¿Es posible y conveniente la neutralidad de España en un mundo cada vez más inseguro y turbulento? / Las falsedades sobre Guernica, un ejemplo clásico de descarada distorsión y manipulación propagandística hasta nuestros días: https://www.youtube.com/watch?v=tYPByXslGB4&t=8s
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Leo en LD que Juan Carlos I pensó en regalar Melilla a Marruecos e internacionalizar Ceuta. Yo sabía algo de eso por Sabino Fernández Campo, que me explicó cómo había asistido a una reunión entre Juan Carlos y Hasán II, en la que este había abordado la cuestión de Ceuta y Melilla, y el español había comentado que los marroquíes podían introducir en las dos ciudades a gente suya y que cuando fuera mayoritaria ya se vería. Sabino no mostraba un aprecio excesivo por el monarca, y me invitó a comer un par de veces. Desgraciadamente yo soy a veces bastante obtuso, me ocupaba casi en exclusiva por la guerra civil y no tomé notas de los datos concretos que se me ofrecían. De todos modos, lo que digo es verdad, y viene corroborado por la información de LD (http://www.libertaddigital.com/espana/2017-05-04/el-rey-juan-carlos-admitio-la-posibilidad-de-ceder-melilla-a-marruecos-en-1979-1276598268/). Según Juan Carlos, en conversaciones con un senador useño, la entrega de Melilla disgustaría al ejército, pero el malestar “solo duraría dos meses”.
La nota de LD reseñaba un libro escrito por Charles Powell con el título El rey de la democracia, en el que hacia una “valoración extraordinariamente favorable” de la contribución de Juan Carlos a la proyección exterior de España. Para entender el fondo del asunto conviene entender que Powell, como su nombre indica, es inglés de formación y supongo que de nacionalidad, pese a haber nacido en Madrid, y que su punto de vista es precisamente el de los intereses ingleses. Es decir, los intereses del Imperio de Gibraltar, para los cuales lo ideal es una España débil y sumisa a los designios de Londres y Washington. Y en efecto, eso es lo que ha ocurrido desde una democracia que ya empezó con serios defectos, involucionando desde entonces hasta convertirse en una democracia fallida hoy. Esto, sin embargo, no es malo para los intereses anglosajones. España tiene una posición geoestratégica muy importante, y cuanto más débil e internamente dividida, más manejable.
Powell dirige el llamado Real Instituto Elcano, bilingüe con preferencia por el inglés, y anglosajón por sus concepciones, a pesar de su nombre. Un “think tank” o fábrica de ideas para dirigir a las élites políticas e intelectuales españolas, con apoyo institucional, es decir, subvenciones del estado español. El Instituto se dedica a orientar la política exterior (e interior, implícitamente) de España en función de los intereses y concepciones del mundo de Londres. Es una de las muchas injerencias de Inglaterra en los asuntos españoles, que ejercen una verdadera colonización cultural y política, apoyada por una clase política cuyos rasgos fundamentales son la frivolidad, la incultura, la ausencia de patriotismo y la corrupción, como es fácil observar. En tuíter he señalado que sería mucho más adecuado titular a esa fábrica Francis Drake Institute, tanto por su orientación como por su piratesca usurpación de un nombre ilustre en la historia de España. Ciertamente tenemos una democracia fallida, que en lugar de robustecer al país lo está debilitando, destruyendo su soberanía e independencia, disgregando e impidiendo la convivencia en paz y libertad.
El argumento que emplean Powell y tantos más es que con Franco España estaba “apestada” y aislada en el ámbito internacional. Nada más lejos de la verdad. Países comunistas, anglosajones y otros, más o menos democráticos, intentaron apestarla, aislarla y hambrearla después de la II Guerra Mundial, pero fracasaron. Al final tuvieron que tragar. España entró en la ONU incluso con el voto de la URSS y fue reconocida por todos los países excepto por los pocos que el franquismo no tuvo interés en reconocer, como la URSS o Israel, que tan mal había pagado el salvamento de judíos por el franquismo en la guerra mundial. Méjico fue casi el único que rehusó reconocer al franquismo, y con buenas razones: temía se le exigiesen cuentas del tesoro de Vita, fuente de tantas corrupciones en aquel país. España desafió y venció los intentos de aislamiento y desprecio por parte de los países de Europa Occidental, sobre todo de los que más habían colaborado con la Alemania nazi, y que no dudaron en apoyar el comunismo y el terrorismo en España. Países que debían su democracia al ejército useño y su prosperidad al Plan Marshall, mientras que España, la España franquista, se lo ha debido todo a sí misma. Lo he señalado en Los mitos del franquismo y conviene recordarlo insistentemente, frente a la falsificación permanente de la historia.
Así, la “proyección internacional” de España, tan loada por los Francis Drake y casi toda nuestra casta política ha consistido en la entrega del Sáhara a Marruecos, en la conversión de Gibraltar en un emporio para Inglaterra, en la “entrega de grandes toneladas de soberanía” a diestra y siniestra, en la creciente relevancia internacional de los separatismos, en la actuación como peón de brega de intereses ajenos, bajo mando ajeno y en idioma ajeno, en una auténtica colonización cultural y política por intereses anglouseños, entusiásticamente servida por unos políticos oficiosos y despreciables, uno de cuyos personajes relevantes ha sido Juan Carlos. Etc. Gran motivo de orgullo.
He dicho a menudo que, dadas las experiencias nefastas de las dos repúblicas, la monarquía solo podía caer, como en 1931, por la acción de los propios monárquicos. Juan Carlos, personaje frívolo, inculto y con escasos valores morales, que todo lo debe a Franco, como en alguna ocasión confesó, ha firmado su propia ilegitimidad en la ley “de memoria histórica”. Y a continuación obsequió al autor de esa infame y totalitaria ley con los mayores piropos que haya dedicado a cualquier gobernante desde la transición. Todo esto, evidentemente, es bueno para Inglaterra y Usa, pero creo que es para España el camino a la sepultura. Si no reaccionamos a tiempo.
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Sin Plan Marshall, España se reconstruyó brillantemente. Sin deber nada a Usa como el resto de Europa occidentalpic.twitter.com/rUPtw9Fdlf

