***Para entender a Rajoy. En 2008, cuando Rajoy hacía un paripé de oposición escribí esto: http://www.libertaddigital.com/opinion/pio-moa/para-entender-a-rajoy-43734/
**Una hora con la Historia: La cultura en el reino hispanogodo, primera nación española: https://www.youtube.com/watch?v=DGNH4D2w80w&t=13s
Este sábado trataremos de la caída o “pérdida de España”, un tema que ha hecho correr ríos de tinta. En Radio Inter, 9,30 de la noche, 918 de Onda Media y 93,5 de FM (esta solo en Madrid)
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“Los domingos por la mañana nos juntábamos unos excelentes amigos, andaluces y catalanes sobre todo, y nos poníamos morados de queso, jamón y chorizo, generosamente regados con vino de una bota. Entreteníamos mal que bien el tiempo libre. Las marchas y ejercicios con armas no lograba evitar que me gustaran. En la compañía estaba un personaje notable, de los rarísimos toreros gallegos. ¡Qué afición a los toros! Tenía un carácter de otra época: honrado, directo, sensible y valiente. Se expresaba con brusquedad, lo que chocaba al principio, pero con gracia cuando narraba sus peripecias de maletilla. Consideraba que el toreo de ahora era “una mariconada”: “Ahí tienes a los tíos haciendo pesas, cuidando el cuerpo, con dietas… El torero de verdad es el que llega al ruedo tan machacado de beber, trasnochar y follar que no se tiene en pie. No es que se arrime al toro por valor, es que no se puede mover, de lo escarallado que está”. Uno de Bilbao le secundaba con entusiasmo: “¡Viva la España golfa, borracha y torera!”
Conversando un día con un compañero de Álava me contó que había estudiado en la Universidad Laboral de Gijón, donde tuvo amistad con un conocido mío de cuando militaba en el PCE, en Vigo. ¡Esta casualidad traería consecuencias largas!
El antiguo camarada vigués era Alonso Ribeiro, quien sería detenido a principios del 77, en pleno apogeo del secuestro de Oriol y Villaescusa. La policía creyó entonces(erróneamente) haber cogido la clave para destruir al GRAPO y sometió a Alonso a un brutal tratamiento durante varios días. Pues bien, en el PC, Alonso se llamaba Ponte , en memoria de un guerrillero del maquis de los años 40, y yo no había sabido su nombre real ni su domicilio, por razones de seguridad. Pero las referencias del alavés indicaban con certeza que se trataba de la misma persona. Me dio su dirección.
Durante el permiso de verano fui a buscar a Ponte a su barrio de Teis, y al momento nos enfrascamos en discusiones sobre la situación política. Le expliqué los motivos de mi separación del PCE, mientras cruzábamos la ciudad en largos paseos, al atardecer. Le hablé de la situación general tal como la apreciábamos, de los proyectos de la OMLE, de las posiciones marxistas-leninistas chinas y albanesas; charlamos sobre la línea adecuada respecto al sindicalismo franquista. Un día entero estuvimos remando por la ría, y seguíamos en lo mismo. Me enteró de que en Vigo un amplio sector del PCE, principalmente de las juventudes, estaba descontento y poco menos que en rebeldía hacia la dirección de Carrillo. Las juventudes retenían a los suyos sin dejarlos pasar a la organización de mayores y rechazaban la política rusa (revisionista). No tragaban ciertos anteriores envíos de carbón polaco a España, que habían saboteado una huelga de los mineros asturianos. Exigían asimismo clarificar los ataques a Stalin; deseaban conocer las posiciones chinas, con las que simpatizaban casi instintivamente. No aceptaban la vía pacífica propugnada por Carrillo y propugnaban un galleguismo más duro.
Vi los cielos abiertos… “
(De un tiempo y de un país)
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“La hazaña de patearse los campos extremeños en plena canícula de agosto arredra un poco al caminante. ¿Por qué no saltarse unos cientos de kilómetros al norte, a tierras frescas y hacer la última etapa antes que las intermedias? (…)
Sobre una mesa de mármol de la Cervecería Alemana en la madrileña plaza de Santa Ana el viajero consulta mapas y calcula opciones. Es una calurosa mañana dominical. A su lado charla una pareja, los dos mayores. ¿Charla? La mujer, de bellos ojos azules y expresión a un tiempo abierta y melancólica, habla en realidad al vacío, con marcado acento gallego, seguramente por desahogarse. El varón de rostro consumido y algo agitanado, corresponde con bufidos ocasionales “¡Ah, cuando íbamos por entre el centeno… ¡La vida en la aldea era tan bonita! El olor del centeno no se olvida.. Y cuando íbamos por el monte. Yo iba con mi padre. Cuando era niña, yo le ayudaba a preparar la pólvora para los cartuchos, porque él cazaba, ¿no sabes?, y vendía muchos cartuchos, que él sabía hacerlos, les metía la pólvora, ¿no sabes? Y yo le ayudaba. ¡Disfrutábamos tanto! ¡Teníamos tantas cosas que ahora ya no hay…! Éramos más pobres …¡y éramos más ricos!”
Cuenta su antigua y feliz vida, seguramente mucho más feliz que la de ahora, con expresión nostálgica y sin prestar atención a los gruñidos de su compañero de mesa. Este, atento a su vez a un vaso de vino, fuma un Ducados con labios brillantes de saliva. Echa ojeadas por la ventana o a otras mesas, como si buscase una compañía más digna de él.
A un camarero, también sentado, le comenta la prensa una señora: “Fíjate lo que dice Marcelino Camacho de los socialistas… Pues si él dice eso, ¡qué diremos los fachas!”.
Los dos ancianos han quedado silenciosos, ella con expresión soñadora y melancólica, él con ceño despectivo. Contados clientes en otras mesas.
El calculista de viajes pide otra cerveza, la toma de dos tragos, paga y sale al sol de la plaza. Dos mendigos, de los que tanto han proliferado estos años, se amenazan con voz estropajosa y uno blande una botella de vino con movimientos inseguros. Varios jóvenes demacrados, drogadictos, toman el sol en unos bancos. Pasan turistas, gente del foro, un par de muchachos nórticos, de barba muy rubia, sucios y con mochilas. Serán las doce. El viajero baja la calle del Prado y luego tuerce hacia la de Atocha, donde habita un cuarto alquilado por poco dinero en el piso de una buena amiga húngara, Klàra o Clara.
(Viaje por la Vía de la Plata
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**Feria del libro, Madrid
Caseta 237: “De un tiempo y de un país” (memorias), “La guerra civil y la democracia en España”, “Los orígenes de la guerra civil”.
**237: Los personajes de la República vistos por ellos mismos” “El derrumbe de la República” “La quiebra de la historia progresista”
**Caseta 176 (Esfera de los libros): “Sonaron gritos y golpes”, “Años de hierro”, “Los mitos de la Guerra Civil”
**”176: “Los mitos del franquismo”, “Nueva historia de España”, “Europa, una introducción a su historia”.
