Recuperar Gibraltar, clave necesaria para una España independiente

Alfonso II el Casto es una figura clave en la historia de España: superó la amenaza inminente de aniquilación de Oviedo, normalizó la reivindicación del reino hispanogótico y creó el Camino de Santiago: https://www.youtube.com/watch?v=XZWpeMfoHwA&t=228s

La Reconquista Y España

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-Inglaterra es muy consciente de que sus intereses no son los de España. Por eso retiene la colonia piratesca  de Gibraltar. Los gobiernos PP y PSOE creen que la posición de España como lacaya de Londres les conviene.

 -Inglaterra defiende sus intereses (Gibraltar). La casta política española defiende también sus intereses: los de Inglaterra.

-Gibraltar ha sido desde el principio un factor de corrupción de la política española: pronunciamientos en el siglo XIX, apoyo a separatismos, chantaje, contrabandos, operaciones opacas..

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Pensemos en este dato: España  soporta una colonia extranjera , y no en un punto cualquiera de su territorio, sino en el mismo centro de su eje defensivo Baleares-Gibraltar-Canarias, orientado hacia el norte de África bajo el supuesto de que no tenemos enemigo real en el resto de Europa. Ahora bien, ese punto clave de nuestra defensa estratégica está en manos de una potencia extranjera cuyos intereses al respecto difieren por completo de los nuestros. Marruecos es  nuestro único enemigo potencial –en principio–, con su amenaza permanente sobre Ceuta y Melilla y sus ambiciones nunca  olvidadas sobre Al Ándalus. La diversidad de intereses queda de relieve, entre otras cosas, en el hecho de que Ceuta y Melilla no estén cubiertas por la OTAN, lo que indica un designio a largo o medio plazo.

No debe olvidarse que Inglaterra está fuertemente respaldada por Usa, y entre las dos forman el cerebro y la columna vertebral de la OTAN, comparten información reservada que no difunden a otros países, etc.   Su interés fundamental en Gibraltar consiste en el control del estrecho, una larga tradición. Por allí pasan al año cientos de miles de barcos, mercantes y militares, submarinos, etc.  Se dice que  ese control no puede quedar en manos de España porque esta no es un país fiable, ya que así como carece de verdadera política exterior, su política interior puede dar cualquier bandazo. Y, en efecto, así es. Ahora bien, tampoco son fiables para nosotros Usa e Inglaterra, y la mera invasión de nuestro territorio pone de relieve la imposibilidad de una amistad.  Además, ni el canal de Suez ni el del Bósforo y Dardanelos están controlados por una colonia militar impuesta por Inglaterra o Usa, como tampoco otros estrechos de gran valor estratégico y comercial. Es decir, España acepta lo que no toleran países como Egipto o Turquía. Ello aparte, hoy puede controlarse aceptablemente el tráfico mundial por satélite. Este dato pone de relieve otra dimensión del problema.

europa: introduccion a su historia-pio moa-9788490608449

Así, esta  invasión de España tiene un sentido más amplio y simbólico:  constituye un insulto y una amenaza permanentes, con la advertencia de que su colaboración con las potencias anglosajonas debe ser la del lacayo con el amo. A la OTAN le interesa una España débil y manejable, y es llamativa su coincidencia de intereses en este sentido  con Marruecos, el islamismo en general y los separatismos. Y si echamos un poco la vista atrás, veremos que tanto el PP como el PSOE han sido los agentes de esa satelización de España, que va más allá de lo político y militar para entrar en el terreno cultural más decisivo a la larga.  Ciertamente la coincidencia OTAN-islamismo-separatismos es parcial: la situación geoestratégica de  España resulta demasiado valiosa para llevar su debilitamiento hasta la fragmentación del país y guerras o graves disturbios civiles, cosa que sí conviene en cambio a islamistas y separatistas. Pero la posibilidad de chantaje con estos últimos para que España acepte su posición de satélite de Inglaterra e indirectamente de Usa,  no precisa mayor comentario.

   Para que España pueda sentirse segura, Gibraltar debe serle reintegrada, y este debe ser un punto clave en la política española. Solo a partir de ahí puede haber una colaboración que no sea la del lacayo con el amo. Una colaboración de acuerdo con los intereses de España, que pasan claramente por una neutralidad no hostil y en favor de la paz, principalmente en África. Y esa situación ideal exige por una parte la liquidación del sistema de partidos creado en la transición, sistema hoy en profunda crisis; y por otra  el surgimiento de una alternativa para los principales problemas del país y el de Gibraltar en lugar destacado.

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Sonaron gritos y golpes a la puerta (Novela Historica(la Esfera)) de [Moa, Pío]

–Creo que la potencia de una idea se manifiesta en su capacidad de generar cultura. Y hoy la derecha es totalmente incapaz de hacerlo. La Falange, por ejemplo,  dio lugar a una serie de poetas, escritores diversos, algún desarrollo del pensamiento de José Antonio, algunos pintores, o a la maravilla del Valle de los Caídos. Pero eso fue hace muchos años. Hoy casi toda la cultura tiene el sello de la izquierda. Es un sello falso o falsario, pero en contra no hay casi nada. Pasa como con la política: unos no necesitan pensar porque ya tienen todas las claves: masonería y sionismo. Otros tampoco necesitan pensar: ya lo hizo Zapatero por ellos. Ni siquiera son capaces de apreciar y fomentar lo poco nuevo que sale aquí y allá.

 

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Malhechores (IV)… pero el obrero es reacio a dejarse emancipar por el PSOE.

https://www.youtube.com/watch?v=6dIY59etZL8&t=198s

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Así pues, la misión del PSOE como partido marxista consistía en emancipar a la clase obrera, tarea que coincidía con la imposición del poder e ideas del partido.  Ello podría lograrse por medios pacíficos (propaganda  y agitación) y violentos, fuera combinándolos o pasando una etapa más o menos larga y fundamentalmente pacífica, para atraer a suficiente número de obreros, para pasar luego a la violencia revolucionaria abierta que derrocaría al capitalismo.

    Para ello se enfrentaba, como dijimos, con varios problemas: la masa obrera, aunque estaba concentrada en varias ciudades decisivas,  no era lo bastante numerosa en un país mayoritariamente rural. Además, pese a la degradación de los barrios y la escasa práctica religiosa, la gran mayoría seguía considerándose católica y, por supuesto, española, con un sentimiento nacional más o menos acentuado, pero muy real, y eso no podía eliminarse de la noche a la mañana. El llamado anticlericalismo, propiamente anticatolicismo, era asunto más bien de republicanos “pequeñoburgueses” liberales radicalizados; y romper esas barreras exigiría mucho tiempo y dedicación.  Entre los obreros había muchos analfabetos, lo que no era un problema demasiado grave, pues bastantes de ellos sabían leer y leían, para sí y para sus compañeros,  la prensa. Pero incluso los más ilustrados encontraban abstrusas y poco interesantes las tiradas sobre la naturaleza del capitalismo, la plusvalía, la proletarización de las capas medias y la miseria creciente, así como sobre  los “intereses históricos” del proletariado. Estaban interesados en mejoras concretas y su actitud teórica hacia los problemas sociales recordaba más bien a un catolicismo sentimental: “los pobres y los ricos” o más propiamente “los injustamente  pobres y los injustamente  ricos”. “Educar” al proletariado contra semejante mentalidad no sería tarea fácil ni rápida.

Nueva historia de España: de la II guerra púnica al siglo XXI (Bolsillo (la Esfera))

   Un problema añadido consistía en la disputa con los anarquistas por hacerse con la clientela proletaria. Los anarquistas tenían sus propias teorías sobre cómo emancipar al pueblo aniquilando de golpe toda clase de poder, denunciaban la “dictadura proletaria” como un poder aún más dañino que el burgués, eran aún más radicales que los marxistas en el uso de la provocación,  la mentira o el asesinato y, consecuentes con sus premisas, creían eficaz el atentado terrorista mediante sociedades secretas, mientras que los marxistas se pronunciaban por movimientos de masas que, sin descartar el asesinato y en su caso el terror “plebeyo” (en frase de Marx), solo los consideraban como  práctica accesoria.  Pese a esa diferencia, eran los anarquistas quienes llevaban ventaja sobre  el PSOE en cuanto a influencia en medios obreros, aunque esa influencia fuera en los dos casos harto restringida. A lo largo de esta historia hasta finales de los años 30 del siglo XX, la rivalidad entre ambas corrientes motivaría tanto alianzas como persecuciones a tiros,  asesinatos y hasta dos guerra civiles dentro de la guerra de 1936.

   Estas realidades las exponía a su modo el  doctrinario socialista J. J. Morato (fallecería en Moscú en 1938), en El Partido Socialista Obrero (pp. 102 y ss) : “Nace el Partido en un país de formas de producción casi medievales, donde aún no se creó un capitalismo fuerte y emprendedor, donde casi no existe una burguesía, donde esta no es dueña, sino condueña, del Poder político”, por lo cual el PSOE se desarrollable “en un ambiente hostil, tanto que durante muchos años ha de comparársele con una planta de estufa” Según este autor, todo en torno a los primeros socialistas era “ausencia general de costumbres cívicas; menosprecio de los derechos, indiferencia hacia los negocios públicos, incultura, versatilidad, ligereza, barbarie, servilismo”. Como puede verse, los socialistas no aspiraban a solucionar esos problemas y atrasos, sino que dejaban la labor a la llamada burguesía… para después decapitarla.

   Por otra parte las impresiones de Morato reflejan muy mal la realidad histórica. Tras la invasión napoleónica había tomado forma en  España una triple oposición entre carlistas tradicionalistas y liberales, y dentro de estos, entre moderados y exaltados. Antes, España había sido durante tres siglos quizá el país internamente más estable de Europa, pero el resultado de las divisiones causadas por dicha invasión serían varias guerras civiles, ganadas por los liberales, y una larga serie de pronunciamientos militares de unos liberales contra otros. 

   Se suele identificar a los liberales con la burguesía, por lo que el XIX habría sido en España un siglo liberal y burgués, con fuerte influencia inglesa y francesa. De hecho, se habían ido desarrollando las instituciones capitalistas como la Bolsa, la banca e industrias no despreciables, aunque muy localizadas. Visto en conjunto, el resultado no había sido tan “medieval” o “bárbaro”  como supone Maroto (y con él una muy larga tradición de análisis más o menos marxistas). Según los estudios de Angus Maddison, España había ido superando las devastaciones de la invasión francesa, y en el plano económico estaba en situación mejor que la mayoría de los países europeos, aunque a distancia de las tres o cuatro potencias de cabeza. Claro que políticamente el balance había sido peor: el país había perdido su imperio y bajado de una de las primeras potencias a un puesto de tercera o cuarta fila, mediatizada por los intereses ingleses y franceses y sin verdadera política exterior independiente. 

    Por otra parte, Maroto encontraba que “los partidos republicanos eran fuertes y pletóricos de hombres verdaderamente ilustres y superiores”. Es difícil creer que Maroto hablara en serio después de la experiencia semidemente de la I República, pero no es incongruente pensar que aquellos meses caóticos fueran valorados  en el PSOE como un modelo que podría conducir a la “dictadura del proletariado”, es decir, del propio PSOE.

   En su I Congreso, celebrado nueve años después de su fundación en Barcelona, el PSOE proclamó: “La actitud del Partido Socialista Obrero con los partidos burgueses, llámense como se llamen, no puede ni debe ser conciliadora ni benévola, sino de guerra constante y ruda”. Otros  analistas han explicado el largo período de inanidad política del partido, hasta 1909, por esa actitud excesivamente sectaria, que no disimulaba sus fines ni le permitía alianzas con partidos que de un modo u otro pudieran ayudarle a avanzar, en especial los republicanos u otros “avanzados”, como recomendaba el Manifiesto Comunista

 Durante bastante años el PSOE no pasó de tener  un número insignificante de afiliados, entre unas docenas y unos centenares con altibajos, con influencia política casi nula y que en algunos momentos  casi podía darse por desaparecido. Sin embargo las cosas iban a mejorar para ese partido, como para los coetáneos separatismo y al anarquismo, a raíz del “Desastre” de 1898.

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Gracias al tremendo esfuerzo de nuestros antepasados en la Reconquista existe España y no un Al Ándalus integrado culturalmente en el Magreb. Sin embargo la mayoría de los españoles sabe muy poco, y a menudo muy equivocado, sobre  ella

La Reconquista Y España
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–¿Diría ud que en el franquismo se vivía mejor?

–Hombre, no había ordenadores… Pero se consumía menos droga (casi ninguna) o alcohol… Hoy España va en cabeza de Europa en cocaína, porros ansiolíticos y botellón, creo. El progreso no se detiene https://www.amazon.es/Adi%C3%B3s-tiempo-Recuerdos-sueltos-relatos-ebook/dp/B075L82G5B …

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Asociación de malhechores (III): el PSOE se lanza a emancipar al obrero…

Los mitos del franquismo (Historia) de [Moa, Pío]
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Con motivo del centenario de su fundación, el PSOE diseñó su campaña electoral de marzo de 1979 con el lema “Cien años de honradez y firmeza”. Probablemente nunca se diseñó un lema moralmente tan despectivo de la realidad histórica, un verdadero alarde de picaresca… ni  publicitariamente tan efectivo. Porque lo que la sociedad demandaba después de dos años nada brillantes de UCD era precisamente eso, honradez y firmeza. No le ganó las elecciones por razones que veremos en su momento, pero dejó al PSOE definitivamente como partido de poder alternativo. Y para aumentar la ilusión, en septiembre del mismo año abandonó o hizo como que abandonaba, el marxismo, una rémora electoral clara, de lo que también hablaremos.  Pero antes de llegar ahí nos queda mucho tiempo por recorrer, y debemos empezar por la ideología del partido y sus efectos.

   Por el tiempo de su fundación, en España se había superado la época de las guerras civiles y pronunciamientos que habían caracterizado la historia política del país desde la invasión napoleónica hasta desembocar en una I República increíblemente caótica, regida por charlatanes y orates. El régimen liberal de la Restauración había traído de vuelta a los Borbones y el país comenzaba a estabilizarse y prosperar, si bien modestamente.

   Por entonces se iban formando en España núcleos muy reducidos de anarquistas y marxistas, sobre todo en los centros fabriles de Barcelona, en zonas agrarias muy oprimidas de Andalucía, o en Madrid. En Barcelona, Andalucía y Levante irían ganando terreno las agitaciones anarquistas, mientras que en Madrid, Asturias y Bilbao predominarían los marxistas, es decir, el PSOE. Cierta historiografía incide en el escaso nivel intelectual del marxismo del PSOE, pero se trata de un asunto menor, teniendo esa doctrina, además, varias interpretaciones. Pero el núcleo de ella era bien captado: la historia se entendía partiendo de la economía como una lucha de clases  entre explotadores y explotados. Esa larguísima y triste evolución estaba próxima a su fin debido a que el capitalismo desarrollaba las “fuerzas productivas” hasta el punto de hacer posible la riqueza generalizada… solo que al mismo tiempo despojaba de sus beneficios al explotado y oprimido proletariado, el verdadero creador de la riqueza. Este, por primera vez en la historia humana, tenía la oportunidad revolucionaria de asegurar la riqueza general derrocando a los explotadores burgueses. Y no tenía más remedio que derrocarlos porque la dinámica del capitalismo conducía inevitablemente a explotar y empobrecer más y más a los trabajadores, de modo que estos terminarían por rebelarse, orientados por partidos marxistas. El marxismo es ciertamente una doctrina de la guerra civil, a desatar cuando hubieran madurado las “condiciones objetivas”.

Luego, una etapa de “dictadura del proletariado” erradicaría los restos de actitudes, ideas y moral “burguesas”, hasta que el propio estado, concebido como poder de la clase dominante, se volviera innecesario.

   No vamos a entrar aquí en la discusión de las teorías marxistas, aunque cabe señalar que algunos de sus teóricos empezaban a vislumbrar en países bastante industrializados como Alemania,  que la situación de los obreros no empeoraba, sino que mejoraba mediante reformas, haciendo improbable la necesidad de una revolución. Lo mismo ocurría en Inglaterra, donde las leyes atenuaban lenta pero progresivamente las condiciones del trabajo, terribles en la primera etapa de la Revolución industrial. Quizá el mundo soñado de riqueza e igualdad, podría alcanzarse entonces sin la violencia de una revolución sangrienta, como venía a suponer Marx.

    La mayor parte de Europa, excluyendo acaso a Inglaterra y Bélgica, era más agraria que industrial, pero en Alemania y Francia la industria crecía con rapidez. En España, fábricas de cierto nivel solo había en Barcelona y Bilbao: allí explotaban mano de obra barata llegada del campo y aprovechaban un proteccionismo que limitaba su ya escaso ímpetu innovador. No obstante, en los años siguientes la industria iría expandiéndose y las condiciones de trabajo también irían mejorando.

   El marxismo, aparte de su análisis histórico y de sus profecías supuestamente científicas,  implicaba una visión del mundo etiquetada como “materialista”, que negaba al cristianismo, afirmaba la inexistencia de la divinidad y atacaba las bases de todas las religiones conocidas. Aunque se la ha acusado de resultar una nueva religión con el proletariado como divinidad recuperadora del paraíso, con sus ritos, organizaciones típicas, etc. Como fuere, el marxismo se proclamaba ateo militante y enemigo radical del cristianismo. Consideraba la religión una manifestación de la impotencia e ignorancia humana al servicio de los opresores,  que debía desaparecer paulatinamente por efecto de la ciencia y del poder político. Lo cual enfrentaba al PSOE con la tradición y la masa de los españoles, prácticamente todos bautizados, creyentes con más o menos nivel intelectual, practicantes en su mayoría. Socavar, denigrar y golpear a la Iglesia sería una de las tareas más importantes del PSOE

   Otro elemento doctrinal suponía que los obreros no tenían sentimientos patrióticos, sino que solo sentían la explotación sufrida y el ansia de un mundo de igualdad. Las patrias, las naciones, eran solo construcciones de los capitalistas para asegurarse un mercado protegido. Por consiguiente la idea de España era enfocada como un elemento más de atraso al servicio de la burguesía y la reacción, y el patriotismo debía ser sustituido por el “internacionalismo proletario”. Y esas concepciones orientaban la propaganda y la acción del PSOE.

   Otra clave del marxismo consistía en negar la existencia de normas morales de valor general. Los valores tenidos por fundamentales y eternos, como la libertad, la verdad o la justicia, no pasaban de expresar los intereses de la clase explotadora: moral burguesa o capitalista, simplemente. Por tanto, al luchar contra la explotación esos valores se desvanecerían, dando paso a otros que reflejarían el esfuerzo y los intereses revolucionarios. En este punto no suele repararse, pero es crucial para entender las “hazañas” del PSOE (y de muchos partidos semejantes). En su lucha pretendidamente emancipadora, los revolucionarios no deben aceptar otro principio que la utilidad y eficacia de sus acciones, incluyendo robos, extorsiones, mentiras, fraudes y asesinatos y finalmente guerra civil. Cuanto contribuya a fortalecerle y a debilitar a los “burgueses”, sería por tanto “moral”, y erróneas cualesquiera concepciones éticas que debilitaran la lucha o causaran derrotas.. “Bueno y malo” quedaban sustituidos por “útil y erróneo”. No es que consciente y deliberadamente los marxistas adoptasen estas concepciones éticas, sino que las mismas derivaban de modo inevitable de sus principios generales.

   No se entenderá, por tanto, al PSOE, sin tener en cuenta las bases de su ideología. Había decidido emancipar a los obreros y por medio de ellos a la sociedad,  mediante la guerra civil, para acabar con la explotación, la religión, el patriotismo y la moral “eterna”. En cierto modo paradójico no dejaron de ser “honrados”. Por eso los que argumentan que en definitiva los socialistas son tan humanos como cualesquiera otros (lo cual es verdad) deben atender a su ideología para comprender cómo, por ella, el PSOE ha producido más ladrones y asesinos, terroristas y cómplices del terrorismo, de los separatismos, etc.,  que cualquier otro partido en el siglo XX y lo que va de este.

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Una Iglesia enferma en una democracia fallida

Que el designio de profanar la tumba de quien salvó a la Iglesia y la cultura cristiana del exterminio, no despierte una ola de indignación desde el papa al último católico, revela una Iglesia enferma en una sociedad enferma.

Que el plan de atacar las libertades de opinión, expresión e investigación so pretexto de “apología del franquismo”, no despierte la furia de periodistas, intelectuales y universitarios, revela una cultura inane, enferma, en una democracia fallida.

Que un gobierno se proponga públicamente ultrajar la tumba de quien salvó la cultura cristiana del exterminio y al país de la disgregación, y aplastar las libertades más elementales, revela que se trata de un gobierno de macarras con vocación de chekistas.

En breve: tras la muerte de Franco, y contra quienes se consideraban herederos del criminal Frente Popular, el pueblo votó una democratización de la ley a la ley, desde el franquismo y no contra el franquismo. Todavía la gente recordaba lo que se había jugado en la guerra civil, la evitación de la guerra mundial para España, la prosperidad y la casi desaparición de los odios republicanos, etc. Los enemigos de aquel régimen, básicamente comunistas, etarras, separatistas y socialistas, han necesitado mucho tiempo para socavar la herencia del franquismo borrar la memoria de la gente mediante una falsificación sistemática, y ahora se sienten ya capaces de cualquier fechoría. Cada generación tiene sus propios desafíos, y el de esta consiste en destruir a los destructores de España y de la democracia.

    En frase de Julián Marías, es preciso que no pensemos  en lo que va a pasar, sino en lo que podemos hacer.

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Los problemas de la Reconquista: https://www.religionenlibertad.com/cultura/48522802/Pio-Moa-ALa-Iglesia-apoyo-la-Reconquista-como-lucha-contra-el-islam-no-como-designio-politicoA.html

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Una sociedad seriamente enferma en una democracia fallida

Que el designio de profanar la tumba de quien salvó a la Iglesia y la cultura cristiana del exterminio, no despierte una ola de indignación desde el papa al último católico, revela una Iglesia enferma en una sociedad enferma.

Que el plan de atacar las libertades de opinión, expresión e investigación so pretexto de “apología del franquismo”, no despierte la furia de periodistas, intelectuales y universitarios, revela una cultura inane, enferma, en una democracia fallida.

Que un gobierno se proponga públicamente ultrajar la tumba de quien salvó la cultura cristiana del exterminio y al país de la disgregación, y aplastar las libertades más elementales, revela que se trata de un gobierno de macarras con vocación de chekistas.

En breve: tras la muerte de Franco, y contra quienes se consideraban herederos del criminal Frente Popular, el pueblo votó una democratización de la ley a la ley, desde el franquismo y no contra el franquismo. Todavía la gente recordaba lo que se había jugado en la guerra civil, la evitación de la guerra mundial para España, la prosperidad y la casi desaparición de los odios republicanos, etc. Los enemigos de aquel régimen, básicamente comunistas, etarras, separatistas y socialistas, han necesitado mucho tiempo para socavar la herencia del franquismo borrar la memoria de la gente mediante una falsificación sistemática, y ahora se sienten ya capaces de cualquier fechoría. Cada generación tiene sus propios desafíos, y el de esta consiste en destruir a los destructores de España y de la democracia.

    En frase de Julián Marías, es preciso que no pensemos  en lo que va a pasar, sino en lo que podemos hacer.

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Los problemas de la Reconquista: https://www.religionenlibertad.com/cultura/48522802/Pio-Moa-ALa-Iglesia-apoyo-la-Reconquista-como-lucha-contra-el-islam-no-como-designio-politicoA.html

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El PSOE como asociación de malhechores (II). “Al servicio de los trabajadores”.

Ahora más que nunca es imprescindible conocer lo que fue en realidad el franquismo y contrastarlo con lo que fue y es en realidad el PSOE:

Los Mitos Del Franquismo (Bolsillo)

P.  Pero no puede ud negar que el PSOE ha defendido siempre los intereses de los trabajadores frente a la explotación y los abusos del capital… ¿O va a decir que esas cosas no existieron o no existen?

–Eso requiere también abandonar la palabrería y atender a  los hechos.  Solo con Primo de Rivera adoptó el PSOE una actitud constructiva y beneficiosa para los trabajadores. En la república el resultado de sus huelgas demagógicas y sus violencias fue de un millón de parados, y el paro en aquel tiempo podía ser muy dramático. En los dos años de colaboración ministerial, por ejemplo, el número de los muertos por hambre duplicó ampliamente los de la dictadura de Primo de Rivera y volvió a niveles de cuarenta años antes. Parece que el desempleo masivo es la contribución del PSOE a “los intereses de los trabajadores”. Felipe González dejó un paro de tres millones, y Zapatero de cinco millones. En cambio en el franquismo hubo prácticamente pleno empleo, es más, el pluriempleo estaba muy extendido. Hubo emigración por los mejores salarios entonces en Alemania y otros países, no por falta de trabajo aquí. Sin embargo, según la doctrina de estos malhechores, el franquismo hundía en la miseria a los obreros.

 P. Pero insisto en que, en general, el PSOE luchaba contra los abusos y la explotación, muy reales.

–Quizá deberíamos decir mejor que el PSOE  ha explotado la denuncia de esos abusos para obtener un poder que siempre fue maléfico.  Abusos y explotación, lo mismo que crímenes o corrupción, se dan en todas las sociedades y bajo todos los regímenes. Son manifestaciones de la condición humana. Lo importante es el grado en que se producen. No es lo mismo un abuso bastante generalizado que un abuso ocasional, una ciudad llena de violencia que otra en que es escasa, una corrupción extendida que una corrupción limitada. Pero, precisamente, el PSOE presenta demagógicamente los casos de explotación como generalizados y característicos, dando a entender que tiene el remedio absoluto. Un remedio que suele ser peor que la enfermedad. Esas demagogias atraen por una parte a intelectuales seudoidealistas que se creen llamados a remediar los males de la humanidad, y por otra a los sectores sociales más embrutecidos. No tiene ud más que recordar los crímenes realmente sádicos y viciosos cometidos en la guerra civil por socialistas, anarquistas y otros.  Por los “milicianos sudorosos” y violadores cuyo recuerdo tanto excita sexualmente a alguna escritora progre, no sé si socialista, en cualquier caso próxima. Y  ahora mismo  solo tiene que mirar las redes sociales para ver la brutalidad, el odio gratuito y el lenguaje soez y amenazante que acompaña a las gentes influidas por las propagandas del PSOE, de los separatistas, proetarras, etc. La guerra civil  nació de tales ambientes creados sistemáticamente por las propagandas “en defensa de los trabajadores y contra la explotación”. Y el PSOE no ha aprendido nada de la historia.

P. No obstante, debe reconocer que en el PSOE ha militado gente que sentía una indignación genuina ante los atrasos del país, y que ha contribuido a superarlos. Usted mismo fue en otros tiempos comunista radical

–Vuelvo a remitirle a los hechos. ¿Cuál es el balance de la actuación histórica del PSOE? Políticamente siempre ha ido con los disgregadores de España, con los separatistas y con los terroristas. El mismo PSOE tiene su propio historial terrorista. Provocó la guerra civil y asesinó a mansalva. Otro punto clave ha sido la apertura de la verja de Gibraltar, anulando la victoria diplomática de España en la ONU y convirtiendo la colonia en un emporio corruptor… ¿Todo esto lo ha hecho para servir los intereses de los trabajadores, de los oprimidos? Siempre ha sido un partido antiespañol,  ya lo explicó Julián Marías: tiene un concepto negativo de la historia de España. Y, añado yo,  alucinadamente positivo de sí mismo, siendo un partido intelectual y moralmente deleznable.  Y esto es grave, porque España es la base de la democracia y no al revés. El balance económico no ha sido mejor: paro, abusos, corrupción  y demagogia, al tiempo que impotencia para destruir un sistema económico que, según su doctrina, causa todos los males.

Y con lo de la indignación genuina volvemos al principio: claro que hay gente en el PSOE que se ha tragado todas sus teorías sinceramente, aunque muchos otros son perfectos hipócritas. Porque, en fin, el marxismo es una doctrina muy consistente cuando se aceptan sus premisas básicas: que la historia es la historia de la explotación del hombre por el hombre y de la lucha de clases derivada. Y por eso vamos a empezar por examinar la ideología del PSOE, una ideología que tiene esa capacidad de transformar en auténticos delincuentes a personas en otro sentido corrientes y normales. Lo que pretende ahora en relación con el Valle de los Caídos es un auténtico acto de guerra, propio de una mente criminal.  Y ya que menciona mi caso, le diré que mi evolución se debe a un largo proceso de investigación y reflexión, es decir, a algo que nunca ha hecho el PSOE con su aparente renuncia al marxismo para adoptar otras ideologías intelectualmente ridículas pero con el mismo fin destructivo. Y que por eso cultiva el renacer de los odios del pasado, de un espíritu guerracivilista que nunca le abandonó, salvo cuando las circunstancias le impusieron una moderación aparente.

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Análisis muy interesante de Arnaud Imatz  sobre “el mayo del 68″ y sus efectos, en Razón Española.

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Las discusiones bizantinas sobre la existencia de Don Pelayo y Covadonga: https://www.youtube.com/watch?v=6dIY59etZL8

 

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