El catolicismo no es solo cosa de los católicos / La originalidad literaria

Una hora con la Historia se despide hasta septiembre:  El Cid, ¿héroe o mercenario? https://www.youtube.com/watch?v=v465-dv-HTI

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P- ¿No es una paradoja que ud, no siendo católico, pretenda decir a los católicos lo que tienen que hacer, al margen o en contra de sus obispos?

–Creo que el catolicismo, en cuanto cultura, no es cosa solo de los católicos. Y los hechos objetivos son que Franco salvó a la Iglesia y la cultura cristiana del exterminio en España, por lo que la Iglesia, y junto con ella la sociedad en su conjunto,  tiene una enorme deuda moral con Franco. La inhibición de los obispos es claramente culposa, por lo que los católicos conscientes y la gente en general deben tomar cartas en el asunto.

P. Pero, ¿no es lógico que la Iglesia,  que ya se disoció del franquismo en el Vaticano II, aumente su rechazo hacia un dictador asesino?

–La Iglesia sabe perfectamente que Franco no fue un dictador asesino, esa es la propaganda antifranquista, elaborada precisamente por los comunistas, grandes demócratas y amigos de la Iglesia. Una democracia no funciona en una sociedad cargada de odios y empobrecida, y eso fue exactamente la república: empobreció al país y lo colmó de odios. El franquismo, en cambio, superó aquellas plagas, por lo que creó las condiciones para una democracia fructífera, no convulsa. Pero hay otra cuestión: a la larga, no puede haber democracia sin demócratas. Después de las elecciones del Frente Popular no quedó prácticamente ningún demócrata en España.

P. Pero después de ganar la guerra, Franco pudo haber traído de vuelta la democracia.

–Eso es pura palabrería. Los grandes partidos de izquierda y separatistas habían hecho imposible cualquier democracia y seguían siendo los mismos. Y la derecha no quería ni oír hablar de repetir la experiencia. Al terminar la guerra mundial, algunos locos o miserables querían imponer una monarquía democrática traída sobre los tanques anglosajones, es decir, por medio de lo que técnica y penalmente se llama alta traición. Y dando gran parte de poder al PSOE, el partido que había traído la mayor miseria, el mayor expolio y la guerra misma. En España, la experiencia casi nunca es analizada y sirve de muy poco. Era la vuelta de la estupidez y la canallería, auspiciada por algunos intrigantes y traidores monárquicos, nada inocentes.

P. No obstante, si no al final de la guerra, en los años 60, por ejemplo.

–Vamos al fondo del asunto: en un período corto puede haber democracia sin demócratas, mientras se mantenga la mecánica electoral. Pero antes o después alguno de los partidos utilizará el poder para corromper el sistema e implantar su propia tiranía. Eso es lo que pasa comúnmente en Latinoamérica y lo que pasa hoy en España. Los que hablan de una democracia después de la guerra civil o en los años 60 deberían reflexionar sobre el hecho de que, aún actualmente, apenas hay demócratas aquí, por falta de pensamiento  político. No es demócrata ninguno de los partidos del Congreso, aunque de momento permanece la mecánica electoral,  si bien muy manipulada. Lo he explicado cien veces y no lo repetiré ahora. Con Franco, la inmensa mayoría de la sociedad no quería hablar de democracia, porque le recordaba el caos y miseria de la república. Solo al final, con una sociedad próspera  y en lo esencial reconciliada, votó  por una democracia DESDE EL FRANQUISMO Y NO CONTRA ÉL.  Y así y todo, hoy tenemos una democracia fallida porque la ausencia de demócratas está destrozando el sistema,  con  leyes totalitarias sin que la mayoría se dé cuenta siquiera, premiando el asesinato como modo de hacer política, homenajeando a los asesinos, falsificando sistemáticamente la historia desde el poder, amenazando gravemente con disgregar la nación o disolverla en una UE a su vez en marcha hacia el totalitarismo…

P. Pero usted no plantea ninguna alternativa realizable

–Lo diré de otro modo: el antifranquismo es la enfermedad que está destrozando la democracia y a la misma España. Y volver a la situación decidida en diciembre de 1976 pasa por reivindicar el franquismo y su fructífera herencia. Y por eso es tan importante la batalla por la tumba de Franco. Que es una batalla política y cultural ¿Es eso realizable? Claro que lo es, si cada vez más gente se deja de lamentaciones y planta cara. El manifiesto que propongo trata de denunciar la situación alzando una bandera, por así decir. Esa es mi tarea. Pero es preciso discutir el manifiesto, llegar a un consenso como ante el proyecto de ley liberticida de hace meses, recoger firmas y organizar un movimiento. Y eso es tarea de otros. ¿Es realizable todo ello? Por supuesto, es solo una cuestión de proponérselo o preferir el lloriqueo o la inhibición culpable.

La guerra civil y los problemas de la democracia en España (Nuevo Ensayo)

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 P. De lo dicho se deduce que usted considera muy originales sus obras.

–Veamos. Mis obras de historia siguen metodologías y llegan a conclusiones diferentes de las que puede ver a derecha e izquierda. Un aspecto ya se lo dije: usted no puede explicar los hechos sin explicar, aunque sea en esquema, las ideologías en juego, cosa que se suele obviarse casi siempre, de modo muy inadecuado. Yo lo hago siempre. En el libro sobre la Reconquista expongo una aproximación, breve pero necesaria, al cristianismo y al islam, y también voy comentando las distintas actitudes culturales y políticas, incluso militares, que generan… Mis conclusiones son casi siempre originales. A mi juicio, la historiografía española es a menudo muy detallada, pero suele adolecer de análisis y síntesis precarios y de cierto provincianismo…

P. Me refería a las obras literarias.

–Lo mismo. Sonaron gritos y golpes a la puerta no entra en ninguna tradición novelística española, no sé de ninguna planteada de modo parecido. Tiene mucha acción y aventura –en la literatura española hay poco de eso– pero no es de acción y aventura propiamente hablando.  Ni tampoco se parece a novelas extranjeras que yo conozca.

P. ¿Ni siquiera a la tradición inglesa, que tanto dice que le influyó?

–Es una tradición muy importante y me influyó relativamente y siendo muy joven. Hace decenios que apenas leo novela. La literatura española actual me parece de una trivialidad espantosa, aunque técnicamente sea entretenida. Me alegro, por cierto espíritu patriótico,  de los éxitos de Pérez Reverte o de Julián Marías en el extranjero, por ejemplo, pero las obras de ellos que he leído me parecen flojas, cada una en su estilo. Debe de ser un mal que afecta a toda Europa desde la II Guerra Mundial.

P Usted ha dicho que su Viaje por la Vía de la Plata se inspiró en Cela y ha calificado a este del mejor o uno de los máximos novelistas españoles desde la posguerra acá

El Viaje por la Vía de la Plata se inspira en el Viaje a la Alcarria en el sentido de que su lectura me espoleó, pero no tiene nada que ver con Cela. Hay también libros de recuerdos de autores que han conocido a personajes importantes y exponen sus encuentros y hacen juicios más o menos agudos. Pero en Adiós a un tiempo creo que no hay ningún personaje importante, convencional o socialmente hablando. Cela trata a menudo a personajes vulgares y corrientes, en novelas o de otro modo, pero casi siempre lo hace en plan costumbrista cutre, con un fondo de desprecio, cosa que no creo haber hecho… No tengo un concepto muy elevado de mí mismo, sí de algunos de mis trabajos, y veo en la gente, incluso en la de apariencia más anodina, un fondo misterioso, sea yo capaz de expresarlo o no. El gran problema de Cela es una especie de banalidad deliberada, que convierte a sus personajes en caricaturas.

P También trata usted con cierta irrisión a gente con la que se encontró, por ejemplo, a los buscadores de tesoros templarios, o al que creía haber visto al diablo en París, o al supuesto “Campesino”, o al ligón de playa y puto de homosexuales…

–¿Le da esa impresión? No creo que sea así. Se trata de personajes pintorescos, quizá haya cierta ironía en el tratamiento, pero no creo haberlos caricaturizado ni presentado con desprecio. Siempre me ha preocupado el carácter  e historial único de cada persona, y he procurado exponer brevemente alguna pincelada de ellos, pues en la mayoría de los casos se trató de encuentros breves o poco prolongados…

Adiós a un tiempo: Recuerdos sueltos, relatos de viajes y poemas de [Moa, Pío]

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Manifiesto católico por Franco

Los actuales planes del gobierno –secundado con más o menos fervor por los demás partidos en las Cortes–, de profanar y ultrajar los restos de Franco, han dado lugar a un manifiesto en contra firmado por numerosos militares. Creo indispensable otro de los católicos en el mismo sentido, para el que propongo el siguiente texto u otro semejante.

Como es sabido, el Frente Popular fue esencialmente una alianza de separatistas, totalitarios y golpistas, con fuertes  rivalidades y odios internos, manifiestos en represalias, torturas y asesinatos entre ellos, cosa que se trata de olvidar, borrando arbitrariamente  parte significativa de la realidad histórica. No obstante esos odios,  había al menos una cosa en la que estaban todos de acuerdo: la Iglesia católica debía ser aniquilada y erradicada del presente y en lo posible del pasado de España.

En consecuencia, el Frente Popular organizó durante la guerra civil y aún antes, el exterminio,  menudo con sadismo extremado, del clero y de muchas personas distinguidas por su catolicismo,  la destrucción sistemática de  templos, a menudo de gran mérito artístico, monasterios de poso histórico, bibliotecas valiosísimas y hasta cruces de los cementerios. Se trató, técnicamente, de un genocidio. Esa labor fue acompañada del saqueo de bienes y tesoros artísticos,  utilizados luego para asegurar un exilio bien llevadero a los dirigentes. En esa tarea participaron todos los partidos, unos con más intensidad que otros, y alguno encubriendo  o  justificando  la persecución ante el exterior. Una persecución que acarreó un grave descrédito al Frente Popular  en los países democráticos, incluso en aquellos tradicionalmente hostiles al catolicismo, donde la mayor parte de la opinión pública la vio como la explosión de barbarie que sin duda fue.

La razón de esa política que, mirada en retrospectiva, deja una impresión de alucinamiento,  estribaba y estriba en la noción ideológica de que la Iglesia era la causante de un atraso español  muy exagerado por la propaganda de esos partidos; y de todos los males sociales concebibles. Por tanto su influjo debía ser sustituido por el de unas ideologías que traerían al país, o a algunas de sus regiones separadas, una brillante ilustración, libertad y prosperidad. De hecho se trataba de ideologías importadas y vulgarizadas al nivel de simples consignas, que no solo originaban odio a la Iglesia, sino entre esas mismas ideologías. Quizá fue ello lo que llevó al escritor liberal Gregorio Marañón, uno de “los padres espirituales  de la república”,  a tacharlas acremente de “estupidez y canallería”. No hará falta extenderse sobre las realidades que han generado en varios países europeos.

Pero cualquiera sea la opinión sobre la Iglesia o las ideologías hostiles a ella, el hecho histórico evidente es que el cristianismo constituye la base y raíz de la cultura tanto española como europea, habiendo generado una acumulación simplemente gigantesca de arte, ciencia y pensamiento manifiesta en la obra de miles de escritores, arquitectos, pintores, pensadores o científicos. Este mero hecho exige, tanto para creyentes  como para no creyentes, una actitud de esencial respeto, cualquiera sea su criterio sobre la relación actual entre religión y política. La experiencia prueba que la pérdida de ese respeto conduce directamente a la barbarie, como ocurrió en España.

Pues bien, los católicos,  y los no católicos que admitimos de estas evidencias, tenemos la absoluta obligación moral  y política de reconocer la importancia histórica de Francisco Franco en el salvamento de la Iglesia y de la cultura cristiana. Esta obligación corresponde en primer lugar al papa, los obispos y otras jerarquías eclesiásticas.  Y por tanto, debemos denunciar y oponernos con energía a los planes del actual gobierno de ultrajar los restos de aquel gran personaje histórico. No deben admitirse en modo alguno sus pretensiones de encubrir con la bandera de la democracia unos designios radicalmente antidemocráticos, provocadores de odios  que nos retrotraen precisamente a aquellos tiempos de barbarie.

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*El Torra sabe muy bien que sus principales cómplices son los gobiernos de Rajoy y de Sánchez. Quienes no quieren entenderlo son los que creen que Rajoy estaba contra él,  y Sánchez lo mismo. Es al revés, bobalicones.

*¿Por qué las mujeres –feministas aparte– son más alegres que los hombres, viven más, se suicidan mucho menos, delinquen mucho menos, se emborrachan y drogan menos… ?¿No se enteran esas irresponsables de que viven bajo la opresión de un feroz patriarcado?

*Sin la Reconquista, no habría España sino Al Ándalus, de lengua árabe, religión musulmana, poligamia, mujeres con burka, enorme analfabetismo, sharia…Los efectos de la Reconquista son plenamente actuales. ¿Entienden por qué es indispensable conocerla?

                                                                     La Reconquista Y España

*Periodistas, intelectuales y universitarios, callados como p. ante el plan de Sánchez de mutilar las libertades de opinión, expresión e investigación so pretexto de “apología del franquismo”. No tienen conciencia democrática. Lo revela también q este tuit no se retuitee por miles.

*El gobierno quiere ilegalizar la Fundación Franco. El solo intento de hacerlo ya permite catalogarlo como gobierno delincuente. Lo mismo C´s y partidos que apoyan. La libertad no se divide a capricho del poder, y los demócratas tenemos el deber de defender a la Fundación.

*Hoy, los gobiernos de la UE, con dos o tres excepciones, son verdaderas tiranías LGTBI.

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                              Adiós a un tiempo: Recuerdos sueltos, relatos de viajes y poemas

 

 

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Historiografía e historiogonía / Dinámica del poder

La historiografía trata de describir los hechos históricos de acuerdo con las fuerzas, ideas y personajes que operan en ellas. Ello exige una fuerte disciplina intelectual para evitar fantasías, analizar los hechos, relacionarlos con lógica y extraer una síntesis, nunca definitiva,  eludiendo factores por así decir metafísicos. Por ejemplo, al analizar los orígenes de la guerra civil, expuse, centrándome en las declaraciones públicas y documentos del PSOE, cómo este quiso, organizó y se lanzó a la guerra civil en 1934. Y lo hizo con estas palabras. Esto, por otra parte, es natural, aun sin el aporte de la multitud de datos que expongo, porque la lógica del marxismo es la guerra civil. Para partidos de ese tipo, esas  guerras son positivas… si se ganan. E incluso si se pierden, porque pueden dar lecciones para la siguiente vez. Los medios pacíficos no se excluyen, pero como métodos de acumular fuerzas para la contienda final. Naturalmente, ese belicismo se justifica en la esperanza, supuestamente “científica”, de que dará lugar a una sociedad sin opresión ni explotación, etc. etc.

Por tanto, la historia de aquel período debe incluir –cosa que generalmente pasan por alto los historiadores–, una síntesis de las ideologías que impulsan a hombres y partidos a comprarse de un modo u otro. Porque son hechos igualmente determinantes. Si no se hace así, la historia de cualquier cuestión concreta se convierte en un galimatías. Porque, claro está, los marxistas rara vez han defendido la guerra civil abiertamente en su agitación de masas, pues la idea provoca rechazo casi general, que falto de teoría científica, no entiende la férrea  necesidad de la historia, por lo que debe disimularse. Lo que hace la agitación es denunciar al gobierno que quiere derribar, extremando sus maldades, reales o inventadas, y creando así el clima de odio adecuado que derive a la guerra civil. Derrotada la intentona en el 34, el PSOE intensificó al máximo la campaña del odio y volvió de hecho a la guerra civil al falsificar las elecciones de febrero del 36, destruyendo la legalidad republicana, e implantando un proceso de terrorismo y arbitrariedad.

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La atención a los componentes ideológicos en cuestión creo que diferencia decisivamente a mis libros  de los estudios habituales, los cuales enfocan subrepticiamente los hechos siguiendo a  alguna de las ideologías en pugna, que no explican. Al ignorar los componentes ideológicos, el debate historiográfico (si lo hay) se convierte en una pueril discusión sobre qué bando mató más,  y similares. Pero en la guerra civil, del 34 en adelante, se ventilaba realmente la continuidad de España como una sociedad de raíz cultural cristiana, e incluso su continuidad nacional, ya que junto con el PSOE (y comunistas y anarquistas) obraban los separatistas y unos republicanos que odiaban el pasado español. Sin tener esto en cuenta, la guerra se convierte en pura propaganda (la guerra civil como golpe de unos malvados reaccionarios ante las progresistas aspiraciones de quienes querían imponer un régimen de tipo soviético, acompañado de una probable disgregación del país, y exterminar a la Iglesia. O bien, como afirman los señoritos del PP — escupiendo sobre la tumba de sus abuelos–, la guerra sería causada por unos locos sádicos que se tiraron al cuello de otros parecidos y arrastraron al país a una contienda sin sentido. El análisis permite descartar estos absurdos y entender un hecho o proceso histórico concreto con suficiente racionalidad.

Es un pequeño ejemplo. Pero si salimos de hechos concretos como esta guerra para abordar procesos de gran amplitud o la historia como conjunto, esta “se nos presenta algo así como un inmenso puente de comienzo y fundamento inciertos, que va construyéndose con las vidas de una miríada de personas y avanza en un vacío en dirección imposible de conocer” (comienzo de Europa, una introducción a su historia).  Por consiguiente, los métodos de análisis que valen para períodos o sucesos concretos fallan radicalmente al examinar la historia en conjunto, que se nos presenta como un caos  en el que es muy difícil o imposible encontrar un sentido algo claro.

Por consiguiente, es natural suponer que por debajo de ese caos exista alguna fuerza que explique y dé sentido al aparente caos: Dios, la masonería (para un largo período desde la Ilustración), la libertad, la lucha de clases, el desarrollo técnico, la selección evolutiva por el triunfo del más fuerte… Ninguno de estos factores explica realmente nada. El concepto más amplio y abarcador de todos, la voluntad de Dios, nace del hecho de que ni la vida individual ni la historia misma, nacen de la voluntad humana. Puede aceptarse a condición de recordar la advertencia de Yavé a Job: “No tienes ni idea de cuál es mi voluntad”. Y, por supuesto, ni el historiador ni ningún líder político debe considerarse algo así como la encarnación de dicha voluntad.

   Cuando en la explicación se hacen intervenir  factores como los señalados, se pasa de la historiografía a la historiogonía, con diferencia semejante a la de la cosmografía y la cosmogonía. Esta última trata, en forma mítica, el origen del cosmos, que debe dar algún sentido a su realidad constatable. Pero la realidad es que el sentido general de la historia escapa a nuestra capacidad racional, es un misterio radical que, no obstante, nos reta. Al modo de Laplace podemos exponer la historia “sin necesidad de la hipótesis de Dios”. Lo cual en el fondo es una perogrullada: podemos exponer la historia que nos es accesible sin recurrir a la idea de Dios. Pero su sentido nos permanece ignorado. Dios debe conocerlo, nosotros no podemos.

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*La supuesta solidaridad de las ONGs encubren puro racismo. Yo no creo que los africanos sean inferiores. Por eso creo que deben quedarse en sus países y desarrollar satisfactoriamente sus formas de vida. A eso solo podemos ayudarles, sin aceptar la invasión de nuestro propio país

*La inutilización de la UCO por el delincuente Sánchez es un muy peligroso paso a la venezolanización de España. Un paso más hacia la voladura del estado de derecho, comenzada con la legalización y premio a la ETA por ZP y Rajoy  ¿Reaccionaremos?

*Sánchez: “Los españoles se reconocen en su gobierno”. Este sujeto está llamando delincuentes y macarras a los españoles

*Para los musulmanes, España fue Al Ándalus y debe volver a serlo. Los gobiernos PP y PSOE parecen compartir esa opinión. Por eso la Reconquista es un asunto tan actual, y por eso acabo de publicar “La Reconquista y España”.

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   El poder nace de forma natural en la sociedad humana, como compensación de las diversas y opuestas tendencias, intereses, aspiraciones y sentimientos de individuos y grupos que por su propia dinámica impedirían la cohesión social. La anarquía propiamente hablando es imposible, y en la práctica se manifiesta en la proliferación de poderes despóticos que conducen a una nueva concentración.

   El poder lo ejerce siempre un pequeño número, una oligarquía, lo mismo en las democracias que en cualquier otro régimen. La diferencia con las democracias es que tratan de estabilizar el poder mediante el sufragio universal.

  El poder se apoya necesariamente en tres pilares: la ley, la violencia y la legitimidad. La ley sin violencia no funcionaría, y la violencia sin ley solo puede mantenerse brevemente.

  Mayor problema ofrece la legitimidad,  la idea de un ejercicio del poder reconocido mayoritariamente. Mayoritariamente, porque ningún poder es reconocido de manera unánime. Se tiende a afirmar que para ser legítimo ha de ser no violento, pero los regímenes, incluidas las democracias, se han implantado en algún momento a través de guerras y violencias.

  Aunque el poder trata de imponer orden en  las distintas tendencias, para evitar la disgregación social, esta se refleja también en las oligarquías que ejercen el poder y  que nunca son homogéneas, sino que se hallan divididas en grupos, camarillas, familias o partidos, que en definitiva vienen a ser lo mismo. La democracia permite que esas camarillas o partidos sean menos opacos en sus luchas por el poder.

    Así, las luchas por el poder entre facciones oligárquicas pueden tener el efecto contrario al que tratan de evitar, haciéndose absolutos los intereses de partido y los odios correspondientes por encima de unos intereses y valores generales de cohesión, como el patriotismo. Así ocurrió en la república y está ocurriendo hoy ante nuestros ojos.

 

 

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Un factor clave en la putrefacción de la democracia

Las estupideces y canalladas contra la verdad histórica y contra las libertades han sido tantas y tan en aumento, que la esperanzadora democracia que el pueblo votó a partir del franquismo y no contra él se encuentra hoy en estado de putrefacción. Hay un aspecto importante en este proceso, iniciado ya con Suárez y al que apenas ha prestado atención una historiografía y análisis político de pacotilla:  la actitud hacia la ETA.  La he explicado en mis dos libros sobre los separatismos vasco y catalán y sobre la balcanización de España. Al identificar antifranquismo y democracia, cosa que hicieron muy activamente los herederos del Frente Popular, y pasivamente la derecha desde Suárez, inevitablemente la ETA adquiría una aureola especial como antifranquista y, por tanto demócrata. Es más, la mayoría de los “análisis” afirmaban implícitamente que a ella, precisamente, se debía la democracia al haber asesinado a Carrero Blanco, último  baluarte del franquismo, según coincide también con la malcerebrada extrema derecha.

Por lo tanto, la ETA debía recibir un tratamiento especial de los nuevos “demócratas”, los cuales no habían hecho oposición al franquismo, si es que no procedían directamente de él,  pero se disponían a aprovechar o parasitar los beneficios de la democracia. A diferencia de los repentinos demócratas, la ETA denunció desde el principio que aquella democracia era falsa, pues no pasaba de un lavado de fachada de la dictadura. Idea demencial pero con cierta lógica  (“hay una lógica en esa locura”): evidentemente la democracia partía del franquismo, estaba impulsada por personalidades del franquismo y compartida por políticos y partidos que no habían hecho oposición a aquel régimen, como los socialistas y los separatistas no terroristas.  Por tanto, la ETA aparecía como un antifranquismo particularmente puro y por tanto como un democratismo “real”.  Lo mismo, a otro nivel, ocurría con los comunistas, y nadie debe olvidar el carácter políticamente tan demostrativo del homenaje de gran parte del espectro político, y hasta del rey, al héroe de Paracuellos coronado con la retirada de la estatua de Franco con nocturnidad y alevosía.

El tratamiento especial a la ETA no fue la amnistía, aceptable en aquel momento, sino lo que se llamó “salida política”, auspiciada desde el influyente diario El País, especie de oráculo de la peculiar democracia en construcción (suelo recordar un hecho muy poco  mencionado, y es la participación de PRISA en el negocio de la prostitución y la pornografía. No es en absoluto un dato irrelevante, sino harto definitorio). La “salida política”, combinada con una policial muy poco eficaz, que derivó por un tiempo en terrorismo gubernamental,  significaba convertir a la ETA en una asociación política, y  a sus presos en presos políticos,  y forzaba a negociaciones políticas con sus jefes. Esto convertía el asesinato en un modo  de hacer política aceptado de facto, corroía brutalmente el estado de derecho y corrompía la política… De hecho implicaba una verdadera complicidad con el crimen por parte de los gobiernos y partidos. Todo esto es evidentísimo, está a la vista de todos y creo haberlos especificado, en solitario y en aislamiento, pero son datos indiscutibles. La democracia, muy floja desde Suárez, está llena de tabúes, como el que durante decenios protegió las crapuladas de Juan Carlos. Pero el de la ETA ha sido especialmente corruptor.

Los nacionalismos vasco y catalán: En la guerra civil, el franquismo y la democracia de [Moa, Pío]

  La “salida política” a la ETA  ha caracterizado el desarrollo de la democracia como un verdadero tumor que la iba pudriendo. Solo fue abandonada en el segundo período de Aznar, bajo presión de Mayor Oreja, lo cual permitió esperar una recomposición del estado de derecho, también contra los separatismos, que se mostraban especialmente alarmados. Así, la ETA fue acorralada por primera vez, previéndose su próxima extinción. Y ello no solo por el fracaso casi permanente de sus atentados, sino, y no menos, porque también bajaba rápidamente, en Vascongadas y fuera, su popularidad, basada precisamente en las expectativas que le otorgaba la salida política.  Aquella política de Aznar, única no solo eficaz sino acorde con las exigencias del estado de derecho, pilar de la democracia,  parecía destinada a continuar con su sucesor Rajoy, que partía para las siguientes elecciones con una fuerte ventaja sobre el PSOE.

En aquel momento tuvo lugar el atentado del 11-m. Ya he dicho que no creo que fuera diseñado para provocar la victoria del PSOE, pero este supo aprovecharlo con sospechosa agilidad. Y aunque sus fines y autores sigan oscuros, sus beneficiarios están bien a la vista: el PSOE y la ETA en primerísimo lugar. Y la política hacia la ETA volvió a la anterior, lo que significaba rescatar a la organización de su desastre y recompensar sus asesinatos  ofreciéndole legalidad, dinero público, proyección institucional e internacional, es decir,  convirtiéndola en una potencia política. Se dice que por lo menos la ETA dejaba de matar, pero la realidad es que prácticamente no le quedaba tal posibilidad, gracias a Aznar-Mayor Oreja. No se trataba de que dejara de matar, sino de darle una salida, de convertirla en una potencia política, como efectivamente ha ocurrido.

Mucha gente no entiende por qué Zapatero cometió aquel gravísimo delito contra España y la democracia. Lo he explicado muchas veces, y en vano, ya que la política en España ha degenerado en una farsa interminable, y sus análisis un chiste muy malo. Aparte de que Zapatero esperaba probablemente –se lo decían los mismos etarras– que le dieran el premio Nobel de la paz, lo esencial  es que PSOE y ETA comparten hasta un 90% de ideología: son antifranquistas, LGTBI, feministas, abortistas, pro “memoria histórica”, radicalmente antiespañola la ETA e indiferente el PSOE (salvo por intereses de partido, es decir, de cargos), etc. Es esa fuerte afinidad ideológica lo que lleva al PSOE a cometer la mayor canallada hasta ahora contra España y la democracia. Canallada que en una democracia muy podrida he denunciado en solitario.

¿Y Rajoy? Creo que nunca tuvo la menor intención de seguir la política de Aznar. Comenzó su campaña electoral en plan economicista, que hizo que Zapatero se le aproximase rápidamente en intención de voto. Perdió las elecciones no tanto por el atentado en sí como por su extrema torpeza frente a la desvergonzada habilidad  del PSOE. Y, carente de otros principios que el de “la economía lo es todo”, simplemente terminó adoptando las ideas de Zapatero, convirtiéndose en otro auxiliar de la ETA, de la ideología de género, del abortismo, del antifranquismo, etc.

 Cualquier alternativa política real debe pasar por denunciar claramente esta política, denunciar, incluso con consecuencias penales, si es posible, a sus promotores, y afirmar la vuelta a la posición de Aznar-Mayor Oreja. Es un punto radicalmente central. Su ejecución tropezaría con muchas dificultades, pero es en esos trances en los que se distingue un estadista de un  politicastro intrigante al uso.

   Por supuesto: ETA, PSOE, C´s, Podemos y los separatistas están muy contentos con el plan de profanar y ultrajar los restos de Franco. Juntos, como siempre. Y el PP haciendo como que no va con él, que es una cuestión de economía, de no gastar un euro… Pero es demasiado lo que se juegan el país y la libertad como para hacerse los desentendidos. La batalla por la tumba de Franco compromete a todos los españoles, a favor o en contra.

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*Protestan las feministas: “Nos quieren calladas” Pues sí, por lo menos un ratillo de vez en cuando…

*Abascal ha sido capaz de romper con el PP, crear un nuevo partido con los riesgos y dificultades que ello supone, mantener la bandera contra viento y marea frente al  muro de silencio. Eso es un trabajo muy duro y merece respeto.

* Causa cierta repugnancia ver mujeres en el ejército. Las mujeres están para transmitir y preservar la vida, no para andar a tiros por ahí.

*Zara es un agente de la colonización cultural por el inglés. No es ningún modelo a defender culturalmente. Debería ser multada por su desprecio al español.

*Lo más peligroso de la situación actual no son las fechorías y canalladas de los partidos actuales, es la pasividad quejumbrosa y pusilánime de quienes deberían plantar cara activamente y en cambio se dedican a pronosticar lo que creen llorosamente que pasará

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Adiós a un tiempo: Recuerdos sueltos, relatos de viajes y poemas

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P. Sus recuerdos de Adiós a un tiempo referido al Grapo, no dan la impresión de un especial arrepentimiento, incluso desprenden como cierta nostalgia.

–Desde luego, lo que hacíamos era un error monstruoso. Pero eso es hoy día una obviedad. No se trata de hacer literatura barata al respecto. Lo he analizado políticamente bastante a fondo, creo, y eso puede ser útil para otros.  En los recuerdos simplemente miro el aspecto personal. Por ejemplo, varios de mis camaradas y amigos como Delgado de Codes, Collazo, otros menos amigos como Cerdán Calixto,  murieron tan jóvenes a manos de la policía. No es una lamentación. Quien está dispuesto a matar por una idea debe aceptar  una respuesta equivalente. Es constatar el hecho, terrible si uno quiere ponerse en plan dramático, cosa que rehúyo siempre, pero en todo caso creo que relatar los hechos fríamente es mucho mejor que cualquier retórica.

P. Usted ataca a la ETA con todas sus fuerzas digamos ideológicas, o lógicas, pero uno podría obtener una actitud distinta con respecto a aquellos grupos en que usted militó.

 Bueno,  este libro no es de análisis político, en ese terreno  he procurado desmantelar a fondo la ideología del PCE(r)-GRAPO, como al comunismo y la ETA. Aquí es otra cosa. Es un libro en que los recuerdos se abordan desde una óptica no política sino, no sé cómo decirlo, personal más bien. Esas cosas te ponen delante de, no sé cómo llamarlas, de las dificultades de la condición humana, de la dificultad de orientarse en la vida.  Por otra parte, a diferencia de la ETA, que siempre contó con enormes complicidades, el PCE(r)-GRAPO se desenvolvió en la hostilidad más radical no solo de los gobiernos, sino también de la oposición, una oposición que siempre colaboró con la ETA y que, por cierto, sigue colaborando desde el poder.  Al mismo tiempo éramos muy pocos y  a pesar de ello, por un breve tiempo llegamos a tener en jaque al poder, con todos sus recursos. Golpeamos por un tiempo con más dureza que la ETA o que cualquier otro grupo de entonces. No es que sea un motivo de orgullo, pero no está de más consignarlo, porque es la realidad. Y también es interesante observar cómo la ideología tiende a destrozar mentalmente a las personas. Todos buscamos algunas seguridades en la vida, pero casi siempre esas seguridades se enroscan en nuestra mente y destrozan el sentido de la realidad. Comprenda que no encuentro conceptos muy apropiados…

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Una hora con la Historia se despide hasta septiembre:  El Cid, ¿héroe o mercenario? https://www.youtube.com/watch?v=v465-dv-HTI

 

 

 

 

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La batalla por la tumba de Franco

Una hora con la Historia se despide hasta septiembre:  El Cid, ¿héroe o mercenario? https://www.youtube.com/watch?v=v465-dv-HTI

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Legalmente, la profanación de la tumba de Franco es prácticamente imposible, pero la legalidad nunca arredró a los socialistas, y menos a gente como el descerebrado hispanófobo,  que actualmente gobierna a base de chanchullos. Así que pueden ocurrir dos cosas: que el gobierno renuncie de hecho  y deje que el asunto se vaya pudriendo; o que actúe “por la brava”, con nocturnidad y alevosía, como hizo la pandilla del Zapatero con la estatua ecuestre de Franco en el homenaje al héroe de Paracuellos. 

   Para esto último tiene  una triple ventaja: la monarquía y la Iglesia, empezando por el papa, que en España lo deben todo a Franco, fingen no enterarse del significado del tremendo ultraje; y con los demócratas pasa lo mismo. La gigantesca confusión creada en estos años hace que muchísima gente crea que la democracia es lo contrario del franquismo, cuando nace de este y no de una oposición siempre liberticida y falsaria.  Tal mezcla de cobardía moral y de confusionismo interesado favorece la canallada. Esta, en cambio,  encuentra un doble obstáculo: la ley, por una parte, y por otra la creciente resistencia que encuentra entre sectores significativos de la población. Están despertando más indignación de la que esperaban, y es preciso que la resistencia  se vuelva más resuelta y masiva. Es imperativo ganar la batalla. Y si llegaran a culminar la fechoría, ello debe ser el principio y no el final de un acoso legal, político  y en la calle que termine llevando ante los jueces a sus autores.  

    Por lo tanto, la batalla por la tumba de Franco tiene una importancia política y cultural de primer orden. Políticamente, se trata de impedir el desmán o de hacerlo pagar muy caro, y de paso hacer que los políticos y partidos se retraten. Culturalmente, se trata de clarificar la historia –particularmente la del PSOE– combatiendo activamente el “Himalaya de falsedades” de que ya hablaba Besteiro. Por mi parte he hecho cuanto me ha sido posible, pero la gente debe comprender que si no se divulga ese esfuerzo, y la oposición a los planes del gobierno no se dota de un discurso más amplio, todo quedará a un nivel superficial y muy poco se adelantará. incluso si se hiciera retroceder a los maleantes.

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 P ¿En qué sentido considera ud que le ha influido toda esa literatura que leyó en su infancia y adolescencia?

–Que me ha influido es una evidencia, como influye a todo el mundo. Otra cosa es especificar en qué sentido y de qué modo. Hay influencias que hasta se pueden cuantificar, y otras que no. ¿De qué modo influye la religión? Viene a ser algo semejante. Hasta los quince años estudié en los maristas con una especie de beca. Entonces suspendí dos asignaturas, perdí aquella ayuda  y fui al Instituto Santa Irene, donde avancé mucho: suspendí cuatro o cinco al final del curso. Simplemente no me interesaba aquello, ni tampoco la religión, al menos de manera consciente. Pero sin duda me influía, seguramente más en unas etapas de la vida que en otras. De todas formas siempre tuve bastante alergia a los ritos y ceremonias, religiosas o no. Recuerdo que a Mick, de quien hablé, marxista de origen católico inglés, le habían atraído mucho las liturgias de la Iglesia. A mí no. Nunca las entendí ni me identifiqué con ellas, tampoco con las marxistas cuando adopté esas ideas. Pero me hace gracia pensar que tal vez el vodka salvó a Europa…

P. Lo diremos de otro modo: usted ha señalado algunas obras literarias cuya influencia especial reconoce.

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Adiós a un tiempo: Recuerdos sueltos, relatos de viajes y poemas de [Moa, Pío]

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–Sí, estoy divagando un poco. Las tres que he señalado. Y en sexto de bachillerato, fue el descubrimiento de la Ilíada y la Odisea.  En Adiós a un tiempo cuento aquellas mañanas que nos pasábamos traduciendo trozos de la Ilíada Arturo y yo en el café Derby.  Arturo provenía de una familia poco culta, propietaria de un bar en el barrio marinero de Vigo,  pero se interesaba por los idiomas y hablaba inglés bastante bien, igual que un hermano mayor suyo, y tenía algunas maneras propias del lumpen, pero no le faltaba sensibilidad. Ya se iba alcoholizando, por otra parte. ¿Cómo influyen? Creo que en nuestra psique hay  como cuerdas que vibran según ciertas influencias exteriores, al modo de la música. La literatura expone algo así como modelos de vida que nos seducen o no, depende de la personalidad profunda de cada cual, funciona en unos y en otros no. Por ejemplo: en primaria, tendría yo siete u ocho años, teníamos unos libros de lecturas de Edelvives, y en uno que había dejado de editarse venían unos trozos de mitología griega sacados de alguna obra de Fernán Caballero. Me impresionaron muchísimo, en particular el relato de Teseo,  con quien de algún modo oscuro me sentí identificado. Me impresionaron más que los relatos de la Historia Sagrada, que también me gustaban, pero con menos efecto. Bien, pues hace unos años encontré el  texto en una feria del libro de ocasión, y la verdad que la presentación por Fernán Caballero me pareció pobrísima, incluso siendo para niños. Y sin embargo tuvo aquel efecto en una mente infantil.

     Por cierto que aquellos libros de lecturas estaban muy bien enfocados,  aunque no tan bien realizados. Sus  textos solían ser pesados, poco sugestivos…

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*El conocimiento de la Reconquista es una verdadera asignatura pendiente para la gran mayoría de los españoles. Lo cual se debe a una política intencionada de los actuales partidos admiradores de Al Ándalus y promotores de una invasiva inmigración islámica.

*Desde hace años, numerosos políticos e intelectuales vienen ensalzando Al Ándalus y denigrando a España. En una época de inmigración invasiva islámica en nuestro país adquiere mayor importancia entender qué fue la Reconquista

*Para los musulmanes, España fue Al Ándalus y debe volver a serlo. Los gobiernos PP y PSOE parecen compartir esa opinión. Por eso la Reconquista es un asunto tan actual, y por eso acabo de publicar “La Reconquista y España”.

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*Ángel Viñas es un pobre botarate al que unos medios de manipulación de masas prestan mucha atención. Tengo algunos análisis sobre sus “teorías”, que pueden ver tecleando su nombre y el mío.

*Viñas es una gran admirador de Negrín, que entre otras cosas fue el mayor ladrón del siglo XX en España. Y quiere convencernos de que Franco fue tan socialista como Negrín.

*Los planes de ilegalizar la Fundación Franco o de sacar los restos de este del Valle califican automáticamente como delincuentes a sus promotores, los cuales deben terminar entre rejas, por mucho poder que tengan.

*La situación española recuerda la película de Ornella Muti: “Dios, mío ¿cómo he caído tan bajo?”

*En “La Razón” mencionan a Franco como “el dictador”, como si los de la Razón o los antifranquistas en general hubieran sido alguna vez demócratas, en vez de beneficiarios o más bien parásitos de una democracia que Franco hizo posible.

*El PP de Casado es el mismo de Rajoy. Como veía que iba perdiendo votos y que se resquebrajaba el muro de silencio que ha construido en torno a VOX, se hace el patriota. Espero que pocos se dejen embaucar.

*Margaret Thatcher era alcohólica y ultranacionalista inglesa, y en Gibraltar dijo aquella frase inmortal, por un incidente en la bahía: “¡Bombardeemos Madrid!”. Debía de estar recordando las Malvinas. Para el PP es una heroína.

*Los del PP nunca dejaron de ser una banda de señoritos golfos y engañabobos. Son demasiados años de ejercicio y la costumbre es inerradicable.

*Aparte de estar vetado en las tertulias TV, hace tiempo que decidí no asistir a ellas, y menos de gentuza como la sexta, por el asco que me dan. La difusión de mis escritos depende, por tanto, de mis lectores, y es preciso que quienes los difundan sean más y más empeñados.

*El muro de silencio sobre mis obras no se ha agrietado, como esperaba: se ha reforzado, con colaboración de la derecha. Por eso insisto a mis lectores en que comenten y difundan. No hay otra salida, y esta puede ser muy eficaz, si la gente rechaza el muro

*Obsérvese que los gobiernos LGTBI de la UE, como el español, promueven una inmigración masiva y un no menos masivo abortismo. No puede ser casual.

*El español es el idioma que nos une y nos hace fuertes. Los ataques a él son pura delincuencia

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