Generación sin orgullo / Suárez y el 23-f / La vana cabalgada

 Generación sin orgullo

Hay algo más (acerca de Cuatro perros verdes):  conozco a bastantes personas, hasta algún amigo gente de su edad, que ha vivido aquellos tiempos, y hablando con ellos saco la impresión de que su memoria de su juventud se hubiera borrado, de que no les  despertara ninguna emoción, y esta impresión la he sacado también de los que verdaderamente “corrieron delante de los grises”, como se decía, y que por lo que veo en su novela fueron bien pocos. Si están tan poco orgullosos de aquella juventud suya, y demuestran tan poco interés por ella, ya sabe lo que se puede esperar de los  jóvenes de ahora. Para los cuales  lo que no sea lo que tienen ante las narices en su propio momento, por el móvil o el ordenata,  no existe, lisa y llanamente.

Algo de verdad tiene: la gente de mi generación no se siente orgullosa de su juventud. Los que dicen haber “corrido delante de los grises”, hecho posición al franquismo, no pueden, porque en su mayoría saben que no es cierto, y que tampoco eran gran cosa aquellas carreras, que podrían fácilmente ridiculizarse. El relato de la asamblea estudiantil en Cuatro perros verdes se basa en las que yo conocí, que fueron bastantes. He recordado también en otro lugar  el recital de Raimon en Económicas de Madrid, que por lo visto fue la culminación de su carrera músico-subversiva y que resultó un tanto irrisoria. Y los que no estaban en aquellas  historias tampoco se sienten muy contentos porque, en definitiva, no se habían opuesto al franquismo, y en el ambiente que se ha creado luego no era un curriculum muy confesable. Aquello no dio héroes, ni mártires, ni grandes talentos.

Pero lo importante aquí es que, efectivamente, es una generación que se ha mentido y ocultado mucho a sí misma, y creo que por ello la época no ha dado de sí casi nada, literariamente (espero que Cuatro perros verdes llene algo de ese vacío). Si usted se fija, la generación de los años 40 sí dio una literatura importante sobre ella misma, baste citar La Colmena o Nada, pero hay mucha más. Aunque, en mi opinión, no alcanza el nivel de la época misma,  con su faceta tan épica. En Sonaron gritos y golpes a la puerta he intentado rescatar otra visión más compleja o complementaria. Pero, volviendo a la segunda novela, ¿por qué los años 60, la “década prodigiosa” que dicen,  y que en cierto modo lo fue, porque fue la del gran despegue, del “milagro español”, solo ha dado en el cine una buena cantidad de costumbrismo pedestre, y en literatura, que yo sepa, casi nada, ni en sentido épico, ni  costumbrista,  ni satírico, ni melancólico, ni lírico o autodesdeñoso siquiera? Los de mi generación yo creo que se avergüenzan de sí mismos. Bien es verdad que desde entonces las cosas no han mejorado. Yo creo que cada generación posterior ha sido literariamente más mediocre. ¿Y cómo podría relatarse, literariamente, la generación actual? Me cuesta imaginarlo, aunque debiera ser  el tema de la tercera novela de la trilogía.

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Suárez y el 23-f

Casi siempre se olvida que en el fondo del 23-f de 1981 estuvo la gestión de Suárez:

a) En cuatro años, Suárez llevó al país  a una profunda crisis, con una  escalada del terrorismo (más de 100 muertos en 1980, numerosos heridos y graves estragos),  desempleo galopante, inquietud laboral, insolencia separatista, sistemática denigración de  la idea de España (la palabra misma se había convertido en tabú en los grandes medios y partidos, sustituida por  “Estado español” o “este país”). Sin contar fenómenos concomitantes como la expansión de la droga, en particular la heroína, causa de estragos y muertes entre la juventud. Si la situación no se había tornado explosiva se debió al predominio de un talante social de reconciliación y moderación política, heredado del franquismo –no de la transición como se ha dicho–. En tal panorama, el  PSOE podía presentarse como la solución, invocando sus imaginarios cien años de “honradez y firmeza”.

b) También llevó Suárez a una crisis terminal a su partido, la UCD,  tanto por su ineptitud ante los problemas del país como por su manía “izquierdista”  de fondo “antifranquista”, por distanciarse de la derecha de Fraga. Otros “barones” veían venir el desastre y trataban de aunar fuerzas con Fraga contra el auge del PSOE y los separatistas.  Y  25 días antes del golpe de 23-f, Suárez dimitía para evitar,  en sus palabras  “que el sistema democrático de convivencia  sea, una vez más, un paréntesis en la historia de España”. Aparte de su ignorancia manifiesta  de dicha historia, la explicación es una confesión involuntaria: él era precisamente el grave obstáculo a la continuidad democrática. De otro modo tenía que haberla defendido frente a  “ataque irracional y sistemático” que achacaba a sus  rivales. En La transición de cristal he expuesto tales “detalles”, invisibles en la mayoría de las historias de la transición.

c) Fue la gravedad de la herencia de Suárez lo que motivó el intento político de sustituirla mediante un “golpe de timón” (Tarradellas) que diera lugar a un amplio gobierno de concentración capaz de afrontar la crisis del país. Resultó en el golpe chapucero  el 23-f, que estuvo cerca de empeorarlo todo, y salvado finalmente a base de mentiras.  Algo relativamente positivo en él fue que los separatistas cobraran cierto temor saludable al ejército y amainase un tanto su continua provocación, por un tiempo. Y  el recurso a policías expertos  procedentes del franquismo permitió disminuir  sensiblemente los atentados, aunque  continuarían, gracias a la “salida política” con que se quería tratar a la ETA, hasta el último periodo de Aznar. Lo he tratado en Los nacionalismos vasco y catalán en la guerra civil, el franquismo y la democracia

d) Pero el frustrado golpe originó un cambio de mayor transcendencia histórica: el sucesor de Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo, definió un nuevo concepto de “democratización” mediante la satelización del país, metiendo a España en la OTAN y prometiendo abrir la verja de Gibraltar. Ambas cosas, nunca analizadas en su decisivo significado,  las consolidaría el PSOE. Parece que la casta política decidió que democracia e independencia de España eran incompatibles, y se arrogó el  papel de agente de intereses extranjeros.

Más allá de los análisis generales surge la cuestión del ínfimo nivel cultural, intelectual y político de los dirigentes españoles. Torcuato Fernández Miranda orientó los primeros pasos de  la transición, apoyada en la legitimidad y los impresionantes logros del franquismo, que pronto comenzaron a dilapidar Suárez y Juan Carlos (dos personajes muy parecidos en su frivolidad e incultura). Todos los jefes de gobierno desde entonces han sido por un estilo: Azaña los llamaría “botarates y loquinarios”, que han llevado al país a la crítica situación actual de democracia fallida, casi de estado fallido. ¿De dónde sale esa gente? Parece que de la universidad, que visiblemente está a su nivel. He aquí un problema de difícil  y no rápida solución.

Sobre algunos entresijos del embrollo escribí hace diez años:  Pío Moa – El 23-F en perspectiva – Libertad Digital

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La vana cabalgada

Cabalgaste lejos, nadie te siguió / hasta un desfiladero entre rocas descomunales/ y árboles sombríos, bajo una luz lechosa/ Aterrado, gritaste desde la montura: / “¿Quién soy yo? ¿Por qué he llegado aquí?” / Te respondió la inanidad del eco / y el silbido burlón de un viento  gélido.

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Mientras crecían las amenazas contra España, Europa se hallaba en ruinas, y ello iba a influir en el desarrollo de los acontecimientos. De Yalta a Potsdam, en pocos meses, la situación había cambiado para el régimen, sin que muchos se dieran cuenta.173 – España en una Europa en ruinas – YouTube

 

 

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Lenguas regionales / Ah, la libertad / Torturadores y filósofos / Solitarios

 Mientras crecían las amenazas contra España, Europa se hallaba en ruinas, y ello iba a influir en el desarrollo de los acontecimientos. De Yalta a Potsdam, en pocos meses, la situación había cambiado para el régimen, sin que muchos se dieran cuenta.173 – España en una Europa en ruinas – YouTube

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Crónica Lenguas regionales

**Vascos y españoles siempre fueron y se sintieron españoles, hasta que unos orates convencieron a los más bobos de ser una raza superior, y su lengua regional contraria al español común.

**”Gallego, vascuence y catalán son estimables lenguas regionales españolas. Pero ustedes pretenden oponerlas al español común, con el que no pueden compararse en densidad cultural y proyección internacional. Es como oponer un bonito apartamento en la playa a un palacio”.

**Un valenciano separatista me decía que antes que español, él preferiría hablar inglés (lo hablaba bastante mal) “Usted puede preferir lo que le dé la gana, pero el inglés siempre será lengua extranjera en Valencia. El español, no”.

**Los separatistas dicen defender la lengua regional. La defienden contaminándola de falsedad, rencor, despotismo  y tontería. No han creado en esas lenguas una sola obra de valor. Con tales defensores, esas lenguas no precisan atacantes.

**La cultura catalana, o vasca, o gallega, en  español común es mucho más importante y valiosa que en cada lengua  regional.

**Lo diré de otro modo: el español no es extranjero en Cataluña ni en ninguna región. Aunque de origen castellano, todas las regiones han contribuido a su formación y evolución. Atacar el español es atacar la identidad y los intereses de cada región.

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Ah, libertad…

¿Hombre libre? Jajá, qué gracioso / Áspera y peligrosa es la libertad / en perpetuo  choque con el capricho ajeno /¡y con el propio!/ En riesgo continuo por las consecuencias./ Todos la invocan / y en fin de cuentas  solo soportan / algún remedo de ella.

Por Que El Frente Popular Perdio La Guerra CivilLos Mitos Del Franquismo (Historia)

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Torturadores y filósofos

Fleming entiende que, más allá de que los contextos históricos sean poco comprensibles para el lector de hoy,  El cero y el infinito, aborda temas perennes, y es lo que la convierte en una gran novela. Uno de ellos es el del conflicto entre medios y fines, que no ha dejado descansar a la mente humana, por muchos que haya querido tranquilizarse definiéndose por  una posición u otra. En un momento, el interrogador Ivánof expone al preso protagonista, Rubashof:  “Solo existen dos concepciones de la ética y están en polos opuestos. Una es  cristiana y humana, declara sacrosanto al individuo y afirma que las reglas de la aritmética no se aplican a las unidades humanas.  La otra se funda en el principio de que el fin colectivo justifica todos los medios  y no solo permite, sino que exige que el individuo se subordine y sacrifique en todos los aspectos a la comunidad, la cual puede disponer de él como de  cobaya chivos expiatorio. La primera concepción podría llamarse moralidad antivivisección,  la segunda moralidad de vivisección”.

Que un chekista se dedique a filosofar con alguien condenado a muerte por anticipado, en lugar de torturarlo hasta destrozarlo física y anímicamente,  es una idea extraña, aunque no imposible en algunos casos. Recuerdo que en el secuestro de Oriol le hicimos llegar el relato de Menájem Beguin (líder del grupo Irgún) sobre los interrogatorios que sufrió por la policía soviética debido a su activismo sionista, y que le llevaron al Gulag. Tampoco aquí hubo torturas, y sí una insistencia en consideraciones político-filosóficas para convencerle de que el sionismo era una aberración reaccionaria, o algo por el estilo. Queríamos convencer a Oriol de la superioridad moral del comunismo, pues la tortura solo la utilizaban los “fascistas” de la policía de Franco. La realidad era bien distinta, como sabemos por las sádicas torturas del SIM, las chekas y la policía soviética en la guerra de España. Pero parece que en algunos casos las cosas iban por ahí: los bolcheviques juzgados  en el Gran Terror no mostraban signos de torturas físicas. Por otra parte la nómica de torturadores intelectualizados debía de ser escasa. 

Citaré las palabras de Beguin: “Al oír estas palabras, el rostro del ruso se puso colorado y palideció después. Dejó de ser el cortés oficial, cerró los puños y gritó: “¡Déjese de tonterías, estúpido abogado! ¿Cómo se atreve a citar la Constitución de Stalin? Se está comportando como aquel perro rabioso, aquel enemigo de la Humanidad, aquel espía internacional llamado Bujarin. Habla exactamente igual que el traidor Bujarin, que solía citar a Marx y a Engels para probar que tenía razón. Pero es inútil. Stalin nos enseñó que que las lecciones de Marx y de Engels constituyen una unidad y no pueden citarse prescindiendo del contexto –lanzó una carcajada burlona– Al parecer, ha surgido un nuevo genio en Vilna, que trata de convencerme con un artículo tomado de la Constitución” (…) Desde luego, tenía razón en un aspecto. Las citas fuera de su contexto se emplean a menudo para engañar. Le repliqué que aunque la Constitución sea una unidad, hay cláusulas que  expresan una idea completa, independientemente de las otras cláusulas (…) Mi argumento no produjo el más ligero efecto. El hombre insistió en su comparación con el “espía internacional Bujarin”.

“Cuando advertí la vehemencia con que este discípulo de la revolución comunista hablaba del famoso autor del ABC del Comunismo, empecé a comprender muchas cosas que me habían intrigado. Comprendí cómo Bujarin y otros como él se habían visto forzados a confesar que eran espías y enemigos de la sociedad soviética.

“Todos hemos leído que los rusos empleaban drogas misteriosas para hipnotizar a sus presos y hacerles bailar al son impuesto por sus carceleros. Pero llegué a la conclusión de que todo eso es pura fantasía. Entonces, ¿qué? ¿Cómo lo hacen? ¿Por presión física? ¿A base de palos? Sólo  puedo decir que durante todo el tiempo de mis interrogatorios, no levantaron un dedo contra mí, a pesar de que era un importante criminal político“.

Las conclusiones de Beguin son interesantes, no las mencionaré ahora, pero lo que interesa aquí es la disyuntiva ética que plantea Ivánof, porque en ella se encuentra probablemente la clave de la conducta de los acusados.

europa: introduccion a su historia-pio moa-9788490608449

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Intelectuales solitarios

Sobre tu última observación sobre las élites o minorías selectas, su dispersión en España, en relación con los comentarios de ayer motivados por  tu novela “Cuatro perros verdes”, me ha recordado el tratamiento de los filósofos españoles del siglo XX por Fernández  de la Mor. Para él, los cinco más importantes eran, por orden de importancia, Zubiri, Amor Ruibal, Ortega, D´Ors y Morente:  “Cinco solitarios por su independencia de escuelas, por su autodidactismo y por la peculiaridad de sus posiciones afirmativas. Pero solitarios también porque, salvo Ortega, los demás fueron incomprendidos por sus contemporáneos y combatidos tanto por sus adversarios como por sus afines. Amor Ruibal y Zubiri fueron dos clérigos recibidos sospechosamente por sus correligionarios y despectivamente marginados por los agnósticos. D´Ors fue silenciado por sus coterráneos catalanes y relegado por la izquierda intelectual de todo el país. Y los suyos no le entendieron o lo minusvaloraron so pretexto de su esteticismo y su extravagancia.  Y Morente corrió la suerte de todos los conversos: resentimiento de los unos y recelo de los otros. Excepto en el caso de Ortega, que conoció en vida un éxito solo comparable al de Feijoo, los otros cuatro, que nacieron independientes, fueron, además, aislados por su circunstancia”.  (Filósofos españoles del siglo XX, 1987) Me pareció sugestivo, porque Ortega era el que más insistía en la ausencia de “minoría selectas”, a pesar de su éxito” (J. R. T) 

 

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“No gusta al lector español” / El cero y el infinito / Democracia “plena” y violencia

“No gusta al lector español…”

Sr. Moa, he leído su última novela. Le daré mi opinión: es demasiado buena para el lector español. Me extrañaría mucho que consiguiera vender usted más de dos o tres mil ejemplares, es más, estoy  seguro que muchos que la hayan leído la considerarán un pestiño y hasta se habrán sentido estafados por la publicidad. Digo que es buena porque aunque resulte amena, puesto que hay relatos muy amenos y sin el menor valor, no es superficial y es muy problemática. Eso no gusta al lector español. Lo que busca es simplemente divertirse sin  molestarse en pensar en nada, a no ser que lo que lee le confirme en sus prejuicios. Siente odio a pensar (eso sí es delito). No tiene usted más que ver la sociedad actual: pura filfa, alegría fiestera tonta o cabreos igual de tontos, y a su literatura, a su cultura más difundida solo se la puede definir con un adjetivo: pedestre. Circulan vídeos por ahí de encuestas en la calle a jóvenes haciéndoles preguntas elementalísimas de cultura básica: la mayoría no tiene ni idea, pero fíjese en cómo reaccionan: se ríen como bobos de su propia ignorancia y demuestran no tener el más mínimo interés por superarla.  Yo tengo dos hijos ya mayores, uno casado. Se han educado, es un decir, conforme a los métodos pedagógicos actuales. Hablan pasablemente el  inglés y dominan, desde luego, las técnicas  de internet, móviles y demás, uno ha ido a un instituto y otro a un colegio concertado: en ninguno de ellos les han educado lo más mínimo. Propiamente  les han aburrido y quitado el interés  tanto por la literatura como por  la historia y por  cualquier cosa que implique “comerse el coco” o aplazar sus pequeños deseos y caprichos. No es culpa suya, todo lo que no sea técnico se enseña del modo más pelmazo posible, parece que lo hicieran aposta. He querido luchar contra el ambiente, y  algo habré logrado con ellos, pero resulta casi imposible. Tampoco quiero hablar mal  de los jóvenes, porque  sus padres, los de mi generación, no son diferentes en su inmensa mayoría. Su novela me ha entusiasmado y por mí le desearía el mayor éxito,  pero sinceramente opino que es totalmente discordante en el panorama español. Lamentablemente (...) Hay algo más:  conozco a bastantes personas, hasta algún amigo gente de su edad, que ha vivido aquellos tiempos, y hablando con ellos saco la impresión de que su memoria de su juventud se hubiera borrado, de que no les  despertara ninguna emoción, y esta impresión la he sacado también de los que verdaderamente “corrieron delante de los grises”, como se decía, y que por lo que veo en su novela fueron bien pocos. Si están tan poco orgullosos de aquella juventud suya, y demuestran tan poco interés por ella, ya sabe lo que se puede esperar de los  jóvenes de ahora. Para los cuales  lo que no sea lo que tienen ante las narices en su propio momento, por el móvil o el ordenata,  no existe, lisa y llanamente (…) Rodrigo M. Pérez.

Lo que achaca usted al público español creo que puede aplicarse al público europeo: ¡hemos entrado en Europa! Aunque aquí  es peor, más trivial. Pero también aquí hay minorías más cultas e interesadas, solo que llegar a ellas exigiría que los medios y los suplementos culturales tuvieran un nivel que no tienen. A la derecha, con excepciones que confirman la regla, le ha interesado mucho el dinero, pero no  la cultura, esta la ha dejado muy a gusto a la izquierda, y la cultura de izquierda en España siempre fue muy tosca y sectaria. Desde luego, mis libros disfrutan desde hace muchos años de boicot en los medios, más incluso  en los de derecha que en los de izquierda, con excepciones secundarias.  Por muchas razones, entre ellas la anterior crisis, y ahora la actual, junto con el boicot mencionado, las grandes tiradas de los primeros diez años de siglo se han esfumado. De hecho, yo creía que vender 2.000 ejemplares de Cuatro perros verdes ya sería un éxito..., que aún no se ha alcanzado. O sea, que ha sido usted bastante optimista. También es verdad que en España nunca tuvieron arraigo las novelas digamos filosóficas, tan tradicionales en Francia, Alemania  y otros países. Digo filosóficas, no ideológicas, porque desde hace muchos decenios la literatura y el cine están casi monopolizados por la izquierda, con sus característicos esquemas simplotes y “progres”. No sé si Cuatro perros verdes podría llamarse  novela filosófica, que suelen ser también de tesis. Creo que no, aunque aborde temas filosóficos. Igual que expone un trasfondo histórico sin ser una  novela histórica…  Yo creo que sería ideal para un debate literario y sobre cómo fue aquella época, pero ocurre como con los libros de historia: se trata precisamente de impedir cualquier debate serio. También me parece usted algo injusto al hablar del público y la sociedad en general. El problema está en la baja calidad, la tosquedad del ambiente cultural que, como el político, parece gobernado por unas antiélites, si entendemos por élites las “minorías selectas” de que hablaba Ortega. Existen minorías mejores, pero dispersas y sin la cohesión necesaria, elementos sueltos que no llegan a conformar un ambiente. Pero son temas interesantes a discutir: ¿desde cuándo es así? ¿O ha sido así siempre?

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El cero y el infinito

De las cuatro obras ampliamente analizadas por Fleming, la más filosófica y hacia la que mayor simpatía muestra el autor es la de Koestler, Darkness at noon, traducida en España, de su título en francés, como El cero y el infinito. La considera, junto con otros muchos críticos, una de las diez novelas más importantes del siglo XX. Fleming es consciente, sin embargo, de que el trasfondo cultural-histórico de la novela (las grandes purgas stalinianas de los viejos bolcheviques, la propia mística comunista, la guerra de España…) suenan muy lejanas, extrañas, poco comprensibles  y poco interesantes al lector de hoy, especialmente después de la caída del muro de Berlín. Tampoco las cuatro novelas pueden despertar hoy el apasionamiento que suscitaron al publicarse, cuando por una parte ecomenzaba la guerra fría, y por otra era casi un tabú la crítica a la URSS,  el gran aliado que tanto había sufrido en la lucha común contra Hitler. 

   De por sí, el problema principal , entre filosófico y psicológico, de la obra, deriva del hecho estupefaciente de que los viejos líderes bolcheviques confesaran en público, con asistencia internacional, los crímenes más asombrosos e incluso contradictorios,  e incluso pidieran la muerte para sí mismos. Hay una forma de explicarlo: Stalin había declarado el socialismo en un solo país, a la vista de los fracasos revolucionarios, sobre todo  en Alemania. Una política coherente con la situación a que se había llegado en el mundo,  y también coherente con los principios marxistas… solo que otros marxistas también podían entenderlo como renuncia al “internacionalismo proletario”, al espíritu profundo del marxismo. Es fácil entender que los viejos bolcheviques fueran reluctantes a la visión de Stalin, y que este decidiera liquidarlos, máxime cuando ya se planteaba una próxima gran guerra europea, en la que la cuestión clave sería si esta empezaba entre Alemania y la URSS o entre Alemania y las democracias francesa e inglesa como buscaba Stalin. Los crímenes de que se acusaba a aquellos viejos revolucionarios radicaban precisamente en una supuesta complicidad con la Gestapo y con Trotski, este ciertamente  más internacionalista que Stalin. Acusaciones inverosímiles, pero que  no dejaban de entrañar una lógica brutal.

   La cuestión, o una de las cuestiones, era, sin embargo, cómo aquellos revolucionarios, el estado mayor de Lenin, racionalistas materialistas consumados y expertos en la dialéctica, tanto filosófica como argumental, aceptaban semejantes cargos,  declaraban la justicia de Stalin y algunos hasta morían glorificándole. Este hecho pasmoso, realmente enigmático,  quizá sin precedentes históricos, ha hecho fluir ríos de tinta e intentos de comprensión, y puede entenderse la novela de Koestler como un intento de hacer comprensible filosófica, psicológica y políticamente, lo incomprensible.  Quizá no lo consiga, pero el planteamiento es necesario: atañe por una parte a la concepción revolucionaria en su faceta utópica, y por otra a la misma condición humana, susceptible de derivar por tales derroteros.

   Fleming muestra mucha menos simpatía por la obra siguiente, Out of the night, traducido como La noche quedó atrás, de  Jan Valtin, seudónimo del marinero alemán y agente de la Komintern Richard Krebs, al cual y a su novela trata con cierto desagrado,  en contraste con “la rica vida” de Koestler,  “plurilingüe polígrafo cuya amplia producción literaria incluye el periodismo, la ficción la especulación política y filosófica, la divulgación científica y la más notable autobiografía  de su época”.  Particularmente, leí El cero y el infinito cuando tenía catorce años, me impresionó, pero creo que no saqué nada preciso de ella (a esa edad es difícil). En cambio la de Valtin, leída con dieciocho o diecinueve años,  me produjo una verdadera conmoción emocional y, paradójicamente, no contra el comunismo. Así que intentaré explicarme en otra ocasión. 

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Crónica. Democracia “plena” y violencia

**Las elecciones catalanas han resultado muy bien: los separatistas han perdido 600.000 votos, el PP y C´s se han hundido, y por primera vez en 40 años aparece allí un partido demócrata y firme defensor de España. El único dato realmente malo es que el PSOE haya conseguido engañar de nuevo a tantos votantes.

**Dice Villarejo, y es muy creíble, que PP, PSOE y Podemos le enviaron emisarios  a la cárcel para pactar su silencio. La “democracia plena”.

**Se opone Feijoo a sacar al PP de su sede en un número trece. O es un completo irresponsable o pretende acabar de hundir al PP por interés personal.

**El Doctor ha dicho que “en una democracia plena no es justificable la violencia”. Los analistas lo han interpretado como una regañina al Coletas. Es lo contrario: los dos socios saben muy bien que España no es una democracia  porque quedan en ella muchos restos del franquismo (empezando por la monarquía). Lo que impide que las bandas del Doctor y del Coletas dominen del todo al país, como sería en una democracia “plena”. Por  tanto, la violencia está plenamente justificada.

**Critica el PP a Marlasca por no condenar “sin medias tintas” la violencia. ¿Por qué había de condenarla? ¿No rescataron Zapatero y Rajoy a la ETA porque consideraron sus crímenes una forma premiable de hacer política? ¿O fue por otra razón?

**La Robles (“memoria histórica”) advierte al Coletas que “la complicidad con la violencia no cabe en la democracia”. En la democracia no, pero en esta democracia “plena” es lo más habitual.

**Don Pablo el del Máster y don Pedro el del Doctorado, de acuerdo para mangonear entre los dos el CGPJ, como tradicionalmente. ¿Excluyen al Coletas? ¿Pero acaso el Doctor no es políticamente lo mismo que el Coletas?

**Anuncian una serie o película con la frase: “Nada es tan frágil como la verdad”. Para que luego digan que nuestros artistas no son profundos.

**”La gran estafa de las apl. de citas: “Cada vez ligamos menos y sobre todo peor”. El feminismo vuelve a las mujeres más despreciables para los hombres. Debiera ser sabido. 

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Vacas sagradas / ¿Sociedad-guardería? / Teoría y práctica

 Crónica: Vacas sagradas

**Ruegan al Doctor que cese al Coletas por sus violencias verbales, proetarras, etc.  No se les ocurre que el Doctor, como Zapatero o Rajoy han sido los mayores auxiliares de la ETA, no verbales sino en hechos. Pero esto es perfectamente democrático, parece ser.

** No creo que sea bueno que C´s y PP se unan. Creo que C´s podría desarrollarse como una izquierda civilizada, y que el PP debería disolverse. Pero si se unen probablemente se hundan juntos.

**Es lícito y casi obligado injuriar, calumniar y denigrar,  pongamos, a Franco, a la Iglesia, a España en general…  Pero los dictadores de nuestros sentimientos han decidido que homosexuales, abortistas, lgtbi, feministas, islamistas… son vacas sagradas. Por ley quieren mandarte a la cárcel, delito de odio, si osas faltarles al respeto. ¿Hasta cuándo esta ola de estupidez y canallería?

**El término “tiorra” lo inventó Unamuno para describir a las señoras desgreñadas,  gritonas y amenazantes que solían descollar en las manifestaciones del Frente Popular. Hoy están permanentemente en cargos políticos y no son desgreñadas, cuidan mucho su apariencia, pero no mejoran a aquellas. En Usa, según observo en un vídeo, son ellas las más agresivas y  amenazantes contra Trump, al que asesinarían a gusto, en sus propias palabras

**Dice don Pablo el del Máster que se entiende muy bien con don Pedro el del Doctorado. Es natural, ¿no?

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Cuatro perros verdes

“Cuatro estudiantes, amigos pero de carácter muy diverso,  discuten y bromean en una taberna, al amanecer, sobre el sentido de la vida. Es el año 1967, en pleno franquismo desarrollista, que algunos sienten  plomizo, agobiante y sin salida: “un día igual a otro y otro…”. La discusión, de apariencia intranscendente, va a marcar las peripecias de los cuatro a lo largo de una jornada que no será igual para ninguno”.

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 ¿Es posible una sociedad-guardería?

Vamos a aceptar que es así, que la sociedad tiende a infantilizarse. Pero, insisto, aun en ese caso tendrás que reconocer que es porque quiere, porque a la mayoría les gusta y les divierte, y lo pagan con  su dinero. Después de todo, a nadie le gusta dar vueltas  a los lados angustiosos de la vida, y quienes hacen eso pueden terminar muy neuróticos.

Infantilizarse quiere decir dos cosas: rehuir la responsabilidad  y buscar una autoridad protectora, paternal o maternal que resuelva la vida. De acuerdo en que ese es el deseo de mucha gente, quizá la mayoría, pero resulta imposible. La abundancia de bienes y mercancías a disposición vendría a ser un sucedáneo del hogar protector, pero la autoridad deseada que dicte nuestro comportamiento correcto, aunque sea “afectuosamente”, no existe. La sociedad no es un hogar ni  quienes hacen las leyes son nuestros padres o madres, ni garantizan siquiera la seguridad de ese ambiente de abundancia. Una sociedad-guardería es un deseo imposible, pues el hombre es contradictorio: puede aceptar las ventajas de la seguridad, pero se rebelará ante el dictado de otros que no son y a quienes no considera más que a sí mismo. La sociedad guardería acabaría en rebelión general, se destruiría ella misma.

No tienes en cuenta otra cosa: el desarrollo de la psicología científica. Esta permitirá, está permitiendo ya, controlar las reacciones humanas, evitando hacerlas destructivas. La violencia puede descargarse de manera virtual, mediante juegos de ordenador, por ejemplo, y lo mismo los impulsos sexuales, por medio de la pornografía, de fantasías. Todo eso puede refinarse en gran medida. Cuando la necesidad de alimentarse, en amplio la pobreza, apenas es ya apremiante, dada la abundancia material,  la sexualidad, que es más complicada y puede dar lugar a conflicto generalizado, como temía Freud,  puede ser manipulada y encauzada de esa o de otras maneras para evitarlo.  Cuando hablamos de las posibilidades de la ciencia y la  técnica para satisfacer los deseos humanos, debemos tener cuenta también sus posibilidades para definir, manejar y encauzar esos mismos deseos.

Algo de ese problema subyace en mis dos novelas de la trilogía, si te fijas.

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Teoría y práctica en las ideologías

En su interesante ensayo The anticommunist manifestos. Four books that shaped de cold war, el critico literario useño John V. Fleming hace esta llamativa insinuación: “En el plano de la abstracción, el conflicto entre  visiones sociales y políticas rivales nunca fue resuelto y probablemente nunca lo será”.  Se refiere a la rivalidad entre las ideologías demoliberal y marxista enfrentadas en la guerra fría. Pero añade: “En el plano de la práctica, sin embargo, resultó una victoria decisiva para el anticomunismo”. El libro estudia cuatro “manifiestos anticomunistas” centrados en esa práctica y debidos a otros tantos ex comunistas destacados: Arthur Koestler (El cero y el infinito)  Jan Valtin (La noche quedó atrás)  Victor Kravchenko (Yo escogí la libertad) y Whittaker Chambers (Testigo) Fleming explica con detalle los avatares de la recepción de estos libros y la enorme controversia política que desataron y su profunda incidencia política. Los cuatro se centran en explicar la realidad de la política soviética, vivida intensamente por todos ellos, y no del aspecto “abstracto”, es decir, teórico.

Quizá sea cierto que si comparamos “en abstracto” una ideología con otra, no lleguemos  a conclusión firme a favor de una u otra. En mi libro sobre Europa he expuesto en líneas generales las críticas mutuas entre liberalismo, marxismo y  fascismo en su versión hitleriana. Y, en efecto, lo que podemos sacar en conclusión es que, pese a inspirarse todas en la razón, o en una concepción casi mística de ella (la Razón),  las tres (y otras)  conducen a ideas opuestas en lo que se refiere a sus concepciones y proyectos para el hombre y la civilización.  ¿Alguna de ellas es más auténtica, más congruente con la Razón? Imposible decidirlo. Tampoco el recurso a la práctica es determinante,  porque la misma puede enfocarse de distintas maneras y  queda  la cuestión del tiempo: quién sabe, como señalaba con cierto temor Schumpeter, si el marxismo no renacerá de sus cenizas, dado su poder inspirador.

Por eso, en cierto modo, cuando me distancié del comunismo me puse a investigarlo no comparándolo con otras ideologías, sino a partir de sus propios  elementos, que según mi análisis resultaron incoherentes o contradictorios entre sí. Elegí una teoría que, mejor que otras de Marx, explicaba no solo la forma de la explotación capitalista, sino también la dinámica por la que esa explotación resultaría finalmente autodestructiva. Esto era muy importante, puesto que podría exponerse el mecanismo de dicha explotación, pero no encontrar una manera de superarla. Visto en perspectiva, mi ensayo tiene algún error  inducido por propios errores de Marx, y requeriría hoy un examen más amplio. Pero la conclusión creo que sigue siendo valida: quizá el capitalismo sea autodestructivo, pero el marxismo sin duda lo es, y no solo por lo que sabemos que ha ocurrido –la implosión de la URSS– y que podría no ser determinante a largo plazo. Pero el marxismo no puede funcionar, no porque sea teóricamente inferior al liberalismo (o al anarquismo, o al nazismo), sino porque los conceptos de base en que funda su desarrollo teórico son contradictorios entre sí.  Las ideologías adoran a la Razón, pero no acaban de cumplir las exigencias de la razón.

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Cumpleaños

Cumpleaños, uno menos /de los que quiera darte la fortuna/ ¿Cuántos quedan? ¿Cómo serán? / ¡Guarda el destino, celoso, su secreto! /Mira atrás: ¡te has afanado en tantas cosas  / en el año ya finado!/ Vuelven ellas a tu memoria,/ mutiladas, confusas / corroídas por el ácido del tiempo, / apenas discernibles, como masa de algodón/  ¿Adónde han ido esos afanes? / ¿Y por qué te han ocupado el ánimo? / ¿Podrás saberlo de verdad? / Tratarás de explicártelo y te embrollarás tú solo.

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Un negocio criminal

Conforme pasaban los meses después de la conferencia de Yalta, las amenazas de invasión de España se hacían más y más perentorias, introduciendo fisuras en el propio régimen franquista. Al crearse la ONU  con la idea de establecer la paz perpetua, soviéticos, democracias y tiranías varias deciden que la España vencedora de la guerra civil no debía tener lugar en el nuevo orden mundial: 172 – La invasión. Las amenazas se agravan (2) | Vox, lo único que cuenta en Cataluña – YouTube

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El negocio del crimen

Llevamos más de veinte años de campaña sistemática, convertida en negocio  subvencionado con dinero público, en torno a las “fosas y cunetas del franquismo” (no hay ningún muerto en las cunetas, como por lo demás dicta el sentido común). En la wiki nos “informan” de que “los estudios académicos más recientes estiman en 130.199 (fíjense en la precisión)  las víctimas de la represión franquista durante la guerra”. Y según “un auto de la Audiencia Nacional de 16 de octubre de 2008, el número de desaparecidos enterrados en fosas comunes  sumaría 114. 266, a los que “estudios” más recientes añadirían otros hasta  los 143.353”.  Otro “informe” apunta a que el número de fosas “encontradas” sería de 2.600;  antes daban una cifra algo inferior, poco más de 2.000. Esto daría una media de entre 50 y 70 individuos por fosa. Estos supuestos datos los recoge un reciente y lujoso tomo de  Mamoria democrática. Fosas y exhumaciones. Las exhumaciones de la Guerra Civil y la dictadura franquista 2000-2019. estado actual y recomendaciones de futuro, octubre de 2020 editado por el gobierno con gran lujo de verborrea seudojurídica y seudohistoriográfica, pomposas  declaraciones de la ONU y la UE, etc., para impresionar a los incautos.

Sin duda  no lo pensaron bien al inventar tales “datos”, que ya  de entrada dejan en evidencia el fraude. En los 20 años últimos, dice el gobierno, han excavado 804 fosas con un total de 9.700 restos humanos, lo que da una media, no de 50-70 personas por fosa, sino de  11, y eso teniendo en cuenta una fosa supuesta de 2. 840 en Málaga, descontando la cual serían 7,7%. Con estas medias –y no existe ninguna otra pretendida estimación–, y suponiendo las 2.000-2.600 fosas, el total no pasaría 22.-26.000, incluso miles menos. ¿De dónde salen entonces  esos 143.353? De la pura invención propagandística sumada al deseo de explotar indefinidamente el negocio.  Quizá  por eso , la “memoria” citada explica que  el número de fosas  “podría” elevarse al doble, lo que no mejoraría gran cosa los imaginarios totales: pasarían a entre 14 y 20, muy lejos de los 50-70 supuestos por los chapuceros comerciantes de la memoria.  Por otra parte, hasta 2014  el número de restos exhumados no pasaba de 1.328, se ve que en los últimos seis años el número se ha multiplicado por siete, nada menos, pese a corresponder en gran parte al gobierno del PP, que según los memoriadores ha quitado subvenciones y puesto trabas al negocio.

   Vayamos ahora cómo llegan a los  supuestos 9.700 y a las supuestas 800 fosas. Si uno se fija un poco en el detalle de los lugares, resulta que como “víctimas del franquismo” se incluyen  a víctimas del Frente popular y sus fosas, como en el pozo de Camuñas, así como restos de combatientes caídos en combate o trasladados al Valle de los Caídos.  En cuanto al coloreado mapa de las fosas, es tan imaginario como todo lo demás. Así, por ejemplo, incluye la  de Órgiva, en Granada, la cual merece un breve comentario porque ilustra muy bien sobre todo lo que es este negocio criminal. En Órgiva,  en noviembre de 2003, se encontró la gran fosa añorada por los memoriadores para compararla con las matanzas de Paracuellos. El País hablaba con gran despliegue de 5.000 fusilados, hombres mujeres y niños, otros rebajaban la cifra a la mitad, memoriadores universitarios o “académicos” hacían estimaciones, los políticos reivindicaban la “dignidad” de las víctimas, y hasta salió algún supuesto testigo presencial de las matanzas. Luego, el examen forense aclaró que los huesos eran de perros y cabras, noticia que dio El País en una gacetilla  casi invisible en una página par. El efecto propagandístico quedaba conseguido. Importa mucho citar el caso por lo revelador de una técnica de siembre de odios.

En otras palabras, se trata, repito,  de un negocio infame explotando la memoria de los muertos, algo típico de pícaros sin escrúpulos que casualmente se identifican con el frente popular, es decir con los que pretendían disgregar España o sovietizarla. Es obvio que un “informe” hecho por tales personajes necesitaría un contrainforme independiente, que no se ha abordado, sea por el trabajo exigido, por  falta de subvenciones o desánimo ante la vileza de los medios de masas actuales, o por simple indolencia típica de la derecha. Dato clave es que  el negocio lo ha tomado a pecho el actual gobierno del partido más corrupto del país, dirigido por un falso doctor, y en el que la ex  ministra de justicia y actual jefa de fiscales ha sido compinche de las actividades delictivas del comisario Villarejo y es “pareja sentimental” de un juez delincuente y comprometido a fondo en la falsificación de la historia. Obvios delincuentes comunes al frente de la empresa.

  En relación con los fusilados (después de juicio) en el franquismo, pronto saldrá el estudio de historiografía seria y no propagandística de Miguel Platón, basado en los archivos al respecto, que ningún memoriador se había molestado en investigar. Muy lejos de las cifras de la izquierda, que solían oscilar entre los 80.000 y 200.000,  en total ascienden a unos 14.000. Y, todos ellos por crímenes de sangre muy a menudo espantosamente sádicos incluyendo cientos de quemados vivos. ¡Los antifascistas! 

 Es necesario que el público conozca estos manejos y a los manejantes. Invito a mis lectores a difundir lo más ampliamente posible este texto, pues deben entender que tienen un deber moral de contrarrestar esta asombrosa campaña de falsificación histórica, en la que se basan leyes totalitarias y el actual socavamiento de la democracia y el golpismo en marcha.

Por Que El Frente Popular Perdio La Guerra CivilLa Segunda República Española: Nacimiento, evolución y destrucción de un régimen 1931-1936Los Mitos Del Franquismo (Historia)

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