Nada más necio… / Recordar/ Un inglés en Madrid / ¿Cuándo pudo ganar Hitler?

Nada más necio que la derecha

Por asombroso que suene, la gente no acaba de entender el significado y objetivo de las leyes de “memoria”, y se limita a criticarlas por “olvidar” a las víctimas causadas por el Frente Popular. La crítica es correcta, pero casi insignificante, y  cae en la trampa de los herederos de dicho frente. El objetivo de dichas leyes es deslegitimar al franquismo explotando vilmente la emocionalidad de los muertos para desviar la cuestión de lo esencial: que lo que realmente se jugó en aquella contienda fue  la continuidad histórica y cultural de la nación española o su destrucción sovietizándola o disgregándola en pequeños estados fácilmente manipulables desde el exterior. Y fueron los frentepopulistas  los que hicieron inevitable el choque al destruir la legalidad republicana: otra trampa en la que cae casi todo el mundo al hablar de “bando republicano”. Si hay algo más romo y necio que la derecha es la propia derecha.

Y apartar la atención de lo esencial para suscitar la cuestión de las víctimas no se debe a alguna manía o “sectarismo” especial. Es que del modo como se entienda la guerra deriva la legitimidad que se atribuyen los herederos del frente popular  o los herederos del franquismo (entre los que está el propio PP, aunque se obstine en ocultarlo, haciendo el ridículo ante  sus contrarios). Así, izquierdas y separatistas se atribuyen la defensa de la democracia y la legitimidad de sus nuevas leyes. Que, como demuestran las de memoria, atacan la democracia y, nuevamente, la unidad de España. Pero qué le vamos a hacer. Si hay algo más romo…

Cuatro perros verdes (NOVELA HISTORICA)

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Recordar.

Cuando era niño solían oírse desde la calle las canciones de las mujeres mientras hacían las faenas domésticas. A mi madre, también ocasionalmente a mi padre, les oí algunas veces  un par de ellas de las que solo me vienen algunos versos sueltos mientras releo las memorias de Pío Baroja. Algo así como “Recuérdame, que recordar/ es volver a vivir / el tiempo que se fue”, o bien  “Recordar, las dulces horas del ayer / recordar aquel amor de antaño/  es placer que aromará nuestra vejez”. Baroja coincide en que lo mejor o lo poco que puede hacer un viejo es recordar, dada la estrechez de la vida que marcha hacia el ocaso. Sin embargo, cree que los recuerdos mienten,  no le parece que presten alguna dulzura a la vejez, y sus recuerdos, en permanente fricción con el tosco  ambiente social y literario,  son más bien amargos que dulces. Entonces,  ¿por qué les dedica cientos de páginas y el trabajo correspondiente?  Quizá pensaba, como Leopardi, que la dignidad del hombre consiste en saber soportar sin falsos consuelos la nada dulce verdad de la vida y  su transcurso,que no vuelve por mucho que se le quiera recordar. Aun así, creo que esas canciones tienen algo de verdad.

    Como los pensamientos se encadenan, me llevan a Adiós a un tiempo. Como dije, me cuesta releer esos recuerdos,  y me parecen algo extraños, no a los sucesos que describen, sino a mí mismo. No dulces ni amargos, sino como escritos por un observador un tanto ajeno, que evita la densa emocionalidad que algunos podrían traerme y dejan el juicio al lector.  Vizcaíno Casas cita de G. Fernández de la Mora: “Un hombre es, en gran parte, su historia. Somos lo que hemos sido”. Tolstói no lo veía del todo así: “¡El biógrafo conoce al escritor y lo describe! Pero yo no me conozco a mí mismo, no tengo ni idea. Durante toda mi larga vida solo en muy raras ocasiones, muy raras, he podido vislumbrar algo de mí”. Y el biógrafo más concienzudo no podrá superar el autoconocimiento del autor, que si escribe unas memorias dice más de lo que piensa. Una biografía de Stalin escrita por un comunista y otra por un liberal, podría retratar a dos personajes completamente distintos.

  Pero no solo en las memorias, también en las novelas se vislumbra algo del autor, aun en las que no tienen mucho de autobiográficas.  Algo de autobiografía hay en la mía Cuatro perros verdes,  que comienza, y en parte se basa, en recuerdos de mi primer curso en la Escuela Oficial de Periodismo, cuando tenía diecinueve años. Se puede decir que conocí de primera mano a los “perros verdes”, aunque en el relato los cambio totalmente, lo que sería un abuso si no se tratase de una novela. En cambio Sonaron gritos y golpes a la puerta  no puede tener ese componente, por razones obvias: es fundamentalmente imaginativa, aunque el trasfondo histórico y  diversos hechos  sean reconocibles.Pero, ¿hasta qué punto puede ser libre, es decir, arbitraria, la imaginación? Ahí siempre hay un problema de calidad literaria.

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La Segunda Guerra Mundial: Y el fin de la Era Europea (HISTORIA)

Un inglés en Madrid

**Un inglés no precisa ir a Gibraltar para sentir que está en una colonia. Le basta pasear por Madrid y comprobar hasta qué punto su idioma está desplazando del espacio público al español. “Bueno –se dirá–, es la prueba de la superioridad de nuestra cultura, aceptada y admirada por estos pobres diablos”. 

**Hay que reflexionar sobre las palabras de Feijóo sobre la necesidad de “profundizar en el inglés”, para ir superando el supuesto antagonismo entre las lenguas regionales y la nacional. Esa es la idea que tiene el PP desde hace mucho tiempo, y que aplica allí donde puede. Podría haber un “bilingüismo cordial” si la lengua de comunicación fuera el inglés. Nos haría mucho más “europeos”, además.

**Para los separatistas, que sostienen que el español no es idioma “propio” de sus regiones, sino impuesto, “profundizar en el inglés lo verán como una gran ventaja. Del  idioma “opresor” pasarían al idioma “europeo”.

**Sostengo que, intelectual y moralmente, la izquierda y los separatistas son superiores a la actual derecha. Intelectual y moralmente, la derecha española es “nada con sifón”. Si aplica las leyes del PSOE y los separatistas se debe a esa inferioridad, muy real. También está el asunto de los votantes, que se le parecen.

**No hay tonto que, ante la denuncia de la colonización cultural no salga con lo de la “utilidad del inglés” (aunque no sepa una palabra de él) o que entienda que se trata de prohibirlo. Una cosa es que se pueda estudiar y practica libremente ese idioma, a lo que nadie se opone, y otra el desplazamiento progresivo del español a lengua doméstica y de infraculturas.

**Me dice una amigo que le cuesta mucho convencer a algunos del problema lingüístico del inglés. Creo que no hay que tratar de convencer a nadie. La inmensa mayoría no tiene opinión porque la haya pensado, sino porque la ha oído muchas veces. De lo que se trata es de que a  muchas personas les llegue lo que decimos. Ahora, ¿dónde, fuera de este blog, se plantea la cuestión? Pues de eso se trata, de hacerlo llegar a muchos, que oigan a lean muchas veces algo distinto de lo que suelen. Ya noto algún pequeño efecto en algunas radios.

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¿Cuándo pudo ganar la guerra Hitler?

Uno de los problemas, aunque no de los más importantes, planteados por la II Guerra Mundial es el de si Alemania pudo haber ganado y cuándo dejó  eso de ser posible.  Es obvio que el ataque a la URSS selló el destino nazi, y muchos, incluido algún general de los derrotados, lo ha atribuido a la demora, impuesta por los fracasos italianos, a la fecha del asalto a Rusia, que habría obligado a llegar a Moscú en la época más fría. El argumento no es convincente, también el frío afectaba a los soviéticos, la diferencia estaba en que el mando alemán no había previsto la situación, y los soviéticos sí. Algunos analistas han señalado que  de todos modos, la invasión no habría podido empezar antes, debido a las lluvias que habían reblandecido el terreno e impedido un avance rápido.

 En La II Guerra Mundial y el fin de la Era Europea, he abordado  la cuestión en líneas generales. Es verdad que la ofensiva contra la URSS se retasó algo por la  necesidad de ayudar a los italianos en el norte de África y de conquistar los Balcanes, por el embrollo creado por Mussolini al atacar a Grecia sin ninguna razón estratégica. Pero creo que fue el almirante Raeder quien vio que las derrotas italianas ofrecían la oportunidad magnífica de perseguir a los ingleses hasta los campos petrolíferos del Oriente próximo, incluso hasta el sur del Cáucaso. Ingleses y  soviéticos percibieron claramente el peligro, por lo que invadieron y se repartieron el dominio de Persia. Claro que la idea habría hecho modificar unos preparativos ya muy avanzados contra Rusia, cosa complicada. Y por lo demás Hitler entendía que el Mediterráneo debía ser dominio de Italia, por lo que desvió hacia Libia unas tropas mínimas, con instrucciones –que Rommel no obedeció–  de contener y no contraatacar a los ingleses.

   Claro que ello envía a otra cuestión: ¿por qué tuvo Hitler que atacar a Stalin? Algunos de sus generales, e incluso Goering, estaban en desacuerdo con la idea, al menos hasta no haber acumulado más fuerzas que las entonces disponibles.

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Adiós a un tiempo

 Una vez fracasado el maquis, que no fue otra cosa que el intento de reiniciar la guerra civil en las condiciones aparentemente más favorables, la estrategia comunista pasó a la infiltración en el sindicado vertical y sobre todo en la universidad y medios intelectuales, en los el PCE obtendría sus mayores éxitos, aunque fuera el PSOE quien los aprovechara. Hasta hoy mismo, con la leyes de memoria “democrática”. Otra táctica que consiguieron hacer tragar a multitud de bobalicones de derecha fue la dela “reconciliación nacional”, que no perseguía otra cosa que hacer que la sociedad se reconciliara con los comunistas para aplastar a los vencedores de la guerra, al franquismo, que había salvado al país de la guerra mundial, del maquis y estaba reconstruyendo con éxito el país.  314 – Los comunistas se “reconcilian” | Metodología (youtube.com)

 

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