**Feria del libro, Madrid
Caseta 237: “De un tiempo y de un país” (memorias), “La guerra civil y la democracia en España”, “Los orígenes de la guerra civil”.
**237: Los personajes de la República vistos por ellos mismos” “El derrumbe de la República” “La quiebra de la historia progresista”
**Caseta 176 (Esfera de los libros): “Sonaron gritos y golpes”, “Años de hierro”, “Los mitos de la Guerra Civil”
**”176: “Los mitos del franquismo”, “Nueva historia de España”, “Europa, una introducción a su historia”.
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… No obstante, si usted se rebelaba contra el franquismo solo podía ser porque se sentía oprimido por él, como muchas otras personas. Después de todo no puede negar usted que fue una dictadura.
R. Bien, eso requiere mucha explicación, empezando por el ambiente social y universitario… ¿Era opresivo el franquismo? Yo diría que muy poco, que había en él más libertad personal que ahora mismo, cuando tenemos una sociedad ultravigilada con cámaras de televisión por todas partes, controles para entrar en los edificios públicos, periódicos, urbanizaciones, etc; con presencia policial muy fuerte y policías privadas… cosas que no existían. Hoy existen además facilidades para entrar en tu intimidad por internet… Y sobre la libertad política creo que ya hemos hablado y no quiero repetirme.
Y, claro, puede ud llamarle dictadura, pero hay dictaduras y dictaduras como hay democracias y democracias, repito. La dictadura de Franco, muy poco dura después de los años 40 en que debía afrontar problemas muy graves, dejó un país espléndido. La de Castro deja un país ruinoso y lleno de odios, pese a lo cual disfruta de muy buena prensa entre tantos “demócratas”. Y la democracia española actual es una mezcla de corrupción, de tensiones separatistas y de intentos de imponer desde el poder una versión de la historia, de intentos de disolver la soberanía por parte de unos políticos delincuentes, pero “elegidos”. Una democracia fallida. De no ser por la herencia social y económica del franquismo el país, la sociedad, se habría ido a pique hace mucho, y hoy resiste malamente. Para la inmensa mayoría el franquismo no fue opresivo. Lo era para quienes luchábamos contra él, que éramos muy pocos y totalitarios. Pero hasta los comunistas y “demócratas” proetarras disponían de prensa legal, como Cuadernos para el Diálogo o Triunfo, y como se vio cuando vino Solzhenitsin a explicar algunas cosas básicas.
Otros pintan un cuadro muy distinto de aquella época.
R. Sí, como Cebrián o Ansón, de quienes me he ocupado un poco en Los mitos del franquismo. Pero antes de seguir déjeme que le aclare otro punto sobre el terrorismo. En España los cambios de opinión y actitud política han sido espectaculares, aunque casi nadie se ha molestado en explicarlos. Por mi parte he dejado unas memorias De un tiempo y de un país, sobre mi época comunista. Está prácticamente agotado, aunque en la Feria del Libro, en la caseta 237, puede adquirirse todavía..
Bien, como saben, la ETA ha gozado de la estima y la admiración soterrada de toda la izquierda y los separatismos en España (El GRAPO no ha tenido la misma suerte, por razones que he analizado en otros lugares). Una estima compartida por una parte creciente de la derecha, es decir de todo el arco político español, prácticamente. Durante el propio franquismo, la ETA disfrutó de enormes apoyos, y lo hizo precisamente cuando empezó a asesinar, en el año 68 y precisamente porque empezó a asesinar, como he expuesto en mi libro sobre los nacionalismos vasco y catalán. Me refiero a estas cosas porque nadie las dice. Gran parte de la Iglesia, no solo en Vascongadas, apoyó a la ETA, y lo hizo prácticamente toda la oposición antifranquista, aparte de gobiernos como el francés o el argelino… La apoyó gran parte de la misma prensa legal. Juan Tomás de Salas, promotor del “Grupo 16, tan influyente al final del franquismo y después, ha escrito que consideraban a la ETA “de los nuestros”, y expuso cómo la apoyaban en Cambio 16 (no eran los únicos ni mucho menos): “Son múltiples los ejemplos del insidioso apoyo a los terroristas que los órganos de prensa pueden prestar (…) Todos hemos asistido y algunos participado, en posiciones de insidiosa neutralidad en el fondo favorable a los terroristas. Durante la vigencia de la dictadura del general Franco, los órganos de prensa democráticos (¡menudos demócratas!) jugamos ciertas veces ese papel. Los terroristas no asesinaban sino que los guardias “morían”. Los atentados eran a veces “ejecuciones”. Los casos de torturas policíacas que podían escapar al lápiz rojo del censor recibían una gran importancia gráfica y con ello se dotaba a los terroristas de una coartada política indudable”. Etc.
La admiración a la ETA llevó primero a ofrecerle la “solución política”, muy promovida por “El País”, lo que significaba entender el asesinato como un modo de hacer política y socavar el estado de derecho. En Los nacionalismos vasco y catalán en la guerra, el franquismo y la democracia he examinado sus consecuencias. Aznar, sobre todo gracias a Mayor Oreja, rompió esa dinámica y llevó a la ETA al borde de la extinción. Obviamente, esto no podían consentirlo sus admiradores, de modo que ZP rescató a la ETA de su miseria, recompensó sus crímenes con legalidad, dinero público, presencia institucional, proyección internacional, lexcarcelaciones, etc. Y Rajoy ha proseguido la misma política, incluso incrementándola.
Uno podría preguntarse cuál es la razón de tanta complicidad con un grupo de asesinos profesionales y partidario de destruir la nación española. Con respecto a la izquierda hay un claro fondo de afinidad ideológica: toda ella coincide en casi todo con las ideas de la ETA, y se identifica política-históricamente con el Frente Popular. Y resulta que la ETA guarda en sí misma los elementos clave de aquel frente: es de izquierda, socialista y separatista. El FP fue precisamente la alianza de izquierdas y separatistas.
Pero es que además, la ETA es y fue antifranquista, como toda esa gentuza, como ha llegado a serlo el PP. Todos aquellos antifranquistas apoyaban a los terroristas (y no solo en España, recuérdense los movimientos de solidaridad con la ETA en Europa, incluso de gobiernos como el sueco o el holandés o el portugués). Pero hay una diferencia entre la ETA y esos antifranquistas de salón, insidiosos y llenos de maledicencia contra aquel régimen, al que pintaban y pintan con los colores más negros. Pues la ETA luchaba realmente y dañaba de verdad al franquismo, mientras que los antifranquistas de salón no luchaban contra él, a menos que consideremos lucha ciertas intriguillas sórdidas. Por el contrario, prosperaban descaradamente en aquel régimen al que tachaban al mismo tiempo de opresor, explotador, destructor de la democracia, causante de una guerra civil ultramortífera y cuajada de crímenes fascistas, etc. Prosperaban incluso en el aparato estatal de aquella dictadura terrible. ¡Es que menudos demócratas hemos tenido y tenemos! ¡Y cada vez son peores!
Naturalmente, todo eso les ha creado cierta mala conciencia y una admiración inevitable por unos etarras que se arriesgaban a la cárcel o a la muerte. Hay que decir que muchos de esos admiradores querían hacer carrera y creían que los etarras eran en el fondo unos chavales valientes pero ingenuos y sin idea de política, así que les harían el trabajo sucio y cuando cayera el franquismo les dejarían el espacio político a ellos, que para eso eran tan listos y tan demócratas. Se llevaron un chasco, porque los etarras eran mucho menos ingenuos de lo que estos golfos creían, y no estaban dispuestos a hacerles el caldo gordo. Los atentados no solo prosiguieron desde la transición, sino que se multiplicaron. Pues bien, a pesar de ello, persistió el amor y admiración inconfesado hacia aquellos “valientes”, y la disposición a “recoger las nueces” de sus crímenes. Los “demócratas” recibían golpes que les hacían chillar y “condenar enérgicamente” a la ETA, pero seguían enamorados de ella, una especie de amor-odio y siempre dispuestos a “dialogar”, a “negociar”. Salvo con Aznar, repito.
Algunos socialistas me han criticado por denunciar la complicidad del PSOE y de sus gobiernos con la ETA, y me recordaban que la ETA había matado a algunos socialistas. “Cierto, les he dicho. Pero las afinidades ideológicas y políticas del PSOE con los terroristas, y el PSOE tiene también un largo historial terrorista, esas afinidades son tan fuertes que ha considerado esos asesinatos como un problema menor, dentro de su estrategia de complicidad de “diálogo” y solución política.
Antifranquismo, proseparatismo y proetarrismo van juntos. Siempre me pareció aguda la frase de Marx: “Hay alguien más despreciable que el verdugo: el ayudante del verdugo” En este caso, “hay alguien más despreciable que los terroristas etarras, sus cómplices antifranquistas”.
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Una hora con la Historia”: Por qué la invasión musulmana supuso, en efecto “la pérdida de España”. Y por qué las explicaciones corrientes sobre las causas de la caída del reino hispanogodo son falsas / Un ejército cipayo en una democracia fallida: https://www.youtube.com/watch?v=gPfwHFVzIdo&t=1s