La guerra en perspectiva
Entre los temas que suscita la SGM y que he esbozado, sin desarrollarlos por diversas imposibilidades, está el de la guerra en general. La historia humana se desenvuelve entre guerras y paces, como si cada una preparase a la otra. Hay guerras sin apenas efectos políticos o históricos, y otras cuyas consecuencias se extienden en siglos, incluso en milenios. La II Guerra Púnica se viene enseguida a la cabeza: puede considerársela la cuna cultural de España y de Europa. Por eso, en contra de las historias habituales, comencé mi Nueva historia de España con aquella contienda. No es lo mismo una historia de España, cuyos comienzos datan de entonces, que una historia de sucesos más o menos conocidos ocurrido en la península ibérica, que pueden retrotraerse hasta Atapuerca o más allá según gustos. Las guerras cierran un período y abren otro. La hegemonía española empezó con las guerras de Italia y contra los otomanos, y terminó con la guerra de los treinta años. Y el significado histórico profundo de la SGM es que terminó con la Era europea y abrió otra etapa histórica que solo podrá definirse dentro de bastante tiempo.
Es difícil decir por qué las guerras, cuyos sacrificios y sangre nadie o casi nadie desea en principio, se reproducen una y otra vez. Las sociedades humanas son una mezcla contradictoria de cooperación y conflicto, y el conflicto se intenta controlar por medio de la política, siempre sin éxito definitivo. No hace mucho casi todo el mundo creía que la guerra se había vuelto inverosímil en Europa, y hoy la tenemos en su mismo centro geográfico y con casi todos los países europeos involucrados en ella, directa o indirectamente. “La guerra es el padre de todas las cosas”, decía Heráclito.
La SGM suele analizarse desde el punto de vista de las potencias políticas en pugna, pero, como expongo en el libro, este es un enfoque parcial e insuficiente. Sus raíces, más allá del final insatisfactorio de la Gran guerra anterior, deben buscarse en el siglo de la Ilustración, que a su vez supuso una considerable ruptura cultural con la historia europea anterior.
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Notas, Feijóo contra España
**(“Comino”). “Perdona, call me señora”. Campaña del ministerio de igualdad. Quieren prohibir la expresión “señorita”, como en Francia han logrado ya con “mademoiselle”. En plan capullo, como es de rigor. La estupidez al poder, que decían en el 68.
**Más estupidez, en grado grotesco: Un golfo da a una golfa un beso en la boca “no consentido” (consentido a medias), y se arma una escandalera que llega hasta la ONU. La golfería del golfo, un hombre del doctor, ahora tenso con este, va, según todos los indicios, bastante más allá del ridículo besito.
**Más estupidez aún: las locuelas de igualdad quieren que las futbolistas ganen lo mismo que los futbolistas. Pero la selección femenina que ganó el campeonato mundial no podría jugar seguramente en la tercera división de la liga masculina. Porque existen diferencias biológicas que no van a hacer desaparecer con palabrería histérica.
**Contra la falsedad institucionalizada, la transición no cerró ninguna herida. La transición fue posible, pese a la mediocridad de sus políticos, porque las heridas estaban cerradas para la inmensa mayoría desde décadas antes. Y en cambio esos políticos empezaron a hurgar en las cicatrices, hasta poco a poco hacerlas sangrar, como hoy ocurre.
**“El clítoris desafía al patriarcado” dice El País. Pensamiento avanzado.
** (Comino): Declaraciones de Feijóo: “Creo que la identidad no es un antojo, sino que Cataluña y Galicia tenemos una serie de hechos que nos hacen ser pueblos muy concretos, muy determinados, muy perfilados. Probablemente si hay pueblos que se pueden entender, esos somos los catalanes, los vascos, los gallegos… Entre nosotros nos entendemos mejor probablemente que entre otros pueblos. Creo que el catalanismo y el galleguismo han sido útiles, y en Galicia el galleguismo sigue siendo muy útil para Galicia.”
**No es lo mismo pensar que la vida no tiene sentido, que sentirlo realmente. Pensarlo no deja de ser un ejercicio mental más o menos interesante, pero sentirlo es insoportable para la psique humana
**(Comino): Tuít de la Policía Nacional: No importa lo grande que sean tus sueños (aquí un corazón azul) Con esfuerzo y constancia los conseguirás (aquí dos emoticones que representan policías) Este pequeño os desea #buenasnoches (aquí cuatro emoticones que no sé muy bien qué representan, quizá bebés con lacitos en la cabeza) Y luego una foto grande del pequeño bebé, desnudo, sonrosado, con el culo en pompa y apoyado sobre una gorra de policía. He mirado el tuít sin poder creérmelo. Lo mismo parece una invitación a violar bebés de pocos meses o años, o una estomagante sensiblería impropia e indigna de la policía nacional. Si los que escriben estos tuits son policías, no estamos en buenas manos. Si no son policías, habría que echarlos a la calle. Con el maricón Marlasca al mando todo es posible.
**(Comino) La proetarra Margarita Robles, en la radio RNE: “La Constitución permite una amplia gama de posibilidades. Es necesario que pueda tener una adaptación a la realidad social del país”. La “realidad social” de la disgregación de España a manos de etarras y golpistas, empezando por el propio gobierno
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Marx (XIX) Materialismo, ciencia y economía
Decíamos, pues, que la tendencia ineludible del igualitarismo marxista era a aplastar las desigualdades personales en nombre de la igualdad social apetecida, y que, dado el carácter irradicablemente desigual de las personas y sociedades humanas, el intento llevaba a la paradoja de una polarización de la desigualdad, de modo que una gran masa de “iguales” quedaría sometida al poder y voluntad omnímodos de una pequeña oligarquía garante “científica” de igualdad mayoritaria. Hay un dato que define al sistema soviético, aplicación del marxismo: su necesidad de encerrar a sus súbditos para impedirles escapar a otros países. En algunos casos (Cuba, Venezuela), se ha facilitado la huida de los más rebeldes para asegurar mejor el control sobre el resto.
Ahora abordaremos la idea científica de la condición humana según el marxismo. En general, ciencia y materialismo serían prácticamente sinónimos, aunque haya un materialismo precientífico; y en el plano social el materialismo científico, valga la redundancia, se cifraría en la economía, ya que la historia y la composición social se determinarían por ella. Ciencia, economía y materialismo vendrían a ser sinónimos en el plano humano. Fuera de estas concepciones están las explicaciones sociales “idealistas”, cuya función social sería justificar mediante la religión la explotación de unas clases por otras, y mediante explicaciones seudocientíficas los intereses de la burguesía.
Ahora, ¿es la economía, en particular si la consideramos una ciencia, un “materialismo?” Se nos presenta como tal por cuanto trata de bienes para consumo corporal, calculables en horas de trabajo. Sin embargo, la economía, desde mucho antes de su pretendida conversión en ciencia, siempre impuso unas normas de organización y distribución en sí mismas no materialistas, sino idealistas o espiritualistas, aunque se apoyasen en la fuerza. Y la ciencia es por definición un producto del espíritu humano, no una emanación espontánea y homogénea de las necesidades “materiales”. Tanto más cuanto que dichas necesidades se diversifican en el plano humano en una multitud de deseos, a menudo contrarios entre sí, y que exigen a su vez distinciones, normas, preferencias y sacrificios que solo el ideal o el espíritu humano pueden afrontar.
La economía, y más cuando aspira a ciencia, es un fenómeno típicamente espiritual o, si se prefiere “ideal”. Y por ello no es una ciencia al modo de las físicas, con leyes ineluctables, sino que da lugar a teorías diversas, todas ellas con aspiraciones científicas, que lo serían en cuanto considerasen la economía la clave del destino o sentido humano.
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Ucrania y España
En el conflicto ucraniano se olvidan siempre los intereses de España. Este país está lleno de chiquilicuatres desinteresados de su país, hoy en peligro de disgregación, pero muy prestos a tomar partido con gran emocionalidad, sea por Usa-Inglaterra o por Rusia, China, o lo que salga. La posición objetiva de España se resume así: no tenemos conflictos con Rusia y sí estamos invadidos por la OTAN y amenazados directamente por un régimen protegido por la OTAN. Esta es la realidad objetiva. La subjetiva es que tenemos unos gobiernos “amigos y aliados” de quienes nos invaden y amenazan, y que al servicio de ellos se dedican a provocar a Rusia y a crear un clima social exaltado contra ella.
En medio de una gran carrera armamentista, la guerra de Ucrania está siempre en peligro de “escalada” hasta situaciones incontrolables, que nos harían blanco de un conflicto en el que nada se pierde a España. No llegando a ello, lo más probable es que la OTAN-UE pierda en Ucrania como ha perdido en Irak, Afganistán, Siria o Libia (su éxito aparente provocó oleadas de refugiados musulmanes a la UE). Aunque, mientras la sangre sea ajena pueden permitirse sacrificar unos miles de millones de dólares.
La OTAN (Usa–Inglaterra) prometió a Zelenski convertirlo en un héroe histórico que derrotaría a Rusia con las armas suministradas, pero llevamos un año y medio de guerra, y Ucrania está siendo sacrificada despiadadamente por la OTAN y la UE (supongo que piensan hacer negocio con su reconstrucción). Lo cierto es que todas las expectativas de convertir a Rusia en un estado paria, de hundirla de nuevo en la miseria y en la inestabilidad interior de los años 90, y de utilizar a Ucrania para derrotarla militarmente, han fracasado hasta hoy. Putin ha demostrado mucha más habilidad política, económica y diplomática de lo que pensaban los estrategas de la OTAN. Lejos de ser un “estado paria”, está configurando, con China y otras potencias, un nuevo bloque en ampliación y cada vez más antioccidental; las sanciones han supuesto poco más que una molestia, que tampoco le están saliendo gratis a la UE, y Rusia está reaccionando económicamente bien al desafío, desarrollando nuevos recursos; La vida en Rusia sigue con normalidad, lo que no puede decirse de Ucrania. Militarmente, la OTAN-UE daba a Rusia por derrotada desde la tercera semana de la guerra y agotada en armamentos y económicamente (la “inteligencia británica” lo viene repitiendo de modo incansable).
Putin podría seguramente, como le pedían muchos, lanzar una ofensiva general y llegar a Kíef, pues dispone para ello de muchas más reservas y medios de todas clases, pero tiene que moverse en la cuerda floja de no provocar un choque directo con la OTAN, y al mismo tiempo obligar a esta a limitarse a Ucrania. Por eso ha elegido una guerra de desgaste a base de artillería, sin salir del Donbas. El desgaste de los ucranianos es terrorífico, según muestra la expansión de sus cementerios militares, mientras que el desgaste ruso es mucho menor. No solo es menor por mantenerse a la defensiva, sino también por disponer de más masa artillera. Pero la OTAN y la UE están decididas a combatir hasta el último ucraniano.
Debe recordarse, en fin, que esta guerra comenzó mucho antes de la llamada “operación especial”, cuando los nacionalistas ucranianos atacaron a la población de habla y cultura rusas, una minoría muy considerable de la población. Aquella guerra civil, continuación del golpe del Maidán, fue el verdadero inicio de una contienda que se está convirtiendo en pesadilla para Europa.
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