En definitiva, ¿por qué odiaban a Franco los comunistas, el PNV y las izquierdas republicanas? ¿Y por qué lo siguen odiando?: 284 – Comunistas, PNV y Azaña contra Franco | El 18 de julio y la actualidad – YouTube
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Grandioso comienzo de La Ilíada
La Ilíada comienza así: Canta, diosa, la cólera de Aquiles Pelida, cólera funesta que causó inmensos males a los aqueos precipitando al Hades muchas almas valerosas de héroes y los hizo (a sus cuerpos) pasto de perros y aves. Cumplíase la voluntad de Zeus cuando se separaron riñendo el Atrida rey de hombres y el divino Aquiles.”
El comienzo no puede ser más agudo, grandioso y profundo, lo que hoy no nos lo parece porque ya nadie cree en Zeus, obviamente. Sin embargo en Zeus se personifica la creencia en una fuerza muy por encima de los hombres y que marca su destino más allá de sus intenciones o aspiraciones. Esto tampoco se entiende así en nuestra cultura, que niega o excluye a cualquier Zeus y pretende que el hombre “domine su destino”, “se adueñe de él”, pretensión expuesta a menudo (en inglés) de manera cursi como “cumplir los propios sueños”. Pero en La Ilíada la voluntad de “Zeus” no solo está muy por encima de tales ilusiones, sino que apenas logra ser desentrañada, y solo parcialmente, por algunos indicios y consecuencias que supuestamente entienden los adivinos. La voluntad de Zeus se expresa aquí por las consecuencias sociales o generales de un impulso puramente personal (la ira de Aquiles), un hecho difícil de entender. La descripción de dichas consecuencias (almas que van al Hades y cuerpos devorados por cuervos y perros) tiene extraordinaria gracia (o fuerza) literaria, sin ser graciosa.
Finalmente no es el poeta quien canta, sino que se limita a transmitir la inspiración de la diosa o musa. Hoy tampoco lo entendemos así, pues vemos en el artista el único creador de su obra. Incluso se dice que la inspiración no existe o no es casi nada mientras que el trabajo empeñado es todo o casi todo. Pero hay muchos artistas empeñados y que no llegan a producir nada valioso, mientras que otros, con poco trabajo, producen obras admirables o meramente admiradas. La obra, además, escapa a la intención e interpretación que le da el artista, por lo demás. Y la diosa suele ser burlona: hace creer a muchos artistas lo que no es. Por poner un caso, la mayor parte de la novelística sobre la guerra civil y la posguerra es por lo menos muy mediocre, y a menudo estúpida, como argumenté comentando el libro de Manuel Calderón.
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Asimilar el pasado
**No existe diferencia alguna de fondo entre votar al PP o al PSOE. Su antifranquismo, sus leyes totalitarias y su concepción de la democracia y de España son las mismas.
**Las amenazas a la democracia y al a la unidad de España tienen la misma raíz: el antifranquismo. Pues no solo el franquismo salvaguardó la continuidad histórica de España, sino que la democracia solo pudo venir de él. El antifranquismo siempre fue y es antidemocrático.
**Es hora sobrada de emprender una ofensiva por la verdad histórica como fundamento de una política que permita corregir las derivas a que ha llevado el antifranquismo a la sociedad española. A ese efecto escribí dos libros que han intentado ocultar y en gran medida ocultado, los partidos y los medios: Los mitos de la guerra civil y Los mitos del franquismo. Los dos, junto con otros, deberían divulgarse masivamente.
**Así como Europa, en conjunto, no ha asimilado la II Guerra Mundial, España no ha asimilado la guerra civil y el franquismo.
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Histeria de género (para uso de VOX).
1. La histeria “de género” pretende, a) que los sexos no existen, que son simples constructos sociales arbitrarios (“géneros”); y b), contradictoriamente, que uno de esos “géneros” –llamémosle masculino– oprime al otro (u otros) mediante el sistema del “patriarcado”.
2. La opresión se manifestaría en el maltrato sistemático y en particular en los asesinatos de mujeres (que propiamente no existen como sexos sino como tales constructos). Estos asesinatos no se producirían por otra causa que por la de ser mujeres las víctimas. Lógicamente, los asesinos lo son a su vez por ser varones (otro constructo), que practican la violencia del macho (“machista”).
3. Naturalmente, dadas estas circunstancias, las mujeres tendrían que ser especialmente protegidas (¿por los gobiernos patriarcales?), de modo que un mismo delito fuera más castigado si lo comete un varón que si lo comete una mujer. Lo cual implica considerar a la mujer menos capacitada o responsable, menos libre internamente y por lo tanto inferior. Una paradoja solo aparente, pues la ideología de “género” parte de esa idea inconfesada.
4. Esa supuesta inferioridad se manifiesta de dos maneras: en la idea de “derechos de la mujer” (o de los homosexuales, etc.); y en la aversión a la maternidad, que más define a la mujer fuera de todo constructo. La pretensión de derechos específicos vulnera la idea de la igualdad ante la ley, retrotrayéndonos a las sociedades de privilegios (privilegio significa “ley privada” o “ley particular”. Y la aversión a la maternidad en la negación del carácter humano de la vida que se forma en el seno femenino.
5. Salta a la vista que bajo la carga aparente del odio al varón y al “patriarcado”, la ideología de género detesta de modo muy especial la propia condición biológica femenina.
6. El aborto puede ser necesario en circunstancias excepcionales, pero estas ideologías lo promueven como un derecho: el derecho (histérico) a aniquilar vidas humanas en el seno materno. La mera consideración de tal derecho impulsa a practicarlo masivamente, y así ocurre actualmente. De transmisora de la vida, que presuntamente inferioriza a la mujer, esta se convertiría en lo contrario. Mientras, esos mismos ideólogos promueven la inmigración descontrolada, dos tendencias sociales destructivamente complementarias.
7. En la realidad, y salvo casos `psicopáticos muy extraños, ninguna mujer es asesinada por serlo (como tampoco ningún varón). Ni ningún asesino lo es por ser varón o “macho” ni ninguna asesina por ser “constructo mujer”. De ser cierta la explicación feminista, el número de mujeres asesinadas sería enorme, hasta poner en crisis la continuidad de la especie (¿otro “constructo”?). Pero el número real de mujeres asesinadas es muy bajo y nunca “por ser mujer”.
8. Casualmente el número de mujeres asesinadas es más bajo en España que en la media europea, aunque haya crecido notablemente, sobre todo en comparación con el franquismo, en particular desde la adopción de “leyes de género”. No obstante, se convierte en una histérica y permanente agitación en los medios y a menudo en las calles.
9. Que no solo los maltratos y muertes a mujeres hayan aumentado, sino también la violencia doméstica en general, con los niños como víctimas especiales, es un resultado lógico de estas ideologías, pues fomentan la desconfianza y aversión entre los sexos y socavan la estabilidad familiar. Otro de sus efectos es el considerable aumento de los suicidios, también entre niños y adolescentes.
10. Otro rasgo que delata la histeria de esas ideologías es su pretensión de representar “a las mujeres”, cuando es evidente que la gran mayoría de ellas no se sienten representadas por tales personajes (mujeres y varones, homosexistas, etc.) ni siguen sus consignas; aunque a menudo se sientan desconcertadas por su fraseología enloquecida.
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Nuevo comunismo
El programa 2030 parte de dos ideas de base complementarias. La primera es que ya hay demasiada gente en el mundo y que el ritmo de crecimiento actual conduciría a una catástrofe, idea discutible, aunque digna de consideración. Y la segunda es la expuesta por uno de sus líderes: “No tendréis nada (es decir, os despojaremos de todo) y seréis felices”. Esta exposición ha chocado mucho, pero no tiene nada de nuevo : es justamente el plan comunista, puesto en práctica en la URSS. La felicidad consistiría precisamente en la igualdad de la desposesión, con las necesidades básicas presuntamente aseguradas por un estado omnímodo y omnipotente (un estado mundial, del que nadie podría ya escapar). La idea es mucho más antigua, la expone Don Quijote en su discurso sobre la edad de oro. La libertad personal desaparecería, porque la felicidad igualitaria gobernada por la ciencia la haría innecesaria.
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