Batalla de la amnistía/ Personal y social / La masonería.

La batalla de la amnistía

1. El rey no ha defendido a la nación ni a la democracia al proponer la investidura de un enemigo cerrado de ambas para gobernar España. Ha sido una batalla perdida, aunque no sabemos si Felipe VI tendrá todavía un as en la manga para impedir el desastre. Ahora viene la batalla de la amnistía.

2.  Derrotar la amnistía arruinaría en parte los actuales manejos contra España y la democracia. Parece que la amnistía puede ser bloqueada desde el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta. Pero es muy dudoso que la bloquee. Contra lo que mucha gente piensa, el PP tiene interés también en la amnistía, aunque haga el paripé de oponerse, por temor a VOX. Como se “opuso” al rescate de la ETA por Zapatero. O a la toma del Constitucional por el PSOE. Siempre ha colaborado con los separatistas, y ese es un punto básico de su política general, no un “error”.

3. El PP no es un partido españolista, sino “europeísta”, aspirante a disolver la nación bajo las directrices de la burocracia de Bruselas. El intento de sustituir la bandera de España por la de la UE o por regionales (la aljofifa en Andalucía) no es una simple anécdota.No se olvide que en sus mítines prohibía hasta hace poco la bandera nacional, sin que sus necios votantes se dieran por enterados.

4. Por lo tanto, todo va a depender de VOX y de la movilización ciudadana, en la calle y en las instituciones. Hay algo nuevo desde la misma transición: la presencia de banderas nacionales, que estaban casi proscritas en los actos de los partidos hasta 2017, se ha vuelto masiva, demostrando que no han conseguido destruir el patriotismo popular. Y asimismo la presencia de multitud de jóvenes. Ahí está la  clave para derrotar la amnistía y, en cualquier caso, al Frente Popular  de facto que nos amenaza.

5. Es un error pensar que el doctor en estafas obre por “narcisismo” o “afición al poder”, aunque eso ocurra. Él parte de un proyecto estratégico de larga data, la transformación de España en una “confederación republicana de naciones”, combinada con la liquidación de la herencia del franquismo, precisamente la unidad nacional, la democracia y la monarquía. Ese objetivo, con muchos quiebros y vueltas, a veces semiabandonado, permanece siempre en la política del PSOE, como en la de los separatistas. Y  hoy está pasando a primer plano. Si no se tiene presente, el análisis político pasa a simple chismorreo de ocasión.

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Masonería

“Quienes también se tomaban con el mayor interés aquellas maniobras a la caída del régimen de Primo de Rivera eran los masones, por lo que viene al caso una breve digresión al respecto. A pesar de tener diversas ramas, a veces enfrentadas, la masonería puede definirse como una sociedad u orden iniciática, gnóstica a su manera, secreta (aunque se decía solo “discreta”) con un secretismo que aumentaba según se accedía de grado en ella, con gran avidez por penetrar en los círculos de poder (políticos, jueces, militares, periodistas, profesores…). Otros rasgos eran su anticatolicismo (la Iglesia condenaba el gnosticismo y las sociedades secretas) y su antiespañolismo en cuando que propagaba la leyenda negra, tildando la historia de España de oscurantista e inquisitorial. De hecho había tenido parte muy importante en la destrucción del Imperio hispanoamericano. Se presentaba como una orden filantrópica y promotora de la democracia y los Derechos del Hombre, imagen paradójica por cuanto su misma concepción orgánica contradecía tanto los principios de la democracia como los derechos, manipulables así ocultamente. Su infiltración en medios de poder, especialmente en partidos republicanos y separatistas, en menor medida en el PSOE,  es evidente, pero su secretismo dificulta calibrar su verdadera influencia. En España existe la excepción, al menos parcial, de Juan Simeón Vidarte, masón y socialista importante, que en sus memorias ofrece datos concretos de conspiraciones y acciones de la orden. Por contraste, Martínez Barrio, que llegó al grado más alto de la orden, el 33, mantiene el secreto. En sus memorias  la masonería simplemente no existe”.

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