Reconquista (IV) El esplendor de Al Ándalus/ Constitución destrozada (III) El peso de la ETA.

Nueva sesión de “Una hora con la Historia”: los problemas de la Reconquista: https://www.youtube.com/watch?v=libu57-d7Z8

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–¿En qué sentido puede hablarse del esplendor de Al Ándalus? Solamente  en el de la cultura de élite, desde luego muy importante, y solo por un período, hasta el siglo XII aproximadamente. Durante ese tiempo puede hablarse de una cultura de élite o cultura superior de mayor nivel en Al Ándalus que en España; después ya fue lo contrario: la cultura superior no cesó de desarrollarse en España, y  en el islam quedó estancada.

   Pero si atendemos a la cultura popular, costumbres, etc., la de los españoles era superior en muchos aspectos, empezando por la posición de la mujer, una esclavitud mucho menos extendida, un concepto de la libertad personal ajeno al islam, etc.

P. Esa distinción entre cultura de élite y cultura popular no la señalan otros historiadores

Pues habrá que empezar a señalarla, porque es crucial. La cultura de élite es la del pensamiento, la ciencia, el arte a cierto nivel, la literatura, la gran arquitectura… Porque solo una élite la creaba y disfrutaba de ella, como por lo demás sigue ocurriendo.  Las invasiones árabes fueron en una primera etapa muy destructivas, pero después recogieron elementos  de las culturas superiores vencidas y  los desarrollaron con características propias, mientras que en el plano de la cultura popular impusieron sus concepciones y costumbres con gran fuerza. Pero, ya digo, a partir del desarrollo de las universidades cristianas, España y el occidente europeo en general, fueron adquiriendo una gran ventaja también en la cultura de élite (prefiero élite a elite). No debe olvidarse tampoco que fueron los propios musulmanes los que destruyeron gran parte de las joyas arquitectónicas de Córdoba , o la gran biblioteca de Alhakén II, o persiguieron a pensadores o poetas… La tolerancia era muy relativa. Y nunca existió hacia los cristianos o los judíos, a menos que llamemos tolerancia a su posición  humillada y discriminada…

P. No debe olvidarse el trasiego cultural entre Europa y el islam a través de España, con la Escuela de Traductores de Toledo

–Claro que hubo ese trasiego, que disgustaba a los árabes, pero no debe exagerarse pensando que el despliegue cultural europeo se deba a los árabes, aunque sea indirectamente. La cultura cristiana en Europa occidental se desarrolló sobre sus propias bases, cimentadas en las difíciles circunstancias de la edad de las invasiones. Sobre sus propias bases pudo asimilar las aportaciones árabes y parte de las griegas recogidas por estos. No es lo mismo asimilar que ser asimilado. Pero interesa observar cómo la llamada Escuela de Traductores benefició en principio muy poco a España  y sí principalmente a otros países de Europa occidental. La causa se encuentra en una actitud mental de antagonismo entre cristianoespañoles e islamoandalusíes, actitud que recorrió toda la Reconquista, de principio a final. 

   Debe recordarse  además, otro rasgo clave de Al Ándalus: la gran brecha entre la sociedad y el estado. El estado estaba dominado enteramente por clanes árabes, a menudo en guerra entre ellos, mientras que la sociedad, compuesta de mozárabes y de indígenas islamizados o muladíes, se encontraba en permanente rebeldía larvada o abierta. Y esta fue una de las causas principales por las que los reinos españoles, material y demográficamente mucho más débiles durante siglos, fueron poco a poco imponiéndose. Hay un fenómeno muy demostrativo  que creo haber sido el primero en señalar: al caer Córdoba y surgir las taifas, prácticamente ninguna de estas la gobernaban los muladíes, todas eran de poder árabe, bereber o  eslavo. La razón es que Córdoba fue un estado basado muy directamente en un ejército compuesto mayoritariamente de bereberes y esclavos (de procedencia eslava muchos de ellos, también negros), debido a la desconfianza hacia la población común, incluso cuando la mayor parte  de esta se convirtió al islam. Y fueron los componentes del ejército los que se hicieron con el poder en las taifas al implosionar el califato. El estado andalusí fue siempre muy despótico, en Córdoba y en las taifas, incomparablemente más despótico que los reinos cristianoespañoles, cuyos ejércitos se componían de naturales. Y esto también es cultura…  

La reconquista y España

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 Un rasgo que casi nunca se destaca, o incluso se oculta, en la evolución política de España en estos cuarenta años, es la importancia extraordinaria de la ETA.  Por el referéndum del 76,  la muy gran mayoría la población aprobó la democratización “de la ley a la ley”, es decir, desde la legitimidad franquista y no contra ella; pero una vez ganada esta batalla, la convencionalmente llamada derecha renunció a la lucha de las ideas,  abandonando el campo a los derrotados del referéndum, que basaban su política en la condena al franquismo. Claro que los únicos que habían combatido de verdad al franquismo habían sido los comunistas y la ETA, separatista y también  comunistoide,   cuyo carácter democrático no precisa comentario. Los socialistas, sin haberse opuesto a Franco de modo algo significativo, adoptaron la misma idea básica, y gran parte de la derecha salida del franquismo aceptó la identificación entre democracia y antifranquismo. De acuerdo con tal identificación, nadie sería más demócrata que la ETA, más incluso que el PCE, cuyos manejos con personalidades procedentes del régimen anterior eran conocidos. Más aún, la ETA habría sido la verdadera conseguidora de la democracia al haber asesinado a Carrero Blanco, quien, según coincidían antifranquistas y muchos franquistas nostálgicos, había sido la gran barrera que mantenía en pie  al régimen anterior.

   El problema de la ETA se complicaba en tales condiciones, y más aún porque para los etarras el cambio habido no era “suficiente”, pues por una parte rechazaba la secesión de Vascongadas y Navarra, y por  otra mantenía en el poder a políticos salidos directamente del régimen anterior, por lo que debía interpretarse como un simple cambio de disfraz, según sostenían también el GRAPO y otros. Que aquellos gobernantes fueran votados por más o menos gentes carecía de valor, es más,  demostraba que la nueva democracia no pasaba de ser una farsa, ya que el antifranquismo era la condición más básica de una democracia “real”.

   Solo teniendo en cuenta estas desvirtuaciones y falsificaciones de principio se puede entender el rumbo que tomó la nueva democracia hasta abocar al actual régimen fallido.

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Próximo viernes 25, en el Centro Riojano de Madrid, a las 19,30, la primera sesión del seminario sobre la posición (cambiante) de España en Europa, versará sobre la reconstitución de un país europeo en la Reconquista, el papel de ese país, es decir, España,  frente a la amenaza islámica (otomana) y frente al protestantismo, el balance de esas luchas, su decadencia, marcada por el paso de un papel protagonista  en Europa a un papel de objeto de intereses ajenos en la Guerra de Sucesión, y las consecuencias de la invasión napoleónica, que determinan el paso de España a una posición muy secundaria y sin influencia real en Europa.

 

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Recópolis en el origen de la nación española

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La reconquista y España

He pasado el día en Recópolis o Recaredópolis. He ido allí bastantes veces, pero como a la gran mayoría de los españoles no les sonará a nada, explicaré de qué se trata, pues tiene mucha relación con la Reconquista, como he expuesto en La Reconquista y España

1. Se trata de una ciudad fundada por Leovigildo en honor de su hijo Recaredo. Creo que es la única localidad española terminada en “polis” y ello es muy significativo. Leovigildo cambió la tradición goda en dos aspectos: reforzó el poder y la ceremonia regios según el modelo bizantino, tratando de hacerlo hereditario, y procuró deliberadamente  extender el poder visigodo sobre toda la península, en un designio nacional. Adoptar las formas bizantinas significaba abandonar gran parte de las tradiciones germanas y romanizar más a fondo el estado. Ello no significaba en absoluto someterse a la aspiración de Constantinopla de  reconstruir el imperio romano. Al contrario, Leovigildo luchó con los bizantinos y aunque no pudo expulsarlos del todo, redujo notablemente el área de su dominio en la península. Tampoco logró imponer el principio hereditario, pero de hecho este se aplicó en lo sucesivo tan a menudo como el electivo.

2. Hasta entonces el poder visigodo era eso, el de un pueblo que llevaba siglos errando por el este y sur de Europa, y que podía muy bien haber seguido hacia África, como los vándalos y alanos, o intentar volver a Francia. Con Leovigildo se identificó con España o Spania, se aceptó la comunidad cultural hispanorromana, se permitieron matrimonios mixtos (de hecho la prohibición de ellos, de origen romano, se transgredía ya antes, no sabemos en qué medida). Al dotar a la comunidad hispana de un estado propio, se crea la nación hispanogoda, cuya reivindicación guiará la Reconquista y terminará triunfando en lo principal sobre las tendencias disgregadores creadas espontáneamente en España durante la lucha contra Al Ándalus.

3. Ningún otro país de Europa occidental o central tenía entonces la capacidad para fundar ciudades nuevas. Otra fundada por el reino hispanogodo fue Vitoria. Y al revés que los reinos del resto de Europa central y occidental, la tendencia, sostenida con tenacidad en adelante, fue unitaria y no disgregadora como ocurría con los francos, los anglosajones, en Italia o entre los germanos en general.

 4. Recópolis es hoy un campo de ruinas. Pero se aprecia en ella una notable disposición urbana, con una gran iglesia y palacio, una calle de tiendas y artesanos, un acueducto, unas murallas con torreones, etc. Con la invasión musulmana, Recópolis quedó ya pronto en ruinas, pero no fue especialmente arrasada o transformada, como ocurrió con otros centro urbanos hispanogodos, por lo que se perciben allí  rastros importantes de  un reino que era seguramente el mejor ordenado y próspero de Europa. Y el más culto con la probable excepción de Italia.  Los musulmanes fundaron pronto, a dos kilómetros aproximadamente la ciudad de Zorita, que llegó a ser importante. Esta ciudad se construyó en gran parte con las piedras de Recópolis.

5. El nombre de la ciudad es significativo por otra razón: Recaredo completó la labor de su padre acabando con el arrianismo. Sin embargo la idea nacional era una idea política, y aunque siempre muy unida a la religión, es preciso diferenciarlas. Así, el otro hijo de Leovigildo, Hermenegildo, se rebeló en la Bética en nombre del catolicismo, se alió con los suevos y estuvo cerca de arruinar la obra unitaria de su padre. A lo largo de la Reconquista hubo una esencial complementariedad entre lo político y lo religioso, pero no identidad. La Iglesia tenía su sede en Roma, no en España,  y aunque deseaba la vuelta de la península al cristianismo, no le interesaba en el mismo grado la reposición de un estado unitario. Una manifestación de esa tensión religioso-política fue la secesión de Portugal, que se haría definitiva. Este es otro aspecto, generalmente poco tenido en cuenta, que trato en La Reconquista y España.

6. De modo que podemos decir que Recópolis simboliza muy bien el origen de la nación española. Es lástima que a ese hecho apenas se le dé relevancia hoy, en un país que solo ahora empieza a despertar de una especie de sopor enfermizo creada por una falsificación sistemática de su pasado.

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Hoy en Radio Inter, “Una hora con la Historia”, trataremos de la negación de la Reconquista por numerosos autores.

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Próximo viernes 25, en el Centro Riojano de Madrid, a las 19,30, la primera sesión del seminario sobre la posición (cambiante) de España en Europa, versará sobre la reconstitución de un país europeo en la Reconquista, el papel de ese país, es decir, España,  frente a la amenaza islámica (otomana) y frente al protestantismo, el balance de esas luchas, su decadencia, marcada por el paso de un papel protagonista  en Europa a un papel de objeto de intereses ajenos en la Guerra de Sucesión, y las consecuencias de la invasión napoleónica, que determinan el paso de España a una posición muy secundaria y sin influencia real en Europa.

 

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Una Constitución destrozada (II). / Reconquista (III) El mito de al Ándalus

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Antes de continuar con la destrucción de la Constitución, es decir, de la ley en España, debemos tener en cuenta lo que ello entraña:  nada menos que la desaparición de la democracia y el grave riesgo de la desintegración del país. Lo asombroso y digno de meditación es que todo ello se ha hecho en nombre de la democracia, un poco, salvando las distancias, como con ese mismo pretexto, la OTAN está llevando el caos y la guerra civil a otros diversos países y amenaza a Rusia.

   Si hemos de buscar una causa esencial de la pasada guerra civil, o mejor dicho de su continuación en el 36,  la encontraríamos en la destrucción de la legalidad republicana por el Frente Popular, a partir de las fraudulentas elecciones de febrero de ese año. El dato más elemental del pensamiento político es la constatación de que en la sociedad proliferan los intereses, sentimientos, aspiraciones e ideas más diversas y cambiantes,  y que solo embridando esa diversidad mediante las leyes se puede impedir la disgregación social y la lucha generalizada. La Constitución parte implícitamente de esa realidad señalando dos cosas: la indisolubilidad de la unidad nacional, y las libertades políticas. Claro que, por el carácter chapucero y acomodaticio de sus autores, la Constitución actual es contradictoria, pues admite las tendencias separatistas (“nacionalidades”) y la posibilidad de vaciar sin límite al estado en las autonomías. Pero estas dos cosas no tenían por qué desarrollarse demasiado, o por qué ser llevadas a un extremo en que fuera forzoso elegir: o nación española o disgregación en autonomías separatistas, como está ocurriendo hoy. El hecho de que los separatistas catalanes estén llegando al límite abiertamente, seguidos de momento por los vascos, oculta otro hecho: que la presencia del estado es ya residual en esas autonomías, desde hace bastantes años.

   Está bien claro que la Constitución ha sido conculcada permanentemente desde el principio, tanto por los separatistas como por los partidos gobernantes, PP y PSOE, por poner un solo ejemplo, en la inmersión lingüística. Amparados incluso por el partidista Tribunal Constitucional (que, en palabras de Javier Rubio “está para hacer constitucional lo que es evidentemente inconstitucional”). Pero la situación se ha ido conllevando a trancas y barrancas hasta Zapatero. Con este, la democracia se ha corroído de modo fundamental, mediante el reconocimiento explícito de soberanía al parlamento catalán –y por tanto a cualquier otro autonómico, en principio–, mediante la “operación salvamento” de la ETA para convertirla en potencia política, o con las leyes antijurídicas “de género” y la totalitaria ley de memoria histórica, todas ellas ataques directos a la integridad nacional y a la Constitución. Si esto ha podido hacerse sin apenas resistencia se debe al “páramo cultural e intelectual” en que vive una sociedad sumida en una orgía de falsedad sobre su propia historia; a que el partido que debía oponerse a tal proceso no solo no se ha opuesto, sino que ha colaborado activamente con él, bloqueando de paso cualquier otra resistencia; y a que, en consecuencia, grandes masas de la población parecen haber perdido el instinto de conservación y la capacidad de respuesta.  En un país en que la democracia es una mera palabra mágica, se ha instalado la convicción de que ella es un arma lícita para destruir la nación española. Pero la nación es la base de la democracia, y no al revés, y en un país sin reflejos patrióticos, los intereses de partido se vuelven absolutos y desgarran a la sociedad.

   A propósito de palabas mágicas, otra muy usada por los demagogos es “Europa”, empleada fraudulentamente para describir a la Unión Europea. Los políticos españoles han creído que los problemas internos españoles no podrían llegar lejos porque “Europa” nos los solucionaría. Ahora mismo asistimos a la burla abierta con que esos países “amigos y aliados” tratan a la justicia española. Quizá lo hacen de acuerdo con el propio gobierno de Rajoy, instalado en el golpe de estado permanente. Un país cuyos gobiernos no solo han fomentado y financiado los separatismos, sino que admiten una colonia en su territorio y rinden pleitesía a la potencia invasora, genuflexos ante su trasero, es un país de pandereta, un país que nadie puede tomar en serio, y desde luego nuestros “amigos y aliados” no lo hacen.

   ¿Se llegará con todo esto a una guerra civil? Solo los frívolos la descartarían. No obstante es hoy por hoy muy improbable. De momento el proceso de disgregación y descomposición moral continúa, aunque por fin está resurgiendo un sentimiento patriótico, de autoconservación. Y esto es lo nuevo y esperanzador

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Próximo viernes 25, en el Centro Riojano de Madrid, a las 19,30, la primera sesión del seminario sobre la posición (cambiante) de España en Europa, versará sobre la reconstitución de un país europeo en la Reconquista, el papel de ese país, es decir, España,  frente a la amenaza islámica (otomana) y frente al protestantismo, el balance de esas luchas, su decadencia, marcada por el paso de un papel protagonista  en Europa a un papel de objeto de intereses ajenos en la Guerra de Sucesión, y las consecuencias de la invasión napoleónica, que determinan el paso de España a una posición muy secundaria y sin influencia real en Europa.

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La reconquista y España

 

P. El caso de la Reconquista evidenciaría una vez más el escaso nivel de nuestra universidad. Viene siendo denunciado desde hace muchos años, siempre en vano, al parecer.

–Es un nivel muy bajo en ciencias humanas y en historiografía; en técnicas, incluso en ciencias “naturales”,  la cosa es mejor. La universidad está muy politizada y en este terreno politizada equivale a degradada intelectualmente, cuando no fanatizada. La historiografía española actual es sumamente provinciana y repleta de tópicos  supuestamente progresistas. Y como además dispone de dinero y subvenciones, es capaz de producir una cantidad ingente de material, en su mayor parte irrelevante. Excepciones aparte, claro, que siempre las hay. Observe además otro fenómeno: la negación o la denigración de la Reconquista va acompañada de una exaltación de Al Ándalus. Este es un fenómeno que examino en La Reconquista y España, y vale la pena detenerse en él, porque no puede ser más significativo. No es un fenómeno meramente español, sino internacional, como ha expuesto Fernández Morera en The myth of the Andalusian Paradise. En numerosas universidades y por numerosos políticos, Al Ándalus es alabado como un modelo de las aspiraciones “progresistas” actuales: una sociedad tolerante, en gran medida laica o escasamente religiosa,  con homosexualidad extendida, con una cultura elevada (desde esos parámetros), respeto a la mujer, sexualidad muy “libre”, etc. Las opiniones al respecto, que incuyen a políticos como Tony Blair u Obama, premios Pulitzer, etc., son tan desmadradas como las que niegan la Reconquista. Y son gente poderosa e influyente. Ello se debe a que las sociedades LGTBI, feministas, anticristianas, multiculturales, proislámicas, etc., que hoy día intentan imponerse en muchos países, necesitan encontrar un modelo en el pasado que les dé alguna seguridad de que serán viables y felices. Naturalmente, partiendo de ahí puede admitirse una reconquista, en efecto, pero como un fenómeno tremendamente negativo, como la aniquilación de una civilización excelsa y ejemplar…

P Pero ud no negará que la cultura andalusí era superior a la cristiana: el esplendor de Córdoba, Averroes, Maimónides…

–Pues de eso hablaremos.

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Comisión de la verdad sobre el PSOE: El “Himalaya de mentiras” sobre la represión de Asturias, que envenenó literalmente a la sociedad española: https://www.youtube.com/watch?v=IUjyptQHJ2U&t=7s

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40 años de una Constitución destrozada (I) / La Reconquista (II)

Comisión de la verdad sobre el PSOE: El “Himalaya de mentiras” sobre la represión de Asturias, que envenenó literalmente a la sociedad española: https://www.youtube.com/watch?v=IUjyptQHJ2U&t=7s

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Este año se cumplen dos aniversarios de gran alcance, uno, el medio siglo del mayo francés, que cambió efectivamente muchas cosas, creo que en general para peor; y los 40 años de la Constitución, la primera que se hizo en España por consenso político bastante amplio, lo que parecía augurarle un gran y largo futuro… Y que en la actualidad yace ultrajada y  bien pisoteada por todos los partidos.

Sin duda el consenso logrado fue un buen punto en favor de la nueva ley, aun si ese consenso fue logrado en un estilo un tanto chanchullero y con numerosas irregularidades de procedimiento. En La Transición de cristal he recordado cómo se elaboró la Constitución en dos niveles: por un lado por los políticos oficiales, ninguno de ellos con  historial democrático, nada brillantes en sentido intelectual y ya con una carga de hispanofobia varios de ellos, carga que debían disimular porque el ambiente popular por entonces no les era propicio; y por otro lado las comidas o cenas entre Alfonso Guerra y  Abril Martorell, un par de frívolos e indocumentados políticos de la ocasión, que decidían al margen de las Cortes, a las que imponían sus acuerdos por disciplina de partido.

He señalado en varias ocasiones que, al tratarse de una experiencia histórica nueva, resultaba normal cometer algunos errores de bulto,  que no tenían por qué ser decisivos si se corregían con arreglo a la experiencia. Pues ya de entrada la Constitución llevaba dentro varias bombas de relojería, cuya explosión podía ocurrir o no, dependiendo del sentido común, del sentido histórico y del patriotismo de las fuerzas políticas. Dependiendo también, sobre esa base, de su capacidad para sacar lecciones de la experiencia y corregir los evidentes fallos de origen.  Los cuarenta años transcurridos han demostrado que ninguna de esas virtudes ha acompañado a los políticos y partidos, sino que los errores, por el contrario, han ido agravándose hasta llegar a la crítica situación actual.

La primera pregunta que se impone es cómo, siendo así, el desastre no ha llegado antes. He dado la respuesta que me parece más lógica: porque la herencia social, política y económica del franquismo era de tal calidad que el proceso de deterioro de la democracia y de la propia unidad nacional ha sido muy lento. Pero todo llega, como estamos viendo. Seguiré intentando contestar a más preguntas.

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Continuaremos el seminario sobre Gibraltar con uno nuevo, situando la cuestión en un contexto histórico y actual más amplio, y  cuyo título será “La posición de España en Europa”, y cuatro temas.

   El primero tratará un balance general de la relación entre España y  el resto de Europa desde la época en que nuestro país defendió al continente contra el expansionismo turco, y al catolicismo frente al expansionismo protestante, hasta el siglo XX.

   La segunda sesión tratará de la formación de un ámbito cultural hispano, que perdura a pesar de la desintegración del imperio, y de sus problemas actuales

La tercera se centrará en la experiencia internacional del siglo XX, con la neutralidad en las guerras mundiales y  el abandono de la neutralidad en la guerra fría.

   Y el cuarto abordará la situación mundial, y especialmente la europea, tras la caída de la URSS, que es la que tiene más relación con los problemas actuales.

    Nuevo seminario tiene aún mayor relevancia que el primero, y comenzará, en principio, el viernes 25 de mayo en el mismo local que el anterior, en el Centro Riojano de Madrid, calle Serrano 25.

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La reconquista y España

P. No obstante, debe ud admitir que no solo el término, sino el concepto mismo de reconquista está puesto en entredicho por muchos profesores e intelectuales

–Y tanto, como muchos de ellos prohíben el uso del término a sus alumnos. Evidentemente, La Reconquista y España tiene que empezar, y empieza,  por abordar este problema, que no es el problema de la reconquista, sino el de la universidad  y la clase política actual. La Reconquista es una evidencia: en 711 existía en la península una comunidad cultural cristiana, de lengua latina, de carácter europeo, de derecho básicamente romano, etc. llamado Spania. La invasión musulmana transformó a Spania, es decir, España, en Al Ándalus o Alandalús, como se quiera decir: una cultura de carácter africano-oriental, no europeo, con religión islámica dominante y cada vez más extendida, con derecho islámico, con lengua árabe…  La península pudo haber quedado para siempre integrada en el África magrebí y en estrecho contacto y dependencia cultural con el mundo islámico. Pero después de un largo proceso volvió a implantarse aquí una nación cristiana, europea, latina, de derecho romano y costumbres muy diversas de las musulmanas. El concepto más adecuado para ese proceso es el de reconquista, porque se produjo fundamentalmente por las armas. También podría llamarse “reeuropeización”, “relatinización”, “recristianización” o el tradicional de “restauración”, pero esos conceptos no incluyen con claridad el carácter bélico que tuvo desde el principio, impuesto por el mismo hecho de la invasión. Así que podemos y debemos hablar de Reconquista para definirlo: es una evidencia.

P. ¿Desdeña ud, entonces, los argumentos de los contrarios a ese concepto?

–No los desdeño, los analizo al comienzo del libro, como le he dicho, y la conclusión es que se trata de argumentos tan rebuscados, a menudo francamente idiotas, que trasladan el problema a la universidad: ¿cómo pueden tales majaderías imponerse en muchas universidades, gozar de predicamento en los medios, etc.? No hay problema con la Reconquista, tomada en conjunto. Sí lo hay con la universidad y los políticos, y unos periodistas increíblemente incultos. Observe ud otro hecho demostrativo: en España se ha impuesto la llamada ley de memoria histórica. Se trata de una ley totalitaria, porque en ninguna democracia puede el poder político sentirse autorizado a imponer una visión de la historia. Una visión cuya falsedad hemos demostrado ampliamente algunos historiadores, y cuya total inmoralidad se manifiesta en el hecho de hacer pasar por “víctimas” a autores de asesinatos, torturas y crímenes de todas clases. Con quienes, evidentemente, se identifican y solidarizan los autores de la ley. Pues bien, en una universidad algo digna y democrática, una ley así tendría que haber suscitado protestas radicales, una verdadera rebelión. No ha suscitado ninguna o casi ninguna. Al contrario, es lo que se enseña mayoritariamente y con total abuso. Es una degradación intelectual y moral realmente abyecta. Bueno, pues con la Reconquista pasa exactamente lo mismo. En realidad los dos fenómenos están muy emparentados…

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*El desprecio con que es tratada España por nuestros “aliados y amigos” de la UE y la OTAN: un país cuyos gobiernos mantienen y engordan una colonia extranjera en su territorio rinden pleitesía a la potencia invasora y promueven los separatismos, no puede suscitar el menor respeto de nadie

*Otegui, Torra. Puigdemont, Rajoy, De Juana Chaos, Sánchez, Susana, Soraya, Urkullu Pujol, los de los EREs, los de Púnica, los del Liceu… tienen algo en común: son todos antifranquistas. ¿Les dice algo esa unanimidad?

*En el franquismo, España era el país de Europa con mejor salud social (tasas de suicidios, delincuencia, población penal, droga, alcoholismo, prostitución, fracaso familiar, violencia doméstica, etc.) Curioso, ¿verdad?

*La boda de los invasores de España por Gibraltar despierta un entusiasmo loco entre los españoletes cosmopaletos.

*Podemos es hijo de Chaves y Maduro por parte de padre, y el PP por parte de madre.

*VOX es el único partido que va emergiendo como una alternativa a la putrefacción actual. Lo que será en el futuro no lo sabemos. Es justo hacerle críticas razonables pero estúpido descartarlo para elegir la nada.

*Es una enorme canallada que un ejército de tanta tradición como el español haya sido convertido por PSOE y PP en un ejército lacayo, ocupado en operaciones de interés ajeno (Gibraltar), bajo mando ajeno y en idioma ajeno.

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Nada más actual que la Reconquista (I) /Ripollet en Nueva York

Continuaremos el seminario sobre Gibraltar con uno nuevo, situando la cuestión en un contexto histórico y actual más amplio, y  cuyo título será “La posición de España en Europa”, y cuatro temas.

   El primero tratará un balance general de la relación entre España y  el resto de Europa desde la época en que nuestro país defendió al continente contra el expansionismo turco, y al catolicismo frente al expansionismo protestante, hasta el siglo XX.

   La segunda sesión tratará de la formación de un ámbito cultural hispano, que perdura a pesar de la desintegración del imperio, y de sus problemas actuales

La tercera se centrará en la experiencia internacional del siglo XX, con la neutralidad en las guerras mundiales y  el abandono de la neutralidad en la guerra fría.

   Y el cuarto abordará la situación mundial, y especialmente la europea, tras la caída de la URSS, que es la que tiene más relación con los problemas actuales.

    Nuevo seminario tiene aún mayor relevancia que el primero, y comenzará, en principio, el viernes 25 de mayo en el mismo local que el anterior, en el Centro Riojano de Madrid, calle Serrano 25.

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La reconquista y España

P. Dedicarse a hablar de la  Reconquista con la que está cayendo en Cataluña…

–El problema de Cataluña no está aislado, es el de los separatismos en general, de la promoción de lenguas regionales contra el español común, de Gibraltar, de la conversión de las fuerzas armadas en ejército lacayo a las órdenes, en definitiva, de Gibraltar, pues allí se concentran, simbólica y más que simbólicamente,  los intereses de Inglaterra y de Usa, es el de leyes totalitarias como las de memoria histórica o las de género, es el de la disolución progresiva de la soberanía a favor de unas burocracias nada representativas en Bruselas…

P. Pues más a mi favor. ¿No es una distracción hablar de la Reconquista en estas circunstancias?

– Vamos a ver: observe usted que en esas políticas están comprometidos todos los partidos. El PP ha sido un agente especialmente eficaz de los separatismos, de la cipayización del ejército, de la  promoción de lenguas regionales contra la lengua común, de Gibraltar, de las leyes totalitarias… Y digo el PP porque mucha gente ha creído que el PP debería desempeñar el papel de freno contra esas tendencias que parten naturalmente de los separatistas y de unas izquierdas que en España nunca fueron democráticas y siempre fueron hispanófobas. Pero ha sido lo contrario. Es decir, que hoy todos los partidos están comprometidos en la misma ideología y en las mismas políticas básicas. Unas políticas que ya venían de atrás pero que podemos llamar zapateristas, porque fue Zapatero el que les dio el impulso definitivo. El Frente Popular fue una alianza de izquierdas totalitarias y de separatistas. La novedad histórica es que en ese frente entran hoy también las derechas, el PP  es un partido tan zapatarista, tan frente popularista en ese sentido, como el PSOE.

P Nos estamos desviando del tema. Además, el PP sufre un gran rechazo de los demás.

–Tranquilo, no nos desviamos de nada. Y el PP sufre ese rechazo simplemente porque trata de quitar clientela a los otros. Es una competencia mafiosa por la clientela. Pero fíjese además en otro nuevo fenómeno: “Ciudadanos” está creciendo rápidamente a costa de la clientela del PP y del PSOE. ¿Consecuencia? Ambos partidos se están uniendo contra Ciudadanos. Queda Podemos, cuya oposición al PP es más radical que la de ninguno. Pero dése cuenta de que Podemos es en gran medida un engendro del PP. Este promovió mediáticamente a Podemos para que asustase a los votantes y recuperar los votos del miedo. Compárelo con el bloqueo informativo a VOX. Podemos es realmente hijo de Maduro y del PP. Vivimos en plena política mafiosa.

P Ya, pero la Reconquista…

A eso voy. ¿Cuál es el factor común en todo este proceso? Es la falsificación de la historia de España, que promueve la ausencia de patriotismo. Note ud que el patriotismo es una base esencial de la democracia, porque sin él, los intereses de partido se convierten en absolutos y desgarran la sociedad con demagogias mafiosas. Y todos los partidos en España son antipatrióticos, y de ahí la crisis permanente en que nos hallamos, propiamente la situación es de podredumbre del sistema salido de la transición y de golpe de estado permanente, porque ningún partido defiende la Constitución ni a España.  ¿Ha visto ud que alguna vez el PP haya defendido a España frente a la marea de denigración, falsificación y odio al concepto de España por el nuevo frente popular ideológico? No. Porque el PP aspira a integrarse en ese frente popular “modernizador y progresista”, aspira  que no le rechacen por advenedizo…

P. ¿No volvemos a alejarnos del tema?

–Solo estamos dando un ligero rodeo para entenderlo mejor. Por consiguiente, hay que defender la verdad sobre la historia de España. España es la base de la democracia, no la democracia la base de España. Y la Reconquista es un fenómeno absolutamente esencial en esa historia, sin el cual nada de lo demás se vuelve inteligible. Y por eso mismo todos los partidos dedican un esfuerzo considerable atacar la Reconquista, ya sea negándola (con lo que niegan la historia, la realidad de España), ya sea aceptándolo pero como algo negativo, como en triunfo de la barbarie sobre la  elevada cultura de Al Ándalus…   “La insidiosa reconquista” como la llamó uno de los ideólogos más influyentes de la miserable condición en que hoy estamos…

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la guerra civil y los problemas de la democracia en españa-pio moa-9788490551394

Esta carta me la ha remitido mi corresponsal de Reus con la advertencia de que bajo ningún concepto dé señal alguna que pueda permitir identificarla (a la corresponsal),  ya que, al revés que otra correspondencia relativamente pública, esta es privada, pese a su interés general, y si supieran que ella me la ha enviado… a saber qué podrían hacerle. Hasta adherirle un explosivo al cuerpo, como hicieron los gudaris catalufistas (que no catalanes) con otras personas hace años. Tomo nota. Como puede observarse, se refiere a hechos de hace unos años. De entonces acá, con la financiación y el apoyo de los progresistas gobiernos de “Madrit”, la preocupación por la bella lengua de  Jordi Pujol ha avanzado mucho en Cataluña.

    “Mi querido discípulo y admirador Ripollet i Bohigas:

    Lamento mucho tus experiencias con los gallegos, a decir verdad yo no las tengo mejores y, como bien señalas,  los contactos con esa gente, los menos posibles y por teléfono. Ello aparte, no sabes hasta qué punto son tus cartas un bálsamo para este corazón dolorido por tantos desengaños, ingratitudes y envidias, aparte de que, para colmo, por unos trabajos de la Pompeu Fabra tengo que pasar en Barcelona este agosto tan caluroso, para que luego digan los reaccionarios que lo del calentamiento global es un timo. Buen timo les daría a ellos en las costillas… Me llena de alegría saber por tus cartas el extraordinario y creciente auge de nuestro bello idioma  –idioma de idiomas, podríamos llamarlo sin exagerar— en los lugares más avanzados del mundo, desde Grecia a Escandinavia y Escocia. Tengo noticias de que ocurre otro tanto en Inglaterra, Alemania y Francia,  donde el estudio del catalán como segundo o tercer idioma no cesa de progresar, mientras que la lengua imperialista que nos oprime va siendo relegada a donde merece, el basurero de la historia.

   Pero permíteme explicarte el pesimismo de las primeras líneas de esta carta. Porque me digo: ¿de qué nos vale que en Suecia progrese el catalán, si aquí mismo encontramos una creciente desatención por parte de los propios catalanes? Con auténtica desesperación he leído la encuesta  que revela cómo la utilización exclusiva del catalán ha retrocedido diez  u once puntos, mientras la abominable lengua opresora avanza. Solo me ha consolado un poco saber que, como contrapeso, también el árabe avanza en Cataluña, si bien debe reconocerse que le queda aún mucho camino, porque hoy por hoy solo lo habla, en exclusividad, el 2%  de la gente, aunque como lengua menos exclusiva debe de  ir ya por el 10% o cosa así.  Añade a todo esto lo de los referendos independentistas organizados en las zonas más presunta y auténticamente catalanistas: ¡casi nadie se molesta en ir a votar! Y no deja de envenenarme la sesera  el repugnante hecho de que solo un 35% de los catalanes haya votado el estatuto. ¿Qué puede esperarse de gente así?

   Lo que más me indigna es comprobar el poco efecto de tantos años de esfuerzos denodados, de las  inteligentes y progresistas medidas de la Generalitat  para relegar la lengua y cultura foráneas impuesta por Castilla y su maldito Estado español. A veces, reflexionando en voz alta, me digo: “tenemos unos políticos de primera, unos políticos e intelectuales magníficos, pero, ¿se los merece una población abúlica y contagiada de un españolismo vergonzoso? ¿Vale la pena que nos rompamos los cuernos para tanta indiferencia y tanta collonada? Me desespero y echo sapos y culebras de estos descastados, que no hay manera con ellos. ¡Ah, y las banderas y los gritos cuando lo del Mundial de fútbol! Es que me habría liados a hostias con aquellas bandas de facinerosos que gritaban lo de “Soy español, español…”. Pues si son españoles, ¡que se vayan a España, joder! La Generalitat ahí ha fallado, pues debería haber mandado contra ellos a nuestros aguerridos batallones de mozos de escuadra, embrión del ejército que tarde o temprano hemos de tener… si no lo impiden los propios catalanes botiflers, cretinos, hijos de puta. A esos tipos habría que echarlos a puntapiés de los sagrados confines nacionales. Ya, ya sé que estas cosas no se pueden decir en público, que es contraproducente y todo eso, pero permite que por una vez me desahogue.

   Fíjate, además, en la siniestra paradoja: ¿quiénes nos gobiernan en nuestra propia casa? El Montilla y su gente, unos charneguillos…¡Y lo están haciendo mejor que el mismo Pujol o que el mismo Mas! Los tíos se sienten más catalanes que muchos catalanes de diez generaciones. Parece un gran motivo de esperanza, ¿verdad? Pero no estoy seguro. Para empezar, el Montilla ese, después de tantos años, habla un catalán para echar a los perros, y además… ¡coño, qué quieres que te diga! ¡Tener que depender de los charnegos para la salvación de la patria…! ¡Adónde estamos llegando, en qué abyección estamos cayendo!

   Entre todo esto y el calor de Barcelona, y que se ha averiado el aire acondicionado, estoy que trino, o por mejor decir, estoy terriblemente desconcertado, hastiado y deprimido. Tengo la impresión de que así no vamos a ninguna parte. Perdona que no siga, pero no quiero contagiarte mi depre. Aunque sé que en cuanto pase este maldito calor volveré a ser el nacionalista orgulloso, racial  y animoso de siempre. En fin, te envío, a pesar de todo, un ¡ánimo, muchacho! Y a seguir haciendo país por todas esas naciones europeas donde tan bien van nuestros asuntos, para compensar los de aquí.

Tu querido y admirado maestro

Francesc Bofarull i Bofarull, de la Pompeu Fabra y ex detective.

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Los nacionalismos vasco y catalán: En la guerra civil, el franquismo y la democracia de [Moa, Pío]
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Me sigue enviando mi atenta corresponsal de Reus documentos de la polémica interseparatista que, por desgracia no puedo publicar enteros. Uno de ellos es una nueva carta de viajes de don Jaume Ripollet i Bohigas:

Apreciado y admirado señor Bofarull

Aproveché el último puente de la Constitución (española, o sea… para qué hablar; pero hay que aprovechar lo que se pueda) y me fui unos días a Nueva York, tenía curiosidad por conocer la gran ciudad, que muchos dicen la capital del mundo, aunque yo no me lo creo, siempre les faltará, pues eso, les faltará el seny y esas cosas que tanto nos distinguen a los auténticos catalanes, pero digo yo que no hay que ser chovinista ni patriotero, hay que tener un espíritu amplio, cosmopolita, abierto a todos los horizontes y capaz de apreciar los méritos de los demás, un auténtico espíritu catalán, en suma… Así que allí me fui, tanto me habían hablado de la gran urbe… Y sí, todo lo que usted quiera, sus rascacielos y todo eso, su movimiento y tal, y la técnica y los restaurantes, se nota, se nota que allí hay algo, que corre el dinero… pero para qué le voy a contar, si usted habrá estado allí cientos de veces.

Lo que no me esperaba, en cambio, son los disgustos que iba a llevarme. Que no todo fueron disgustos, es verdad, porque allí, ya le digo, hay cosas bastante admirables, pero, seamos sinceros, bastante estropeadas por otras mucho menos dignas de estima, por no decir que son un verdadero asco. Me explico. Nada más llegar observo en el aeropuerto carteles en… ¡español! ¡Ni uno en catalán! ¿Se da usted cuenta? ¡Ni uno en catalán! No daba crédito a mis ojos, y yo me preguntaba: “Pero esta gente, estos norteamericanos, ¿cómo pueden ser tan inconscientes? ¿Es que no les han enseñado un mínimo, lo que se dice un mínimo de historia? ¿Es que no saben que el español es el idioma de los que fueron a joder y destruir América, que la dejaron arrasada, liquidaron aquellas fabulosas civilizaciones de los indios y masacraron a la población o la esclavizaron, que no ha habido matanzas mayores en la historia, ni siquiera las de los nazis? ¿Es que no lo saben?”.

¡Pues si lo saben es como si no lo supieran! ¡Se hacen los locos! Le aseguro que estuve a punto de pegar un grito en medio del gentío y protestar por tanto ultraje “Spanish is a criminal idiom, is the idiom of the enslavers of the Catalonians and the Indians and the Americans people! Out the Spanish from America and from the Peninsula Iberican!, que ya sabe usted lo que significa, naturalmente, que echaran fuera el idioma de los esclavizadores de los catalanes, los indios y los americanos en general, pues hasta ahí podíamos llegar. Me contuve no sé cómo, haciendo de tripas corazón, pero me contuve, pensando que allí estaba solo y podrían interpretarme mal. Pero no me privé de ir diciendo a los policías y a los demás pasajeros que me acompañaban en el aeropuerto: “The catalonians people we are not Spanish”. Ya en un momento no pude contenerme, y grité: “Franco forbid the Catalonian language, he killed us if we speak Catalonian, Franco was a criminal!”, ya sabe usted, que el criminal Franco condenaba a muerte a los que hablasen catalán, lo grité tres veces, pero casi nadie me hacía caso, solo una viejecilla me vino a dar palmaditas en el hombro y me repetía “poor little things, poor little things!” En fin, tenía que haber reivindicado letreros en catalán pero con el enfado del momento ni se me ocurrió.

Bueno, pues luego me acerqué a un bar y me tomé un whisky, aunque iba en ayunas, y la cosa se me fue pasando y veía la vida con más optimismo, pero cuando cojo el taxi para ir la ciudad, el taxista, un mulato del diablo, cubano me parece que era, se me pone a hablar en español, y yo le digo que por qué cojones me habla en ese jodido idioma, y va el tío y me dice que como en mi maleta pone Barcelona en grandes letras (yo, ya se lo he dicho, procuro hacer país por todas partes que voy)… ¡Hay que joderse, el tío mierda ignorante creía que Barcelona estaba en España! Pero no te lo pierdas, todavía lo mejoró el fulano diciéndome, con una sonrisa: “Además tiene usted un aire de español que no hay quien se equivoque”. Aquello ya fue el colmo. No le di de hostias porque era un tío grandullón y además yo estaba cansado del viaje y un poco abatido por aquel ambiente. Estábamos ya en marcha y estuve por decirle que parase y que me bajaba, pero, reflexioné, lo mismo iba a dar con otro taxista parecido, ya se sabe que los oficios más bajos y serviles los reservan aquí para estos hispanuchos, así que por no perder más tiempo le di la dirección del hotel, en inglés, y no volví a decirle palabra, aunque el tío trataba de hacerse el gracioso: “Yo, es que cuando veo a un español, no se me despista. Buena gente, por lo menos los que yo he conocido, sí señor” ¿A quiénes habría conocido aquel bergante? Seguro que a otros mangantes como él. “Habla usted un inglés muy gracioso”, me dijo en otro momento, y al ver que yo no le respondía empezó a interesarse por mi salud, vamos, a fingir que se interesaba, por cachondearse, imagino: “¿Se siente usted mal?”, me insistía el maldito parlanchín. Al final decidió que yo debía de estar sordo y me dejó en paz.

Con este comienzo, ¿cómo quiere usted que yo pudiera apreciar en todo su esplendor las cosas buenas de la ciudad? Que las tiene, ya se lo indiqué, pero con tan pocos días apenas pude apreciarlas ya. En fin, creo que hay un movimiento por aquí en muchos sitios de “English only!”, que me parece acertadísimo y muy oportuno, porque si llegas y te encuentras con el mismo idioma opresor que en Cataluña es que ya empiezas amargándote.

Reciba usted un cordial saludo y un abrazo lleno de seny de su admirador

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