Originalidad en historia (II) Concepto del Frente Popular / Gran novela (IV) Elección de Odiseo / Dos golfos

 Originalidad en historia (II) El Frente Popular

Pasando, pues, al nivel analítico-interpretativo, podemos comenzar con el enfoque general  de la guerra civil. Ya he explicado, y aquí no lo repetiré, por qué el Frente Popular no podía componerse de partidos democráticos. No soy el único ni el primero que lo señala,  aunque creo que nadie ha analizado el origen de la patraña en la estrategia y propaganda soviéticas, en lo que creo no estar equivocado.

Y hay otro aspecto esencial y es la aceptación prácticamente generalizada, a derecha e izquierda, se la presentación del Frente Popular como “bando republicano”, bajo el supuesto de que sería la continuación de la II República. Muy pocos, a derecha e izquierda,  han escapado a este enfoque radicalmente distorsionador de la historia. Stanley Payne y quizá algún otro, han señalado la discontinuidad, mencionando una III República, que yo prefiero llamar solo Frente Popular, porque no llegó a cuajar como un régimen mínimamente estable, al perder la guerra civil. Pero hay algo más: aquel frente no solo fue distinto de la II República, sino que fue, precisamente, el que la destruyó. Esta es una de mis tesis fundamentales, que cambia por completo la comprensión de la guerra.

Y otro punto al respecto es la fecha en que puede darse por finada la república del 31, que quienes aceptan su fin suelen situar en el reparto de armas a los sindicatos en julio del 36. En mi opinión esa destrucción se produjo en el proceso electoral de febrero a abril de aquel año. Este concepto es doblemente importante, porque relaciona la insurrección de octubre del 34, en la que se produjo un frente popular de hecho, con dichas elecciones;  y señala que fueron fraudulentas no solo por la falsificación de actas, sino por todo el proceso desde la disolución de Cortes a la destitución de Alcalá-Zamora. Esta concepción de conjunto creo que solo yo la he expresado.

Un elemento más de la tesis es la responsabilidad de Alcalá-Zamora en la convocatoria, dudosamente legal y por sí misma ilegítima, de aquellas elecciones, algo que solo yo creo haber señalado.

Importa observar que este análisis del proceso destructivo de la república echa por tierra  totalmente la mayoría de las interpretaciones corrientes sobre la república y la guerra civil, y esto tiene mucha más relevancia que cualquier aportación de datos o detalles. Y  elimina parcial pero fundamentalmente, otras muchas versiones, incluidas las típicamente franquistas. Nótese que estas mantienen la distorsión esencial del “bando republicano”, y ello es porque son fundamentalmente antirrepublicanas y el destino de aquella república no les interesa. De modo que ven una continuidad entre ella y el Frente Popular, como una sucesión de violencias y convulsiones de un régimen que consideran ilegítimo y producto de un golpe de estado inicial, por las elecciones municipales de 1931. Esta es otra distorsión importante, aunque hubo golpe… solo que lo dieron los  monárquicos contra su propio régimen. La república fue por ello legítima, y cesó de existir, por las causas señaladas, cinco años después, en el proceso electoral de febrero del 36.

Estas concepciones creo que nadie más las ha mantenido con la precisión, documentación y claridad que he aplicado en mis libros, y reenfocan de modo esencial todo un proceso histórico. Si mis tesis son acertadas, ha prevalecido durante medio siglo una confusión monumental. Y  por esa confusión y las actitudes derivadas, han encontrado una resistencia y oposición realmente fanática, contraria a cualquier debate racional.

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Cuatro perros verdes

Dos golfos

**¿Quién ganó el debate entre el Dotor y el Pujoliño? ¿Y qué más da?  Dos golfos de la política. Pujoliño cuando señala sus coincidencias de fondo con el PNV: los dos son “autonomistas” y “europeístas”. Las autonomías han sido en Vascongadas, Cataluña, Galicia, Valencia  y ahora Andalucía, coberturas para atacar la idea, cultura e idioma de España, y socavar su unidad política. Y el europeísmo está regalando la soberanía a otras potencias, colonizando culturalmente a España y satelizándola a otras potencias. España es el objetivo a corroer y debilitar hasta terminar destruyéndolo.  

**La gran diferencia entre VOX y los demás partidos es que defiende con claridad la unidad nacional y la democracia. Esa defensa debe volverle al  referéndum del 76, reconociendo la legitimidad histórica del franquismo, del que proceden, precisamente, el mantenimiento de la nación y de la democracia.

**Algo debería quedar claro a todo el mundo: fuera de la unidad nacional no habría paz ni libertad.

**Una de las manías de la izquierda es la de pintar a Franco como si fuera uno de los suyos, es decir, un caco vulgar. Otra de las leyendas que hacen circular es que su esposa, Carmen Polo, saqueaba las joyerías quedándose “como regalo” con las joyas que le gustaban. Una socialista, vamos. La verdad es que pagaba lo que compraba y, como decía un joyero coruñés, lo hacía con tal buena fe que habrían podido estafarla fácilmente en la cuenta. Hace años publiqué en LD un artículo al respecto, pero ahora no consigo encontrarlo

 **Qué cariacontecidos  se exhiben todos los lacayos españoles por la muerte de la reina de Gibraltar

**https://elcorreodeespana.com/politica/830683485/Pio-Moa-Hay-una-gran-diferencia-entre-llamar-mentiroso-a-un-historiador-y-demostrar-que-esta-mintiendo-Por-Alvaro-Penas.html

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Gran novela (IV) la elección de Odiseo

Retrocedamos desde la literatura reciente hasta La Odisea que bien puede considerarse una de las novelas más extraordinarias de todos los tiempos. Su tema es la vuelta de Odiseo a su hogar en Ítaca, después de la guerra de Troya,  en dos partes, narradas desde la segunda en el tiempo: la estancia en la isla Ogigia donde vive la ninfa Calipso, que le retiene durante siete años. Allí ha llegado después de una serie de aventuras  que él mismo relatará en la segunda parte. La ninfa  promete a Odiseo la inmortalidad si se queda con ella, pero Odiseo prefiere volver con su esposa Penélope. Es necesaria una imaginación muy poderosa para imaginar una trama tan enigmática: ¿por qué ha preferido a Penélope antes que a una ninfa de perfecta belleza, que lo haría inmortal y siempre joven? Una elección que aparentemente nadie haría pues Calipso representa un paraíso, sexual y existencial,  sin culpa, responsabilidad ni dolor, fantasía eterna en la psique humana. No solo prefiere la mortalidad y a una mujer que estará ya bastante ajada después de veinte años, y de cuya fidelidad no tiene la menor prueba, sino que tampoco tiene la seguridad de volver a Ítaca, dados los peligros mortales que habrá de arrostrar. ¿Qué es lo que elige, en definitiva, Odiseo?

Este es, en realidad, el tema esencial del poema:  Odiseo no es expulsado del paraíso, sino que lo abandona  por propia voluntad. ¿Y qué hay detrás de esa voluntad? ¿A qué se debe? Una gran novela afecta a lo más profundo y contradictorio del destino humano, poniéndolo ante su falta de solución.  Podríamos interpretar a Calipso como la Fantasía y a Penélope como la Realidad. Lo propio del héroe sería  afrontar la ardua realidad  contra la seducción de la fantasía. Es una interpretación posible, pero… 

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Originalidad en la historia (I) / Ceuta y Melilla / Crimen irresuelto

Originalidad en historia  (I)

Me han sorprendido muchos comentarios favorables a Los mitos de la guerra civil y a otros libros mío afirmando al mismo tiempo que carecen de originalidad, salvo si acaso en la claridad con que están escritos,  que no descubren nada nuevo, pues todo lo que digo “ya estaba dicho por otros”. Para abundar meramente en lo ya sabido, no creo que me hubiera molestado en escribir nada, la verdad. Claro que si yo hubiera cometido ese error, tendrían que explicar por qué mis libros, precisamente, son los que han desatado más odio y miedo mezclados,  entre los historiadores y políticos progres, y también de derechas.

En la historiografía, como en tantas otras cosas, existe el nivel de los datos concretos y el del análisis interpretativo, del que hablaba Stanley Payne en relación con Hegemonía española y comienzo de la Era Europea. En cuanto a los datos, su acumulación es una necesidad elemental y un tanto fatigosa, pero básicamente fácil, mientras que el análisis interpretativo resulta mucho más difícil, pues exige relacionar los datos, compararlos y establecer conclusiones coherentes. Es el nivel más alto de la historiografía.

Sobre la guerra civil se ha escrito tanto y en tantos aspectos que resulta difícil descubrir datos nuevos, algo que no haya sido expuesto o mencionado por alguien, y a menudo repetido mil veces. No obstante, he conseguido ahí  algunas aportaciones, de las que mencionaré ahora solo una: el tercer intento golpista de Azaña, en el verano de 1934. Cuando las izquierdas perdieron las elecciones de noviembre del 33, Azaña presionó en vano y  por dos veces a Alcalá-Zamora, para que anulase los comicios y  convocase otros con garantía de triunfo izquierdista. No podía hacer otra cosa con los escasos medios de que disponía entonces, pero era golpismo.  Luego, en el verano posterior  se puso de acuerdo con Companys y los suyos para un golpe más efectivo. El intento les falló porque exigía la colaboración del PSOE, el cual se negó pues preparaba una revolución “proletaria” y no quería colaborar en una continuación de la república “burguesa”.

Este dato, creo creo que totalmente desconocido antes en la historiografía de izquierda o de derechas, es una contribución significativa, pero realmente no merecería más que un artículo y no un libro. Y lo mismo otros datos parecidos que ya mencionaré al final. Lo que, en cambio,  precisa un libro bien argumentado y articulado es precisamente  el análisis interpretativo. Y en este difícil campo iré mostrando hasta qué punto mis libros son innovadores, a salvo de que alguien consiga refutarlos de manera eficaz, cosa que no ha ocurrido hasta ahora.

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 Ceuta y Melilla

**El  Francis Drake Institute, disfrazado de Instituto Elcano, es un instrumento intelectual para orientar la política exterior española de acuerdo con los intereses de Londres. Ahora está haciendo campaña para que los políticos españoles manifiesten lo encantados y agradecidos que están tras haber metido al país en la OTAN.

**En relación con Ucrania importan cuatro puntos:  a) La OTAN no tiene autoridad moral para condenar una invasión cuando ella ha perpetrado ya unas cuantas, destrozando a países enteros. b) La OTAN pretende crear un espíritu de cruzada mundial  de las democracias contra las que llama autocracias, es decir, contra China y Rusia. China es un país totalitario y una verdadera superpotencia; Rusia no es una cosa ni otra, y esa política la está empujando a la esfera de influencia china. c) La OTAN dice defender la democracia, pero su ideología LGTBI también impulsada por los comunistas españoles, la ETA y demás, no es democrática, sino una profunda amenaza totalitaria;  y las “defensas” de la OTAN han provocado ya enormes matanzas y millones de refugiados. d) Para España, el problema es crucial, porque la OTAN es amiga y aliada de una tiranía que amenaza nuestro territorio, y los dos países dominantes en la “Alianza”, Usa e Inglaterra, ocupan territorio español con bases militares.

**La ex ministra Trujillo ha expresado en relación con Ceuta y Melilla lo que tanto el gobierno como el PP como la OTAN piensan en realidad. No pueden, hoy por hoy, expresarlo con palabras, pero sí con hechos. Son todos amigos de la tiranía que quiere apoderarse de estas ciudades españolas. 

**La evidente colonización cultural y satelización política y militar de España descansan sobre una visión negativa y derrotista de la propia España y su historia, que ha calado en gran parte de la población a partir de una intelectualidad y casta política de ínfima calidad. Creo que cuantos lean Los mitos de la guerra civil y Hegemonía española y comienzo de la Era Europea, adoptarán una actitud más veraz y positiva sobre su propio país. 

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Crimen sin resolver

Veo que van aumentando en Amazon las valoraciones sobre Cuatro perros verdes (muy pocas todavía), señal de que vuelve a despegar, a pesar de su precio algo alto.  Me gustaría destacar la parte del relato sobre el asesinato del dueño de un bar de alterne  homosexual, y pederasta. En cierto modo es un relato policíaco, pero con desenlace no convencional, es decir, sin desenlace. Muchos crímenes quedan sin resolver por la policía, y  el ex seminarista, que sabe la verdad con solo una sombra de duda, se plantea si debería colaborar con la justicia o dejar que la cosa siguiera sin posibilidad de resolverse. Por otra parte, la víctima quizá no merecía otra cosa, ¿cómo juzgarlo? E, irónicamente, se portaba bien, al menos económicamente,  con su mujer e hijo. Este cree que su padre había sido asesinado por intereses de  personajes poderosos de la ciudad, ya que la víctima sabía mucho de sus vicios y temían verse desenmascarados. El  ex seminarista está convencido de que esa explicación era falsa, y especula sobre la habilidad del asesino, obsesionado por la idea de llegar a ser un  gran escritor, y que se ha ido de la ciudad; y piensa sobre su nueva vida, quizá en París, y sobre el efecto psicológico que su crimen tendrá sobre él. No puede saber si estará orgulloso de su acto o arrepentido, pero le da vueltas a la cuestión, que le obsesiona un tanto durante aquella jornada que empezó yendo a contemplar la salida del sol y divagar sobre su significado. 

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Origen de la patraña clave sobre la guerra civil / Bailonas y criminales / Católicos progres.

Origen de la patraña central sobre la guerra civil

La identificación del Frente Popular como “el bando republicano y demócrata” es el núcleo de una inmensa producción historiográfica y política falsaria, aceptada también en gran medida por la derecha. La tesis solo un idiota o alguien muy desinformado podría creerla, y lo asombroso y digno de estudio es que haya tenido tan enorme éxito, prueba del inmenso poder de la propaganda para explotar la credulidad y la desinformación no solo de personas corrientes, sino de intelectuales, políticos y periodistas. Conviene explorar, por tanto, su origen.

¿Por qué la guerra de España suscitó tal emotividad en muchos países, y por qué vuelve a suscitarla tan pronto se ponen en cuestión versiones dogmáticas que quieren darse por definitivas? Si en Francia Los mitos de la guerra civil ha provocado tal furia –que no crítica racional– se debe a que aquella guerra tuvo una repercusión mucho más amplia que la propiamente nacional. Esa repercusión se debe a que en España se concentraron, si bien con grandes particularidades, las tensiones ideológicas y políticas que vivían Europa y América por entonces, y que, calculaba mucha gente, terminarían desembocando en una nueva guerra europea o mundial.

Quien  con más claridad lo previó fue  seguramente Stalin: una nueva “guerra imperialista” se acercaba, y el gran peligro para él era que estallase entre Alemania y la URSS. Por ello su estrategia, centrada en los frentes populares, buscaba exacerbar las “contradicciones” entre los fascismos y las democracias, de modo que la guerra comenzase entre Alemania por una parte y Francia e Inglaterra por la otra. Y la guerra de España le dio la gran ocasión: el Frente Popular español fue por ello santificado como la república democrática con la que debían solidarizarse las otras democracias hasta entrar en colisión con las potencias fascistas, Alemania ante todo. La propaganda soviética denunciaba  a las democracias por dejar abandonada a una de ellas en manos del “fascismo”. Y atribuía, no irracionalmente, esa “dejadez” de Londres y París a una estrategia contraria de procurar que la guerra se produjese entre Berlín y Moscú, como hasta cierto punto ocurría en España.

Esta política  se combinaba con otra en apariencia contradictoria, por la que dentro del Frente Popular serían los comunistas los que se hicieran  con la posición dominante (siempre en nombre de la democracia y el antifascismo), sobre todo en el ejército y la policía, de modo que a la hora de la victoria fuera el PCE la fuerza decisiva  que transformase la democracia “burguesa” en “popular”.

La doble estrategia staliniana fracasó porque ni  París ni, sobre todo Londres, entendieron el Frente Popular como un régimen afín a ell0s, y  porque la victoria de Franco destruyó cualquier esperanza de instaurar en España un régimen “popular”. El fracaso movió a Stalin a cambiar radicalmente de estrategia buscando el pacto con Alemania. Y lo consiguió porque, pese a estar los dos países destinados casi inevitablemente a la confrontación,  todavía no se hallaban preparados para ella. Con el Pacto germano-soviético logró Stalin lo que  no había alcanzado en España: que la contienda europea empezase por el oeste, y no en la frontera soviética. Y durante un tiempo se olvidó la patraña de un Frente Popular democrático y continuador de la II República.

Luego, el desarrollo posterior de  la  contienda europea como una alianza de las democracias y la URSS  resucitó la absurda visión de un FP democrático, que sigue caracterizando a toda la historiografía de izquierdas, incluso en parte de derechas.  Aunque Franco nunca se satelizó a Hitler ni a Mussolini,  su régimen tenía muy poco que ver con el de estos, y se abstuvo en la guerra mundial,  la equívoca visión resultante se ha asentado en casi toda Europa hasta hoy mismo. De  ahí el apasionamiento que suscita su necesaria revisión.

Podemos ver el asunto desde otro ángulo: si hubiera ganado el Frente Popular, España habría  sido invadida por Alemania, cuyas probabilidades de victoria habrían crecido notablemente. En el período hasta la invasión de Rusia, Inglaterra se encontraba al borde del colapso militar y financiero, resistiendo únicamente con la esperanza de la beligerancia de Usa, que Churchill suplicaba constantemente a Roosevelt. Pero este se mostraba muy reticente, fuera de buenas palabras y algunas provocaciones a los alemanes. En esas condiciones, el corte del Mediterráneo occidental, planeado por Hitler a  través de España,  habría disuadido con gran probabilidad a Roosevelt de dar el paso, e Inglaterra habría tenido que pedir la paz en condiciones mucho peores que tras la caída de Francia.

Franco o tenía ningún motivo para simpatizar con Inglaterra, y no obstante su neutralidad salvó a esta de un golpe que sumado a los anteriores le habría sido desastroso y muy posiblemente decisivo.  Parece una ironía más de la historia, pero no lo es. Franco temía que la URSS fuera la gran beneficiaria de la guerra entre Alemania e Inglaterra, no deseaba satelizarse a Hitler, tenía en cuenta ante todo los intereses españoles, que pasaban por la reconstrucción del país. Su neutralidad  favoreció sobre todo a Inglaterra, que, objetivamente, es mucho, mucho lo que debió entonces a la política española. Y por lo demás, ya sabemos cómo la ha pagado. Pero la política de Franco fue precisamente una consecuencia fundamental de su victoria sobre los “demócratas” del Frente Popular.

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Bailonas y criminales

**La Clinton ha felicitado a la Marin: “Sigue bailando Sanna”. Pare entender el carácter criminal de la Clinton es preciso ver el vídeo en el que quiere imitar a Julio César para reírse del espantoso asesinato de Gadafi, que fue también el asesinato de un país próspero y ordenado (Clinton on Qaddafi: We came, we saw, he died – YouTube). De la Marin solo podría destacarse su verbenerismo si no fuera porque  ha elegido el camino belicista de Zelenski, es decir, la guerra, como la otra.

**Creo que si un gran número de españoles leyera Los mitos de la guerra civil y Hegemonía española y comienzo de la Era Europea, cambiaría en profundidad su percepción de su propio país, percepción hoy predominantemente  negativa y derrotista. Esa falsa percepción proviene de una historiografía a su vez negativa o roma, y es una de las causas de que España sea hoy un país culturalmente colonizado, y política y militarmente satelizado.

**Con los distintos relatos concentrados en Cuatro perros verdes he querido exponer varias alternativas humanas ante un destino forzosamente ignorado  en la juventud de los protagonistas. Y que, si volvieran a reunirse llegados a viejos para discutir sus experiencias vitales, llegarían a la misma conclusión de una ignorancia inevitable, que sin embargo no ha impedido sus vidas, les satisfagan más o menos.

**Nota: creo que solo ha habido tres comentarios de interés en los medios españoles (tal vez se me pase alguno) sobre el asunto de Les mythes de la guerre d´Espagne y las reacciones en Francia: Los franceses y la ‘Guerra de España’ (okdiario.com)Pío Moa incendia París – Pedro Fernández Barbadillo – Libertad Digital – Cultura , y La Guerra Civil española vuelve a sacudir a Francia | El Manifiesto.  Los grandes medios estaban muy ocupados en mentir sobre Ucrania, mentir sobre la política interior española y narrar las aventurillas sexuales de los famosos

Cuatro perros verdes

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Católicos progres

En la falsa polémica sobre Les mythes de la guerra d´Espagne han intervenido, no podía ser menos, los católicos progres franceses. Así un presunto historiador,  Benoît Pellistrandi teoriza: “La guerra civil no es un problema para el historiador: puede explicarse. Pero debe explicarse estableciendo  los hechos, su verificación, el conjunto de los datos, sabiendo construir una explicación racional, incluso cuando el homicidio en masa se impone con su lote de crueldades. La historia exige honestidad intelectual”.  Sabios propósitos, un tanto obvios y elementales, que según él, yo no cumplo. Pero ¿los cumple él? Veamos: 

Revela una ligereza muy culpable presentar a Franco como un legalista partidario del orden, cuando en febrero de 1937 afirma al periodista americano Jay Allen que “si para ganar la guerra hay que fusilar a la mitad de los españoles, entonces lo hará.  Como Pellistrandi no ha leído lo que “critica”, es decir, Los mitos,  no  se ha enterado de que  Jay Allen era, más que un periodista, un agente propagandístico del PSOE. La frase muy difícilmente podría ser de Franco,  pues no es coherente con su discurso general ni con sus actos. La  frase la pone Allen en boca de Franco, cosa muy distinta. Y un historiador medianamente serio no debe guiarse por frases de un agente de propaganda. 

Por qué el sabio católico François Mauriac gritó su conmoción en Le Figaro desde el 18 de agosto de 1936, denunciando cómo quienes comulgan son capaces de asesinar fríamente a miles de habitantes de Badajoz? Si hubiera leído lo que critica, sabría que Mauriac, como tantos hasta hoy,  se dejó embaucar por un relato inventado, y precisamente por el mencionado Jay Allen, ratificado después por una también inventada  “confesión” de Yagüe a otro periodista farsante, Whitaker. Un historiador, a estas alturas, no puede ser tan “ingenuo”. 

¿Por qué a  Georges Bernanos le repugnaron hasta la náusea los crímenes de los nacionalistas hasta el punto de denunciarlos en el revulsivo que es Les grands cimetières sous la lune, a riesgo de romper con sus amigos políticos?  Claro que hubo crímenes en el bando nacional, así sucede en todas las guerras, pero al católico Bernanos parece que le interesaba menos el exterminio de la Iglesia y de la cultura cristiana por parte de sus contrarios. Y en todo caso un historiador, si quiere serlo, debe recordar que el terror y los crímenes los comenzaron las izquierdas desde antes de un mes de comenzada la república, con el incendio de más de cien iglesias, bibliotecas y centros de enseñanza.  Importa mucho saber quién y por qué provocó la guerra y los crímenes consiguientes. No sé si el buen Pellistrandi, como Bernanos, ignora estas cosas o no les da importancia.  

¿Por qué el presidente de la República española Manuel Azaña, uno de los grandes líderes de la izquierda no socialista, expresó su convicción el 18 de julio de 1938, de que la única salida a la guerra era la “paz, piedad perdón? Nuevamente ignora  Pellistrandi tres datos elementales: a) Que esa petición no la hizo cuando comenzaron las violencias, que él amparó desde la quema de iglesias, bibliotecas y aulas,  sino cuando él y los suyos tenían perdida la guerra después de haberla provocado, y, claro, buscaban alguna salvación.  b) Que Azaña mismo no representaba en el Frente Popular más que el adorno  con que  los sovietizantes y separatistas querían pasar por demócratas. Si tiene alguna duda puede leer los propios diarios del personaje c) Que Azaña fue presidente  después de unas elecciones demostradamente fraudulentas, culminadas en la destitución ilegal del presidente Alcalá-Zamora. En suma, Azaña presidió, más bien como adorno, un  Frente Popular que había dinamitado la legalidad republicana. El señor Pellistrandi deja la impresión de no haber leído los escritos del propio Azaña. 

Según este caballero,  yo planteo la historia de la guerra civil como un ajuste de cuentas póstumo para encubrir un planteamiento político condenado al fracaso. Si está condenado al fracaso, ¿por qué se alborotan tanto? ¿Y por qué tratan de impedir a toda costa que la gente  lea  mis libros y los compare con los suyos? 

 

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El pánico a “Los mitos de la guerra civil” / Dos artículos

El pánico a Los mitos de la guerra civil

Cualquier observador un poco agudo percibe un tono de histeria o pánico en la reacción que ha producido en Francia y en España la entrevista de Le Figaro a propósito de la traducción al francés de Los mitos de la guerra civil. Reacción por una parte furiosa e intimidatoria (“cómo se ha atrevido Le Figaro…”), pero sin el menor atisbo de crítica racional; y por otra parte de silencio amedrentado. En España, ninguno de los grandes medios de derecha (ABC, La Razón, La Vanguardia, la COPE…), que tanto espacio dedican a noticias irrelevantes, análisis de perra gorda, chismorreos de famosos, consejos sexuales, etc.,  han publicado una sola línea sobre un fenómeno tan llamativo en Francia, que afecta al suceso más crucial del siglo XX español, y de repercusiones tan actuales como las leyes de memoria contra las libertades políticas e intelectuales. Nada, repito, ni una línea. Esto también revela un fondo de pánico.

La causa de esa actitud se percibe fácilmente: si lo que dice Los mitos es cierto, sería falso el discurso prevaleciente en España y Europa sobre aquella guerra, su significación y consecuencias históricas, lo que abre nuevas hipótesis y afecta a muy diversos intereses.  El problema para el discurso dominante no debería ser difícil: le bastaría con destacar dos o tres puntos clave en el libro y demolerlos con datos y argumentos…, pero  no hay nada de ello sino, como digo,  silenciamiento en unos e insultos e intimidaciones en otros.  Que dejan además la impresión de que tales “críticos” ni siquiera han leído el libro,  que según ellos es de “propaganda franquista” y  “no dice nada nuevo”, a pesar de su enorme éxito en España y ahora en Francia. Y que tal vez tendría también en Inglaterra, Usa, Alemania o Italia si se tradujera, rompiendo el actual  muro de silencio.  Así que daré unas explicaciones.

 Entre 1999 y 2001 publiqué la trilogía compuesta por Los orígenes de la guerra civil, Los personajes de la república vistos por ellos mismos, y El derrumbe de la república y la guerra, producto de nueve años de trabajo.  Estos tres libros podían resultar de lectura algo incómoda para el público en general, debido a estar repletos de notas de archivos y referencias bibliográficas, de prensa, actas de las Cortes, etc.,  por lo que me pareció conveniente un resumen popular –que no vulgarizado– de los tres. 

El resumen, Los mitos, fue concebido con un método expositivo original, que me pareció el más eficaz, en dos grandes partes. Una primera aborda las concepciones políticas e ideológicas de los diez líderes de los diversos partidos y personajes determinantes. Aunque suene extraño, esto no es frecuente en los libros de historia, que apenas suelen profundizar en los contenidos ideológicos en pugna. En el tercer tomo de la trilogía dediqué amplio espacio a dichos contenidos, sin los cuales nada se explica con alguna profundidad, y en  Los mitos hice lo mismo de modo más directo y personal, ciñéndolo a las ideas de los personajes. 

Y en una segunda parte examiné diecisiete cuestiones y sucesos muy concretos, para atraerlos del terreno del mito, más bien del  seudomito, al de la realidad comprobable historiográficamente. Y lo hice partiendo, bien de la documentación de la propia izquierda, bien de  investigaciones detalladas y nunca desmentidas de diversos  historiadores.   Finalmente añadí dos epílogos  sobre la guerra civil española en la historia del siglo XX y en la historia de España. Se adjuntan también unos mapas, una cronología y el origen regional de los personajes citados.

Espero que con motivo del XX aniversario del libro se publique una reedición. Ninguno de sus datos o tesis básicos  ha sido desmentido por otros estudios o críticas en estos veinte años, y  solo ampliaría los dos epílogos (lo haré en un prólogo) y algunas observaciones secundarias. Creo que hoy, cuando intenta suprimirse la libertad intelectual y con ella otras libertades, por medio de leyes delictivas, Los mitos de la guerra civil adquiere  una relevancia mayor incluso que cuando fue publicado.

Trataré en el blog otras cuestiones al respecto, como la de por qué un suceso tan intensamente  español  como aquella guerra ha  suscitado y sigue suscitando tantos años después, tal interés en Francia y seguramente en otros países. 

Dos artículos:

Pío Moa incendia París – Pedro Fernández Barbadillo – Libertad Digital – Cultura

Los franceses y la ‘Guerra de España’ (okdiario.com)

 

 

 

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Sinopsis novela / La clase más alta de la historiografía

Sinopsis de Cuatro perros verdes

Me pide una conocida mía una sinopsis de Cuatro perros verdes antes de decidirse a comprarla. Le escribo: “Cuatro jóvenes, muy distintos entre sí, pero amigos,  empiezan el día desayunando y discutiendo en un bar, a medias en broma, sobre el sentido de la vida. Después, a lo largo de la jornada, cada uno tiene su historia. A Santi, católico, ex seminarista y estudiante de ingeniería, le acomete el recuerdo obsesionante de un antiguo amigo homosexual, probable autor de un brutal asesinato que la policía no ha logrado aclarar. Le da vueltas una y otra vez, planteándose algunas cuestiones sobre su religión. Javi, tipo jovial y desenfadado, con viajes y más experiencia de la vida que los otros, es burlón y reacio a problemas metafísicos, pero se desconcierta al encontrarse con un ligue reciente y ya semiolvidado, una chica useña; le perturba la noticia oída en la radio, mientras desayunan, de un pariente próximo involucrado en un atentado terrorista (la radio tiene cierta importancia en el relato), y tiene dos encuentros violentos, de uno de los cuales sale herido de bala. A Moncho, ateo, una canción en la radio le hace irrumpir en  la memoria la imagen de la muerte de la chica de la que había estado muy enamorado, muerte que le había llevado al borde del suicidio; lucha contra su depresión escribiendo en algunos cafés y  paseando por la ciudad. Chano, el más joven, lleno de grandes aspiraciones pero atormentado por su nombre y por su físico, tiene su primera  e inesperada aventura sexual  con una chica inteligente y  fea,  y asiste a una asamblea estudiantil comunista, que le causa un percance posiblemente mortal.

Entre medias interviene Diego, líder estudiantil comunista, hijo del protagonista de Sonaron gritos y golpes a la puerta, de la que Cuatro perros verdes viene a ser una continuación. De Diego es del único que sabemos cuál será su más bien frustrante evolución posterior hasta la madurez avanzada. Lo sabemos porque la ha expuesto su padre en el epílogo de la anterior novela. También interviene, más brevemente pero con cierta contundencia, y que asoma al principio y al final,  el que llaman “el fantasma” o “el ruso”, también procedente de la novela anterior.

La cuestión es: ¿puede extraerse alguna lección moral, vital, ideológica o política, de aquella jornada tan diversa,  especial e inesperable  para cada uno de ellos, marcada muy explícitamente  por la salida y ocaso del sol, del que depende todo, según advierte Santi con un pensamiento algo pagano?  Si intento pensarlo, no encuentro  ninguna lección. Lo que he pretendido  es contrastar cinco experiencias vitales de personajes muy diversos. ¿Qué sale de ese contraste? No sabría  explicarlo, quizá cada lector pueda extraer alguna moraleja. De la novela anterior podría decirse: “tantos esfuerzos, aventuras  y peligros, ¿para qué? Imposible sacar una conclusión. ¿Pero no es así la vida?”.   De esta segunda novela queda, a mi juicio, el valor de la diversidad y contraste entre vivencias de unos jóvenes que aún no han vivido casi nada, se asoman a la existencia adulta,  y con los que  podría identificarse –con uno u otro o los cuatro– quien quiera recordar su primera juventud si la vivió en aquellos tiempos o tal vez en cualesquiera otros.

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La clase más alta de la historiografía 

En su comentario acerca de Hegemonía española y comienzo de la Era Europea, Stanley Payne destaca la “historia analítico-interpretativa como la clase más alta de esta arte”. Y, en efecto, así es. Se trata del enfoque general de un tema o una época partiendo de un análisis de sus elementos. En esto falla casi toda la historiografía española de modo estruendoso: la de izquierda por basarse en una “metodología y una ética” que le lleva a enfocar la hegemonía española desde la óptica de sus enemigos, sin importarle interpretarla a partir de los elementos que habrían impedido tal hegemonía; y la de derecha, o la mayor parte de ella, por “alimentarse de los desechos intelectuales de la izquierda”, o dar el bandazo a cierta patriotería.  Esta incoherencia de fondo se percibe también plenamente en relación con la guerra civil o el franquismo. Otro rasgo  analítico-interpretativo fundamental es la inclusión de una época o suceso histórico en un ámbito temporal y cultural más amplio. Casi todas las historias de España se hacen aquí prescindiendo de los desarrollos y evoluciones en su ámbito cultural del oeste europeo, y en el temporal de lo que he llamado Era Europea. Este defecto origina una historiografía provinciana, por no decir paleta.

Como señalaba hace poco, “España es el único país del mundo cuyos gobiernos, de izquierda o de derecha,  fomentan y financian los separatismos, fomentan la colonización por el inglés, venden la soberanía a otras potencias, se declaran amigos y aliados de países que invaden o amenazan invadir nuestro territorio y apoyan a un gobierno extranjero que pudo haber elegido la paz y eligió la guerra. El fondo de tales aberraciones es una hispanofobia latente o expresa en los partidos gobernantes, y la raíz de esa hispanofobia está en la falsificación o distorsión de la historia”. En la vaciedad o endeblez histórico-interpretativa de la misma.

S. Payne: He terminado la lectura de Hegemonía española y comienzo de la Era Europea, cada línea de sus 539 paginas.  Me parece una obra absolutamente destacada y en muchos aspectos   magnífica.  Literalmente cada página revela tu gran capacidad para la historia analítico-interpretativa, que es la clase más alta de esta arte.  Pero lo sorprendente no es esto sino que consigues tanta originalidad y enfoque nuevo.  En eso un típico triunfo “moísta.”  El  aspecto individual que más me ha gustado e impresionado es haber logrado   una perspectiva amplia y de conjunto de una historia tan complicada.  En  este sentido, sobre todo, es una obra singular sobre un tema ampliamente  tratado, pero nunca con tanta coherencia.  Otra virtud notable es haber  escrito una historia “positiva” y no denigratoria, pero sin caer en simplismos españolistas.  Así consigue enderezar muchos entuertos. Sencillamente admirable

 

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