Estambul, de nuevo
Los acuerdos de Estambul en 2022, aceptados por Kíef, que habrían traído la paz a Ucrania, fueron saboteados por Inglaterra y Usa, seguidas por Francia y Alemania. Reanudar ahora las negociaciones de Estambul significa reconocer que los gobiernos de dichos países y Zelenski son los responsables de muchos cientos de miles de muertos. Por eso dudo que lleven a ninguna parte, si es que se reanudan.
Ucrania, Israel y España: 361 – Ucrania, Israel y España | Política de burdel
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Entender la SGM, entender Europa
**No se puede entender lo que ocurre hoy en Europa sin entender el carácter de la II Guerra Mundial como fin de una era. (La II Guerra Mundial y el fin de la Era Europea)
**Para aplastar a Hitler debieron conjuntarse las fuerzas del Imperio inglés, la URSS y Usa. No obstante la Wehrmacht, contra todo y contra todos,llegó desde el cabo Norte a cerca de Alejandría, y desde el canal de la Mancha al Volga. (La II…)
**Aunque los anglos ayudaron mucho a los soviéticos, estos ayudaron mucho más a los anglos, que solo tuvieron que enfrentarse a una parte mucho menor del poder militar alemán. (La II…)
**La colaboración anglosoviética en la SGM fue, en general, extraordinariamente eficiente. En cambio la colaboración entre Alemania e Italia fue desastrosa, y entre Alemania y Japón casi inexistente. (La II …
**El destino de Rusia en laSGM fue realmente trágico: se libró de la esclavitud nazi para permanecer en la esclavitud soviética. (La II…)
**Es de notar que en la Europa occidental que dominó, el nazismo encontró mucha más colaboración que resistencia (La II…)
**La SGM más que un choque entre potencias lo fue entre ideologías, entre concepciones del hombre y del mundo. Ideologías originadas en el siglo de la Ilustración. Nacidas en Europa, en ellas estaba el germen del fin de la Era Europea (La II…)
**Los gobernante ingleses y useños conocían el carácter exterminador de los campos nazis y no hicieron nada significativo para impedirlo. Franco no creía en ese carácter, lo consideraba una exageración de propaganda de guerra. No obstante salvó a decenas de miles de judíos, sabiendo que gran parte de ellos le eran hostiles. ¿Por qué lo hizo? Por motivos estrictamente humanitarios.
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Un pasado nada muerto
(I)
A principios de siglo publiqué la trilogía Los orígenes de la guerra civil, Los personajes de la república vistos por ellos mismos, y El derrumbe de la república y la guerra civil”, redondeada por una obra de síntesis Los mitos de la guerra civil. Sus principales conclusiones pueden resumirse en los siguientes diez puntos:
- Al perder la izquierda las elecciones democráticas de noviembre de 1933, el PSOE y la Esquerra catalana se pusieron “en pie de guerra” civil. El PSOE por considerar que la república ya no servía a su designio sovietizante, y la Esquerra por entender que sus avances separatistas iban a verse contenidos. Ambos concluían que la democracia republicana ya no les era útil, que sus instituciones eran tambaleantes y que la derecha sufría una debilidad orgánica y política que la hacía poco temible. En los dos partidos hubo cierta oposición interna a tales proyectos, pero fue rápida y fácilmente marginada.
- La decisión de guerra civil, explícita en el PSOE e implícita en la Esquerra, se plasmó en acopio de armas y dinero, infiltración en el ejército, formación de milicias y graves provocaciones desestabilizadoras, hasta desembocar en la insurrección de octubre de 1934. La insurrección fue apoyada activamente por los comunistas, los anarquistas (aunque no en Cataluña) y, política y moralmente, por los republicanos de izquierda, incluso por un irrelevante grupo de derecha. Y la legalidad republicana fue defendida por los partidos que habían ganado las elecciones y militarmente por Franco, entre otros.
- La insurrección dejó 1.300 muertos y grandes destrucciones, y fue derrotada porque, entre otras cosas y contra los planes de los rebeldes, las masas no se sumaron a ella, salvo en la cuenca minera asturiana.Los insurrectos disfrazaron su agresión a la república dándole un fingido carácter defensivo ante un “peligro fascista” que sabían del todo inexistente: acordaron que si el golpe fracasaba, negarían toda responsabilidad en él para seguir explotando las ventajas legales que les ofrecía la democracia. Si el fascismo hubiera sido real, los partidos agresores habrían sido aplastados. Incluso una democracia algo vigorosa los habría ilegalizado y aplicado una represión mucho más drástica que la que sufrieron.
- La escasa represión real permitió a los promotores de guerra civil pasar de acusados a fiscales. Lo hicieron mediante una gigantesca campaña de propaganda nacional e internacional exaltando la insurrección y denunciando supuestas atrocidades masivas en la represión del gobierno. El tema de las atrocidades se convirtió en eje de la campaña electoral siguiente, de febrero de 1936. Los insurrectos vencidos y más o menos unidos en lo que terminó llamándose frente popular, prometían una investigación parlamentaria para castigar los crímenes achacados a quienes habían defendido la república. Nunca hubo tal investigación, y no debe extrañar: hay suficientes pruebas de que las acusaciones fueron una masa de exageracionese invenciones. Sin embargo tuvieron máxima relevancia histórica al antagonizar a la sociedad a extremos nunca antes logrados. Rara vez se la ha examinado desde este enfoque.
- La campaña de atrocidades prueba que la mentalidad de guerra civil persistía plenamente en los dos partidos. La guerra perdida a tiros continuaba en las palabras, en espera de nueva ocasión. Ante la derrota, podían haberse impuesto los elementos moderados en el PSOE y la Esquerra, permitiendo la estabilidad democrática y quedando la insurrección en un incidente doloroso, pero pasajero. No fue así, y de ahí la evidencia de que la guerra civil comenzó en octubre de 1934 y no en julio de 1936.
- La única lección que extrajeron los partidos de la guerra civil fue la de unir fuerzas para ganar a toda costa las siguientes elecciones –que convocarían los “fascistas” – para, desde el poder, imponer una nueva legalidad que impidiese a “fascistas y reaccionarios” toda posibilidad de volver a gobernar. Lo decían abiertamente.
- La insurrección del 34 dejó a la república malherida, con las vencedoras derechas incapaces de reaccionar a la campaña de las atrocidades y sumidas en alegales y alucinadas maniobras del derechista presidente Alcalá-Zamora, que abocaron a elecciones adelantadas en febrero de 1936. Desde el “moderado” Azaña al “extremista” Largo Caballero rechazaron aceptar una victoria de la derecha y amenazaron con reanudar la guerra en tal caso. La campaña electoral, brutalmente violenta y amenazante, incompatible con la democracia, dio pie a un proceso de dos meses en que se impusieron los anteriores insurrectos vulnerando toda norma democrática: en el recuento de votos, la segunda vuelta electoral, la revisión de actas y la destitución de Alcalá-Zamora. Esta última tuvo algo de justicia poética, pues en sus manejos en verdad dementes estuvo el origen concreto del desastre.
- La destrucción de la legalidad republicana y la “victoria” del frente popular crearon una nueva situación histórica. Los rebeldes del 34 se habían hecho con el poder, completando la destrucción de la república. Con Azaña al frente, en teoría gobernaban los republicanos de izquierda –golpistas ante las elecciones de 1933, en la insurrección del 34 y en la campaña electoral del 36–, pero su apoyo popular era escaso y el propio Azaña los describe como grupos de botarates. El verdadero poder en calles y campos lo ejercían el PSOE (en rivalidad con los anarquistas), y los separatistas. La II República había fenecido en dos golpes: la insurrección del 34 y el fraude electoral de febrero-abril del 36. Nacía un nuevo régimen, signado por la arbitrariedad, el terror, el desempleo, las violencias y los asesinatos.
- Aquel caos podía durar más o menos, pero bajo él resaltan tres tendencias de fondo: la destrucción política de la derecha, el designio sovietizante (socialistas y comunistas), y el impulso separatista (en Cataluña y Vascongadas sobre todo). De modo que el Frente Popular llegó a ser en la práctica una alianza de partidos sovietizantes y separatistas, festoneados por republicanos de izquierda y anarquistas. La sovietización suponía la ruptura radical con el carácter histórico, cultural y político del país, y los avances separatistas su disgregación nacional en estados menores manejables desde el exterior. Por consiguiente fraguó la crisis histórica más grave desde la Guerra de Independencia. A quienes rechazaban la sovietización y la disgregación no les quedó otra disyuntiva que someterse o rebelarse. Optaron por la rebelión –no ya contra la república, sino contra el frente popular–, y así se reanudó la guerra civil. Su victoria , casi imposible al principio, significó desde el punto de vista histórico, la continuidad e integridad nacional del país.
- Dejando otros puntos importantes, los cuatro libros creo que clarificaron las dos cuestiones claves de la guerra –de toda guerra–, a menudo oscurecidas por masas de detalles poco relevantes: cómo se llegó a la guerra y qué defendía en ella cada bando. Se llegó por la destrucción de la legalidad republicana, que hizo imposible por muchos años una recuperación democrática; y mientras un bando defendía la continuidad histórica y unidad nacional de España, el contrario las atacaba o las juzgaba poco importantes o históricamente caducas. Digamos que diversos procesos que he estudiado en otros libros han hecho renacer cuestiones y conflictos semejantes a los que entonces dieron lugar a la guerra.
Si estas tesis y otras implicadas eran correctas (y se basaban en un cuidadoso examen de la documentación de las izquierdas), derrumbaban como un castillo de naipes el consenso historiográfico, por entonces absolutamente dominante sobre la guerra civil y sus consecuencias. Consenso que convertía en “bando democrático” a los partidos que habían organizado la guerra civil contra la decisión popular en las urnas y luego falsificado las elecciones siguientes; y en “bando republicano” a los mismos que habían arrasado la legalidad de la república.
Los cuatro libros mencionados chocaron entonces con una feroz oposición. Pero, y es lo más significativo, no oposición a sus tesis sino al hecho de que se hubieran publicado y, sobre todo, que gozasen de una inesperada difusión. Ello requiere un análisis por lo que revela sobre la situación no solo académica, sino también política del país. Lo iremos viendo en el blog.
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