecdótico,  prevalente en España,  lo elude sistemáticamente. Debe atenderse  no obstante al hecho de que el primer partido en deslegitimar al franquismo no fueron el PSOE ni los separatistas, sino el PP de Aznar. Seguro que el cretino lo hizo sin valorar las consecuencias. Era un golpismo semioculto o disfrazado, pero una vez sentado el principio en la ley, sus efectos prácticos irían por sus pasos hasta el golpismo abierto actual.

Este es, sin embargo, el nivel inferior del proyecto. El nivel superior y más amplio lo expuse en la entrada anterior de blog: se trata de destruir la nación española para transformarla en una confederación republicana de naciones, acordado ya por el PSOE en su congreso de  1918. Lo cual significa invertir la historia, la cultura y la lengua nacionales desarrolladas desde los Reyes Católicos para inventarse una España similar al Imperio Austrohúngaro. Esta pretensión ya causó, como digo, la ruina de dos épocas de libertades en España y amenaza la tercera. El golpismo plantea una cuestión de fuerza: o defendemos eficazmente a España o se saldrán finalmente con la suya.

Impedir el gobierno de los partidos que más abiertamente están contra España, la democracia y la Constitución es indispensable. El rey debería cumplir con su deber de defender la nación y la Constitución, como hizo cuando el butifarréndum. Si lo hace, contará con el apoyo de la gran mayoría de los españoles, pero hasta ahora no lo ha hecho y ha permitido la investidura del delincuente. Sin embargo esto no es el final, sino el principio. En la calle y en las instituciones, los patriotas y demócratas debemos resistir y acosar a este gobierno hasta mandarlo al basurero de la historia. De momento se plantea la batalla de la amnistía, que concentra gran parte de este golpismo.  Hay que echarla por tierra. Es indispensable que de manera constante los demócratas que haya en el poder judicial, en la universidad, en el ejército, en todas las instituciones,  se pronuncien en escritos y manifiestos contra ese atentado a nuestra libertad y unidad nacional, y que en la calle no cese el clamor  contra los delincuentes.

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 Un último coletazo de la guerra civil y del comunismo clásico en España:

De Un Tiempo Y De Un Pais - 1

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Un país satelizado, cipayizado y colonizado

   Es una evidencia que no precisa demostración el hecho de que los gobiernos tanto del PP como del PSOE han convertido a España en un país políticamente satelizado, militarmente cipayizado y culturalmente colonizado. Quizá este último punto sea a la larga el más peligroso. Llevo tiempo denunciándolo entre el silencio intencionado de unos y  la indiferencia de otros, pero el asunto es lo bastante grave para insistir. He aquí un artículo de hace unos años:     ¿Expulsar nuestro idioma de la ciencia? – Pío Moa – Libertad Digital

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En Una hora con la historia:    295 – Franco, Hitler y Mussolini | Ante el golpe – YouTube

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El proyecto golpista / PSOE, el gran desconocido.

El proyecto golpista

Para entender el golpe en curso “a lo nazi” (usar formas legales para destruir el contenido de la democracia) debemos remontarnos un poco en la historia. Porque no se trata, como creen tantos parleros, de mera afición desmedida al poder por el doctor y su cuadrilla. Se trata de un proyecto en el PSOE, que data de su XI Congreso en 1918, celebrado en plena euforia sovietizante. En él se aprobó, entre otras cosas, convertir a España en una “confederación republicana de nacionalidades”. Es decir, España no sería una nación, según predicaban también los separatistas, sino un estado compuesto de distintas naciones, al modo del Imperio austrohúngaro o el ruso, naciones que podían unirse en confederación o no, según se “autodeterminaran” Era un concepto golpista contra la historia, la unidad y la cultura de España construidas desde los Reyes Católicos sobre un modelo muy anterior;  historia, unidad y cultura que desacreditaban sistemáticamente el PSOE, los separatistas, los republicanos y otros, siguiendo la leyenda negra.

Ese golpismo causó la destrucción del régimen liberal de la Restauración, luego trajo una república caótica, y en ella el PSOE y los separatistas, en especial los catalanes, se aliaron para destruir la democracia republicana en dos nuevos golpes, el de octubre de 1934 y el de la falsificación de las elecciones en 1936, de la que salió el gobierno terrorista del Frente Popular, que no fue sino, nuevamente, una alianza de facto de socialistas y separatistas. Y  finalmente la guerra civil, en la que, como reconocía el socialista moderado Besteiro, fue afortunadamente vencido el programa de sovietización y disgregación del país.

Como ni el PSOE ni los separatistas hicieron oposición real a Franco, salvo la ETA en sus últimos años, el problema parecía olvidado y superado, pero no fue del todo así. Al llegar la transición democrática desde el franquismo, es decir, por la que podríamos llamar vía franquista, el PSOE,  los separatistas y los comunistas trataron de oponerle una vía contraria, que enlazara con una imaginaria legitimidad del Frente Popular. La vía antifranquista, que de ningún modo podría haber conducido a una democracia y sí a un caos,  fue abrumadoramente derrotada en el referéndum de 1976, pero su proyecto no desapareció, sino que se mantuvo recurriendo a tácticas más en subterráneas o en segundo plano. Y consiguió ganar una primera batalla al introducir en la Constitución el término “nacionalidades”, que en sí mismo negaba la unidad nacional proclamada en el mismo documento

El paso del proyecto golpista a primer plano ya se dio con la llamada “ley de memoria histórica”, luego “democrática”orquestada una vez más por socialistas y separatistas la cual, al deslegitimar al franquismo deslegitimaba implícitamente todo lo que venía de él, es decir, la democracia, la transición y la monarquía. Impuesto ese principio, las consecuencias irían llegando por sus pasos. Por no extendernos, una clara consecuencia fue el butifarréndum de 2017, un golpismo regional, que ahora se ha convertido en  golpismo gubernamental, después de décadas de corrupción progresiva de las instituciones, desde el poder judicial a la universidad. Lo nuevo históricamente en este proceso es que el PP,  la derecha, ha colaborado en él, haciéndolo más dañino y peligroso. Feijóo también cree que España se cierne como estado opresor sobre diversas “naciones sin estado”, y ha obrado en consecuencia en Galicia. VOX es hoy la única oposición real.

El contenido esencial de este golpe, bien claro para quien quiera abrir los ojos, es el proyecto socialista-separatista de 1918, que de modo más o menos consciente, más o menos explícito, trata de invertir la historia y la cultura nacional española, y ha dado lugar ya a la destrucción de dos regímenes de libertades, la Restauración y la República, ha  provocado una guerra civil y amenaza hoy  muy gravemente a la actual democracia y a la propia nación.

El golpismo reduce la política a una cuestión de fuerza. Ante él, lo único que hay que proponerse es resistirlo y desactivarlo mediante una verdadera rebelión cívica,  hasta llevar a sus responsables ante los jueces. Abascal lo ha expresado perfectamente: o el doctor y su cuadrilla van al banquillo, o los demócratas iremos a la cárcel. Como en Venezuela, por ejemplo.

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La reconquista y España

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PSOE, el gran desconocido

 El PSOE es el partido que más ha influido, incluso de modo determinante, en dos etapas históricas: la II República y la democracia desde su llegada al poder en 1982 hasta hoy. Y sin embargo su trayectoria e ideologías son los grandes desconocidos no solo para la población en general, incluidos sus votantes, sino también para la mayoría de sus propios afiliados. Y ello pese a estudios historiográficos como los de Santos Juliá, Enrique Domínguez Martínez-Campos, Roberto Villa, etc.,  que han pasado casi inadvertidos para la inmensa mayoría.

En 1979 el PSOE celebró su centenario. Como el año coincidió con las primeras elecciones después de la Constitución, se presentó con el lema Cien años de honradez y firmeza. La invención suscitó alguna gracieta de los comunistas, que le afeaban no haber hecho oposición relevante al franquismo, pero no pasaron de pullas sin efecto. Millones de personas aceptaron la versión propagandística, y aunque el PSOE no ganó aquellas elecciones, la idea preparó su triunfo apabullante en las siguientes, de 1982. Era el partido de la honradez, la firmeza y los trabajadores, e iba a regenerar una España “casposa”, atrasada e ineficaz, llena de resabios dictatoriales:  la iba a “ meter en Europa” y “dejarla que no la reconocerá ni la madre que la parió”, en palabras de Alfonso Guerra, el ideólogo del partido y el político socialista más influyente detrás de su líder Felipe González.

No obstante, para esas fechas el PSOE había ido olvidando, silenciosamente, las radicalidades con que se había presentado al comenzar la transición, cuando, en contraste con los comunistas, rechazaba la bandera con la que Franco había ganado la guerra civil y la economía de mercado del franquismo en favor de una economía “autogestionaria”; y, definiéndose marxista y republicano, ponía en cuestión la monarquía, traída por Franco,  así como la unidad nacional al exigir “autodeterminación” para varias regiones. El tácito cambio de postura iba a condensarse, ese mismo 1979, en el abandono oficial del marxismo, renuncia que, al menos en apariencia, suponía una ruptura total con la ideología que, abierta o implícitamente, le había dado carácter desde su fundación. Con todo, mantenía como seña de identidad determinante un antifranquismo radical, aun no demasiado intenso al principio. En su propaganda, el régimen anterior se presentaba como una dictadura tiránica, que había destruido una república democrática, modélica incluso para el resto de Europa, mediante una represión sanguinaria, genocida, en la guerra civil y después. Una tiranía extremadamente corrupta (González prometía “auditorías de infarto” en las empresas vinculadas al régimen anterior). Ese antifranquismo inexistente en la práctica cuando existía el franquismo, y que se exacerbaba cuando ya no existía, iría acentuándose hasta la promulgación, por los gobiernos de Zapatero y de Sánchez, de leyes contra el estudio independiente de la historia y su expresión libre, tratando de imponer, desde la escuela, las versiones elaboradas por el propio PSOE, los comunistas y los separatistas sobre la república, la guerra civil y el gobierno de Franco.

Quien, como ocurre con la mayoría de la población, también en la derecha, acepte en mayor o menor grado los rasgos de honradez, firmeza, obrerismo, democracia y antifranquismo con que saltaba a la palestra política el PSOE, creerá conocer lo esencial de este partido. Sin embargo, es preciso plantearse qué hay de verdad en ello, pues ya de entrada choca esa persistente propaganda contra un Franco muerto en 1975 y un régimen desaparecido por completo desde la Constitución de 1978, y la promulgación de leyes incompatibles con las libertades políticas. Una propaganda que ha ido haciéndose más radical e insistente conforme pasaban los años y los decenios, en lugar de la tendencia normal a atenuarse con el tiempo. Este extraño fenómeno revela a su vez el contenido de la honradez,  firmeza y democracia  exhibidas de palabra.

¿Cómo ha tenido, pese a dudas y críticas, tanto éxito la autoalabanza del PSOE? A mi juicio, por varios factores confluyentes en la transición . Ante todo, la historia real del partido estaba casi por completo olvidada, y  su irrelevante oposición a Franco resultó serle una ventaja, pues el franquismo también la había olvidado al centrar su propaganda y acción contra el Partido Comunista, su verdadera oposición. Así, millones de personas suponían al PSOE una historia moderada por contraste con el PCE, y nadie tomaba en serio su radicalismo inicial en la transición. Pues otra imagen cultivada por el PSOE es el pacifismo y la defensa de los derechos ciudadanos contra cualquier dictadura.

De modo que el PSOE emprendía su carrera en democracia como casi un perfecto desconocido para una opinión pública atenta más bien a las superficiales promesas y dichos del momento. Desconocido asimismo para el aluvión de afiliados y militantes que de pronto recibía, mientras el partido de derecha, UCD (Unión de Centro Democrático) se descomponía tras haber dirigido el paso a la democracia. Por extraño que suene, hasta hoy, la historia del PSOE ha permanecido ignorada para la inmensa mayoría, lo que ha hecho que sus actuaciones políticas solo se entiendan a medias.Algo que debe corregirse, si se quiere que la unidad nacional y las libertades sobrevivan.

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