La puta y la marimacho, o la degradación de la feminidad.

Hazañas del PSOE, el partido más saqueador y destructor de patrimonio histórico-artístico de España en el siglo XX: https://www.youtube.com/watch?v=Ed5BWQ_pBVQ

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Según Paul Diel, las cualidades humanas (los dones de los dioses) tienden a degradarse por efecto de lo que él llama “vanidad” (la voz o la mordedura de la serpiente, es decir,  lo vano, la pretensión de ser superior a lo que se es, la hybris o desmesura…; en fin un concepto amplio). La vanidad exalta necesariamente la culpa, ya que las pretensiones vanidosas son incumplibles ante los demás y sobre todo ante sí mismo. Como la culpa exaltada es insufrible, se proyecta acusatoriamente sobre los demás (ellos, hasta la misma sociedad, tienen la culpa de mis males); los cuales a su vez la rechazan, convirtiendo la acusación en sentimentalidad victimista.  Mientras la actividad vanidosa permanece (nunca es por completo eliminada en el individuo), genera un círculo infernal de culpa, acusación y sentimentalidad que se refuerzan entre sí, creando neurosis y hasta la locura o cierto tipo de ella.

La teoría me parece interesante, sin estar muy seguro de su certeza. Y creo que puede ser útil para analizar también ciertas actitudes sociales. Así las ideologías, que pretenden divinizar al hombre, por ejemplo, y dan lugar a una especie de pensamiento histérico. Pero veamos a ver cómo funcionaría en relación con la feminidad.

Aunque la feminidad es una evidencia, resulta difícil concretarla, porque se muestra en formas diversas según las mujeres y nunca existe en forma digamos pura, lo mismo  que la masculinidad. No existen individuos absolutamente masculinos o femeninos. Sin embargo es una evidencia que se manifiesta tanto física como psíquicamente, en actitudes vitales, tendencias, gestos, formas de hablar, emocionalidad…; en, por ejemplo, la gracia, la delicadeza, cierta forma de alegría, compasividad, empatía  o generosidad, que se atribuyen a la mujer por contraste con el varón, en quien esas cualidades están definidamente menos acentuadas. Parece claro que todas esas cualidades están ligadas a la maternidad, es decir, la transmisión y conservación de la vida, que no solo dibuja el cuerpo femenino, sino también su psique de manera más o menos profunda.

Pero en la sociedad actual, a la difusión del comunismo le ha sucedido la del feminismo que ya estaba implícito en aquel, ambos basados en una idea exacerbada y falsa (vanidosa) de la igualdad. El feminismo trata de negar la diferencia y la complementariedad sexual, lo cual supone, entre otras cosas, la anulación de la atracción entre los sexos, que se basa precisamente en esas diferencias. En primer lugar, los feministas (pues en gran proporción son hombres a quienes tampoco gusta la diferencia y que suelen presentarse, paradójicamente como   protectores de la mujer, por lo demás innecesarios)  ven la maternidad como un mal, como una inferioridad. Se ensueñan con posibles modos científicos de hacerla inncecesaria; y mientras no llega tan feliz adelanto, promueven activamente el aborto como un derecho e incluso un “sacramento”, del que el padre debe ser drásticamente excluido (el abortismo va acompañado de una intensa acusación al varón que no tiene que sufrir esa maldita “inferioridad”)   De ahí, que el feminismo sea tan proclive también a la homosexualidad o a cualquier forma de satisfacer el deseo sexual, comparado a veces a beberse un vaso de agua cuando hay sed. Las implicaciones destructivas de la familia son obvias.

   Como, a pesar de todo, la diferencia y la atracción persisten, se trata de anularlas en el plano social. Las actitudes de “marimacho” se presentan en el cine, en la publicidad política, etc., como deseables y admirables (mujeres militares, “caudillas” guerreras, boxeadoras o hasta toreras).  Se celebra el acceso de la mujer a tareas o puestos  tradicionalmente “reservados al varón” (en realidad creados por el varón), en especial a aquellos de dirección de empresas, entidades burocráticas o políticas, etc. (generalmente no se reclama la igualdad en tareas como la construcción o las minas). Se critica constantemente el hecho de que haya menos investigadoras que investigadores (lo señalaba una necia que dirige el CSIC) o menos directivos que directivas en la universidad o en cualquier tipo de puestos de mando, etc. Cosas que en realidad provienen de una diferencia natural de inclinaciones entre los sexos. Hombres y mujeres tendrían que ser iguales en todo, a su modo un tanto demente de ver las cosas.

Dado que la diferencia no solo persiste sino que además mucha gente sigue viendo en ella algo así como un don maravilloso de la naturaleza,  contradicen su igualdad obsesiva (como su obsesivo sexismo, que dicen intentar erradicar) , sin darse cuenta, promoviendo leyes y derechos particulares y antijurídicos como los LGTBI y similares, tratando de volver a una sociedad de privilegios (leyes privadas).

 En cambio no suele ocurrir lo mismo en la publicidad comercial, por mucho que se la critique, porque ahí el interés económico inmediato no admite demasiadas fantasías igualitarias, ya que la imagen “marimacho” vende poco. Y precisamente es ahí donde se explota la belleza femenina y la diferencia del modo más explícito, dando de la mujer la imagen de objeto sexual.   Es decir, la feminidad queda degradada en un doble sentido, como marimacho y como “puta”, esta última palabra en el sentido popular que no implica necesariamente prostitución, sino falta de control o de dignidad personal en relación con la sexualidad.

   Hace años, cuando empezó el neofeminismo, se intentó crear la imagen de “la mujer ejecutiva”, vestida con sobrio traje sastre y con una cartera en la mano, imitadora en todo de los modales masculinos. La cosa no cuajó, porque las primeras a las que disgustaba tal modelo era a la gran mayoría de las mujeres. Y vino la reacción en sentido contrario: la vestimenta “prostibularia” y actitudes parejas, como decía un poeta, no recuerdo el nombre, que terminó suicidándose. Ya he hablado un poco de eso.  

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El tema de Lara

Hazañas del PSOE, el mayor ladrón y destructor de patrimonio histórico-artístico de España en el siglo XX: https://www.youtube.com/watch?v=Ed5BWQ_pBVQ

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Había visto un par de veces la película “El Doctor Zhivago” y leído parte de la novela, que es un poco distinta. He oído que los rusos han hecho otra película, bastante más pegada al  relato de Pasternak.  La novela y la película vienen a ser una historia épica y de amor,  y ahora leo en el último libro de Jiménez Losantos que la mujer que inspiró el personaje Lara a Pasternak, la amante del propio autor Olga Ivínskaya, estaba encargada por los servicios secretos soviéticos de “controlar” al escritor.  Olga fue condenada  al Gulag, donde pasó tres años, y en una segunda ocasión cuatro años más. Aparentemente la condenaron por no cumplir bien su papel y considerarla cómplice de Pasternak. En una carta que escribió a Jruschof desde prisión para exculparse, decía: Hay gente que puede decir cómo yo traté de impedir o retrasar la publicación de la novela en el extranjero; que puede recordar cómo le convencí de que no saliera de Rusia cuando se le obligó a renunciar al Premio Nobel en 1958. Yo me dirigí al Comité Central para pedir ayuda y traté de hacer todo lo posible para que el escándalo quedara en Rusia   Y añadía: Quiero dejar claro que la novela la escribió Pasternak; él mismo recibió los honorarios, él mismo eligió cómo recibirlos. No debe pensarse que es un corderito inocente. Esto es evidente, como lo es mi propia pena.

La carta tiene aspecto de una repulsiva traición al enamoradísimo Pasternak, pero quizá no era así. Este, que para entonces había fallecido –esto importa, porque la carta ya no podía hacerle daño– había escrito a un amigo: La encarcelaron por mi culpa, como la persona que, según la policía secreta, era la más cercana a mí, y esperaban que a través de amenazas y un interrogatorio agotador obtuvieran de ella pruebas suficientes para enjuiciarme. Le debo mi vida y el hecho de que no me tocaran en aquellos años se deben a su heroísmo y resistencia.

Me parece probable que Olga hubiera correspondido más o menos a la pasión de Pasternak, viéndose obligada por el sistema policíaco a desempeñar un doble papel. La policía sospechó, muy probablemente con razón, que en realidad ella no estaba cumpliendo sus encargos, y de ahí el castigo. Por otra parte, creo recordar,  en algún momento de la película Lara dice a Zhivago, al leer uno de sus poemas: “Esa no soy yo, es tu imaginación”, o algo así. También podríamos pensar que, efectivamente, pudo ser una semiconfesión del doble papel de Lara. Y en todo caso, en los enamoramientos profundos  es frecuente la confusión entre la realidad del otro o la otra y lo que pone en su imagen esa especie de ilusión y  ansia de sublimidad en la naturaleza humana.

Hay otro aspecto que me interesa y es el contraste entre la novela y la vida del propio Pasternak. Yo creía que Zhivago era más o menos un trasunto del propio autor, pero no es así, aunque él podía sentirse de algún modo representado en él, como sentía a Olga en Lara. Pero la obra, como digo, tiene una fuerte carga épica en su descripción de la historia de Rusia, o aspectos de ella, en aquellos años y de las peripecias de los dos protagonistas. En cambio tanto el autor –un poeta reconocido aunque hostigado– como su amante vivieron la vida más bien doméstica de intelectuales próximos a un poder vigilante y amenazador, y salvando el valor de ambos ante la brutal presión, transformada en persecución real para Olga. Parece que Stalin tachó el nombre de Pasternak de una lista de condenados a muerte, considerándolo un chiflado que vivía en las nubes.

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23-f El olvidado factor Suárez.

Puede decirse que los misterios del 23-F no lo son desde hace tiempo. Durante muchos años, sin embargo, permaneció la versión de un intento de golpe dado por unos fachas chiflados y chapuceros, y parado oportunamente por Juan Carlos I. Todavía hay quienes lo siguen considerando así. No obstante, la verdad, en lo esencial, se conoce hoy bastante bien. Uno de los que más han contribuido a aclararla ha sido el historiadorJesús Palacios en El Rey y su secreto, del que ha dicho uno de los comprometidos, Luis María Ansón, que acierta en un 80%, creo recordar. Ya Sabino Fernández Campohabía advertido irónicamente a quienes no se contentaban con la versión oficial, que si buscaban la verdad corrían el peligro de encontrarla. Es interesante la persistencia de la versión oficial, que recuerda la del golpe del 11-M de 2004, de consecuencias políticas tan extraordinarias. 

En fin, todo indica que se trató de una provocación golpista instrumentada por los servicios secretos, y en la que estaban involucrados el Rey, personalidades socialistas, de derecha y otros, probablemente la mayoría de los que aparecían como miembros del gobierno de concentración que debía presidir el general Armada. Como el “factor humano” (Tejero), hizo fracasar la operación, él, Armada y otros próximos a Juan Carlos sirvieron de chivo expiatorio de un interés de estado. Porque lo que se buscaba era frenar una deriva política del país cada vez más peligrosa: unterrorismo de niveles desestabilizadores y unos separatismos cada día más insolentes y osados; un ataque sistemático y a menudo furibundo en los medios a cuanto significase unidad nacional (la propia palabra España se hizo casi tabú, como en la república), sin olvidar el rápido deterioro de la salud social, con expansión galopante de la droga y la delincuencia. Todo ello en medio de una  crisis económica a la que no se vislumbraba salida. Tarradellas, uno de los pocos exiliados que había aprendido las lecciones de la historia, había advertido de la necesidad de un golpe de timón para enderezar una coyuntura que se iba de las manos a todos. Y se conocen los contactos y maniobras de unos y otros para preparar el evento provocando un“supuesto inconstitucional máximo” -con Tejero como peón inconsciente-  inspirado en la operación que llevó al general De Gaulle al poder en Francia  en 1958. 

 

En los análisis del suceso ha solido dejarse de lado a Adolfo Suárez, el principal responsable de la situación creada, y que suele aparecer como víctima. Suárez, un político de vuelo corraleño, desvirtuó la transición planeada por Torcuato Fernández Miranda de la ley a la ley y aprobada abrumadoramente en el referéndum de diciembre del 76; ignorante de la historia trató de congraciarse con quienes salían a la luz sintiéndose herederos del Frente Popular, haciéndoles concesiones innecesarias; quiso “olvidar el pasado” impidiendo cualquier respuesta a la creciente demagogia izquierdista y balcanizante; promovió una Constitución con artículos contradictorios y peligrosos, elaborada de manera poco democrática; jugó a superar al PSOE por la izquierda y bloqueó una posible unidad de acción con la derecha de Fraga, dinamitando de paso a su propio partido, la UCD. He tratado en La Transición de cristal estos hechos poco atendidos u olvidados en muchos análisis en beneficio de declamaciones emotivo-demagógicas o dudosamente democráticas. 

La extravagancia política de Suárez dejaba muy pocas posibilidades de un gobierno capaz de afrontar la crisis. La UCD estaba en ruinas y Alianza Popular carecía de fuerza suficiente, además de chocar con la oposición irreconciliable de izquierda y separatistas. Suárez fue forzado a dimitir entre denuestos de casi todo el mundo –dato olvidado convenientemente cuando falleció-, dejando una herencia casi inmanejable. De ahí la solución golpista. No voy a repetir lo ya sabido y que otros comentarán. Pero vale la pena señalar el sarcasmo de que quienes estuvieron involucrados al más alto nivel salieran indemnes a costa de los chivos expiatorios “fachas”. La UCD, con Calvo Sotelo, demostró su ruina en muy poco tiempo, y finalmente pasó a gobernar el partido de los “cien años de honradez”. La verdad es que si en aquel momento se hubiera sabido la verdad, las instituciones habrían quedado tan por los suelos y el país tan en peligro de anarquía que, en definitiva, se hace difícil imaginar otra salida. La moraleja es que la democracia un tanto echada a perder por Suárez ha permanecido tan chapucera como entonces, manteniéndose gracias a una inercia histórica cimentada en una larga paz, prosperidad y reconciliación mayoritarias, herencia del régimen anterior y que nuevamente ponen en crisis los demagogos.

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Este sábado en “Una hora con la historia”, la Comisión de la verdad sobre el PSOE tratará el llamado “salvamento de los cuadros del Museo del Prado”, otra “hazaña” socialistas, junto con la destrucción de bibliotecas y obras de arte.

Sesión pasada: https://www.youtube.com/watch?v=5KTanH1mvdc&t=4s …,

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Bibliotecas para nada.

Hace ya bastante años, cuando me puse a revisar críticamente algunos aspectos del marxismo, hice un estudio sobre una supuesta ley con la que Marx intentaba coronar el edificio de su teoría sobre el capital: la del descenso tendencial de la tasa de ganancia. Llegué a la conclusión de que se trataba de una imposibilidad lógica, por ser contradictoria en sus propios términos, y no precisamente a la manera dialéctica

Lo que me maravilló fue que, si yo estaba acertado, entonces sería perfectamente inútil la copiosa bibliografía al respecto, que incluye largas polémicas entre doctrinarios, sesudas consideraciones teóricas sobre las implicaciones de la ley, complejos análisis sobre sus manifestaciones prácticas a lo largo de la historia del capitalismo, etc. “¡Bibliotecas enteras para nada!”, me dije… En fin, espero fervientemente haber acertado (incluyo mi estudio en La sociedad homosexual y otros ensayos, por si alguien tiene interés en rebatirme).

Me venía lo anterior a la cabeza con motivo de un artículo de Santos Juliá en Revista de libros, donde comenta indignado una negativa evaluación de Stanley Payne sobre la actual producción historiográfica española en torno a la república y la guerra civil. A juicio de Payne, la mayor parte de las tesis doctorales y otros estudios españoles resultan “predecible y penosamente estrechos y formulistas, y rara vez se plantean preguntas nuevas e interesantes. Los historiadores profesionales no son, a decir verdad, mucho mejores. Casi siempre evitan suscitar preguntas nuevas y fundamentales sobre el conflicto, bien ignorándolas, bien actuando como si casi todos los grandes temas ya se hubieran resuelto. Esto, por supuesto, está muy lejos de la realidad, ya que la Guerra Civil española seguirá constituyendo durante mucho tiempo un objeto de estudio muy problemático, en la línea de las revoluciones francesa o rusa”.

Juliá responde a este argumento cualitativo, por así decir, con otro meramente cuantitativo. En los últimos años, arguye, se ha publicado un gran número de libros, de los cuales enumera 37, españoles y extranjeros, y la marea no da señales de refluir. A su entender, ello demostraría la buena salud de la historiografía actual sobre la república y la guerra, aunque no explica bien ni mal por qué esa abundancia entraña calidad, salvo por algunas adjetivaciones elogiosas que se supone hemos de compartir por venir de él. Hay, no obstante, una explicación implícita en el hecho de que los libros seleccionados concuerdan con el estilo “políticamente correcto” del propio Juliá. Otros, ni se molesta en mencionarlos el altivo profesor.

Hoy proliferan, desde luego, los libros sobre aquel conflicto, pero una proporción muy elevada de ellos incide en la más simplona propaganda de guerra, resucitada en estos años con singular ímpetu. De muchos, el mero título, a veces estúpido, a veces truculento, exhibe ya su carácter propagandístico: Rojo, el general que humilló a Franco (perdiendo todas las batallas con éste) Maquis, el puño que golpeó al franquismo (y salió destrozado del golpe) Toda España era una cárcel, Los esclavos de Franco, La columna de la muerte y un largo etcétera.

Por supuesto, los hay mejores, pero en mi opinión, Payne tiene razón en lo esencial, e intentaré aclarar por qué. La mayoría de los estudios, incluso muchos con cierto rigor académico, parten de un fatal desenfoque que los echa a perder en gran medida. Buena parte de esos trabajos está enfocada desde la perspectiva marxista de la lucha de clases, según la cual la contienda enfrentó a la república y al fascismo o, más vagamente, a la reacción, que se habría alzado para impedir las reformas democráticas de la primera, tan beneficiosas para el “pueblo” o para la “clase obrera”.

A cualquier historiador reflexivo debería hacerle sospechar el dato de que ese esquema haya sido divulgado masivamente por una propaganda tan democrática como la staliniana, y que lleve a conclusiones tan improbables como que el Kremlin defendió la libertad política interna y externa de España, traicionada en cambio por las auténticas democracias. Y ésta es sólo una incongruencia entre muchas.

Pues, ¿cómo encaja en esa concepción de la república el hecho de que en octubre de 1934 las izquierdas (socialistas, nacionalistas catalanes, comunistas y bastantes anarquistas, apoyados políticamente por los republicanos jacobinos) se alzaran en armas contra un gobierno democrático de centro derecha, salido de las urnas? ¿O que, ante tal ataque, la derecha defendiera la Constitución? ¡Son hechos bien notables, pero inexplicables con el desenfoque dicho! ¿Y cómo explicar que, en cambio, ante la sublevación derechista de julio de 1936, el gobierno de izquierdas no defendiera la Constitución, sino que acabara de arrasarla al repartir las armas a las masas y abrir paso a una revolución en extremo violenta? ¿Cómo interpretar, además, que, entre febrero y julio del 36, el gobierno supuestamente democrático de izquierdas no pusiera coto a los avances revolucionarios y rehusara aplicar la ley a quienes imponían su propia ley desde la calle, como le pedían las derechas? Estos datos clave, y una infinidad más de menor enjundia, no hay modo de integrarlos en la interpretación de Juliá y los suyos.

Peor todavía es llamar democracia al Frente Popular durante la contienda. Quienes así desvirtúan la historia admiten unos primeros meses de “descontrol”, pero, aseguran, el gobierno democrático se recompuso en octubre. ¡Un gobierno dominado por quienes habían asaltado la democracia en 1934, acompañados bien pronto por los ácratas, auténticos verdugos de Azaña en el primer bienio y uno de los peores cánceres de la república! ¿Se volvieron demócratas de pronto todos ellos? ¿Y cómo explicar que entre tales “demócratas” se hiciera hegemónico el PCE, agente directo de Stalin?

Podríamos seguir así largamente, hasta llegar al suceso, igualmente inexplicable en el esquema de Juliá, de que gran parte de la misma izquierda terminase por preferir entrar en guerra civil con sus propios aliados y rendirse sin condiciones a un Franco inclemente, antes que seguir bajo la férula de Negrín y los comunistas.

Quien lea con espíritu crítico percibe fácilmente las continuas incoherencias, omisiones y distorsiones por parte de esa historiografía que quiere pasar por la última y definitiva palabra sobre la guerra civil. Y quien vea la prensa y documentación de la época, o simplemente estudie los diarios de Azaña, entiende cómo esa historiografía lastrada por la propaganda enturbia nuestro conocimiento de la realidad histórica. Y sin embargo multitud de historiadores insiste con asombrosa tenacidad en retorcer inverosímilmente los hechos para encajarlos en sus esquemas

Una vez más, ¡bibliotecas para nada! Aunque no todo se pierde, claro. La mera investigación siempre saca a la luz hechos y datos nuevos y aprovechables, pero el fatal desenfoque los priva de valor. Viene a ser como construir un barco deforme, con los costados desiguales y la proa cuadrada. Aunque los materiales de construcción sean de buena calidad, el engendro navegará muy mal, si es que navega. En cambio sus materiales siempre podrán utilizarse como material de desguace.

(En LD, 24-3-2003)

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aguijonazos

*Todas las idiotas e histéricas van a la huelga feminista. Verán como la gran mayoría de las mujeres no son idiotas ni histéricas.

*Hombres y mujeres solo somos iguales ante la ley, y desde hace mucho. En lo demás, desiguales y complementarios. Los feminostios quieren despojar a las mujeres de su feminidad, y a los hombres d su hombría.

*Eso de la brecha salarial es uno de los muchos negocietes de unos-as espabilados para vivir de subvenciones.

*¿Han oído a las feministas poner el grito en el cielo por las violaciones y asesinatos de mujeres y niñas cristianas por los islamistas en Oriente Próximo?

*Las feministas exigen igualdad en la construcción, las minas, el cuidado de las carreteras, etc.  Hay que reconocer que son muy consecuentes.

*Moscú a Londres: “Devuelvan las Malvinas, devuelvan Gibraltar. Así podrán acusar a otros con la conciencia más limpia”

*No sé si saben uds que los antimisiles Patriot que desplegaba España en el Campo de Gibraltar los ha trasladado el gobierno lacayo del PP … ¡a Turquía! Para hostigar a Rusia, ¡Salgamos de la OTAN!

*Después de perder seis años y una millonada porque Usa se oponía a que el satélite español se lanzase desde Rusia, ahora se envía por fin al espacio.

*¿Por qué ningún partido pone en primer plano la permanente violación de España por Inglaterra en Gibraltar? ¿Tanto gusto les da? ¿Es que todos tienen negocios opacos en el peñón?

*España no tiene por qué hacer de peón de brega de la OTAN, es decir, de Gibraltar. Rusia no nos ataca, y la OTAN está creando caos y guerras civiles en muchos países

*El Congreso pide dejar de ser llamado “de los diputados”. Podría llamársele en adelante “de los putados” o algo así.

* Dice Rajoy que en España no hay delitos políticos. ¿Cómo que no? ¿No es un delito sacar a la ETA de la ruina y convertirla en potencia política? ¿No es delito la inmersión lingüística? ¿No es delito la ley de memoria histórica? Nos mandan catervas de delincuentes.

*Dicen los del PP que la ETA no logró nada. Aznar y Mayor Oreja la llevaron al borde de la ruina, y de allí la sacaron sus cómplices ZP y Rajoy para convertirla en una potencia política. Añaden al delito la desvergüenza.

*Amnistía Internacional es un grupo un tanto estafador. ¿Ha visto ud que critiquen la propuesta de ley del PSOE contra la libertad de opinión, expresión, investigación y cátedra? En cambio dicen que aplicar algo de la ley a unos golpistas atenta contra la libertad de opinión.

*¿Por qué fue Franco un verdadero genio? Porque venció durante 40 años, militar y políticamente, a unos enemigos inteligentísimos y talentosos: las izquierdas y los separatismos. https://www.piomoa.es/?p=6799

*La inmersión es ilegal, radicalmente. Y doblemente perjudicial al hacerse en una lengua regional infinitamente menos útil que el español común. Y es que los gobiernos PPSOE y la Generalidad llegan decenios delinquiendo en esta democracia fallida.

*La cultura española en el franquismo es bastante superior a la posterior y actual, que es cada vez más un remedo lamentable de la anglosajona. El “páramo cultural” es el de hoy.

*Es patético el intento de la monarquía de ocultar su origen en Franco. Se lo recordarán como un deshonor o ilegitimidad, cuando es todo lo contrario. Lo mismo con la democracia

*No hay régimen más calumniado que el franquista. Pero reparen en sus calumniadores: separatistas, corruptos, totalitarios, hispanófobos… Qué fue el franquismo, en 15 puntos: https://www.piomoa.es/?p=6799

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