Qué hacer

Qué hacer.

La serie de fechorías de la banda del Dotor indigna a muchas personas, pero la indignación consume al indignado si no se transforma en  acción.

La serie de  fechorías tiene su raíz  y coronación en la pretensión de deslegitimar el alzamiento del 18 de julio y el franquismo. No hay que ser ciego –pero muchos políticos lo son voluntariamente o por interés– para entender que deslegitimando al franquismo se deslegitima su herencia, que no es otra que la unidad nacional mantenida desde los Reyes Católicos, la prosperidad, la monarquía y la democracia. Y la paz resultante. Es obvio que tal tarea solo podía abordarse mediante leyes totalitarias de tipo soviético, y en eso consisten precisamente las leyes  de memoria, que se identifican con  y legitiman al,  frente popular que trajo a España la guerra civil. Unas leyes que atacan las libertades de todos, la Constitución, que se han impuesto por el método nazi de utilizar los medios legales para derrumbar la legalidad democrática. Y que atacan la verdad histórica, porque esta no puede ser establecida por ley en democracia. Los autores de esa ley saben de sobra que sus versiones históricas son falsas, incapaces de sostenerse en el debate libre, pero las defienden totalitariamente porque en ellas fundamentan su legitimidad fraudulenta y liberticida. Es, por lo tanto, la ley de leyes del nuevo frente popular de facto, constituido, como el de los años 30, por separatistas y comunistoides.

Entendida la trascendencia de la ley, queda definir una acción adecuada. El desafío y la resistencia deben comprometer a todos. Se trata ante todo de formar opinión pública y de movilizar al mayor número para que participe. Por mi parte no dejo de hacerlo, denunciando el desmán y su alcance político, en artículos y consignas, y sobre todo con la “artillería pesada” de la investigación histórica, particularmente en dos libros, Los mitos y Los charlatanes. Comprendo que la mayoría no está en posición de hacer lo mismo, pero sí puede cada uno utilizar el arsenal de argumentos y datos que ofrecen esos libros, difundirlos, y más aún, exhibirlos sin temor, animar a leerlos, señalar que nunca han podido rebatirlos (me decía un amigo “Tuve que explicarle por qué había comprado Los mitos: le dije que para rebatirlo, porque nadie lo había conseguido hasta ahora”. No está mal, aunque también podría haberle dicho lo que un intelectual que se negaba a leerlo: “porque me sale de los cojones”). No olvidemos que se trata de una batalla en el terreno de las ideas, y que o la planteamos con la decisión y energía necesaria, o más vale que aceptemos mansamente la tiranía, colaborando con ella mediante la inacción.

Esas leyes se apoyan también en una opinión pública trabajada a fondo con la mentira profesionalizada, que decía Julián Marías, y sin apenas oposición, durante cuarenta años, por los partidos del nuevo frente popular. Se trata de dar la batalla por la opinión pública  en la que deben emplearse todos los medios al alcance, desde las redes a las pintadas, la exhibición o las conversaciones particulares. En las redes pueden difundirse, incesantemente, explicaciones breves y consignas. No hay que hacer caso del método de la jauría que utilizan para amedrentar a los amedrentables. No molestarse siquiera en contestarles, sino insistir con nuevos datos y argumentos condensados, para que vayan calando en cada vez más gente. Y, por supuesto, también tienen mucho que hacer los órganos de expresión, televisiones, radios o digitales, hoy minoritarios, pero que, entre todos, llegan a una porción muy considerable del pueblo

Claro está que es precisa otra acción política a nivel de partido, tribunales y parlamento. Cuando la ley anterior, la resistencia a ese nivel era imposible, porque el PP había abonado precisamente el terreno para que surgieran leyes semejantes. Era un partido cómplice. Ahora ha surgido VOX. Sus líderes deben comprender lo que entraña esta ley de leyes y lo fundamental que es derrotarla políticamente, privando al frente popular de terreno para cometer sus desmanes contra la libertad de todos y contra la Constitución.

 

 

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34 Respuestas a Qué hacer

  1. Hegemon dice:

    En las Redes se puede difundir los mensajes de Moa y sus libros. Yo lo hago en lo que puedo, porque Twiter es una jungla. He notado que la superioridad intelectual es abrumadora y por eso la reacción del intolerante (incluidos algunos liberalcañis) es el insulto y el bloqueo. Pero algo es algo. 

    Más podría hacer un diputado si al salir a la tribuna llevara un libro de Moa. Hegemonía o los charlatanes. Abascal lo hace con algunos libros de Vélez y de otros. Espinosa cuando va a 24 horas lo puede llevar y enseñarlo al chekista Xavier. Son ideas.

    También difundo como apoyo argumental en chats de amigos y de VOX para que se armen de argumentos y respuestas. En este último hay aceptación por la mayoría pero no deja de salir alguno, de vez en cuando, con alguna ocurrencia sin sentido. 

  2. LeonAnto dice:

    Buenos días, difundido.

  3. Pablouned dice:

    Intentar el boca a boca, porque lo que es VOX parece dispuesto a coexistir con esta ley, igual que coexiste con el PP, con el PSOE, con los medios actuales, con el Estado autonómico. 

    Digo coexistencia, no así complicidad. Me refiero a que VOX tiene una determinación a dejar estar los problemas esos graves, como males endémicos, indeseables acaso, pero a fin de cuentas inevitables. 

  4. Pablouned dice:

    Como esta gente no va por ahí cazando voxistas, como antaño las juventudes socialistas iban cazando falangistas, cedistas, anarquistas o gente de su propia cuerda, no comprenden en VOX que son tan peligrosos o más que los de entonces. Porque al menos los de entonces, con la aparatosidad de sus acciones, pusieron sobre aviso del peligro que llevaban y así, media España reaccionó por lo aparatosos y ruidosos que eran. Cosa que no hace ahora, en vista de que son más sibilinos, astutos y silenciosos. 
     

  5. Pío Moa dice:

    No creo que VOX se acomode a la situación. Hasta ahora no lo ha hecho, ni tampoco se ha dedicado a quejarse y lloriquear invocando “grandes verdades”. Es posible que no se haya dado cuenta de la trascendencia de esta ley, pero se le puede hacerla ver.
    Esta ley, por su abierto carácter antidemocrático y anticonstitucional, es una gran oportunidad. En términos militares o estratégicos, es como un ejército que ha avanzado demasiado en unos puntos con lo que ha entrado en una bolsa él mismo. Claro que si el ejército contrario ni siquiera se da cuenta de la oportunidad que ofrece ese avance, el ejército que ha avanzado puede seguir “hasta la victoria final”.

    El problema es que hace falta un pensamiento estratégico para aprovechar la situación, y hace falta volcarse en la ocasión “con pies y manos”, porque, como suele decirse, “la ocasión la pintan calva”. Si nos percatamos de esto, ganaremos una batalla estratégica, la primera en muchos años. Y el PP quedará con el culo al aire, de tal modo que no será preciso el cuento tramposo de “unir fuerzas contra el Dotor. No es el Dotor, es el nuevo frente popular, que se ha metido en un problema muy serio… si encuentra la resistencia necesaria.

    Diríamos que la contraofensiva tendría dos partes: atacar la inconstitucionalidad de la ley, y sobre esa base ir contrarrestando la falsificación sistemática de la historia, mostrando que siempre los que han atentado contra la convivencia en paz y libertad, contra la democracia, son los que han usurpado sin oposición la bandera de la democracia.

  6. Pío Moa dice:

    La razón ilustrada francesa tuvo su parte más característica, aunque no única, desde luego, en el ataque frontal a la religión cristiana, hasta el extremo de llegar a proponer una especie de religión de la razón. Este era un efecto de la tradición racionalista francesa, que aspiraba a ordenar el mundo y al hombre en unos conceptos radicalmente coherentes, lo que la hacía más rígida que la tradición inglesa, más atenta a las experiencias que no siempre se dejaban englobar en las construcciones racionales. Más inductiva la inglesa y más deductiva la francesa.

    De este modo, gran parte de la ilustración francesa se dirigió al ateísmo, o a un deísmo que admitía la divinidad que había creado el mundo con sus leyes, pero descartaba su influencia tras ese hecho: Dios no necesitaba intervenir más, una vez establecidas esas leyes; o consideraba (Comte) la religión como una etapa del desarrollo humano correspondiente al pasado, pero a superar por la etapa científica.

    En la razón francesa encontramos igualmente una tendencia totalitaria (Rousseau) y otra moderada (Voltaire). Según Rousseau, los hombres nacen libres y son buenos por naturaleza, pero están esclavizados por la sociedad. La idea, de una lógica peculiar (el hombre nace y vive durante bastantes años en dependencia total, y la sociedad esclavizadora se compone a su vez de esas personas libres y buenas) tuvo una capacidad sugestiva extraordinaria sobre mucha gente. ¿Cómo crear una sociedad tan libre y buena como por nacimiento lo eran las personas? Aplicando un supuesto interés general de la población, de la buena gente, al que nadie podría escapar. Definir ese interés general era lógicamente imposible, salvo aceptando un estado totalitario que se lo arrogase, por el bien de todos. Voltaire, típico deísta y especulador financiero que acumuló una inmensa fortuna, se inclinaba más bien por la tolerancia de Locke, aunque divulgó su consigna de “aplastar a la infame” (a la Iglesia)

    El desarrollo de la Ilustración francesa difirió de la alemana y de la inglesa en el sentido de que su tarea crítica alcanzó con fuerza, no solo a la religión católica predominante en el país, sino también, como proyección social, al sistema de gobierno y poder del país, la monarquía absoluta, sin reconocerle razón suficiente alguna. El resultado fue la Revolución francesa, extremadamente sangrienta y que en gran medida iba a revolucionar también el resto del continente y América.

  7. El auténtico genio de la música es sin duda Wolfgang Amadeus Mozart. No sólo compuso la obra más perfecta jamás creada por el hombre, su Réquiem, sino que a los doce años ya había escrito su primera ópera Mitrídates, rey de Ponto. Hoy les traigo el primer movimiento (Molto Allegro) de su archifamosa Sinfonía nº 40…
    https://www.youtube.com/watch?v=0sGqkMU-mGQ&ab_channel=BerlinerPhilharmoniker

  8. Observador dice:

    Miguel Ángel, la mitad del Réquiem no es de Mozart, sino de su discípulo Franz Xaver Süssmayr.

  9. Claro, pero la base musical es de Mozart. Süssmayr sólo rellenó o acabó la obra con partes que ya había escrito Mozart. Nadie, pone en cuestión que el Réquiem de Mozart, es de Mozart. En cualquier caso hoy en día, el Réquiem es de toda la humanidad, que puede disfrutar esa obra tan maravillosa…

  10. Es más, hoy en dia gracias al cine, podemos imaginar como fueron las cosas…
    https://www.youtube.com/watch?v=dJ0AkP_BFhs&ab_channel=MartinGonzalez
     

  11. De todas formas, estoy de acuerdo en reivindicar a Süssmayr, que dicho sea de paso era discípulo de Wolfgang Amadeus…

  12. Manolo dice:

    Esa escena de Amadeus es muy ridicula pero las hay mas malas

    https://youtu.be/7BIpuOUz0GE

  13. Pío Moa dice:

    No dejan de tener gracia las humillaciones a que está sometiendo Erdogan a Finlandia y Suecia por las aspiraciones de estas para entrar en la OTAN. Ni siquiera es seguro que entren final y oficialmente 

  14. Pío Moa dice:

    El historiador antonio Nadal denuncia cómo el PP en Andalucía se ha situado a la izquierda del PSOE y de Podemos en su “antifascismo”,  apoyo a la bandera islámica y al orate Blas Infante: ANTONIO NADAL, SOBRE LA MEMORIA HISTÓRICA: “EL PP ESTÁ A LA IZQUIERDA DE PODEMOS” – Bing video

  15. Observador dice:

    Los rusos pro-Putin que adoran a Franco y José Antonio en Moscú:

    https://www.elmundo.es/cronica/2022/11/30/6381242921efa01c778b45da.html

  16. Kova dice:

    Los andaluces nos merecemos una bandera que no sea islámica. Aunque aún no he comprendido que es ser andaluz pues un granadino dista lo mismo de un sevillano que de un murciano.

  17. Kova dice:

    Creo que está bandera representaría mejor a Andalucía: https://www.publico.es/uploads/2015/08/20/55d5c5368c511.jpg

  18. Observador dice:

    No hay que inventarse banderas. Las banderas deben venir de la Historia.

  19. Observador dice:

    Aquí se puede firmar para pedir al nuncio de la Santa Sede en España y al arzobispo de Madrid que defiendan la permanencia de los monjes y salvaguarden la Cruz, la hospedería y y el colegio del Valle de los Caídos:

    https://enraizados.org/alertas/firma-monjes-cruz-valle-de-los-caidos/

  20. Kova dice:

    “No hay que inventarse banderas. Las banderas deben venir de la Historia.”

    Pues díselo a Blas Infante que se inventó una por la cara sin que nadie se lo pidiera.

  21. Kova dice:

    El gordo y el flaco, son películas graciosas. Siguen siendo entretenidas.

  22. Manolo dice:

    Esas películas las ponian continuamente por la tv hace 35 años. Igual que las de Jerry Lewis o las de Cantiflas.

  23. Proby dice:

    Boca a oreja. 

  24. Proby dice:

    La escena del duelo de guitarras en Crossroads está muy bien. 

    Otra escena muy buena de “batalla musical” es el famoso “duelo de banjos” de Defensa (Deliverance)

  25. Manolo dice:

    Me refería a la tontería del duelo de pianistas que aparece al principio. De hecho creí cuando subí el enlace al video que esta era la única escena que aparecía, luego me di cuenta que el video era una recopilación de escenas similares de otras películas. Hay un video que solo muestra la escena de los pianistas y creía que había puesto el enlace a ese video.

  26. Manolo dice:

    La escena de la guitarra y el banjo está muy bien. Es muy parecida a la escena del final de Encuentros en la tercera fase (que pusieron ayer) entre los sonidos de la nave extraterrestre y los humanos.

  27. Pío Moa dice:

    Es curioso que casi todos los géneros menores (policíaco, humorístico, sentimental, de aventuras, rosa, fantástico, ciencia ficción…) sean de origen inglés y tengan sus mejores obras autores ingleses. En todos ellos hay obras notables, sin que pasen de géneros menores, de igual modo que en la literatura de mayor nivel  se producen bastantes pestiños.

    Todas las novelas, salvo las puramente fantásticas, tienen algo de costumbristas, porque tienen que sacar personajes y situaciones de las costumbres sociales. Pero el costumbrismo propiamente dicho se ceba en lo pretendidamente popular, con un toque entre condescendiente, burlón y sentimental. A veces es gracioso, pero siempre a un nivel de superficialidad o tosquedad. Y en la literatura español desde el siglo XIX es un lastre incluso en obras de cierta altura 

  28. comino dice:

    A ver por dónde sale esto de los paquetes a Defensa, Torrejón, Sánchez, etc. La última vez fue para culpar a la “extrema derecha”. 

  29. Pío Moa dice:

    Nuevo hilo

  30. Proby dice:

    Vuelvo a decirlo por enésima vez:

    No hay géneros “mayores” y “menores”. Hay obras buenas y obras malas. Punto. 

    Y el costumbrismo ha producido grandes obras, les guste a algunos o no.