Políticos delincuentes y jueces / Baroja y González-Ruano / Charlatanes (XLIII) Nigel Townson

Creo que esta galería de charlatanes es bastante instructiva sobre el ínfimo nivel en que ha caído la universidad española en una democracia fallida. Y hablan del “páramo cultural franquista”. Hoy, Nigel Townson.

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Crónica. Políticos delincuentes y jueces 

**Lo relevante en Pancho I y sus perdones no son tanto sus palabras como la fuerte reacción a ellas. Esto es nuevo. Hace unos años apenas habrían suscitado más que protestas aisladas: la leyenda negra mandaba.  Como hasta hace unos años casi nadie exhibía la bandera de España, los gobiernos trataban de prohibirla aduciendo que “es de todos” y nadie puede “apropiársela”. Ellos querían expropiarla y hacerla de nadie. El PP la prohibía en sus mítines. Se acusaba y acusa al franquismo de habérsela  apropiado, cuando realmente la había rescatado de unos republicanos y frente popular que la pisoteaban y escupían cada día. Durante mucho tiempo incluso  la propia palabra “España” estaba casi prohibida: se admitía “Estado español” o “este país” y otros “eufemismos”. Hoy el ambiente está cambiando, y conviene recordar estas cosas.

**Una tal Maribel Verdú afirma que “nacer mujer,  gay o negro, ha sido y será una desgracia”. Se ve que esta señora es nazi.

**La política corre por caminos relacionados, pero paralelos: el de las ideas y el de los intereses, generalmente económicos y personales. Cuando estos privan demasiado sobre las ideas, los partidos tienden a convertirse en mafias. Y un rasgo de la política española es la ausencia de ideas en el PP, y la abundancia de ideas grotescas en el PSOE.(Ver art. de 2007: El enmafiamiento de los partidos – Pío Moa – Libertad Digital)

**Puede parecer anecdótico, pero resulta muy revelador: el fulano del Máster no denuncia el doctorado del portero de discoteca, y este no denuncia el máster del fulano. A esto creo que le llaman moderación. Lo significativo es que ni los medios ni los demás partidos lo mencionan. Revelan así su desprecio por la universidad y la cultura en general, y la farsa en que se ha convertido la política.

**Mucho depende actualmente de que algunos jueces planten cara a la degeneración creada por  compinchamientos de fondo entre partidos, magnates del Ibex, jueces y policías. Cuando la política se convierte en una forma de delincuencia a la latinoamericana, la penúltima barrera es la independencia judicial. Que casi todos intentan eliminar.

Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))

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La gran operación de Stalingrado destruyó la estrategia alemana de apoderarse del Cáucaso, lo que hubiera posibilitado llevar al colapso al  ejército soviético y amenazar desde el este las posiciones inglesas en Oriente Próximo y Egipto. Casi inmediatamente Zhúkof aplicó otra semejante en el frente de Leningrado, que debía copar y destruir gran parte del Grupo de ejércitos norte  alemán. Pero esta fracasó, en gran medida por  la extraordinaria resistencia de la División Azul en Krasni Bor: (3) 199 – De Stalingrado a Krasni Bor – YouTube

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Baroja o González Ruano

(dt, viene de:  España y el Pacífico / Justicia a la “latinoamericana” / Mujeres como sujeto literario | Más España y más democracia (piomoa.es))

–Insisto en Baroja porque sus memorias me parecen las  españolas más interesantes del siglo XX y hasta ahora. Porque trata muchos temas importantes, los aborde mejor o peor, quiero decir que plantea problemas y da qué pensar.

–A mí me parecen más interesantes las de César González Ruano  Mi medio siglo se confiesa a medias. Las de Baroja se me hacen aburridas y su pesimismo algo pesado.

–González Ruano escribe bien y es ameno, pero superficial y se le nota el afán de impresionar, dando explicaciones innecesarias y cierto preciosismo. Es curioso que admirase a Baroja, porque son casi opuestos.

–Un punto oscuro en él es su arresto por la Gestapo, dicen que por vender pasaportes falsos a judíos y después denunciarlos, pero es raro que la Gestapo arrestase a alguien por denunciar a judíos… Cualquiera sabe.

–Eso es. Uno nunca puede fiarse de las “historias” izquierdistas. No es mal escritor, es mejor que casi todo lo que ha salido desde la transición, pero, como muchos, han sido relegados por los peores. Pero estoy de acuerdo en que Baroja es mejor, con sus altibajos.

–Vuelvo a los personajes femeninos de Cuatro perros verdes. Si fuera verdad lo que dice Baroja que le dijo la Pardo Bazán, todas las mujeres serían iguales, así que como personajes literarios no darían mucho de sí.

–Es cierto, pero creo que en mis novelas cada una tiene su carácter. Al menos lo he procurado, aunque he tenido algunas críticas de lectoras en el sentido de que no están bien perfiladas. A otras lectoras les han parecido bien… Pero es verdad que las dos novelas son de acción y las mujeres prefieren las que tienen que ver sobre todo con el amor.

–Cambiando de tema, tu libro sobre la república, dos cosas que no hay en otras historia: das la mayor importancia a Alcalá-Zamora, más que a Azaña, y sostienes la destrucción de la república por Azaña y su frente popular.

-No, no exactamente.  Casi puede decirse que la república la trajo y la destruyó Alcalá Zamora. Azaña casi no tuvo que ver con su llegada, y las elecciones de por sí poco legales de febrero del 36 fueron convocadas de mala manera por Alcalá-Zamora;  Azaña y los suyos solo las aprovecharon. En un sentido personal, don Niceto vio cómo la república, que él quería conservadora, le fue birlada por Azaña y la izquierda desde la quema de conventos y demás. Y Azaña vio cómo socialistas y comunistas le birlaban a su vez el Frente Popular. La cuestión personal desempeñó ahí un papel importantísimo.

La Segunda República Española: Nacimiento, evolución y destrucción de un régimen 1931-1936Cuatro perros verdes

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Galería de charlatanes (XLII) Nigel Townson y su historia extravagante (LD, 25-I -2010)

Hace años expuse el hecho de que España había prosperado bajo el franquismo como en ninguna ocasión antes o después. Hecho evidentísimo, pero que me ganó insultos y expresiones de asombro: ¡cómo, si todo el mundo sabe que el franquismo fue una época de absoluta miseria! Una serie de historiadores y políticos gritones habían logrado hacer creer a mucha gente el dislate. Esto sí que es un páramo cultural.

Me pasan ahora un artículo del historiador inglés Nigel Townson, que, un poco en la línea de Preston, ha resumido en un artículo de El País la evolución política de España a partir de la visita de Eisenhower, en 1959. Al menos, el autor reconoce que España ingresó bajo el franquismo “en el Primer Mundo y en el exclusivo club de los países con una renta por habitante superior a los 2.000 dólares”. Algo es algo. Pero el resto ya es otra cosa. Con soberbia anglosajona, el autor atribuye, por lo menos en medida muy grande, la evolución posterior de España a los efectos miríficos de la citada visita, del “visto bueno de Eisenhower”. De ahí vino, sugiere él, la rectificación de la política autárquica, que superó “la miseria e injusticia social extremas del primer franquismo”, así como el aislamiento internacional que siguió a la derrota de Alemania en 1945. Pues el régimen de Franco fue condenado por las Naciones Unidas y “el presidente estadounidense Harry Truman, baptista y masón, odiaba a Franco (…) y se negó a apoyarle”.

La historia está muy mal contada. Franco mantuvo a España al margen de la guerra mundial, lo que fue una absoluta bendición para Inglaterra y para Usa. De otro modo, durante varios meses cruciales entre 1940 y 1941, Inglaterra pudo haber sido vencida, y en noviembre de 1942 el camino hacia la victoria aliada pudo haberse visto seriamente retrasado. Cuando se comparan estos hechos con las ayudas prestadas por Franco a los alemanes, estas últimas caen casi en lo anecdótico. Ciertamente Franco no obró así por simpatía a los anglosajones, a quienes no debía nada mientras que tenía una deuda con Alemania, aunque no deseaba un triunfo abrumador de ella, que la convirtiera en dueña absoluta de Europa. Obró exclusivamente en función de los que consideraba –muy acertadamente– los intereses españoles.

La deuda que entonces contrajeron Londres y Washington con Madrid (reconocida en parte por Churchill) fue absolutamente invalorable. Sin embargo, el pago consistió en un aislamiento y hostilidad que contribuyeron enormemente a lo que Townson llama “la miseria e injusticia social extremas” del primer franquismo. Esas actitudes no se debieron sólo a Truman o a Attlee, sino también a Stalin, algo que no debe olvidar un historiador. Ante la ruina de Europa en la posguerra, Franco buscó la cooperación con Londres, pero Churchill y Hoare le respondieron arrogantemente que se arreglarían muy bien sin España, que la alianza con la URSS no se rompería y que Inglaterra desempeñaría un papel decisivo en la posguerra. Franco, más realista, no creía que la alianza con Stalin durase, ni que Inglaterra fuese a desempeñar un gran papel, por lo que cambió la dirección de sus esfuerzos hacia Usa, y aun chocando con Truman acertó, desde luego. Se armó de paciencia, desafió la hostilidad exterior, y finalmente los occidentales tuvieron que reconsiderar su postura y aceptar la realidad, es decir, tragar con el régimen que había salvado a España de la disgregación, la sovietización y la guerra mundial. España entró en la ONU incluso con el voto favorable de la URSS. ¡Cuánto habían cambiado las cosas!

En cuanto a la miseria, conviene relativizarla mucho. Después de la guerra casi toda Europa estaba en la miseria, y en Inglaterra, como en España, el racionamiento sólo se suprimió ya entrados los años 50, a pesar de que la primera, prácticamente en quiebra por la deuda de la guerra mundial,  recibió un muy generoso Plan Marshall, mientras que España recibía aislamiento, que también fue derrotado, aunque los daños fueran considerables. Y aun con todos estos enormes obstáculos exteriores, además del interior y muy peligroso del maquis, es muy probable que ya en los años 40 España hubiese superado los índices económicos de 1935, como lo indican el aumento en la producción de electricidad, el fuerte aumento de la esperanza de vida al nacer,  del estudiantado medio, y otros muchos indicadores. Siempre se pone el año 1935 como comparación, pero lo justo es hablar de mediados de 1936, cuando el Frente Popular estaba hundiendo la economía en picado. Estas cosas no debe olvidarlas quien habla de estos asuntos.

Cree Townson que la visita de Eisenhower desató los cambios económicos y sociales que vinieron después, pero la verdad es que el espectacular desarrollo fue ante todo obra de los economistas del régimen, que eran del régimen, aunque algunos después se hayan inventado vidas antifranquistas de fantasía, deporte muy extendido hoy en España. Economistas salidos de la primera Facultad de Ciencias Económicas de España, obra del franquismo, y en quienes Franco depositó su confianza. Y los cambios sociales en ningún momento supusieron una amenaza para el régimen: éste y la sociedad se iban adaptando bastante bien el uno al otro, y dentro de la misma dictadura iban predominando quienes la consideraban un remedio extraordinario a la crisis extraordinaria de los años 30, frente a quienes la creían un régimen indefinidamente estable, superador tanto del marxismo como del liberalismo. De ahí, precisamente, partió la transición.

Dice también Townson: “Doctrinas que chocaban directamente con el discurso de la dictadura fueron rápidamente asimiladas, sobre todo el marxismo, de gran difusión entre los estudiantes, trabajadores, clérigos progresistas, artistas e intelectuales”. Yo viví aquella época y no recuerdo que el marxismo fuera ni tan rápidamente asimilado ni tan difundido como él cree, ni muchísimo menos. Esto ocurrió sobre todo después de muerto Franco, cuando hasta los intelectuales y políticos de derecha mostraban gran respeto (supersticioso) por el marxismo, aunque en España esta doctrina nunca pasó de tópicos de baratillo y de una admiración beata hacia la URSS, bien puesta de relieve en el caso Solzhenitsin, que he citado otras veces por lo revelador que fue.

Y conviene advertir, cosa que a Townson se le escapa, que el marxismo ha sido la doctrina totalitaria por excelencia en el siglo XX, con la que fueron aliados Londres y Washington para aislar a España. Por cierto que otro rasgo de aquella oposición era una simpatía extrema por el terrorismo de la ETA, por Fidel Castro y por las experiencias populistas dictatoriales en medio mundo. Además, mucho mayor peso contra el régimen tuvo el despego de la Iglesia católica durante el pontificado de Pablo VI, dato al que el historiador no presta la menor atención. No se trataba sólo de “clérigos progresistas” (su ideal de progreso era alguna forma de totalitarismo).

Afirma nuestro historiador: “La oferta (cultural) oficial competía ferozmente con la marxista, la liberal y otras”. Cuando yo era joven, la “oferta” cultural franquista apenas existía. La cultura era más espontánea y menos subvencionada y controlada que ahora mismo, parte de ella influida por un típico marxismo bruto. Liberal, apenas existía. Ni los demócratas y liberales juzgaron oportuno molestar demasiado al franquismo ni a la inversa, actitud que explicaron muy bien Marañón y el propio Besteiro al terminar la guerra civil.

En fin, dejémoslo aquí. Haría bien el señor Townson en olvidar ciertos tópicos y cierta soberbia al tratar los asuntos que trata, algo más complejos de como él los presenta.

Por Que El Frente Popular Perdio La Guerra Civil

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La lucha de las mujeres / Las quiebras de Felipe II / Olvidar la historia

La gran operación de Stalingrado destruyó la estrategia alemana de apoderarse del Cáucaso, lo que haría posiblemente colapsar al ejército soviético y amenazaría desde el estelas posiciones inglesas en Oriente Próximo y Egipto. Casi inmediatamente Zhúkof diseñó otra semejante en el frente de Leningrado, que debía copar y destruir gran parte del Grupo de ejércitos norte  alemán, fue hecha fracasar en gran medida por la División Azul en Krasni Bor: (3) 199 – De Stalingrado a Krasni Bor – YouTube

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La “lucha de las mujeres” por la igualdad

1. La  “lucha de las mujeres” por la igualdad  tuvo que ser tremenda, prácticamente una guerra civil contra el otro sexo… Pero los parlamentos que han concedido el derecho de voto a la mujer eran muy mayoritaria o incluso totalmente masculinos. En España solo había en él  tres  mujeres (elegidas por hombres), y dos de ellas, las izquierdistas Kent y Nelken,   se oponían al voto femenino, contra la derechista Campoamor, favorable.

2. El número de mujeres interesadas en el voto era muy escaso. Se trataba de un derecho inventado por hombres en tiempos históricamente recientes,  y fueron algunas mujeres y probablemente más hombres los que abogaron por extender el voto a la mujer.

3. La cuestión del sufragio universal  planteó el problema de cómo podía valer igual el voto de un campesino ignorante que el de un profesor universitario. El problema es falso: vean la “galería de charlatanes” de este blog para comprobar, a) que dichos profesores pueden ser peores que los ignorantes; y b) que los “campesinos ignorantes” tienden a orientarse por lo que dicen los profesores.

4. Para evitar la presunta demagogia de los ignorantes se impuso el voto censitario, suponiendo que los propietarios serían más razonables políticamente que los infrapropietarios. Pero desde que se asumió la igualdad ante la ley, sustituyendo a las anteriores leyes privadas (privi-legios) el sufragio censitario tenía que ser universalizado antes o después, por pura consecuencia. 

5. Del mismo modo que la expansión del voto censitario al universal masculino, la expansión del masculino al femenino venía impreso en la dinámica de la propia igualdad ante la ley. Esto fue respaldado por muchos hombres y por eso apenas hubo lucha al respecto más allá de las manifestaciones de las feministas inglesas y similares.

6.  El feminismo nació como exigencia del principio de la igualdad ante la ley. Pero ha derivado a algo diferente, extendiendo el concepto de igualdad a hechos y situaciones a las que no es aplicable, por lo que genera ideologías histéricas. Una de sus manifestaciones es, por ejemplo, el aborto considerado un derecho, y con negación del padre.

7. Otro problema en el sufragio universal: la civilización europea se había edificado en buena medida sobre el derecho a la propiedad. Ahora bien, había masas de gentes con muy poca propiedad, por lo tanto proclives, quizá,  a la anulación de tal derecho. Y, efectivamente, surgieron las teorías comunistas y anarquistas, que pretendían anular la propiedad privada, y con ella una base clave de la civilización occidental. La lucha entre esta y el comunismo ha sido un rasgo histórico esencial en los últimos dos siglos. Pero los teorizadores y jefes políticos de la abolición de la propiedad no eran los desposeídos, sino intelectuales y políticos no carentes de bienes, incluso ricos.

8. Los principios políticos generalmente invocados de libertad e igualdad son contradictorios. La tensión entre ellos marca en gran medida la historia. Pero cuando la tensión es sustituida por el antagonismo se genera la desarticulación social. La igualdad al estilo comunista o feminista destruye la libertad; la libertad al estilo anarcoliberal destruye la misma igualdad ante la ley, la misma dignidad humana de quienes poseen poco.

9. (Al margen):  La idea de un Dios creador único contrasta con las de la mitología pagana, en la que los dioses no eran creadores sino ordenadores del mundo y la vida. En cierto modo, la idea monoteísta es una hazaña extrema de la razón, pues esta busca un factor único y decisivo en la base de la enorme variedad del mundo. Sin embargo lo que encontramos siempre es un dualismo, que complica mucho las explicaciones. Así, ha sido preciso oponer al Dios único a Satanás, el demonio, para explicar el destino humano.

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Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))

Primera bancarrota de Felipe II

El año de la batalla de San Quintín fue también el de la primera bancarrota o quiebra de Felipe II, al año de  llegar al trono. Una quiebra consistía en el cese del pago de la deuda estatal, motivada por la insuficiencia de fondos. Naturalmente, suponía la ruina para los banqueros prestamistas (Welser, Fugger, genoveses, sevillanos) y un caos financiero en Europa, por lo que quedaba en suspensión temporal de pagos, rebaja de intereses, degradación de la moneda,  aumento de impuestos por una vía u otra…  y la vida económica seguía, siempre entre apreturas. En realidad, estos problemas son permanentes  desde un lejano pasado hasta nuestros días, como hemos visto en los aún recientes “rescates” de varios países . Así las necesidades del estado romano, en particular la defensa,  conducían a unos impuestos  aplastantes, y así se ha explicado a veces la caída de Roma. A año siguiente de San Quintín, Francia sufriría una quiebra parecida, y también las sufriría Inglaterra. 

   Esta primera quiebra era en realidad herencia de las dificultades financieras de Carlos I (o V), estudiadas por Ramón Carande. Y la causa de ella y las demás eran los enormes gastos derivados de las guerras en Europa. Las propagandas  protestantes y otras han querido ver en ellas y en las permanentes dificultades económicas (que compartían los mismos protestantes o Francia) el efecto de la manía de los Austrias por  crear una monarquía universal, cuyas consecuencias pagaría especialmente España. Las cosas fueron muy de otro modo. Ni Carlos ni Felipe aspiraron nunca a imponer su poder sobre toda la cristiandad, y las guerras les vinieron inevitablemente impuestas. Y conviene verlas con algún detalle.

La guerra principal, para España en el Mediterráneo y para el Sacro Imperio en el centro de Europa, provenían del empuje expansivo del Imperio otomano, que atacaba Viena, trataba de dominar el Mediterráneo y extendía sus tentáculos por el norte de África hacia la misma España, tratando de restablecer Al Ándalus. Era una guerra con características distintas de las libradas en Europa pues estas eran meramente políticas, mientras que la lucha con Constantinopla era un verdadero conflicto de civilizaciones antagónicas.

España, por tanto no se defendía solo a sí misma, sino a toda la cristiandad europea, y a pesar de los ingentes recursos que exigía  esta lucha, la historia habría sido algo distinta si Carlos y Felipe hubieran tenido las manos libres para librarla.  Pero, evidentemente, no era así. En primer lugar, España se vio asediada por Francia, que era en términos económicos y demográficos la primera potencia europea  y aspiraba a dominar la política continental. Una orientación clave para ella era el dominio de Italia, que le habría asegurado el del Mediterráneo,  como salta a la vista ante un mapa. Italia no podía defenderse a sí misma, por estar dividida en numerosos estados hostiles entre sí. Y  Francia chocaba en Italia con intereses hispanos que  databan de la corona de Aragón, pero habían sido asumidos por el conjunto de España.

Debido al poderío francés, los Reyes Católicos  habían diseñado un sistema de alianzas con Inglaterra y el Sacro Imperio, que en cierto modo rodeaban a Francia, aunque no la neutralizaban ni mermaban sus ambiciones. Si en Italia hubieran triunfado los franceses sobre los españoles, Francia se habría enfrentado irremediablemente con el Imperio otomano, verdadera superpotencia de la época. Al ser derrotada una y otra vez en Italia,  la monarquía francesa procedió a aliarse con Contantinopla y el resultado supuso duplicar la carga militar, política y desde luego económica para España, de manera inevitable. 

La otra gran dirección de la política francesa había sido el Sacro Imperio, al que había aspirado Francisco I, siendo derrotado por Carlos I. El Sacro Imperio era una especie de monstruo político  principalmente alemán, muy descentralizado e ineficiente, con numerosos príncipes casi soberanos. El movimiento luterano  acrecentó su debilidad al dividirlo en materia religiosa con tendencia, que pronto se cumpliría, a la guerra civil. Para la gran estrategia de Francia la ocasión era excelente, y los protestantes recibirían de París apoyos políticos y abundantes subsidios para sus rebeliones. Aunque esta política típicamente maquiavélica se volviera contra ella al importar las guerras de religión, que tanto había fomentado en el vecino.

Por todo ello, también España se convirtió en la gran defensora del catolicismo, contra el islam y contra los protestantes.  Es muy llamativo que el luteranismo se desarrollase en simbiosis con Francia y Constantinopla, que impedían a Carlos concentrarse en uno u otro enemigo, y desgastaban sus recursos aunque, desde luego, también se desgastaban sus contrincantes, que por lo común resultaban derrotados, salvo en el Mediterráneo, donde los golpes y contragolpes se sucederían durante decenios sin decisión, hasta la batalla de Lepanto.   

Cuando se habla de estas guerras suelen ponerse al mismo nivel, pero no es así. El eje y clave de todas ellas era para  España la lucha contra los otomanos y berberiscos, que continuaba en cierto modo la Reconquista. Si hubiera tenido las manos libres para esta contienda, la historia habría tomado quizá otro curso. Hubo un momento en que tal situación pareció producirse, al comenzar a reinar Felipe II: había paz con Francia y dentro de Alemania. Pero esa paz duraría pocos meses, y la iba a romper precisamente un papa intrigando para una nueva invasión francesa en Italia, que terminaría en San Quintín. Un papa contra el principal defensor del catolicismo. La historia tiene muchas ironías.

   Un punto más: aunque España era el país internamente más pacífico y mejor organizado de Europa, sus recursos no le hubieran bastado, probablemente, para afrontar unos rivales tan poderosos como el Imperio otomano y Francia. Para sostener la larga lucha fue necesaria la ayuda de los metales de América. Contra lo que suele pensarse, estos no eran la principal  base de las finanzas españolas, que procedían ante todo de Castilla. Pero eran una ayuda,, sin la cual es probable que el mismo estado español quebrase,  a pesar de disponer  de los mejores soldados  de la época.

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Por Que El Frente Popular Perdio La Guerra CivilLa Segunda República Española: Nacimiento, evolución y destrucción de un régimen 1931-1936

**La convención del PP es un hecho completamente irrelevante en la política española. Significa  simplemente más de lo mismo. La irrupción de VOX es el único dato significativo desde hace cuatro años. 

**¿Mejoraría algo las cosas que el mequetrefe del máster sustituyera en la Moncloa al portero de discoteca con doctorado? Igual quela sustitución de Zapatero por Rajoy.

**Es demasiado pronto para saber si Ayuso es una política independiente o una segunda Aguirre. Pero es muy probable lo segundo. Ayuso es una buena política de ocasión, pero me temo que sin mucho fondo cultural.

**Como siempre, la política internacional no aparece en la “agenda” de los políticos. Porque dan por sentado que España es un país satélite.

**Algunos dicen que la república y la guerra son “historia pasada”. No perciben que han vuelto con gran fuerza los mismos problemas de entonces: separatismos y totalitarismo. Nunca fue más verdad la frase de Santayana: “Un pueblo que olvida la historia se condena a repetirla”.

 

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El caso PP / El caso Villacís / El caso Bergoglio

El caso PP

Me pregunta un periodista cómo es posible que la ideología más genocida del siglo XX celebre fiestas en España, que se homenajee a asesinos etarras en serie y se ensalce a personajes tan siniestros como Largo Caballero o Negrín. La respuesta está en el PP, que al huir de la batalla cultural ha dado vía libre a todas las aberraciones políticas, para terminar participando en ellas. Le digo que ello no sería posible si mis libros hubieran sido promovidos y utilizados en el argumentario político y en los medios de masas bajo gobiernos del PP. Si todo el mundo conociera la historia de la república y el Frente Popular, estas cosas habrían sido imposibles. Los sovietismos y separatismos que originaron la guerra civil quedaron superados en el franquismo, eran muy débiles al llegar la transición y no consiguieron su “ruptura”. Pero desde entonces no han cesado de avanzar, con el PP como protector y cómplice. Le digo que afortunadamente ha salido VOX, aunque en estas cuestiones todavía le falta algún hervor:

Ramosov: Parece que VOX ha decidido acometer la lucha contra la ley de memoria chequista que pretende implantar el gobierno. Lo hacen diciendo verdades y con cierta valentía, pero también cometiendo errores. Entre los intelectuales que critican la ley de memoria chequista de Zapatero no mencionan a Pío Moa. En su escrito concluyen que “”la Segunda República se autodestruyó como régimen democrático antes de que la sublevación del 17 de julio de 1936 le diese el golpe de gracia”. Esto es un tópico dentro de la derecha, pero una falsedad, ya que los últimos meses de la república no fueron propios de ningún régimen democrático. Es cierto que dicho régimen se estaba autodestruyendo, pero la sublevación de julio del 36 no le dio el golpe de gracia en mi opinión. El golpe de gracia vino de atrás, de las elecciones de febrero, y ya lo que quedaba era que alguien se atreviera o no a sublevarse contra esa tiranía, no republicana ya, sino frentepopulista, que es algo que no mencionan tampoco en VOX, que caen algo en lo de la república.

Por Que El Frente Popular Perdio La Guerra CivilLa Segunda República Española: Nacimiento, evolución y destrucción de un régimen 1931-1936

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El caso Villacís

La Villacís, con esa pose de indignación moral tan típica, ha atacado a un concejal de VOX que exhibió la foto de ella con su hija recién nacida. El concejal se ha arredrado un poco ante el “escrache” mediático y en las redes que ha sufrido enseguida,  y ha  pedido disculpas. Mal hecho. Tendría que haber dicho algo así:

“Mire usted, señora Villacís, la foto no se la he robado de casa, es pública, usted misma la ha exhibido utilizando políticamente a su hija, como vienen haciendo otras señoras  políticas de su sesgo. No quisiera llamarle explotación infantil, pero se le parece algo. Y siendo pública, y siendo usted un personaje político, la puede utilizar cualquiera, no solo usted. Las dos cosas son perfectamente legales. Yo he querido usar la foto en defensa del derecho a nacer, pero usted es abortista, considera un derecho irrenunciable  liquidar vidas humanas en el seno materno sin necesidad siquiera de consultar al padre. ¿Qué nos está diciendo usted con su publicidad? Nos está diciendo que usted podría muy bien haber matado a su hija antes de que naciera,  como un derecho y dijera el padre lo que dijera,  por tanto sin ningún escrúpulo legal ni moral; pero que, por algún sentimiento no explicado, quizá incluso un capricho, ha preferido magnánimamente  dejarla nacer.  Quisiera señalarle también que ese “derecho irrenunciable”, esa “libertad”, causa la pérdida de cien mil vidas humanas al año en España, mientras, casualmente, políticos como usted promueven la inmigración masiva; “por solidaridad humana”, dicen, y  porque, también dicen, “pagará nuestras pensiones”. Le ruego reflexione usted sobre estas cosas y no adopte una pose de indignación que al final resulta algo risible”.

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El caso Bergoglio

Pancho I de la Pampa y de la Pachamama pide perdón –a los aztecas o su espíritu, se supone–, por los pecados “personales y sociales” de la conquista de Méjico. Con eso de los “pecados sociales” este papa amigo de las narcodictaduras y enemigo de España, está usando una terminología muy semejante a la de los comunistas para justificar el exterminio de “sectores sociales” que no acababan de “pedir perdón”.  Muy significativo que los comunistas y socialistas, ideólogos de los mayores genocidios del siglo XX, hayan salido en defensa del papa. Y hemos visto también cómo unos obispos que han colaborado con su silencio cómplice en la profanación de la tumba de quien salvó a la Iglesia del exterminio, han querido quitar hierro a la cosa recordando juicios semejantes de otros papas más respetables.

Aquí hay, al menos, tres cuestiones políticas de fondo. La declaración de Pancho sale cuando en Latinoamérica gente como el tal AMLO, un majadero irredento, vuelve con la leyenda negra de Las Casas, de la que participan las narcotiranías del “socialismo del siglo XXI” tan caras a ese papa. Coincidencia nada casual. Es más, en la misma línea Pancho ha osado recomendar a España que se reconciliase con su historia, o algo así, en beneficio del separatismo catalán.

La segunda cuestión es por qué los papas anteriores han dicho que “No se pueden ignorar los sufrimientos  e injusticias” a los indígenas, como si los españoles estuvieran obligados a actuar con una perfección moral que, desde luego, tampoco tienen los papas.  Es evidente que en todas las relaciones humanas se presentan abusos, sufrimientos e injusticias, pero, en definitiva, es preciso sacar un balance: ¿fueron las injusticias superiores a los beneficios? Yo creo que para los indios y para el conjunto de lo que llamamos civilización, los beneficios han sido muy superiores. Es dudoso que los antiespañoles quieran  en serio volver a los sacrificios humanos o al canibalismo, aunque dada su chifladura, ¡quién sabe!  Hablar como esos papas, además, ya es una injusticia: tendrían que especificar de qué sufrimientos e injusticias se trata  en concreto, en vez de hacer acusaciones nebulosas que pueden servir para cualquier interpretación. 

Una tercera  cuestión es el inevitable relativismo de las injusticias. Puesto que América ha sido colonizada por españoles y posteriormente por anglosajones, podría compararse la primera colonización con la un tanto exterminadora segunda. Curiosamente, los papas se andan con sumo cuidado al referirse a esta, y Pancho, que osó llamar genocidio a la primera,  apenas ha esbozado alguna tímida crítica a la segunda.  

El problema de fondo está en el eco de las brutales calumnias de Las Casas a los españoles, que dura con plena fuerza hasta hoy. La independencia de los virreinatos se hizo con una mezcla de lascasismo y de intento de imitar a las revoluciones francesa y useña, orientado por masones. Su “indigenismo” era en realidad puro antiespañolismo, pues los “libertadores”  fueron quienes saquearon a los indios, los exterminaron en el Cono sur, y masacraron a los que no se dejaron engañar por su fraseología y defendieron a España contra tanta “liberación”.  Hoy sigue siendo así. El “indigenismo” ha cundido mucho más, de la mano de ideologías comunistoides, y los papas creen políticamente interesante “recordar” males que no detallan, para buscar su apoyo.

A Pancho lo describió un agudo comentarista católico, Francisco José de la Cigoña, horas antes de su nombramiento como pontífice: “Ese ser de mirada torva, conducta cobarde y propósitos dudosísimos”.  Está haciendo más daño que nadie a la iglesia, como sus obispos españoles “antifranquistas”. Los dos papas anteriores hicieron grandes esfuerzos por reconducir los desastres del Vaticano II…, que con Pancho han resurgido con más fuerza.

   Sobre la cuestión de Las Casas y su influencia me permito recordar los capítulos que le he dedicado en Nueva historia de España. Me parecen muy difíciles de rebatir.

Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))

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Una hora con la historia: (1) 198 – España progresa y Stalingrado decide la guerra – YouTube

El programa Una hora con la historia no es un chiringuito como los que nos obligan los partidos a sufragar con dinero público, por lo tanto depende de las aportaciones de sus oyentes. La situación no es buena, y hoy, por la crisis, todo el mundo está pidiendo dinero: periódicos, asociaciones diversas, radios, etc. Lógicamente nuestra escasez es muy compartida. Una  pequeña aportación mensual de muchos oyentes puede resolver el problema. La cuenta a la que aportar es: BBVA, ES 09 o182 1364 3302 0154 3346.  Es colaborar en un programa de historia diferente, contra el Himalaya de falsedades de la política actual

 

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Rajoy, el maestro del PP / Charlatanes (XLI) O. Alzaga, historia de sainete.

Una hora con la historia: (1) 198 – España progresa y Stalingrado decide la guerra – YouTube

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Por Que El Frente Popular Perdio La Guerra CivilCuatro perros verdes

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Rajoy, maestro del PP. Carta abierta

Puesto que la convención o lo que sea del PP acaba de nombrar a Rajoy su maestro, viene bien esta carta abierta, publicada en este blog el 17.12.2015, hace seis años. Nada ha cambiado. El PP sigue siendo el mismo partido de señoritos  ansiosos de mando y dineros, a quienes España y la libertad importan  poco. Ruego se le  dé máxima difusión:  

Señor Rajoy:

  Se le notaba a usted descolocado cuando Sánchez, con su  estilo golfo, le acusaba de corrupción o de perjudicar a las mujeres, o del separatismo catalán… Sánchez aúlla en sus mítines su orgullo por fechorías antidemocráticas de su partido como la ley de “memoria histórica”, del aborto,  de violencia de “género”, de  “matrimonio” homosexual, de “igualdad” entre hombres y mujeres, de los favores a la ETA… ¡Pero bueno! ¿Cómo se le ocurre a Sánchez acusarle cuando ud, señor Rajoy, no ha hecho otra cosa que seguir aplicadamente las iniciativas del PSOE en todos esos campos? ¿Qué le diferencia a usted de Sánchez o de Zapatero? Solo un estilo personal, por lo demás engañoso. Un asno separatista gallego le coceó a usted en Pontevedra, y uno se pregunta: ¿se han vuelto locos estos separatistas? ¿Por qué golpean a un político que nunca les ha puesto el menor obstáculo, que incluso los viene financiando? ¡Qué injusticia, señor Rajoy! 

   Porque ud se ha atrevido a lanzar su campaña bajo el lema “España en serio”. Porque para usted, lo serio son sin duda políticas como la de Bolinaga, la derogación de la doctrina Parot y demás carantoñas a la ETA. El PSOE salvó a una ETA al borde del colapso y santificó sus asesinatos como un modo de hacer política,   recompensada con legalidad, dinero público y otras dádivas. Y usted ha seguido la misma línea. Con descaro inaudito, los dos partidos han disfrazado su delito con la consigna “los demócratas hemos derrotado a ETA”. No la han derrotado, la han premiado. Y por ello mismo demuestran no tener nada de demócratas. Ustedes, junto con la ETA, atentan contra el estado de derecho y la integridad de España. En serio. 

   Usted ha replicado a la sedición del delincuente  Mas con advertencias de que haría cumplir la ley. Nunca la ha hecho cumplir, y ha seguido financiando la política del odio a España y el intento de balcanizarla. También aquí ha seguido al PSOE. Su obligación más elemental como gobernantes demócratas es cumplir y hacer cumplir la ley. Al no hacerlo, se deslegitiman y su “democratismo” se convierte en farsa. El hecho evidente e irrefutable  es que bajo su gobierno los separatismos han adquirido un impulso y una osadía como nunca antes. Con desvergüenza de granuja se lo echaba en cara Sánchez, cuyo maestro Zapatero, que también lo es de usted,  ha sido el principal creador de ese ambiente, sin olvidar a Aznar. ¡Grandes estadistas! En serio. 

    Una ley que, en cambio, se han esmerado en cumplir  usted y los suyos es la de “memoria histórica”.  Ley totalitaria, hecha para falsificar la historia desde el poder, como en los países comunistas.  Ley que, como es natural en quienes premian los crímenes etarras, califica de “víctimas” a los asesinos de las chekas, identificando con ellos a los legisladores. Ustedes han llegado a tal degradación moral — que contagian a la sociedad–, que ni siquiera se dan cuenta del alcance de su desmán.  En su versión bananera de la democracia, la cuestión se limita a disfrazar las canalladas con victimismo y títulos biensonantes,  para ganar votos. 

   ¡Y qué injusto Sánchez al culparle de incumplir las leyes de “género” o de gaymonio! Son leyes diseñadas por los proetarras y falsificadores de la historia y acordes también con ese carácter. Confunden género con sexo, corroen los fundamentos del matrimonio y la familia, tratan de sustituir la vieja lucha de clases por la lucha de sexos, rompen las más básicas normas jurídicas y crean violencia por sí mismas. Sus frutos son la destrucción masiva de vidas humanas en el seno materno, disfrazada por los politicastros como  “interrupción del embarazo”; una violencia doméstica en aumento, no solo entre parejas sino entre hijos y padres o madres; un fracaso  familiar traducido en enormes cifras de divorcios, con sus efectos sobre la educación de los hijos (fracaso escolar, expansión de la droga y el alcoholismo juvenil, etc.) Etc.  Pero nada de eso les preocupa a ustedes, bomberos pirómanos, dedicados a competir histéricamente en chillidos contra la “violencia de género”, cuyo aumento ustedes mismos provocan. En serio.  

   Para usted, como para su gemelo político Sánchez, España ha dejado de ser un país soberano. Ustedes regalan “grandes toneladas de soberanía” a la burocracia de Bruselas, como si España fuera una finca suya. He aquí, de nuevo, su “democracia” peor que bananera. La desdichada posición lacayuna de España en la UE y en la OTAN no plantea ningún problema a su espíritu servil e hispanófobo; tampoco Gibraltar, caso insólito en el siglo XXI de una colonia en un país europeo mantenida por una potencia a la que no cesan ustedes de hacer carantoñas, como a la ETA, a las chekas o a los separatistas. Su servilismo les está llevando a destruir la cultura española haciendo la enseñanza bilingüe con el inglés, considerado lengua superior de la ciencia, la economía, el empleo etc., en un proceso de desprestigio y  relegación de nuestro idioma a ámbitos familiares o subculturales. Esto es peor que el cultivo del odio a España, subvencionado por ustedes en Cataluña o Vascongadas. España no es un país bilingüe y el inglés solo puede y debe enseñarse legalmente como lengua extranjera, no en la misma posición (de hecho  superior) que la  nuestra. Tampoco hay en sus programas el menor análisis serio  sobre el amenazador auge del islamismo y su penetración en la propia España y Europa. Para ustedes, el asunto se limita a lo que decidan en Bruselas y Washington. España no  merece esa política basura de lacayos como ustedes

   Podría seguir largo rato, pero mencionaré solo otro asunto: acertaba Sánchez al acusarle de corrupción, porque su partido está corrompido hasta la médula. Sánchez — lógico en su mentalidad macarril–, piensa solo en la corrupción económica, pero  peor es la intelectual, manifiesta en las políticas antes señaladas, y que genera también la económica. Pero lo más asombroso, lo que exhibe la absoluta degradación de la política española, es que un capitoste del PSOE ose acusar a alguien de tales cosas. Eso ya define un ambiente político próximo al Patio de Monipodio. 

    No me extiendo sobre la economía, en la que todos los aspirantes a gobernar  no hacen sino demostrar su carencia de ideas.  Usted, señor Rajoy, se jacta de que la situación va mejorando, y en algunos aspectos parece  verdad, aunque no sabemos si duradera. Pero aún ahí  sigue usted a su maestro Zapatero. ¿Recuerda usted cuando denunciaba indignado cómo el PSOE iba a  “subir  el IVA a  los  chuches de este niño… y de todos los españoles”? ¿Cuándo tenía usted razón, cuando denunciaba los recortes y subidas de impuestos de Zapatero, o cuando ha seguido su ejemplo a mayor escala?  Sospecho que no lo sabe usted mismo. 

   En fin, señor Rajoy, con su gobierno han empeorado los problemas del país: separatismos, pérdida acelerada de soberanía, leyes totalitarias y chekistas, o de “género”  jurídicamente inválidas, degradación cultural y moral de la sociedad, corrosión de la familia, auge de movimientos como el cursi-macarril y comunistoide Podemos… Solo puede usted invocar a su favor una ligera pero también insegura mejoría económica,  según su simplona consigna de que “la economía lo es todo”, que podría valer muy bien para un burdel. Su única arma es la llamada a la necedad del voto útil, que se viene demostrando el más inútil porque trata de marginar opciones más serias que las de ustedes  y en cambio  perpetúa el más de lo mismo. La república se hundió por el proceso revolucionario del Frente Popular. La actual democracia lo está haciendo por un proceso de putrefacción política y social dirigido por ustedes.

Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))

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Galería de charlatanes XLI O. Alzaga, el antifranquismo de sainete.

Los Mitos Del Franquismo (Historia)

Hubo una oposición externa contra el franquismo y una interna contra Franco todo el tiempo que duró el régimen. Esta última procedía de gente que vivía en y del franquismo, generalmente como funcionarios o personas de buena situación, pero que pensaban que el final del régimen se acercaba y había que pasar a “otra cosa”. En los años 40 hubo algún sector falangista pro nazi, diversos generales monárquicos no cesaban de intrigar contra el Caudillo, también algunos carlistas, algún obispo exageradamente integrista o curas separatistas. Como el régimen sobrevivió a todas las asechanzas internacionales, esas oposiciones fueron amainando, aunque surgían algunas aquí y allá, particularmente de clérigos separatistas, que de un modo u otro darían lugar a la ETA.

La que podríamos llamar oposición franquista a Franco subió de nivel a partir del Vaticano II, cuando sectores llamativos del clero se dedicaron a apoyar a comunistas, separatistas y terroristas. Y salió una democracia cristiana que se llamaba a sí misma “izquierda”, naturalmente “democrática”, encantada de “dialogar” con la oposición exterior al régimen. En esa oposición franquista (en el sentido dicho) a Franco se pueden incluir numerosos socialistas, que medraban dentro del régimen y preparaban su futuro para cuando el Caudillo falleciera, tipo Ángel Viñas y tanto otros.  Y ahora Óscar Alzaga, antiguo portavoz democristiano de  la UCD, ha querido rescatar como un mérito histórico y democrático la oposición de los suyos a aquella terrible dictadura, que insinúa semejante a la de Hitler.

Naturalmente, tiene que pintar un cuadro sombrío de aquella situación.  Dice en una entrevista, por ejemplo: “Como la oposición al franquismo hubo de desenvolverse en la ilegalidad producía pocos escritos”. Quienes los producían, por lo visto eran los policías, como ilustra al hablar  de la quema de los archivos  policiales: “En aquellos casi 40  años se redactaron millones de informes que reflejaban la oposición creciente al régimen    Las permanentes escuchas telefónicas de nuestros  teléfonos y de los continuos seguimientos a que estuvimos sometidos por la Brigada Social, la Guardia Civil en aquellas zonas rurales en que hubo de asumir funciones  represivas, los servicios de información de los sindicatos verticales, etc.” Veamos: la oposición real (comunista y terrorista) produjo un verdadero alud de escritos ilegales. Y legales, desde la revista Triunfo a editoriales dedicadas a libros marxistas. Y en cuanto a la “ilegalidad” de la democracia cristiana, el PSOE y compañía era muy relativa: no solo solían tener cargos funcionariales o muy legales, sino también su propia prensa (la más destacada Cuadernos para el diálogo“, título expresivo). Cuando Solzhenitsin vino a España pudo comprobarse la enorme influencia “democrática” de unas y otras oposiciones criadas bajo el aperturismo del régimen: Solzhenitsin y Benet – Pío Moa – Libertad Digital Por otra parte, como parece ignorar Alzaga, todos los regímenes suelen espiar a sus posibles enemigos internos. Los archivos del FBI, de la policía inglesa, francesa etc.,  deben de ser realmente fastuosos. En la España del PSOE, espiaron al mismo rey Juan Carlos.

Hubo, pues, dos oposiciones a Franco, la “franquista”  y la externa, mayormente  comunista y/o terrorista. Esta última sí fue realmente perseguida, aunque disfrutase de cierta actividad legal. En ella hubo de todo, pero podía invocar esa persecución, los años de cárcel, incluso algunas resistencias heroicas ante la policía. Es claro que no puede invocar lo mismo la otra oposición, la de los Alzaga, Ruiz Giménez, Viñas, Morodo y tutti quanti, señoritos avispados e intrigantes,  salidos o beneficiarios del propio régimen, al que en definitiva parasitaban.  Aunque un tanto difícil por lo siniestro y tiránico de sus objetivos, la oposición externa podría ensayar un relato épico de su lucha; de las intrigas de la otra oposición solo podría salir un sainete.

Repito el comentario de hace unos días:

Como es sabido, el franquismo se declaró católico y favoreció con cierto exceso al catolicismo político por encima de las demás “familias” del régimen. Llegado el Vaticano II, la democracia cristiana se dividió: un sector, que podríamos llamar “ultra”, se decantó por el antifranquismo,  por apoyar a los separatismos y por los “diálogos” con los comunistas, de los que estos sacaron buen partido; otra parte  cultivó un aperturismo moderado, mirando con aprensión las aventuras políticas del grupo  ultra. Del primer sector fueron representantes Giménez Fernández (“Izquierda democristiana”) y Ruiz Giménez (“Izquierda democrática”), y el segundo sector vendría representado por Silva Muñoz, ministro de Obras Públicas en el franquismo. Los de “izquierda” (después se autobautizaron de “centro”) eran también muy europeístas al estilo castizo español, que jamás aportó el menor bagaje intelectual a esa llamémosla ideología. Hay que decir que el antifranquismo del sector ultra o de izquierda nunca necesitó de ningún heroísmo, pues visiblemente el régimen le dejaba hacer, lo mismo que al PSOE, limitándose a algún que otro control o leve represión. Eran pocos, sin proyección popular, no tenían inconveniente en prosperar en el funcionariado del régimen y ninguno fue a la cárcel por su ardua lucha. Su oposición, más que propia, consistió en utilizar sus posiciones dentro o en los aledaños del régimen para favorecer subrepticiamente a los enemigos reales del mismo:  comunistas y separatistas, y  observemos que estos últimos, como Pujol o Arzallus, también eran democristianos, lo que explica las derivas bien conocidas desde la transición. En fin,  Franco había de morir más antes que después, su régimen se había quedado sin su respaldo ideológico católico por decisión de Roma, y había que preparar el porvenir.

Ahora uno de ellos, Óscar Alzaga, acaba de publicar un libro titulado algo pomposamente La conquista de la transición, en la vieja línea antifranquista a juzgar por una entrevista en El confidencial. De ella me ha interesado una referencia a la destrucción de los archivos policiales del franquismo, no sé si de todos o solo de la BPS, que he venido denunciando durante años como una fechoría brutal contra la historia. Aunque algo ha debido quedar, a juzgar por las memorias del ministro del Interior Barrionuevo. Aquella destrucción fue debida a Suárez y Martín Villa, y desde luego muy agradecida por la izquierda y separatistas, que no recuerdo que hayan protestado por ella. Agradecida porque muchos de aquellos valerosos luchadores contra Franco iban a salir seguramente  malparados de sus revelaciones. Pero Alzaga nos ilustra con esta interpretación: “Somos el único país de Europa donde se ha cometido tal barbaridad” Hasta aquí, bien, pero observen su comparación: “Los informes de la policía política de la Alemania Nacionalsocialista, de la Italia fascista, del Portugal salazarista o de la Grecia de la dictadura militar se han conservado”.   Alzaga luchaba esforzadamente contra un régimen parecido a la Alemania nazi, parece ser. No recuerdo, por cierto, que Alzaga protestase entonces por el desmán, aunque dice que sí salvó algunos papeles referentes a él mismo, que resultaron “insignificantes y carentes de interés”. Como su propia oposición al régimen, sin duda.

Y aún peor: según él, la fechoría se debió a que “muchos franquistas quisieron seguir en política durante la nueva democracia y ello solo les pareció factible si se destruían todas las pruebas de como habían contribuido a la represión de los que quisimos traer la democracia durante el franquismo”. Es evidente que Suárez y Martín Villa, responsables del delito, querían seguir en la política en la democracia, al igual que otros muchos franquistas que podrían citarse, empezando por el rey Juan Carlos. Alzaga y los suyos, en cambio, “querían traer la democracia” a base de “diálogos” con los comunistas y con los separatistas, casualmente también democristianos, y ya se sabe que de aquellos polvos, con perdón… En cuanto a los políticos franquistas que habían reprimido a comunistas , separatistas y otros “demócratas”, eran precisamente los que estaban trayendo el nuevo régimen de acuerdo, en principio, con el referéndum de 1975 “de la ley a la ley”, pronto “olvidado”, desgraciadamente.

Casi todo el mundo ha pretendido hacer carrera política en España presentándose como luchador antifranquista. Uno puede comprender la falsificación de la historia por comunistas y etarras: después de todo lucharon (luchamos) contra Franco, se sacrificaron, algunos murieron en el empeño y bastantes pasaron por la cárcel. Pero la falsificación hecha por unos señoritos hijos y beneficiarios del régimen, causa un especial malestar, casi físico.

 

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Óscar Alzaga falsifica la historia / Héroes de nuestro tiempo (V) Darwin, la ciencia

Falsificación democristiana de la historia

Como es sabido, el franquismo se declaró católico y favoreció con cierto exceso al catolicismo político por encima de las demás “familias” del régimen. Llegado el Vaticano II, la democracia cristiana se dividió: un sector, que podríamos llamar “ultra”, se decantó por el antifranquismo,  por apoyar a los separatismos y por los “diálogos” con los comunistas, de los que estos sacaron buen partido; otra parte  cultivó un aperturismo moderado, mirando con aprensión las aventuras políticas del grupo  ultra. Del primer sector fueron representantes Giménez Fernández (“Izquierda democristiana”) y Ruiz Giménez (“Izquierda democrática”), y el segundo sector vendría representado por Silva Muñoz, ministro de Obras Públicas en el franquismo. Los de “izquierda” (después se autobautizaron de “centro”) eran también muy europeístas al estilo castizo español, que jamás aportó el menor bagaje intelectual a esa llamémosla ideología. Hay que decir que el antifranquismo del sector ultra o de izquierda nunca necesitó de ningún heroísmo, pues visiblemente el régimen le dejaba hacer, lo mismo que al PSOE, limitándose a algún que otro control o leve represión. Eran pocos, sin proyección popular, no tenían inconveniente en prosperar en el funcionariado del régimen y ninguno fue a la cárcel por su ardua lucha. Su oposición, más que propia, consistió en utilizar sus posiciones dentro o en los aledaños del régimen para favorecer subrepticiamente a los enemigos reales del mismo:  comunistas y separatistas, y  observemos que estos últimos, como Pujol o Arzallus, también eran democristianos, lo que explica las derivas bien conocidas desde la transición. En fin,  Franco había de morir más antes que después, su régimen se había quedado sin su respaldo ideológico católico por decisión de Roma, y había que preparar el porvenir.

   Ahora uno de ellos, Óscar Alzaga, acaba de publicar un libro titulado algo pomposamente La conquista de la transición, en la vieja línea antifranquista a juzgar por una entrevista en El confidencial. De ella me ha interesado una referencia a la destrucción de los archivos policiales del franquismo, no sé si de todos o solo de la BPS, que he venido denunciando durante años como una fechoría brutal contra la historia. Aunque algo ha debido quedar, a juzgar por las memorias del ministro del Interior Barrionuevo. Aquella destrucción fue debida a Suárez y Martín Villa, y desde luego muy agradecida por la izquierda y separatistas, que no recuerdo que hayan protestado por ella. Agradecida porque muchos de aquellos valerosos luchadores contra Franco iban a salir seguramente  malparados de sus revelaciones. Pero Alzaga nos ilustra con esta interpretación: “Somos el único país de Europa donde se ha cometido tal barbaridad” Hasta aquí, bien, pero observen su comparación: “Los informes de la policía política de la Alemania Nacionalsocialista, de la Italia fascista, del Portugal salazarista o de la Grecia de la dictadura militar se han conservado”.   Alzaga luchaba esforzadamente contra un régimen parecido a la Alemania nazi, parece ser. No recuerdo, por cierto, que Alzaga protestase entonces por el desmán, aunque dice que sí salvó algunos papeles referentes a él mismo, que resultaron “insignificantes y carentes de interés”. Como su propia oposición al régimen, sin duda.

Y aún peor: según él, la fechoría se debió a que muchos franquistas quisieron seguir en política durante la nueva democracia y ello solo les pareció factible si se destruían todas las pruebas de como habían contribuido a la represión de los que quisimos traer la democracia durante el franquismo”. Es evidente que Suárez y Martín Villa, responsables del delito, querían seguir en la política en la democracia, al igual que otros muchos franquistas que podrían citarse, empezando por el rey Juan Carlos. Alzaga y los suyos, en cambio, “querían traer la democracia” a base de “diálogos” con los comunistas y con los separatistas, casualmente también democristianos, y ya se sabe que de aquellos polvos, con perdón… En cuanto a los políticos franquistas que habían reprimido a comunistas , separatistas y otros “demócratas”, eran precisamente los que estaban trayendo el nuevo régimen de acuerdo, en principio, con el referéndum de 1976 “de la ley a la ley”, pronto “olvidado”, desgraciadamente.

Casi todo el mundo ha pretendido hacer carrera política en España presentándose como luchador antifranquista. Uno puede comprender la falsificación de la historia por comunistas y etarras: después de todo lucharon (luchamos) contra Franco, se sacrificaron, algunos murieron en el empeño y bastantes pasaron por la cárcel. Pero la falsificación hecha por unos señoritos hijos y beneficiarios del régimen, causa un especial malestar, casi físico.

Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))

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Héroes de nuestro tiempo: Un pionero (en septiembre de 2013. Basado en hechos reales):

El tertuliano  José Barroz, Pepy,  se sacó la pipa  de la boca, exhaló una humareda perfumada o apestosa, depende de gustos, y con su peculiar estilo sentencioso, expuso:

“Los numerosos amigos de Arnulfo, entre quienes tengo  el honor de contarme,  escriben  su nombre como Arny o como Arnie,  tampoco tiene mucha importancia, es un diminutivo cariñoso  y modernizador.  Arnie opina que el país le debe mucho, y que es la puta envidia lo que empuja a ciertos tiquismiquis y  resentidos bien conocidos a poner  pegas a su brillante carrera. Y yo entiendo su disgusto, porque el mundo está lleno de gentes incapaces de apreciar el mérito ajeno, cegados por quién sabe qué traumas infantiles o lo que sea. Lo indiscutible es que Arnie, allí donde estuvo, brilló con luz propia, y eso nadie podrá negarlo. ¿Qué hizo  durante el franquismo? Hombre de  temperamento audaz  a la par que ardoroso,  y pese a su juventud,  trepó a cargos muy elevados, y no llegó a ministro porque el dictador tuvo la mala idea de morirse cuando ya le faltaba poco. Una carrera así, guste o no, no está al alcance de un mindundi. Cierto, trepó tan alto con ayuda de su familia, tan encumbrada en aquel régimen,  pero ¿quién osaría reprochárselo? ¿No ha habido miles y miles en sus circunstancias? ¿O vamos a prohibir y declarar  improcedente  o vergonzoso el  respaldo de familiares o amigos…? No demos pábulo a los celos de los impotentes.  Hizo también excelentes negocios con algún amigo a su vez bien relacionado en las altas esferas, y nuevamente topamos con las habituales críticas biliosas.  Pero ¿qué demostró su  encumbramiento  económico sino  su  talante emprendedor, sus dotes para las relaciones públicas? Y si aquellas gentes poderosas que veían en Arnie un joven con futuro, se dedicaban a ayudarle desinteresadamente, ¿iba él a hacerles el desprecio de negarse? No, Arnie no es hombre descortés de los que van por la vida haciendo desprecios a sus benefactores, mordiendo la mano que le ofrece una suculenta nutrición…

“Mas he aquí que, sin comerlo ni beberlo, el régimen cambia y viene una democracia. Muchos, confusos y desbordados,  no supieron qué hacer entonces,  pero no así nuestro Arnie.  Arnie es, en un sentido profundo, gran admirador de lord Keynes, de quien conoceréis su aguda réplica a quien le acusaba de cambiar de opinión según las circunstancias: “¡Pues claro,  tío! ¿O es que tú no lo haces?”, con lo que apabulló  al pobre beocio criticón. Si el país se transformaba, él también sabría reinventarse.  No pocas personas de ideas dinosáuricas se lo echan en cara, pero pensémoslo con realismo y sin prejuicios: ¿cuántos  hicieron lo mismo  por aquellos tiempos?  ¿Cuántos modificaron juiciosamente su biografía para sacarles provecho en los nuevos tiempos? ¡A millares! ¡A decenas de millares!  Ahora bien, se necesita algo más que buenas ideas para salir de la mediocridad,  se necesita talento, y de eso Arnie tiene para regalar. Célebre por su fama, reconocido por su vivo ingenio, granjeose rápidamente los favores  desinteresados de unos y de otros,  supo hacerse  merecedor de un trato privilegiado y rápidamente volvió a la  cresta de la ola.  Porque si no sabes adaptarte al medio, vas de culo, eso ya lo vieron claramente Darwin y muchos otros científicos. O te  adaptas o palmas. Y en esa capacidad su talento raya en el genio, lo he oído decir a muchos que le conocen íntimamente.

“Por lo demás, nadie ignora que adaptarse supone a veces sacrificios. Con gran dolor de su corazón hubo de reconocer que el régimen anterior, donde tan bien le había ido, era una tiranía salvaje, torturadora, opresiva a la par  que ridícula y miserable. Un páramo cultural.  La humanidad habría conocido muy pocos despotismos de tal calibre, genocidas, vergüenza de la humanidad. Y haciendo memoria se percató también de cómo, bajo obligadas  apariencias, él siempre había ejercido una oposición al dictador, oposición no por disimulada menos eficaz. En definitiva, comprendió que gracias a personas como él  había llegado la democracia y así iluminado su cerebro, se convirtió en el más férvido defensor de ella. Desde sus nuevos cargos y por medio de  amigos bien situados en los medios, denunció con noble indignación –no exenta de un toque burlón moderno y europeo, porque también tiene sentido del humor– a tantos ex servidores de Franco aspirantes a lograr prebendas presentándose ahora  como demócratas de toda la vida. Los fustigó y redujo a la muerte civil, mínimo castigo para lo que debieran haber recibido.   Él escribía en los medios, decidía quién era demócrata y quién no, qué noticias debían darse y cuáles no, todo por el bien de la democracia.  ¡Y cuántos réprobos temblaban ante sus  dictámenes y dicterios!

“Otra causa de su justificado rencor al franquismo nacía de su posición progresista ante el sexo. Él,  hombre sin prejuicios,  había tenido que disimular  dolorosamente en el régimen anterior, por razón de su cargo. Ahora, en cambio,  podía dar rienda suelta a sus naturales apetitos,  ser él mismo,  en una palabra. Y valerosamente dio un paso al frente, predicando  por doquier la buena nueva de la liberación sexual. Mas un hombre tan notable no puede librarse de asechanzas e insidias y, así, unos pervertidos enemigos suyos, cegados por pasiones inconfesables, pagaron a unos rufianes para que le grabaran mientras  cultivaba sus apasionados amores con un  chapero senegalés de considerable envergadura física. La grabación circuló por los corrillos,  provocó gestitos de escándalo o carcajadas lamentables, y muchos dieron a Arnie por políticamente muerto. Pero no sabían con quién se jugaban los cuartos.  “¡Muy bien! –declaró en  televisión—. Sostengo que los hombres públicos no tienen vida privada, y menos quienes, como yo, deben dar ejemplo de  su liberación sexual frente a los tabúes de la Iglesia y de la caverna, siempre enemigos del goce de los cuerpos.  Señores, ¡inversión de valores!  No, no me refiero a la Bolsa. Marchemos todos, y yo el primero, por la senda de la libertad. Invito a todos los políticos progresistas  a sacar de una turbia intimidad  estos actos tan naturales, a practicarlos en la televisión, sin complejos ni tabúes, para ejemplo  de la sociedad en general y de los jóvenes y escolares  de primaria en particular: ¡En ellos está el futuro, ciudadanos y ciudadanas, y no debemos defraudarles! ¡Pedagogía! ¡Pedagogía!  Y para que nadie me acuse de capitán Araña…”.   Y directamente se echó encima del presentador  con evidente designio erótico. Todos recordaréis aquella escena vergonzosa en que el cavernario presentador le arreó varios guantazos y otros cuantos presentes, conocidos progresistas pero todavía poco liberados, lo sacaron violentamente del plató.

“Sin embargo, lo que pasa con estas cosas: después de haber pasado unos meses en el psiquiátrico y de muchas discusiones  en la prensa, el Congreso y el Senado, la sociedad ha venido a reconocer lo lógico: Arnie es un pionero, ha marcado un camino. Salvo la gente más irremediablemente casposa todos lo consideran hoy un santo laico. Gracias a personas como él,  España goza de una privilegiada libertad en todos los terrenos y en nuestra televisión vemos con la mayor naturalidad cómo políticos y políticas, intelectuales e intelectualas, profesores y profesoras, dan ejemplo y practican lo que un represivo pudor les vedaba hasta  hace poco ”.

–¿Y si  viniera  ahora un régimen comunista, un decir,  o nazi, o islamista, qué sé yo, cualquier cosa así, ¿tú crees que Arnie…?

–¡Por supuesto, vaya pregunta! Se adaptaría con el mismo derroche de talento que hasta ahora, porque esas  virtudes no se pierden. ¡Que ya lo dijo Darwin, coño!

 

 

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