Helena / Rebelión cívica y 18 de julio/ “Crimen de Estado” / Primo y los historiadores

¿Fueron los años 40 como los han pintado historiadores charlatanes? Una hora con la historia: https://www.youtube.com/watch?v=DKdf61bw_TU  

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Dos frases de Helena

Respondiendo a Príamo sobre los héroes aqueos, Helena se trata a sí misma de perra y desvergonzada por haberse dejado seducir por Paris (Alejandro) –a quien ha llegado a despreciar–,  ocasionando con ello la guerra. Y añade, “si es que  todo no ha sido un sueño”. El tema del sueño y la realidad lo recoge Shakespeare: “Somos de la sustancia de los sueños, y nuestra pequeña vida concluirá con un sueño”. No se entiende bien traducido así en español, que no diferencian palabras entre sueño físico (sleep), que aquí equivale a muerte, y sueño mental (dream), aunque el término “ensueño” pueda servir para este. Y Calderón escribe  “la vida es sueño”. Seguramente habrá en la literatura otros ejemplos.

En apariencia distinguimos muy bien entre ensueño y  realidad,  pero la diferencia puede no estar tan clara. El ensueño transcurre en la inconsciencia del sueño, pero la vida real es también en gran parte inconsciente, y  está movida además por ensueños en el sentido de ilusiones o de deseos ilusorios, tan a menudo irreales. Una frase estúpida de moda invita a “que no te roben tus sueños”. Shakespeare lo explica de otro modo. Al igual que, al despertar, descartamos los ensueños como irrealidades,  todo lo que somos y hacemos se disolverá en la nada, como si no hubiera existido. Helena piensa en lo que ha hecho como una pesadilla de la que quisiera poder despertar.

En otro momento Helena, hablando con Héctor, a quien admira por su hombría en contraste con Paris, vuelve a acusarse para concluir  “Zeus nos dio mala suerte (a Paris y a ella), para que sirvamos a los venideros de tema para sus cantos”. Esta frase suena a  ironía: al parecer, Zeus tenía interés en entretener a las generaciones siguientes con las desgracias de los dos personajes;  pero puede interpretarse como la justicia de Zeus, que ha elegido a ambos como advertencia general, de las consecuencias funestas de las malas elecciones.  Siempre está la dualidad del destino (la voluntad de los dioses, aunque los mismos dioses estuvieran sujetos al destino: Ananké, la necesidad y Crono o Chrono,  el tiempo), que escapa a las decisiones humanas, siendo  estas, por otra parte,  inevitables. Helena se siente responsable de sus actos y se acusa de ellos,  y por otra parte se siente  sujeta a una voluntad exterior que la sobrepasa. Algo así como el problema eterno de la libertad y la predestinación.

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La Segunda Guerra Mundial: Y el fin de la Era Europea (HISTORIA)

Rebelión cívica y 18 de julio.

En 2002 Aznar, el gran conseguidor de los separatismos, condenó el alzamiento de 1936  contra la disgregación y sovietización de España. Con ello dio impulso a PSOE y separatistas para rehacer las causas  de la  guerra civil. Impulso llegado hoy a una situación crítica. Ahora Aznar llama a la rebelión cívica contra esa situación. Pretende, además, que sea su nefasto partido el que encabece la  rebelión. Pero el PP comparte con el PSOE y los separatistas el 80 o 90% de su ideología, desde la 2030 a la antifranquista que intenta revertir el referéndum de 1976. Si el PP logra gobernar, solo se podrá ganar tiempo, porque su orientación general será inevitablemente la misma que la del PSOE. Recuérdese cómo la rebelión cívica ante el rescate de la ETA por Zapatero fue reducida a la nada cuando Rajoy logró  ponerse al frente de ella

Al condenar el 18 de julio, Aznar –el PP en general– exhibió su completa inanidad intelectual y ausencia de cultura o de preocupación por el pasado. Creyó que sacrificar la realidad histórica a conveniencias oportunistas del momento carecía de importancia, había que “mirar al futuro”.  Al fondo de todo ello yace la sustitución de la idea  de España por la de “Europa”, una Europa antifranquista porque tuvo que soportar el desafío de un régimen español mucho más independiente que ella. Una Europa sobre la que el PP, como el resto de los partidos, solo tiene cuatro ideas  vagas, unas tópicas y otras falsas. Pero España es una densa realidad  histórica, mientras que esa Europa es solo un proyecto incierto que, además, marcha en  sentido contrario a su herencia cultural. Proyecto en el que España se disolvería en la falsificación generalizada de su historia. Proyecto en el que las necias oligarquías españolas no tienen ni tendrían nada que decir. Paralelo con el Vaticano II: en él tampoco la Iglesia española contó para nada relevante.  

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Crimen de estado

**Digo que la historiografía española, en general, es extremadamente provinciana: muy europeísta casi toda ella, e incapaz de un estudio o ensayo independiente sobre Europa (hay alguno que otro, a mi juicio bastante mediocre, como el de Ortega o el de Díez del Corral). He aportado el concepto de Edad Europea, obviamente discutible y desarrollable, si surge una generación de historiadores más seria que la actual.

**Me cuentan la anécdota de un camionero alemán afincado en Argentina, que se sorprendía: “Paso a Paraguay y hablan español, a Perú, y siguen hablando español, llego a Méjico y lo mismo… Esto no pasa en Europa”. Obviamente, no sabía nada de historia.

**”Gritos contra el doctor en la Fashion Week de Madrid”. La Fashion Week. De Madrid. 

**Hay dos cosas en las que el PSOE ha demostrado siempre ser maestro: en mentir y en robar. El PP es maestro solo en una: en imitar al PSOE.

**Como explica muy documentadamente  José Ramón Ferrandis en su libro Crimen de Estado, el “cambio climático” es una estafa masiva, realmente criminal. El problema es: ¿quiénes son,  cómo han llegado a tener tanta influencia, y qué persiguen esos ideólogos y políticos con su cultivo premeditado de la histeria? Sobre esto hace también bastante luz Ferrandis, que mantiene “Un blog reaccionario”. Pues hay que reaccionar.

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Primo de Rivera y los historiadores

Leo algunas consideraciones de historiadores sobre Primo de Rivera. Ninguno señala lo esencial: que tomó el poder en unos momentos (1923) de disolución del régimen de la Restauración y  que curó los cuatro cánceres que lo estaban matando: el terrorismo anarquista, los separatismos que emprendían una acción unida contra la nación, un PSOE recientemente golpista (1917) lanzado a una demagogia desbocada, y las consecuencias de la derrota de Annual. Estas realidades clave las he expuesto en mi libro Una historia chocante. En lugar de centrarse en el balance de aquellos seis años y pico, los historiadores, en general, prefieren dar vueltas a los tejemanejes legales, a si el rey estaba de acuerdo o no,  si Primo era más o menos ingenuo políticamente, si era populista o fascista, etc.  Sorprendente, ¿verdad? En realidad, el dictador comprendió lo que no entendían los políticos y siguen sin entender la mayoría de los historiadores: que el régimen de la Restauración estaba acabado, y que era preciso pasar a otro más democrático con  dos partidos fundamentales: uno de derecha, Unión Patriótica, y otro de izquierda,  el PSOE, que sorprendentemente se había civilizado bajo su dictadura. El proyecto fracasó porque la “clase política” era de una inutilidad suicida: expulsó a Primo de Rivera y creyó que podía volver a los  viejos líos de los “politicastros”. El resultado sabido fue una II República perfectamente demencial desde el comienzo, y finalmente la guerra civil. 

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¿Rectificará el PP? / Castilla y España / Gibraltar intelectual /

Una hora con la Historia: relato y análisis. Todas las explicaciones que los teóricos políticos han dado del franquismo tienen alguna falla importante: https://youtu.be/dPGehMEDXsk

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¿Rectificará el PP?

Ante la situación crítica a la que está llegando España,  varios jefes del PP, Aznar, Feijóo  y otros, presionados por la amenaza de VOX para sus votos, muestran cierta radicalidad frente a la amnistía a Puchimón. Esa amnistía concentra, pero en cierto modo encubre un golpismo mucho más vaso, en cuya génesis tiene el PP grave responsabilidad. ¿Habrá rectificación? El PP coincide con el PSOE en las leyes antidemocráticas y anticonstitucionales de memoria chekista y de género, en el antifranquismo, en las leyes trans, en el apoyo y financiación a los separatismos, en la entrega de soberanía a lo que llaman “Europa”, en la agenda 2030, y  en mucho más. Son coincidencias de fondo, no de ocasión, trabajadas durante muchos años, que reflejan la intención profunda del PP, no simples políticas dictadas por circunstancias pasajeras. Olvidarlo puede generar expectativas infundadas y  peligrosas.

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Castilla y España

. “Castilla hizo a España y la deshizo”, vino a decir Ortega, replicado por Sánchez Albornoz con otra ocurrencia: “Castilla hizo a España y España deshizo a Castilla”. Frases de tono pomposo y determinante,  pero en las que solo hay aire.  Castilla nació rebelándose contra el impulso reunificador de León, aunque su posición le permitió tomar después la vanguardia en la Reconquista (negada por Ortega, con igual simpleza). Fue la reunificación de Castilla y León (incluidas en esta Galicia y Asturias)  el gran paso, no para “hacer” España, sino para rehacerla. Pues la Reconquista, se hizo sobre la legitimidad de la España de Leovigildo y Recaredo. Lo que se fue imponiendo por la península fue la hegemonía cultural y lingüística de Castilla (aunque Salamanca estaba en el reino de León y la tumba de Santiago en Galicia). La Reconquista, más tradicionalmente llamada Restauración, fue un fenómeno muy  complejo, en el que no solo Castilla, sino también Asturias, Galicia y la corona de Aragón desempeñaron papeles cruciales. Y todo este proceso pudo muy bien haber concluido en una dispersión de reinos y estados, al modo de Italia, de no haber existido  el precedente del reino hispanogodo

La Reconquista Y España (Historia)

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**Que el ejército español tiene carácter de cipayo, por imposición de los políticos, me parece una evidencia imposible de negar. Y también que en muchos mandos se ha infiltrado un espíritu de “orgullo cipayo”. Muestra repulsiva de la satelización política y cultural del país.

**Parece que Pancho I de la Pampa quiere sustituir a la conferencia episcopal española, tildada de “ultraconservadora”. Un Conferencia que ha asistido en silencio cómplice a la tremendamente simbólica profanación de la tumba de quien salvó a la Iglesia del exterminio. ¿Qué vendrá ahora? Una Conferencia directamente inspirada en Bartolomé de las Casas, como el propio Pancho?

**A un anciano que se defendió de cuatro peligrosos atracadores, matando a uno de ellos, le quieren meter en la cárcel. La anécdota pasa a categoría. En España los delincuentes hacen la ley desde hace largos  años. No solo leyes como las de memoria o de género, o referidas a los  okupas. El PSOE fue siempre un  partido delincuente, y el PP su seguidor.

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Gibraltar intelectual

 En Galería de charlatanes puede percibirse la intensa influencia de la historiografía inglesa sobre la española. Quizá el mejor ejemplo sea el de R. Carr, bajo cuya dirección,   señala Fusi, trabajamos (…) sus discípulos: Romero Maura, José Varela Ortega, Shlomo Ben Ami, yo mismo, Paul Preston, Leandro Prados, Antonio Gómez Mendoza(…) y Charles Powell.  En mi libro de crítica señalo precisamente las concepciones generales de Carr sobre España, un tanto pintorescas, o sobre la guerra civil, comunistas y socialistas. En cuanto a Powell, baste recordar que dirige nada menos que el Real Instituto Elcano, dedicado a inspirar la política exterior española, no hace falta decir en qué sentido. Pero las influencias historiográficas inglesas, con fuerte incidencia política,  son mucho más vastas, y no hace falta explayarse en ellas (cito ahora, por ejemplo: Ilustrando a una señorita charlatana e ignorante / Índice de “Por qué el Frente Popular perdió la guerra” | Más España y más democracia (piomoa.es ) La razón de este “gibraltar” es doble: el provincianismo  ante una historiografía inglesa ciertamente superior a la española, y a la que se procura remedar. Como la colonización cultural en general: Anglolandia produce una cultura muy superior en cantidad y calidad a la hispana, pero su influjo apabullante no enriquece la nuestra, sino que la esteriliza. Y no es fácil salir de ahí.  

 

 

 

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Nuevas elecciones / Usurpación de la democracia / Gibraltar intelectual

Nuevas elecciones

La situación política excluye radicalmente la investidura del doctor, pues supondría el suicidio de la democracia y de la misma España. Si Feijóo no fuera investido, la salida debe ser una repetición de las elecciones. El rey debe ahí desempeñar el mismo papel que cuando el butifarréndum  pero a un nivel muy superior. Si no se atreviera a ello, se haría inevitablemente colaborador de la brutal fechoría,  y sus días como rey estarían contados. Ahora mismo, él  es la última esperanza de una democracia y vulnerada por todos lados, antes de dar lugar a una situación en la que no puede excluirse la violencia, incluso la guerra civil. No olvidemos que la guerra del 36 fue provocada precisamente por el PSOE aliado con separatistas y comunistas. 

La investidura de Feijóo no sería una solución más que momentánea, que permitiría ganar tiempo, pues las concepciones del PP son casi exactamente las del PSOE: leyes totalitarias, impulso a los separatismos, agenda 2030, etc. Pero al menos permitirían ralentizar el proceso actual y ganar algún tiempo para el fortalecimiento de la única alternativa que se vislumbra, es decir, VOX. Probablemente un gobierno PP no llegaría a los dos años.

Forzar nuevas elecciones es un riesgo, pero es preciso correrlo. Hay quien dice que entonces las izquierdas y los separatistas se pondrían como fieras. Creo que  tal cosa sería buena, pues mostraría a  los ciudadanos más idiotizados la radicalidad de la situación a la que nos han conducido entre el PSOE y el PP. 

https://www.youtube.com/watch?v=zS_hO8cium4

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La Segunda Guerra Mundial: Y el fin de la Era Europea (HISTORIA)

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La usurpación de la democracia

No solo la república, la guerra civil y el franquismo han sido y siguen siendo sistemáticamente falsificados, sino que también se viene distorsionando profundamente la  etapa democrática, empezando por la transición:

a) Aun con la importancia de la figura de Franco, el franquismo fue un régimen institucionalizado, que entró en descomposición después del Vaticano II. Este dato no aparece en casi ninguna historia o análisis de aquel régimen, pero es evidente tan pronto se repara en él. La única opción que quedaba, entonces, era una democracia más o menos homologable a las de Europa occidental.

b) La homologación democrática solo podía venir del franquismo, como así fue, por dos razones: porque la oposición a él nunca había sido democrática, sino totalitaria,  y porque la sociedad creada por el régimen era ya muy distinta de la republicana. Los odios políticos habían desaparecido prácticamente desde los años 40, y  se vivían una prosperidad con gran impulso después de haber reconstruido con éxito el país en los años 40. Había en el régimen cierto temor, no obstante, a una posible repetición del caos republicano.

c) En el momento de la transición asistimos ya a un intento de usurpación de la bandera de la democracia por los antifranquistas. Se creó la Junta “Democrática”…, ¡agrupada en torno al Partido Comunista! Y una Plataforma “Democrática” ¡en torno a un PSOE de historia calificable de criminal, pero capaz de presentarse como modelo de honradez!

d) Aquellas fuerzas “democráticas” trataron de impedir una transición que respetara el legado del franquismo (unidad nacional, paz interna, prosperidad, monarquía…). Lo intentaron con demagogia, dinero exterior, intento de huelga general y boicot al referéndum de 1976, que debía decidir la cuestión. Fracasaron por completo  ante la decisión enormemente mayoritaria de la sociedad española.

e) Así, la oposición tuvo que aceptar, de mal grado, la iniciativa franquista en el cambio, aunque adoptó para contrarrestarla la estrategia del “antifranquismo”. Un antifranquismo del que solo podrían jactarse en rigor los comunistas, y a última hora la ETA, todos “demócratas”. El contenido fundamental del antifranquismo consistía en la demolición, no del régimen de Franco, sino de su herencia, incluida la transición democrática.

f) La usurpación fue favorecida, en primera instancia, por grupos procedentes del franquismo que no habían analizado debidamente al régimen ni entendido las verdaderas  consecuencias del Vaticano II. Por consiguiente, no les importaba vituperar la democracia y dejar su bandera en manos de los peores enemigos de ella, al paso que la vituperaban.

g) Peor fue la vaciedad intelectual (política e histórica) del resto de las fuerzas que habían organizado la transición: no solo aceptaron la usurpación, sino que finalmente se unieron a ella condenando el régimen del que provenían, y por tanto su propia legitimidad. En esta usurpación se halla la raíz de las distorsiones que enfermaron la democracia hasta llevarla a la crisis actual.

Tres observaciones:

1)  La usurpación vino auspiciada también desde la Europa occidental, a su vez muy antifranquista. Pero esa Europa debe su democracia al ejército useño e indirectamente al soviético, mientras que España se la debe a sí misma, a su propia evolución a partir de una dictadura históricamente necesaria. Como se debe también a sí misma su reconstrucción, sin ningún “plan Marshall” y en desafío a la hostilidad de  países europeos y la URSS.

2) El paso a la democracia se realizó en España desde el franquismo sin ninguna estrategia,  pensamiento mínimamente riguroso o atención a la historia (cabe excluir a Torcuato Fernández Miranda, muy pronto marginado), sino más bien por improvisaciones pragmáticas de corto alcance, de ahí sus prontas derivas y distorsiones hasta una involución hoy  crítica.

3) La democracia no es precisamente “el gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo”, como decía Lincoln, pero sí un método de selección de oligarquías gobernantes, producto de un largo proceso histórico contra los abusos del poder y la tiranía, ya  esbozada en Isidoro de Sevilla. Es un sistema susceptible de degenerar (lo está haciendo hoy en la UE), pero  ofrece en principio grandes ventajas para una convivencia en paz y en libertad.

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Gibraltar intelectual

**Aznar llama a la rebelión cívica e institucional  contra la “disolución nacional”. Bien está, pero también está bien recordar que él contribuyó grandemente a ese proceso disolvente.

**Las dos cosas que mejor ha sabido hacer siempre el PSOE han sido mentir y robar. Y lo que mejor sabe hacer el PP es imitarle.

**Las versiones de la II Guerra Mundial que se han impuesto en España son las anglosajonas. Sin embargo, ellas no agotan ni mucho menos el tema. Es imprescindible la perspectiva española. Por eso escribí La II Guerra Mundial y el fin de la Era Europea

**La SGM tiene para España el interés especial de haber acabado con una era nueva en la historia humana, comenzada precisamente por la grandes exploraciones españolas (Hegemonía española y comienzo de la Era Europea)

**Con estas  dos  obras, más Europa, una introducción a su historia, he querido abrir un camino propio a la historiografía hispana, notoriamente provinciana y dependiente de la inglesa, verdadero Gibraltar intelectual

Europa: Una introducción a su historia
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Churchill-Franco. Democracia, dictadura y tiranía

Democracia y dictadura. 

El pensamiento cañí en España ha simplificado la política  en oposición democracia/ dictadura.  La democracia sería siempre legítima y la dictadura ilegítima. Esta simpleza queda clara,  como  decía,  en la valoración anglómana de Churchill y Franco.  Pero el fondo del asunto es muy distinto. La República romana reconocía la dictadura, asunción de plenos poderes por una persona,  para afrontar peligros críticos. En tal sentido, el régimen de Franco puede considerarse una dictadura, pues el país afrontaba entonces la doble amenaza de desmembración y sovietización bajo el  despotismo violento de los partidos que representaban tales opciones y que habían destruido la legalidad republicana. 

La dictadura romana no debía durar más de medio año,  o terminar cuando la cumpliera su  función. La dictadura de Franco duró mucho más de medio año, pero ciertamente las amenazas que la habían causado persistieron hasta mediados de los años 50 con la hostilidad y aislamiento internacionales. En esos veinte años, y en circunstancias muy difíciles, el país logró mantener su unidad nacional, su soberanía e independencia del exterior, eludir la II Guerra Mundial y  reconstruirse muy  ampliamente y con sus propias fuerzas.   ¿Podía darse por cumplida  entonces la misión dictatorial de Franco?

No exactamente, y no solo por persistir la hostilidad exterior y cierta actividad subversiva de tipo comunista, aumentada hacia el final por el  terrorismo separatista. Pero lo principal es que, caso atípico, la dictadura de Franco fue originando una progresiva institucionalización del régimen, sin la cual no habrían bastado los poderes de Franco para mantenerlo. Esa institucionalización se dio en un contexto europeo de crisis profunda del liberalismo y la democracia entre las dos guerras mundiales, y luego de la restauración de la democracia en Europa occidental por el ejército useño, y la división de Europa en dos zonas de influencia;  a las que España escapaba, justamente por no haber participado en la  SGM. 

La institucionalización del régimen buscó inspirarse, confesional y políticamente,  en la Iglesia católica, si bien fue básicamente liberal en economía y cultura. Y  evidentemente entró en crisis en su última década, cuando tras el  Vaticano II, la Iglesia renunció a la confesionalidad y emprendió una política hostil al franquismo, mientras los partidos o familias del régimen se descomponían. No quedó entonces más salida que cierta homologación  con el resto de Europa occidental, con la diferencia de que España debería su democracia a su propia evolución interna y no a las acciones bélicas de Usa e indirectamente de la URSS; y con la preocupación de que  esa  evolución no reprodujera el maremágnum  de la II República. En todo caso, la democracia provino del propio franquismo, de sus políticos y de una sociedad nueva, muy superior a la republicana. De ningún modo pudo provenir de unas fuerzas antifranquistas no solo muy débiles, sino que seguían siendo un peligro para la democracia y la nación, como se ha podido ir comprobando en un proceso hoy ya muy seriamente  amenazador.

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Una hora con la Historia: relato y análisis. Todas las explicaciones que los teóricos políticos han dado del franquismo tienen alguna falla importante: https://youtu.be/dPGehMEDXsk

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En un sentido más general, publiqué en este blog o bitácora el siguiente artículo, en noviembre de 2018:

Democracia,  dictadura y tiranía

Dada la práctica inexistencia de pensamiento democrático en España, los partidmás contrarios a la libertad, que siempre han sido los de izquierda y separatistas, pueden ampararse en la bandera de la democracia para imponer auténticas tiranías. Su argumento para atacar al franquismo y proscribir su memoria – y con ello las libertades más elementales, como hemos visto–, consiste en denunciar al franquismo como una dictadura, es decir, como la antítesis de la democracia, que esos partidos representarían en exclusiva. Incluso la derecha descerebrada que les hace el juego es rechazada por ellos porque, evidentemente, viene del franquismo aunque haga mil piruetas, como un bufón ante sus amos,  para procurar que se olvide su origen.

   Sin embargo la antítesis de la democracia –en principio– no es la dictadura, sino la tiranía, entendida no en el sentido griego, sino como poder arbitrario, despótico y opresivo.  La  democracia es un régimen históricamente nuevo, prácticamente del siglo XX en Europa, incluso de mediados de ese siglo si tenemos en cuenta que fue rescatado o impuesto por el ejército useño. Lo cual no significa que cualquier régimen anterior en la historia haya sido tiránico o ilegítimo, ni mucho menos. Ni que una democracia no pueda degenerar en tiranía a su vez. Estos problemas los he tratado en

La guerra civil y los problemas de la democracia en España, y es imprescindible desarrollarlos más. Pero nuestra clase, casta o chusma política no lee estas cosas ni las entiende. Pasa como con “Europa”, que para ella es una palabra mágica con la que piensan resolver todos los problemas

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     El pensamiento europeo, desde Isidoro de Sevilla al menos, es un intento de combatir el poder tiránico. Una y otra vez a lo largo de la historia se presenta esta cuestión. En España dio lugar a planteamientos como el tiranicidio, y las elaboraciones teóricas que dieron lugar al liberalismo y a  la democracia en Usa tienen en esa tradición española una de sus fuentes. Se trata de un problema permanente con dos caras: frenar la tendencia del poder a hacerse omnímodo; y frenar la tendencia social a la disgregación y la llamada anarquía. Igual que la democracia, la anarquía no responde a su etimología (ausencia de poder), y  nunca fue ni puede ser otra cosa que la proliferación de poderes despóticos. Tal como la democracia no es ni puede ser “poder del pueblo”, pues el poder se ejerce siempre sobre el pueblo, con unas u otras formas.  La democracia viene a ser el sistema ideado más recientemente, y que ha dado buenos resultados en unos países y momentos, y no tan buenos en otros.

   Una democracia puede degenerar de diversos modos y hacer precisa una dictadura, es decir, el poder cuasiabsoluto de algún líder que vuelva a imponer el orden. La experiencia histórica en España lo demuestra: la  II República, democrática en principio, degeneró pronto en anarquía (en el sentido arriba señalado) y mayor miseria,  hasta derivar a  un frente popular de  totalitarios, disgregadores (separatistas amparados en un racismo irrisorio), y golpistas. A sus víctimas se les presentó así el dilema  de someterse a tales poderes o rebelarse. Afortunadamente  gran parte de la sociedad optó por la rebelión y la dictadura, ya que una democracia no puede funcionar en aquellas condiciones.  Pero una dictadura no tiene por qué ser tiránica (también puede serlo), y el franquismo no lo fue nunca. Para entenderlo basta contrastar sus impresionantes logros históricos con la propaganda que le hacen sus enemigos, los mayores enemigos de la libertad en España.

¿Cómo puede degenerar una democracia en tiranía? Insisto una y otra vez: Tocqueville lo previó y describió genialmente, y ese texto debería ser conocido y meditado de todos los políticos, intelectuales y periodistas. Porque estamos entrando de lleno en esa situación, no solo en España, sino en casi toda la Unión europea.

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La Segunda Guerra Mundial - 1

 **Una doble cuestión a Felipe VI: ¿Por qué llama “querido hermano” a Mohamed VI, un tirano que además amenaza a España? ¿Y por qué manda a sus hijas a educarse en Inglaterra (Gales), país que invade nuestro territorio en Gibraltar? ¿Es que quiere destruir la monarquía que trajo Franco?

**El rey no puede proponer la investidura del doctoral niñato matón auxiliado por grupos contrarios a España y a la Constitución. Si lo hace, estará condenando la Constitución y la unidad de España. Cuando el butifarréndum el rey se arriesgó y ganó popularidad, pese al sabotaje que de hecho le hizo el PP.  Ahora tendrá que arriesgarse. La corona corre el mayor peligro desde su reinstauración. Si el rey no está a la altura de las circunstancias, colaborará a un peligro mayor, contra la democracia y contra España misma

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Varela Ortega, Franco y Churchill / Orgullo de servir a Gibraltar / Por qué no hay discusión

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Grave olvido,  no incluí  en Galería de charlatanes al historiador Varela Ortega. Simplemente se me pasó por alto, pese a que en  marzo de 2020 dediqué nada menos que once entradas del blog (pueden buscarse en internet)  a un ensayo suyo verdaderamente curioso sobre Franco. Como buen historiador anglómano, Varela ofrece más bien un refrito de estudios ingleses, tipo Preston y otros. He aquí uno de los artículos en el blog. Pueden apreciar la “metodología” de Varela, hblando de todo menos de lo que viene al caso:

Varela Ortega, Franco y Churchill

Para enfocar debidamente la talla histórica de Franco debemos empezar por los hechos evidentes, que pueden resumirse así: venció siempre a todos sus enemigos militares y políticos, incluso partiendo de una situación prácticamente desesperada que habría disuadido a casi cualquier otro. Venció indirectamente a Stalin en España. A continuación evitó entrar en la guerra mundial y luego derrotó a un criminal aislamiento impuesto desde el exterior por regímenes comunistas, democráticos y dictaduras varias. En pleno  aislamiento venció asimismo a una peligrosa guerrilla comunista interior. Tanto la neutralidad en la SGM como la derrota del aislamiento fueron dos batallas diplomáticas cruciales, libradas con éxito en las más arduas circunstancias;  y en otra hazaña diplomática  humilló en la ONU a Inglaterra a propósito de Gibraltar. Y presidió la época de mayor prosperidad y con mayor ritmo de crecimiento que haya vivido España antes o después.

Por encima de cualquier matiz,  detalle o revés secundario, basta mencionar estos éxitos indudables, alcanzados en las más desfavorables y a menudo peligrosas circunstancias, para concluir que la talla de Franco como estadista y militar descuella ampliamente sobre cualquier otro español en varios siglos.

Sin embargo la pintura que de él traza Varela Ortega y los anglómanos en general, coincidentes en esto (y en otras cosas) con los lisenkianos,  es la de un personaje intelectualmente irrisorio, de “carencias culturales estridentes”, “cursilería provinciana”,  ”equipaje cultural rancio y raquítico”,   que ”no hablaba idiomas (inglés, claro) ni apenas había viajado fuera de España”, aficionado para más inri  a “pintorescas incursiones literarias”. Se destaca asimismo su mediocre estatura, su voz “atiplada” y cierta pronunciación que  “delataba, ante cualquier gallego culto, sus orígenes aldeanos  no superados”. Varela, como Preston y los anglómanos en general, le concede inteligencia, pero muy limitada, algo así como astucia aldeana o “gallega”.

De economía no solo lo ignoraba todo, sino que además tenía ideas fantásticas o pueriles al respecto. Y del mundo exterior algo parecido, de ahí sus ilusiones respecto a Hitler, o sus supuestos deseos de entrar en la SGM, aunque pidiendo demasiado, o sus propuestas ridículas proponiendo al final de la guerra en Europa una alianza con Inglaterra frente al expansionismo soviético. A esta última propuesta habría respondido Eden, según Tusell, otro historiador anglómano:  ”Lástima que el general Franco tenga una idea de la realidad internacional tan desenfocada”. Lo cita con mofa Varela porque  “ilustra las limitaciones de nuestro dictador”. En realidad ilustra las grandes limitaciones de Eden y del gobierno inglés, que imaginaban garantizar la estabilidad europea mediante el acuerdo entre Londres y Moscú, y poder barrer a Franco sin apenas dificultad. Ilustra también  las graves limitaciones intelectuales de los propios Varela,  Tusell, Preston, Moradiellos y tantos más.

   En otro párrafo, Varela cita al más ecuánime Paul Johnson, que tiene a Franco por “una de las figuras políticas más exitosas del siglo”, pero le añade la coletilla: “exitosa en la medida de sus intereses, que eran mandar sin restricciones y durar sin limitaciones”. Al parecer, lo único que ocurrió en los cuarenta años de franquismo fue el mando omnímodo del “dictador”, que mantuvo su poder gracias a su “astucia aldeana”. En fin, no es difícil percibir que en la figura mediocre, gris y aldeana como ven a Franco estos historiadores hay más una proyección inconsciente de sí mismos que un verdadero retrato político del propio Franco.

Entre tanto, vale la pena comparar a Franco con Churchill venerado con absoluta falta de sentido crítico por la literatura anglómana, Moradiellos en particular. De que era más viajado y más culto y un poco más alto que Franco, no cabe duda; también de que estaba muy alcoholizado, etc. Pero estos aspectos son irrelevantes en cuanto a su significación histórica y política. Ciertamente la influencia mundial de Churchill fue también  muy superior a la  de Franco, porque Inglaterra era hasta 1939 la primera potencia mundial con un imperio gigantesco, mientras que Franco partía de una España inferiorizada por más de un siglo de profunda decadencia muy agravada por el Frente Popular. Nunca tuvo Churchill, como Franco, que afrontar una guerra partiendo de una situación de inferioridad material desastrosa, debiendo además improvisar  al mismo tiempo un nuevo estado y un nuevo ejército.  Pero Churchill sufrió en su carrera  graves derrotas militares y políticas, y aunque vencedor en la SGM, dejó a su país prácticamente en quiebra, endeudado hasta las orejas y  con racionamiento. Siendo él mismo un producto típico del imperialismo inglés, tuvo que presenciar el comienzo de la disolución del imperio, la sumisión de su país a la tutela useña, a menudo humillante, muy condicionado también por el poderío soviético;  y  además fue  expulsado del poder en las elecciones hacia el final de la contienda. Si los medimos por el modo de conducir la guerra, resultó sin duda   bastante más cruel que el español.

   Si comparamos a las dos figuras por sus logros políticos  y económicos, no parece difícil concluir que, salvando la diferencia de uno y otro en cuanto a proyección mundial, Franco no solo tuvo que afrontar mayores y más difíciles retos, sino que también tuvo un éxito mucho mayor en todas sus empresas políticas y militares. Claro que para los anglómanos, todos los fallos, incluso crímenes, de Churchill, quedan disculpados porque era demócrata y Franco no. Por eso es necesario un comentario al respecto.

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Orgullosos de servir a Gibraltar

**Anécdota de esas que “son categorías”:  los chekistas de la “memoria” quieren multar a una persona por mostrar la bandera de España con el águila de San Juan. Pero sucede  que ese escudo es precisamente el constitucional, porque con él se realizó la transición y la Constitución, es decir, la democracia. Refrendada por enorme mayoría en referéndum de la ley a la ley, es decir, desde la legitimidad histórica del franquismo. Por eso los demochekistas, valga el oxímoron, se ponen en acción.

**Al doctor Sánchez cabe describirlo como un niñato matón, y a Feijóo como un tontín resabiado. A los dos les traen al fresco la unidad nacional y la democracia, tienen un designio “europeísta” y 2030, por encima de la nación a la que teóricamente sirven, y aplican las leyes de género y de memoria chekista. El truco de Feijóo consiste en disfrazar con palabras de “moderación”, “cordialidad”, “centrismo”,  los mismos designios radicales del niñato. El problema es que no hay poder para los dos, y Pujoliño tiene que hacer como que se opone, máxime teniendo a VOX acosándole.

** La armada cipaya española, al servicio de Gibraltar, “para los pies a Rusia en el Mediterráneo”, exagera a lo loco  una basura periodística en español llamada Huffington Post. Cuánto orgullo. Cuánto honor

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Por qué no hay discusión

Su ensayo sobre la II Guerra Mundial me parece de lo más discutible. Digo discutible en el buen sentido del término, es decir, digno de discutirse. ¿No le parece una barbaridad que “discutible” se use en sentido peyorativo? La mayor parte de los libros de historia publicados en España no son discutibles, porque no merece la pena discutirlos. Entonces me pregunto por qué su libro no ha dado pie a críticas y comentarios en los medios, por lo menos en los de papel más literarios o de asuntos más intelectuales… Julián Rodríguez Autun

Buena pregunta. Pero ese es  el nivel intelectual del país.  ¿Tiene eso salida? No la veo, después de medio siglo de falsificación de la historia . Eso aparte del tabú que pesa sobre mí, pues  no me  citan ni los que están de acuerdo… En la historia se contiene la identidad de un pueblo, y parece que se trata, desde los partidos y desde los medios, de destruirla para sustituirla  en la opinión pública por intereses económicos inmediatos.  En general, se trata de sustituir España por Europa. Pero España es una realidad histórica tanto política como cultural de gran intensidad y calado, mientras que lo que llaman Europa, aparte de cierta base cultural común basada en el cristianismo y en la Ilustración, ambas hoy en crisis, es solo un proyecto economicista sin raíces históricas, concebido a partir de las dos guerras mundiales y  precisamente en contra de dichas raíces. Por eso el blog se titula “Más España y más democracia” en contra de la consigna de los partidos hace unos años de “más Europa y menos soberanía nacional”. Proyecto que no por casualidad va acompañado de la corrosión de las libertades al extremo, inédito en el pasado, de estados que intentan reglamentar hasta nuestros sentimientos. Mientras no nos demos cuenta de lo que tenemos ante las narices, no habrá salida.

En cuanto al libro: como habrá visto, tiene tres partes, una militar exponiendo las líneas fundamentales estratégicas de la contienda;  otra  centrada en las “grandes políticas”, los objetivos fundamentales de cada potencia, diseñados por sus líderes;  y otra ideológica, que es, creo, la esencial y la menos atendida en casi todas las historias de esa guerra. Todo ello es muy discutible, como usted dice, pero en un ambiente intelectual romo y casi plano como el que disfrutamos, difícilmente ocasionará debate. En todo caso, el libro ahí queda.

 

 

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