********************************
Armas de destrucción masiva
No hablo de las que no tenía Irak, sino de otra de destrucción política y moral, diseñada por el PSOE para convertirse en el gran adalid de la democracia y el progreso, y bloquear cualquier oposición, tildándola de “fascista”, “extrema derecha”, etc. El arma consistió en acusar al franquismo de todos los crímenes y abusos concebibles, genocidio incluido. Una campaña ruidosa e insistente año tras año desde la universidad y los medios de masas, bien nutrida con dinero público, ha logrado que la mera mención del franquismo suscite en millones de personas repulsa automática, parecida a los reflejos condicionados animales. El éxito de esta “destrucción masiva” ha sido tal que un partido tan directamente proveniente del franquismo como es el PP, se ha sumado a la campaña, por mezcla de oportunismo y vaciedad intelectual.
El éxito de la masiva destrucción moral y política del franquismo es tanto más asombrosa cuanto que ni el PSOE ni los separatistas hicieron resistencia digna de reseña a un régimen tan supuestamente criminal. Por el contrario, todos los socialistas que tomaron vuelo desde la transición habían prosperado tranquila y provechosamente en medio de tanto crimen “fascista”, muchos de ellos como funcionarios del régimen y hasta como confidentes de su policía, como fue el caso del que sería llamado “amo de Asturias”.
Pero, sobre todo, mi reciente estudio sobre el PSOE creo que deja irrebatiblemente claro que de todos los crímenes y abusos achacados injusta o exageradamente al franquismo, puede acusarse con plena justicia al PSOE y a los separatistas. La comprensión de su trayectoria y de sus ideas profundas es esencial para acabar de una vez con la gigantesca farsa en que se ha convertido la política española, volviendo contra ellos su propia arma. Ello dependerá de la difusión que alcance el libro. Pues es bien significativo que la “cancelación” de mis libros no nace de sus tesis, sino del mero hecho de su publicación o difusión. Eso, el efecto político de la verdad, es lo que les espanta, hasta el extremo de combatirlo con leyes tiránicas.
***************************************************
**Las llamadas leyes de odio son la culminación de un totalitarismo nunca antes visto: unos políticos corruptos y déspotas quieren marcarnos hasta nuestros sentimientos. Tocqueville previó algo parecido en su genial ensayo La democracia en América.
**El problema no es la inmigración masiva y los conflictos sociales y culturales que arrastra. El problema son los políticos delincuentes que la traen, con la idea puesta en disponer de una masa de población a la que explotar a fondo, rebajando los salarios de todos. “Productividad”, lo llaman.
**Es evidente que España ha dejado de ser una democracia desde que se imponen leyes totalitarias de “memoria”, de “odio” o de “género”. La democracia se mantuvo, aun con serios fallos,hasta la condena del franquismo por el PP, luego entró en involución hasta el golpismo actual.
**No conozco mejor expresión artística de la locura y la maldad, que la danza de los opríchniki, de Iván el Terrible. Pensaba en ella cuando veía los bailoteos absurdos y blasfemos de los juegos de París. Dance of the Oprichniks from Ivan the Terrible Part II (Eng. Subs) – YouTube
******************************************
Algo sobre los judíos
Es una evidencia que en los dos últimos siglos los judíos han tenido en la política, la economía y en general en la cultura occidental, una influencia enormemente desproporcionada por relación con su exiguo número. Tal fenómeno suscita muchas cuestiones interesantes, también sobre las reacciones que ha provocado. No entraré ahora en ello, pero vale la pena abordar el dicho, muy exagerado pero con algo de verdad, de que el siglo XX ha sido obra de tres judíos: Marx, Freud y Einstein. Los dos primeros han condicionado notablemente las concepciones sobre el ser humano y la historia, y el tercero sobre el mundo físico.
La extraordinaria influencia de personas de familia u origen judío ha creado ciertas impresiones y sentimientos que ven a los judíos como una especie de cuerpo ajeno a la cultura europea u occidental, que trabajaría tenazmente como una especie de sociedad secreta para destruirla, en particular su raíz cristiana. Sin embargo, entre los judíos, sean pensadores, escritores, músicos, economistas, banqueros o políticos, hallamos las posturas e ideas más dispares y aun opuestas, como ocurre en el resto de la sociedad.
El judaísmo parece ante todo una intensa fe religiosa en un único Dios, Yavé, que habría elegido a ese pueblo con predilección sobre el resto de los humanos. Sin duda esa fe le ha proporcionado una capacidad de resistencia realmente extraordinaria históricamente frente a la hostilidad y persecuciones que han sufrido a menudo, la penúltima y más exterminadora en la II Guerra Mundial. Ahora, Marx y Freud eran ateos, y Einstein agnóstico, y no hay rastro en sus obras de esa creencia en la predilección divina; Marx llegó a expresar un desprecio radical por el judaísmo y sus practicantes. En ese sentido ¿pueden ser definidos como judíos? No culturalmente, por cierto. En realidad, los tres estaban empapados de cultura alemana. ¿Podría hablarse, desde ese punto de vista, de tres alemanes? No sería en todo caso más inadecuado que llamarles judíos.
****************************************
** Si algo destaca a lo largo de la trayectoria del PSOE es su pasmosa capacidad para mentir, para presentar las cosas al revés de como fueron, para agredir y hacerse la víctima al mismo tiempo…
**El PSOE fue capaz de destruir el régimen liberal de la Restauración, la república en principio democrática y actualmente la democracia. No obstante tuvo dos buenas épocas: colaborando constructivamente con la dictadura de Primo de Rivera, y descansando y dejando descansar a los españoles en el franquismo. Remedando cierto epigrama inglés cobre la Cámara de los lores: “El PSOE durante el franquismo/ no hizo nada de particular/ y lo hizo excelentemente”
**En la posguerra, el franquismo fusiló a 15.000 chekistas autores de crímenes escalofriantes, abandonados por sus jefes, que huyeron con el botín sin preocuparse de ellos. Para los neochekistas golpistas, aquellos criminales eran “inocentes demócratas”. Con los cuales se identifican
********************************************
O. Jayam (XVII) Admiración y terror.
Jayam, pues, plantea en cuatro versos los problemas clásicos y fundamentales de la filosofía, y expone con máxima concisión la imposibilidad de darle solución, por la propia consistencia esencial del ser humano. Tendríamos que entender la condición humana como un esfuerzo titánico e inútil por romper esa limitación inexorable. No obstante, el segundo verso comentado señala cómo, una vez llegado a existir sin consentimiento, la vida no ha cesado de asombrarle.
A menudo se dice que la filosofía parte de una sentimiento de admiración ante el mundo y el propio ser humano, ante su infinita variedad y belleza. La idea está en Platón y en Aristóteles y viene a ser casi un lugar común. Jayam, si está bien traducido no dice “admiración”, sino “asombro”, que es más abarcante. El mundo, la vida, provocan admiración y maravilla en la propia psique humana, pero ese sentimiento va subtendido de otro descriptible como terror. La naturaleza permite al hombre vivir y disfrutar, pero al mismo tiempo le amenaza con catástrofes o cambios desastrosos o accidentes, o enfermedades penosas, y finalmente lo absorbe en la muerte. Ello está muy claro en la psique primitiva, y hoy, con los avances científicos, ese terror subyacente llega a hacerse más crudo: ¿y si el clima cambia, arrasando nuestra civilización? ¿Y si la corriente del Golfo se debilita? ¿Y si choca con la tierra un asteroide como aquel al que se atribuye la extinción de los dinosaurios? ¿Y si se agotan ciertos recursos necesarios para la vida? ¿Y si…? La ciencia y la técnica nos permiten defendernos cada vez mejor de las inclemencias o amenazas naturales, pero la ampliación de esos conocimientos intensifica una vaga y semiconsciente sensación de inseguridad y amenaza.
No solo la naturaleza puede inspirar terror. También la sociedad, de la que dependen las personas para subsistir y encontrar más o menos alegría, impone al mismo tiempo un considerable desgaste, frecuentes frustraciones y sacrificios personales como contrapartida. Podíamos ir más allá: la psique de cada persona alberga unos “demonios internos”, los que el hombre primitivo entendía como espíritus malignos que se apoderan de nuestra alma y conducta, descarriándolas, y perturban las relaciones sociales.
Los mitos y las religiones responden a ese doble sentimiento de maravilla y de terror. La filosofía, y su derivada la ciencia, y más todavía las ideologías, tienden a apartar lo segundo, buscando unas leyes que nos permitieran entender la naturaleza y la vida dominando sus terrores. Es obvio que no lo consiguen del todo, y en cierto modo los intensifican. No es fácil salir del laberinto expresado en los profundos versos de Jayam
Esta entrada se ha creado en
presente y pasado. Guarda el
enlace permanente.