¿Qué es un historiador?
Un aspecto cómico de la polémica, más que propiamente debate, suscitada en Francia por la traducción de Los mitos de la guerra civil es el gran argumento empleado de que yo no soy historiador, a pesar de los muchos libros de historia que he escrito, y que son incapaces de rebatir racionalmente. ¿Y por qué no soy historiador? Porque afirman, sin demostrarlo, que no cumplo los requisitos para serlo: “La historia es compleja, y debe ser abordada desde distintos puntos de vista, contrastar y cruzar críticamente unas versiones con otras, seguir una metodología coherente (a veces la llaman también científica), basarse en fuentes primarias y analizar las secundarias…”, Etc. Esto no son más que obviedades, expuestas generalmente de forma pedante, pero que demuestran palmariamente cuatro cosas
a) Que ellos mismos no son historiadores, pues no cumplen esos requisitos, el primero de los cuales es atenerse al contenido concreto de las fuentes, en este caso mis libros y particularmente Los mitos
b) Que, la mayoría de ellos, quizá todos, no han leído el libro que critican, sino que se refieren a supuestas refutaciones en el estilo de ellos mismos, como las de Reig Tapia.
c) Que todo su empeño es conseguir que todo el mundo siga su ejemplo y no lo lean, disuadiéndolos de hacerlo con tal charlatanería
d) Que básicamente expresan su miedo ante la difusión de tesis y versiones que muestran las falacias y tergiversaciones de las suyas, que ellos quisieran imponer dogmáticamente. Todo el fondo del problema se encuentra precisamente en la acusación de “revisionismo”, que los delata lo mismo que sus requisitos para ser historiador.
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Hombres y robots
**Cuanto más se parezcan los robots a los hombres, más se parecerán los hombres a los robots. Por economía de esfuerzos.
**Un partido que no trate de ganar gran fuerza en la universidad, se condena a la irrelevancia a largo plazo. La universidad ha sido la columna vertebral de la cultura occidental desde la llamada edad media. Hoy parece una fábrica de chiflados y locuelas, según se aprecia por sus consecuencias políticas.
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Seidman y la crueldad de Franco
Critica Seidman que según mi libro “el Caudillo no es «cruel, vulgar» ni «mediocre», sino más bien una persona «humanitaria. Franco sigue siendo una víctima de una prensa occidental obsesionada por la «hispanofobia», tal y como quedó ejemplificado por la cobertura que dieron los medios de comunicación a Guernica ya en 1937.
Por partes: la historiografía anglosajona (con las excepciones de rigor) y la española influida por ella, necesita pintar a Franco como cruel, vulgar y mediocre. Toda guerra es cruel, pero, ¿con quién puede compararse en crueldad a Franco? Consiguió su victoria reduciendo al máximo las pérdidas humanas (no fue una guerra enormemente sangrienta, como se suele pintar, sino mucho menos que otras muchas guerras semejantes, civiles o no civiles. Menos sangrienta que la Guerra de Secesión useña, por ejemplo). Pudo terminar la en un baño de sangre de sus enemigos, dada la superioridad adquirida, y la terminó sin disparar un tiro. El caso de Guernica fue fundamentalmente un mito creado por la prensa anglosajona, ¿y qué es comparado con las matanzas gigantescas y especialmente crueles de los bombardeos anglosajones sobre población civil, que probablemente duplicaron el número total de víctimas de la guerra de España? Así que si comparamos a Franco con Churchill, Roosevelt o Truman, Franco queda como hombre efectivamente humanitario. Porque además salvó a decenas de miles de judíos mientras los gobiernos anglosajones no hacían nada práctico. Por seguir con la comparaciones, única forma de definir la “crueldad”. Y los salvó sin tener ninguna obligación moral o política hacia ellos ni tener conocimiento de su exterminio, como sí tenían los gobiernos inglés y useño.
En cuanto a su mediocridad, derrotó a todos sus enemigos, militar y políticamente, durante 40 años. Se ve que sus enemigos eran mucho más mediocres. Y entre ellos hay que incluir a los gobiernos anglosajones, que amenazaron y provocaron abundantemente a España y apoyaron un aislamiento criminal, compinchados con comunistas y regímenes tiránicos diversos. Quizá por eso necesiten pintar a Franco al modo que desea Seidman. Pues bien, ni mediocre ni vulgar, precisamente.
En cuanto a la represión de posguerra, también fue comparativamente mucho más legal y humanitaria que la practicada en Francia, Italia o Alemania por los vencedores al terminar la II Guerra Mundial. El señor Seidman puede investigar el caso, si quiere.
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Entrevista en italiano: Mitos, revisionismo, Preston, Payne, pobreza académica… (Hace 6 años, en el blog): Entrevista con Federico Sesia: http://www.identitanazionale.it/Sesia_Moa.pdf



