El gremio y la jauría
Un simpático cantamañanas llamado Reig Tapia escribió hace años un arduo trabajo titulado Anti Moa, supongo que remedando el Anti Dühring de Engels (Reig es de la escuela stalinista de Tuñón de Lara): 500 páginas dedicadas a demostrar que no valía la pena leer mis libros. Pero lo interesante es que para escribirlo necesitó, explica en la dedicatoria, la generosa ayuda o apoyo de lo que llama “el gremio de los historiadores”, ejemplificado en “Joan Maria Thomàs cuyos argumentos para que aceptara escribir este ensayo fueron mucho más convincentes que los míos para rechazarlo, Julio Aróstegui, Paul Aubert, Arcángel Bedmar, Maryse Bertrand de Muñoz, Walter Bernecker, Gabriel Cardona, Jean-Michel Desvois, Antonio Elorza, Francisco Espinosa ( un energúmeno estalinista, de los más empeñados en prohibir mis libros), Ian Gibson, José Luis de la Granja, Enrique Guerrero, José Manuel López de Abiada, Ricardo Miralles, Enrique Moradiellos, Francisco Moreno Gómez, Paul Preston (que prologa el libro, para darle más fuste), Julián Santamaría y last but not least, Ángel Viñas”. Mencionados todos ellos en compañía de sus flamantes títulos de catedráticos y profesores en universidades alemanas, francesas, suizas o británicas, además de españolas. ¿Se puede ser más carpetovetónico con lo de los títulos?
Y ahora, con la entrevista de Le Figaro, leo en Nueva Tribuna (de periodistas “serios”, ya se entiende) el titular: “Historiadores franceses indignados con la entrevista a Pío Moa”. Todo un manifiesto de cien catedráticos franceses, es decir, nuevamente el gremio, convertido ahora en jauría dedicada a insultarme como “polemista obsceno”, por supuesto “revisionista” que “repite la propaganda franquista” y “carece de método y de ética” Naturalmente sin molestarse en demostrar nada, les basta con pontificar. Y obsérvese bien: lo que les enfurece no son mis tesis, sino que reciban publicidad. Quieren publicidad solo para sus historias y convertirlas en dogmas inatacables, por eso odian el “revisionismo”, es decir, el método exigible en la tarea intelectual contra el dogmatismo y el fanatismo. El problema que tienen, y que les saca de quicio, es que yo no me apoyo ni apenas cito ninguna “propaganda franquista”, sino, en un 90%, los textos de la propia izquierda, en particular del PSOE y los separatistas. Y como eso no pueden rebatirlo, y como han hecho sus carreras y prestigios ocultándolos o desfigurándolos, alzan un coro vociferante para disuadir y en su caso prohibir la lectura de mis libros. ¡Qué demócratas, y cuánta honestidad intelectual!
Conviene entender su táctica, muchas veces repetida: empiezan con la jauría para pasar al silenciamiento y ninguneo, y finalmente, como ya ha ocurrido, imponer leyes de “memoria” a la soviética, contra las libertades públicas. Hemos visto el proceso en España.
Sin embargo, el problema real está en otra parte: ¿por qué estas tácticas delictivas no han encontrado la resistencia adecuada de quienes dicen creer en la libertad, pero que se ve que creen poquito? ¿Por qué tengo que vérmelas una y otra vez poco menos que en solitario con las jaurías del gremio? ¿Por qué ahora mismo, con motivo de la entrevista de Le Figaro, guarda aquí casi todo el mundo silencio en lugar de alzarse mil voces en defensa, no ya de mi persona o mis tesis sino de las libertades públicas y especialmente de la libertad intelectual? Una vez lo explicó un catedrático a Florentino Portero: “La derecha española está condenada a alimentarse de los desechos intelectuales de la izquierda, porque carece de conciencia histórica y de pensamiento ideológico”. Y eso tiene mal remedio.
Lo diré de otro modo: VOX tiene ahora la ocasión de defender la libertad y de distinguirse de gremios, jaurías y de esa derecha de señoritos vacuos e incultos. ¿La aprovechará? ¿La aprovecharán otros periodistas en medios no marginales?
Invito a mis lectores a multiplicar la difusión de este escrito
Y ya que el objetivo de toda esa gente no es debatir de modo racional, sino impedir que se lean mis libros, me permito recomendar una vez más sus lectura. Aparte de Los mitos de la guerra civil, tan temido por el “gremio”, estos otros, por ejemplo:





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¿Por qué es tan importante la guerra civil 1936-39?
La derecha española está empeñada, ya sabemos por qué, en “olvidar la guerra”, mientras que izquierda y separatistas le pasean por las narices sus peculiares versiones de ella. Doble delito de la derecha, pues así como la izquierda reivindica, aunque sea mintiendo, a sus padres y abuelos, la derecha escupe sobre las tumbas de los suyos con la mayor desenvoltura.
Pero, en fin, ¿por qué aquella guerra sigue generando tal apasionamiento? Pues porque ha sido extraordinariamente importante en nuestra historia, también en la de Europa, y porque la verdad sobre ella ha sido sepultada bajo un derrubio de embustes. Por la mentira profesionalizada, que decía Julián Marías.
La importancia de la guerra puede expresarse así: gracias a la victoria de los nacionales, España se libró de verse desmembrada, su cultura cristiana y europea de ser sustituida por la soviética, y su independencia perdida. Y Europa se libró de verse entre dos países comunistas. Pero eso es solo el principio. España se vio libre de la guerra mundial, lo que significa también que una parte sustancial de Europa se librara de sus atrocidades. Y de aquella victoria ha salido la paz interna más larga y real desde la invasión napoleónica, y la más fructífera en todos los aspectos, no voy a repetir por qué, ya lo he dicho mil veces.
Mentir sobre la guerra civil lleva a resucitar los fantasmas comunistoides y disgregadores, a perder soberanía y a perturbar la paz envenenando a las gentes, atacando de paso las libertades básicas. Y “olvidarla” significa abrir paso a todos esos indeseables fenómenos, hacerse cómplice de ellos.
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Necesidad de leer
**Cuando, a sabiendas de que mienten, los del gremio de historiadores progres afirman que mis libros son “propaganda franquista”, lo que intentan es que la gente no los lea. Así están ahora que trinan con la traducción de Los mitos de la guerra civil al francés. ¿Qué es lo que hay que hacer, entonces? Leerlo y procurar que otros lo lean. Quien lo haga podrá juzgar sobre sus detractores.
**En la fobia antirrusa que se expande por toda la UE, con escasas excepciones, hay una causa inconfesada, pero muy real. La ideología de la UE, que intenta imponer a todos sus países, es hoy la LGTBI, cosa que rechaza Rusia y que provoca verdadera furia en Bruselas. Una ideología ni liberal ni democrática.
**La UE está pagando muy cara su rusofobia y su apoyo al político ucraniano que, habiendo podido evitar la guerra, no ha cesado en sus provocaciones con el respaldo de la OTAN
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¿Crímenes del franquismo? (I)
Un sinvergüenza del negocio de la “memoria histórica” ha escrito en Le Figaro, en réplica a mi entrevista, un artículo sobre los que llama “crímenes del franquismo”. Así que para aclarar la cuestión vamos a empezar por los crímenes de la izquierda española.
Antes de un mes de comenzada la república en abril de 1931, las izquierdas se dedicaron a quemar iglesias, bibliotecas y centros de enseñanza católicos, más de un centenar, creando ya un clima de terror que envenenaría el nuevo régimen. Comunistas y anarquistas llamaron desde el principio a destruir la república “burguesa”, y enseguida se produjeron insurrecciones anarquistas. Azaña, según explica en sus diarios, ordenó ejecutar sobre la marcha a los anarquistasa quienes se encontrasen con armas en una revuelta en Cataluña, y algo después la republicana guardia de asalto asesinó, prácticamente quemó vivos, a un grupo de campesinos anarquistas en Casas Viejas. En Cataluña, y bajo la protección de la Generalidad, los anarquistas aprovecharon para asesinar a 22 obreros no adictos y dejar a otros sin trabajo, lo que significaba hambre para sus familias. En los dos años iniciales de la república se registraron unos 400 asesinatos y homicidios, prácticamente todos de origen izquierdista a veces entre las propias izquierdas.
Cuando, ante aquel panorama, al que se sumaban el hambre y el desempleo crecientes, las derecha ganó las elecciones por amplia mayoría, en noviembre de 1933, las violencias, atentados y crímenes izquierdistas aumentaron, incluyendo un intento de huelga general del campo en la época de la cosecha, obra de los socialistas, que habría creado una gran hambruna. Y culminaron en la insurrección socialista-separatista de octubre del 34, planteada abiertamente como guerra civil y apoyada por toda la izquierda, en la que fueron asesinados numerosos clérigos y “fascistas” (fascista podía ser cualquiera que repudiase aquellas acciones). En total hubo muertos en la mitad de las provincias, hasta un total de unos 1.400. La insurrección se acompañó, como era ya costumbre, de incendios de bibliotecas, como la de la universidad de Oviedo, y de edificios de gran valor artístico-histórico.
La derrota de la insurrección calmó momentáneamente los ánimos, y en 1935 no habría más de 43 muertos, como siempre casi todos de origen izquierdista. Luego vinieron las elecciones falsificadas por el Frente Popular (alianza de hecho de partidos sovietizantes o afectos, y de separatistas), a continuación de las cuales el terror se extendió causando en solo cinco meses más de 300 muertos, algunos en reyertas entre socialistas y anarquistas. Todo ello acompañado de cientos de incendios de iglesias, algunas de gran valor artístico, registros de la propiedad, de sedes de partidos prensa derechista. La oleada de terror culminó con el asesinato del entonces jefe de la oposición, Calvo Sotelo, que ya colmó el vaso de la paciencia de muchas personas. Luego vino la guerra, o más propiamente, se reanudó después de que el PSOE la declarase en 1934.
Estos atentados y crímenes, aquí muy resumidos, se produjeron durante la república y los primeros meses del Frente Popular, y tuvieron por objetivo derrumbar la legalidad republicana, llamada “burguesa” por las izquierdas. Y apenas recomenzada la guerra, ya el terror rojo subió al delirio, incluido el terror entre las propias izquierdas, así como surgió el terror de réplica de una derecha que había soportado durante cinco años las violencias, crímenes y demagogias que estaban hundiendo al país, amenazando su integridad nacional y tratando de sovietizarlo.
¿Acaso no conoce estos hechos el fulano de la memoria histórica? Por supuesto, los conoce de sobra. Pero aquí casi siempre se produce un equívoco en la discusión, porque se da por supuesto que, al invocar constantemente fechorías reales o supuestas del franquismo, esta gente se indigna ante cualquier crimen, también de la izquierda. Pero no es así. En realidad dan por buenos todos esos asesinatos y atentados. Y hasta, cuando se sinceran, piensan que fueron insuficientes, que el terror fue insuficiente, y de ahí la derrota.
Gran novela (II) Gatsby, Baroja, Dostoiefski
Un comentario (favorable) a Cuatro perros verdes señalaba: “Los profesionales seguimos ciertos criterios para valorar una obra literaria: personajes, tema central, arquetipo, lenguaje, estilo, narrador, estructura, ritmo, intención, instinto, novedad, conocimiento y por último la revisión”. Francamente, me parecen demasiados criterios, que llevarían más bien a un enredo. Volviendo a El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald, está seguramente muy bien construida, con personajes “fuertes” y un desenlace trágico. También se la ha visto como una especie de reverberación de la parte sucia de la euforia social useña de los 20, cuando parecía materializarse el llamado sueño americano (toda empresa humana tiene su parte sucia, y ya es bastante paradoja que los legisladores terminaran dando la razón a Al Capone, con el que Gatsby tiene alguna semejanza). Muchos críticos la han visto como la mejor novela useña del siglo XX, y no voy ahora a discutirlo.
Pero novelas bien construidas y con caracteres convencionalmente fuertes las hay a miles. Recordemos a Josep Pla sobre Pío Baroja: Sus novelas son ridículas. No conoce los trucos, ni las astucias, ni la manera escandalosa de componer novelas que tienen los novelistas. Desde el punto de vista de la técnica de la novela (…) Baroja fue un niño. Sus novelas, en tanto que novelas, no tienen el más pequeño interés, no tienen la más pequeña composición, no tienen la exposición, el nudo y el desenlace que tienen que tener las novelas para apasionar a la gente. Pla admiraba a Baroja, pero por otras razones. No puede decirse que Baroja haya creado ningún gran personaje ni peripecia novelística, y desde la composición y criterios habituales, le superan cientos de literatos posteriores. Sin embargo, él es superior a la mayor parte de estos. Nabokof también desvalorizaba al Quijote, y a Dostoiefski, con ese tipo de argumentos.
Hemingway, en cambio, apunta a algo más esencial: “Me he asombrado con Dostoiefski. ¿Cómo puede escribir tan mal, tan increíblemente mal, y trasladarte un sentimiento tan profundo?”. Y esta es la cuestión real, la fuerza y profundidad, del sentimiento que transmite. ¿Cómo se logra esto? Dostoiefski nunca se preocupó seguramente de las normas, trucos y estilos con que miles de escritores de escuela han escrito sus obras, y sin embargo logra lo que no consiguen estos. Puede verse una técnica debajo de una gran novela, pero es algo secundario en todo caso, y en algunos irrelevante.
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Mentira y ética.
Releo algunos de los ataques, que no críticas, que me dirigen los charlatanes del “gremio” historiográfico aquí y en Francia. Como he dicho, son básicamente dos: que hago propaganda franquista, con lo cual tachan de franquista la gran masa de documentación de izquierdas en la que me baso; y que practico el revisionismo, cono lo que ellos mismos se confiesan dogmáticos y manipuladores. Con esas críticas reconocen implícitamente que mienten, pero hay otro punto básico más: recubren sus mentiras con rasgados de vestiduras morales y altisonancias éticas. Es decir, cuanto más mienten más necesidad tienen de cubrirse con moralina. El reino de lo grotesco.
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La mujer como especie zoológica.
**Todos están contra VOX, y ahora que lo ven en dificultades, se ceban en él para hundirlo. Es en circunstancias como estas cuando se demuestra la talla de sus dirigentes. Porque todo puede volverse contra los “hundidores”, con una política acertada.
**Con su pequeño PIB, Rusia es un país independiente, cosa que no es España. Y con un desarrollo científico también muy superior al español, y técnico, no solo en el terreno militar. Y no es un país LGTBI. Algunas cosas buenas tiene ese país.
**“Pujoliño dice que no tiene interés personal o político en ver a Griñán en la cárcel”. Lógico: hoy por ti, mañana por mí.
**Alguien explicaba así la decadencia de España: es el paso del hidalgo al pícaro y al señorito
**Un aspecto de la colonización cultural es el gran número de informativos digitales con título en inglés, pero dirigidos a España: Jot down, Objective, Daily motion, Kamera one, Esquire, Huffington post, Business insider, Sport, etc. Casi todos simple basura
**Tienen gracia los progres de El confidencial: A quienes benefician los vídeos de la golfa belicista finlandesa “es a los ultras, los misóginos… y a Rusia”. Es como decir que a quienes beneficia la cárcel para Griñán es a la “ultraderecha”, y por tanto sus robos están bien, y él es un político honrado. Desde luego, un país con una fulana así como gobernanta máxima… Que no está bien, vamos. Pero el chiste lo han mejorado numerosas féminas finlandesas y danesas, que se han puesto a sacar vídeos de sus bailoteos digamos sensuales en solidaridad con la primera ministra. Claro que por mucha solidaridad que suelten, ellas no tienen la responsabilidad de gobernar. Pero algo quieren decir con eso: que lo que caracteriza a la mujer actualmente es el bailoteo, los magreos con cualquiera e implícitamente el consumo de drogas. “Las mujeres somos así”, vienen a decir, usurpando unas cuantas a todas. Una visión zoológica de la mujer, en definitiva.
(Sugiero máxima difusión para este artículo)
El pánico al debate
Que la guerra civil española es un tema de extraordinaria importancia, no necesita ser explicado: basta notar el apasionamiento que sigue suscitando, en España y fuera. Los comentarios de Isabelle Schmitz en tuíter sobre la entrevista (8 páginas) que me hizo Le Figaro Histoire acerca de Les mythes de la guerre d´Espagne va por 1,2 millones de visualizaciones, y el libro está en Amazon como nº 1 en la sección de Historia del siglo XX. Y allí y aquí se han subido por las paredes los que Julián Marías llamaba “profesionales de la mentira” o Besteiro promotores de un “Himalaya de falsedades”. Su furia nace de ver que se ha abierto una brecha en el muro totalitario de silencio con que quieren impedir el libre debate intelectual. Por mi parte lo vengo proponiendo muchos años, aunque eso les da pánico, que disimulan con argucias infantiles.
La cuestión es muy simple: ¿están los de Liberation, están los de infolibre , están esos historiadores dispuestos a debatir , sí o no? No lo han estado nunca, lo que quieren es aplastar cualquier disidencia, incluso por ley, que solo puede ser una ley liberticida. Pero tal vez ahora reflexionen, y si es así, yo solo les aconsejaría dos cosas:
Primera, que dejen de llamar “propaganda franquista” a la abundantísima documentación de la propia izquierda en que me baso muy prioritariamente en mis libros y artículos, y que ellos ocultan o disimulan sistemáticamente. ¡Llamar propaganda franquista a la documentación de izquierda…! Eso es grotesco.
Segunda, que dejen de emplear el término “revisionista” como si fuera un pecado mortal. Soy revisionista porque la revisión es una exigencia básica de la investigación racional y científica, desde Descartes y mucho antes, y porque el revisionismo es precisamente lo contrario del dogmatismo y la manipulación que ellos han querido imponer por ley totalitaria en España.
Pondré un ejemplo: uno de los que se ha enfurecido, no contra supuestas falsedades en mi entrevista, sino contra el hecho de que se publicase –son así de demócratas–, es el pintoresco Ángel Viñas, una estrella del diario El País y otros muchos medios. Viñas ha puesto en tuíter la célebre foto de Franco con Hitler en Hendaya, para protestar por la entrevista. Al pobre hombre le parece esa foto un argumento decisivo. Su mala memoria o su ignorancia histórica, que todo puede ser, le hacen pasar por alto dos cosas: que aquella reunión decidió, en realidad, que España se abstendría en la guerra europea. Es decir, se acordó que España entraría en ella, pero sin fecha; y unos meses después Franco comunicó abiertamente a Hitler que el acuerdo quedaba obsoleto. Y no importa menos recordar que por entonces Hitler no había cometido ningún genocidio, como tampoco cuando ayudó a Franco en la guerra civil. Mientras que Stalin, el protector y orientador del Frente Popular a través de Negrín, acumulaba ya millones de cadáveres a sus espaldas. Hitler nunca dirigió, política ni militarmente, a Franco, mientras que Stalin sí lo hizo con el Frente Popular. Y debe recordarse asimismo la intensa admiración de Viñas por Negrín y, a través de él, por su protector Stalin. Ese es el nivel grotesco de estos fabuladores de la historia. No puede extrañar que traten de impedir el debate, incluso con leyes totalitarias.
Viñas, por cierto, fue funcionario franquista de confianza (de “libre designación”). Solo después de muerto “el dictador” se rebeló audazmente contra él, acusándole de crímenes y corrupción. Es decir, presentándolo como un jefe del PSOE, el partido de Viñas en su facción negrinista-stalinista. Siempre encontramos el toque grotesco en esta gente.
He recibido bastantes felicitaciones por la entrevista, y digo: felicítense ustedes mismos, porque este pequeño éxito abre una brecha, como decía. Y hagan algo, muévanse, difundan y defiendan, amplíen la brecha. Porque de aquella guerra han dependido en última instancia la paz, la integridad nacional, la prosperidad, la transición, la democracia o la monarquía, puestas cada vez más en peligro por los “antifranquistas” estilo Viñas, tan abundantes hoy, y cada vez más radicalizados.